Santoral del 20 de Febrero



INDICE

Eleuterio de Tournai, Santo Obispo
Jacinta Marto, Beata Vidente de Fátima
Euquerio de Orleans
Beata JULIA RODZINSKA. (1899-1945)
Beatos CINCO MÁRTIRES DE TIRO. M. 302
San LEÓN DE CATANIA. (703-787)
Beato PEDRO DE TREIA. (1225-1304)
OTROS SANTOS DEL DÍA:Completando el santoral de este día


SAN EUQUERIO, Confesor
Todos los que quieren vivir virtuosamente
sus según Jesucristo, han de Padecer persecución.
(2 Tun., 3, 12).

San Euquerio es movido por la gracia y abandona el mundo; pero es sacado de su retiro y es nombrado obispo de Orleáns. Demasiado amaba la gloria de Dios, como para que pudiera vivir en paz con el mundo, que es el enemigo de Jesucristo. Por su justicia fue pronto perseguido y desterrado a Colonia, más tarde a Lieja. Obtuvo el permiso de retirarse al monasterio de San Trond, donde murió en el año 743. Obró gran número de milagros sobre su tumba.

A este joven de Orleáns la lectura de san Pablo le cambió la vida: «La sabiduría del mundo es necedad ante Dios», hay que invertir, pues, el orden de valores, lo que todos aprecian no vale nada, y lo que se desdeña como vil, renunciar a las cosas por el amor más alto que no se ve, es el camino de la eternidad. Por eso Euquerio se hizo monje en la abadía normanda de Jumieges.
«Fue tan grande la luz de su santa vida y la opinión que todos tenían de él», dice un hagiógrafo, que a la muerte de su tío Suavarico, obispo de Orleáns, el pueblo le eligió para sucederle, y ante su resistencia tuvo que intervenir Carlos Martel, cuya autoridad le obligó a aceptar, aunque no sin desconsuelo, pues es tradición que lloraba copiosamente al ser consagrado.
Fue un buen obispo, y por serlo se opuso a las pretensiones de Carlos Martel, quien expoliaba a la Iglesia para atender las necesidades de sus campañas; el choque de ambos acabó con el destierro de Euquerio, primero en Colonia y luego en Lieja, siempre rodeado de una inmensa veneración, y acabó en un monasterio benedictino.
La leyenda de que tuvo una visión en la que pudo ver a Carlos Martel en el Infierno no merece siquiera el esfuerzo de ser refutada, ya que el abuelo de Carlomagno sobrevivió a nuestro obispo, y no es más que una piadosa superchería para infundir saludable temor a los que se apoderaban de bienes eclesiásticos.
San Euquerio obró numerosos milagros después de morir - curaciones inexplicables, lámparas que ardían sin consumir aceite -, pero su vida es ejemplar sobre todo por esa extraña carambola de la Providencia que le arranca del claustro - llorando - para hacerle pastor de una gran diócesis, y que le devuelve al claustro a viva fuerza por el simple cumplimiento de sus deberes. La sabiduría de este mundo, que es mucho más mecánica y torpe, nunca hubiese podido prever una combinación tan inesperada, divinamente maquiavélica y feliz.

MEDITACIÓN SOBRE LAS PERSECUCIONES

I. La virtud es perseguida en el mundo; no es su centro, ni el lugar de su reposo. Prepárate a sufrir los insultos de los hombres, si quieres vivir como servidor de Jesucristo. El discípulo no es más que su maestro. ¡Qué dicha para mí, dulce Jesús mío, ser maltratado como Vos, y Por amor Vuestro! ¡Oh mundo infiel, cuán agradables me resultan tus persecuciones, Pues me hacen amigo de Dios! ¡Oh siglo, qué culpable que eres! ¡Para hacer felices a tus amigos, los haces enemigos de Dios! (San Bernardo).

II. No te inquietes por lo que el mundo diga de ti; el mundo es un insensato que no juzga sino Por pasión. Trata de contentar a Dios y a tu conciencia, y deja que hable el mundo y sus adoradores. Empero, combate con tus palabras sus falsas máximas, y con la santidad de tu vida sus malos ejemplos; prepárate a sufrir afrentas, burlas y calumnias, que son la copa que prepara para los discípulos de Cristo, y di con San Pablo: Si yo agradase a los hombres, no sería servidor de Jesucristo.

