Santoral del 23 de Abril






Jorge, Santo Mártir, Patrono de Inglaterra
San ADALBERTO DE PRAGA
San GERARDO DE TOUL
Beato EGIDIO DE ASÍS
Beata ELENA VALENTINI
Beata TERESA MARÍA DE LA CRUZ MANETTI
Beata MARÍA GABRIELA SAGHEDDU
OTROS SANTOS DEL DÍA
San Aquileo, Mártir -Beata Elena de Udine -Beato Gil de Asís - Gerardo, Márolo, Ibar, obispos; Terino, Fortunato, Aquiles, mártires; Etelredo, rey.

SAN JORGE, Mártir
Combate valerosamente por la fe,
conquista la vida eterna
para la cual fuiste llamado.
(1 Timoteo, 6, 12)


HIMNO
Tú eres el libertador de los cautivos, porque liberaste a todos los cristianos.
El amparo de los pobres pues les diste todo lo que poseías.
El médico de los enfermos, pues eres el príncipe de los grandes milagros.
El defensor de los gobiernos, por que eres el patrono de los reyes,
de los ejércitos, de la juventud Scout.

Es un Santo oriental, cuya devoción se extendió del oriente hacia el occidente como los rayos del sol, debido a su noble origen, su atractiva juventud, su brillante inteligencia, su firme devoción, y el gran entusiasmo que irradiaba de sus ojos mientras montaba su caballo presidiendo la guardia real. Finalmente, muchos fueron los suplicios que soportó, con gran valentía, en defensa de su fe cristiana.

Nació en Capadocia, en el año 280, en una familia noble y cristiana. Su padre, Caratos, murió mártir por su fe cristiana -después de esto su madre lo llevó a su pueblo natal: Ledd, en Palestina. Acudía San Jorge a las reuniones de los primeros cristianos; allí recibió las enseñanzas de los Evangelios y una sólida educación, formándose su carácter- Dotado de una gran bizarría, notables condiciones físicas y de excepcional gallardía, sintió inclinación por la carrera de las armas; se incorporó al ejército del Emperador, llegando en poco tiempo, a ser nombrado capitán de una división.

¡Qué hermosa victoria la que este generoso soldado de Jesucristo obtuvo contra los tiranos! Diocleciano, que le había conferido el cargo de tribuno en re compensa de su valor, se lo quitó para castigar su fidelidad a Dios. Fue desgarrado con una rueda erizada de espadas, se le hizo rodar sobre el cuerpo una enorme piedra, se le sumergió en cal viva: salió vencedor en todos estos combates. Pidió entrar en el templo de los ídolos; fue allí conducido y, con una sola palabra, derribó todas las estatuas. Fue, finalmente, degollado, hacia el año 303.

MEDITACIÓN SOBRE EL PERFECTO SOLDADO
DE JESUCRISTO


I. San Jorge fue fiel a Jesucristo. El emperador no escatimó promesas, ni amenazas, ni tormentos para relajar su fidelidad; con todo, nada fue capaz de hacerla vacilar. ¿Cómo soportas tú los sufrimientos? ¿Si se pusiese a prueba tu fidelidad, preferirías antes perder bienes, honores y vida, que la fe? ¡Ay! una palabra te espanta, la prosperidad de un día te hace olvidar a Dios. ¿C6mo resistirías la cólera de los tiranos, tú que no puedes resistir las burlas de un amigo? (San Jerónimo) .

II. El santo fue tan valiente como fiel, pues no retrocedió ante los más crueles suplicios cuando se trató de defender la causa de Jesucristo. A ti la menor dificultad te espanta, quieres ser santo, pero a condición de sustraerte a las dificultades que se encuentran en el camino de la santidad. Mucho ardor pones en hacer triunfar tus proyectos y empresas; ¿acaso hay un proyecto, una empresa más importante que la de tu salvación?

III. La perseverancia es la virtud que debe asegurar tu salvación. Olvídate, pues, de las obras pasadas; considera lo que te falta para hacer; piensa en la corona que te espera, en Dios que es testigo de tus trabajos, en la eternidad que es la recompensa de és tos, y no te costará tanto sufrir. ¿Cuál es el santo que ha sido coronado sin pasar por la tribulación? Indaga, y verás que todos han sufrido adversidad. (San Ambrosio).

