Santoral del 27 de Marzo




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San RUPERTO DE SALZBURGO
San JUAN DE EGIPTO, Anacoreta
Bto PEREGRINO DE FALERONE
BBeato FRANCISCO FAÀ DI BRUNO
OTROS SANTOS DEL DIA
Santos: Pablo, Gelasio, Felipe, presbíteros; Augusta, Fileto, Lidia, Macedón, Teoprepio, Anfiloquio, Crónidas, Lázaro, Marotas, Nersetes (Narses), mártires; Bercario y Rómulo, abades.





SAN JUAN, Ermitaño
Si alguien habla, 
que sea como si hablase Dios.
(1 Pedro, 4, 11).

San Juan guardó silencio casi continuo durante los 50 años que pasó sobre la roca que había elegido para su retiro. Sanaba a los enfermos dándoles aceite bendito, a fin de que se atribuye se el milagro a Dios por medio de este aceite más bien que a Dios por medio de sus oraciones.

Decía que cuanto más se alejaba de los hombres, más gustaba del placer de estar con Dios. Predijo al emperador Teodosio las victorias que habría de obtener. ¿Es para asombrarse que conociese lo por venir? Dios manifiesta sus secretos a aquellos que larga y familiarmente conversan con Él.

MEDITACIÓN SOBRE LAS PALABRAS

I. Un cristiano jamás debe pronunciar una mala palabra; debe evitar con el mayor esmero las palabras deshonestas, las conversaciones demasiado libres, las blasfemias y las detracciones. Nada más fácil que pecar con palabras; difícil es, a menudo imposible, curar las heridas que se infieren con la lengua y reparar el perjuicio que se causa al prójimo con ella, ¿Te gustaría que se hablase de ti como hablas tú de los demás?

II. Evita aun las chanzas y las palabras inútiles. Si te habitúas a las burlas, muy pronto se deslizarán en tus conversaciones las palabras de doble sentido y las contrarias a la caridad; y, no pocas veces, preferirás herir la caridad o la modestia antes que callar una agudeza. Rendirás cuenta, en el día del juicio, hasta de la menor palabra inútil que hayas dicho. Concededme, Señor, la gracia de gobernar mi lengua; guardad mis labios, (Salmo).

III. Para evitar todos estos defectos no has de hablar a menudo ni mucho, Si hablas mucho llegarás a ofender a Dios o al prójimo. Sabio te manifestarás si te callas; hombre de poco juicio si hablas mucho, Muy frecuentemente te arrepentirás de haber hablado, nunca de haber guardado silencio. Habla cuando tengas que decir algo bueno preferible al silencio; mas, cuando sea mejor callar que hablar, cállate (San Gregorio).
El silencio
Orad por los religiosos.

ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis nuevo motivo de gozo con la fiesta del bienaventurado Juan, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido e1 el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C N. S. Amén


http://www.aciprensa.com/podcast/santo/marzo27juandeegipto.mp3




Martirologio Romano: En Salzburgo, en Baviera, san Ruperto, obispo, que siendo originario de la región de Worms, a petición del duque Teodon se dirigió a Baviera y en la antigua ciudad de Juvavum edificó una iglesia y un monasterio, donde estuvo al frente como obispo y como abad, y desde allí difundió la fe cristiana.

Hijo de familia noble, renunció a todo para servir a la Iglesia. Refieren varios autores que sobresalió en gran manera en toda clase de virtudes morales y naturales: bondad, dulzura, rectitud, prudencia y amor a la justicia. No brillaron menos las virtudes cristianas: humildad, castidad, piedad, mortificación y gran espíritu de oración. Fue consagrado obispo de Worms a pesar de su resistencia. La dignidad episcopal no le liberó de la antigua austeridad de vida. Al contrario, al ver que la idolatría y el paganismo abundaban tanto en su ciudad, se sintió todavía más obligado a entregarse a ayunos, mortificaciones, vigilias y penitencias. De todas partes acudían a oírle y pedirle consejo. Pero los infieles de Worms, que eran muy numerosos, apoyados por el conde Bercario, se volvieron contra él, lo ultrajaron, lo azotaron y lo expulsaron. Dos años estuvo errante Ruperto. Aprovechó para visitar Roma y entrevistarse con el Papa.

