INDICE
Felipe y Santiago el Menor, Santos Apòstoles,
San TEODOSIO PECHERSKY
Beato TOMÁS ACERBIS DE OLERA
Beata MARÍA LEONIA PARADIS
OTROS SANTOS DEL DÍA
Alejandro I, Santo VI Papa y màrtir
Eduardo José Rosaz, Beato Obispo
Emilia Bicchieri, Beata Dominica
Invención de la Santa Cruz, Jerusalén, 326
Nuestra Señora de Araceli-Etelvino, obispo; Elpidio, Hermógenes, Timoteo, Maura, Diodoro, mártires; Violeta, Emilia (Amelia), vírgenes
INVENCIÓN o HALLAZGO DE LA SANTA CRUZ
Quien no carga con su cruz
y me sigue no es digno de mí.
(Mateo, 10,38).
Quien no carga con su cruz
y me sigue no es digno de mí.
(Mateo, 10,38).
El emperador Constantino había visto una cruz en el cielo, en la cual estaban escritas estas palabras: CON ESTE SIGNO VENCERÁS; en efecto, derrotó totalmente al tirano Majencio. Santa Elena, su madre, en agradecimiento de este favor, dispuso se hiciesen búsquedas en Jerusalén para dar con la verdadera cruz. Descubriéronse tres. Un milagro dio a conocer con certeza cuál era aquélla de la que pendiera el precio de nuestra redención. La santa hízole construir un templo magnífico. Hoy celebra la Iglesia el hallazgo o invención de este adorable tesoro.
MEDITACIÓN SOBRE TRES CLASES DE PERSONAS QUE ENCUENTRAN LA CRUZ
I. Algunas personas se empeñan en evitar las cruces, pero sin poder lograrlo: son los pecadores y los voluptuosos. Siempre en busca de placeres, no encuentran en su camino sino tristeza y aflicción de espíritu. ¿Por qué esto? Porque el hombre que no busca a Dios jamás está contento; sus deseos y sus pasiones lo atormentan, Y Dios mismo se complace en enviarle sufrimientos para desasirlo de las creaturas y volverlo a Él. El pecador no puede ser dichoso, porque donde no hay virtud no hay verdadera dicha. (Salviano).
II. Otros hay que buscan las cruces y las mortificaciones y que, en efecto, las encuentran. Es lo que sucede a los que comienzan a servir a Dios; no tienen todavía bastante valor ni suficiente amor de Dios que les haga encontrar dulces y agradables las aflicciones: sienten aún las asperezas y la amargura ¡dichosos si continúan en este arduo ejercicio de la mortificación sin desanimarse!
III. Las almas santas buscan las cruces con diligencia, pero no las encuentran. San Francisco Javier las deseó en aumento progresivo; pidió Santa Teresa padecer o morir; y, como San Pablo, superabundaron de gozo en medio de sus aflicciones. Es que el prolongado sufrimiento, su amor a Dios y el consuelo que el Señor difunde en sus almas, los hace felices en este mundo mientras ellos buscan la felicidad del cielo. Persiguen la dicha y ya son dichosos; la buscan y ya la encontraron. (San Euquerio).
El amor a la cruz
Orad por los infieles.
ORACIÓN
Oh Dios, que en el hallazgo maravilloso de vuestra cruz salutífera, habéis renovado los milagros de vuestra Pasión, haced que adquiramos, por el valor este árbol de vida, la recompensa de la vida eterna. Por J. C. N. S. Amén.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/mayo03timoteoymaura.mp3
Santos FELIPE y SANTIAGO el Menor “Apóstoles”. M. 54 y 62.
Martirologio Romano: Fiesta de los santos Felipe y Santiago, apóstoles. Felipe, que, al igual que Pedro y Andrés, había nacido en Betsaida y era discípulo de Juan Bautista, fue llamado por el Señor para que lo siguiera. Santiago, por su parte, era hijo de Alfeo, de sobrenombre “Justo”, considerado en Occidente como el pariente del Señor, fue el primero que rigió la Iglesia de Jerusalén, y cuando se suscitó la controversia sobre la circuncisión, se adhirió al parecer de Pedro, para que no fuera impuesto a los discípulos venidos de la gentilidad aquel antiguo yugo. Muy pronto coronó su apostolado con el martirio.
Felipe nació en Betsaida (Jn 1,44). Fue uno de los primeros apóstoles en escuchar "Sígueme". Y comunicó con alegría a san Bartolomé: "hemos encontrado a aquél de quién hablaba Moisés y los profetas" (Jn 1,44). Se dice que era un hombre casado y tenía muchas hijas. Aparece en el evangelio: en el milagro de la multiplicación de los panes; Jesús le pregunta cómo podrían comprar panes para tanta multitud (Jn 6,5). El texto, añade, precavido: “Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer”. El mismo relato nos indica que es Felipe quién hace el cálculo del costo de los panes: 200 denarios (Jn 6,7). En la cena pascual Felipe dice: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta" (Jn 14, 8-11); es asimismo el apóstol que se hizo portavoz de algunos griegos que deseaban ver a Jesús (Jn 12, 20-22), en la entrada en Jerusalén. Su obra de evangelizador y su martirio, perviven en el recuerdo de los cristianos de Asia.
