INDICE
Bernabé, Santo Apóstol
San BARDO DE MAGUNCIA
San Juan de Sahagún
Paola Frassinetti, Santa Fundadora
María Rosa Molas y Vallvé, Santa Fundadora
Beata HILDEGARDA BURJAN
Ignacio Maloyan, Beato Obispo y Mártir
Alicia de Schaerbeek, Santa Virgen
OTROS SANTOS DEL DÍA
San Félix, Mártir-San Fortunato, Mártir-San Patricio-Nuestra Señora de la Capilla, patrona de Jaén-Remberto, Apolo, obispos; Alejo, Aleida, Juan, Teófilo, confesores; Hugo, abad; Parisio, monje.
SAN BERNABÉ, Apóstol
Buscad la paz con todos y la santidad,
sin la cual nadie verá a Dios.
(Hebreos 12, 14).
Buscad la paz con todos y la santidad,
sin la cual nadie verá a Dios.
(Hebreos 12, 14).
San Bernabé fue discípulo de Jesucristo y compañero de trabajos de San Pablo. Habiendo meditado estas palabras del Salvador: Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, vendió lo que poseía y llevó el dinero obtenido a los Apóstoles. Predicó el Evangelio en Antioquía con San Pablo. Fue en seguida con el gran Apóstol a Seleucia, después a Salamina y a Pafos; y, después de haber evangelizado también a muchos otros pueblos, murió hacia el año 60.
MEDITACIÓN SOBRE LA SANTIDAD A LA CUAL DEBEMOS TENDER,
CADA CUAL EN SU ESTADO
I. Como en este mundo no hay estado o vocación en el que no se pueda uno salvar, tampoco hay alguno en el que no sea posible condenarse, porque siempre tenemos libertad para ofender a Dios. No te fíes, pues, en la santidad de tu vocación, ni en el lugar en que habitas, ni en la posición que ocupas. Ni el lugar, ni el traje, ni la profesión son las que santifican al hombre; son las buenas obras que él hace; ellas solas le seguirán al otro mundo. ¿Cómo cumples las obligaciones que te impone el estado de vida en el que Dios te ha colocado? Se merecen elogios, no por haber habitado en Jerusalén, sino por haber vivido bien en ella. (San Jerónimo).
II. Vive conforme a tu estado. Una es la virtud del hombre de mundo, otra la del religioso. La vida del apóstol no es la del solitario. Estudia el espíritu de tu vocación y trata de conformarte a él. Si estás sometido a una regla, obsérvala; si no, cumple los mandamientos de Dios, consulta al director de tu conciencia y sigue sus consejos.
III. Imita a los santos que han ejercido la misma profesión que tú; toma entre ellos uno por patrono y modelo, invócalo y trata de imitarlo. No hay profesión que no tenga santos; compara su vida a la tuya, imita las virtudes de que te dan ejemplo. Ten siempre el corazón vuelto hacia el cielo al cual atraen, y al cual debes ir tú mismo, pues allí es donde está Dios, tu tesoro. Que nuestro corazón esté allí donde nosotros queremos tener nuestro tesoro. (Tertuliano).
La santidad y la perseverancia en nuestra vocación
Orad por la conversión de los infieles
ORACIÓN
Oh Dios, que nos alegráis por los méritos y la intercesión de vuestro apóstol San Bernabé, dignaos concedernos las gracias que os imploramos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén.
