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San Luis Gonzaga, Roma, 1591
San Raimundo o Ramón, obispo de Barbastro
San LEUTFRIDO
Beato TOMÁS CORSINI
San JUAN RIGBY
San JOSÉ ISABEL FLORES VALERA
OTROS SANTOS DEL DÍA
Terencio, Ursicino, Martín, Simplicio, Raúl (Radulfo), Inocente (Inocencio), obispos; Rufino, Marcia, Ciriaco, Apolinar, Albano, Tecla, Basilisco, mártires; Demetria, virgen; Leufrido, abad.-San Albano o Albino de Mainz, Mártir -San Meen, Mewan o Meveno, Abad -San Leufroy o Leutfrido, Abad -San Raimundo de Barbastro -San Ralph o Raúl de Bourges -Beato Juan Rigby, Mártir
SAN LUIS GONZAGA, Confesor
Os conjuro, hermanos, por la misericordia de Dios,
a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva,
santa, agradable a Dios.
(Romanos, 12, 1).
Os conjuro, hermanos, por la misericordia de Dios,
a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva,
santa, agradable a Dios.
(Romanos, 12, 1).
San Luis Gonzaga, desde la edad de siete años recitaba todos los días, de rodillas, los siete salmos penitenciales y el Oficio de la Santísima Virgen; a los ocho años, hizo voto de castidad perpetua; a los trece, ayunaba tres días a la semana a pan y agua, y tres veces al día desgarraba su delicado cuerpo con la disciplina. Alrededor de los dieciocho años entró en la Compañía de Jesús y murió cinco años después, víctima de una enfermedad contraída por cuidar a los atacados de peste. Tan recogido era en sus oraciones, que todas sus distracciones en seis meses no sumaban la duración de un Ave María.
MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA
DE SAN LUIS GONZAGA
I. El joven santo fue víctima del amor de Dios; le sacrificó su fortuna, abandonando su marquesado para entrar en la Compañía de Jesús, a pesar de los obstáculos que oponía su padre a su piadoso designio. ¿Estás acaso, retenido en el mundo por lazos tan fuertes como los suyos? Dios bien merece que dejes todo lo que tienes, para seguir su llamado y ganar su paraíso; deja todo, si no materialmente, por lo menos por el espíritu y la voluntad.
II. Sacrificó Luis su cuerpo a Dios por el voto de virginidad, que renovó al entrar en religión. Émulo de la pureza de los Ángeles, llevó la molestia hasta no poner nunca sus ojos en una mujer. Además, mortificó su cuerpo con rigurosa y continua penitencia. ¿Quieres consagrar tu cuerpo a Jesucristo como hostia viva y santa? Custodia tus sentidos, mortifícalos. La vida de un cristiano debe ser continuo martirio.
III. Consagró el santo su libertad a Dios por el voto de obediencia. Los honores que ahora recibe, en el cielo y en la tierra, son el precio de su voluntario abatimiento. El camino más seguro para ir al cielo es el de la obediencia. Obedece a tus superiores fiel mente, prontamente, sin murmurar; a Jesucristo es a quien obedeces, Él es quien te recompensará. En fin, recuerda que no sólo los religiosos, sino también los cristianos deben ser víctimas que se inmolan sin cesar a Dios. Los cuerpos de los fieles son hostias de Dios, miembros de Cristo, templos del Espíritu Santo. (San Agustín).
La castidad
Orad por las órdenes religiosas
ORACIÓN
Oh Dios, dispensador de los dones celestiales, que habéis unido en el angélico Luis, una admirable inocencia de vida con un gran espíritu de mortificación, haced, por sus méritos y oraciones, que, si no hemos imitado su pureza, por lo menos imitemos su penitencia. Por J. C. N. S. Amén.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/junio21sanluisgonzaga.mp3
SAN LUIS GONZAGA. (1568-1591).
