Santoral del 3 de Marzo



INDICE


Santa TERESA EUSTOQUIO VERZERI
Santos EMETERIO y CELEDONIO
San WINWALEO
Santa CUNEGUNDA DE BAMBERG
Beato PEDRO JEREMÍAS
Beato JACOBINO DE CREAVACUORE.
Beatos LIBERATO WEISS, SAMUEL MARZORATI y MIGUEL PÍO DE ZERBO
Beato PEDRO RENATO ROGUE
Beato INOCENCIO DE BERZO
Santa CATALINA DREXEL
OTROS SANTOS DEL DÍA
VIDEOS



SANTA CUNEGUNDA, Emperatriz de Alemania, Viuda
Queridísimos, os conjuro a que os abstengáis
de los deseos de la carne, que combaten contra el alma.
(1 Pedro, 2,11)


Santa Cunegunda dio un espectáculo verdaderamente digno de los ángeles observando, en medio de las delicias de la corte, castidad perpetua con San Enrique su esposo. La calumnia se empeñó en hacer que su virtud se hiciese sospechosa ante los ojos de este príncipe; mas, Cunegunda, llena de confianza en Dios, probó su inocencia caminando descalza, sin quemarse, sobre rejas de arado calentadas al rojo. Después de la muerte de San Enrique, esta purísima paloma, se retiró a un monasterio como buscando asilo para su virginidad. Murió en el año 1039.

MEDITACIÓN SOBRE LA CASTIDAD
I. Es muy difícil vivir castamente en medio de las delicias del mundo; no te creas que conservarás sin esfuerzo ese precioso tesoro de tu pureza. Serás atacado día y noche, en todo tiempo, en todo lugar, a toda edad de tu vida; mas, esta virtud, que te hace semejante a los ángeles, bien merece que se realicen los mayores esfuerzos para conservarla. Reguemos este hermoso lirio de nuestros desvelos, con nuestras lágrimas y nuestra sangre, si fuese necesario, antes que dejarlo marchitar.

II. Lo que es difícil para la fragilidad humana, se hace fácil con el auxilio del Cielo. Es verdad que nadie podría ser casto, si Dios no le diera esa gracia; pero Dios no deja de hacer esta merced a quienes se la piden y trabajan seriamente en su adquisición. Desconfía de ti mismo, humíllate, implora el auxilio del Cielo, y Dios te dará las gracias necesarias para someter la carne al espíritu. Evita sobre todo las faltas menores: todo es peligroso; el tesoro que llevas se encierra en vaso de arcilla: una nonada te lo puede hacer perder.

III. Huye prontamente de las ocasiones en las que peligra la santa virtud. Apenas San Enrique hubo dado su último suspiro, dejó Cunegunda la corte para refugiarse en un monasterio. Huye si quieres vencer; no te confíes en las victorias pasadas: basta una mirada para perderte; no eres más sabio que Salomón, ni más santo que David, que fueron vencidos por el demonio de la impureza. En fin, si el fuego de las pasiones arde en tus huesos, date prisa a apagarlo con el recuerdo del fuego eterno. (San Pedro Damián).
La castidad
Orad por las vírgenes.

ORACIÓN
Escuchadnos, oh Dios nuestro Salvador, a fin de que la fiesta de nuestra Virgen Cunegunda, al regocijar nuestra alma, desarrolle en ella los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.


Santa TERESA EUSTOQUIO VERZERI. (1801-1852).


Martirologio Romano

En Brescia, en Lombardía, santa Teresa Eustoquio (Ignacia) Verzeri, virgen, fundadora del Instituto de las Hijas del Sacratísimo Corazón de Jesús

Nació Bérgamo de Lombardía, en el seno de los condes de Pedroça-Grumelli y se llamaba Teresa Eustoquio. Intentó tres veces hacerse religiosa benedictina, pero el canónigo de la catedral de Bérgamo, José Bengalio, la hizo salir tres veces del convento, cosa que le supuso a Teresa no pocas críticas y burlas, pero ella lo soportó por obediencia.

Después de haber salido por tercera vez del convento, Teresa se consagró enteramente a la instrucción religiosa de las niñas en una pequeña casa llamada Gromo, que pronto se convirtió en la semilla de la nueva congregación religiosa que había de fundar. Antonia, su hermana y otras dos jóvenes, se le unieron al poco tiempo. Las cuatro hicieron la profesión de votos simples ante el canónigo Benaglio, quien las destinó a la enseñanza de la juventud. La vida de la nueva comunidad era muy austera, con largos períodos de silencio y ayuno. Teresa tuvo que hacer frente a muchas dificultades espirituales, dudas y tentaciones. La Congregación empezó pronto a crecer, pues ingresaron en ella numerosas jóvenes de buena familia, entre las que se contaban tres hermanas de Teresa, además de su propia madre que había quedado viuda. El canónigo Benaglio se encargaba de la dirección espiritual de la comunidad y ayudó a redactar las reglas y constituciones que comprendían diferentes obras de caridad: escuelas para los niños pobres, visitas a las mujeres enfermas, centros religiosos y de recreación para las jóvenes que se hallaban en peligro y sobre todo, retiros para mujeres, según el espíritu de San Ignacio de Loyola.