III. Persevera constantemente en la práctica de la virtud, sin mirar nunca atrás; resiste todos los ataques del mundo, es el modo de vengarte noblemente de este enemigo de tu virtud; dejará de atacarte cuando reconozca que eres invencible. Ruega a Dios por aquellos que te proporcionan la ocasión de practicar la paciencia. Tus oraciones y tus buenos ejemplos harán, con harta frecuencia, que tus perseguidores te admiren y te imiten.
El desprecio del mundo
Orad por las congregaciones religiosas.

ORACIÓN
Dios todopoderoso, haced que la augusta solemnidad del bienaventurado Euquerio, Vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de nuestra salvación. Por J. C. N. S. Amén.


Beata JULIA RODZINSKA. (1899-1945)

Martirologio RomanoEn Stutthof, cerca de Gdynia (Danzig), en Polonia, beata Julia Rodzinska, virgen de la Congregación de Hermanas de Santo Domingo y mártir, que durante la ocupación militar de su patria en tiempo de guerra fue confinada en un campo de concentración, donde, después de haber contraído una grave enfermedad, pasó a la gloria

Nació en Nawajowa (Nowy Sacz), Polonia. Pronto quedó huérfana de padre y madre y fue acogida en el convento por las Hermanas de Santo Domingo de la Congregación fundada por Kolumba Bialecka. En 1918 inició el noviciado en el convento y un año después hizo la profesión religiosa. Fue destinada a trabajar en un orfanato. En 1922 la nombraron directora y profesora del orfanato de Wilno y de otro orfanato inaugurado en 1934. Todas las personas la recuerdan como una mujer bondadosa y dedicada a los niños pobres y abandonados.

En 1939, Wilno fue ocupada por los soviéticos, después pasó a Lituania, e incorporada en 1940 a la Unión Soviética. En 1941 se produjo la ocupación alemana, y todos los conventos fueron cerrados y dispersados todos los religiosos. La hermana Julia pudo escapar de los perseguidores para ser útil a los encarcelados: iba a la prisión y llevaba comida de contrabando a los sacerdotes. Se rumoreaba que las hermanas escondían clandestinamente a los judíos. En 1943 fue arrestada por la Gestapo en Lukiszki, Wilno. Durante un año sufrió torturas y vejaciones. En 1944 fue trasladada a la cárcel del campo de concentración de Stutthof, en las cercanías de Gdansk. Al llegar al campo abusaron de ellas, y a ella la metieron en el sector judío. Allí pasó hambre, fue objeto de torturas, en medio de un terror enorme, obligada a trabajos forzados hasta la extenuación y el sadismo.

Con sus compañeras de prisión, todas judías, rezaba con ellas, y compartía con ellas su generosidad, su comida y su esperanza. En 1944 se destinó un sector del campo para las que padecían tifus, y ella se ofreció para cuidarlas y acompañarlas en la muerte. Salvó a una mujer y a un hombre de que murieran, la mujer, a la que se la había dado por muerta, consiguió salvarla antes de que la llevaran al horno crematorio, y al hombre, con una carta impidió que se suicidara. Cuando fue liberado el campo de concentración en 1945, Julia estaba agonizando.
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Beatos CINCO MÁRTIRES DE TIRO. M. 302

Martirologio Romano: Conmemoración de cinco beatos mártires, que, bajo el emperador Diocleciano, fueron ejecutados en Tiro en Fenicia, hoy en Líbano: primero fueron flagelados, después desnudados y puestos en la arena y expuestos a fieras de todo género, mostraron en sus cuerpos jóvenes una firme constancia e irrevocable; en particular uno de ellos, de unos veinte años, que no estaba encadenado, abiertos sus brazos en forma de cruz, oraba a Dios; todos, que no fueron tocados por las fieras que habían sido instigadas, fueron al final ejecutados con la espada