Teodón, duque de Baviera, mandó emisarios para rogarle que fuese a predicar el Evangelio en sus estados. Teodón y todo su pueblo recibieron el bautismo en Ratisbona. Aquellas provincias habían sido evangelizadas doscientos años antes por san Severino de Nórica, pero poco a poco habían vuelto a la idolatría. Ruperto extendió su acción hacia oriente, evangelizando también la actual Austria. Lorch será uno de los campos principales de evangelización. En la antigua Juravia o Juvanum casi destruida, consiguió transformar un castillo romano en una iglesia dedicada a San Pedro. A su alrededor surgió un centro del cristianismo, que terminó siendo la nueva sede episcopal y ciudad de Salzburgo.

Para fortalecer la fe de estas nuevas cristiandades se trajo misioneros de Baviera, y con ellos su sobrina, santa Erentrudis de Salzburgo, y otras religiosas para las que construyó el célebre monasterio de Nonnberg del que santa Erentrudis fue su ejemplar abadesa. Otras donaciones hizo Teodón a san Ruperto para bien de la religión. Fundó también los monasterios de Weltenburgo y San Maximiliano en la región de Pongau. Muerto Teodón, su hijo Teodeberto siguió favoreciendo todas las actividades apostólicas del santo. Apóstol de Baviera y Austria. Patrón de Salzburgo.
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Nació en Licópolis, (hoy Asiut), era carpintero. A la edad de 25 años decidió; abandonar el mundo y se puso bajo la guía de un anciano anacoreta, quien durante diez años, lo ejercitó en la obediencia y abnegación de sí mismo. El santo obedeció con humildad y sin replicar, por irracional que fuera la tarea que se le imponía, y continuó con este ejercicio hasta la muerte del anciano.

Se retiró a una cumbre de una escarpada colina, donde construyó tres celdas contiguas. Ahí permaneció hasta el final de sus días. Durante cinco días de la semana, hablaba con Dios, pero los sábados y domingos, las personas podían acercarse para oir sus instrucciones y consejos espirituales.

San Juan no fundó ninguna congregación, pero se le considera como el Padre de todos los ascetas, y cuando sus visitantes llegaron a ser tan numerosos, fue necesario construir mas celdas para recibirlos. Adquirió una reputación de santidad solo inferior a la de san Antonio Abad. Se alimentaba solamente de frutos secos y verduras, y no aceptaba ningún alimento cocinado. También fue especialmente famoso por sus profecías, milagros, su poder de leer los pensamientos y de descubrir los pecados secretos de aquellos que lo visitaban.

Se dice que profetizó sus victorias al emperador Teodosio. Aunque fue famoso porque se dejó llevar por la tentación de la carne en su soledad del desierto, y por ello hizo grandes penitencias. Se le recuerda por su don de profecía y por ello se le llama "el Profeta de la Tebaida". Fue consultado por emperadores. San Jerónimo, san Agustín, Casiano o Paladio le admiraron mucho. Falleció a la edad de 90 años, mientras estaba de rodillas orando con el Padre Celestial.
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Bto PEREGRINO DE FALERONE. M. 1240.
Martirologio Romano: En la región Septempedana (hoy San Severino Marche), del Piceno, en Italia, beato Peregrino (o Pelegrín) de Falerone, presbítero, que fue uno de los primeros discípulos de san Francisco y que, peregrino en Tierra Santa, resultó admirado incluso por los sarracenos.