El obispo de Bérgamo, Mons. Carlos Gritti-Morlacchi, favoreció al principio a la nueva congregación, pero después se dedicó a obstaculizar su crecimiento. Mayor prueba fue para Teresa su propia indecisión y humildad. ¿La llamaba Dios realmente a fundar una nueva congregación, dado que ya existían otros institutos similares, como el del Sagrado Corazón, fundado por santa Magdalena Sofía Barat. Teresa fue a Turín, donde la madre Barat había empezado a organizar, desde 1832, los retiros para mujeres y se sintió muy inclinada a unir su Congregación con la de la santa. Pero pronto comprendió que la voluntad de Dios era diferente, pues había campo más que suficiente para las dos congregaciones, por similares que fuesen. Así pues, la beata tuvo que superar ésta y otras dificultades y soportar con paciencia numerosas desilusiones, antes de conseguir que se estableciera sólidamente su Instituto. Finalmente, en 1841, Teresa y sus compañeras pudieron hacer la profesión solemne en manos del mismo prefecto de la Congregación de obispos y religiosos, el cardenal Constantino Patrizi. Unos cuantos días más tarde, fue publicado el decreto aprobatorio de la Santa Sede y la Congregación fue definitivamente confirmada en 1847. Con esta ocasión, se autorizó a la fundadora a abrir una casa en Roma.

Entre los que ayudaron a Teresa Verzeri en las dificultades, se contaba el beato Luis Pavoni, de Brescia, quien se encargó de imprimir las Constituciones de la nueva Congregación, en un momento en que esto significaba exponerse a muchas molestias; pero el beato hizo caso omiso de las murmuraciones y hablillas. Además, intercedió ante Mons. Speranza para que apoyase en Roma la causa de las Hijas del Sagrado Corazón. Cuando Teresa compró un antiguo monasterio en Brescia, el Beato Luis proyectó los cambios que era necesario hacer al edificio y se encargó de vigilar personalmente la obra. Para ayudar a Teresa, hizo varios viajes a Bérgamo y a Trento, y se comprometió a asegurar la misa diaria en la casa madre. Nada era demasiado difícil para el Beato Luis, cuando se trataba de ayudar a las religiosas. La gran estima mutua que se profesaban el Beato Luis y la Beata Teresa ha continuado entre sus Congregaciones respectivas, en el siglo que ha transcurrido desde su muerte.

La beata vivió todavía cuatro años después de la fundación de la casa de Roma. Durante ellos creció en gracia y santidad y su Congregación con ella. El cólera que azotó el norte de Italia, arrebató a la beata el 3 de marzo de 1852. La multitud que asistió a sus funerales fue el mejor testimonio de la reputación de santidad de que gozaba y que no ha hecho sino aumentar con el tiempo.
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Santos EMETERIO y CELEDONIO. M. c. 298.


Martirologio Romano: En Calahorra, en la Hispania Tarraconense, santos Emeterio y Celedonio, los cuales, estando cumpliendo la milicia en los campamentos junto a León, en la provincia de Galicia, por confesar el nombre de Cristo al inicio de la persecución fueron conducidos a Calahorra y allí coronados con el martirio

Mártires durante la persecución de Diocleciano y Maximiano Herculeo. No hay muchos datos exactos sobre su vida, pues, como dice el historiador Eusebio, y confirma Prudencio, Diocleciano mandó destruir las Actas de estos los mártires para que no quedase ningún recuerdo.
No se sabe dónde nacieron ni cómo se hicieron cristianos. Bien pudo ser en la misma Calahorra, La Rioja, pues allí se reclutaban soldados para el Imperio. Suetonio lo confirma cuando escribe que el mismo Augusto había elegido calagurritanos para su propia guardia personal.
Soldados ciertamente lo fueron, pertenecientes a la Legio VII Gémina Pía Félix. Tal vez eran hermanos (aunque no consta tal hecho); lo que es indudable es que fueron degollados en el arenal que bañaba el río Cidacos, por negarse a sacrificar a los dioses imperiales. Antes de su muerte permanecieron largo tiempo en prisión, tanto que se dice, les creció mucho el cabello, pero ni las amenazas ni la cárcel ni las torturas menguaron su talante marcial. Según el primer himno del "Peristephanon" de Prudencio, al morir se vio subir por el aire, derechos al cielo, el anillo de Emeterio y el pañuelo de Celedonio, símbolos visibles de su gloria.

Sus Actas apócrifas las escribió Prudencio, aunque el mejor testimonio de su vida es la breve inscripción que hay en el baptisterio de la catedral de Calahorra: "Aquí dos varones, por el nombre del Señor, sufrieron martirio sangriento, en una muerte gloriosa".
Santander proviene de Villa Sancti Heetherii, aunque otros autores lo atribuyen a Sant Andrés. Patronos de Calahorra y de Santander y su diócesis. Puede ser el mismo que se venera en el Franco Condado en el departamento de Gard donde dos pueblos llevan su nombre: Saint Emétery y Saint Médier.
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San WINWALEO. (418/55 - 509).

Martirologio Romano: En la península de Armórica (Bretaña), san Winwaleo, primer abad de Landevenec, del cual la tradición narra que era discípulo de san Budock en la isla de Lavret, y que con su vida ilustró la regla monástica

Nació en Bretaña, en el seno de una familia acomodada (su padre, Fracan, era un jefe bretón). Tuvieron que abandonar su país cuando los romanos se marcharon y llegaron los sajones. Winwaleo o Guennole se hizo monje bajo la dirección del abad san Budock en la abadía de Lavret, venciendo las objeciones que le ponía su padre, que no quería que su hijo se dedicara a la vida religiosa.

Hacia el 493, después de que residiese en Lavret algún tiempo, se decidió a ir a Irlanda a ponerse bajo el gran san Patricio, pero fue disuadido por un sueño en el que el santo se le apareció prohibiéndole el viaje, pero a la vez le dijo que pronto debería abandonar a san Budoc. De acuerdo con ello, salió con once compañeros, y, después de un tiempo pasado entre extraordinarias austeridades en la isla de Tibidi, en la desembocadura del río Aven, finalmente se estableció en Landevennec, donde fundó un monasterio en un promontorio rocoso cerca de Brest de la que fue abad. Hizo que el rey de Cornualles, estableciera una diócesis en Quimper.

