INDICE
San Fidel de Sigmaringen
Santas MARÍA DE CLEOFÉ y MARÍA SALOMÉ
San MELITO
San WILFRIDO DE YORK
San EGBERTO DE NORTHUMBRÍA
Santa MARÍA DE SANTA EUFRASIA PELLETIER
San BENITO MENNI
Beata MARÍA ELISABET HESSELBLAD
OTROS SANTOS DEL DÍA
San Egberto-San Gregorio de Elvira-San Guillermo Firmato-San Melitón de Canterbury-Santos: Fidel de Sigmaringa, presbítero,mártir; María Eufrasia Pelletier, fundadora; Sabas, Alejandro, Eusebio, Leóncio, Longinos, mártires; Melito, Gregorio, Honorio, obispos; Egberto, presbítero; Diosdado, abad; Bova y Dova abadesas; beato Benito Menni, fundador
SAN FIDEL DE SIGMARINGA, Mártir
Os intimamos, hermanos, en nombre de Nuestro
Señor Jesucristo, a que os apartéis de cualquiera de
vuestros hermanos que proceda desordenadamente.
(2 Tesalonicenses, 3, 6)
Os intimamos, hermanos, en nombre de Nuestro
Señor Jesucristo, a que os apartéis de cualquiera de
vuestros hermanos que proceda desordenadamente.
(2 Tesalonicenses, 3, 6)
Desde su infancia, este santo estuvo adornado de todos los dones de la naturaleza y de la gracia. Encargado por una familia noble de acompañar a tres jóvenes en un viaje a través de varios estados de Europa, trató de inspirarles el amor a la religión y el gusto a la piedad, más con sus ejemplos que con sus palabras. Algunas injusticias que no pudo impedir en el ejercicio de su profesión de abogado lo impulsaron a huir de los peligros del mundo. Se hizo capuchino y obró tantas conversiones que los calvinistas resol vieron deshacerse de él. Cayó bajo sus puñales asesinos invocando los nombres de Jesús y de María, el 24 de abril de 1622.
MEDITACIÓN SOBRE LAS BUENAS Y MALAS COMPAÑÍAS
I. Huye de las malas compañías; insensible mente se insinúa el vicio e insensiblemente desaparece el amor a la virtud. Acaso resistas en un principio, pero terminarás siendo arrastrado. Te familia rizarás con el vicio y no te avergonzarás ni de decir, ni di hacer lo que dicen o hacen los demás. ¡Desdichado! ¿Acaso tu misma experiencia no te ha demostrado ya cuán peligrosas son las malas compañías? Mira las faltas ajenas como una vergüenza, nunca como un ejemplo. (San Euquerio).
II. El demonio no tiene instrumento más poderoso para perder un alma que un mal compañero; es el intérprete de su voluntad y el ejecutor de sus órdenes. Inficiona el entendimiento con sus máximas dañinas; arrastra la voluntad con sus ejemplos perniciosos. Es como un pájaro, a quien el demonio mantiene en su trampa, que busca atraer otros a ella. Opón tú a sus máximas y a sus ejemplos las máximas del Evangelio y los ejemplos de los santos.
III. Abandona lo antes posible esa mala compañía; huye de los habitantes de Sodoma, o, de lo contrario, prepárate a perecer con ellos. Rompe con esa amistad peligrosa; por más santo que te creas, te asemejarás a quien frecuentas. Conversa con las almas santas: insensiblemente te inspirarán el amor a la virtud y el horror al vicio.