Martirologio Romano: Memoria de san Luis Gonzaga, religioso, quien, nacido de nobilísima estirpe y admirable por su inocencia, renunció a favor de su hermano el principado que le correspondía e ingresó en la Compañía de Jesús, sucumbiendo, apenas adolescente, por haber asistido durante una grave epidemia a enfermos contagiados. Nació en Castiglione delle Stiviere en la diócesis de Brescia. Hijo de una noble familia italiana, su padre Fernando Gonzaga era príncipe y marqués de Castiglione, su madre Marta de Tana era dama de honor de la reina Isabel, esposa de Felipe II de España; Luis era el heredero del título por ser el primogénito de siete hermanos (de los que todos morirán trágicamente). En 1573, el padre soñaba con hacer de él un fuerte soldado y un sabio príncipe; por ello se lo llevó consigo a Casalmaggiore, donde se preparaba la expedición a Túnez contra los piratas que habían escapado de la derrota de Lepanto. Convertido en paje de honor, en Florencia, en la corte del gran duque Francisco (donde pudo comprobar la corrupción de la corte). En Florencia, Luis, hizo tantos progresos en la ciencia de los santos que reaccionó consagrándose a Dios con el voto de virginidad, con sólo diez años, en la iglesia de la Anunciación; años después llamaría a esta ciudad la madre de su piedad.
A los doce años recibió la primera Comunión de manos de san Carlos Borromeo. En 1579, se trasladó con su padre y hermano menor, Rodolfo, a la corte del duque de Mantua, Guillermo Gonzaga, oponiéndose a la vida mundana y realizando grandes penitencias físicas. Se cuenta que participando en una comitiva de gala en Milán, cabalgó en un asno y no en un caballo de raza, como correspondía a su dignidad. Los caballeros y damas de la corte se reían de él, pero él pretendía estar con Cristo, y le trataron de loco, más que como sabio y prudente y valeroso cristiano, en una sociedad descristianizada y mundana. En 1581, su padre se fue a ver a la emperatriz María de Austria y se llevó a sus hijos. Luis estuvo en España (1581-1584), donde pronunció un elegante discurso (en latín) de saludo a Felipe II como paje del infante don Diego. El 15 de agosto de 1583, se sintió inspirado, mientras rezaba ante la Virgen del Buen Consejo, a hacerse jesuita. Pese a la fuerte resistencia paterna, logró firmar la renuncia al marquesado en favor de su hermano Rodolfo (1585), para entrar en el noviciado romano de la Compañía de Jesús. Aquí vivió seis años teniendo por padre espiritual a san Roberto Belarmino, que le enseñó que las penitencias físicas que realizaba tenían que ser mitigadas, y él a su pesar, obedeció. Recibió las ordenes menores en San Juan de Letrán.
En el convento renunció a toda preferencia por su linaje y gustaba de vivir como el más pobre: "¿Qué es todo esto para la eternidad? Señor, ayúdame a no olvidar nunca el fin para el cual me has creado". Antes de fijar el programa de las acciones de cada día se iba preguntando: "¿Y esto qué, para la eternidad?" Y elegía en consecuencia. No le importa fatigarse para mantener una constante unión con Dios pues "no pensar en Dios en todo momento me causaría más fatiga". "¿Tú que cosa harías, -le dijo un compañero durante el recreo- si tu supieras que te ibas a morir al instante? - Continuaría a jugar, fue su respuesta". Sus biógrafos exaltan su recelosa castidad; tenía un miedo tan grande al sexo femenino, que ni siquiera se atrevía a mirar a su madre. Tuvo que marchar a Milán para solucionar un problema familiar, pero pronto regresó a Roma. Cuando se disponía para el sacerdocio murió a los 23 años en Roma por una rápida enfermedad orgánica (y no de peste), ya que había encontrado a un apestado moribundo, y se lo cargo a la espalda, feliz de haber encontrado a Jesús. Patrón de toda la juventud católica. MEMORIA OBLIGATORIA.
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San LEUTFRIDO. M. 738.
Martirologio Romano:
En la región de Evreux, en Neustria, san Leutfrido, abad, que fundó el monasterio de la Santa Cruz, el cual presidió durante cuarenta y ocho años. La Vita de Leutfrido está escrita por un monje anónimo del monasterio de La Croix en el siglo IX, cerca de 195 años después de la muerte del santo, pero este relato, que atañe sobretodo a la Vita de san Audoeno, no merece más que una limitada confianza. Nació en Evreux, Normandía, en el seno de una noble familia. Recibió su primera instrucción del rector de la iglesia de Saint-Taurin. Completó sus estudios en Chartes, donde enseñaban maestros famosos. Regresó a su casa y fue preceptor de los hijos de las familias vecinas. Soñaba con la vida monástica y una noche, después de ofrecer un banquete a su familia, dejó la casa paterna. Se dirigió primero a Varenne, en la diócesis de Rouen, donde había un convento de monjas, después encontró a un eremita de nombre Bertrando y durante un tiempo fue recluso.
