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San Pascual Baylón, Villarreal (Castellón de la Plana), 1592
San Emiliano de Vercelli
Restituta, SantaVirgen y Mártir
San PEDRO LIU OUEN-YEN (Wenyuan)
OTROS SANTOS DEL DIA
Julia Salzano, BeataFundadora
Iván Ziatyk, BeatoSacerdote y Mártir
Santos: Teodomaro, confesores; Heraclio (Eradio), Pablo, Aquilina, Basilisa, Víctor, Adrión, Solocón, Panfermero, Panfilón, Minerco, Artemio, Galcoro, mártires; Celestino, Bruno, obispos;
SAN PASCUAL BAILÓN, Confesor
Quien conserva su vida, la perderá, y quien perdiere
su vida por amor mío, la volverá a hallar.
(Mateo, 10, 39).
Quien conserva su vida, la perderá, y quien perdiere
su vida por amor mío, la volverá a hallar.
(Mateo, 10, 39).
Nació San Pascual de padres piadosos, pero tan pobres, que no pudieron enviarlo a la escuela. En cargado de cuidar los rebaños, tomaba consigo un libro, y rogaba a las personas que encontraba le enseñasen sus letras por amor a Dios. Por este medio, en poco tiempo llegó a leer y se perfeccionó así en el conocimiento de la religión. Después de haber consultado a Dios, creyóse llamado al estado religioso; y como estaba resuelto, decía, a morir pobre como había nacido, entró en un convento franciscano, donde quiso, por humildad, ser admitido en calidad de hermano lego. La Santísima Virgen, por quien tenía tierna devoción, obtúvole varias señaladas gracias, pero, fue célebre sobre todo por su amor al Santísimo Sacramento. Murió en Villarreal, cerca de Valencia, el 17 de mayo de 1592, alrededor de los 52 años de edad.
MEDITACIÓN SOBRE LA SALUD y LA SANTIDAD
I. Amamos naturalmente la vida y tememos la muerte; así, nada ahorramos por conservar la salud del cuerpo: nos dejamos sangrar, cortar los miembros, ayunamos, tomamos medicinas amargas. ¿No serías un gran santo si hicieses por el cielo una parte siquiera de lo que haces por la tierra? Pero, ¡ay!, uno hace todo por el cuerpo y nada por el alma; hacemos todo por conservar una vida que nos es común con los animales, y nada por vivir eternamente. Cada día declinamos, cada día nos morimos, y nos creemos eternos. (San Jerónimo).
II. Debes moderar ese deseo que tienes de vivir mucho tiempo. Por corta que sea tu vida, bastante larga será si la quieres emplear bien. Cuanto más se prolongue tu vida tanto más terrible será la cuenta que debas dar a Dios. Y no te quieras persuadir de que al envejecer te harás más virtuoso: el agotamiento de tus fuerzas, las enfermedades y los hábitos más inveterados, te harán más difícil que nunca la práctica de la virtud.
III. Si amas la vida y la salud, ama la virtud y la santidad. La sobriedad, el ayuno, la templanza, mucho más sano te habrán de conservar que las prescripciones y regímenes de los médicos. Reprime tus pasiones: la intemperancia y los excesos han hecho morir a una infinidad de personas; el ayuno y la austeridad han hecho vivir a los antiguos anacoretas hasta una extrema vejez, sin enfermedades y sin incomodidad. En fin, las enfermedades son a menudo el castigo de tus pecados al mismo tiempo que un remedio para las llagas de tu alma. Dios las envía para curarte, pero lo hace según su juicio, sin consultar al enfermo. (San Agustín).
La mortificación
Orad por las vírgenes.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis adornado al bienaventurado Pascual, vuestro confesor, con un amor ardiente por los misterios adorables de vuestro cuerpo y de vuestra sangre, concedednos el vigor espiritual que él bebía en este banquete divino. Por J. C. N. S. Amén.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/mayo17pascualbailon.mp3
Martirologio Romano: En Villarreal, de la región de Valencia, en España, san Pascual Bailón, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, quien, mostrándose siempre diligente y benévolo hacia todos, honró constantemente el misterio de la santísima Eucaristía con ardiente amor.