Otros autores dicen que llegó a la Armórica desde el País de Gales. Hijo de santa Gwen y hermano de santos Jacinto y Guetnoco.

Después de su muerte, se atribuyeron a él muchos milagros. Su cuerpo fue llevado a Flandes en época de las incursiones normandas. Las reliquias se conservan en Montreuil-sur-Mer (donde hay una iglesia dedicada a él bajo el nombre de San Walow), pero también hay reliquias en San Pedro de Gante, y en otros lugares. Su tumba aun estaba en la iglesia de Landevennec hasta principios del siglo XIX. La Abadía de Landevennec se convirtió en benedictina en el siglo IX, y estaba en manos de la Congregación de San Mauro, hasta la supresión definitiva. Las fechas propias de san Winwaleo son el 3 de marzo, y el de la traslación de sus reliquias, el 28 de abril.
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Santa CUNEGUNDA DE BAMBERG. (c.978 - 1033).


Martirologio Romano: En el monasterio de Kaufungen, en Hesse, santa Cunegunda, que aportó muchos beneficios a la Iglesia junto con su cónyuge, el emperador san Enrique, y tras la muerte de éste abrazó la vida cenobítica en el monasterio donde se había retirado. Al morir hizo a Cristo heredero de todos sus bienes y su cuerpo fue colocado junto a los restos de san Enrique, en Bamberg

Hija de Sigfrido, conde de Luxemburgo y de Eduvigis de Alemania. Contrajo matrimonio con san Enrique II de Baviera, emperador de Alemania hacia el 998. Ambos fueron castos toda la vida ya que habían hecho voto de virginidad (la realidad es que el rey era impotente y no podía engendrar). Fueron coronados reyes de Germania en el 1002. Cuando Enrique fue coronado emperador en Roma en 1014 por el papa Benedicto VIII, seguían rivalizando abiertamente entre sí acerca de cuál de los dos podía complacer más a Dios orando, ayudando a los pobres y decorando iglesias. Tanta virtud provocaron envidias. Cunegunda fue acusada por los cortesano de infidelidad al rey, y ella para demostrar lo contrario, se sometió al "juicio de Dios" y caminó descalza sobre carbones encendidos (prueba que fue aprobada en 1022 por el concilio de Seligenstandt, para casos de adulterio).

Junto con su esposo construyó la catedral y el obispado de Bamberg en Franconia. El reinado de Enrique y Cunegunda fue uno de los más felices. Yendo en cierta ocasión a realizar un retiro en Hesse, cayó gravemente enferma, e hizo la promesa de fundar un monasterio si sanaba, en un lugar entonces llamado Capungen, ahora Oberkaufungen, cerca de Cassel, en el land de Hesse, lo que cumplió de manera majestuosa, y lo entregó a las monjas benedictinas. Según parece, la emperatriz tenía una sobrina joven, llamada Judit, a la que profesaba mucho cariño y a la que había educado con gran solicitud. Santa Cunegunda nombró a Judit superiora del nuevo convento, no sin haberle dado antes muchos buenos consejos. Pero la joven abadesa empezó a dar muestras de laxitud y frivolidad, en cuanto se vio libre de la tutela de su tía. Era la primera en acudir al refectorio y la última en llegar a la capilla; y prestaba oídos a toda clase de habladillas y las propagaba. Inútiles resultaron todas las reprensiones de santa Cunegunda: la crisis estalló el día en que la abadesa, en vez de asistir a una procesión dominical, se quedó a pasar el rato con otras religiosas jóvenes. Llena de indignación, santa Cunegunda reprendió ásperamente a la culpable y aun la golpeó. Las marcas de los dedos de la santa quedaron impresas en las mejillas de la abadesa hasta el día de su muerte, y ese milagro no sólo convirtió a la abadesa desobligada, sino que ejerció un efecto saludable sobre toda la comunidad.

En 1024, el día del aniversario de la muerte de su esposo, santa Cunegunda invitó a numerosos prelados a la dedicación de la iglesia que había construido en Kafungen. Después del canto del Evangelio, la santa depositó sobre el altar una reliquia de la cruz de Jerusalén, cambió sus vestiduras imperiales por el hábito religioso y recibió el velo, de manos del obispo de la ciudad. Una vez en religión, pareció olvidar que había sido emperatriz y se consideraba como la ultima de las monjas, convencida de que eso era, a los ojos de Dios. Nada temía tanto como aquello que pudiera recordarle su antigua dignidad. Oraba y leía mucho, y se dedicaba especialmente a visitar y consolar a los enfermos. Así pasó los últimos años de su vida. Murió el 3 de marzo de 1033 (o 1039). Su cuerpo fue sepultado en Bamberg junto al de su esposo.
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Beato PEDRO JEREMÍAS. (1399-1452).
Martirologio Romano En Palermo, en Sicilia, beato Pedro Jeremías, presbítero de la Orden de Predicadores, que, confirmado por san Vicente Ferrer en el ministerio de la palabra de Dios, se entregó del todo a la salvación de las almas<br />
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Nació en Palermo en la familia patricia de los Geremia. Creció lleno de gracia y modestia mostrando un ingenio poco común. Estudió Derecho en la universidad de Bolonia. Estaba para doctorarse cuando inspirado en una visión, reflexionó sobre la futilidad de los honores humanos. Se le apareció un pariente que estaba en el Purgatorio y que había ejercido la abogacía, que le dijo que, a pesar de haber defendido tantas causas, no había encontrado defensores ante el divino tribunal. Conmovido y aterrado el joven estudiante se postró delante de Dios y le ofreció su virginidad e ingresó en los dominicos.