Según la tradición predicó en Escitia, después en Frigia y en Hierápolis o Gerápolis de Frigia donde fue crucificado. Se dice que murió crucificado cabeza abajo como san Pedro y atado a la cruz con cuerdas. A causa de la refinada crueldad de sus verdugos lo habrían rematado a pedradas. Su martirio está rodeado de leyendas fantásticas. Sus reliquias descansan en la iglesia de los Doce Apóstoles de Roma. Es patrón de Sorrento (Nápoles) y de Philippeville (Bélgica).
Santiago el Menor nació en Canaá era "hermano del Señor" (Mc 15,40) e hijo de santa María Cleofé y de san Alfeo o Cleofás (Mc 15,40); fue jefe de la Iglesia de Jerusalén (aunque hoy se niegue este extremo). Se dice que era hermano de san Judas Tadeo. Figura en el noveno lugar en las listas de los apóstoles (en cambio san Felipe está en el quinto puesto: Mc 3,18).
El autor de la "Epístola de Santiago" es el presidente de la comunidad, el alma Sión; la "columna" de la Iglesia de Jerusalén, a la que san Pedro hace anunciar su liberación (At 12,17); el apóstol con el que san Pablo convertido toma contacto (Gal 1,19) y al que el concilio de Jerusalén concedía un papel importante (At 15, 13-19) al hablar después de Pedro reiterado la universalidad de la salvación, pero proponiendo al mismo tiempo una especie de compromiso, de orden práctico, para favorecer la convivencia entre los cristianos de origen judío y los de la gentilidad: las llamadas “clausulas de Santiago”. Se le atribuye la aparición de Cristo resucitado (1 Cor 15, 1-8). Acogió a san Pablo a la vuelta de su tercer viaje misionero y le aconsejó que realizase un gesto de distensión para no agravar la tensión con los cristianos judaizantes (At 21, 17-26).
Según Eusebio, referido por Egesipo ("Memorias" V), Santiago habría sido precipitado desde lo alto de la terraza del templo que se asomaba al valle del Cedrón, donde un batanero terminó de golpearlo hasta la muerte en el año 62; en cambio Flavio Josefo ("Antigüedades" XX, 9-1) compartía la opinión de que la muerte de este apóstol tan santo e imparcial fue la causa del asedio de Jerusalén y que fue lapidado en Jerusalén, por orden sumo sacerdote Anás II. FIESTA.
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San ALEJANDRO I. Papa. (107 - 113/20).
San Ireneo de Lyon escribe de él en el último cuarto del siglo II, considerándolo el quinto Papa en la sucesión de los Apóstoles, sin embargo no dice nada de su martirio. Su pontificado es fechado diversamente por los críticos, ejemplo. 106-115 o 109-116. Se cree que su pontificado duró aproximadamente diez años, en la antigüedad cristiana y no hay razón para dudar que estuvo en el "catálogo de obispos" incorporado en Roma por Hegesipo antes de la muerte del Papa Eleuterio.
Según una tradición existente en la Iglesia romana al final del siglo V y registrada en el “Liber Pontificalis”, sufrió muerte de mártir, por decapitación, en la Vía Nomentana, en Roma un 3 de mayo. La misma tradición declara que fue romano por nacimiento y rigió la Iglesia durante el reinado de Trajano. Le atribuyen también, aunque sin precisión, la inserción en el canon de “Qui Pridie”, o palabras conmemorativas de la institución de la Eucaristía, ciertamente primitivas y originales en la Misa; decidió mezclar una gota de agua con el vino del cáliz, en memoria de esto se le ha inscrito en el Canon de la Misa. También se dice, que él ha introducido el uso de agua bendita, mezclada con sal para purificar a casas cristianas de las malas influencias llama la atención, por la persistencia de esta primitiva costumbre romana como forma de bendición en el “Sacramentario Gelasiano” y que recuerda muy fuertemente a la actual plegaria de “Asperges”, al comienzo de la Misa.
Sucedió a san Evaristo I en el solio pontificio. Convirtió a san Hermetes. No es seguro que haya sido mártir, se cree que se ha equivocado con un mártir del mismo nombre que fue sepultado en la vía Nomentana. Se dice que sus restos han sido transferidos a Freising, en Bavaria, en 834. Sus así llamadas "Actas" no son genuinas, y fueron compiladas en una fecha muy posterior.
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San TEODOSIO PECHERSKY (Teodosio de Pecersk). (1029-1074).
Martirologio Romano: En Kiev, en Rusia (hoy en Ucrania), san Teodosio, abad, que, según la tradición, fundó el monasterio conocido con el nombre de las Grutas, instituyendo en él la vida cenobítica.
La época del florecimiento de la vida monástica en Rusia empezó con la fundación del monasterio de las Cuevas en Kiev (Kiev-Pecherskaya Lavra). Dicho monasterio no nació por iniciativa de los grandes de este mundo, sino que fue fundado por monjes rusos y para monjes rusos. Sus fundadores, "primeras luces brillantes encendidas por Rusia ante la imagen del Cristo universal", fueron san Antonio y san Teodosio Pechersky.