El antiguo Martirologio decía: "En Tiro de Fenicia, conmemoración de los beatos mártires de los cuales solo la Divina sabiduría puede decir el número". Eusebio de Cesarea narra en los siguientes términos el martirio que presenció:

“Varios cristianos egipcios que se habían establecido en Palestina y otros en Tiro, dieron pruebas de su paciencia y de su constancia en la fe. Después de haber sido golpeados innumerables veces, cosa que soportaron con gran paciencia, fueron arrojados a los leopardos, osos salvajes, jabalíes y toros. Yo estaba presente cuando esas bestias, sedientas de sangre humana, hicieron su aparición en la arena; pero, en vez de devorar o destrozar a los mártires, se mantuvieron a distancia de ellos, sin tocarles, y se volvieron en cambio contra los domadores y cuantos se hallaban cerca; sólo respetaron a los soldados de Cristo, a pesar de que éstos obedeciendo a las órdenes recibidas, agitaban los brazos para provocar a las fieras. Algunas veces, éstas se lanzaron sobre ellos con su habitual ferocidad, pero volvían siempre atrás, como movidas por una fuerza sobrenatural. El hecho se repitió varias veces, con gran admiración de los espectadores. Los verdugos reemplazaron dos veces a las fieras, pero fue en vano. Los mártires permanecían impasibles.

Entre ellos se hallaba un joven de menos de veinte años, que no se movía de su sitio y conservaba una serenidad absoluta; con los ojos elevados al cielo y los brazos en cruz, en tanto que los osos y los leopardos con las fauces abiertas amenazaban con devorarle de un momento a otro; sólo por un milagro de Dios se explica que no le tocasen. Otros mártires se hallaban expuestos a los ataques de un toro furioso, que ya había herido y golpeado a varios domadores, y dejándolos medio muertos; pero el toro no atacó a los mártires; aunque parecía que iba a lanzarse sobre ellos: sus pezuñas rascaban furiosamente el suelo y agitaba la cornamenta en todas direcciones, pero sin llegar a embestir a los mártires, a pesar de que los verdugos lo incitaban con capas rojas. Después de varios intentos inútiles con diferentes fieras, los santos fueron finalmente decapitados y sus cuerpos arrojados al mar. Otros que se negaron a ofrecer sacrificios a los dioses, murieron apaleados, quemados y también ejecutados en distintas formas”.
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San LEÓN DE CATANIA. (703-787)

Martirologio Romano
En Catania, de Sicilia, san León, obispo, que se ocupó sobre todo del cuidado de los pobres Nació en Rávena. Fue llamado "el Taumaturgo" por sus milagros. Fue ordenado presbítero en Rávena y, al poco tiempo de recibir su ordenación, fue elegido obispo de Catania (Sicilia). León se opuso, pero le obligaron a aceptar. Después de su resistencia se dedicó con todo su empeño en cumplir su misión apostólica. Se entregó a la reforma de costumbres, a la instrucción religiosa de sus fieles, a defender la verdad ante la herejía, al cuidado de todos. Fue muy querido por su erudición.

La historia de su vida está embellecida con muchas leyendas sobre su poder taumatúrgico. El más conocido de todos fue el que le sucedió con el mago Lindoro. Lindoro había sido primero cristiano pero luego, se entregó a las artes mágicas con fines ambiciosos. No sólo usaba de su magia para engañar sino que además causaba numerosos daños a los habitantes de la provincia. El emperador ordenó su traslado a Constantinopla para deshacerse de él, pero Lindoro logró escabullirse repetidas veces. No pudieron nada contra él. En cambio, san León, con su celo, constancia y santidad admirable, logró reducirle, y toda la comarca gozó de paz y tranquilidad. Este y otros prodigios, hicieron extender su fama. 

