INDICE
San Juan Bautista de Rossi
Santos LUCIO, MONTANO y compañeros
Beatos JOSÉ KURZAWA y VICENTE MATUSZEWSKI
OTROS SANTOS DEL DIA
Epitacio, Basileo, Miguel, Efebo, Mercurial, obispos; Lucio, Quinciliano o Quinciano, Julián, Almerinda, Eufrosina, mártires; Crispín de Viterbo, confesores; Severino, Siagrio, Poncio, Florencio, monjes; Juana Artida Thouret, fundadora-Beato Bartolomé de Montepulciano
SAN DESIDERIO,Obispo y Mártir
Si es para esta vida solamente que esperamos en
Cristo, somos los más desdichados de todos los hombres.
(1 Corintios, 15, 19).
Si es para esta vida solamente que esperamos en
Cristo, somos los más desdichados de todos los hombres.
(1 Corintios, 15, 19).
San Desiderio, obispo de Viena, se atrajo la enemistad de los poderosos por su celo en reformar los abusos y fue desterrado. Llamado después de cuatro años, se atrevió a reprochar su inmoralidad al rey Teodorico. Fue asesinado cuando volvía de la Corte a su ciudad episcopal, el año 608.
MEDITACIÓN SOBRE LAS TRES PRUEBAS DE LA
INMORTALIDAD DE NUESTRA ALMA
I. Existe Dios, y este Dios es infinitamente justo; es menester, pues, que recompense la virtud y que castigue el crimen; ahora bien, sucede a menudo en este mundo que la impiedad es dichosa y la virtud perseguida: es menester pues que el alma sea inmortal y que Dios recompense y castigue en la otra vida. Que me maltraten los impíos, que me enlode la calumnia, poco importa: Dios sabrá hacerme justicia. Suframos, alma mía, suframos sin pena, y no envidiemos la prosperidad de los malvados: la eternidad es lo bastante larga como para cargarlos de oprobios y para colmamos de gloria.
II. Todos los bienes de aquí abajo no son capaces de colmar los deseos del corazón humano. Cuanto más posee, más desea: es preciso, pues, que no haya sido creado para estos bienes, puesto que no podrían hacerlo feliz. Además, nuestro espíritu nunca está satisfecho de sus conocimientos: cuanto más aprendemos, más deseamos aprender; cuanto más conocemos a Dios, más lo amamos, más deseamos conocerlo y amarlo. Nos habéis hecho para Vos, oh Dios mío, y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Vos. (San Agustín).
III. Por más dichosos que seamos, suspiramos siempre tras los bienes por venir. ¿Cuál es el hombre que con verdad puede decir: Una vez en mi vida he estado plenamente satisfecho, y mi corazón no ha deseado nada más? Alma mía, esta inquietud y este impulso hacia lo por venir, ¿no te dicen que debes des preciar todo lo que posees y lo que ves para elevarte hacia ese bien que los bienaventurados ven y desean ver siempre, que poseen sin inquietud, y del cual se sacian sin hastío? (San Agustín).
La paz del alma
Orad por la paz entre las
naciones cristianas.
ORACIÓN
Omnipotente Dios, mirad nuestra flaqueza, ved cómo nos agobia el peso de nuestros pecados, y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Desiderio, vuestro pontífice mártir. Por J. C. N. S. Amén.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/mayo23juanbautistarossi.mp3
San JUAN BAUTISTA DE ROSSI. (1698-1764).
Martirologio Romano: En Roma, san Juan Bautista de Rossi, presbítero, que atendió en la Ciudad Santa a los miserables y a los más desfavorecidos, y les imbuyó de santa doctrina. Natural de Voltaggio cerca de Génova. Una dama de la alta sociedad lo tomó bajo su protección y se encargó de su educación. Estudió en el Colegio Romano de los jesuitas, pero puso tanto empeño en el estudio que no guardó la prudencia necesaria, llegando a enfermarse de tal manera que tuvo que abandonarlos.
Este hecho le hizo reflexionar que el orgullo anidaba en su corazón cuando estudiaba. Fue miembro de la Congregación apostólica, instituida por el Padre Pompeo Benedetti, y cumplió con los compromisos de la misma: obras de religión y caridad, visita a enfermos, oración mental, fomento de la caridad fraterna. Participó en las catequesis que se daban a los niños del pueblo en la iglesia de San Ignacio. Aprendió con los jesuitas la devoción al Sagrado Corazón. Para el estudio de la Teología se inscribió en La Minerva. Fue ordenado sacerdote en 1721 y prometió no desatender jamás la suerte de los pobres y especialmente de los niños sin recursos. Hizo voto privado, que no pudo cumplir por obediencia, de no aceptar prebenda eclesiástica.