Teodosio era hijo de padres acomodados. Cuando era joven, se había vestido de esclavo y había trabajado con ellos en las tierras de su padre. Tal actitud horrorizó a su madre. Teodosio le dijo: "Madre mía, escúchame: Nuestro Señor Jesucristo se humilló y se degradó. También en eso estamos obligados a imitarle." Pronto tuvo que abandonar la casa paterna, debido a los golpes y amenazas que se le prodigaban. Entonces, empezó a trabajar con un panadero y aprendió a preparar el pan para los sagrados misterios. Finalmente, hacia el año 1032, ingresó en el monasterio de las Cuevas de Kiev.
Ahí sucedió a Barlaam en el cargo de abad del monasterio de Pechersky. El fue quien organizó realmente el monasterio y dirigió a la primera generación de monjes rusos. Completó y ensanchó las construcciones e implantó en el monasterio la disciplina y la regla de san Teodoro “Studita”. Dicha regla no ponía únicamente el énfasis en la oración y mortificación como medios de santificación personal, sino también en la necesidad de las obras de misericordia y en la obligación de identificarse con los miembros dolientes del Cuerpo Místico de Cristo. San Teodosio adoptó tanto las prescripciones litúrgicas como las actividades sociales de los estuditas; así, fundó en el monasterio un hospital para los enfermos e inválidos, un albergue para los peregrinos y todos los sábados enviaba a los presos de la cárcel de la ciudad una carreta llena de víveres. Por otra parte, a diferencia de tantos otros monjes primitivos, el santo no huía del trato con los hombres, sus monjes tomaron parte en la evangelización de Kiev y extendió su influencia no sólo a su comunidad sino a la vida de toda la Rusia varangiana. Cuando Svyatoslav arrojó del trono a su propio hermano, Teodosio se le opuso abiertamente y, en varias ocasiones, defendió los derechos de los pobres y oprimidos. La práctica de los "startsy" o directores espirituales, tan característica de la vida religiosa del pueblo ruso, tuvo su origen en la época de san Teodoro, quien invitaba a los habitantes de Kiev, sin distinción de sexo, edad ni condición, a consultarle sus problemas y dificultades. Se cuenta que tenía especial cariño por Juan y María, dos esposos de la región, "porque amaban a Dios y se amaban entre sí."
En cierta ocasión en que el usurpador Svyatoslav invitó a cenar al santo, éste respondió: "No estoy dispuesto a sentarme a la mesa de Jezabel ni a comer el pan amasado con la sangre de un hombre asesinado." En una larga carta que escribió a Svyatoslav, le echó en cara su proceder, contrario a toda justicia y a toda ley y le comparó con el de Caín. El usurpador pensó entonces en desterrar a Teodosio, pero como no se atrevió a hacerlo, le escribió para tratar de ganárselo. La respuesta del santo muestra que, aunque no era un grande de este mundo, se sentía obligado a hacer respetar la autoridad del Evangelio: "¿Qué puede nuestra cólera contra vuestra fuerza, buen señor? Y, sin embargo, tenemos el deber de amonestaros e indicaros lo que es bueno para la salvación de las almas. Y vos tenéis el deber de escucharnos."
San Teodoso celebró con sus hermanos la Pascua de 1074 como de ordinario y murió una semana después. Según su deseo, fue sepultado en una de las cuevas del antiguo monasterio. Pero, en 1091, su cuerpo fue trasladado a la, iglesia principal. En 1108, los obispos de la provincia de Kiev canonizaron a san Teodosio. Fue ésa la segunda canonización que tuvo lugar en Rusia y la primera canonización de un "prepodobny" ("muy parecido"), es decir de un monje muy semejante a Cristo.
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Beata EMILIA BICCHIERI. (1238-1314).
Martirologio Romano: En Vercelli, del Piamonte, en Italia, beata Emilia (Smelia) Bicchieri, virgen de la Orden de Predicadores, quien, a pesar de haber ejercido a menudo el cargo de priora, realizaba muy contenta en la vida de comunidad los servicios más humildes de la casa.
Natural de Vercelli; era hija del patricio gibelino Pietro Bicchieri. Desde niña mostró una sensatez muy superior a su edad. Odiaba los discursos inútiles y su principal placer consistía en retirarse en la soledad de su habitación para hablar con Dios. Pronto se quedó huérfana de madre, pero su padre supo rodearla de un profundo cariño. Esto constituyó el obstáculo más grande cuando ella decidió consagrarse a Dios. Al final, en 1255, convenció a su padre para que construyera un convento, en las cercanías de Verecelli, llamado de Santa Margarita, donde ella se enclaustró para vivir la vida religiosa bajo la regla de la Tercera Orden dominicana, fue ése el primer convento de Terciarias Regulares de Santo Domingo.
