Santoral del 21 de Febrero




INDICE

Pedro Damiani, Santo Obispo, Cardenal y Doctor de la Iglesia
Noël (Natal) Pinot, Beato Mártir
Eleonora o Leonor de Inglaterra Reina y religiosa
Eustaquio (Eustacio) de Antioquía, Santo Obispo
María Enriqueta (Ana Catalina) Dominici, Beata Religiosa
Roberto Southwell, Santo Mártir Jesuita
Santos Germán de Mootier Granval y Randoaldo M.
Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día
Beato Pepino de Landen
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BEATO PEPINO DE LANDEN
Atendemos a hacer el bien, no sólo delante de Dios,
sino también delante de los hombres.
(2 Cor., 8, 21).

Pepino, duque de Brabante, halló el medio para unir la piedad con las riquezas, la santidad y la humildad con las grandezas del mundo. Supo conciliar el favor del rey sin perder la amistad de Dios. Acercábase a menudo al tribunal de la penitencia, siempre con los pies desnudos y los ojos llenos de lágrimas. Sus principales consejeros fueron dos santos obispos. Gracias a sus consejos, vivió en el mundo sin dejarse seducir por sus falsas máximas ni corromperse con sus malos ejemplos. Murió en el año 646.

MANERA DE VIVIR COMO HOMBRE DE MUNDO
y COMO BUEN CRISTIANO


I.- No debemos tener miedo de disgustar a los hombres, de atraernos su desprecio y de llegar a ser objeto de sus burlas, si ello es necesario para hacer que Dios nos ame y estime. Hemos de salvarnos, cueste lo que cueste. De lo dicho, sacamos dos conclusiones: nada debemos hacer contra Dios por temor a los hombres, y nada debemos omitir de lo que pueda contribuir a su gloria, con la mira puesta en atraernos su estima y su amistad. No trabajamos para los hombres: ellos no nos recompensarán ni nos castigarán después de esta vida; Dios sólo nos puede hacer felices durante la eternidad.

II. Se puede, sin embargo, vivir como hombre de mundo y como buen cristiano, pues las máximas del Evangelio están de acuerdo con la razón. Sé bueno y afable, haz bien a todo el mundo, aun a tus enemigos; ponte por debajo de todos los demás mediante una sincera humildad, nunca hables mal de nadie; de esta manera cumplirás con todos los deberes de un hombre de mundo y de un buen cristiano.

III. Ten cuidado, empero, de no dejarte llevar de la vanidad. No cumplas estos deberes de cortesía, no ejerzas esta caridad, no practiques esta humildad, con el fin de conquistar una alta reputación; ten sólo la intención de agradar a Dios, cuyos mandamientos cumples, cuya imagen consideras en tu prójimo. Si así te comportas, serás doblemente recompensado: los hombres te admirarán, y Dios te estimará. Por lo contrario, si trabajas para los hombres, te pagarán sólo con ingratitud y Dios no te recompensará; para facilitarte la práctica de esta virtud, ve siempre a Dios en la persona de tu prójimo. ¿Viste a tu prójimo? Has visto a Dios. Clemente de Alejandría).

La piedad
Orad por vuestros parientes.

ORACIÓN
Oh Dios, que cada año nos proporcionáis un nuevo motivo de júbilo en la solemnidad del bienaventurado Pepino, vuestro confesor, haced que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C. N. S. Amén



h3>San PEDRO DAMIÁN. (c.1007 - 1072). Doctor de la Iglesia.
Martirologio RomanoMemoria de san Pedro Damiani (Damiano o Damián), cardenal obispo de Ostia y doctor de la Iglesia. Habiendo entrado en el eremo de Fonte Avellana, promovió denodadamente la vida religiosa y en los tiempos difíciles de la reforma de la Iglesia trabajó para que los monjes se dedicasen a la santidad de la contemplación, los clérigos a la integridad de vida y para que el pueblo mantuviese la comunión con la Sede Apostólica



