Santoral del 7 de Abril



SAN GERMÁN JOSÉ, Confesor
INDICE

Juan Bautista de la Salle, Santo Presbítero, Educador y Fundador
San HEGESIPO
San JORGE DE MITILENE
San AIBERTO, Présbitero y Monje
Beato HERMÁNN JOSÉ
San ENRIQUE WALPOLE y Beato ALEJANDRO RAWLINS
Beatos EDUARDO OLDCORNE y RODOLFO ASHLEY
San PEDRO NGUYEN VAN LUU
Beata MARÍA ASUNTA PALLOTA
OTROS SANTOS DEL DÍA



SAN GERMÁN (o Herminio) JOSÉ, Confesor
Procurad tener paz con todos, y la santidad,
sin la cual nadie puede ver a Dios.
(Hebreos 12, 14)

n. 1150 en Colonia, Alemania;
† 7 de abril de 1241 en Steinfeld, Alemania
Herminio José abandonó el mundo a la edad de quince años para entrar en la orden de los Premonstratenses. Singularizose en ella por una tierna devoción a la Santísima Virgen y un gran celo en la imitación de sus virtudes. Recibió en cambio insignes favores. Cada vez que pronunciaba el dulce nombre de María exhalaba un exquisito perfume. Esta buena Madre a menudo se le apareció en compañía de su Hijo y de su castísimo esposo San José. Extremó la condescendencia al punto de ponerle a su Hijo en los brazos. Murió en el año 1241.

MEDITACIÓN SOBRE LA DEVOCIÓN A MARÍA

I. Ten gran confianza en María, porque es tu Madre. Dirígete a Ella, aun en tus necesidades corporales: pídele los bienes, la salud y las otras cosas que te son necesarias para vivir y servir a Dios; gusta Ella de esta familiaridad: una madre se complace en ver a su hijo que se le dirige con entera confianza. María no tiene por ti menos amor que tu madre de la tierra, y tiene más poder. Para obligarla a que te socorra, jamás dejes de tributarle tus homenajes con regularidad todos los días de tu vida. Mas, ¿qué oración le rezas? ¿Qué buena acción haces cada día para honrarla?

II. Dirígete a Ella en tus aflicciones, consúltala en tus dudas, vete a su lado a aliviar tu corazón contándole la causa de tus penas: te dará los consejos más sanos, porque ningún amigo ni pariente tienes que te profese cariño comparable con el suyo. ¡Oh Virgen santísima, si supiéramos aprovechar la bondad que tienes para con nosotros, pronto seríamos consolados en nuestras aflicciones!

III. ¿Te sientes a punto de sucumbir a la violencia de tus tentaciones?, llámala en tu auxilio. ¿Caíste en pecado?, ruégale te ayude a volver a levantarte: es abogada de pecadores. No existe tentación de la que no puedas salir victorioso, si invocas a María. Es por ti, oh María, por quien los míseros obtienen misericordia de Dios, los desgraciados vuelven a encontrar gracia, los pecadores obtienen el perdón de sus pecados (San Agustín).

La devoción a la Santísima Virgen.
Orad por la buena educación de la juventud.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la fiesta del bienaventurado Herminio, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que al honrar la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C. N. S.

Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo II; Patron Saints Index.



http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril07juanbautistadelasalle.mp3





Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bautista de la Salle, presbítero, que en Reims, de Normandía, en Francia, se dedicó con ahínco a la instrucción humana y cristiana de los niños, en especial de los pobres, instituyendo la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, por la cual soportó muchas tribulaciones, siendo merecedor de gratitud por parte del pueblo de Dios.

Natural de Reims. Señor de La Salle, perteneciente a una noble familia de abogados. Ingresó en el colegio de “Bons Enfants”, dependiente de la universidad de la Sorbona de París, luego continuó su vida escolar en la universidad donde inició los estudios en Artes. Simple tonsurado, sucedió a su tío Pedro Dozet en una canonjía en la catedral de Reims (1667). Después de haber estudiado en el seminario de Saint-Sulpice de París y en la Sorbona donde se doctoró en Artes, al fallecer sus padres volvió a Reims, y se puso al frente de su casa, eligiendo como director espiritual al beato Nicolás Roland.