San BERNABÉ. Apóstol. M. 63. Martirologio Romano: Memoria de san Bernabé, apóstol, varón bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe, que formó parte de los primeros creyentes en Jerusalén y predicó el Evangelio en Antioquía e introdujo entre los hermanos a Saulo de Tarso, recién convertido. Con él realizó un primer viaje por Asia para anunciar la Palabra de Dios, participó luego en el Concilio de Jerusalén y terminó sus días en la isla de Chipre, su patria, sin cesar de difundir el Evangelio. Su verdadero nombre era José Haleví, es decir, "el levita". En los "Hechos de los Apóstoles" es denominado José, y por sobrenombre Bernabé, esto es, "hijo de la consolación" (es decir, apto para confortar a los hermanos). "Era un hombre bueno y lleno del Espíritu Santo y de fe" escribe san Lucas (At 11, 24). Nativo de Chipre, levita, que en los Hechos (4, 36 ss) es llamado también "apóstol", Bernabé depositó el precio de su campo a los pies de los apóstoles; luego predicó el Evangelio en Antioquía, tercera ciudad del imperio. Junto con san Pablo, que se había refugiado en Tarso desde hacía una decena de años (Gal 1, 18; 12, 1) y fue presentado por él a los apóstoles (At 9, 27), se dedicó durante más de un año a la catequesis de la recién nacida comunidad de Antioquía, cuyos habitantes recibieron el nombre de "cristianos". En el primer viaje misionero de san Pablo (At 31, 2-4) eligió Chipre como primer terreno de evangelización (y luego de Asia Menor); y en el segundo viaje se separó del apóstol de los gentiles para unirse a su primo san Juan Marcos y volver a Chipre (At 15, 36-38). Participó en el concilio de Jerusalén para resolver la controversia de Antioquía (ritos judíos y fe); y, por fuentes antiguas, sabemos que pasó por Roma y que fue apedreado por los judíos de Salamina, donde se habría encontrado su cuerpo en el siglo V. La leyenda lo incluye entre los setenta discípulos del Señor; Tertuliano dice que es autor de la "Epístola a los Hebreos", así como de una "Carta de Bernabé", que parece provenir más bien de Alejandría. Sólo es cierto que en la Iglesia primitiva se leía un evangelio que llevaba su nombre, pero que no nos ha llegado. La tradición que le atribuye la fundación de la Iglesia de Milán, de la cual se le considera su primer obispo, fue forjada en el siglo XI para justificar las pretensiones de Milán contra las ciudades rivales de Aquilea y Rávena, que se jactaban de su prioridad. San Juan Crisóstomo, que quizás conoció fuentes autorizadas, dijo de Bernabé: "En todo era excelente: bella disposición, genio apacible, generoso, recto, sincero, lleno de bondad; educación esmerada, de modales atentos y finos, de tanta modestia y compostura, que atraía la simpatía de cuantos le trataban, y arrastraba y cautivaba los corazones". MEMORIA OBLIGATORIA. INDICE San BARDO DE MAGUNCIA. (981-1049). Martirologio Romano: En Maguncia, de Franconia, en Germania, beato Bardo, obispo, el cual, siendo abad del monasterio de Hersfeld, fue elevado al orden episcopal y trabajó con suma solicitud pastoral para bien de su iglesia. Nació en Oppershofen, en el seno de una antigua familia de la nobleza, emparentada con la emperatriz Gisela, mujer de Corrado II. Fue educado en el monasterio de Fulda, donde se hizo benedictino, y se distinguió por su humildad, el amor hacia el prójimo y la prontitud ante el sacrificio, virtud que, ya presente en su natural tranquilo, él no dejó de desarrollar con perseverante ejercicio. Su abad lo nombró pronto decano y después preboste de Neumünster. Aquí fue conocido por el emperador Corrado II, que tuvo una grata impresión de él y en el 1029, le nombró abad de la abadía imperial de Werden en el Ruhr; en el 1031, le nombró abad de Hersfeld, que había quedado vacante y, en el mismo año, fue nombrado arzobispo de Maguncia. Este nombramiento no gustó al clero de la corte, que no estaba dispuesto a tolerar que un monje de aspecto mezquino y que no mostraba tener cualidades particulares, estuviera al mando de la primera sede episcopal del Imperio. Algunos, lo tuvieron como un hombre inepto, con el que se podía mangonear, entre estos estaba Erquembaldo, podesta de la ciudad, que hizo pasar al santo