La fidelidad a Dios
Orad por los que son tentados.

ORACIÓN
Oh Dios, que para regocijar nuestras almas nos ofrecéis los méritos y la intercesión del bienaventurado mártir Jorge, concedednos, por vuestra gracia, las mercedes que os pedimos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén

http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril23jorge.mp3






Martirologio Romano: San Jorge, mártir, cuya gloriosa lucha en Diospoli o Lidda en Palestina es celebrada por todas la Iglesias de Oriente y Occidente desde la antigüedad.

El "Megalomártir" (“gran mártir”, le llama la Iglesia griega). Las noticias de su passio, considerada apócrifa por el decreto del papa san Gelasio I del 496, que la incluyó en el Índice de los libros prohibidos. Metafraste nos cuentan que el santo, nacido en Capadocia, instruido por su madre en la religión cristiana, habría tenido la valentía necesaria para destruir los ídolos y matar a sus sacerdotes. Luego, ya soldado y tribuno del ejército imperial, se enfrentó con el emperador Diocleciano que había ordenado que se adorase a los dioses imperiales. Jorge se dirigió con valentía al emperador: "Señor, ni he cumplido ni espero cumplir de ahora en adelante cuanto habéis ordenado por juzgarlo altamente injusto. ¿Por qué abuséis de los pobres y de las vírgenes? ¿Por qué, si hay libertad para adorar a dioses falsos, no debe haberla para adorar al único Dios verdadero?..."

El emperador atónito le respondió: "¿Te das cuenta, tribuno Jorge, lo que dices? ¿Sabes que puedo darte la muerte o por lo menos privarte de cuanto tienes?.
-No me importa nada todo esto. Mi vida es de Cristo, mi Dios y Señor, y El me ayudará... hasta que llegue a poseerle en el cielo donde espero ir..."
Diocleciano le hizo torturar hasta que murió decapitado en Lyda de Palestina. Su vida se convirtió en una leyenda, el caballero que mata al dragón para salvar a una doncella y que simboliza la fe venciendo al Mal para salvar a la Iglesia. "Sea para nosotros protector generoso en nuestra debilidad" diré san Pedro Damián. Es el patrón de Georgia, Inglaterra, Portugal, Rusia, Aragón, Cataluña, Génova y otros muchos países y ciudades. MEMORIA FACULTATIVA.
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Martirologio Romano: San Adalberto Wojtech, obispo de Praga y mártir, que aguantó dificultades en bien de aquella iglesia y por Cristo llevó a cabo muchos viajes, trabajando para extirpar costumbres paganas, pero al ver el poco resultado obtenido, se dirigió a Roma donde se hizo monje, pero finalmente, vuelto a Polonia e intentando atraer a la fe a los prusianos, en la aldea de Tenkitten, junto al golfo de Gdansk, fue asesinado por unos paganos.

Nació en Libice, Bohemia, su hombre era Wojtech (ayuda del ejército). Desde muy joven fue destinado al estado eclesiástico; fue educado por san Adalberto de Magdeburgo que le dio su propio nombre. En el 981 regresó a Praga. Fue profesor de la universidad de Magdeburgo, cuando en ella estudiaba san Bruno Bonifacio. Después de haber sido monje en San Maximino de Tréveris, en el 983, fue nombrado segundo obispo de Praga, por el arzobispo de Maguncia, san Willigis. Desilusionado después de cinco años de infructuosa evangelización por no poder terminar con las costumbres paganas y las trabas eclesiásticas que se resistian a aceptar e celibato, abandonó su diócesis. Se dirigió a Roma a exponer sus problemas al papa Juan XV.

Desde el 988 al 993, vivió en Montecasino donde se hizo benedictino y, aconsejado por san Nilo, se retiró al monasterio de Santos Bonifacio y Alejo en Roma. Hizo la profesion monástica hacia el 990. Por petición de sus ciudadanos y obediencia al Papa en el 993 regresó a Praga, donde fundó algunos monasterios benedictinos, como el de Brevnov, y comenzó la construcción de la catedral. Extendió la evangelizacion por Eslovaquia y Hungría. Pero algunos hechos no le hicieron feliz, y en el 994 regresó a Roma.