Fue ordenado sacerdote en el 1678, mientras seguía ocupándose de su familia y se doctoraba en Teología. Siguió las huellas del canónigo beato Nicolás Roland, que se ocupaba de las clases sociales más pobres. En 1670 abrió, en tres parroquias de su ciudad, tres escuelas para muchachos pobres, renunció a la canonjía y vendido su patrimonio para dedicarse a la educación e instrucción de los niños pobres (en 1679 ya había fundado una escuela para los pobres), dando inicio a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (sólo en 1684 emitieron los votos temporales sus doce hermanos) que puso bajo el patronato de María: "El espíritu de Instituto consiste en un ardiente celo de instruir a los niños y educarles en el amor de Dios; conduciéndoles a conservar su inocencia; inspirándoles gran aversión y sumo horror al pecado y a todo lo que puede hacerles perder la pureza. Para vivir en este espíritu, los Hermanos se esforzarén con la plegaria, con las instrucciones, con la vigilancia y con la buena conducta, en procurar la salvación de los niños que le son encomendados; educándolos en la piedad y en el verdadero espíritu cristiano, según las reglas y las máximas del Evangelio". Las características que debía tener un maestro eran: gravedad, silencio, discreción, prudencia, sabiduría, paciencia, reserva, bondad, celo, vigilancia, piedad y generosidad.

Su vida se vio signada con pleitos, calumnias, persecuciones, ataques de los jansenistas, de sus familiares (que le echaban en cara sus compromisos con gente humilde), de los mismos burgueses y aristócratas de la época (que le acusaban de deshonrar su estado canónico); sufrió hostilidades hasta hacerse condenar dos veces por la corporación de los maestros de escuela; toleró pacientemente las odiosas medidas de los dignatarios eclesiásticos, que lo destituyeron por incapaz, acusándolo incluso en un proceso (1712) de subordinar a los menores, y por fin sobrellevó las incomprensiones de sus mismos cohermanos mediocres, que lo abandonaron. El obispo de París lo destituyó como superior y expulsó su obra de la ciudad, aunque el siguió siendo el superior en la práctica y abrió escuelas en Chartres, Calais, Troyes, Marsella, Dijón…

Murió en la casa profesa de Saint-Yon, donde ejercía de capellán, de una enfermedad reumática y urémica, después de haber renunciado a su cargo de superior en 1717, dedicándose en el ínterin a escribir obras religiosas como "Regla común". "La Regla del Director". "Meditaciones para el tiempo de retiro". "Colección de varios trataditos". "Guía para el formador de maestros". "Guía de las Escuelas Cristinas". "Los deberes del cristiano". "El tratado de Urbanidad". "Instrucciones y oraciones para la comunión y la confesión". "Silabarios para las aulas". En el momento de su muerte pronunció una frase que le hizo célebre: "Adoro en todas las cosas la voluntad de Dios". Está enterrado en Roma. Patrono de todos los educadores cristianos. MEMORIA OBLIGATORIA.
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Martirologio Romano: Conmemoración de san Hegesipo, que vivió en Roma durante los pontificados de Aniceto y Eleuterio, y con estilo sencillo escribió una historia de los hechos eclesiásticos, desde la Pasión del Señor hasta su tiempo.

Judío, nativo de Jerusalén y perteneciente a esta Iglesia. Primer historiador de la Iglesia. Actualmente se considera a Hegesipo como el padre de la Historia de la Iglesia. Pasó a Roma para visitar al papa san Aniceto, permaneció en la ciudad eterna hasta el tiempo del papa san Eleuterio. Escribió la “Historia Eclesiástica” desde la pasión de Cristo hasta su tiempo. El motivo que le llevó a escribir la historia eclesiástica fue la proliferación de las herejías, y pensó que escribiendo este relato daría una solución a la continuidad de la tradición eclesiástica. Al papa san Aniceto le dedicó su “Comentario a los Hechos de los Apóstoles”.

El año 177 volvió al oriente, donde murió ya muy anciano, probablemente en Jerusalén. La tradición indica que en el curso de sus viajes visitó los principales centros cristianos del occidente y del oriente e hizo notar con gran satisfacción que todas las herejías provenían de individuos, pero que ninguna de las Iglesias ni sedes episcopales habían caído en el error; en todas partes había encontrado la unidad de la fe tal como lo había querido Cristo. San Jerónimo dijo de él: "Muy próximo al tiempo de los Apóstoles, Hegesipo fue imitador de su virtud y de su vida, y también en su forma de hablar".
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Martirologio Romano: En Mitilene, en la isla de Lesbos, san Jorge, obispo, que en tiempo del emperador León el Armenio tuvo que padecer mucho por el culto de las sagradas imágenes.