Marchó después a Rouen, atraido por la fama de san Sidonio, de origen irlandés, que le confirió el hábito religioso y lo hizo entrar en el círculo de san Ansberto, obispo de Rouen desde el 684. Hacia el 690, por consejo de santos Sidonio y Ansberto, Leutfrido decidió regresar a Evreux para fundar un monasterio que, al mismo tiempo, fuese un hogar misionero. Se estableció a 15 Kms al norte de Evreux en una localidad donde, 15 años antes, san Audoeno, obispo de Rouen, había tenido una visión de una cruz resplandeciente y había plantado en la tierra una cruz de madera rodeada de reliquias. Leutfrido levantó en aquel lugar una iglesia en honor de la Santa Cruz y de los santos apóstoles y un monasterio al que dio el nombre de La-Croix-Saint-Ouen (llamado después Saint-Leufroy), y lo gobernó durante 50 años. El autor de su Vita refiere numerosos milagros que nuestro santo habría obrado antes y después de su muerte, pero hay poquísimas noticias sobre su gobierno; señala solamente que el abad tuvo alguna dificultad con Desiderio, obispo de Evreux, y que construyó un hospicio para recoger a los pobres.
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San RAIMUNDO DE BARBASTRO. M. 1126. Martirologio Romano:
En Huesca, en Aragón, san Raimundo, que, siendo canónigo regular, fue designado obispo de Roda y de Barbastro, de donde fue expulsado tres años de la sede por no querer luchar nunca con las armas contra los enemigos del nombre cristiano. Raimundo Guillermo nació en Durban (Francia), otros autores le hacen natural de Barbastro, Huesca. En su juventud ingresó como canónigo regular agustino en el monasterio de San Antonino de Frédoles. Su personalidad ganó fama y fue elegido prior de la iglesia de San Saturnino de esta ciudad en 1101. En el 1104, tras la renuncia de san Eboncio, fue elegido obispo de Roda-Barbastro, ciudad recién conquistada a los moros.
Sus primeras iniciativas fue dignificar el culto divino y redimir la ignorancia del pueblo después de tantos años bajo el dominio musulmán. Para ello construyó pequeñas iglesias que decoró con murales representando escenas evangélicas para la contemplación y enseñanza de los fieles y que muchas todavía subsisten. Luchó contra la ambición del obispo de Huesca y el rey Alfonso que le expulsaron de su sede durante tres años, ya que su diócesis se había extendido mucho y era muy apetecible; se negó a vencer a sus enemigos con las armas; se marchó a su primitiva sede de Roda de Isábena. También el obispo san Odón de Urgel le reclamó parte de los territorios de su diócesis, y Raimundo apeló al papa que le dio la razón, por más que sus contrincantes se negaran a someterse. San Olegario, obispo de Barcelona, le ayudó a alcanzar la paz que tanto deseaba. Se unió al rey aragonés Alfonso el Batallador en una expedición contra los musulmanes almoravides que tenían atenazados a los cristianos mozárabes por las tierras de Levante y Andalucía. De regreso de aquella expedición llegó agotado a Huesca donde murió. Está enterrado en la catedral de Roda. Patrón de la diócesis de Barbastro-Monzón (Huesca).
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Beato TOMÁS CORSINI. (c.1300-1343). Martirologio Romano: En Orvieto, de la Toscana, beato Tomás Corsini, religioso de la Orden de los Siervos de María. Nació en Orvieto, ciudad de Umbría. Para alcanzar con mayor seguridad la patria celestial, en lo cual estaban concentrados todos sus pensamientos y anhelos, decidió consagrarse completamente a Dios en una familia religiosa y, por su acendrado afecto hacia la Virgen, pidió y que fue admitido en la Orden de los Siervos de Santa María. En él resplandecieron con luz meridiana las virtudes típicas de los Siervos: la humildad, la caridad fraternal, el espíritu de servicio, la misericordia.