Huérfano desde muy niño (realmente sus padres le habían abandonado), se marchó a vivir con un hermano casado, que lo maltrató y le mandó guardar cerdos en los campos de Rávena. Pudo estudiar gracias al apoyo que recibió de otro hermano, Damián (de ahí su apelativo "Damiani"), arcipreste de Rávena, que tuvo piedad de él y lo envió a estudiar a Rávena, Faenza, Padua y Parma. Sobresalió tanto que, a los 25 años, era profesor en Parma y luego en Rávena. A los 28, hastiado de las vanidades del mundo, se hizo religioso camaldulense en Fonteavellana, para hacer penitencia y donde fue ordenado parece ser que por el obispo simoníaco Gebhard de Rávena. Pero abandonó este eremitorio, cuya regla había escrito, para asumir el cargo de predicador que le ofrecieron en el monasterio de Pomposa y otros monasterios. Cumplida su misión pudo volver a su comunidad avellanense donde, por su prudencia y amor a la observancia, fue elegido prior. Escribió la "Vita beati Romualdi", fundador de la comunidad de Fonte Avellana.

Sin embargo, una vez más, tuvo que dejar la soledad a instancias de Enrique III y de varios papas. A pesar de su oposición, el papa, san Esteban IX, le nombró obispo de Ostia y cardenal para que combatiese la simonía y el nicolaísmo -las intromisiones extrañas en los nombramientos eclesiásticos y la relajación de la disciplina en un sector del clero-. Con este espíritu, supo convencer al emperador Enrique IV de Alemania para que renunciase a su divorcio. Renunció más tarde (1067) a su sede, después de contemplar el fracaso de sus esfuerzos para reconciliar el papado con el imperio. Recorrió como legado papal Lombardía, Alemania y Francia, para defender a los monjes de Cluny. Escribió sobre el celibato sacerdotal y el desprecio de la vida mundana, con un rigorismo que asustaba y que puso en el recto camino a muchos espíritus extraviados en su obra "Libro de Gomorra". En la "Alabanza de la disciplina" o "Del desprecio del mundo", hizo esta reflexión: "El monje debe ser sacrificado y privarse de muchas cosas que tendría en el mundo..." Era partidario de las penitencias corporales, que él mismo llevó a la practica con mucha dureza. También escribió "Del celibato sacerdotal".

Presidió numerosos concilios y sínodos, además de visitar obispados y abadías: en Milán estuvo a punto de que lo lincharan porque llegó arremetiendo contra todos los vicios de la ciudad. Pero su impresionante presencia logró que la gente se volviera a su favor. Exhortó a hacerse religiosa a la emperatriz Inés que había sido abandonada del marido. Fue, asimismo, artífice de paz y de reconciliación entre facciones contrarias, siendo, con su rigor ascético y su lucha para liberar a la Iglesia de los asuntos temporales, un precursor de la reforma emprendida luego por su gran amigo el monje Hildebrando, el papa san Gregorio VII, cuyos métodos no compartió. Amaba su retiro de oración en Fonteavellana. Extendió la práctica de la consagración de los sábados a María. Murió en Faenza, después de pacificar su ciudad natal de Rávena entre los partidarios del papa y del antipapa. De él es esta frase que fue su programa de vida: "Todos los cristianos tienen que vivir la locura de la cruz y apartarse de toda filosofía terrestre, animal y diabólica, contraria al Evangelio". MEMORIA FACULTATIVA.
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San EUSTACIO DE ANTIOQUÍA. M. c. 338.


Martirologio RomanoConmemoración de san Eustacio, obispo de Antioquía, el cual, célebre por su doctrina, fue desterrado a Trajanópolis, en Tracia, en tiempo del emperador arriano Constancio, a causa de su fe católica, y allí descansó en el Señor.


Natural de Side en Panfilia, confesor durante la última persecución. Fue elegido obispo de Berea en Siria y después trasladado a la sede patriarcal de Antioquía (324-330) en tiempos del emperador arriano Constancio. Participó en el Concilio de Nicea donde fue acogido con grandes honores y se distinguió por su oposición al arrianismo. 

