Santoral del 4 de Julio



INDICE


Santa Isabel de Portugal,Reina de Portugal
Berta de Blangy, SantaAbadesa
Andrés de Creta, SantoObispo
Beato BONIFACIO DE SABOYA
Beatos JUAN “CORNELIUS”, TOMÁS BOSGRAVE, JUAN CAREY y PATRICIO SALMÓN
Beatos GUILLERMO ANDLEBY, ENRIQUE ABBOT, TOMÁS WARCOP y EDUARDO FULTHORP
Beato PEDRO KIBE KASUI
San ANTONIO DANIEL
Beata CATALINA JARRIGE
San CESIDIO GIACOMANTONIO
Beato PEDRO JORGE FRASSATTI
Beato JOSÉ KOWALSKI
Beata MARÍA CRUCIFICADA CURCIO
OTROS SANTOS DEL DIA
Isabel, Reina de Portugal, Valentín de Berriochoa, obispo y mártir; Alberto, Albino, Antonino, Asclepia, confesores; Aureliano, Laureano, Teodoro, Ulrico, obispos; Elías, Flaviano, Jocundiano, Inocencio, Sebastia, Nanfanión, Lucitas, mártires; Procopio, abad; Berta, eremita; Oseas, Ageo, profetas.



SANTA BERTA,Viuda
No andéis acongojados por el día de mañana;
el día de mañana harto cuidado traerá por sí:
a cada día le basta su malicia.
(Mateo, 6,34).


Santa Berta se casó con Sigfredo, pariente cercano del rey Clodoveo. Tuvieron cinco hijas que se distinguieron, todas, por su piedad. Muerto Sigfredo, Berta pudo dedicarse de lleno a la vida piadosa y las buenas obras. Emitió sus votos monásticos al mismo tiempo que dos de sus hijas, Gertrudis y Deotila. Sintiendo que se acercaba su fin, quiso unirse más estrechamente con el Señor. Hizo practicar una abertura en el coro de la iglesia del monasterio, y se construy6 en ella una celda en la que pasó el resto de sus días orando y meditando.

MEDITACIÓN - DE QUÉ MANERA TENEMOS
QUE PREOCUPARNOS DE LO PORVENIR


I. Nos prohíbe el Señor acumular riquezas por temor de carecer de ellas en lo futuro. Prevés una larga serie de años; piensas en mil adversos accidentes que pueden reducirte a pobreza. Estas previsiones de lo porvenir injurian a la divina Providencia que vela sobre ti; son contrarias al consejo de Jesucristo. No te acongojes, pues, por el día de mañana, trata de servir bien a Dios hoy; mañana, Dios proveerá. El Señor me rige y de nada careceré. (El Salmista).

II. Tal vez pronto mueras; ¿para qué esta aprensión de desgracias que no te alcanzarán? Aband6nate generosamente al gobierno de la Providencia divina y no te apenes de antemano. Las desgracias llegarán bastante pronto para cansar tu paciencia. No pienses en el tiempo que durarán tus obras de penitencia: es una tentaci6n del demonio que quiere espantarte. Tal vez la recompensa está más cerca de lo que crees.

III. Piensa en lo porvenir para prever las ocasiones de practicar la virtud; prevé también los escollos contra los cuales tienes costumbre de naufragar y las tentaciones a que podrás estar expuesto, a fin de apercibirte contra ellas. Piensa a menudo en tus postrimerías. ¿Lo haces? ¿Consideras las terribles consecuencias de una vida pasada lejos de Dios, y de una muerte que sorprende en pecado? Si no piensas en ello a menudo, no escaparás de las desgracias que te amenazan.

La confianza en Dios.
Orad por la buena
educación de los niños.

ORACIÓN

Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y que la fiesta de la bienaventurada Berta, regocijando nuestra alma, la enriquezca con los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.

http://www.aciprensa.com/podcast/santo/julio04-07isabeldeportugal.mp3






Santa ISABEL DE PORTUGAL. (1271-1336).Martirologio Romano: Santa Isabel, reina de Portugal, admirable por su desvelo en con seguir que hiciesen las paces reyes enfrentados y por su caridad en favor de los pobres. Muerto su esposo, el rey Dionisio, abrazó la vida religiosa en el monasterio de monjas de la Tercera Orden de Santa Clara de Estremoz, en Portugal, que ella misma había fundado, y en este mismo monasterio murió, cuando se ocupaba en conseguir la reconciliación de un hijo y un nieto suyos enfrentados.