En efecto, - como se lee en los "Anales" de la Orden -; “con el objeto de dedicarse de una vez para siempre al servicio de la Virgen y de sus siervos”, pidió ser agregado en el número de los frailes que la gente suele llamar “legos”. Durante muchos años pidió limosna de puerta en puerta y, ejerciendo este oficio, mostró suma afabilidad, paciencia y caridad- Sentía una entrañable compasión por los pobres, a quienes no sólo daba con alegría de lo que sobraba de la mesa de los frailes, sino también del sustento que le era necesario. Dios miró con agrado la sencillez con que el beato desempeñaba su actividad y según el testimonio de antiguos escritores, manifestó su aprobación con diversos prodigios. El humilde siervo de la Virgen murió en Orvieto, el año 1343, como se lee en la "Crónica" de fray Miguel Poccianti; su cuerpo recibió honrosa sepultura en la iglesia de los Siervos de esta misma ciudad. Por los milagros, cada vez más frecuentes, los habitantes de Orvieto muy pronto empezaron a tributarle una gran devoción y a celebrar su memoria.
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San JUAN RIGBY. (c.1570 - 1600). Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, san Juan Rigby, mártir, el cual, reinando Isabel I, fue detenido en Londres y condenado a la pena capital por haberse reconciliado con la Iglesia Católica, siendo ahorcado en Southwark y, aun vivo, descuartizado. Nació en Harrock Hall (Inglaterra), en el seno de una familia católica. Se colocó como criado de una familia protestante, con la que iba a los servicios religiosos, temiendo de ser denunciado. Pero luego se arrepintió y se confesó con el jesuita John Gerard, y decidió dejar a esta familia. Se fue a servir a casa de una familia católica en Sawston Hall, cerca de Cambridge, pero esta familia fue acusada de no acudir a los servicios religiosos anglicanos, entonces Juan se presentó al juez para testificar que si no iban era porque tenían una hija enferma. Sospechando el juez que Juan era católico, le interrogó y descubrió su fe y entonces fue encarcelado en Newgate, y se le encadenó, a él le parecieron las cadenas más hermosas que las famosas cadenas del Lord Mayor, y le dio una propina al que lo había encadenado.
En una nueva comperecencia ante los jueces afirmó su fe religiosa y su negativa a reconocer la supremacía religiosa de la reina, y no valieron ninguna amenaza para que dejara de seguir su conciencia. Fue condenado a morir ahorcado y descuartizado y recibió la sentencia con serena alegría por poder sufrir por Cristo. Su mansedumbre y bondad impactó al juez que decretó un receso de tres meses para cumplir la sentencia. Fue juzgado de nuevo y a pesar de prometerle la libertad, él siguió firme en su fe religiosa, incluso después de que el tribunal fuera testigo de como se cayeron las cadenas tres veces, a pesar de lo apretadas que estaban. Juan perdonó al juez y al jurado. “Esto es poco, dijo, comparado con lo que el Salvador sufrió por mi salvador”. Fue ahorcado y descuartizado en Southwark, y mientras lo liberaron de la cuerda, todavía vivo, antes de descuartizarlo dijo: “Dios os perdone. Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Fue canonizado por SS. Pablo VI, con los «40 mártires de Inglaterra y Gales», en 1970.
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San JOSÉ ISABEL FLORES VALERA. (1866-1927). Martirologio Romano: En el lugar de Zapotlanejo, en México, san José Isabel Flores, presbítero, mártir durante la gran persecución en aquel país. Nació en Santa María de la Paz o San Juan Bautista de Teúl de González Ortega, Zacatecas, (Méjico). Ingresó en seminario de Guadalajara y fue ordenado en 1896. De 1896 a 1899 estuvo adscrito a la parroquia de Teocaltiche con residencia en la congregación de Belén del Refugio.
Pasó luego a la parroquia de Zapotlanejo, como capellán en Matatlán (Guadalajara-Méjico). Durante 26 años derramó la caridad de su ministerio en esa capellanía. Fomentó las devociones al Corazón de Jesús y a María y diversas asociaciones cristianas, combatió el alcoholismo y restauró el templo de su capellanía. Su acción pastoral se caracterizó por la bondad, la responsabilidad y la entrega a todos, sin distinción de clase. Se cuenta que teniendo un día dolor grave de muelas, hizo caso omiso de su salud, y se fue a atender a un enfermo. Cuando quiso poner remedio a su mal, ya era tarde: tenía una infección, que fue necesario operar y le tuvieron que amputar una parte del maxilar. Al comenzar la persecución se ocultó en el rancho de Colimilla, donde celebraba misa. Un antiguo compañero a quién el padre Flores había protegido le denunció ante las autoridades; fue arrestado y llevado al antiguo curato de Zapotlanejo, convertido en cuartel y allí le animaron a renunciar a su conciencia y reconocer las leyes de control sobre la Iglesia, pero él contestó: "Antes morir que fallarle a Dios". Lo llevaron al cementerio de la población y quisieron ahorcarlo, y comenzaron a subirlo y bajarlo por su inexperiencia en ahorcar.