En medio de sus trabajos por los otros, no olvidó que la verdadera caridad empieza por sí mismo y trabajó ante todo por su propia santificación. En las diócesis que estaba encargado de gobernar, distribuyó hombres capaces de instruir y sostener a los fieles. El santo se alarmó al enterarse de que Eusebio, el obispo de Cesárea, favorecía la nueva herejía (se trataba del Eusebio conocido como "el padre de la historia eclesiástica"). La desconfianza que mostró Eustaquio por la doctrina de ése y otros obispos, así como su acusación en el sentido de que habían alterado el Credo de Nicea, provocaron contra él las iras de los arríanos, quienes consiguieron deponerlo hacia el año 330.

Antes de salir de Antioquía el pastor congregó a su grey y la exhortó a mantenerse fiel a la verdadera doctrina. La exhortación fue tan eficaz que se formó un grupo de "eustacianos" para preservar la pureza de la fe y negar el reconocimiento a todos los obispos que enviasen los arríanos. Desgraciadamente, esta lealtad degeneró más tarde en sectarismo contra los prelados ortodoxos.

Eustaquio fue desterrado con algunos sacerdotes y diáconos a Trajanópolis de Tracia. No sabemos con exactitud el sitio ni la fecha de su muerte. La mayoría de sus copiosos escritos se perdió. Entre las obras suyas que se conservan, la principal es una disquisición contra Orígenes, en la que critica los poderes de la pitonisa de Endor (1 Re. 28:7-23). Sozomeno recomienda las obras de san Eustaquio por su estilo y contenido. Pero nada muestra mejor la virtud del santo que la paciencia con que sobrellevó las acusaciones calumniosas que se le hicieron en cosas de importancia y, después, la deposición y el destierro. Eustaquio fue más grande en la desgracia de lo que había sido cuando sus virtudes brillaban pacíficamente en el gobierno de su sede.
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Santos GERMÁN DE MOÓTIER GRANVAL y RANDOALDO. M. c. 667/77.


Martirologio RomanoEn el monasterio de Granfeld, en la región de los helvecios, san Germán, abad, que al tratar de defender con pacíficas palabras a los vecinos del monasterio del asalto de un grupo de salteadores, fue desnudado y atravesado con lanzas, junto con el monje Randoaldo.

Nació en Tréveris fue educado casi desde la cuna por san Modoardo, obispo de Tréveris. A los diecisiete años repartió sus bienes entre los pobres y partió con algunos compañeros en busca de san Arnulfo, cuyo ejemplo le había conquistado y que les sugirió que ingresaran en el monasterio que había fundado con san Romarico. Germán envió a dos de sus compañeros a buscar a su hermano Numeriano, que era todavía niño, y juntos ingresaron en el monasterio, que se hallaba en los Vosgos y recibió posteriormente el nombre de Remiremont. 

Más tarde, san Germán pasó con su hermano y otros monjes a la abadía de Luxeuil, cuando era abad san Walberto. Más tarde fue elegido primer abad de Granfield en Val Moótier, en Suiza. Münsterthal o Val Moutier era un paraje montañoso atravesado por la carretera romana; pero en aquella época los derrumbamientos de rocas habían cortado el paso. San Germán abrió nuevamente la carretera y la ensanchó. Más tarde, gobernó también otros dos monasterios, el de San Ursitz y el de San Pablo Zu-Werd, pero su residencia principal siguió siendo Granfield.

Defendió a los habitantes del entorno del monasterio, de los ataques del duque Bonifacio que oprimía a los monjes y a los pobres habitantes de la región con impuestos exhorbitantes y actos de violencia. Un día en que el duque saqueaba el caserío a la cabeza de un grupo de soldados, san Germán salió a defender a su pueblo; el duque le escuchó y le prometió corregirse; pero, mientras el abad oraba en la iglesia de San Mauricio, los soldados recomenzaron el saqueo. Viendo san Germán que era inútil insistir, emprendió el regreso al monasterio acompañado por el prior Randoaldo; pero los soldados cayeron sobre ellos, les golpearon y les mataron.
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San ROBERTO SOUTHWELL. (1561-1595).