horas amargas. A pesar del desprecio del que era objeto, Bardón llevó a cabo y de forma ejemplar sus deberes de príncipe del Imperio y en el 1040 tomó parte en la guerra contra los bohemios. Pero su ocupación predilecta fue siempre la atención hacia los pobres y los necesitados: en Maguncia conocía todos por su nombre y todos tenían libre acceso a su casa. Los titiriteros ambulantes encontraron en él un protector, no porque aprobase su trabajo, sino porque tenía compasión de su conción de ambulantes. Tal era su generosidad que regaló una moneda de oro al guardia que, una noche lo confundió con un ladrón a causa de la oscuridad de la iglesia, y lo había apaleado duramente. El santo tenía el hábito de orar durante toda la noche, antes de que empezaran las vigilias. No se tienen noticias que se hubieran incremetado las arcas de la diócesis de Maguncia durante su gobierno, pero se sabe que completó la construcción de la catedral y la consagró solemnemente en 1036. Gozó siempre de fama de pastor celoso y de ilustre predicador tanto como para ser equiparado a san Juan Crisóstomo. Una prueba de su elocuencia es el sermón para la fiesta de san Juan Evangelista, iniciado sobre el versículo "In conspecto eius nubes transierunt", en el que Cristo es equiparado al sol y los santos a las nubes y a las estrellas. Su austeridad era tanta, que el papa beato León IX, la consideró demasiado severa y le ordenó mitigarla. Después de asistir al sínodo presidido por el beato León IX en 1049 en Maguncia, Bardón murió en Dornloh en Paderborn. INDICE Santa ALICIA DE SCHAERBEEK. M. 1250. Martirologio Romano: En el monasterio de La Camabre, cerca de Bruselas, en Brabante, santa Alicia o Aleide, virgen, de la Orden Cisterciense, que a los veintidós años de edad enfermó de lepra y se vio obligada a vivir como reclusa. Hacia el final de su vida se vio privada de la vista, de modo que ni un solo miembro de su cuerpo estuviese sano, excepto su lengua para cantar las alabanzas de Dios. Nació en Schaarbeek, que actualmente forma parte de la mancha urbana de Bruselas, Bélgica, en el seno de una familia de arraigadas creencias, que inculcaron en Alicia y e todos sus hijos. Desde niña se mostró precoz en inteligencia y en espíritu. A los siete años fue acogida en la abadía cisterciense de La Chambre (o Camera Sanctae Mariae) en la diócesis de Tréveris, Bélgica, donde encantó a las religiosas por su extraordinaria memoria y su vivísima piedad. A los nueve años, ingresó como religiosa. Al cumplir los veinte años de edad, Alicia desarrolló lepra y fue aislada del resto de la comunidad; por esta razón será recluida en una huardilla fuera del contacto con la comunidad. No obstante, la espiritualidad con la que sobrellevó su enfermedad fue un ejemplo para todas sus compañeras. Este fue el purgatorio de Alicia, sus dolores fueron consolados por ángeles y por su devoción al Sagrado Corazón de Jesús. En su aislamiento, Alicia desarrolló una profunda devoción por la Eucaristía, aunque nunca pudo beber directamente del cáliz, por el temor a que toda la comunidad pudiera contagiarse de su mal. Le ofreció a Dios su enfermedad por la salvación de las almas y vivió así durante 40 años. Perdió la vista y ofreció su ceguera por Guillermo, conde Holanda y por la cruzada de san Luis IX rey de Francia, y luego poco a poco se fue quedando paralítica. Sin embargo, en la oscuridad se volvió visionaria, y de manera cada vez más frecuente se le veía arrebatada por éxtasis místicos. En 1249, una religiosa, de la cual no se sabrá nunca el nombre, se ofreció voluntaria para acompañarla en su encierro. Su agonía duró un año. Se dice que obtuvo el don de curar a los enfermos, aunque no le fue dada la capacidad de curarse a sí misma. INDICE San JUAN DE SAHAGÚN. (c.1430 - 1479). Martirologio Romano: En Salamanca, en España, san Juan de Sahagún González de Castrillo, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, que, con su santidad de vida y sus coloquios constantes, logró la concordia entre las facciones existentes entre los ciudadanos. Nació en Sahagún de Campos (León), llamado Juan González de Castrillo y Martínez, en el seno de una familia acomodada. Se educó en los