Huir de las malas compañías
Orad por la Iglesia.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis abrasado al bienaventurado Fidel con seráficos ardores de caridad, y que lo habéis coronado con la palma del martirio y con el don de milagros por su celo en la propagación de la fe, os suplicamos en nombre de sus méritos e intercesión, que de tal modo nos confirméis en la fe y en la caridad por vuestra divina gracia que podamos permanecer fieles hasta la muerte en vuestro servicio. Por J. C. N.S.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril24fidel.mp3
Martirologio Romano: San Fidel de Sigmaringen, presbítero y mártir, el cual, siendo abogado, decidió entrar en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, llevando una vida observante de vigilias y oraciones. Asiduo en la predicación de la Palabra de Dios, fue enviado a la región de Recia para consolidar la verdadera doctrina, y en Sevis, de Suiza, fue martirizado por los herejes calvinistas a causa de la fe católica. Se llamaba Markus Roy, hijo del burgomaestre de Sigmaringen (Suabia, Alemania), donde nació (entonces principado de Hohenzollern).
Estudió en la universidad (entonces colegio de los jesuitas) de Friburgo de Brisgovia o Brisgau y, luego en la de Willingen, donde se había trasladado la de Friburgo huyendo de la peste, consiguiendo un doble doctorado (en Derecho y Filosofía) en 1611, y mientras tanto enseñó Filosofía. Viajó por Europa (Francia, España e Italia) con la familia de los Stotzingen, de la que era preceptor de sus hijos; el viaje duró de 1604 a 1610. Ejerció la abogacía en Ensisheim (Alsacia), ayudando a los más necesitados; fue llamado "el abogado de los pobres". Pero fueron unas palabras de un compañero suyo que le habló con tan poca seriedad de la abogacía y la justicia humana e intentó sobornarle en un caso, decidió tomar otro camino. Intentó hacerse capuchino, como su hermano Jorge, pero la edad, hizo que se le negase el ingreso, entonces pensó en el clero diocesano y recibió el sacerdocio a los 35 años, en 1612; ingresó después en la Orden capuchina en Friburgo de Brisgovia, donde recibió el nombre de Fidel.
Durante el año de su noviciado escribió para uso personal, una colección de oraciones y meditaciones, que luego fueron compilados con el título de "Exercitia spiritualia seraphicae devotionis". Antes de emitir sus votos, en 1613, redactó su "Testamento", con él fundó becas de estudios para los jóvenes católicos pobres de la familia Roy o de otros parientes. Durante cinco años estudió silenciosamente Teología en Constanza. Se dedicó a la predicación en el convento de Altdorf y al apostolado castrense entre las tropas austriacas del emperador. Hasta su muerte fue guardián en los conventos de Rheinfelden, Feldkirch, Friburgo. Además se le encargó la asistencia espiritual de los soldados. Por fin fue enviado por la congregación De Propaganda Fide a Retia para consolidar la fe contra los progresos de la herejía calvinista, donde logró convertir al mismo conde Rodolfo de Salis. Tuvo rasgos de marcado heroísmo durante una epidemia de peste. Intentó la unidad entre católicos y calvinistas. Se impuso a si mismo la penitencia como regla de conducta: "He dado a Dios los bienes de la tierra y El me da el reino de los cielos. ¿Puede haber permuta más ventajosa?".
Conociendo el gran peso de la acción clandestina de los predicadores zuinglianos y preveyendo su martirio, redactó el llamado "Mandato de castigo" o "Diez artículos de la religión". La reacción contra el edicto que obtuvo la proscripción del culto protestante en los Grisones, donde Austria había puesto pie, provocó la violenta reacción de los campesinos calvinistas, que, capitaneados por un ministro (tras el golpe se convertió), lo mataron a golpe de maza y rematado de una puñalada en la puerta de la iglesia de Seewis (Suiza), acusado de ser un agente político del emperador de Austria. En el momento de su martirio dijo: “Señor Jesús, ten piedad de mi. Santa María, socórreme”. Antes de ejecutarlo le invitaron a abrazar la fe calvinista, pero Fidel respondió: "He venido para luchar contra la herejía, no para abrazarla". Cayó a tierra perdonando a sus asesinos. Toda su vida se podía resumir en aquella famosa frase que camino de Mayenfeld dijo a un compañero: "Dos cosas pido a Dios de corazón: Pasar la vida sin ofenderle y derramar mi sangre por la fe católica". Su cabeza se conserva en la catedral de Coira. Protomártir de la Propaganda Fide. Primer mártir capuchino. Patrón de la región de Hohenzollern. MEMORIA FACULTATIVA.