Nació en Capadocia en el seno de una familia rica y religiosa. Con 17 años distribuyó todos sus bienes entre los pobres e ingresó en un monasterio para dedicarse todo a Dios. Dos años después huyó a Mitilene, en la isla de Lesbos, donde se entregó a una vida más austera como anacoreta; así vivió 6 años hasta que el clero de Mitilene (804) lo eligió como obispo cuando sólo contaba con 27 años. Durante 9 años fue pastor de esta Iglesia local, siempre perseverando en su vida de penitencia y caridad.

Hacia el 813, por los ultrajes del gobernador, marchó a Constantinopla para defender los derechos de la Iglesia de Mitilene. Retenido por el patriarca Nicéforo, asistió a la entronación de León V el Armenio, bajo cuyo imperio se desencadenó una nueva persecución iconoclasta. Junto con el patriarca, Nicéforo defendió el culto de las imágenes, pero esto le valió la flagelación y el exilio en una isla en el 815. Como no podía ejercer su pontificado, volvió a su vida como anacoreta, durate 6 años la ascesis y las mortificaciones lo debilitaron tanto que enfermó y murió a causa de una larga enfermedad.
Cuando se estableció la paz en el ámbito religioso, sus restos fueron trasladados a Mitilene. Sobre su tumba se verificaron muchos milagros. Algunas fuentes han establecido la hipótesis que hayan existido dos santos con este nombre en Mitilene, por ello los Sinaxarios bizantinos también celebran su fiesta el 16 de mayo. A falta de fuentes más certeras se piensa que solamente existió un obispo con este nombre en esta sede.
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Martirologio Romano: En el monasterio de Crespin, en Hainaut, san Aiberto, presbítero y monje, que diariamente, después de la salmodia, de rodillas o postrado recitaba todo el salterio y comunicaba la divina misericordia a los penitentes que acudían a él.

Nació en Espain (Tournay), su padre era militar; desde niño mostró gran piedad. El ejemplo ascético de san Teobaldo, del que tuvo conocimiento por un mendigo, lo animaron a retirarse como ermitaño en las cercanías de la abadía benedictina de Saint-Crespin, entre Alemania y Holanda, junto a un monje llamado Juan que tenía permiso del abad para retirarse en soledad.

Después de 20 años de una austera vida ascética, marchó, con su compañero y con el abad, en peregrinación a Roma. Cuando regresó ingreó como monje en el cenobio de Crespin, donde fue ecónomo y prior durante 23 años, sin abandonar su vida penitencial. Para poder mortificar mejor su cuerpo, obtuvo del abad permiso para retirarse nuevamente en soledad. Se dedicó a la oración, penitencias y como eran tantas las personas que le iban a pedir consejo, el obispo de Cambrai, Burcardo, “Ut populis ad se venientibus melius consuleret, et familiarius secreta confessionum audiret”, lo ordenó sacerdote y así pudiera administrar la gracia sacramental a cuantos peregrinos se acercaban a él. Obtuvo de los papas Pascual II e Inocencio II, facultades y privilegios especiales y fue visitado por obispos, abades, clero, literatos y nobles; el pueblo le rasgaba el hábito que llevaba y se llevaba los retazos de tela como reliquias. Su devoción por la Eucaristía le hizo celebrarla dos veces al día, una por los vivos y otra por los muertos. Cuando murió, después de 50 años de vida religiosa, fue enterrado en el lugar donde se encontraba su celda y allí se produjeron muchos milagros.

Sus restos fueron trasladados a la abadía de Crespin y situados en la iglesia. En 1568, después de estar escondidos durante dos años por temor que los quemaran los calvinistas, fueron colocados definitivamente en una capilla dedicada a la Santa Cruz de la Virgen y a San Aiberto. Su fiesta se celebra también el 2 de mayo como recuerdo a su traslación del 1568. Se le invoca especialmente para curar las fiebres.
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Martirologio Romano: En el monasterio de los Premostratenses de Steinfeld, en Alemania, san Hermano José, presbítero, que brilló por su delicado amor hacia la Virgen María y celebró con himnos y cánticos su devoción hacia el divino Corazón de Jesús.

Nació en Colonia, en el seno de una familia muy pobre. Fue llamado Hermán José por su devoción a san José. Se hizo religioso premostratense a los doce años, en Steinfeld. Estudió en el monasterio de Mariengart, en Holanda, fundado desde hacía relativamente poco tiempo por el beato Federico de Hallum. Antes de ser presbítero su ocupación predilecta fue la de sacristán (para permanecer ante Cristo lo más posible día y noche). Ordenado sacerdote premostratense, ejerció su ministerio en los monasterios de las religiosas cartujas y premostratenses de la región. Se distinguió por su modestia, candor, sumisión y sus experiencias místicas. De él se dijo: "Piensa tanto en Dios que el mundo le es indiferente; pero su corazón es como un hospital general, abierto a todos".