Tuvo mucho éxito como priora (1273), llevó a toda la comunidad a una gran perfección religiosa. Se ajustó plenamente a las exigencias de su profesión religiosa. Jamás aconsejaba a sus religiosas algo que no practicase ella misma y evitaba en cuanto era posible las conversaciones en el recibidor con las damas principales de Vercelli. Insistía sobre todo en que sus religiosas no perdiesen nunca de vista el fin de sus acciones y las realizasen con pureza de intención; si no, según solía decir, la religiosa será como quien va al mercado sin saber qué quiere y cuál es el precio de la mercancía. Su orden preferida era: “Hacer todo solamente por Dios”. Inculcó insistentemente en sus corazones una gran gratitud por los numerosos beneficios que el buen Dios les había donado.
Vivió en una humildad profunda, feliz de ser sierva de sus hermanas. Fue asidua en la oración, devota de la Eucaristía, de la Pasión de Cristo y de María. La oración y una íntima unión con Dios marcaron toda su vida. Se dice que tuvo dones taumatúrgicos y muchos éxtasis místicos. La beata murió el 3 de mayo de 1314, precisamente el día en que cumplía setenta y seis años. Sus restos reposan en la basílica catedral de Vercelli. Su culto fue aprobado en 1769.
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Beato TOMÁS ACERBIS DE OLERA. (1563-1631).Martirologio Romano: En Innsbruck, Austria, beato Tomás Acerbis de Olera, laico profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos.
Tomás Acerbis nació en el pequeño pueblo de Olera, situado en el Val Seriana (Bérgamo, Italia), en el seno de una familia campesina muy pobre. El 12 de septiembre de 1580, ya con 17 años, ingresó a la Orden Franciscana Capuchina en el convento de Verona, donde aprendió a leer y escribir. Sin instrucción alguna, Tomás había madurado su vocación pastoreando las ovejas y viviendo pobremente con su familia. No tuvo otra escuela, sino los tres años de noviciado que pasó en Verona, durante los cuales sus superiores le enseñaron a leer y escribir, haciendo una excepción a la regla de san Francisco que prohíbe expresamente a «los que no saben letras, aprenderlas».
Y, sin embargo, como iletrado compuso tratados de mística y ascética que fueron recogidos, muchos años después de su muerte, bajo el título de "Fuoco d’amore" y publicados en 1682. Un texto que, hasta hoy, que se está preparando, no tuvo nunca una verdadera edición crítica. Un volumen que otro gran bergamasco, Angelo Roncalli (san Juan XXIII), apreciaba y leía asiduamente.
A pesar de los estudios que hizo con fervor y diligencia durante los años del noviciado veronés, su italiano era elemental y con muchas faltas gramaticales. Y, sin embargo, sus escritos revelan una profundidad espiritual y una exactitud doctrinal sorprendentes.
Después de su definitivo ingreso en la orden capuchina, en 1583, se quedó en Verona hasta 1605; luego, hasta 1619, visitó como capuchino mendicante varias ciudades del Véneto: Vicenza, Padua, Rovereto. Por todas partes se difunde la fama de santidad de este “apóstol sin estola”. Visita a los enfermos, lleva la paz en las contiendas, llama a la puerta de los pobres y de los ricos para difundir el Evangelio: el pueblo reconoce su extraordinaria bondad y humildad, los poderosos la sabiduría infundida por la gracia de un iletrado capaz de aconsejar y corregir, guiar y consolar. La fuente de esta sabiduría es la mirada continuamente puesta en el crucifijo, típica de la tradición franciscana. «No he leído nunca una sílaba de los libros», escribió, «pero me esfuerzo en leer a Cristo martirizado».
En sus recorridos fuera del convento logró reconciliaciones y el perdón entre las personas, denunciando el mal y logró muchas conversiones.
Su obra de apostolado se alimentada de la oración nocturna, la penitencia que infligía a su cuerpo, el ayuno y la austeridad; fue inspirador -especialmente entre las damas- de muchas vocaciones religiosas. Entre 1612 y 1613 promovió la construcción del monasterio capuchino en Vicenza, cerca de Porta Nuova y el monasterio de las clarisas en Rovereto (1624).
Asombrado por la fama de santidad de fray Tomás, el archiduque Leopoldo V le llamó en 1619 a Tirol, para que frenase con su ejemplo y predicación la difusión del luteranismo en sus tierras. Fray Tomás se trasladó a Innsbruck, donde estuvo doce años, hasta 1631, año de su muerte. Fue el consejero más escuchado del archiduque y fue recibido varias veces por el emperador Fernando II. Fue también consejero espiritual de los arzobispos de Trento y Salzburgo, a los que sugería la manera mejor de aplicar las reformas del Concilio de Trento en sus diócesis. Todo esto, sin descuidar jamás sus deberes, la cuestación diaria, el trabajo manual, el contacto con los pobres del Tirol. “Der Bruder von Tirol”, el fraile de Tirol, era el apodo que le pusieron. Durante estos años fray Tomás no volvió a ver su tierra natal. Pero en Val Serina, sobre todo, se dejó sentir su intercesión, incluso en tiempos no muy lejanos.
Estrictamente fue un simple hermano lego, no fue sacerdote, pero era capaz de hablar bien acerca de Dios, suscitando en quien lo escuchara asombro y sorpresa, educando la fe de las personas -sean gobernantes, humildes o nobles- e impregnándolo todo con amor. La obediencia y humildad le hizo ser el "hermano mendicante" durante casi 50 años.