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Martirologio Romano: En Jerusalén, conmemoración de las santas mujeres María de Cleofás y Santa Salomé, que, junto con María Magdalena, muy de mañana del día de Pascua se dirigieron al sepulcro del Señor para ungir su cuerpo y recibieron el primer anuncio de la Resurrección. El nombre de "Cleofé" quiere decir: María mujer de Cleofé (Jn 19,25). Una de las santas mujeres que siguieron a Cristo. Se piensa que era pariente de la Virgen María, y estuvo con ella al pie de la cruz y asistió a su entierro, también fue testigo de la resurrección (Mc 16, 1-8). Se dice que se casó con Cleofé que le dio cuatro hijos: Santiago el Menor, Simón, Judas Tadeo y José (Mt 27, 55-56). A veces se la llama María Jocobi. Los modernos historiadores afirman que pertenecía a la familia de Jesús, quizás porque su marido era hermano de san José. Formaba parte del grupo de discípulos de Jesús. Escuchaba su mensaje, le servía y le asistía en sus bienes (Lc 8,3).
María Salomé era mujer de Zebedeo, madre de Juan Evangelista y Santiago "el Mayor" (Mt 27, 55-56). "Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. él le dijo: ¿Qué quieres? Dícele ella: Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino. Replicó Jesús: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? Dicenle: Sí, podemos. Díceles: Mi copa, si la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre" (Mt 20, 20-28). Es una de las mujeres que asistieron a Cristo durante su vida pública. Fue testigo de su muerte, de su sepultura y de su resurrección (Mc 15, 40-41).
Según la leyenda es, junto a María de Cleofé, hermana de la Virgen María. Después de la muerte de Cristo las dos hermanas, habrían abandonado Palestina en compañía de María Magdalena, Marta y Lázaro, para desembarcar en Marsella. Las habrían sepultado junto con su criada Sara en el delta del Ródano. Patrona de Saintes Maries de la Metz, en Provenza.
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Martirologio Romano: En Canterbury, en Inglaterra, san Melito, obispo, que, siendo abad, fue enviado por el papa san Gregorio I Magno a Inglaterra, donde fue ordenado obispo de los sajones orientales por san Agustín, y, después de sufrir muchas tribulaciones, accedió a la sede de Canterbury. Fue abad en Roma, posiblemente del monasterio de Sant'Andrea en Colle Celio; en el 601, san Gregorio Magno le envió a Inglaterra con un segundo grupo de monjes misioneros, después del primero de san Agustín de Canterbury. Pasó tres años en Kent y, después, fue enviado a Londres como su primer obispo. Melito fue el destinatario de una famosa carta del papa Gregorio Magno conocida como “Epistola ad Mellitum”, preservada en una obra posterior del cronista medieval Beda, que sugiere que la conversión de los anglosajones debía emprenderse gradualmente e integrar las costumbres y rituales paganos.
En 610, Melito regresó a Italia para asistir a un consejo de obispos, y volvió a Inglaterra con un cargamento de cartas papales para algunos de los misioneros. Melito fue obligado a exiliarse de Londres por los sucesores paganos de su mecenas, el rey Sigeberto de Essex, tras la muerte de este hacia 616, por haberles negado la comunión si no recibían el bautismo. El otro mecenas de Melito, el rey Ethelberto de Kent, murió en torno a las mismas fechas, lo que le obligó a buscar refugio en la Galia. Melito regresó a Inglaterra al año siguiente, después de que el sucesor de Ethelberto se convirtiera al cristianismo, pero no pudo regresar a Londres ya que sus habitantes seguían siendo paganos. En el 619, fue llamado de nuevo a Kent para suceder a san Lorenzo en el cargo de arzobispo de Canterbury. Durante su ejercicio, presuntamente salvó a la catedral y a gran parte de la ciudad, de manera milagrosa, de un incendio. Tras su muerte fue reverenciado como un santo.