Se entregó en hacer bien su oficio de sacerdote, sin grandes manifestaciones, todo llevado en el silencio e incluso en el anonimato, con una gran devoción a María. Fue sacerdote de los pobres, un apóstol de Roma, consagrándose a la juventud abandonada y a todo el que necesitase la manifestación del amor de Dios. Aunque no ingresó en el Oratorio, su modelo de vida sacerdotal fue san Felipe Neri, que era coetáneo suyo. En 1731 fundó un hospicio para mujeres abandonadas. En 1737 murió su tío Lorenzo, canónigo de la iglesia de Santa María in Cosmedin en Roma y el papa Clemente XII le ofreció la canonjía vacante, Juan Bautista alegó que había hecho voto de no aceptar prebenda alguna, y el papa le dispensó y tuvo que aceptar por obediencia, aunque siguió con sus obras de caridad y de entrega a los demás, especialmente a los enfermos de tuberculosis, que en aquella época era rechazados por temor al contagio. A causa de su dedicación se le conocía como “el confesor de los tísicos”. Murió en Roma y está enterrado en la iglesia de la Trinidad de los Peregrinos .
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Santos LUCIO, MONTANO y compañeros. M. 259.
Martirologio Romano: En Cartago, en la actual Túnez, santos, Lucio, Montano, Julián, Victórico, Víctor y Donaciano, mártires, que, por la religión y la fe que habían aprendido de las enseñanzas de san Cipriano, afrontaron el martirio bajo el emperador Valeriano. Martirio de san Montano Durante los dos años que había durado ya la persecución de Valeriano, muchos cristianos habían alcanzado la corona del martirio, como san Cipriano, en septiembre del año 258.
El procónsul Galerio Máximo, que le había condenado, murió poco después, pero el procurador Solón llevó adelante la persecución. En Cartago, el pueblo se levantó contra él, pero la insurreción fue sofocada en sangre. En vez de tratar de descubrir a los verdaderos culpables, Solón se vengó en los cristianos, haciendo prisioneros a ocho discípulos de san Cipriano, casi todos clérigos. Sus Actas son auténticas y redactadas por testimonios oculares. Esta es la historia de su martirio: Donaciano: era catecúmeno y que fue bautizado en prisión, murió rápidamente en la cárcel. Flaviano: era diácono. No creían que fuera diácono, y a pesar de que ansiaba con toda su alma dar su vida por la fe, por dos veces fue interrogado y enviado de nuevo a la cárcel, mientras sus compañeros morían en el martirio. Por fin, y gracias a su fe en Dios, pudo alcanzar la palma del martirio. Julián: tuvo alguna discusión fuerte con Montano, a causa de una mujer que había sido excomulgada y que Julián había defendido. Entre ellos quedó la frialdad, pero Montano tuvo una visión, que le decía que debía reconciliarse pues el amor era lo único que les podía mantenerlos unidos ante el inminente martirio. Lucio: era de complexión débil. Demostró una gran serenidad ante su proceso. Prímulo: hacía pocos meses que había recibido el bautismo, y fue el primero que fue martirizado. Reno: como muchos de sus compañeros también tuvo una visión en la cárcel, que les animaban a seguir adelante en su confesión de la fe. Víctor.
No aparece en las Actas pero sí en los santorales, debe ser un añadido. Victórico: recibió una visión en la que le decían que tendrían la gloria del martirio. En cuanto a Montano las Actas dicen de él: "tan robusto de cuerpo como de espíritu, ya antes del martirio se había hecho famoso por su libertad en decir constante y firmemente lo que la verdad pidiera, sin miramiento alguno a personas". Parece ser que exhorto a las vírgenes, a conservar su estado, a los herejes, para que vivieran en unidad y, a todos para que el amor fuera su único estado. Tras de haber sufrido hambre y sed durante muchos meses de prisión, los mártires comparecieron ante el presidente e hicieron una gloriosa confenión. El decreto de Valeriano sólo condenaba a muerte a los obispos, sacerdotes y diáconos. Los compañeros de Flaviano, con más buena voluntad que acierto, dijeron que éste no era diácono y que por tanto no estaba incluido en el decreto del emperador. Así pues, aunque Flaviano afirmó que era diácono, el juez sólo condenó a muerte a sus compañeros. Los mártires se dirigieron gozosamente al sitio de la ejecución y cada uno de ellos hizo una exhortación al pueblo.