Nació en Torrehermosa (Zaragoza), en el seno de una familia campesina. Su padre se llamaba Martín Bailón. En el cuidado de los rebaños de su pueblo y de Alconchel pasó su juventud aprovechando los muchos ratos de silencio solitario para entregarse a la oración y a la lectura continúa de los buenos libros, después de haber aprendido a leer por su cuenta. Un día dejó su tierra y se dirigió al reino de Valencia, mendigando pan y durmiendo al raso. Llegó a Monforte del Cid, donde había un convento franciscano alcantarino dedicado a Nuestra Señora de Loreto. Llegó, pero no se atrevió a entrar. Cuatro años estuvo de espera, haciendo su oficio de pastor de ovejas por los términos de Almansa (Albacete), Elche y Monforte del Cid (Alicante).
Por fin, con 24 años, en 1564, llamó a las puertas del convento donde le abrió san Andrés Hibernón, con el que vivió en otras casas, y se hizo hermano cooperador franciscano lego en Monforte, donde fue portero, cocinero, hortelano y limosnero; profesó en 1565; pero era tan humilde que no quiso ordenarse sacerdote y tan obediente que se lo disputaban los conventos; así pasó por las casas de Valencia, Almansa, Villena, Elche, Jumilla, Játiva y Villarreal de los Infantes. Otros autores dicen que ingresó en el convento franciscano de Albatera (Alicante) donde fue pastor de ovejas. Fue nombrado temporalmente superior en Almansa y Jumilla y una vez maestro de novicios en Almansa. En 1589 fue destinado a Villarreal, donde se convirtió en el gran apóstol y bienhechor de la villa, hasta su muerte. Vivió la pobreza con radicalidad, y se entregó por entero en ayudar a los necesitados. Tuvo dones taumatúrgicos de curación y en la predicación. Se dice que era de natural colérico, pero vivió la mansedumbre total. Sirvió a todos con alegría.
Se santificó como contemplativo de la Eucaristía, pasando horas enteras del día ante el Santísimo Sacramento y frecuentemente la mayor parte de la noche. Su amor y su conocimiento de la Eucaristía admiró a todos. El guardián provincial le envió a París para que entregase unos despachos al guardián general. Para ello tuvo que cruzar toda Francia, vestido de franciscano, en la época de las guerras de religión, durante el viaje soportó burlas y atropellos e incluso llegaron a encerrarle en una pocilga. De este viaje Pascual conservó durante toda su vida las cicatrices de los golpes recibidos. Se dice que durante un viaje se encontró en tierras de hugonote y uno de ellos sospechó que Pascual era papista. -¿Donde está Dios?, le preguntó -En el cielo, contestó Pascual sencillamente. Luego lloró, porque si hubiera añadido: "y en el Santísimo Sacramento", hubiera sido mártir, que era su ardiente deseo.
A veces después de ordenar la cocina, una vez concluido el trabajo, se ponía en oración y de pronto se levantaba como movido por un resorte invisible, balbuceaba loco de alegría, se agitaba y bailaba ante una imagen de la Virgen (por eso muchos erróneamente creen que Bailón es apodo y no apellido). Escribió versos y reflexiones sobre la Trinidad, la encarnación, la vida de Cristo, la Eucaristía, la Iglesia, María... Murió en Villarreal de los Infantes (Castellón) durante la celebración de la Eucaristía. Patrón de los Congresos Eucarísticos, la Confraternidad del Santísimo Sacramento y de la Adoración Nocturna. MEMORIA FACULTATIVA.
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Martirologio Romano: En África Proconsular, conmemoración de santa Restituta, virgen y mártir durante las persecuciones de Diocleciano.
Mártir de Cartago, durante la persecución de Valeriano o Diocleciano; fue arrojada dentro de una barca en llamas que embarrancó en una playa de la isla de Ischia; y luego fue trasladada a Nápoles.
Se dice de ella que nació en Cartago o Hipona Diarrhytus (hoy conocido como Bizerta, Túnez) y se convirtió en mártir en las persecuciones del emperador Diocleciano. El lugar y hora exacta de su martirio se desconce pero es considerada como unas los mártires de Abitina.