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Martirologio Romano: En York, en Northumbria, san Wilfrido, obispo, que, después de trabajar con todo esmero, fue obligado a abandonar su sede y murió entre los monjes de Ripon, de quienes fue abad durante un tiempo. Nació en Ripón (Northumbría), y desde niño fue educado en el monasterio de Lindisfarne, Según los usos célticos; pasó a otro monasterio para adoptar la observancia romana. Después de una breve estancia en Canterbury, marchó a Lyon donde el obispo, Delfín, le ofreció su sobrina en matrimonio, pero él se negó, pues había tomado la decisión de entregarse a Dios; peregrinó a Roma donde residió desde el 653 al 657 y donde el papa san Martín I le dio su bendición; allí estudió Sagrada Escritura y Derecho eclesiástico con san Bonifacio.
Volvió a Lyon, donde recibió la tonsura de manos de Delfín. Muerto Delfín, se salvó de la muerte por ser extranjero, y regresó a su patria. Al regreso en Northumbría entró en conflicto con las Iglesias de costumbres celtas, promovida por san Aidán y por los monjes de Lindisfarne, entre ellos el obispo de York, Colmán. Con la ayuda del rey Alcfrid fundó la abadía de Ripón, donde introdujo el rito romano y la regla de san Benito y se convirtió en el primer abad. En el 633, fue ordenado sacerdote. En el 664, fue ordenado obispo de Compiégne y tuvo un papel muy destacado en el concilio de Whitby, en el que el rito romano será adoptado por Inglaterra.
El resto de su vida la dedicó hacer continuos viajes. Fue nombrado obispo de York y fue expulsado de su sede por el arzobispo de Canterbury, pero el papa san Agatón, le repuso en su sede, después que hubiese apelado a Roma (el primer caso de la historia inglesa). En el interín antes de llegar a Roma, se detuvo en Frisia donde evangelizó a sus habitantes. De regreso a York, el rey lo encarceló y después lo liberó a condición de que abandonase su sede. Wilfrido partió hacia Sussex, todavía pagano, y la isla de Wight. En esta región fundó la abadía de Sesley. Del 686 al 691 regresó a su sede, pero fue nuevamente expulsado por el rey, lo que le obligó a retirarse a Mercia, donde prosiguió su labor evangelizadora y fundó varios monasterios.
En el 703 el sínodo de Austerfield le impuso la renuncia del obispado de York, nuestro santo apeló de nuevo al Papa que le dio la razón, pero fue exiliado durante dos años y se llegó a un compromiso en el 705 en el sínodo de River Nidd, que se le asignó la diócesis de Hexham. Desarrolló entonces una labor extraordinaria convirtiendo paganos, fundando iglesias y dando el máximo esplendor posible al culto litúrgico. Aparece como el luchador de la unidad con Roma, contra las particularidades raciales, de tradición, que representaban los monjes escoceses. Antes de morir hizo una última peregrinación a Roma. Murió en Oundle un 12 de Octubre, y el 24 de Abril el día del traslado de sus reliquias se convirtió en la fiesta principal.
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Martirologio Romano: En la isla de Iona, en Escocia, san Egberto, presbítero y monje, que se preocupó en la evangelización de varias zonas de Europa y convenció, ya anciano, a los monjes de Iona para que aceptasen el cómputo romano del día de Pascua, entrando a celebrar la eterna fiesta al término de la misa de la solemnidad pascual. Nació en Northumbría (reino anglosajón fundado en el 605 uniendo los dos reinos de Bernicia y Deira), e ingresó en la vida monástica en Lindisfarne o Isla Santa, (islote de Gran Bretaña, en el Mar del Norte; en el siglo VII se establecieron los misioneros provenientes de la abadía de Iona), después queriendo tener la superior cultura de los irlandeses y con el deseo de perfección en su estado monástico, emigró a Irlanda ingresó en el monasterio de Rathmelsigi en Connaught, y que luego se llamó Mellifont.