Lucio, que era un hombre tranquilo y reservado, se había debilitado mucho en la prisión; temiendo que esto le impidiese verter su sangre por Cristo y que muriese entre la muchedumbre que bordeaba el camino, los mártires le pusieron a la cabeza del grupo y le acompañaron en el trayecto. Cuando el verdugo se preparaba ya a descargar el golpe, Montano rogó a Dios que concediese a Flaviano la gracia del martirio, tres días después, a pesar de que el pueblo había obtenido ya la liberación de Flaviano. En señal de que su oración había sido escuchada, Montano desgarró el pañuelo que le cubría los ojos y envió la mitad a Flaviano; igualmente pidió a los cristianos que prepararan la tumba de Flaviano para no separarse de él, ni aun después de la muerte.
Por su parte, Flaviano oraba ardientemente para que la corona del martirio no se le retardase mucho. La sentencia a muerte no llegó tarde a Flaviano y ésta llenó de gozo al mártir, que fue al sitio de la ejecución acompañado por una gran muchedumbre, entre la que se hallaban numerosos sacerdotes. En el sitio de la ejecución, Flaviano oró por la paz de la Iglesia y la unión de los cristianos. Según parece, profetizó a Luciano que sería obispo de Cartago. La profecía se cumplió al poco tiempo. Cuando terminó de hablar, se vendó los ojos con la mitad del pañuelo que Montano le había mandado y, postrado de rodillas en oración, recibió el golpe del verdugo.
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Beatos JOSÉ KURZAWA y VICENTE MATUSZEWSKI. M. 1940.
Martirologio Romano: En el pueblo de Witowo en Polonia, beatos José Kurzawa y Vicente Matuszewski, sacerdotes y mártires, que, durante la ocupación de la patria por parte de una potencia extranjera, fueron ejecutados por los perseguidores de la Iglesia. José nació Swierczyn en las cercanías de Kalisz, Polonia en 1910. En 1931 ingresó en el seminario diocesano de Wloclawek, ordenéndose sacerdote en 1936; fue enviado a la parroquia de Osiecyni como vicario y prefecto de las escuelas locales. Era un sacerdote manso y humilde, muy amigo de los pobres y muy cuidadoso con la predicación. Vicente nació en Chruscienska Wola, parroquia de Grochow, en las cercanías de Kutno, Polonia en 1895. Fue ordenado sacerdote en 1895 y fue destinado a Widawa, de donde pasó a la parroquia de San Segismundo en Czestochowa, pasando luego como párroco a Ostrowas, y en 1918 en Osiecyni, donde estaría hasta su martirio. Su actividad pastoral fue eficaz y tenía una gran preocupación por la situación material y espiritual de sus feligreses.
El obispo quiso premiar ese trabajo nombrándole canónigo de la colegiata de Kalisz, sin por ello abandonar su parroquia. Al entrar los nazis en su país, decidió, junto con su coadjutor José Kurzawa, permanecer en su parroquia. El día del Corpus Christi decidieron realizar la procesión, pero este acto de valentía pastoral supuso un gravísimo peligro para ellos. Pasada la procesión, se les advirtió que los nazis habían decretado su muerte. El alcalde de la ciudad les pidió que huyeran. Vicente pidió a su coadjutor que huyera, pero no quiso. Una noche dos policías nazis les hicieron subir a un coche y a 5 kms. del pueblo de Witowo les pegaron un tiro en la nuca. Los enterraron en una fosa al borde de la carretera. Ambos fueron beatificados el 13 de junio de 1999.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
Santos Mártires de Capadocia. M. 303.
Martirologio Romano: Conmemoración de los santos mártires, que en Capadocia, durante la persecución del emperador Maximiano, murieron con las piernas quebradas. Es un grupo de mártires, que murieron en Capadocia, durante la persecución de Maximiano Galerio, después de haber sido sometidos a terribles torturas: los martirizaron quebrándoles las piernas.
San Efebo de Nápoles. s. IV.
Martirologio Romano: En Nápoles, en la Campania, san Eufebio, obispo, que gobernó santamente al pueblo de Dios y le sirvió con fidelidad. Obispo de Nápoles. No se sabe nada de él, excepto que rigió con toda fidelidad su iglesia. Su tumba se convirtió en lugar de peregrinación.
Santos Mártires de Mesopotamia. M. c. 307.
Martirologio Romano: Conmemoración de los santos mártires, que en Mesopotamia, en el mismo periodo, suspendidos por los pies cabeza abajo, fueron ahogados por el humo y asados vivos. Es un grupo de mártires de Mesopotamia, durante la persecución de Maximiano Galerio. Fueron suspendidos cabeza abajo sobre el fuego; perecieron ahogados por el humo y lentamente consumidos.