La leyenda posterior medieval, relatado por Pedro slaubdiácono en el siglo X, establece que después de haber sido horriblemente torturada, Restituta fue colocada en un barco cargado de estopa y resina ardiendo. Pero Restituta resultó ilesa por el fuego, al pedir la ayuda de Dios. Dios envió a un ángel para guiar a su barco a la isla de Aenaria (actual Ischia), y atracó en el lugar actual de San Montano. La leyenda añade que una mujer de la localidad cristiana llamada Lucina había soñado con el ángel y el barco. Cuando se acercó a la playa, se encontró con la resplandeciente y el cuerpo incorrupto de Restituta, que ya estaba muerta. Lucina se reunió junto a la población y la santa fue enterrada a los pies del Monte Vico en Lacco Ameno, donde se erigió una basílica paleocristiana en su honor y que ahora es el sitio de un santuario dedicado a ella. Restituta es la patrona de Lacco Ameno y Oricola en Nápoles.
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Martirologio Romano: En Vercelli, de la provincia de Liguria, en Italia, san Emiliano.
Algunas fuentes, erróneamente, afirman que era de origen español, pero probablemente fue piamontés. Teodorico, rey de los ostrogodos, conquistó Italia. Las poblaciones ocupadas eran devastadas. Vercelli, importante municipio romano, había sido casi abandonada y expoliada. La autoridad más importante, también a nivel civil, era el obispo. Teodorico intentó instaurar una pacífica convivencia con la reducción de tributos y la liberación de muchos esclavos. Aunque era arriano, buscó mejorar las relaciones entre la iglesia de Roma y la de Constantinopla. Nuestro santo era monje de un cenobio que reunía, alrededor del obispo, ya sea religiosos contemplativos como aspirantes al sacerdocio. Según una improbable tradición, Emiliano fue eremita, durante 40 años, en Sostegno, donde después surgirá un monasterio de clérigos regulares.
Fue elegido XIº Obispo de Vercelli entre el 493 y el 497 y mantuvo una cierta actitud hacia la contemplación. Como auténtico pastor, se preocupó de la vida espiritual y de las condiciones económicas de sus fieles. Con esta finalidad pidió a Teodorico que construyera un puente y que redujera los impuestos. Defendió con coraje la centralidad del poder papal. Marchó a Roma a un concilio promovido por el papa san Símaco.
Emiliano fue un excelente director espiritual. Impuso el velo y fue confesor de las cuatro hermanas: Licinia, Leonzia, Ampelia y Flavia que vivían en el protomonasterio fundado por Eusebia, hermana de san Eusebio de Vercelli. Escribió varias cartas. Sus restos reposan en la catedral de Vercelli.
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Martirologio Romano: En la ciudad de Kweyang, en la provincia de Guizhou, en China, san Pedro Liu Ouen-Yen, mártir y catequista, que fue estrangulado a causa del nombre de Cristo.
Nació en Kong-Tcheu, China, en el seno de una familia pagana. Llegado a la juventud contrajo matrimonio del cual nacieron varios hijos. Convertido en su juventud por un amigo, se bautizó a pesar de la oposición de su familia y tomó el nombre de Pedro. Fue catequista.
Fue arrestado y llevado a Pekín, donde le esperaba la muerte por ser cristiano, pero unos amigos consiguieron liberarlo. Nuevamente en el 1814, fue detenido de nuevo y exiliado a Mongolia entre los tártaros; fue vendido como esclavo a un tártaro que durante diez años le hizo pasar una dura esclavitud. Cuando enfermó, volvieron a liberarlo sus amigos y pudo regresar a su casa en el 1827, donde pudo vivir normalmente con su mujer y sus dos hijos.