Durante una epidemia de peste, enfermó de esta enfermedad, entonces hizo voto de que si sanaba, no regresaría más a su tierra natal, y que recitaría todos los días todo el Salterio y ayunaría un día a la semana durante toda su vida. Al sanar, fue ordenado sacerdote; fue un profundo conocedor de las Escrituras y esto le hizo famoso y numerosos estudiantes llegaban a su escuela, provenientes de toda Inglaterra. Allí preparó a diversos grupos de monjes para la misión alemana de Frigia y él mismo también partir para esta misión, para ello alquilaron una nave, a pesar que un monje de Melrose lo desanimó para que abandose el proyecto y le dijo que fuera a Iona (o Icolmkill, isleta de Escocia (condado de Aegyll) del grupo de las Hebridas, centro de la expansión misionera del cristianismo entre los escoceses; en el 563, san Columbano fundó allí un monasterio, que en el siglo XIII, pasó a los benedictinos).
En el momento del embarque, una tempestad destruyó la embarcación y Egberto comprendió que era la voluntad de Dios que no se fuera; en su lugar envió, en dos tiempos distintos, a san Wigberto y después a san Willibrordo, cada uno con un grupo de compañeros. En el 716, marchó a Iona y aquí pasó los últimos trece años de su vida, dedicado en convencer a los monjes que adoptasen los usos romanos, y lo consiguió el día de su muerte (que fue la primera vez que en Iona se celebró la Pascua según la liturgia romana). Fue un monje humilde, manso, sencillo y justo. Murió con 90 años en Iona, el día de Pascua.
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Martirologio Romano: En Anjou, en Francia, santa María de Santa Eufrasia (Rosa Virginia) Pelletier, virgen, que fundó el Instituto de las Hermanas del Buen Pastor, para acoger piadosamente a las mujeres de vida ligera, llamadas Magdalenas. Nació en la isla Noirmoutier (Vendée) en Francia, en el seno de una familia de clase media. Se llamaba Rosa Virginia Pelletier. Estudió con las ursulinas de Chavagne, y después, al quedarse huérfana de padre, en "La Asociación Cristiana" de Tours. Desde este momento manifestó un carácter fuerte, jovial y comunitativo, animado por una sobresaliente inteligencia. En 1814, ingresó en las Religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, de san Juan Eudes, y toma el nombre de Eufrasia, por indicación de su maestra de novicias, porque era la santa más humilde del santoral, aunque ella quería llamarse Teresa. En 1817, hizo su profesión religiosa; fue destinada al cuidado de las jóvenes penitentes acogidas en la casa.
En este trabajo pasó diez años como primera maestra. En 1826 instituyó la obra de las "Magdalenas" que se inspiraba en la espiritualidad del Carmelo, en la que eran acogidas las jóvenes que, después de haber emprendido el camino del bien, deseaban consagrarse al Señor. En 1829, María se trasladó a Angers para fundar alli un "refugio" de su Congregación. Fundó en Angers, la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, con la intención de concentrar en la casa de Angers, las nuevas fundaciones, y no como hasta ahora, cada casa era independiente una de otra y era imposible nuevas fundaciones, y crecieron las tensiones con la casa madre de Tours, por intrigas de diversos eclesiásticos, que pretendían gobernar la Orden de Nuestra Señora de la Caridad.