En Roma conoció al emperador Otón III, que habitaba un palacio sobre el Aventino, donde se encontraba el monasterio de San Alejo, y al abad de Cluny, san Majencio, que le confió la educación del rey san Esteban de Hungría. A petición del obispo san Willigis y por orden del papa Gregorio V, fue requerido para que volviera a Praga, él aceptó con la condición que le permitieran emprender una labor misionera. Hizo una peregrinación por los principales santuarios franceses. En el 996, acompañado de sus hermanastros santos Gaudencio de Gnesen y Benito, evangelizó Prusia, Hungría, Polonia e incluso Rusia, donde tuvo un gran éxito; por esto es llamado "apóstol de los eslavos". Fue martirizado por los prusianos cerca de Danzing atravesándolo con siete venablos. Un águila habría velado su cadáver. Patrón de Prusia. MEMORIA FACULTATIVA.
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Martirologio Romano: En Toul, en la Lotaringia, san Gerardo, obispo, que durante treinta y un años legisló sabiamente para la ciudad, atendió a los pobres, intercedió por el pueblo con ayunos y plegarias en tiempo de peste, dedicó la iglesia catedral y ayudó a los monasterios con bienes materiales e instruyendo a los discípulos.

Nació en Colonia. Perteneciente a una acaudalada y noble familia, Gerardo recibió una excelente educación en la escuela eclesiástica de Colonia, siendo durante su juventud un modelo de obediencia y piedad. Más tarde fue ordenado sacerdote, en cuyo oficio sus virtudes fueron una fuente de edificación para la ciudad de Colonia. A la muerte de Gauzelin, obispo de Toul (963), el Arzobispo de Colonia lo eligió como sucesor, siendo bien recibido por la clerecía y el pueblo de Toul, sobrellevando la carga de su cargo episcopal sin saborear ninguna de sus comodidades.

Fundó allíun hospital y la iglesia de San Gengoul, además de escuelas donde enseñaba a monjes griegos e irlandeses con gran ventaja de la religión y de la cultura. Con sus oraciones y trabajo libró de la peste al pueblo. Aunque Gerardo eludía pasar largas estancias en la corte del emperador Otón II, que deseaba tenerlo cerca de sí, sin embargo obtuvo de él la confirmación del privilegio en virtud del cual Toul, aunque unida al imperio hacia 925, formaba un estado independiente sobre el cual el emperador Enrique el Cetrero simplemente reservaba para sí el protectorado, dejando que su predecesor, Gauzelin, fuera considerado como el auténtico fundador del poder temporal de los obispos de Toul. Enérgico en sus enfrentamientos con los poderosos que discutían su autoridad, gobernó su condado con sabiduría, promulgando medidas administrativas, algunas de las cuales subsistieron hasta la Revolución francesa.
Murió a la edad de cincuenta y nueve años, y fue enterrado con solemnidad en el coro de su catedral.
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Martirologio Romano: En Perugia, en la Umbría, beato Egidio de Asís, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, siendo compañero de san Francisco de Asís, mostró una fe intrépida y una gran simplicidad en sus peregrinaciones.

Nació en Asís, en el seno de una familia de campesinos. En 1208, después de orar en la iglesia de San Jorge, se dirigió la Porciúncula, con el deseo de ver a san Francisco de Asís, y así se convirtió en el tercer discípulo. Acompañó a Francisco en sus correrías apostólicas y siempre le remataba sus predicaciones con estas palabras: “¡Muy bien dicho! ¡Fiaos de él!”. En mayo del 1208, Egidio y Francisco recorrieron la Marca de Ancona exhortando al amor de Dios y a la penitencia. De regreso a la Porciúncula, fueron despreciados por los habitantes de Asís, que no quisieron favorecer a quienes renunciando a sus bienes y trabajo vivían a costa de los demás y se negaron a darles limosnas.

Francisco envió de dos en dos a sus hermanos al norte, centro y sur de Italia. Egidio y Felipe fueron al este a predicar, inaugurando así la conocida itinerancia franciscana, y el pueblo creyéndoles “ribaldos” no los quiso ayudar, dejándole expuestos a los rigores del invierno, el hambre, el frío y la humedad. Sólo un florentino conociendo su virtud le acogió por unos días. Con otros diez compañeros acompañó a Francisco a Roma para la aprobación oral de la protorregla franciscana por parte de Inocencio III en 1209. Recorrió Santiago de Compostela, Monte Gargano, Tierra Santa en devota peregrinación y con la autorización de su fundador, marchó a Túnez en 1219 para predicar, pero la misión fue un desastre y tuvo que regresar a Italia.