benedictinos de su ciudad natal. Su padre hubiera querido que fuera militar, pero no se opuso cuando su hijo le manifestó su deseo de ser sacerdote. Con el fin de que con las rentas costeara sus estudios, los monjes le buscaron un beneficio en Cordonillos. Este beneficio requería atención pastoral a los fieles, cosa que no podía hacer Juan por su edad. Pero así eran las estructuras de entonces. Juan sintió escrúpulos de estar cobrando rentas de un beneficio que no podía servir y renunció a él, sin poder pagar sus estudios. Un tío suyo, canónigo de Burgos, hizo que el obispo de la ciudad, Alonso de Cartagena, llamase al joven y lo hizo uno de sus mayordomos del palacio episcopal, y cuando, Juan tenía 23 años, fue ordenado sacerdote; fue elegido canónigo de la catedral y capellán del arzobispo de Burgos, al mismo tiempo que los monjes de Sahagún le procuraron otros beneficios, como el de Tañebuis. Renunció a todos sus cargos y prosiguió sus estudios, llegando hasta Santa Gadea de Burgos como simple párroco hasta la muerte del obispo Cartagena, que tanto le apreciaba. Murieron sus padres y renunció a su herencia a favor de sus hermanas, pues quería ser un sacerdote pobre, sin otra ocupación que su ministerio. Marchó a Salamanca donde estudió en el colegio de San Bartolomé donde se matriculó en cánones en 1457, que compaginó como capellán en la iglesia de San Bartolomé. Una vez terminada su formación, distribuyó sus bienes entre los pobres. Se entregó de lleno a la predicación. Sus sermones produjeron grandes cambios en la vida social de la ciudad. La ciudad de Salamanca, por medio de su cabildo secular, lo eligió por predicador (1460), entendiendo su valentía en denunciar las banderías que dividían la población y su leal denuncia de la inmoralidad. Fue uno de los más grandes oradores sagrados de su tiempo y con el más alto don de oración, especialmente en la misa. Sus celebraciones eucarísticas eran larguísimas y nadie quería ser su monaguillo, porque en la Sagrada Forma se le aparecía Cristo y dialogaba con Él, olvidándose de los fieles. Sin saberse la causa, le sobrevino una rara enfermedad (cólico nefrítico) de la que curó milagrosamente; esta fue la gracia definitiva; lo cuenta él mismo: "Lo que pasó aquella noche entre Dios y mi alma Él sólo lo sabe; y luego, a la mañana, fuíme a San Agustín, alumbrado por el Espíritu Santo y recibí este hábito". Empezó, en 1463 su noviciado como agustino y ganaba a todos en observancia, oración y vida mortificada. Predicó en Salamanca y en sus alrededores y logró la pacificación de la ciudad que se había divido en una lucha de banderías entre las familias de los Monroy y Manzanos, Juan logró la pacificación en 1476. La Casa y la plaza de la Concordia de Salamanca recuerdan para la posteridad aquel hecho, y a raíz de aquello le llamaron “Pacificador de los bandos”. Tenía una palabra libre, audaz y desnuda, con la cual arremetió contra toda clase de vicios. Fue prior de su convento de San Agustín de Salamanca. También desempeñó el oficio de consejero de la provincia agustina de Castilla. Tuvo dones taumatúrgicos y se recuerdan los milagros del toro bravo que sembró el pánico en la ciudad y él con la palabra: “tente, necio” consiguió apaciguarlo. También consiguió salvar a un niño que había caído a un pozo con la correa de su hábito. Un día, en Alba de Tormes, le llamaron la atención por su forma de hablar, él contestó: "conviene al predicador decir la verdad y morir por ella". Su palabra le valieron muchos enemigos, (entre ellos el duque de Alba) de manera que parece que murió envenenado en Salamanca por una mujer que había jurado vengarse, cuando Juan convenció a su amante de que rompiese sus relaciones con ella. Está enterrado en la catedral de Salamaca. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales. En Salamanca su festividad se celebra el 12 de junio. Patrón de Salamanca, Sahagún y Cea. INDICE Santa MARÍA ROSA MOLAS Y VALLVÉ (Rosa Francisca María de los Dolores). (1815-1876). Martirologio Romano: En Tortosa, en España, santa Rosa Francisca María de los Dolores (María Rosa) Molas Vallvé, virgen, que convirtió un grupo de piadosas mujeres en la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, para asistir a las personas afligidas. Nació en Reus (Tarragona), en el seno de una familia de artesanos acomodados que habían huído de Barcelona, en 1808, a causa de la invasión napoleónica. Aunque fue educada en un hogar cristiano, su padre se opuso rotundamente a su vocación religiosa, y durante diez años se entregó a su casa, los pobres y a Dios, guíada por el franciscano fray Salvador. En 1841, abandonó su casa, e ingresó en las Hijas de la Caridad, en el hospital de Reus donde trabajó ocho años, compartiendo fatigas, y sin descanso, siendo siempre un "ángel de paz, de alegría"; "ofrece su existencia a Dios por los pobres". Tuvieron que sufrir el alzamiento de Prim contra Espartero, y por consiguiente el asedio de la ciudad, con sus compañeros le pidió al general sitiador Zurbano, que levantara el sitio y así lo hizo gracias a su intercesión. En 1849, fue enviada como superiora a la Casa de la Misericordia de Jesús de Tortosa, allí puso en orden toda la fundación y el inmueble, y por resolución del ayuntamiento de Tortosa, se dedicó también a la educación de la infancia y de la juventud; un año después le pidieron que se encargase del hospital de la Santa Cruz. En esta época sacó el título de maestra en la escuela de magisterio de Tarragona. Su única preocupación era: "complacer a Dios en todo y hacer bien a sus prójimos, aunque para conseguirlo sea preciso sacrificar su propia vida". No pensó nunca en ser fundadora, pero la falta de una superiora reconocida por la Iglesia en la Corporación de la Caridad, que se había separado de las Hijas de la Caridad de san Vicente de Paúl, le animaron a fundar las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, pero la comunidad de Reus, no quiso aceptarla, y con todo el dolor de su corazón, las comunidades tuvieron que separarse. Nació así una nueva familia religiosa. Obtuvo la protección del obispo de Tortosa en 1857, y trabajó incansablemente; las Hermanas de la Consolación crecieron y se extendieron por todo el bajo Ebro y Castellón. Ni la revolución, ni la república, nada pudo con ellas. Cuando la epidemia de fiebre amarilla de 1870, las hermanas estaban allí cuidando a los enfermos, e incluso dando su propia vida. María Rosa ofreció a sus hijas un espectáculo de madurez espiritual. Les dijo que el amor a los necesitados "les indemniza" por los sufrimientos. Compartió el dolor con los pobres. Para los enfermos todas las delicadezas le parecían pocas. Murió llena de virtudes en Tortosa. Fue canonizada por SS Juan Pablo II el 11 de diciembre de 1988. INDICE Santa PAULA FRASSINETTI. (1809-1882). Martirologio Romano: En Roma, santa Paula Frassinetti, virgen, quien, en medio de grandes dificultades, fundó la Congregación de Hermanas de Santa Dorotea, para la formación cristiana de las jóvenes, distinguiéndose por su fortaleza de ánimo, una gran suavidad en el obrar y la energía para dirigir su Instituto. Nació en Génova, en el seno de una familia de la burguesía media. A los 12 años se queda huérfana de madre, y tuvo que cuidar de sus cuatro hermanos, que fueron todos sacerdotes. Ella también sintió la llamada a la vida religiosa, sin embargo el padre no compartió esta idea, así que Paula vivió estos años como años de "obediencia, esperanza y oración". En Quinto, donde uno de sus hermanos era párroco, fundó la asociación de Hijas de Santa Fe, para la educación de niñas, allí pronto las jóvenes se reunieron con ella y algunas sintieron su misma vocación: la vida religiosa entregada a la enseñanza de los más pobres. A instancias del sacerdote, don Luca Passi, fundador de una naciente obra llamada "Pía Obra de Santa Dorotea", se hizo cargo de esta nueva fundación. A pesar de las contradicciones y persecuciones que sufrió fundó la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea, para la educación de las jóvenes, en los alrededores de Génova (1834); esta Congregación tiene la particularidad de que las religiosas no tuvieran que llevar dote, como era el uso de entonces, al ingresar en la vida religiosa. En 1841, ya asentadas en Liguria los diversos institutos fundados por ella, Paula partió para Roma con dos hermanas. Aquí, en absoluta