Martirologio RomanoEn Londres, san Roberto (Robert) Southwell, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que durante varios años ejerció su ministerio en la ciudad y sus alrededores y compuso escritos espirituales. Detenido por ser sacerdote, por orden de la misma reina fue duramente torturado, terminando su martirio al ser colgado en Tyburn.

Nació en Horsham Saint Faith's en Norfolk. Su madre era pariente de los Shelley de Sussex, de suerte que un lejano parentesco unía a Southwell con el gran poeta Shelley. Roberto estudió en Douai, donde fue discípulo del famoso teólogo Leonardo Lessio, y allí entró por primera vez en contacto con la Compañía de Jesús. Prosiguió sus estudios en París, bajo la dirección de Tomás Darbyshire, quien había sido archidiácono de Essex en tiempos de María Estuardo. Poco después de cumplir los dieciesiete años, Roberto pidió ser admitido en la Compañía de Jesús. La admisión le fue negada a causa de su juventud; esta contrariedad le movió a escribir el primero de sus poemas que ha llegado hasta nosotros. En el otoño de 1578 fue finalmente admitido en el noviciado de Roma. Más tarde, fue prefecto de estudios del Colegio Inglés y recibió la ordenación sacerdotal en 1584. Dos años después, partió a la misión de Inglaterra en compañía del P. Enrique Garnet.

La carrera de misionero activo del P. Southwell duró seis años. En 1587 era capellán de la condesa Ana de Arundel, en Londres, y esto le permitió entrar en contacto con san Felipe Howard, esposo de la condesa, que estaba prisionero en la Torre de Londres. A pesar de que tomaba todas las precauciones posibles para no darse a conocer, su fama se extendió pronto y su espíritu tranquilo y bondadoso impulsó eficazmente su trabajo apostólico. El santo se mantuvo alejado de todas las intrigas y controversias políticas y eclesiásticas, entregándose por completo a sus deberes sacerdotales. En 1592, denunciado por una joven de la casa en la que se había refugiado, fue detenido por el infame Topcliffe y encerrado en Uxenden Hall, la casa de su captor.

Con el fin de arrancarle denuncias sobre otros católicos, los verdugos sometieron al santo a terribles tormentos, por lo menos en nueve ocasiones, en la misma casa de Topcliffe. Este había dicho a la reina: «Southwell es el prisionero más útil que hayamos capturado, con tal de que sepamos aprovecharle». Después de casi tres años de prisión en Gatehouse y en la Torre dé Londres, el santo apeló a Lord Cecil, exigiéndole que se procediera al juicio o se le dejase en libertad. La apelación surtió efecto, pues fue juzgado y condenado a muerte por el delito de ser sacerdote. El 21 de febrero de 1595 fue colgado, arrastrado y descuartizado en Tyburn; la tortura fue tan cruel, que los asistentes pidieron a gritos que el descuartizamiento no se llevara al cabo, sino después de la muerte. San Roberto no tenía más que treinta y tres años.

Tiene un lugar en la literatura inglesa como poeta religioso. Los poemas del santo reflejan en forma muy vivida su valor y su sensibilidad; su fe en Dios y en la belleza de la creación, aun en medio de las peores brutalidades de la época. Roberto SouthweII fue un poeta lírico. Su emoción, su energía y su pasión, gobernadas por una severa disciplina impuesta a la vez por su vocación y su voluntad, buscaban naturalmente una expresión concisa en unas cuantas líneas pletóricas de significado y sentimiento. La eterna paradoja cristiana de «no tener nada y poseerlo todo». 

«Vivo, pero mi vida es muerte constante;
Muero, pero mi muerte es vida sin fin
mi muerte-vida es una negación de mi vida-muerte
y la Vida que me espera coronará mi vida mortal.»

Su poesía es generalmente corta, compacta y muy intensa; bien trabajada y construida, pero no demasiado pulida ni exagerada; abundan las frases felices que emergen del laberinto de las palabras y de las ideas. Sin embargo, sus mejores poemas no son los más complicados; por ejemplo, el famoso «Burning Babe» es de un conceptualismo moderado que permite al lector seguir fácilmente la idea. 