Pudo pasar diez años de vida normal con su mujer y sus hijos, pero en 1834 le llegó de nuevo la hora de la prueba. Un hijo suyo y su nuera, fervorosos cristianos también, junto con otros fieles, se habían negado a que a un amigo muerto, que había sido cristiano, se le hicieran funerales paganos. Como consecuencia de esta negativa habían ido a la cárcel Kouy-Yang. Allí fue Pedro a visitarles y atenderles y cuando llegó para ellos la sentencia de destierro, Pedro pidió licencia para acompañarles. Entonces fue él mismo acusado de cristiano y arrestado. Llevado ante el tribunal, confesó su fe y fue condenado a la pena de estrangulamiento, que se cumplió en su pueblo de Kong-Tcheu, el 17 de mayo de 1834. Fue canonizado con los demás mártires de China el 1 de octubre de 2000.
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Martirologio Romano: En Casoria, cerca de Nápoles, en la Campania, en Italia, santa Julia Salzano, virgen, quien fundó la Congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón, para enseñar la doctrina cristiana y difundir la devoción hacia la Eucaristía.
Nació en Santa María Capua Vetere, Caserta (Italia), en el seno de una familía de alta sociedad. Cuando tenía 4 años se quedó huérfana de padre, y la llevaron al orfanato regio de San Nicolás La Strada, regentado por las Hermanas de la Caridad, aquí permaneció hasta los 15 años y donde obtuvo el diploma de magisterio. Trabajó en la escuela municipal de Casoria, Nápoles, donde se trasladó con la familia en 1865.
Junto con la beata Catalina Volpicelli, propagó el culto y el amor al Sagrado Corazón, viviendo el lema: “ad maiorem Cordis Iesu gloriam”. Su constante preocupación por la enseñanza y llevar el mensaje evangélico le impulsó a fundar en 1905 la Congregación de Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón. Gastó toda su vida en el carisma de la catequesis, y decía: “Yo impartiré siempre el catecismo, mientras me quede un hilo de vida. Y os aseguro que me encantaría morir enseñando el catecismo”.
El beato Ludovico da Casoria le predijo: “Ten cuidado que no te venga la tentación de abandonar a los pequeños de nuestra querida Casoria, porque la voluntad de Dios es que vivas y mueras entre ellos”. Y así fue. Murió “Doña Julieta”, como la llamaban sus conciudadanos, con fama de santidad. Fue proclamada beata por parte de SS. Juan Pablo II, el 27 de abril de 2003.
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Martirologio Romano: En el campo de concentración de la ciudad de Oserlag, próximo a Irkutsk, en Rusia, beato Iván Ziatyk, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor y mártir, que en tiempo de persecución por los enemigos de la fe mereció sentarse a la mesa del banquete celeste de los justos.
Nació en Odrechova (Polonia). Fue ordenado sacerdote en 1923, en Przemysl. Fue prefecto y profesor del seminario ucraniano, cumplió escrupulosamente con su tarea, superándose y procurando hacerlo lo mejor posible, sintiendo cada día más el apremio de ser un santo sacerdote. En 1935 ingresó en la Congregación del Santísimo Redentor, hizo los votos religiosos en 1936. Seguidamente, su congregación lo ocupó en diferentes ministerios, granjeándose la estima de todos sus hermanos en religión.
En 1948 los comunistas expulsaron al viceprovincial de los redentoristas, y él fue elegido para sustituirlo. Con gran esmero cuidó lo mejor que supo de los intereses de la congregación, no sin ver que las dificultades iban a ser cada día mayores. El metropolita Spetyckyj lo nombró vicario general de la Iglesia greco-latina ucraniana, cargo que aceptó y desempeñó con plena dedicación.
Las autoridades lo detuvieron en 1950 y lo condenaron a 10 años de trabajos forzados en un campo de concentración por el delito de ser “redentorista y predicador de las ideas del Papa de Roma”, acusaciones que el acusado reconoció, pero que se negó a admitir que fueran crímenes. Llevado al campo de concentración de Oserlag, Irkustk, en Rusia, fue sometido a tortura por parte de los guardias del campo y enfermó gravemente. Soportó con gran ánimo y paciencia su arresto, juicio y condena, y se comportó en el campo con ánimo y entrega a la voluntad de Dios. Murió en el hospital del campo el 17 de mayo de 1952. Fue beatificado el 27 de junio de 2001.
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Santa Restituta. s. III-IV.