En su trabajo diario para defender el credo católico y contrarrestar el calvinismo y el luteranismo, tanto en la corte como entre la gente, fray Tomás llegaba a intuir la profundidad del misterio de María. Lo demuestran sus escritos, que además anticipan de un modo claro la formulación del dogma de la Inmaculada concepción. Y no solamente sus escritos.
En Volders, a orillas del río Inn, en Tirol, hay una iglesia dedicada a la Inmaculada concepción de María, cuya construcción deseaba fray Tomás y que fue terminada veintitrés años después de su muerte por Ippolito Guarinoni, médico de corte en Innsbruck, hijo espiritual y gran amigo de fray Tomás. Corría el año 1654, exactamente doscientos años antes de la proclamación del dogma hecha por Pío IX.
Muchos son los motivos de interés en los tratados recogidos en "Fuoco d‘amore" de fray Tomás. Por ejemplo, los siete capítulos dedicados al Corazón de Jesús, que con treinta años de antelación anticipan las revelaciones de Jesús a santa Margarita Alacoque, que tanta importancia tendrán en la espiritualidad occidental de los últimos siglos.
Fray Tomás de Olera murió piadosa y devotamente el 3 de mayo de 1631 y fue enterrado en la cripta de la Capilla de Nuestra Señora, en la iglesia de los Capuchinos en Innsbruck.
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Beato EDUARDO JOSÉ ROSAZ. (1830-1903).Martirologio Romano: En Susa, del Piamonte, en Italia, beato Eduardo José Rosaz, obispo, que durante veinticinco años asistió pastoralmente la diócesis que se le había confiado, con una dedicación especial a los pobres. Fundó la Congregación de Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco de Susa.
Nació en Susa (Italia), en el seno de una familia acomodada. Desde joven manifestó una salud enfermiza. Hizo los primeros estudios en Aosta y Saluzzo y no se definió su vocación sacerdotal hasta los 21 años, cuando ya sus padres habían fallecido y le dejaron un apreciable patrimonio.
En 1847, ingresó en el seminario de Susa y luego en el de Niza. En 1853, se hizo Terciario franciscano, cuyo ideal promovió y al que permaneció siempre fiel. Fue ordenado sacerdote en 1854. Como sacerdote buscó siempre el bien espiritual de sus fieles así como material. Se dedicó a la predicación, especialmente por medio de las misiones populares, y a la catequesis. Alimentó su vida espiritual con la oración, la meditación. Deseoso de seguridad moral de que empleaba bien su sacerdocio, acudió a Ars a visitar a san Juan María Vianney, con quien consultó su género de vida, que el santo aprobó y aconsejó que lo siguiera.
Rector del seminario de Susa en donde tuvo siempre un principio "firmeza dulce y dulzura firme". Fundador de la congregación de las religiosas llamadas en otro tiempo "Terciarias de san Francisco de Susa" y hoy "Franciscanas Misioneras de Susa" que tienen como fin la enseñanza, la acogida de ancianos, las casas de espiritualidad y otras obras de apostolado.
En 1877 fue nombrado obispo de Susa y se dedicó con autentico celo pastoral a la potenciación del seminario, y al cuidado y atención del clero y de los laicos. Fundó el semanario «Il Rocciamelone», el 1 de abril de 1897, que actualmente sale con el nombre de «La Valsusa». El 15 de junio de 1899 bendice solemnemente la estatua de la Virgen para colocar en la cima del Rocciamelone (3.600 mts. de altura). Se distinguió por su abnegación, celo, mansedumbre y humildad. Fue amigo intimo de san Juan Bosco. Murió en Susa. Murió el 3 de mayo de 1903. Fue beatificado por Juan Pablo II en su visita pastoral a Susa el 14 de julio de 1991.
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Beata MARÍA LEONIA PARADIS. (1840-1912).Martirologio Romano: En la ciudad de Sherbrooke, en la provincia de Quebec, en Canadá, beata María Leonia (Elodia) Paradis, virgen, que fundó la Congregación de Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, dedicadas al servicio doméstico de los sacerdotes.
Nació en L’Acadie, Quebec (Canadá). Nacida de padres humildes, pobres y virtuosos, captó pronto la belleza de la vida religiosa, y sin dudar jamás de su llamamiento, pedía con frecuencia: “Señor muéstrame tus caminos”, para conocer la forma concreta en que debía servir a la Iglesia. Sus padres fueron piadosos cristianos de escasos recursos. En 1857, profesó en la Hermanas de la Santa Cruz y se dedicó a la enseñanza. Realizó trabajos al servicio del prójimo, en Nueva York e Indiana y en el colegio canadiense de Memramcook. Fundó las Hermanas de la Sagrada Familia para el servicio doméstico de los sacerdotes.