Nació en Zaragoza. Hija de Pedro III de Aragón y de Constanza, hija de Manfredo rey de Sicilia. Nieta de Jaime I el Conquistador y sobrina nieta de santa Isabel de Hungría, que fue su modelo y por quién llevó el nombre. A los doce años fue desposada con el rey Dionis de Portugal de quién tuvo dos hijos: Constanza, futura reina de Castilla, y Alfonso, sucesor de su padre en el trono de Portugal. Soportó con paciencia la ira y las infidelidades de su marido; en contrapartida Isabel educó con afecto los hijos ilegítimos de Dionis; le demostró su fidelidad en un terrible "juicio de Dios" y le asistió solícitamente en la muerte (1325). Isabel se propuso convertir su matrimonio en su camino de santificación. Consideró su condición de reina como una obligación de dar el más alto ejemplo de vida cristiana. En medio del esplendor de la Corte, llevó una vida austera y mortificada, entregada a la piedad y a la vida interior y procurando servirse de su corona para hacer cuanto bien estuvo de su parte.

Tuvo que presenciar como su hijo Alfonso guerreaba contra su padre; fue denominada "Reina Santa" y "Reina de la Paz" al conseguir la pacificación del reino entre los partidarios del hijo y del padre, aunque durante las hostilidades fue acusada de favorecer a su hijo y por ello se la desposeyó de todos sus bienes y arrojada de palacio y desterrada a la ciudad de Alemquer, no volvió hasta que logró la reconciliación definitiva. Durante su reinado se dedicó a los más desfavorecidos, fundando casas de beneficencia, un hospital para enfermos pobres, una casa para mujeres recogidas, un orfanato para niños abandonados... Ella misma atendió a todos. Su marido, al morir, reconoció sus errores, y le pidió perdón por todo lo que la hizo sufrir.

Al enviudar hizo una peregrinación a Santiago de Compostela. Se hizo Terciaria franciscana, porque no se le permitió, a causa de las luchas internas en su familia, entrar en el convento de Santa Clara en Coimbra, fundado por ella. Vivió, empero, junto al monasterio y albergó en su casa a un grupo de clarisas, con las cuales practicaba la vida monástica y el cuidado a los pobres y necesitados, y fundó un hospital que llamará de Santa Isabel de Hungría. De vuelta de su segundo viaje a Compostela en el 1336, se prodigó para pacificar a su hijo Alfonso, en disputa con el rey de Castilla, Alfonso XI, su nieto; pero le atacó una fiebre mortal en el camino que segó su vida a los sesenta y cinco años. En su muerte vio a la Inmaculada Concepción que se le acercaba, de tal manera que se le ha considerado precursora del dogma. Anteriormente había dedicado a María Inmaculada una iglesia en Lisboa. Murió en Estremoz. Su cuerpo incorrupto está enterrado en el monasterio de Santa Clara de Coimbra. La canonización tuvo lugar en 1626. Patrona de Portugal. MEMORIA FACULTATIVA.
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Santa BERTA DE BLANGY. M. 725. Martirologio Romano: En Blangy, en la región de la Galia Atrebatense, santa Berta, abadesa, la cual, habiendo ingresado junto con sus hijas Gertrudis y Deotila en el monasterio que ella misma había fundado, pasados unos años se encerró en una celda, donde vivió en completa clausura.

Hija del conde Rigoberto y de Ursana relacionados con los reyes del condado de Kent, Inglaterra. Desde muy pequeña se dedicó a la oración. Se casó a los 20 años con Sigefredo, del que tuvo cinco hijas. En el año 680, de acuerdo con su marido, fundó para ella, sus hijas y, para todos los que tuvieran vocación, una abadía en Artois (Blangy). La cuidó con esmero hasta después de la muerte de su esposo, cuando con sus hijas, Gertrudis y Deotila, se fue a llevar una vida alejada del mundanal ruido, en el monasterio por ella fundado. No esperaban, sin embargo, que su retiro le sentara tan mal al noble Roger de Artois y la razón era el haberle negado Berta la mano de su hija Gertrudis. El rey Thierry de Kent, persona sensata, al ver la actitud del joven, le dijo que Bertha era inocente de cuanto le acusaba y que su hija era muy libre de rechazarle en su proposición matrimonial. Y para evitar que hiciera daño a la madre e hijas, las puso bajo su protección hasta que volvieran a Blagny.

Antes de volver, logró terminar el monasterio Blagny y construyó, además, tres iglesias en honor de los santos de su devoción: san Audomaro y san Martín de Tours. Estableció una observancia regular en su comunidad. Luego pasó el resto de su vida enclaustrada en una pequeña habitación a la que sellaron la puerta, con una ventana que daba a la iglesia y al altar, donde se dedicó exclusivamente a la oración hasta que murió. Este estilo de vida de reclusas perpetuas fue bastante popular en la Edad Media.
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San ANDRÉS DE CRETA "el Jerosolimitano". (c.660 - 740). Martirologio Romano: En Erissos, en la isla de Lesbos, tránsito de san Andrés de Creta, obispo de Gortina, que cantó a Dios con admirable arte mediante oraciones, himnos y cánticos, y exaltó a la Madre de Dios, la Virgen inmaculada y asunta a los cielos.