pobreza, en un agujero oscuro sobre los establos del príncipe Torlonia, inició su obra de educar a los númerosos desheredados de la ciudad eterna. Aquí el impacto fue duro y doloroso por las incomprensiones que recibió de algunos de revolucionar la vida religiosa. Obtuvo el apoyo de los papas Gregorio XVI y el beato Pío IX, que la animaron a reformar otras casas religiosas en franca decadencia. Con los disturbios de 1848, Paula no interrumpió su actividad, a pesar de que le clausuraron sus casas y dispersaron a las hermanas. Durante la batalla del Gianicolo, permaneció en su casa de San Onofrio en primera línea, repartiendo agua a los enemigos garibaldinos. En los decenios siguientes, como la unidad de Italia y la toma de Roma y la supresión de las ordenes religiosas, hizo difícil la vida de las Doroteas, pero Paula siguió adelante, logrando superar la crisis y se adaptó al nuevo sistema liberal. San Juan Bosco, admiró a las Doroteas y parece que después de una visita dijo a las monjas: "hijitas mías, la corona de los méritos de vuestra Madre se ha cumplido" y poco tiempo después, Paula murió sin ver sus constituciones aprobadas, que lo fueron en 1889 por León XIII. Paula había dicho: "La vida es como un bonito bordado que se está cumpliendo, del cual nosotros no vemos que el revés, y esto todos los hilos que se entrecruzan confusamente no nos dejan ver la belleza del dibujo. Pero Dios ve el derecho, y armoniza maravillosamente todos los colores, de modo que esto que nos parece un guirigay, forma por el contrario un trabajo de paraíso". Se afirma que santa Paula tenía un maravilloso poder para leer en los pensamientos y una gran sabiduría sobre los secretos del corazón humano. Tras una serie de ataques y agotada por el incesante trabajo, murió tranquilamente en el Señor, el 11 de junio de 1882. Fue beatificada en 1930 y canonizada por SS Juan Pablo II el 11 de marzo de 1984. INDICE Beato IGNACIO MALOYAN. (1869-1915). Martirologio Romano: En la aldea de Kara-Kenpru, cerca de Amida, en Turquía, beato Ignacio Maloyan, obispo de Mardin, en Armenia, y mártir durante el genocidio de los cristianos de aquella región por obra de los perseguidores de la fe. Por no haber querido abrazar otra religión, después de haber consagrado el pan para la refección espiritual de sus compañeros de cautiverio, fue fusilado junto con un ingente número de cristianos, ofreciendo su sangre para obtener el fruto de la paz. Nació en Mardin, Armenia, Turquía en el seno de una familia católica-armenia. A los 14 años fue enviado al convento de Bzommar, Líbano, donde fue ordenado sacerdote y formó parte de la comunidad, y adoptó el nombre de Ignatius, en recuerdo del san Ignacio de Antioquía. Trabajó como sacerdote en las parroquias de Alejandria y El Cairo, donde tuvo una buena reputación. El Patriarca de los caldeos Boghos Bedros XII, lo designó como su ayudante en 1904. Debido una enfermedad que le afectó a la vista y a los pulmones, tuvo que regresar a Egipto y allí permaneció hasta 1910. La diócesis de Mardín, en Armenia estaba en un estado de anarquía, así que el Patriarca lo envió allí para que restaurara el orden. En 1911 fue nombrado arzobispo de Mardin de los armenios. Asumió el control de la nueva situación y planeó la renovación de la arruinada diócesis, unido especialmente a una gran devoción del Sagrado Corazón. Al estallar la I Guerra Mundial, los armenios residentes en Turquía (aliada con Alemania), comenzaron a ser perseguidos y en 1915 empezó una auténtica exterminación de armenios. Ignatius informó a sus sacerdotes de la situación peligrosa. Los soldados turcos detuvieron al obispo Maloyan y lo encadenaron con otras 27 personalides católica armenias y después detuvieron a otros sacerdotes y laicos armenios. El jefe de policía le pidió a Ignacio que renunciara a su fe y se convirtiera al Islam, a lo que se negó, ya que nunca traicionaría a Cristo y a su Iglesia. Fue golpeado sin piedad, y en cada golpe Ignacio decía: “Oh Señor ten misericordia de mi, oh Señor dame fuerza” y recibió la absolución de los sacerdotes presentes. Le clavaron un dedo. Su madre le visitó e imploró por su vida, pero el obispo valeroso le animó. Los soldados