La fundación de esta Congregación, parte de la ya fundada por san Juan Eudes. Su misión era curar moralmente a las mujeres que habían sido violadas o sufrido trata de blancas u otro mal moral; para ello, esta congregación estaba dividida en dos categorías: las "Preservadas", que eran huérfanas en situación de peligro y las "Penitentes", que eran las que ya habían caído en la prostitución. Fue elegida superiora del monasterio de Tours. En 1931, fue elegida superiora de la casa de Angers, y fue cuando se produjo la nueva Congregación. En 1830, ya tenía cerca de 72 penitentes, 12 magdalenas y 80 huérfanas, así como la fundación de nuevas casas. Su trabajo atrajo envidias y sobre todo el rechazo de la sociedad liberal de su época, por ello sufrió toda clase de persecuciones por parte de ésta. Puso como su protector al cardenal Odescalchi y ella redobló sus penitencias y su oración ofreciéndose a la cruz. "Ah, hijas mías las cruces dan la fe". Durante su existencia, se expandió la Congregación por los cinco continentes, y contó desde un principio con la aprobación de la Santa Sede y del papa Gregorio XVI. Murió en Angers viendo el fruto de sus esfuerzos.
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Martirologio Romano: En Dinan, en Francia, san Benito (Ángel) Menni, presbítero de la Orden de San Juan de Dios, fundador de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Nació en Milán, con el nombre de Ángel Hércules Menni y Figini. Era el quinto de quince hermanos, de una familia con un modesto negocio. A los 16 años trabajó en una entidad bancaria, de la que se despidió porque no consideró justas algunas operaciones que debía realizar. A los 18 años presenció la guerra entre franceses e italianos contra Austria, en la batalla de Magenta, cerca de Milán (1859); aquella carnicería le impulsó a hacerse religioso; al año siguiente ingresó como hermano hospitalario de San Juan de Dios en el convento-hospital de Santa María Aracoeli de Milán, y adoptó el nombre de Benito. A los 25 años se matriculó en la universidad Gregoriana de Roma. Al año siguiente fue ordenado sacerdote (1866) y fue destinado a España para rehacer la Orden deshecha por Mendizábal en 1835.
En 1867, con 26 años, llegó a Barcelona y en la calle Muntaner fundó un hospital con 12 camas, y que fue ayudado por doña Dorotea Chopitea, cuya causa de canonización está introducida. En 1872, le nombraron comisario general de la Orden den España. La situación política estaba muy revuelta y Benito fue perseguido, encarcelado y a punto de ser fusilado. A sus 32 años fue expulsado de España y marchó a Marsella. A los tres meses volvió a España. Fue a Tánger y lo tiraron al mar. Al año siguiente se hizo miembro de la Cruz Roja y fue al frente del Norte, en la guerra carlista; allí atendió a los heridos de los dos bandos. Estuvo en Pamplona, Portugalete, Santurce y Comillas. Fundó en Escoriaza (Guipúzcoa) un hospital psiquiátrico, que se cerró por una orden absurda del Ayuntamiento. A los 35 años fundó un hospital en Ciempozuelos (Madrid), con una asociación de religiosos que se llaman Asociación de Enfermeros Hermanos de la Caridad, con permiso de fundar asilos y hospitales en España. Fue el comienzo de su gran obra que luego se extendió por toda España.
Y a los 39 años fundó, en Granada, la Orden de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, junto con María Josefa Recio y María Angustias Giménez; esta Congregación se dedicará sobre todo a las enfermas mentales. En 1909 fue nombrado visitador apostólico de la Orden y en 1911 superior general. Al año siguiente dimitió ante san Pío X. Los sufrimientos que tuvo que soportar fueron muchos, de manera que no terminaron las calumnias hasta su muerte. Murió a los 73 años, paralítico, en Dinar (Francia) rodeado de admiradores y amigos, pero aislado impidiéndole la relación con la Congregación por él fundada. Murió perdonando.