Es conocido por sus proverbios: "Gracia atrae a gracia, vicio golpea a otros vicios". "El camino para ir hacia arriba es aquel de caminar hacia abajo". "Quien no tiene temor, demuestra que no tiene nada que perder". "Este mundo es un campo, que quien tiene el poder mas grande tiene lo peor". Sobre la obediencia decía: "Cuando el buey tiene la cabeza bajo el yugo, los graneros se colman de trigo; pero cuando lo sacude va libre por los prados y cree que ha llegado a ser un gran señor, los graneros no se llenan".

Una vez amonestó a un predicador parlanchín, gritándole detrás: «Bao, bao, bao, hablo mucho, poco hago». Con frecuencia su sabiduría era bondadosamente irónica, como cuando un hermano dijo que había soñado con el infierno y no había visto allí ningún hermano menor, le respondió: «¡Seguramente no bajaste hasta el fondo!». Ante uno que hablaba mucho sin pensar, dijo: «Pienso que uno debería tener el cuello largo como la grulla; así la palabra tendría que pasar por muchos nudos antes de subir a la boca».

Era un hombre lleno de sencillez, y Francisco como san Buenaventura le admiraron mucho. Odiaba la ociosidad y amaba el trabajo manual, y vivió del trabajo de sus manos. Buscó los lugares solitarios para orar y practicar la penitencia. Se le atribuyen diversos milagros, en especial curaciones, así como el don de consejo, con las personas que iban a hablar con él. Fue un hombre contemplativo. Vivió como eremita de 1215 a 1219 en Favorone en la Umbría. Murió en Monteripido cerca de Perugia entregado a la contemplación mística, antes de morir le dijo a los campesinos: "No sonaréis por mí, las campanas. Yo no haré milagros".
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Martirologio Romano: En Udine, en la región de Venecia, beata Elena Valentini, viuda, que, para servir únicamente a Dios, abrazó la orden seglar de san Agustín, distinguiéndose por la oración, la lectura del Evangelio y las obras de misericordia.

Nació en Udine, Italia, en el seno de una familia acomodada: los señores de Maniago. En 1414 se casó con el aristócrata Antonio Cavalcanti con el que tuvo tres hijos y tres hijas. Fue una dama célebre entre sus contemporáneos, por la devoción con la cual cumplió durante 25 años su vida conyugal. Al enviudar en 1441, Elena decidió retirarse del mundo. Habiendo escuchado la palabra vibrante del agustino Ángel de San Severino, se hizo Terciaria agustina. Después de haber emitido la profesión, permaneció en la casa que había recibido de su esposo, y allí continuó hasta 1446, fecha en la que pasó a vivir con la hermana Perfecta, terciaria agustina como ella, permaneciendo a su lado hasta el final de sus días. Durante los casi dieciocho años como laica consagrada, llevó siempre una vida de penitencia y rigurosa mortificación, alimentándose normalmente sólo de pan y agua, durmiendo sobre un duro lecho de piedras, apenas cubierto con un poco de paja, flagelando continuamente su cuerpo e, incluso, caminando con treinta y tres minúsculas piedras metidas en los zapatos "en recuerdo de los bailes y danzas -como ella misma solía repetir- con que en el siglo había ofendido a mi Señor, y en memoria de los treinta y tres años que mi dulce Jesús por mi amor caminó por el mundo".

En las distintas formas de penitencia a las que quiso someterse, siempre se inspiró en el doble motivo de la imitación de Cristo y el contraste con su anterior existencia mundana. No le faltaron profundas crisis de desaliento y cansancio, a las que supo reaccionar con gran fuerza de ánimo, retirada en la pequeña celda construida en su misma casa, y de la que salía solamente para ir a rezar y a meditar en su querida iglesia de Santa Lucía. Autorizada por el padre Provincial de los agustinos, hizo voto, en 1444, del absoluto silencio, interrumpido sólo con ocasión de la Navidad para entretenerse en breves y edificantes conversaciones con sus hijos y algunos familiares. Como supremo consuelo en su vida de completa renuncia y lucha, tuvo éxtasis y visiones celestes, gratificada, además, por Dios con el don de los milagros y el conocimiento de cosas ocultas.