De todas partes acudían para verle y oírle. Los emperadores consiguieron que fuera a Constantinopla, para escuchar sus consejos. Rigió la diócesis con verdadera santidad durante 16 años hasta su muerte. El pueblo lloró su muerte y su tumba fue muy venerada y convertida en lugar de peregrinación, antes que los árabes invadieran la isla.  
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Beato PEDRO DE TREIA. (1225-1304)

Nació en Treia, antiguo municipio romano, en la provincia de Macerata. También fue religioso activo, sobre todo en el ministerio de la palabra, como predicador irresistible. Las Florecillas lo califican como “estrella brillante en la provincia de la Marca y hombre celestial”. Y el martirologio franciscano dice de él que fue “célebre por su santidad y su predicación, insigne por su devoción y sus milagros”. Por algún tiempo participó del movimiento religioso de la Congregación Celestina, pero no adhirió a la corriente secesionsita de los “herejes fratricelos”.

Ingresó muy joven en los franciscanos y parece que recibió el hábito de manos del mismo san Francisco de Asís. Permaneciendo por largo tiempo en el monte Alvernia.
Pedro fue también apóstol de la predicación, recorrió la región de las Marcas fascinando con su sagrada elocuencia a las multitudes. Tuvo el don de conmover a los pecadores, que mediante una buena confesión, arrepentidos, eran por él conducidos a Dios.

Son famosos sus éxtasis y visiones. En Ancona el superior del convento lo encontró en la iglesia en oración, elevado de la tierra. Más tarde, en el convento de Forano, fue Pedro quien observó una escena admirable en la cual la Santísima Virgen colocaba afectuosamente el niño Jesús en manos del cohermano beato Conrado de Offida. Pedro de Treia y el beato Conrado de Offida, ambos de las Marcas, ambos franciscanos, ambos honrados, no solamente fueron cohermanos y compañeros de apostolado, sino también verdaderos compañeros de alma, cuya santidad procedía por caminos iguales, y se alentaban mutuamente en una santa emulación. Vivió en los conventos de San Francisco de Ancona, en Forano y en Sirolo.  Pedro murió en el convento de Sirolo, a los 79 años de edad. Sus restos reposan en la  iglesia del Rosario de Sirolo en la provincia de Ancona.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:

San Serapión de Alejandría. M. 252.  Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, conmemoración de san Serapión, mártir, quien, en tiempo del emperador Decio, fue víctima de atroces tormentos y, después de descoyuntarle todos los miembros, precipitado desde lo alto de su propia casa

“A Serapión lo prendieron en su casa, y después de maltratarlo con duros tormentos y de descoyuntarle todos sus miembros, lo arrojaron de cabeza desde el piso alto. Ni por caminos, ni por senderos, ni por calles podíamos transitar, ni de noche ni de día, sin que a todas horas y por todas partes chillaran todos que quien no cantase las palabras blasfemas debía inmediatamente ser arrastrado y abrasado. Este estado de cosas se mantuvo boyante por mucho tiempo, mas después que la revuelta se adueñó de los miserables y la guerra civil volvió contra ellos mismos la crueldad que antes emplearan con nosotros, pudimos al fin respirar un poco, aprovechando su falta de tiempo para irritarse con nosotros”.

El párrafo pertenece a la misma carta a Fabio de Antioquía que envía Dionisio de Alejandría, para compartir con la Iglesia antioquena la narración de los sufrimientos y ayudarla a mantenerse en la auténtica fe. Esta carta, que Eusebio de Cesarea transcribe muy detalladamente en el libro VI de su “Historia Eclesiástica”.
Santos Tiranión y Zenobio de Tiro. M. c. 304/11.
Martirologio RomanoEn Antioquía en Siria, conmemoración de san Tiranión, obispo de Tiro y mártir, que, instruido desde su más tierna edad en la fe cristiana, torturado con ganchos de hierro junto al sacerdote Zenobio, obtuvo la corona de la victoria

El antiguo Martirologio conmemora un número desconocido de mártires en Tiro; entre ellos, Tiranión era obispo de Tiro, Zenobio era presbítero de la iglesia de Sidón y médico. Fueron arrojado al mar.   San Eleuterio de Constantinopla. M. 310.  Se dice que fue obispo de Constantinopla y mártir; la mayoría de los estudiosos, después de las investigaciones de los bolandistas, lo identifican con san Eleuterio conmemorado el 4 de Agosto. 