Sus progresos en la virtud y estudio en el convento dominico de Fiésole, fueron admirables. Pronto su inspirada palabra resonó en toda Italia. Fue exhortado al ministerio de la palabra por el mismo san Vicente Ferrer, que le tuvo un tierno afecto y le aseguró, de parte de Dios, que su celo era muy agredecido por la Divina Majestad.

El Maestro general, Bartolomé Tessiero, después de segregar la Provincia de Sicilia de la de Nápoles, le confió, en 1417, la restauración de la disciplina regular que había decaído. Pedro se dedicó con todo el ardor de un santo en esta misión y los frutos de consolación que ganó, más que con la palabra, los obtuvo con el ejemplo y la oración.

Predicó en toda Italia y en Florencia tomó parte en el concilio de Florencia-Ferrara, por indicación personal de Eugenio IV, que trató de la unión de cristianos latinos y griegos. Su palabra fue muy escuchada por todos los padres conciliares. Fue prior del convento de Santa Zita en Palermo. Como visitador de la Orden, concedió el hábito al beato Juan Liccio en Sicilia. Sentía fortísimos dolores en las piernas, y cuando estos se mitigaban lloraba; le preguntaron el por qué de su llanto y él respondía: "Siento que la mano de Dios se retira de mi, cuando no sufro más". Murió en el convento de Santa Zita de Palermo. Copatrono de la ciudad de Palermo.<

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Beato JACOBINO DE CREAVACUORE. (1438-1508).

Martirologio Romano

En Vercelli, en el Piamonte, beato Jacobino de Canepacci, religioso de la Orden de los Carmelitas, preclaro por su dedicación a la oración y la penitencia
Natural de Piasca, antes parroquia de Crevacuore, y después en la de Ayloche en el Piamonte. Siendo ya un joven maduro y atraído por la especial devoción que conoció que los carmelitas profesaban a María, pidió ser acogido entre ellos. Desde un principio rogó ser admitido como hermano de obediencia y se puso al servicio de todos y a disposición incondicional tanto de los superiores como de todos los demás hermanos.

Al profesar, el primer oficio que le encargaron los superiores fue el de limosnero. Malos tiempos aquellos para la débil economia conventual. Abundaban también las pestes y otras enfermedades. Todo ello contribuía a la penuria que reinaba en casi todos los conventos. Fray Jacobino recorría, con gran sacrificio y bondad, calles y plazas, tanto de Vercelli como de otros pueblos vecinos, para recoger cuantas limosnas le daban los buenos cristianos. Con estas limosnas, además de ayudar a su propia comunidad, ayudaba también, con permiso de los superiores, a cuantos pobres encontraba a su paso.

Otro cargo que también desempeñó con la admiración de todos fue el de portero del convento de Vercelli durante muchos años. El sabía muy bien que cuantos visitan los conventos la imagen que se llevan de él es lo que les ha dado el Hermano portero. El Hno. Jacobino procuraba dar buen ejemplo siempre y a todos con su afabilidad, humildad y exquisito trato. Todos quedaban admirados de su bondad y le tenían por santo; y según dicen sus biógrafos “brilló por la santidad admirable, aunque desconocida de los hombres”. Se sabe que daba a los pobres su propia ración de pan y vino y que oró y trabajó mucho. Murió en tiempo de peste y fue sepultado en un lugar digno. Sobre su tumba se obraron muchos milagros. Algunos autores lo equivocan con Jacobino de Luino, pero no es el mismo.
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Beatos LIBERATO WEISS, SAMUEL MARZORATI y MIGUEL PÍO DE ZERBO. M. 1716.


Martirologio Romano
Junto a Gondar en Etiopía, beatos Liberato Weiss, Samuel Marzorati y Miguel Pío de Zerbo, sacerdotes de la Orden de los Hermanos Menores y mártires, que murieron lapidados por la fe católica


Liberato Weiss (de seglar, Juan Lorenzo) nació en Konnersreuth (Baviera). A los 18 años ingresó en el convento franciscano de Eger. En 1698 recibió la ordenación sacerdotal en Viena. Se ofreció voluntario, junto con Miguel Pío de Zerbo para ir a la misión de Etiopía recién fundada.

Samuel Marzorati (de seglar, Antonio Francisco) nació en Biumo Inferiore, barriada de Varese (Italia), en 1670, cerca del convento franciscano de la Anunciación, donde pasó los primeros años de su vida. A los 22 años entró en el convento franciscano, de los llamados "Reformados", de Lugano (Suiza). Pronto pidió ir a misiones, y los superiores lo enviaron a Roma, al Colegio erigido en San Pedro in Montorio para preparar a los que iban a ser enviados a tierras de misión. Completada su formación, se le confió otra tarea, pero luego se incorporó a la misión de Etiopía.


Miguel Pío de Zerbo nació en Zerbo, cerca de Pavía (Italia), el 3 de mayo de 1670. Ingresó en la Provincia franciscana de San Diego de la región de Insubria (Milán) y, ordenado sacerdote, comenzó su actividad enseñando teología, pero enseguida se ofreció también para integrarse en la misión de Etiopía.

Desde hacía mucho tiempo la Iglesia católica se esforzaba grandemente por restablecer la comunión plena y la unión con la Iglesia copta, sin conseguirlo. El 20 de enero de 1697, la Santa Sede, por medio de la Congregación de Propaganda Fide, abrió de nuevo la misión de Etiopía y la encomendó a los franciscanos. El Ministro general de la Orden hizo entonces un llamamiento a sus religiosos buscando voluntarios para tal misión, y muchos se ofrecieron. Entre ellos se hallaban nuestros tres Beatos. La misión franciscana tenía como objetivo llevar de nuevo a la Iglesia copta de Egipto y a la de Etiopía a la unión con la de Roma.