Cuatro años antes de su muerte, resbaló y se partió ambas piernas, por lo que pasó todo el tiempo tendida sobre un mísero camastro en serena y paciente espera de la muerte. Tuvo éxtasis místicos. Fue sepultada en el rincón de la iglesia de Santa Lucía donde en vida solía abandonarse a la contemplación, oculta en el pequeño "oratorio" de madera que se había hecho construir para librarse de la admiración y de la curiosidad de los fieles. Después de diversos traslados, los restos mortales de la beata encontraron en 1845 un lugar digno en la catedral de Udine, donde hoy se hallan expuestos a la veneración pública.
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Martirologio Romano: En Campo Bisenzio, de la Toscana, en Italia, beata Teresa María de la Cruz Menetti, virgen, fundadora de la Congregación de Carmelitas de Santa Teresa.

Teresa Manetti nació en San Martino en Campi Bisenzio, Florencia, en el seno de una humilde familia. Pronto se quedó huérfana y desde su niñez fue siempre generosa y caritativa con todos entregando lo que no tenía, pero siempre dispuesta a ayudar.
En 1872, junto con otras compañeras, se retiró a una casita de campo y allí "oraban, trabajaban y reunían a algunas jóvenes para educarlas con buenas lecturas y enseñarles la doctrina cristiana". El 16 de Julio de 1876 fueron admitidas a la tercera Orden del Carmen Teresiano y cambió su nombre por el de Teresa María de la Cruz.

El 1877 recibió las primeras huérfanas, cuyo número fue creciendo día a día. Aquellas niñas abandonadas "eran su mejor tesoro". El 12 de julio de 1888 las 27 primeras religiosas vistieron el hábito de la Orden de Carmen Descalzo, a la que se habían agregado el 12 de junio de 1885. El 27 de febrero de 1904 el papa Pío X aprobaba el Instituto con el nombre de "Terciarias carmelitas de Santa Teresa".
Madre Teresa Maria vio con gran alegría extenderse el Instituto hasta Siria y el Monte Carmelo de Palestina. Su caridad no tenía Iímites.Se entregaba a todos y en todo, olvidándose siempre de sí misma.EI obispo Andrés Casullo. que la conocía bien a fondo, afirmaba de ella: "Se desvivía por hacer el bien".

Antes de morir, sufrió muchísimo y sus dolores los ofreció al Señor; los testigos afirman que tenía un sereno abandono en la Providencia, y siempre dispuesta ayudar con alegría a todos los que se acercaban a ella, que fueron muchos y que hacían cola para hablar con ella. Fue siempre muy devota de la Eucaristía, y sufría de éxtasis delante del Santísimo Sacramento. Durante su enfermedad de cáncer, pudo experimentar la aridez total, pero no por ello dejó de abrazarse a la cruz, como medio de vencer las purificaciones, sobre todo la de tener la impresión de que estaba destinada a la condenación eterna. Además tuvo que sufrir el verse internada en la casa de salud Casanova de Florencia. Se abrazó a Cristo y le decía: “Tritúrame, Señor, exprímeme hasta la última gota”. Murió en el pueblo que la vio nacer, después de alcanzar la paz interior, mientras repetía una vez mas. "Oh Jesús mío, sí quiero padecer más..." Y murmuraba extática: "¡Está abierto!... ya voy".
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Martirologio Romano: En el monasterio cisterciense de Grottaferrata, en las inmediaciones de Frascati, cerca de Roma, beata María Gabriela Sagheddu, virgen, que generosamente ofreció su vida.

Nació en Dorgali, Cerdeña, en el seno de una familia humilde, y se llamaba María. En su juventud fue una cristiana más, que se limitaba a realizar lo básico. Era intransigente, y no había en ella demasiada piedad, aunque era muy exigente consigo misma y no paraba hasta terminar lo que había comenzado. A los 18 años empezó un cambio en su vida, recibió dos ventajosas propuestas de matrimonio que rechazó, y cada vez se sentía más atraída hacia la vida del claustro. Se inscribió en la Acción Católica y en sus ideales puso todo su ardor, aunque cada vez sentía más inclinación por la contemplación y la soledad.