Entonces sacaron las armas con intención de dispararle, pero el padre Flores dijo: “Si le he administrado el sacramento a alguno, no me mate porque se mancharía”. Entonces uno de los soldados se negó a disparar porque había sido bautizado por él. Mataron al joven y luego, al intentar matarlo se les encasquillaron las armas, entonces el comandante Anastasio Valdivia le degolló con un machete. Está enterrado en el cementerio de Matatlán.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
Lázaro. s. I. Es el pobre de la parábola del Señor (Lc 16). De él toma nombre la Orden Militar de San Lázaro, fundada durante las Cruzadas, que tenían como misión el cuidado de los leprosos; de ahí viene la palabra "lazareto" para indicar el lugar donde se cuidan a los leprosos. San Demetria de Roma. M. 363. Mártir en Roma, durante la persecución de Juliano el Apóstata, con su madre santa Dafrosa, su padre san Flaviano y su hermana santa Bibiana. Su biografía es probablemente imaginaria.
San Meveno. (540 - 617). Martirologio Romano: En Gaël, en la Bretaña Menor, san Meveno, abad, que, nacido en Cambria, se retiró a los bosques de la Armórica y fundó un monasterio. Natural de Gwent en Gales, es uno de aquellos monjes celtas que en el siglo VI marcharon a Cornualles y a Bretaña, cuyos viajes y vida son leyenda y su recuerdo ha quedado en la toponimia. Se dice que ingresó en el monasterio de Caldey. Era discípulo del abad san Sansón de Dol, al que acompañó en Bretaña. Mevenno obtuvo un terreno en Gaël, en el bosque de Brocéliande, donde erigió un gran centro misionero. A continuación fundó la gran abadía de Saint-Méen. Entre sus numerosos discípulos y amigos se encuentra su ahijado san Austolo y el que fue soberano bretón san Judicael. Murió en el monasterio de Gaël. Antiguas leyendas galesas narran que cuando alcanzó una edad avanzada regresó a su patria y allí murió: una cruz en el cementerio de la iglesia de Llantwit Major recuerda este hecho. Fue sepultado en la abadía bretona de Saint-Méen-le-Grand.
San Engelmundo de Velsen. M. c. 739. Inglés de nacimiento y de educación. Se hizo benedictino muy joven; fue sacerdote y abad. Se trasladó a Frisia, donde trabajó con mucho éxito, con san Willibrordo, en Velsen, cerca de Haarlem. La familia de Engelmundo era originaria de la zona de Velsen. Jaime Morelle Dupas. Beato. (1754-1794).
Martirologio Romano: En una nave anclada ante el puerto de Rochefort, en Francia, beato Jaime Morelle Dupas, presbítero y mártir, que por ser párroco en la región de Poitiers, durante la Revolución Francesa fue encarcelado, falleciendo de hambre, severo para sí mismo y dulce para con los demás. Nació en Ruffec, Francia. Vicario de la ciudad de Ruffec, en la diócesis de Poitiers, donde ejerció el ministerio pacíficamente hasta que llegó la hora de la Revolución. Igual que su párroco, prestó el juramento de acatamiento a la “Constitución Civil del Clero”, pero no sin declarar que entendía que la Asamblea no se había metido en el terreno estrictamente espiritual y que de todos modos quería seguir fiel a la Iglesia. Esta prestación del Juramento le permitió seguir en la parroquia, pero su manifiesta fidelidad a la Iglesia le trajo problemas y terminó por ser arrestado y llevado a la cárcel de la Visitación en Poitiers. En marzo de 1794 es sentenciado a la deportación y en abril llevado a Rochefort, donde después de ser registrado es embarcado primero en “Le Borée”, pasando seguidamente a “Les Deux Associés” donde murió, debido a las privaciones y miserias, el 21 de junio de 1794. Era un sacerdote digno, serio y duro consigo mismo pero lleno de caridad hacia los demás, modesto y honesto. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995.
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