juntaron a 447 armenios y los llevaron al desierto y el obispo animó a sus feligreses para que fuesen fieles en su fe. Se reunió con todos ellos, consagró un trozo de pan, y lo repartió entre todos los que iban a sufrir el martirio. Un soldado testigo dijo que “en esa hora, vi una nube que cubría a los presos de donde salía un olor perfumado”. Todos murieron delante del obispo Maloyan, que tuvo que volver a la cárcel, volvió a negar renegar de su fe, entonces le pegaron un tiró y murió diciendo: “Mi Dios tiene misericordia de mi”. SS. Juan Pablo II reconoció como auténtico martirio la muerte del obispo Ignacio, y lo beatificó el 7 de octubre de 2001. INDICE Beata HILDEGARDA BURJAN. (1883-1933). Martirologio Romano: En Viena, Austria, beata Hildegarda Burjan, fundadora de la Sociedad de las Hermanas de la Caritas Socialis. Hildegard Freund nació en el seno de una familia judía no practicante. Una joven muy inteligente, Hildegard fue una de las primeras mujeres en estudiar Filosofía en Zúrich. En 1907 conoció al ingeniero húngaro judío Alexander Burjan en Zúrich y juntos se fueron a vivir a Berlín para estudiar ciencias políticas y economía. Dos años después se casaron. Luego de casada, Hildegard obtuvo el doctorado en Filosofía. en 1909 Hildegard cayó enferma por un serio problema en el riñón que estuvo a punto de llevarla a la muerte. Luego de una serie de operaciones, los médicos la declararon desahuciada. Las monjas del hospital comenzaron a rezar por su salud y pronto su estado de salud mejoró. Hildegard atribuyó la cura a un milagro. Durante su convalecencia en el hospital, Hildegard observó la labor social de las monjas en el hospital y pidió ser bautizada e ingresó en la Iglesia Católica. Por motivos laborales, los Burjan se mudaron a Viena. Allí Hildegard quedó embarazada pero por sus graves problemas renales, los médicos le sugirieron que abortara. Hildergard consideró esa sugerencia como un asesinato y arriesgó su vida por dar a luz al bebe, que fue una saludable niña, de nombre Lisa. Durante aquellos años en Viena existían graves problemas sociales. En 1912 fundó la Asociación de las obreras cristianas a domicilio. Ayudó a las poblaciones que padecían hambre, creó una red de asistencia a las familias y luchó contra el trabajo de los menores. En 1919 Hildegard se decide a fundar la Congregación femenina Caritas Socialis. Constituida por un grupo de diez mujeres, organizaron una agencia de empleos, hogares para persona convalecientes y hospitales para enfermos y dementes. También fundaron hogares para madres solteras, para jovencitas y mujeres adultas sin hogar, y agencias de distribución de comida caliente para los pobres. En los pobres y en los que sufren veía el Rostro de Jesús y se sentía sedienta de justicia: "Con el dinero y las pequeñas limosnas -decía- no se ayuda a las personas, sino que es necesario volver a darles confianza en que son capaces de hacer algo por sí mismas". Fue la primera mujer en ser miembro del Consejo Municipal de la ciudad de Viena en 1918 por el Partido Socialcristiano y en 1919 sería diputada por el mismo partido en el Consejo Nacional de Austria. Desde allí trabajó por los menos favorecidos. Siempre vivió la actividad política como un servicio al Evangelio, a favor de los trabajadores oprimidos, siguiendo las enseñanzas de la Encíclica social "Rerum novarum", del Papa León XIII. Su lema era: «Entregada completamente a Dios y completamente a la Humanidad». Sus problemas renales la llevaron a la muerte, con tan solo 50 años de edad. El 29 de enero de 2012 fue beatificada en la catedral de San Esteban, de Viena durante el pontificado de SS Benedicto XVI. INDICE OTROS SANTOS DEL DÍA: San Máximo de Nápoles. M. c. 361. Martirologio Romano: En Nápoles, de la Campania, san Máximo, obispo, que por defender la fe de Nicea fue desterrado por el emperador Constancio, muriendo consumido por diversas calamidades. Décimo o decimotercer obispo de Nápoles que dirigió la diócesis probablemente del 347 al 359, durante el imperio de Costanzo II. El emperador lo envió el exilio por defender la fe de Nicea y, en su lugar se puso al hereje arriano Zósimo, que gobernó la diócesis durante seis