Natural de Falerone, en Áscoli Piceno, venía de una noble y rica familia del lugar. En Bolonia había estudiado Filosofía y Derecho canónico, junto con beato Rizziero. Era ya un hombre versado en las ciencias, cuando encontró a san Francisco de Asís, quiso seguirle. Francisco le profetizó: "Tu servirás a Dios en la humilde condición de hermano lego, y te aplicarás sobre todo en la práctica de la humildad". Ingresó en los franciscanos y quiso ser un modesto religioso, encargado de los oficios más humildes y escondidos del convento. El beato Bernardo de Quintavalle lo consideró, entre los primeros discípulos de san Francisco, uno de los religiosos más ejemplares.

Llevado por el sagrado fervor, viajó a Tierra Santa entre los musulmanes, para buscar el martirio de manos de los infieles, en aquel tiempo la devota aspiración de muchos frailes. En realidad tuvo un gran éxito entre ellos, ya que encontró respeto y tolerancia.
De regreso en Italia, continuó con su vida humilde y escondida, y cuanto más se escondía su fama de santidad se expandía por todos los lugares. En los últimos años de su vida vivió en la humildad y murió en el convento de San Severino de la Marca. Después de su muerte se sucedieron muchos milagros.

Fue sepultado en la iglesia de los Cistercienses, La Madonna de las Luces. Aprobó su culto Pío VII el 31 de julio de 1821.
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Martirologio Romano: En Turín, en el Piamonte, beato Francisco Faá di Bruno, presbítero, que unió la ciencia de las matemáticas y de la física con la práctica de las obras de caridad.

Nació en Alessandría (Piamonte) en el seno de una familia noble y acomodada; su padre era marqués de Bruno, conde de Carentino y señor de Fontanile. En 1836, ingresó en el colegio Novi Ligue dirigido por los somascos. A los 15 años decidió hacerse militar en Turín y llegó a ser capitán del Estado Mayor. Tomo parte en las guerras para la independencia de Italia de 1848 y 1849. Su crédito era tal que el rey Víctor Manuel II pensó en confiarle la educación de los príncipes Humberto y Amadeo. Él prefirió completar estudios de Matemáticas y Física en París; aquí se adhirió a las primeras “Conferencias de San Vicente de Paúl” fundadas por san Federico Ozanam, a quién conoció personalmente; a su difusión se dedicó a su regreso al reino de Cerdeña.

Volvió a Turín en 1852. Fue demasiada clara su adhesión al catolicismo para que los elementos liberales y sectarios del entorno regio permitieran que se encargara de la educación de los príncipes. Francisco, en vista de lo cual, dejó en 1853 el ejército, por no batirse en duelo con un oficial que le había ofendido, y por su clara oposición a la masonería. Para sus compañeros militares editará el “Manual del soldado cristiano” que fue muy difundida. En 1854, apasionado por la música, publicó “La Lira católica”, una recopilación de cánticos sagrados populares; volvió a la Sorbona de París a doctorarse en Matemáticas y Astronomía: al pasar por el Piamonte, entregó “El gentilhombre” calendario que utilizaron los labriegos de la zona.
En 1855 estudió y trabajó en el Observatorio nacional francés, trabajando con el renombrado Urbain Le Verrier. En contacto con la cultura francesa, decidió dedicarse a la demostración de la armonía existente entre ciencia y fe. En 1856, preocupado por la enfermedad de los ojos de su hermana María, inventó y fabricó un escritorio para ciegos, que elogiaron muchas academias y que sirvió de gran ayuda para los invidentes y luego publicó una apreciable serie de obras científicas.

Perdió las elecciones cuando se presentó al parlamento, en 1857, por el Partido Conservador Católico. Inició su etapa de profesor en la universidad turinesa y en la Escuela de Aplicación del Estado Mayor. Sus actividades científicas y docentes no le apartaron del compromiso cristiano con obras de asistencia social, como unos hornillos económicos para los trabajadores, que eran unas cocinas, donde se preparaban y vendían comidas calientes muy baratas; pero no gratuitas. En 1859 fundó la Obra Pía de Santa Zita para las chicas del servicio doméstico en la zona de mala fama Borgo San Donato. Abrió también diferentes pensionados para ancianos y ancianas, para señoras enfermas y convalecientes y para sacerdotes ancianos o reducidos a la miseria por las leyes estatales de confiscación, sin indemnización, de las leyes estatales.