Los poemas del santo fueron muy populares, pues su forma si no su contenido, cuadraba con el gusto de la época. Por otra parte, los católicos encontraron en ellos una verdadera lectura espiritual, expresada en términos a los que estaban más acostumbrados que nosotros. «El amor no entiende las reglas de la razón, sino las del amor. No ve lo que se puede ni lo que se debe hacer, sino únicamente lo que desea hacer. Las dificultades no le amilanan y la imposibilidad no le detiene». Estas palabras del santo en «Mary Magdalen's Funeral Tears» expresan perfectamente la actitud en que vivió y murió, así como la actitud de su poesía, en la que la audacia de su fe y la agudeza de su inteligencia evitan el escollo de convertir la belleza lírica en fanatismo sin amor. 
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Beato NATALIO PINOT. (1747-1794).


Martirologio RomanoEn Anjou, en Francia, beato Natalio Pinot, presbítero y mártir, el cual, durante la Revolución Francesa, siendo párroco, mientras se preparaba para celebrar misa fue detenido y, revestido con los ornamentos litúrgicos a modo de burla, llevado al patíbulo como al altar del sacrificio.

Nació en Angers, en el seno de una familia obrera; ordenado sacerdote en el 1771. Los primeros diez años los pasó como coadjutor sucesivamente en Bousse y Corzé. Luego volvió a Angers para graduarse en teología, actuando además como capellán del Hospital de Incurables. Fue nombrado párroco de Loroux-Beconnais (Anjou) en el 1788, cuando se inició de la revolución francesa. Fue un párroco celoso y diligente que obtuvo el cariño de sus feligreses.

Rechazó el juramento de la Constitución Civil del Clero, por ello fue expulsado de su parroquia, y encarcelado en la prisión de Angers. Continuó asistiendo a sus feligreses primero secretamente. Tras los primeros triunfos del levantamiento de La Vendée, y tomada Loroux-Beconnais por los vandeanos, volvió a su parroquia en 1793, pero poco después vencidas las tropas vandeanas, tuvo que volver a la clandestinidad. Se ofreció premio a quién lo denunciara. En 1794, fue arrestado en una casa de campo cuando se disponía a decir misa. El tribunal  militar lo juzgó bajo la acusación de apoyo a los vandeanos, y por ser refractario, de ejercer el sacerdocio sin licencia y de ser partidario de la monarquía. Fue condenado a la guillotina, ese mismo día, y para burlarse de él le dijeron que podía ir revestido con la casulla con la que fue detenido. Revestido con ella llegó al pie del patíbulo, ante el que se santiguó como si fuera a comenzar la misa y pronunció las palabras del ritual: “Introito ad altare Dei…”. Subió animoso la gradilla. El verdugo le quitó la casulla y murió guillotinado. Enterrado en una fosa común sus restos no han podido ser identificados. 
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Beata MARÍA ENRIQUETA DOMINICI (Ana Catalina). (1829-1894).


Martirologio RomanoEn Turín, del Piamonte, beata María Enriqueta (Ana Catalina) Dominici o María Enrica Dominici, de las hermanas de Santa Ana y de la Providencia, que gobernó sabiamente y engrandeció su Instituto durante treinta años hasta su muerte.

Ana Catalina Dominici nació en Carmagnola (Borgo Salsasio), en el seno de una humilde familia campesina. Tenía cuatro años cuando sus padres se separaron y de su padre nunca supo nada, un pesar que Catalina siempre llevó dentro. Los hijos y la madre se fueron a vivir con un tío sacerdote a Borgo San Bernardo (otra pedanía de Carmagnola), junto al abuelo y una tía. 

Cuando manifestó su deseo de hacerse religiosa, su tío sacerdote se opuso firmemente, mientras su madre, si bien no era contraria, sentía miedo de quedarse sola. Tuvieron que pasar cinco años para ver cumplidos sus deseos. Formó parte de la Compañía de los Humillados que tenía la misión de acompañar a los muertos a la sepultura.