San Eleuterio de Tournai. (456 - 531).  Martirologio RomanoEn Tournai, en la Galia Bélgica, san Eleuterio, obispo. Nació en Tournai. Sus padres, amenazados por el rey Clodoveo, todavía pagano, huyeron a Bladin. Fue elegido obispo de Tournai en el 496, e hizo que Clodoveo admitiera un pecado que no se atrevía a confesar; predicó el evangelio en las Galias (diez años antes de que Clodoveo se convirtiese al cristianismo), por lo cual no tuvo ningún apoyo oficial para ejercer su misión. Resucitó, exorcizó y bautizó a la hija de un tribuno que se había enamorado de él. 

Aunque no poseamos ningún documento históricamente seguro sobre la actividad de este santo obispo y sobre su obra misionera, una biografía atribuida a san Medardo de Noyón, coetáneo y hasta compañero de juegos en la infancia, cuenta muchas anécdotas de la vida de Eleuterio y sobre sus contactos con el rey pagano Clodoveo. El mismo san Medardo le predijo que un día llegaría a ser obispo, pero esa profecía equivalía a un augurio de vida difícil, incluyendo el martirio. Hizo cinco viajes a Roma y murió mártir en manos de los arrianos de su diócesis. 

San Euquerio de Orleans. M. 738/43.  Martirologio RomanoEn el cenobio de san Trudón, en Brabante, de Austrasia, tránsito de san Euquerio, obispo de Orleáns, que, desterrado por Carlos Martel por razón de las calumnias de algunos envidiosos, encontró piadoso refugio entre aquellos monjes.

Hizo de las cartas de san Pablo la lectura de su juventud: "La sabiduría de este mundo es necesaria ante Dios". "Pasa pronto la apariencia de este mundo". Ingresó en la abadía benedictina de Jumienges en Normandía. "Fue tan grande la luz de su santa vida y la opinión que todos tenían de él" dice un hagiógrafo, que a la muerte de su tío Suavarico, obispo de Orleáns, el pueblo le eligió para sucederle, y ante su resistencia tuvo que intervenir Carlos Martel, cuya autoridad le obligó a aceptar, aunque no sin desconsuelo, pues es tradición que lloraba copiosamente al ser consagrado".

Nombrado obispo de Orleans, fue un buen pastor; defendió a sus fieles de las pretensiones de Carlos Martel, quién expoliaba a las iglesias para atender a las necesidades de guerra. Su actitud frente a los poderosos terminó  en  el destierro en el año 732, primero en Colonia y luego en Lieja, donde vivió siempre rodeado de una inmensa veneración. Vivió santamente los últimos años de su vida en el monasterio de Saint Trond, en Maastricht, Holanda.  Jacinta Marto Dos Santos. Beata. (1910-1920).  Martirologio RomanoEn Ajustrel, cerca de Fátima, en Portugal, beata Jacinta Marto, la cual, siendo aún niña de tierna edad, aceptó con toda paciencia la grave enfermedad que le aquejaba, demostrando siempre una gran devoción a la Santísima Virgen María

Nació en Aljustrel (Portugal). Niña vidente de Fátima con su hermano el beato Francisco. Era un niña vivaracha, activa, incluso caprichosa e hipersensible, cambió radicalmente a raíz de la eperiencia de las apariciones y se dedicó por entero a la oración y la penitencia, llena de celo por la conversión de los pecadores y haciendo el bien a su alrededor con sus palabras y su ejemplo, siendo muchos los que decían que sentían algo especial estando a su lado.

El 23 de diciembre de 1918, 14 meses después de la última aparición, ella y Francisco se ven afectados por la "gripe española", pero mientras que el segundo se cura en pocos meses, para Jacinta se vuelve un calvario, ya que le sobreviene una pleuresía purulenta, que soporta y ofrece «para la conversión de los pecadores y para reparar los ultrajes que se realizan al Corazón Inmaculado de María». Se le pide un último gran sacrificio: separarse de los suyos, y sobre todo de su prima Lucía, para pasar un tiempo de recuperación en un hospital de Lisboa. Donde se prueba todo, incluso una cirugía sin anestesia para intentar arrancarla de la muerte. Murió después de que días antes comulgara por primera vez
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BEATOS FRANCISCO Y JACINTA MARTO
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