Descubrió y propuso a sus hijas espirituales un compromiso especial: el de servir en centros de educación, en seminarios y casas de sacerdotes. No temía las diversas formas de trabajos manuales, que es la tarea de muchas personas hoy en día y fue honra de la Sagrada Familia y de la vida misma de Jesús en Nazaret. En ello vio precisamente la voluntad de Dios para su vida. Sabía que se unía a la actitud fundamental de Cristo “venido no para ser servido, sino para servir”. Estaba invadida plenamente por la grandeza de la Eucaristía y por la grandeza del sacerdocio al servicio de la Eucaristía; en ésta tuvo uno de los secretos de sus motivaciones espirituales. Tras una vida santa y llena de celo apostólico, murió en Sherbrooke, Quebec.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
Santos Evencio, Alejandro y Teódulo. M. 120.
Martirologio Romano: En Roma en el VIIº millar de la vía Nomentana, santos Alejandro, Evencio y Teódulo, mártires.
Son tres mártires romanos enterrados en la vía Nomentana. El Martirologio Romano anterior a 1970, identifica erróneamente este mártir con el papa san Alejandro I. Su culto se ha limitado a los calendarios locales desde 1969.
Santa Violeta. s. II.
Joven, mártir en Verona. Se sabe muy poco de esta santa, se piensa que fue una joven virgen, mártir en Verona. Faltan otros datos, por lo cual se duda de su existencia. Sabemos que a lo largo de los siglos, las reliquias de los santos mártires fueron trasladas de un lugar a otro, por todos los centros religiosos de toda Europa; allí donde llegaron se inició pronto un culto local más o menos intenso, la mayoría de las veces fueron proclamados patrones de la ciudad y comenzaron las leyendas y las supuestas biografías en las que aparecían como mártires naturales de la zona.
Nada elimina el valor de su martirio, aunque su Vita no sea para nada fiable. El actual Martirologio Romano no recoge su celebración, que es festejada anualmente en la provincia de Verona en la “Fiera de santa Viola” (Feria de santa Violeta) y en algunas iglesias que le están dedicadas.
Santos Timoteo y Maura. M. 286/98.
Martirologio Romano: En Antinoe, de Tebaida, en Egipto, santos Timoteo y Maura, mártires.
Mártir junto con su esposa Maura, en Antinoe en Egipto; fueron clavados a una pared donde agonizaron nueve días, consolándose mutuamente. Se habían casado hacía sólo tres semanas. Timoteo era lector, había sido condenado a muerte por negarse a entregar los libros sagrados.
San Juvenal de Narni. M. 376. Martirologio Romano: En Narni, de la Umbría, san Juvenal, venerado como el primer obispo de la diócesis.
Había nacido en África. Se cree que ejerció la medicina antes de ser consagrado obispo de Narni y que salvó a esta población de la invasión de los sármatas haciendo bajar fuego del cielo sobre ellos.
Fue ordenado presbítero en Roma por el papa san Dámaso, y luego obispo de Narni, Umbría, en el 369. Fue sepultado en la puerta superior de la ciudad, bajo la vía Flaminia.
Sus biógrafos le han confundido con otros santos del mismo nombre de manera que no sabemos nada concreto de él. San Gregorio el Grande habla varias veces de san Juvenal y le presenta como mártir; pero parece que le confunde con otro san Juvenal que fue martirizado en Benevento. Fossano, diócesis perteneciente a la provincia de Cuneo, venera a san Juvenal como su protector, pretendiendo que sus reliquias se conservan allí, pero pueden ser las de otro santo del mismo nombre, y por el que habría tomado el nombre el beato Juvenal Ancina. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
San Conleto de Kildare. M. c. 519. Martirologio Romano: En Kildare, en Irlanda, san Conleto, obispo, quien compartió con santa Brígida la asistencia espiritual del monasterio que ella dirigía, así como de otros dependientes de él, y debido a su autoridad tuvo un gran ascendiente sobre los prelados de su país.
Irlandés que vivió como recluso en Old Connel; santa Brígida de Kildare, después de conocerlo, le nombró director espiritual de las monjas de Kildare y abad del monasterio masculino por ella fundado; fue el primer obispo de esta ciudad pero conservó el gobierno de la abadía; la propia santa irlandesa fue quién lo propuso para obispo y le anmó para que creara la diócesis de Kildare. El prestigio de la abadía de Kildare fue tan grande, que la influencia del obispo se extendió por todo el país, fuera de los límites de su jurisdicción formal.
Sabía trabajar los metales y fue muy hábil como copista y miniaturista. Se cuenta que como obispo hizo una peregrinación a Roma, y volvió con ornamentos para su iglesia de Kildare, donde murió el 3 de mayo del 519. Santa Brígida mandó encender un fuego en su homenaje, para uso de peregrinos y viajeros; esa llama memorial se mantuvo encendida hasta la total supresión de los conventos en la Reforma.
San Pedro de Argos. M. c. 922.
Martirologio Romano: En Argos, en Grecia, san Pedro, obispo, que mostró una inmensa caridad hacia los pobres y trabajó incansable para poner paz en los litigios para bien de las almas.
Natural de Constantinopla; aprendió de sus padres el amor a las cosas divinas y la caridad para con los más necesitados. Igual que sus hermanos tuvo una buena educación y, como ellos, se hizo monje y vivió la ascesis. Cuando uno de sus hermanos fue elegido obispo de Corintio, lo siguió a su sede y allí se construyó una ermita.