En 1850, obtuvo el permiso de hacerse religiosa, pero que no fuera de clausura, como ella deseaba, sino entre las Hermanas de Santa Ana. Fue recibida en el palacio Barolo de Turín por la fundadora, la marquesa Julia, que la animó a que tomase el nombre de María Enrica, como se llamaba su sobrina favorita. 

El Instituto de Santa Ana había sido fundado en 1834 por el marqués Tancredo di Barolo para acoger a los niños de la calle y nacián con la misión de educarlos e instruirlos.  María Enrica profesó en 1853. En 1854 fue enviada a Castelfidardo, donde había una casa fundada unos años antes, a poca distancia del Santuario de Loreto. Fue acogida por sus hermanas en religión "como una espía", pero María Enrica, en poco tiempo, fue capaz de hacerse amar. Un año después de su llegada, en la ciudad se desarrolló una epidemia de cólera, en la que las hermanas se ofrecieron para curar a los enfermos, nuestra beata dio la medida de su humanidad y dedicación que fue estraordinaria. Fue nombrada maestra de novicias. A su director espiritual, un jesuita, le manifestó su aridez espiritual y su deseo de ir como misionera a la India. Para prepararse obtuvo el permiso de privarse "de las cosas no absolutamente necesarias". Un día memorable fue el 17 de mayo de 1857 cuando asistió a la audiencia, con otras religiosas, con el papa beato Pío IX que visitaba Loreto. Asistiendo a la audiencia estaba presente santa Magdalena Sofía Barat. 

En 1858 regresó a Turín y fue nombrada maestra de novicias mientras la relación entre la Fundadora y la primera superiora de la Congregación era insufrible. Tuvo que intervenir la Santa Sede y nombró a María Enrica como superiora general. No se sentía capaz, pero tuvo que aceptar. Durante cuatro años tuvo que convivir con la depuesta superiora que causaba muchos problemas. 

La Madre María Enrica estuvo al frente del gobierno de la Congregación hasta su muerte, y la desarrolló de forma excepcional. Fundó 32 casas, llegando a Roma y Sicilia.  Fue consejera de san Juan Bosco, cuando creó la regla de las Hijas de María Auxiliadora, y le "prestó" dos hermanas para la nueva congregación. 

Fue afable y gentil, pero era reservada y de pocas palabras. Con el permiso de sus superiores hizo el voto extraordinario de buscar en el cumplimiento de cada acción el modo "más perfecto". Meditaba largamente delante del Tabernáculo y obtuvo de la Santa Sede que sus religiosas pudiera comulgar diariamente. Al leer sus escritos, la Autobiografía y el enorme epistolario, se percibe el total abandono en manos de la Providencia. Murió de un cáncer de mama en Turín. Sus restos se encuentran en la capilla de la Casa Madre de Turín.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:


San Félix de Metz. M. 128. 
Tercer obispo de Metz; se afirma que ocupó esta sede durante más de 40 años. Fue un prelado exactísimo en el cumplimiento del cargo pastoral, esclarecido con milagros. 

Según la leyenda, Felix entonces diácono, fue enviado por san Pedro junto con el sacerdote Celeste y el obispo Clemente para evangelizar la región de Metz.

Se dice que su episcopado duró 42 años. El siglo XI sus reliquias fueron entregadas por Thierry de Luxemburgo a la diócesis de Bamberg erigida por el emperador san Enrique II. 

Pipino de Landen. Beato. (c.580-c.639). 

Duque de Bravante. Poseía un vasto dominio en Austrasia. Alcaide de palacio bajo el rey Clotario II. Preceptor del rey san Dagoberto II y del rey sanSigeberto III. Fue Mayordomo de Palacio de Austrasia a partir del 615, durante el reinado de tres reyes merovingios, pero Dagoberto I le quitó el cargo en 629. Cargo que volvió a ejercer tras la muerte del rey en 639.