Un desconocido hagiógrafo escribió en el siglo VIII una biografía de san Eusebio, primer obispo de Vercelli, natural de Cerdeña. En este escrito se sostiene que la madre del santo se llamaba Restituta.
Nació en Cerdeña y después de la muerte de su marido, mártir por la fe cristiana, decidió trasladarse a Roma, llevando consigo a sus dos hijitos, que fueron bautizados por el papa san Eusebio y de él recibieron los nombres de Eusebio y Eusebia. El varón emprendió la carrera eclesiástica y fue consagrado obispo de Vercelli en el Piamonte, mientras su hermana dirigió la rama femenina del célebre cenobio vecellese.
Restituta regresó a Cerdeña y en Cágliari murió mártir. En 1607 se hicieron excavaciones en esta ciudad, que confirmaron la existencia de dos capillas en las que se habían custodiado una estatua y reliquias de santa Restituta. Algunos hagiógrafos creen que estos restos son de otra santa homónima, santa Restituta de Nápoles, la mártir de Cartago, cuyas reliquias se llevaron a Cerdeña por algunos prófugos, huidos de las devastaciones de los vándalos.
San Adrión. s. IV.
Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, san Adrión, mártir.
Antiguamente se decía que fue mártir en Alejandría, no se sabe si por los paganos o por los arrianos.
Novidunum
Santos Heraclio y Pablo. s. IV.
Martirologio Romano: En Novidunum, junto al Danubio, en Mesia, en la actual Rumanía, santos Heraclio y Pablo, mártires.
San Víctor. s. IV.
Martirologio Romano: En Roma, en la vía Salaria Antigua, en el cementerio de Basilia, san Víctor, mártir.
Nació en Alejandría y murió mártir en Roma durante la persecución de Diocleciano, está asociado con san Adrión, mártir en Alejandría que se celebra hoy.
Joaquín Mine Sukedayu y 9 compañeros. Beatos. M. 1627.
Martirologio Romano: En el monte Unzen, en Nagasaki, beatos mártires Joaquín Mine Sukedayu, Pablo Nishida Kyuha, María, Juan Marsutake Shozaburo, samurai, Bartolomé Baba Han'emon, Luis Sukeemon, Pablo Onizuka Magoemon, Luis Hayashida Soka, Magdalena Hayashida y Pablo Hayashida.
Natural de Kuchinotsu, Japón. Tenía 60 años. Estaba casado con María Mine que murió mártir con él en Unzen. Todos murieron orando, fuertes en la fe y con alegría, a veces dejando escritas, durante el trayecto hacia el martirio, expresiones poéticas de despedida, como hicieron Joaquín Mine y Bartolomé Baba con esta afirmación: "Hasta ahora creía que el cielo estaba muy lejos; ahora, viéndolo tan cerca, me llena de alegría". El samurai Juan Marsutake murió orando: "¡Señor Jesús, no me dejéis de vuestra mano!". Los testigos han dejado constancia de la actitud martirial de todos.
Antonia Mesina. Beata. (1919-1935).
Martirologio Romano: En la aldea de Orgosolo, en la isla de Cerdeña, en Italia, beata Antonia Mesina, virgen y mártir, que a los dieciséis años de edad, entregada en obras a favor de la Iglesia, defendió su castidad hasta la muerte.
Natural de Orgosolo (Nuoro-Cerdeña). Era prima del famoso bandolero sardo de los años 60, Graziano Mesina. Tuvo que trabajar mucho para sacar adelante a su familia de diez hermanos por la enfermedad de su madre. Se distinguió desde su infancia por su vida ejemplar, en la fe y en la vida de piedad. Miembro de la Acción Católica de su parroquia. Destacó por la devoción a la Eucaristía y a María, devoción que fomentaba con el rezo del rosario. Era muy devota de santa María Goretti. Tuvo un gran aprecio a la virtud de la castidad. Trabajaba cuando en 1935, con 16 años, después de oír misa, se fue al monte a recoger leña para cocer pan para su familia. Un hombre la quiso violar. Cuando Antonia se resistió, el agresor le machacó la cabeza con una piedra. Al asesino lo fusilaron.
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