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Martirologio Romano: En Roma, beata María Elisabet Hesselbald, virgen, la cual, oriunda de Suecia, después de varios años de trabajar en un hospital restauró la Orden de Santa Brígida, notable por su solicitud hacia la contemplación, la caridad para con los necesitados y la unidad de los cristianos. Nació en Fâglavik, Âlvsborg (Suecia), en el seno de una familia luterana. Transcurrió su infancia por diversos lugares, siguiendo a su familia que por motivos económicos buscaban lugares de trabajo. En 1886, para contribuir al sostenimiento económico de la familia, se fue a trabajar a Kârlosborg y después a Estados Unidos donde estudió enfermería en el hospital Roosvelt de Nueva York. Así se dedicó a asistir a los enfermos a domicilio, este trabajo fue muy duro para ella porque no estaba muy bien de salud. El contacto con los enfermos católicos la llevaron a su conversión en 1902, en el convento de la Visitación de Washington. En Roma recibió el sacramento de la confirmación y vio claramente que debía dedicarse a la unidad de los cristianos.
En la casa de Santa Brígida de Suecia en Roma, tuvo la inspiración de que aquel convento era su lugar. Regresó a Estados Unidos, sin embargo aunque no se encontraba muy bien de salud, en 1904, dejó todo e ingresó en la Orden del Santísimo Salvador de Roma. En el silencio y la oración conoció el profundo amor de Cristo, cultivó y difundió la devoción de santa Brígida y de santa Catalina de Suecia, y siempre tuvo una especial preocupación espiritual por su país. En 1911 refundó la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida con la misión de orar y trabajar por la unión de los cristianos de Escandinavia con la Iglesia Católica. En 1931, tuvo la alegría de obtener perpétuamente por parte de la Santa Sede, la iglesia y la casa de Santa Brígida de Roma que llegaron a ser el centro de la Orden.
Durante y después de la II Guerra Mundial realizó una intensa obra de caridad a favor de los pobres y de los perseguidos por el racismo; promovió un movimiento por la paz con los católicos y no católicos, trabajando fuertemente en el ecumenismo. La esperanza en Dios y en su providencia la sostuvo en cada momento de su vida, sobre todo en las horas de prueba, de la preocupación y de la cruz. Tuvo gran respeto por la libertad religiosa de los no cristianos y de los no católicos que recibió en su casa. Practicó la justicia de Dios y hacia el prójimo, la templaza, el dominio de sí, el alejarse de los honores de las cosas del mundo, la humildad, la obediencia... Vivió con gran entereza una dolorosa enfermedad que la llevó a la muerte en olor de santidad.
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San Alejandro de Lyon. M. 178.
Martirologio Romano: En Lyon, en la Galia, san Alejandro, mártir, que tres días después de la pasión de san Epipodio fue sacado de la cárcel, azotado y clavado en una cruz hasta expirar. Griego de nacimiento; amigo y compañero de san Epipodio de Lyon. Mártir en Lyon durante la persecución de Marco Aurelio o, según algún autor, Antonino Varo, junto con 34 personas. Fue cruelmente torturado, y finalmente crucificado, según cuenta la leyenda.
San Antimo de Nicomedia y compañeros. M. 303.
Martirologio Romano: En Nicomedia, en Bitinia, san Antimo, obispo, y compañeros, mártires en la persecución bajo el emperador Diocleciano. Antimio, por confesar a Cristo, recibió la gloria del martirio al ser decapitado, y de la multitud de sus compañeros, unos fueron degollados, otros quemados vivos, otros abandonado en alta mar sobre naves, según dispuso el juez. Obispo de Nicomedia. Mártir en Bitinia de Nicomedia, durante la persecución de Diocleciano; su muerte fue el inicio de una escalada de martirios entre la comunidad de su zona. Sus Actas las escribieron Lactancio y Eusebio.