Padre de santa Bega de Andene (por esta hija fue el primer antepasado de los Pipinides dando origen a la Dinastía Carolingia) y santa Gertrudis de Nivelles y esposo de santa Ida de Nivelles. Se le ha definido como un hombre "amante de la paz y constante defensor de la verdad y de la justicia". Nombró a su hijo Grimoaldo, Mayordomo de palacio. Grimaldo fue ejecutado en París después de haber usurpado el poder real. Su fiesta se celebraba en Nivelles. 


Santa Leonor de Inglaterra(Eleanora). (1222-1291). 
La santa de este nombre más renombrada es la conocida como Eleonora de Provenza o de Inglaterra, segunda hija de Ramón Berenguer IV de Barcelona, conde de Provenza y de Beatriz de Saboya, en cuya corte florecieron los más famosos trovadores de la época, lo que dio lugar a que Leonor, ya desde su infancia, sintiera gran afición por la literatura. Casó con Enrique III de Inglaterra, a los catorce años. 


Se le atribuyen poesías de estilo heroico en lengua provenzal. Mal aconsejada, poco dotada para la vida política y harto compasiva, no pudo impedir una rebelión de tipo popular contra la corona, ostentada por su esposo Enrique III. Una vez exiliada en Francia, y prisionero el rey, hizo gala de un insospechado coraje y volvió a Inglaterra al frente de un ejército, para restablecer la situación y devolver la corona perdida a Enrique III. Tras enviudar de éste se retiró a la abadía de Ambresbury, donde falleció con el aspecto de una simple benedictina.


Otra santa Leonor que se celebra este día es una monja benedictina que se santificó silenciosamente en el monasterio de Peñafort en Cataluña en el siglo XI. Después pasó al monasterio de Córdoba donde fue elegida abadesa. 

 Beato. (c.1560-1592). 
Martirologio RomanoEn Londres, en Inglaterra, beato Tomás (Thomas) Portmort, presbítero y mártir, que en tiempo de la reina Isabel I fue encarcelado por ser sacerdote y después colgado cerca de la catedral de San Pablo, consumando así su martirio.

Nació en Little Limber en el Lincolnshire. Después de estudiar en el Trinity College de Cambridge, se trasladó al extranjero para emprender los estudios eclesiásticos. En 1582 recivió la ordenación sacerdotal en Roma. 

En marzo de 1588 dejó el colegio inglés de Roma  y durante un cierto tiempo estuvo al servicio de Owen Lewis, obispo de Cassano, en el reino de Nápoles. Éste lo envió primero a Milán y después a Inglaterra; en Londres travó amistad con san Roberto Southwell. Encontró refugio en la parróquia de San Gregorio, junto al tendero John Barwys, al que consiguió reconciliar con la Iglesia. Pormort utilizó para enmascarár su identidad tres seudónimos: Whitgift, Meres y Price.

En 1591 fue arrestado por el testimonio del sacerdote apóstata, William Tedder, compañero del colegio inglés de Roma. Tomás consiguió evadirse, pero fue nuevamente capturado. Fue torturado en la habitación del cruel Topcliffe, “cazador de curas”, donde estaba preparada una ilegal cámara de tortura.

En 1592, Tomás fue procesado junto con John Barwys y se les condenó a muerte. Barwys fue perdonado mientras nuestro beato fue ajusticiado delante de la iglesia St. Paul's Churchyard, Londres, durante el reinado de Isabel I.




Baltasar, Antonio e  Ignacio Uchibori. Beatos. M. 1627. 
Martirologio RomanoEn el monte Unzen, en Nagasaki, Baltasar Uchibori, Antonio Uchibori, e Ignacio Uchibori, hermanos, mártires.

Los tres hermanos eran naturales de Fukae (Japón). A los tres hijos del beato Pablo Uchibori, antes de matarlos y arrojarlos al mar, les cortaron los dedos de las manos, ante su padre y ante un gran grupo de condenados al martirio, para presionarlos a apostatar. 

El niño Ignacio Uchibori, de cinco años, sufrió la mutilación con gran serenidad, levantando sus dedos y mano mutilada y sangrienta, con la admiración de todos los presentes. Murieron sumergidos, en los gases sulfurosos del volcán Unzen, Japón
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