Los padres Liberato y Miguel Pío fueron destinados a Etiopía; el padre Samuel, a la isla de Socotra, en el Océano Indico, pero no consiguió su objetivo y regresó a El Cairo, donde se unió a la segunda expedición de sus compañeros.< El rey de Etiopía impidió el ingreso en el país, y se establecieron en Ailefun, ciudad cercana, hasta que vinieran tiempos mejores. Se les unió Samuel Marzorati, que venía de la India, e intentaron de nuevo entrar en Etiopía en 1711, y esta vez no tuvieron problemas. El rey, cristiano copto, les pidió que no discutieran cuestiones litúrgicas y que no se llamasen "romanos". Nuestros frailes vivieron de la profesión que habían aprendido: cuidaban a los enfermos y aprendían las lenguas locales. Con todo, la población nativa difundió habladurías contra los misioneros que fueron enrareciendo la convivencia. El Rey Justos, para evitar males mayores, envió a los franciscanos a otra provincia, Tigré. La situación política cambió, el monarca fue destronado y los misioneros fueron entonces localizados y trasladados a Gondar para procesarlos. En el juicio, acusados de herejía contra la Iglesia Copta de Etiopía, declararon abiertamente que eran cristianos y que habían sido enviados por el Sumo Pontífice para enseñarles la verdadera fe cristiana. Contra las creencias de los coptos monofisitas, proclamaron, entre otras cosas, que Cristo tiene dos naturalezas, divina y humana, y no una sola. Afirmaron, además, la presencia real de Cristo en la Eucaristía conforme a la fe profesada por la Iglesia católica. Manifestaron que la circuncisión era innecesaria. En sus muchas discusiones, los monjes coptos no consiguieron que los franciscanos renunciaran a su fe y abrazaran las creencias de la Iglesia copta. Tras rechazar los frailes por última vez la oferta de absolución si renegaban de su credo, fueron condenados a muerte, trasladados a un lugar llamado Amba-Abo y lapidados el 3 de marzo de 1716. El padre Liberato murió casi inmediatamente, poco después falleció el padre Samuel, mientras el padre Miguel Pío, antes de expirar, aún se levantó por tres veces del montón de piedras. La noticia del martirio llegó de inmediato a Europa por las relaciones escritas que enviaron testigos presenciales de los hechos. Con todo, el proceso de beatificación se retrasó considerablemente por diversas circunstancias. Los beatificó Juan Pablo II el 20 de noviembre de 1988. INDICE


Beato PEDRO RENATO ROGUE. (1758-1796).


Martirologio Romano: En Vannes, de la Bretaña Menor, en Francia, beato Pedro Renato Rogue, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que en tiempo de la Revolución Francesa, rechazando el injusto juramento impuesto al clero, permaneció secretamente en la ciudad, para atender con su ministerio a los fieles, y finalmente, condenado a la pena capital, descansó en la misericordia del Señor en la misma iglesia donde celebraba los sagrados misterios

Pedro Roque nació en Vannes. Huérfano de padre muy pronto, fue educado por su enérgica madre en los principios de la religión cristiana. A los 16 años ingresó en el seminario diocesano de Vannes, donde fue ordenado en 1782. Primero fue capellán del colegio del Retiro. Este colegio era una comunidad de religiosas que se cuidaba de la formación e instrucción de niñas y jóvenes, para las que el abate Rogue fue un hábil catequista y un magnífico director espiritual.

Ingresó  en el seminario de San Lázaro de París, en la Congregación de la Misión, a pesar la fuerte oposición de su madre, que con mucha paciencia, supo convencer. Una vez profesó como paúl, fue enviado al seminario diocesano de Vannes (que estaba a cargo de los paulistas), con el cargo de director espiritual y director de la liturgia del seminario. Igual que en su cargo anterior, se esmeró por cumplir su oficio, dando el ejemplo de su sincera piedad y espíritu de servicio y disponibilidad sacerdotal, así como de su celo por el culto divino.

Se negó a prestar juramento constitucional, y presentó contra ella un fuerte alegato en la corte de justicia de Vannes. Tuvo que pasar a la clandestinidad, ocultándose en el seminario y no saliendo más que una vez para administrar los sacramentos. Y llevaba la comunión a un enfermo cuando, fue detenido (1795) porque había sido delatado. Fue encarcelado, y en la prisión fue considerado un ángel por los detenidos porque los consolaba, y compuso un cántico inspirado en el Salmo 121 que cantaban todos juntos.

Fue condenado a morir en la guillotina, y el día de su ejecución se congregó mucha gente, en la que estaba su propia madre, que prefería un hijo muerto que renegado. Murió en Vannes.
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Beato INOCENCIO DE BERZO. (1844-1890).


Martirologio Romano: En Bérgamo, de Lombardía, en Italia, beato Inocencio de Berzo (Juan) Scalvinoni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que brilló por su eximia caridad difundiendo la palabra de Dios y escuchando las confesiones

Se llamaba Juan Scalvinoni y nació en Niardo en Valcamónica (Brescia) en el seno de una familia campesina. Frecuentó la escuela de Lovere y muy pronto solicitó su ingreso en el seminario de Brescia en donde fue ordenado sacerdote en 1867.&

Fue destinado como coadjutor a Cevo, teniendo la suerte de que su párroco era un santo sacerdote que le ayudó en su vida espiritual hacia la santidad. Todo el mundo lo quería por su bondad, manifestada en la pobreza, en la humildad, en la caridad, que dedicó especialmente a los enfermos, en su gran labor como confesor y catequista.