Sentía una especial devoción por María, y sobre su trato con ella, se narran muchos relatos milagrosos. No soportaba que lo alabaran. Al más leve indicio de un posible halago, se volvía áspero y rehuía el trato. Este desprecio de sí mismo hacía que las personas del mundo le consideraran un necio. A los creyentes, sin embargo, les parecía un ángel, con aspecto de persona humana. Murió con 91 años después de haber ocupado todos los cargos dentro de su convento. Su caridad la dedicó sobre todo a sus hermanos en religión. Ha dejado algunos escritos místicos y fue particularmente devoto de santa Úrsula. Se le atribuye el famoso himno "Summi regis cor aveto" en honor a Jesucristo. Sus reliquias reposan en la iglesia de Steinfeld.
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Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, san Enrique Walpole, de la Compañía de Jesús, y beato Alejandro Rawlins, presbíteros y mártires, que, bajo la reina Isabel I, fueron encarcelados y cruelmente maltratados por ser sacerdotes, alcanzando la corona eterna al ser después ahorcados y descuartizados.

Enrique era natural de Docking en Norfolk, estudió en Norwich, en Cambridge (en Peterhouse) y en Gray's Inn y era conocido como poeta. En 1581 asistiendo al martirio de san Edmundo Campión se convirtió al catolicismo y estudio para el sacerdocio en el colegio inglés de Roma, donde entró en la Compañía de Jesús (1584). Ordenado en 1588 en París. Siendo capellán militar fue apresado y rescatado por su hermano, viajó a Valladolid como ayudante del rector del colegio inglés recién fundado por Robert Persons; poco tiempo después fue destinado a Sevilla y destinado a su patria.
Marchó a Dunkerque y allí embarcó en 1593. Las tormentas le llevaron al norte y desembarcó en Bridlington, trabajó en York pero fue apresado y llevado a Londres. Torturado, procesado y condenado por traidor a la reina, fue ahorcado y descuartizado en York, tras la ejecución del beato Alejandro Rawlins.

Alejandro era sacerdote secular nacido en Glucestershire. Estudió en Oxford, donde se graduó. Convencido de la verdad del catolicismo decidió dedicar su vida a la propagación de la fe y se marchó al seminario de Reims y fue ordenado en 1590. Acompañado del beato Edmundo Gennings y de otro sacerdote, volvió a Inglaterra; durante el viaje fueron capturados por los calvinistas en Crépry-en-Laonnois, aunque fueron soltados más tarde. Su campo de trabajo fue Yorkshire, donde pudo realizar su tarea apostólica durante cuatro años. Fue capturado en 1594 por los cazasacerdotes.
Fue encerrado en los calabozos del castillo de York; renunció al jurado popular para que el pueblo no tuviera que mezclarse en su juicio, y fue condenado por los jueces como traidor junto con el jesuita san Enrique Walpole y martirizados el mismo día. Murió en Worchester.

Mientras san Enrique Walpole ya ha sido canonizado, pues entró en la extraña selección de los 40 mártires canonizados, produciéndose varios casos como éste en que compañeros de prisión, juicio y martirio fueron separados a la hora de la glorificación celestial, sin ninguna causa que lo justifique aparentemente.
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Martirologio Romano: En Worcester, Inglaterra, beatos mártires Eduardo Oldcorne, presbítero, y Rodolfo Ashley, religiosos de la Compañía de Jesús, que ejercieron clandestinamente el ministerio durante muchos años, pero finalmente, acusados de tomar parte en un complot contra el rey Jacobo I, fueron encarcelados y torturados, y después descuartizados vivos.

Eduardo era natural de York, era hijo de padres católicos; estudió en el seminario inglés de Reims y luego fue ordenado sacerdote en Roma en 1587; ingresó en los jesuitas en el mismo año. Trabajó en Midlands (1588-1606) tcon el nombre de Hall; escapó varias veces, casi milagrosamente, de los perseguidores, reconcilió con la Iglesia a muchos católicos y convirtió a numerosos protestantes. Entre éstos se contaba a Dorotea Abington, dama de honor de la reina Isabel y hermana de un caballero católico, en cuya casa vivió durante su estancia en Worcestershire.