Con el tiempo san Pedro fue elegido obispo de Argos y su santidad, caridad, hospitalidad y paciencia le hicieron famoso. Entregó aperos de labranza a los agricultores pobres. Redimió a los esclavos de los piratas berberiscos de la isla de Creta. Entregó los necesarios subsidios a los jóvenes que querían estudiar. En medio de todas estas preocupaciones, mantuvo su amor por la soledad.
San Ansfrido de Utrecht. M. c. 1008.
Martirologio Romano: En el monasterio de Fohorst, en Flandes, san Ansfrido, obispo de Utrecht, el cual, al quedar afectado por la ceguera, se retiró a este lugar, donde murió.
Conde Brabante y de Huy y caballero al servicio de los emperadores Otón III y san Enrique II. Se distinguió en la lucha contra los bandoleros y los piratas. Fue persona muy estimada por su honestidad y sabiduría. En el 992, construyó el convento de Thorn para su hija y su mujer, santa Hilsindis; también él deseaba hacerse monje, pero en el 994, al quedarse vacante la sede de Utrecht fue nombrado obispo de Utrech (Holanda), a pesar de que se opuso con todas sus fuerzas. Como tal fundó la abadía de Hohorst (Heiligenberg) y cuando se quedó ciego se retiró a esta abadía para realizar su deseo de hacerse monje. Allí mismo murión.
Cierto número de habitantes de Utrecht asistieron a los funerales; aprovechando un momento en que todo el pueblo se hallaba apagando un incendio, tal vez provocado por ellos, los visitantes se apoderaron de los restos de san Ansfrido y los llevaron a Utrecht. Cuando los monjes de Heiligen cayeron en la cuenta, se dispusieron a perseguir violentamente a los autores del robo; pero la abadesa de Thorn consiguió, con sus oraciones, evitar el derramamiento de sangre. San Ansfrido fue sepultado en la catedral de Utrecht.
Adán de Cantalupo en Sabina. Beato. s. XI.
Fue uno de tantos monjes que llevó una vida solitaria, dedicada a la oración y al trabajo, preocupándose también por la restauración de los edificios de culto destruidos o abandonados por causa de la ocupación sarracena en Cantalupo. De la disponibilidad de su corazón hacia el prójimo, el eremita Adán alcanzó la fama de santo; reputación que no perderá con el pasar de los siglos.
Según una tradición popular dice que un día Adán, viendo una carreta en dificultad en el camino que conducía a Cantalupo, quiso ayudar. Mientras empujaba el carro, el mulo le coceó en la frente. La inmediata reacción del carretero fue cortarle la pata al mulo, pero cuando Adán se recuperó del golpe, le restituyó la pata milagrósamente. También se le atribuye la conversión de agua en vino.
La población de Cantalupo en Sabina (Rímini) le tiene una especial devoción. Tiene una iglesia dedicada. Fue beatificado por Urbano VIII en 1634.
Estanislao Soltys. (Kazimiercyk). (1433-1489). Martirologio Romano: En Kazimierz, en Polonia, san Estanislao, presbítero y canónigo regular, el cual, impulsado por su caridad pastoral, fue ministro diligente de la palabra de Dios, maestro de la vida espiritual y confesor muy solicitado.
Louis Soltys nació en Kazimierz, Polonia, en el seno de una familia de profundas raíces cristianas. Desde su infancia recibió una buena formación cristiana, estudió en la universidad Jagellonica de Cracovia, donde se doctoró en Filosofía y Teología.
Ingresó a la Orden de los Canónigos Regulares Lateranenses en 1456, dedicando su vida a la Eucaristía y al cuidado de los enfermos y los pobres, tomando el nombre Estanislao Kazimierczyk.
Como sacerdote fue reconocido como un gran predicador y confesor. Prior y maestro de novicios en su monasterio. Profesor de filosofía y teología. Fue muy caritativo con los pobres y marginados. Amigo de san Juan de Kety. Tuvo fama de santidad y murió en su pueblo natal. Recibió culto popular, que fue confirmado por Juan Pablo II el 18 de abril 1993. En 2010 el papa Benedicto XVI lo canonizó.
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INVENCIÓN DE LA SANTA CRUZ.
Hoy 3 de mayo, la Iglesia Universal celebra la festividad de la Invención de la Santa Cruz por Santa Elena.
HISTORIA:
Cuenta el historiador Eusebio de Cesarea que el general Constantino, hijo de santa Elena, era pagano pero respetaba a los cristianos. Y que teniendo que presentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio, jefe de Roma, el año 311, la noche anterior a la batalla tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: "In hoc signo vinces" (con este signo vencerás), y que al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y que exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". Y la victoria fue total, y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos (Edicto de Milán), que por tres siglos venían siendo muy perseguidos por los gobernantes paganos.
Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Cristótomo y san Ambrosio, cuentan que Elena, la madre del emperador, pidió permiso a su hijo para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Nuestro Señor. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y con torturas consiguió la confesión del lugar donde se encontraba la Cruz a Judas (luego san Judas, obispo de Jerusalén).