Fue destinado como vicedirector del seminario, pero pidió a su obispo el traslado a la vida parroquial, porque no se hallaba a sí mismo en las tareas de superior; fue destinado a Berzo, donde volvió a brillar en la santidad, aunque él mismo se iba dando cuenta que tampoco la vida parroquial era su auténtica vocación y así, en 1874, después de superar muchas dificultades ingresó en los capuchinos, donde también hallaría problemas para encontrar su puesto exacto.

Al hacerse religioso tomo el nombre de Inocencio de Berzo, el último pueblo donde había ejercido como párroco. Fue a Albino, luego al convento de la Santísima Anunciata, como vice-maestro de novicios; en 1880 fue asignado a la redacción de los "Anales franciscanos"en Milán. Después fue a Cremona, llevando a todas partes la irradiación de su santidad. Nuevamente destinado al convento de la Santísima Anunciata, donde encontró lo que su espíritu anhelaba: ser santo a toda costa. En el solitario convento tenía modo de sumergirse en aquella unión con Dios que era acorde con su temperamento, secundar su intensa ansia de sacrificio, de penitencia y de ocultamiento. Su ideal era anularse y hacerse olvidar, el ejercicio de prolongadas horas de oración y de contemplación, el desempeño de los humildes oficios del ministerio sacerdotal y de aquellos todavía más humildes de la vida conventual, como la petición de limosna de casa en casa, con la predicación del buen ejemplo y de una buena palabra. La belleza de su alma se transparentaba a través de estas manifestaciones.

Predicó cursos de ejercicios espirituales a sus cohermanos, en los cuales derramó la abundancia de su espíritu franciscano. En este ministerio de la predicación de ejercicios espirituales debió imponerse violencia, pues no se consideraba capaz de nada.

Murió a los cuarenta y seis años, en la enfermería del convento de Bérgamo. Sus paisanos de Berzo reivindicaron el cuerpo de este auténtico hijo de san Francisco.
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Santa CATALINA DREXEL. (1858-1955).


Martirologio Romano: En Filadelfia, ciudad del estado de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Catalina Drexel, virgen, que fundó la Congregación de Hermanas del Santísimo Sacramento y utilizó con largueza y de buen grado los bienes de su herencia en educar y ayudar a indios y negros
Nació en Filadelfia, Pensilvania, (Estados Unidos). Era hija de un  banquero emigrante. Se quedó huérfana de madre muy pronto y no llegó nunca a conocerla. El padre se casó de nuevo con Emma Bouvier, que hizo de madre para Catalina. El ejemplo de su casa, le llevó a hacer voto de virginidad, y comunicarle a su confesor, James O’Connor, su deseo de ingresar en la vida religiosa, éste le disuadió de la idea y le dijo que podía preocuparse por los indios y afroamericanos en el estado secular. Durante una gira por Europa, habló con el papa León XIII y le pidió ayuda para que enviara más misioneros para que atendiera a los indios y negros, él le sugirió que se hiciera misionera ella misma.

A su regreso a Filadelfia, solicitó su ingreso en las Hermanas de la Misericordia de Pittsburgh, donde inició el noviciado, pero a los dos años las cosas cambiaron. Con su gran fortuna, unos 12 millones de dólares, atendió a numerosas peticiones de ayuda que recibía de muchos misioneros para la evangelización de indios y negros americanos. Fundó las Religiosas del Santísimo Sacramento para indios y negros, que tenía como misión pedir por los indios y por las gentes de color. Durante su larga vida fundó un centro misionero y cerca de 60 escuelas para los negros e indios, especialmente en el oeste y el sur de los Estados Unidos; fundó además para ellos la Universidad de Xavier en Nueva Orleáns, que sería la primera universidad para afroamericanos de todos los Estados Unidos; por todo ello sufrió persecución por la autoridades políticas. Visitaba constantemente las misiones lejanas hasta que se debilitó su salud. Fue reelegida eninterrumpidamente superiora general hasta el 1937.

Después de un ataque al corazón, pasó los últimos 20 años de su vida concentrada en la oración y meditación. Murió en la casa madre de su comunidad, Bensalem, Pennsylvania. Fue beatificada el 20 de noviembre de 1988 por SS Juan Pablo II y canonizada por el mismo Pontífice en Roma, el 1 de octubre del 2000.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:


Santos Marino y  Asterio. M. 262. 
Martirologio RomanoEn Cesarea de Palestina, santos Marino, soldado, y Asterio, senador, mártires bajo el emperador Galieno. El primero, delatado que era cristiano por un compañero envidioso, profesó su fe ante el juez con palabras muy claras y, decapitado, alcanzó la corona del martirio. Asterio, por haber honrado el cuerpo del mártir extendiendo por debajo la propia veste con que se cubría, mereció a su vez ser martirizado.
Marino, era un centurión cristiano del ejército imperial, que se vio en la necesidad de confesar públicamente su fe cristiana antes de aceptar un puesto vacante en una de las legiones estacionadas en Cesarea de Palestina. Otros autores dice que fue acusado de su cristianismo por un compañero. Se le concedió tres horas para deliberar entre la apostasía y la muerte. Marino no dudó, pero quiso estar seguro de cual debía ser su respuesta y acudió al obispo Teotecno; ambos oraron pidiendo fuerzas para la única elección posible. Cumplido el plazo, manifiestó que no podía reconocer como Dios a un hombre. Fue decapitado.
Según las Actas el senador Asterio "era amigo de los Augustos y era conocido por todos tanto por su nobleza como por su fortuna. Astirio se hallaba presente a la ejecución del mártir -Marino- y, consumado el martirio, cargando sobre sus hombros el cadáver sin hacer caso de la blanca y preciosa túnica que vestía, lo trasladó a la sepultura, donde le hizo exequias dignas de su riqueza".