años, pero, según se narra, tuvo que abdicar porque cada vez que intentaba hablar en público la voz no le salía. Este bloqueo de las cuerdas vocales se atribuyó a la oraciones de Máximo, preocupado por la difusión de la herejía entre sus fieles, y esto fue considerado un milagro que sirvió para su canonización. Máximo consumido por diversas calamidades, murió en el exilio; se le venera como mártir. Sus restos regresaron a Nápoles durante el episcopado de su sucesor Severo y fue enterrdo en la catedral donde se conserva el sarcófago bajo el altar. Hoy sus restos están en la iglesia de santos Efebo, Fortunato y Máximo donde se conserva la estatua del s. XVI del santo “durmiente”. San Remberto de Hamburgo y Bremen. M. 888. Martirologio Romano: En Bremen, de Sajonia, san Remberto, obispo de Hamburgo y Bremen, fiel discípulo y sucesor de san Óscar, que continuó su ministerio por tierras de Dinamarca y Suecia, y en tiempo de las incursiones de los normandos se preocupó de redimir a los cautivos. Nació en Flandes y fue benedictino en Turholt, después acompañó a san Óscar en su apostolado en Escandinavia y en el 865, le sucedió en el obispado de Hamburgo y Bremen; y con ayuda, especialmente de monjes benedictinos, evangelizó las regiones todavía paganas. Sus ejemplos de virtud serán celebrados desde Suecia a Francia; como aquel de haber entregado en un viaje todo lo suyo, incluida la cabalgadura, para rescatar a unos esclavos cristianos; teniendo después que proseguir a pie el largo viaje, excesivo para sus años. Cuando ya por su edad no pudo atender su diócesis, la dejó en manos de su sucesor y fiel colaborador Adelgario. San Parisio. (1152-1267). Martirologio Romano: En Treviso, en el territorio de Venecia, san Parisio, presbítero de la Orden Camaldulense, que fue director espiritual de religiosas durante setenta y siete años, falleciendo a la edad de ciento ocho años. Natural de Treviso. Monje camaldulense a los 12 años. A pesar de su juventud, desde un principio entró de lleno en la existencia del claustro y muy pronto se convirtió en un modelo de fervor y obediencia a la regla. En 1190 fue ordenado sacerdote. Por su sabiduría y prudencia a los 30 años, fue nombrado director espiritual de las monjas de Santa Cristina en Treviso y en esta labor estuvo durante 77 años con abundantes y magníficos frutos para la comunidad; tuvo una única preocupación: no hacerse notar, a pesar de los milagros que hacía, y lo consiguió. Parece que la existencia del santo no tuvo acontecimientos fuera de lo común y probablemente se le habría olvidado, a no ser por sus profecías y los milagros que ocurrieron durante su vida y después de su muerte. Se cree que vivió hasta la edad de ciento ocho años. Su cadáver fue sepultado en la iglesia del convento al que había servido durante tanto tiempo, y las gentes comenzaron a rendirle culto desde su muerte; su sucesor, Alberto, obispo de Treviso, extendió su devoción. Esteban Bandelli de Castelnuovo. Beato. (1369-1450). Martirologio Romano: En Saluzzo, del Piamonte, beato Esteban Bandelli, presbítero de la Orden de Predicadores, egregio en la predicación y el sacramento de la confesión. Nació en Castelnuovo Scrivia, Alessandria, en el seno de una óptima familia. Se hizo dominico en Piacenza, aplicándose en la observancia meticulosa de la regla, distinguiéndose en la oración y en el ejercicio de las virtudes religiosas, después se doctoró en Teología y Derecho canónico y civil en la universidad Pavía, donde enseñó como maestro (1437), y estuvo algunos años. En la ciudad de Saluzzo predicó durante toda su vida, al mismo tiempo que san Bernardino lo hacía en Siena. Sus grandes dotes de orador, convirtieron a muchos, así como su vida y su celo sacerdotal, cuya característica más importante fue su carisma como confesor. Se le conoció como “el nuevo san Pablo” por su celo y elocuencia. Iban a escucharle grandes muchedumbres, y hubo conversiones estrepitosas de incrédulos y un mayor fervor de los cristianos tibios. Fue un hombre de profunda oración, estudio, que sabía sacrificarse por los pobres, de los cuales fue amado. Murió en Saluzzo. Fue sepultado en la iglesia de San Giovanni. Patrón de Saluzzo. INDICE