La «conspiración de la pólvora» (un complot para matar al rey en la que participaron católicos, especialmente jesuitas) levantó una ola de hostilidad contra todos los católicos; las autoridades publicaron un decreto contra el P. Garnet, superior de los jesuitas ingleses, a quien consideraban envuelto en la conspiración. El P. Garnet se refugió en Henlip, junto ron el P. Oldcorne. Con la esperanza de salvar la vida, un prisionero católico denunció el escondite de los dos sacerdotes. El P. Oldcorne fue conducido a Worcester y después a la Torre de Londres. Aunque le torturaron cinco veces en el potro, el mártir declaró firmemente que no había participado en la «conspiración de la pólvora» ni había estado al tanto de ella. A pesar de eso, los jueces le condenaron a ser colgado, arrastrado y descuartizado. Junto con el, fue martirizado su criado, Rodolfo Ashley, hermano lego de la Compañía de Jesús, cuya única acusación era haber estado al servicio del P. Oldcorne.
Littleton, el hombre que había denunciado al P. Oldcorne y por cuyo testimonio se condenó al mártir, pidió públicamente perdón de su traición y murió con los dos jesuitas. El beato Eduardo fue descuartizado vivo; sus miembros fueron expuestos al público en las puertas de la ciudad.
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Martirologio Romano: En Conchinchina, san Pedro Nguyen Van Luu, presbítero y mártir, que en tiempo del emperador Tu Duc fue condenado muerte y subió alegre al patíbulo.

Nació en Govap, Vietnam. Se crió en Xom-Quam, en la provincia de Binh-Dinh. Ingresó en el seminario de Penang, y antes de ser sacerdote fue catequista en la frontera de Camboya, la misión que desarrolló satisfizo a sus superiores de la misión. Ordenado sacerdote fue enviado al distrito de Mac Bac. Fue párroco de Sa-Dec, y varios años más tarde de My-Tho.

Fue un sacerdote ejemplar, entregado a la instrucción de catequistas y fieles, animando a las comunidades cristianas en medio de la persecución del rey Tu-Duc, comprando a los jefes de la cárcel para que le dejaran visitar a los cristianos, a los que les daba los sacramentos y animaba a no desfallecer en la fe. Pero al caérsele una carta del bolsillo, cuando ya era sospechoso, lo interrogó un oficial al que no negó que era cristiano y sacerdote. Conducido ante el mandarín gobernador, volvió a repetir su declaración y fue encarcelado.
Con amenazas y tormentos se le quiso obligar a pisar la cruz, pero él se mantuvo firme, por lo que el juez consideró que debía ser ejecutado. Una vez decapitado en My-Tho, los soldados huyeron del sitio, temiendo la venganza del espíritu del difunto, lo que permitió a los cristianos recoger su cuerpo y darle sepultura.
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Martirologio Romano: En el lugar de Dongerkou, en China, beata María Assunta Pallotta, virgen de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, dedicada a cargos humildes.

Nació en Force (Marcas, Italia), de una familia campesina, pobre, religiosa. Fue siempre laboriosa, sencilla, amable, muy devota. Vivió los primeros años en Castel di Croce hasta que su familia se trasladó definitivamente a Force. No pudo seguir estudios regulares pues muy pronto tuvo que dedicarse al trabajo.

La determinación de abandonar el mundo surgió en ella de una manera súbita e imperiosa, por lo cual, ayudada de personas buenas, dada la pobreza de su familia, se dirigió a la casa de probación de las religiosas Franciscanas Misioneras de María el 4 de mayo de 1898. Vivió en Roma, Grottaferrata y Florencia, distinguiéndose por la sencillez, la humildad, la prontitud para realizar los servicios más modestos y los trabajos más pesados. Dos años después eran martirizadas en China siete Misioneras.
Hacia 1903 María Assunta pidió a la fundadora ser enviada a China, para dar la vida por Cristo y por la fe, petición que le fue aceptada. Tras recibir la bendición de san Pío X, emprendió el viaje con otras hermanas y llegó a Shansi (China) en junio de 1904. Fue destinada como cocinera al orfanato de un pueblo pequeño, Donger-kou. De nuevo aquí fue la monja sencilla, dócil, generosa, sacrificada, entregada a trabajos humildes en los que prodigaba el amor que bebía en su vida con Dios.