Santos Cleónico y  Eutropio. M. c. 308. 
(Cleoncio)El que vence con gloria
Eutropio: Adaptadoversátil
Martirologio RomanoEn Amasea, en el Ponto, santos Cleónico y Eutropio, mártires en la persecución desencadenada bajo el emperador Maximiano, siendo procurador Asclepiódato.
Estos santos pertenecen a un grupo de mártires, durante la persecución de Diocleciano, en la provincia del Ponto en el mar Negro, bajo la presidencia de Asclepiodoto. La mayor parte de ellos -unos 40 o 50-, eran soldados del ejército imperial; muchos fueron crucificados, (la pena reservada a los esclavos). 
En el antiguo Martirologio Romano el 3 de Marzo se nombra a Basilisco, mártir en Comana junto con Eutropio y Cleónico; aparece también conmemorado el 22 de Mayo en el actualMartirologio. Esto es porque en las Actas de su martirio, en las que se dice que estos tres mártires, militares de profesión y parientes de san Teodoro “Tyro”, fueron descubiertos como cristianos. Después de padecer diversos tormentos fueron trasladados a Comana donde Eutropio y Cleónico fueron ejecutados; Basilisco murió mártir poco tiempo después. Esta distancia del martirio es lo que ha hecho la doble fecha de la conmemoración de Basilisco. 

Santa Piamun. M. 377. 
Esta santa es conocida gracias a Paladio, que le dedicó un capítulo de su "Historia Lausiaca".
Piama vivía con su madre en el Alto Egipto, trabajaba en el telar del lino y comía solamente por la noche; poseía el don de profecía. En una riada del Nilo, los habitantes de un pueblo cercano, se pelearon con los del pueblo de nuestra santa, y se proponían ocuparlo. Piama, advertida de los proyectos del enemigo, fue a convencer a los sacerdotes del pueblo que intercedieran ante ellos para ahorrar sufrimientos a la población, pero los sacerdotes no tuvieron coraje y pidieron a Piama que fuera ella misma.  Entonces la joven, se marchó a su casa y permaneció toda la noche en oración; a la mañana siguiente, durante las primeras luces del alba, los enemigos, distantes tres milla del pueblo, fueron misteriosamente inmovilizados sin que pudieran avanzar. A algunos de ellos, le fue revelado que se trataba del efecto de la oración de Piama; entonces fueron ellos mismos, quienes fueron a pedir la paz a sus vecinos, invitándoles a dar gracias a Dios que, a través de las oraciones de Piama, les había salvado. 
Santa Camila de Auxerre. M. c. 437. 
(Camila de Civitavecchia).
Era de Civitavecchia, pero se encontraba en Rávena, sede del emperador Valentiniano III, quizás porque su padre era un funcionario pagano imperial. A Rávena llegó san Germán de Auxerre, donde predicó la fe cristiana. Camila y cuatro de sus hermanas se convirtieron y recibieron el bautismo. Cuando el obispo de Auxerre murió en Rávena, y su ataúd fue llevado a su diócesis, las cinco hermanas, lo acompañaron. Al llegar a Auxerre, Camila no quiso regresar, y allí se quedó dedicándose a la caridad con tal abnegación que conquistó la santidad.  
Toda esta historia parece que es una leyenda para dar más lustre a san Germán, ya que vivieron en épocas distintas, según los estudios más modernos.

San Ticiano. M. c. 536. 
Martirologio RomanoEn Brescia, en la región de Venecia, san Ticiano, obispo.
XVº obispo de Brescia, sucedió a san Vigilio. Se volcó en ayudar a los más necesitados. Edificó la iglesia de Santos Cosme y Damián de Brescia, donde está sepultado. 
Fue sepultado en la iglesia de los santos Cosme y Damián, posiblemente hecha construir por él mismo; luego se le anexó un monasterio. El complejo edilicio entero fue mandado demoler en 1302. La iglesia y el monasterio fueron reconstruidos al oeste de la ciudad, donde aun hoy se encuentran. Las reliquias de san Ticiano fueron trasladadas por el obispo Pablo Zane en 1502 a un arca de mármol en un altar de esa iglesia. Su primitivo sarcófago, después de muchos traslados, fue puesto a fines del siglo XIX en la fuente que hay en un ángulo de la plazoleta Tito Speri (ver foto).

Santa Artelaides. M. c. 570. 
(Artelaida).
Martirologio RomanoEn Benevento, en la Campania, santa Artelaides, virgen.
Natural de Constantinopla. Se dice que el emperador Justiniano se fijó en su belleza, y no escondió sus libidinosos deseos de poseerla. Su padre, la trasladó a Italia, cerca de Benevento, donde la protegió su tío Narsés, general del emperador en Italia. Artelaida defendió su castidad y murió a los 16 años en Benevento, de donde es copatrona. Tiene culto local.

San Calupán. (c.526 - c.576). 
(Calupano).
Según san Gregorio de Tours, que lo conoció personalmente, cuando era adolescente ingresó en el monasterio de Melitum (quizás el actual Méallet, en el cantón de Mauriac). Como era de salud enfermiza, no pudo cumplir, como los otros monjes, al trabajo de la abadía como otros religiosos; como sus cohermanos se quejasen, decidió abandonar la abadía y vivir como ermitaño. 
Se retiró a vivir en una caverna, en un promontorio no muy lejano, donde se alimentaba del pan que le llevaban sus antiguos hermanos, de los peces que Dios hacía aparecer en la gruta y del agua de una fuente que había brotado milagrosamente. Las serpientes sostuvieron una gran familiaridad con él y se narra que se enroscaban en su cabeza. El ermitaño sufrió grandes tentaciones y satanás se le aparecía en forma de dragón: orando y haciendo el signo de la cruz, consiguió liberarse de su presencia. Fue visitado por el obispo de Clermont, san Avito I, que al encontrarle culto e instruido, lo ordenó diácono y después sacerdote. Actualmente no quedan rastros de su culto.