Según la narración de Eusebio, después de la promulgación del primer edicto (24 Febrero 303) estalló un incendio en el palacio imperial de Nicomedia; se consideró a los cristianos culpables, por lo que un gran número de ellos fueron masacrados, quemados vivos o ahogados. Antimo fue decapitado. Existe una passio muy legendaria de Antimo, según la cual era oriundo de Nicomedia; cuando era joven se ejercitó en la virtud y, consagrado obispo, trabajó mucho para animar a los mártires. Al inicio de la persecución se encontraba predicando en una aldea, fueron enviados 20 soldados para que lo arrestasen, pero nuestro santo los convirtió y bautizó. Conducido al tribunal de Maximiano, fue terriblemente torturado hasta que fue decapitado. Se le atribuye un escrito, que parece que es apócrifo.
San Gregorio de Elvira. (320/3 - c.392).
Martirologio Romano: En Illiberis (o Elvira, hoy Granada), en la Hispania Bética, san Gregorio, obispo, cuyo libro Sobre la Fe fue alabado por san Jerónimo. Obispo de Elvira hacía el 357. San Jerónimo menciona sus escritos, sobre todo “De fide”. También escribió “Tractatus de libris sanctarum scripturarum”. “Epitalamio”. “Tractatus in Cantica canticorum”. Usa un lenguaje sencillo, se esmera en preparar sus sermones, hallar un sentido espiritual. Predicar es un deber, un acto de caridad. Tiene una gran preocupación por preservar la fe del error. Casi todos los sermones explican textos del Antiguo Testamento, le dedica mayor atención porque presenta mayor dificultad.
Otra razón es que en el Evangelio no aparece nada que no aparezca en el Antiguo Testamento, en la ley y en los profetas. La sombra no existe sin el cuerpo, tampoco Cristo sin la Ley, ni esta sin Cristo. Fue uno de los obispos que más categóricamente se opuso al arrianismo y uno de los pocos que en Rímini (359) rechazó coherentemente todo compromiso con los herejes. También tuvo que luchar contra los judaizantes de su diócesis que era muchos. Se unió con buena fe al partido de san Lucifer de Cagliari, pero no rompió jamás con la sede de Roma. Fue un experto predicador, gran teólogo y tratadista, muy influido por la escuela de Alejandría de Orígenes. Se dice de él que fue el “predicador más notable de la Hispania romana”.
San Deodato de Blois. M. 525.
Martirologio Romano: En las cercanías de Blois, en la Galia Lugdunense, san Deodato, diácono y abad, que después de llevar vida anacorética, reunió discípulos a los que presidió. Anacoreta o abad de Bloise; entorno a su celda surgió la ciudad de Saint-Dié, entorno a su retiro comenzó a congregarse muchos discípulos que formaron la comunidad de la que fue abad. Hermano de san Desiderato de Bourges.
San Ivo. s. VII.
Según la leyenda nació en Persia en el seno de una noble familia y fue consagrado obispo; se dedicó a la predicación itinerante, según el modelo de san Pablo, primero en Asia Menor y en Iliria. Después marchó a Roma y desde aquí se fue a Francia donde tuvo mucho éxito, honrado por el rey, los nobles y el pueblo.
Pero el obispo rechazando los honores que se le atribuían por su evidente santidad, se fue con tres compañeros a Inglaterra, donde trabajó, durante varios años en Mercia, fijando su residencia en la ciudad de Sleve (hoy Saint-Yves) en Huntingdonshire. Después de años de apostolado entre la población descansó en el Señor. Sus reliquias se encuentran en la abadía benedictina de Ramsey. Reliquias de san Guillermo Firmato
San Guillermo Firmato. M. 1103. Martirologio Romano: En Mortain, en Normandía, san Guillermo Firmato, eremita, que antes había sido canónigo y médico en Tours, pero después de una peregrinación a Jerusalén, se retiró a la soledad hasta su muerte. Nació en Tours.
Fue canónigo y médico en Saint-Venance; a causa de una advertencia de signo divino contra la avidez dio todo lo que tenía a los pobres y pasó el resto de su vida como peregrino (peregrinó a Jerusalén) y ermitaño en Savigny y en Mantilly.
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