El invierno fue rigurosísimo; en los primeros meses del año siguiente, 1905, en todo Shansi cundió una terrible epidemia de tifus, y, además de varias huérfanas, murieron cuatro religiosas, la tercera de las cuales fue sor María Assunta. Había caído enferma el 19 de marzo, aniversario de su partida de Italia. La tarde del 7 de abril recibió los últimos sacramentos y veinte minutos antes de morir, un perfume misterioso inundó las habitaciones donde ella había vivido.
En 1913, al exhumarla, su cuerpo fue hallado en perfecto estado de conservación. Los chinos la llamaron "la santa de los perfumes". Es la primera Franciscana Misionera de María que llegó a la santidad sin pasar por el martirio. Ella hubiera querido convertir a todos los habitantes de China, pero su apostolado fue fugaz: se extinguió antes de cumplir los 27 años de edad.
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San Peleusio. s. III.
Martirologio Romano: En Alejandría, de Egipto, san Pelusio, presbítero y mártir.
Según Abel Della Costa: “Comenzando por el "Martirologio Hieronymianum", este santo presbítero de Alejandría es mencionado, con las variantes gráficas de Peleusio y Pelusio, en todos los martirologios históricos representativos: Adón, Usuardo, Notkero, Beda, etc., aunque no en todos aparece como mártir. El primer Martirologio Romano adoptó el elogio que aun hoy transmite, es decir, «presbítero y mártir», pero no es posible ir más allá de esta noticia. Los bolandistas le dedican apenas unas diez líneas, y es para elucidar las variantes de presentación en los distintos martirologios. No hay rastros de sus actas”.

San Caliopio. M. 303.
Martirologio Romano: En Pompeyópolis, de Cilicia, san Caliopio, mártir.
Pertenecía a una familia senatorial de Perge en Panfilia y fue educado en el cristianismo por su madre Teoclia. Al comenzar la persecución de Diocleciano, se fue a Pompeyópolis en Cilicia donde, testigo de las orgías organizadas por el prefecto Máximo, se negó a participar profesándose cristiano. Máximo, intentando que abjurase, le prometió la mano de su única hija si sacrificaba a los dioses; Caliopio prefirió el celibato y el martirio. Fue arrestado, flagelado, torturado y encadenado en la cárcel. Distribuyó sus bienes, liberó a sus esclavos, su madre se unió con él en Pompeyópolis para morir con él: obtuvo del verdugo que su hijo muriese crucificado cabeza abajo.


Santos Mártires de Sinope. M. c. 310.
Martirologio Romano: En Sinope, del Ponto, doscientos santos soldados mártires.
Según los menologios griegos san Rufino diácono, Aquilina y 200 soldados sufrieron martirio en la ciudad de Sinope, en el mar Negro, durante el imperio de Maximiano (305-311). Cuando Rufino fue encarcelado por confesar su fe cristiana, Aquilina, que debía ser una mujer de la ciudad de Sinope, quiso seguirle en su confesión de la fe, por ello, ella también fue detenida. En la prisión gracias a su predicación y milagros se convirtieron 200 soldados y todos fueron decapitados por la espada.
El Martirologio Romano sólo celebra hoy la festividad de los 200 soldados, no sabemos la causa de la exclusión de Rufino y Aquilina.



Santos Teodoro, Ireneo, Serapión y Amonio. M. 310.
Martirologio Romano: En Pentápolis en Libia, santos mártires, Teodoro, obispo, Ireneo, diácono, Serapión y Amonio, lectores.
Teodoro era obispo de Pentápolis en Libia, su diácono Ireneo y sus lectores: Serapión y Amonio; les cortaron la lengua, pero sobrevivieron y murieron de muerte natural; a pesar de ello son considerados mártires, durante el imperio de Galieno.


Ursulina Veneri de Parma. Beata. (1375-1410).
Nació en Parma. A los seis años comenzó a tener extraordinarias revelaciones. A los nueve años, Cristo le ordenó de ir a Aviñón a ver al antipapa Clemente VII, para que renunciara a su cargo. Dio a conocer sus primeras revelaciones y fue sometida a proceso inquisitorial, acusada de brujería.
Se consagró a dar fin al cisma de Occidente pidiendo al papa Bonifacio IX que pusiera fin al cisma. Después de una peregrinación a Tierra Santa, en 1396. A su vuelta, vivió un tiempo en Venecia, admirada por todos por su virtud, pero se le negó entrar en Parma por el tirano Otón Terzi, porque temía que Ursulina contradijera su tiranía; fue desterrada a Bolonia, y murió en Parma donde fue a visitar a su madre. Parece que no fue nunca oblata benedictina como afirman algunos hagiógrafos.

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