San Anselmo de Nonántola. M. c. 803. 
El que tiene la proteccion divina
Martirologio Romano: En Nonántola, en la Emilia, san Anselmo, fundador y primer abad de este monasterio, en el que durante cincuenta años promovió la disciplina monástica, tanto con sus preceptos como en el ejercicio de las virtudes.
Era duque de Friuli, y pariente de Astolfo, rey de los lombardos, acompañó en sus campañas militares. El duque no sólo era un valiente soldado, sino también un fervoroso cristiano. Disgustado del mundo, decidió consagrarse a Dios, retirándose en oración y penitencia. Obtuvo de Astolfo un terreno, donde construyó un monasterio benedictino con un hostal para peregrinos y viajeros. Después fundó el celebre monasterio de Nonántola. El Papa le nombró abad. 
El papa Esteban III le dio también permiso de trasladar a Nonántola el cuerpo del papa san Silvestre. Astolfo enriqueció mucho la abadía, y le concedió grandes privilegios, de suerte que se hizo famosa en toda Italia. El abad Anselmo llegó a gobernar a más de mil monjes. Fue activísimo, aunque de extrema modestia. Promovió la disciplina monástica, más con el ejemplo que con preceptos. Bajo su mandato el monasterio fue uno de los centros de espiritualidad italianos. Muerto Astolfo, el nuevo rey, Desiderio, lo desterró a Montecasino, pero Carlomagno, hacia 768, lo reintegró a su abadía donde vivió durante 35 años. Tiene culto local.

Federico de Hallum. Beato. M. 1175. 
Martirologio RomanoEn Frisia, beato Federico, presbítero, que siendo párroco en la ciudad de Hallum, llegó a ser después abad del monasterio de Mariengaarde, de la Orden Premostratense.
Nacido en Hallum (Frisia), en el seno de una humilde familia. Estudió en Münster, después regresó a su ciudad, donde fue profesor y párroco en Hallum y, después de ingresar en la Orden de los Premostratense, fundó la abadía de Mariengaarde (Huerto de las Bienaventuranzas de María) en Holanda, de la que fue abad. Fundó también un convento de monjas llamado Bethlehem en Oudkerk.
Queriendo conocer bien la regla y las constituciones de la Orden, visitó varios monasterios premostratenses, entre ellos el de Steinfeld donde recibió algunos libros litúrgicos y, como prior para su monasterio, se marchó Erimanno, hombre de gran ciencia y experiencia. Enfermó cuando se encontraba en el monasterio de Bethlehem, y regresó a Hallum donde murió. Fue sepultado en una capilla que él mismo había construido. 

Beato Benito de Arezzo(c. 1190 - 1282). 
(it.: Benedetto Sinigardi d’Arezzo). 
BendecidoDecir bien de alguien
Se llamaba Benito Sinigardi, y nació en Arezzo, era hijo de Tommaso Sinigardo de la noble familia de los Sinigardi y de la condesa Elisabetta Tarlati di Pietramala. En 1211, tras una predicación del santo de Asís en Arezzo, fue uno de los primeros compañeros de san Francisco de Asís. Entró muy joven en la Orden, y recibió el hábito de manos del propio san Francisco, y a pesar de su juventud, con sólo 27 años fue nobrado Ministro provincias de Las Marcas. El ardor con que vivía el Evangelio, le hicieron pedir que lo enviaran como misionero a tierras lejanas, entre los infiles con el riesgo de su vida. 
Fue enviado por el mismo san Francisco a Grecia y Rumania, para fundar nuevos conventos. Vivió la realidad del cisma entre la Iglesia de Oriente con la de Occidente. Durante 16 años fue provincial en Tierra Santa y del Oriente, y construyó el primer convento franciscano de Constantinopla; tuvo su punto de gloria cuando Juan de Brienne, emperador de Constantinopla, decidió hacerse Terciario franciscano, gracias a su predicación. 
En su ancianidad regresó a Arezzo, donde vivió con autentica modestia franciscana, siempre primero en la obediencia. Se le atribuye la costumbre de recitar diariamente la antífona "Angelus locutus est Mariae", en la que se medita el misterio salvífico de la Encarnación. El "Angelus Domini" fue una pía práctica de toda la Orden franciscana, y después de la Iglesia, como lo es ahora. Murió muy viejo. Está enterrado en la basílica de San Francisco en Arezzo.

Santos Nueve hermanos Chercheulidze. M. 1635. (Iglesia Ortodoxa de Georgia).
Son nueve hermanos georgianos, que vivían en la aldea de Marabda (Georgia oriental, provincia de Kacheti), lugar donde, en 1625, se realizó una famosa batalla contra los invasores persas.
Los nueve hermanos habían hecho voto al Señor que ninguno de ellos dejaría el campo de batalla en el caso que las tropas georgianas fueran derrotadas por el enemigo. Según la tradición, junto a los nueve hermanos se marcharon también al campo de batalla su madre y la hermana; y allí se dedicaron a curar a los heridos, cocinaban, lavaban para los combatientes. Todos los hermanos, junto a su madre y hermana, cayeron en la batalla y fueron sepultados en el mismo campo de batalla.
El relato de su lucha por la libertad de la patria y de la defensa de la fe cristiana, además de aparecer en los sinaxarios eclesiástico, también aparece en cantos y poesías populares y en la crónica de la “Descripción del reino de Kartli de V. Bagrationi” (La vida en Georgia). El día que se conmemora la fiesta litúrgica en las iglesias orientales de estos nueve hermanos y de 90.000 georgianos más, muertos en la misma batalla, es el 3 de marzo, coincidiendo con la conmemoración del protomártir georgiano Razhden.
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