Y como no sabían cómo distinguir la cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud. Y entonces santa Elena, y el obispo de Jerusalén, san Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Y que por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar y que acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó.
Sobre dicho lugar se levantó la Basílica del Santo Sepulcro.
Al volver a Roma, trajo consigo diversas reliquias que se conservan hoy día en la Iglesia de la Santa Cruz: unos clavos, un trozo grande de la cruz y el “titulus” donde Pilatos había hecho escribir “Este es el rey de los judíos”.
Dicho hallazago lo realizó santa Elena el 3 de mayo de 326.
Toda esta historia tiene, sin duda, mucho de leyenda, pues el emperador Constantino fue considerado en el medievo occidental como prototipo del príncipe cristiano y se le rodeó de multitud de relatos fabulosos.
FESTIVIDAD:
Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo.
El hecho de conocer la festividad como Invención de la Santa Cruz, procede del verbo latino "invenio", que significa “hallar” o “encontrar”.
La devoción a la Santa Cruz es una de las más antiguas de la Iglesia. La verdadera fiesta en un principio se celebraba el 14 de Septiembre, aniversario de la dedicación de la Basílica levantada por Constantino en el Calvario. En el siglo VIII se trasladó, en occidente, al 3 de Mayo, reservando el 14 de Septiembre para conmemorar, con el título de Exaltación, la victoria de Heraclio contra los Persas. Las lecturas del Breviario y de la Misa cantan el poder de la Cruz, prenda de nuestra salvación,y son un eco de la ceremonia del Viernes Santo
Siendo tan gloriosa á toda la Iglesia la invención de este sagrado trofeo, se celebró en ella su fiesta con mucha solemnidad. Ya se celebraba en Francia en la primera línea de sus reyes, encontrándose su oficio en los antiguos misales de la liturgia galicana. El rey Ervigio, que reinaba en España en el siglo VII, expidió un decreto que se halla en el Código de las leyes de los visigodos, por el cual manda á los judíos establecidos en sus dominios que celebren la fiesta de la Invención de la Santa Cruz, del mismo modo que los obligaban á celebrar la de la Anunciación, Natividad, Epifanía, Circuncisión, Pascua y Ascensión.
El fin de haber señalado el día tercero de Mayo para celebrar esta fiesta, fue por acercarla todo lo posible á la memoria de la Pasión del Salvador, y á la Adoración de la Cruz, que se hace en el Viernes Santo. Por eso se señaló el primer día libre después de la solemnidad de la Pascua, que nunca puede pasar del segundo día de Mayo.
En España aparece en todos los calendarios y fuentes litúrgicas mozárabes.
Además, la celebración de este día es anterior al Pasionario. En la "Lex Romana Visigothorum", promulgada por Recesvinto en el año 654, y renovada por Ervigio en el 681, se menciona esta festividad comparándola, por lo que se refiere a su solemnidad, con las mayores del año eclesiástico; y en el Leccionario de Silos, compuesto hacia el año 650, aparece con el nombre de "dies Sanctae Crucis", siendo éste el más antiguo testimonio de su conmemoración en España. Desde la primera mitad del siglo VII se tiene conocimiento de la existencia en España de reliquias de la Cruz, concretamente en sendas iglesias de Mérida y Guadix. Finalmente, hay que añadir que el culto a la Cruz en general es aún más antiguo, pues sabemos que en el año 599 se celebró en la Catedral de la Santa Cruz el II Concilio de Barcelona, lo que implica a su vez una advocación anterior.
Consérvanse, y se adoran en muchas iglesias, partes muy considerables de la Verdadera Cruz. Fuera de la que se adora en Roma, hay otras en Francia, Italia, Alemania, España y Portugal. Justino II, emperador de Constantinopla, envió una porción de ellas á santa Radegundis, mujer de Clotario I, que enriqueció con ella su real monasterio de Santa Cruz de Poitiers; y con esta ocasión Fortunato, que seguía la corte de la santa reina, y fue después Obispo de dicha ciudad, compuso los dos célebres himnos, de que aun usa el día de hoy la Santa Iglesia en el Oficio de la Pasión y de la Cruz.
San Gregorio envió una parte de la verdadera cruz á Recaredo, rey de los godos en España, como un riquísimo presente.
San Luis consiguió de los venecianos la porción de cruz que había quedado en Constantinopla, y la hizo trasladar á Francia el año de 1241, colocándola en la santa capilla que edificó el de 1242, juntamente con la corona de espinas, que dos años antes le habían regalado los mismos venecianos.
“Hermanos: Tened entre vosotros los mismos sentimientos que (fueron) en Cristo Jesús; el cual, siendo Dios en la sustancia, no juzgó usurpación el que su ser fuese igual á Dios, sino que se anonadó á Sí mismo, tomando la forma de siervo, hecho semejante á los hombres, y, reconocido por hombre en la condición, se humilló á Si mismo hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual también Dios le ensalzó, y le dio un nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el Cielo, en la Tierra y en el Infierno, y toda lengua confiese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre”. (Filipenses, 2)
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