San Desiderio de Langres. M. 407.
Martirologio Romano: En Langres, en la Galia Lugdunense, martirio de san Desiderio, obispo, de quien se narra que al constatar que su grey era vejada por los vándalos, se dirigió a su rey para suplicar por ella, pero fue condenado a muerte por aquél y se entregó libremente por las ovejas que le habían sido confiadas. Natural de los alrededores de Génova.
Parece que fue designado milagrosamente como IIIº Obispo de Langres. Suscribió el concilio de Sárdica en el 343. Participó en el pseudo-concilio de Colonia del 346. Durante el imperio de Honorio y Teodosio, llegaron los vándalos, y Desiderio fue decapitado por su grey y dio nombre a la ciudad de Saint-Dizier. Patrón de Langres.
Santos Euticio y Florencio. M. c. 487.
Martirologio Romano: En el territorio de Nursia en Umbría, conmemoración de san Euticio, abad, que, como narra el papa san Gregorio Magno, primero practicó la vida solitaria junto a san Florencio, conduciendo a muchos a Dios con su corage, y después gobernó santamente el monasterio vecino. Lo que sabemos de Eutiquio es que después de llevar, junto a Florencio, vida solitaria en la provincia de Norcia, Eutiquio fue elegido abad de un monasterio en Val Castoriana, célebre en el Medioevo, que permaneció por muchos años y que tomó de Eutiquio el nombre, aunque no había sido él el fundador.
Algunos sostienen que la llegada de Eutiquio a Val Castoriana y la construcción del monasterio ocurrieron en los primeros tiempos de la invasión ostrogoda, es decir, después del 487. Cuando Eutiquio llegó a ser Abad, Florencio permaneció solo y, sufriendo, pidió al Señor que le enviara un compañero. Aqui se narran unos hechos fantásticos y poco caritativos que no vamos a poner. A la muerte de Eutiquio, Florencio se mudó probablemente a Foligno, donde murió en el 540, y donde es conmemorado el 1 de junio . En Norcia la fiesta de Florencio es el 27 de junio. El "Martirologio de Farfa", del siglo XI inscribe a Eutiquio el 23 de mayo, y el Martirologio Romano anterior colocaba en esta fecha a los dos juntos, aunque el actual sólo inscribe a Eutiquio, y menciona en el elogio de éste -pero sin inscribirlo en ninguna fecha- a san Florencio.
San Spes de Nursia. M. c. 517.
Martirologio Romano: Siempre en Nursia, san Spes, abad, que durante cuarenta años soportó la ceguera con admirable paciencia. Abad de Nursia. San Gregorio Magno nos habla de él en el IV libro de “Los Diálogos”: fue un monje, fundador del monasterio de San Eutiquio, cerca de Nursia; hombre piadosísimo que sufrió con paciencia la desgracia de ser ciego durante 40 años.
"El venerable anciano, cuanto más se veía falto de la corporal luz, tanto más suspiraba por la espiritual y divina, que jamás le faltaba, porque la buscaba humildemente; y así, viendo el golpe del azote en el cuerpo tenía el consuelo y alivio del Espíritu Santo en el corazón".
Pasado el tiempo recobró la vista, y Dios le mandó entonces que visitase los monasterios vecinos predicando a los monjes, para que se viese que el Señor, que le había devuelto la luz, le convertía en instrumento para que los demás la recibiesen en el alma. A su regresó murió durante la celebración eucarística. Puede ser santa Esperia, patrona de Saint Céré, Lot.
San Honorato de Subiaco. s. VI.
Martirologio Romano: En Subiaco, en el Lacio, conmemoración de san Honorato, abad, que gobernó sabiamente el monasterio donde antes había vivido san Benito. Abad en Subiaco, Italia, gobernó sabiamente el monasterio donde antes había vivido san Benito. Cuando san Gregorio Magno, escribió sus “Diálogos”, una de las fuentes que tomó para escribir la “Vida” de san Benito, fue la de Honorato, que era el abad benedictino.
San Siagrio de Niza. M. c. 787.
Martirologio Romano: En Niza, en la Provenza, san Siagrio, obispo, que edificó un monasterio sobre el sepulcro de san Poncio.
Pariente de Carlomagno; ingresó como benedictino en Lerins. Fundó y gobernó el monasterio de Saint-Pons en Provenza; en el 777, fue nombrado obispo de Niza; destacó por sus virtudes y sus cualidades intelectuales.
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