Ingresó en el monasterio trapense de San José de Grottaferrata en 1935 e hizo los votos en 1937, y se puso el nombre de Gabriela. Descubrió el poder de la oración de intercesión. Bajo la influencia del padre Couturier, fue una de las monjas que ofrecieron su vida por la unidad de la Iglesia. La comunidad del Cister tenía una profunda amistad y fraternidad espiritual con la comunidad benedictina anglicana de Nashdon. La hermana Inmaculada, una religiosa anciana, se había ofrecido para la unidad de los cristianos, y al fallecer, Gabriela, que era una chica joven y robusta, se ofreció para ocupar su puesto, al poco tiempo tuvo que soportar una dolorosa enfermedad: la tuberculosis, y graves pruebas espirituales. Su muerte impresionó a los benedictinos anglicanos ingleses, que vieron en ello un inicio para la unidad de los cristianos.
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San Eulogio de Edesa. M. 387.
Martirologio Romano: En Edesa, en Siria, san Eulogio, obispo, que falleció, según se narra, un Viernes Santo o Parasceve.
Era eremita de Edesa en Siria y vivió en la soledad con san Barsimeo. Cuando Barsimeo ascendió a obispo de Edesa, se llevó consigo a Eulogio para que fuera su coadjutor en el santo ministerio. Eulogio supo mantener a su grey dentro de la ortodoxia, cuando Barsimeo fue exilado a Mesopotamia y reemplazado por un obispo arriano; por esta causa padeció muchas penalidades.
Fue exiliado junto con el sacerdote Protógeno, por el emperador arriano Valente,a Antinoo, en la Tebaida, por su firme oposición al arrianismo y a su regreso, después de la muerte de Valente (375), fue elegido obispo de Edesa, Siria. Eulogio fue consagrado en el Concilio de Antioquía, al que asistió en 370. También estuvo presente en el Concilio Ecuménico de Constantinopla. Se dice que murió en Viernes Santo o Parasceve.

San Marolo de Milán. M. 423.
Martirologio Romano: En Milán, en la región de la Liguria, san Marolo, obispo, amigo del papa san Inocencio I.
XIVº obispo de Milán, que ejerció su ministerio probablemente entre el 408 y el 423, y al que el Breviario ambrosiano define como «inclytus virtute», célebre por la virtud. Posiblemente provenía del Oriente. San Ennodio, poeta latino, diácono milanés que llegó a ser obispo de Padua, escribe que Marolo nació en al región de Babilonia.

Tal vez por huir de la persecución de Shapor II, pasó a Antioquía de Siria, y de allí probablemente a Roma, ya que fue amigo del papa san Inocencio I. De allí se trasladó a Milán, rodeado de la fama de hombre culto y celoso. Ennodio dice que fue un obispo «atentísimo» a su misión, «empeñado», sin ahorrarse energía en su ministerio, «amante del ayuno» y de las penitencias, entendidas como instrumentos de intercesión ante Dios en favor de su pueblo; «ardiente de celo con su misión, providente con los pobres», o quizás podría traducirse «ardiente en su providencia con los pobres». En efecto, fue amado por sus obras de caridad, en favor de las víctimas de las invasiones de los visigodos. Reposa en la basílica de San Nazario.

Jorge de Suelli. Beato. (1000/50 - 1050/117).
Martirologio Romano: En Suelli en Cerdeña, conmemoración de san Jorge, obispo.
Según la leyenda, nació en Cágliari, Cerdeña. Desde muy joven manifestó signos de virtud y penitencia. Fue elegido obispo de Suelli, la actual Barbagia, en Cerdeña; se pasó los años de su episcopado ayudando a los pobres y visitando su diócesis, reformando la vida moral y religiosa. Le sucedió Pablo de Suelli en el 1190. Parece que tuvo dones taumatúrgicos, y excepto su episcopado, todo lo que se sabe de él es leyenda. En 1609 el papa Pablo V confirmó definitivamente el culto de san Jorge de Suelli. Su mitra se conserva como reliquia en Cagliari, y es invocado contra las carestías.No goza de ninguna fiesta litúrgica.
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