 Por iniciativa suya (y san Juan Bosco, aceptó la vicepresidencia) surgió, por primera vez en Italia, la Obra para la santificación de las fiestas, para defender a los trabajadores del trabajo dominical, al que estaban obligados por el despiadado capitalismo naciente. En 1860, fundó, incluyéndola en la Obra de Santa Zita, la Clase de las Clarinas, para muchachas de condición humilde afectadas de minusvalías y que tanto bien están haciendo. También fundó la Enfermería de San José, para mujeres pobres y enfermas, sobre todo para las convalecientes. En 1862, fundó el Pensionado-hospicio para mujeres ancianas e inválidas. Dio vida a un Liceo, que luchaba por la contribución de los católicos por una escuela libre. Hizo otras muchas fundaciones: La Biblioteca Mutua Ambulante, para promover la lectura de libros científicos; la Escuela de Educandas, para la formación profesional de jóvenes pobres; la Escuela de Alumnas Maestras e Institutrices.

La impresión que le produjo la muerte de tantos jóvenes que morían en batalla, sin estar preparados, le hizo contruir en 1867 la iglesia de Nuestra Señora del Sufragio. En estas obras empleó gran parte de su capital. Fundó para ello, junto con Giovanna Gonella, la Congregación de Religiosas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, que no pudo ver su consolidación, porque tuvo divergencias con el arzobispo de Turín, que se negaba a la aprobación, por parecerle que la fundación quedaba sustraída a su autoridad directa. En 1871, fue nombrado profesor numerario de Analítica matemática y geométrico de la Universidad de Turín, pero siempre le fue negada la cátedra por su fidelidad al Papa. En 1872, publicó “Pequeño homenaje de la ciencia a la Divina Eucaristía”, un ensayo en el que intentaba acercar la ciencia con la fe. En 1874, compró la propiedad y dirección del periódico El “Corazón de María”, que alcanzó gran difusión nacional. Asumió también la dirección del Museo de las Misiones Católicas.

A los 51 años (1876) fue ordenado sacerdote por consejo de don Bosco y del papa el beato Pío IX. En 1876, tuvo problemas con el arzobispo Lorenzo Gastaldi sobre el camino a seguir, pero la ayuda del Papa, le ayudó a continuar, pero nunca se opuso a su obispo. Murió a causa de una infección intestinal en Turín.
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Santa Augusta de Serravalle. M. c. 100.
Según unas Actas legendarias y con pocos visos históricos, era hija del duque teutón de Frioul, Matruco; residían en Serravalle (actual barrio antiguo de la ciudad de Vittorio Veneto) y era un gran enemigo de la religión cristiana. Augusta abrazó secretamente la nueva fe, pero su conversión hizo enfurecer tanto a su padre que mandó arrestarla. Ya que rechazó apostatar, fue torturada y por fin fue decapitada; su cuerpo fue encontrado algunos años después sepultado en una colina de Serravalle, que tomó su nombre. Es venerada en Serravalle en Treviso.

Santos Fileto, Lidia, Macedón, Teoprépides, Anfiloquio y Crónidas. M. 121.
Fueron martirizados en Iliria durante la persecución de Adriano; según el antiguo Martirologio Romano, Fileto era senador, Lidia su mujer, Macedón y Teoprépides sus hijos, Anfiloquio un capitán y Crónidas un notario. Fueron arrestados por ser cristianos, el emperador Adriano los confió a un alto oficial llamado Anfiloquio, que se convirtió al cristianismo. Del mismo modo el oficial de la guardia de la prisión, Crónidas, siguió su ejemplo. El emperador al enterarse mandó que se les torturase a todos para que apostatasen. Murieron dentro de un recipiente con aceite hirviendo. Sus Actas no son fiables. El nuevo Martirologio Romano no los cita.

San Alejandro de Drizipara. s. III.
Soldado mártir en Drizipara, Panonia, durante la persecución de Maximiano Hercúleo. Algunos autores lo identifican con su homónimo mártir en Tracia del 3 de Mayo.
Era un militar a las órdenes del tribuno Tiberio, en tiempos del emperador Maximiliano. Se celebraban en la ciudad imperial unas grandes fiestas dedicadas al honor de Júpiter. Sabían que era cristiano. Entonces quisieron obligarle a que hiciera los sacrificios al dios, a lo que se negó. Como era un militar afamado, lo llevaron ante el emperador.

En su presencia profesó abiertamente su fe. Consecuencia: le torturaron y le enviaron a Tracia, en donde le dieron fuertes castigos. Pero todo lo soportó con alegría por Jesús, perdonando a sus verdugos. Lo trasladaron de un sitio para otro. Los interrogatorios continuos lo indignaban. Cansados, lo transfirieron a Drizipara (actual Karistiran) en donde lo decapitaron. Arrojaron su cuerpo al río y cuatro perros lo rescataron en presencia de su madre Pemenia.
El culto a Alejandro comenzó con mucho fervor en el siglo VI. Exaltaban el valor de la madre dando sepultura a su hijo.

San Aimonio de Halberstadt. M. 853.
Alemán. Ingresó muy joven en el monasterio benedictino de Fulda; fue compañero del beato Rábano Mauro, con el que escuchó las lecciones de Alcuino (802) en el célebre monasterio de San Martín de Tours. Regresó a Fulda (804), donde residió y enseñó hasta el 839, cuando fue trasladado a Hesfeld.

En el 840 por orden del emperador Ludovico el Germánico fue nombrado obispo de Halberstadtr y como tal participó en los sínodos de Maguncia de los años 847 y 852. El beato Rábano Mauro le dedicó la obra “De Universo”; también Aimonio escribió bastante, pero no todas las obras que se le atribuyen y recogidas en tres volúmenes en el “Migne” son auténticas. En los martirologios benedictinos se le titula como “beato” o “santo”, pero no consta que haya tenido un culto oficial y reconocido por la Iglesia.

San Mateo de Beauvais. M. c. 1098.
Nació en Beauvais; cogió la cruz cuando el obispo de la ciudad, Roger de Clermont, predicaba la I Cruzada. Dio un gran ejemplo de honestidad y religiosidad a todos los compañeros de la cruzada, y lo mismo en la corte de Alejo I Conmeno en Constantinopla. Fue apresado por los moros durante el asedio a Antioquá y rechazó negar a Cristo, por ello murió mártir y fue decapitado.

Panacea de Muzzi. Beata. (1368-1383).
Martirologio Romano: En Quarona, junto a Novara, del Piamonte, en Italia, beata Panacea de’Muzzi, virgen y mártir, que a los quince años de edad, estando orando en la iglesia, fue asesinada por su propia madrastra, que siempre la atormentaba.

Nació en Quarona, se quedó huérfana muy pronto. Su padre volvió a casarse, y su madrastra y hermanastra, que no la querían, la obligaron a trabajar como una esclava; para soportarlo, ella se refugió en la oración. La maltrataron tanto que un día su padre la halló herida a causa de los golpes.

Un día se fue al monte con sus ovejas y a recoger leña; se puso a orar y las ovejas regresaron solas a casa, se retrasó más de lo normal, así que su madrastra, llena de ira fue a buscarla y la encontró orando, perdiendo conpletamente los estribos, tomó una piedra grande y se la arrojó a la cabeza, la apaleó con un bastón y le arrojó más piedras, y utilizando un huso como un puñal se lo clavo en el cuello, en el pecho, hasta que la mató.

Fue enterrada en Ghemme, Novara, y desde un incio fue considerada una mártir por la gente de la localidad, desarrollándose la devoción casi inmediatamente.
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