Nació en Damasco, otros autores dicen que en la isla de Lesbos; fue monje en Mar Sabas y después en el monasterio del Santo Sepulcro en Jerusalén y dio algunos pasos en la carrera eclesiástica. En el 685 fue enviado a Constantinopla para desempeñar una misión por cuenta de la iglesia de Jerusalén ante el emperador Constantino IV. Se quedó en la capital del imperio donde llegó a ser diácono de Santa Sofía en Constantinopla y fue llamado a dirigir un orfanato y un asilo de ancianos.

Entre los años 692 y 713 fue nombrado obispo de Gortina en Creta. En el 712, con algunos obispos, se puso de parte del emperador Filípico Bardanes, que trataba de restablecer el monotelismo condenado por el Concilio de Constantinopla, pero al poco tiempo volvió a la ortodoxia y para ello escribió una composición yámbica que ha llegado a nuestros días. Fue un excelente escritor de homilías y de panegíricos hagiográficos; está considerado el como el primero que comenzó "los cánones" de la liturgia bizantina: su “Gran Canon” contiene 250 estrofas. Fue autor de las estrofas de la liturgia bizantina, de gran devoción a la María Inmaculada y asunta a los cielos. Los últimos años de su vida los dedicó a combatir la herejía iconoclasta del emperador León III el Isáurico. Murió en Erisso en la isla de Lesbos.
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San ULRICO DE AUGSBURGO. (c.890 - 973).Martirologio Romano: En Augsburgo, ciudad de Baviera, san Ulrico, obispo, ilustre por su admirable abstinencia, su generosidad y sus vigilias, falleciendo nonagenario después de haber sido obispo durante cincuenta años.

Nació en Augsburgo. Hijo del conde de Dillingen y de Dietpirch. Fue destinado a la a la abadía benedictina suiza de Saint Gall, cuando contaba siete años. Su tío san Adalberón era obispo de Augsburgo. Obtuvo una canonjía por herencia.
A los 35 años fue elegido obispo de Augsburgo, y entonces se reveló devoto y sabio. Luchó contra la simonía y el concubinato de los sacerdotes; en 955, protegió a su pueblo de los invasores magiares, protegiendo la ciuad de Augsburgo con una muralla, y luchando el mismo en la defensa de la ciudad, al morir su hermano que tenía el mando de las tropas. Fue amigo y partidario del emperador Otón I, el cual, en el día 10 de agosto del 955, causó tan completa derrota a los húngaros en la famosa batalla de Lechfeld, que estas hordas jamás volvieron a internarse en territorio alemán. No cabe duda, que un gran mérito en esta batalla, famosa en toda la historia universal, le corresponde a san Ulrico.

Aconsejó el nombramiento como obispo de Constanza a san Conrado de Constanza. Reconstruyó la catedral y la iglesia de Santa Afra. Administró su diócesis con gran cuidado pastoral, ocupándose personalmente de la formación del clero y de la instrucción religiosa del pueblo. Visitó varias veces sus extensa diócesis y celebró sínodos diocesanos. Propagó el ideal monástico (él mismo vivió secretamente como monje) y apoyó varios monasterios y en Augsburgo fundó el monasterio de canonesas de San Esteban. Fue varias veces a Roma y su solicitud hacia los desposeídos fue proverbial; construyó en Augsburgo un hospital para pobres y socorrió a los indigentes incluso en sus numerosos viajes.
En su ancianidad se retiró al monasterio de Saint Gall llevándose como coadjutor a uno de sus sobrinos. La bula de su canonización es del 993 y está firmada por Juan XV, es el primer documento de canonización expedido por la sede apostólica, tal y como se hace ahora.
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Beato BONIFACIO DE SABOYA. (1207 - 1270).Martirologio Romano: En el monasterio de Hautecombe, junto al lago de Burget, en Saboya, inhumación del beato Bonifacio, obispo, el cual, de estirpe regia, se retiró a una cartuja, pero, pasado un tiempo, fue elevado primero a la sede episcopal de Belley y después a la de Cantorbery, entregándose en ambas sedes al cuidado de su grey.

Nació en el castillo de Sainte-Hélène-du-Lac en Saboya, era hijo del conde Tomás I de Saboya y de Margarita de Ginebra. Siguiendo la voluntad paterna, ingresó en la Gran Cartuja de Grenoble, donde se hizo notar por su espiritualidad. Todavía no había profesado cuando fue elegido prior de la cartuja de Nantua, y en el 1232, con 25 años y todavía subdiácono fue elegido obispo de Belley por los canónigos de la catedral, que deseaban como obispo a una persona de la nobleza. Cuando murió su hermano Guillermo, que era obispo de Valenza, Bonifacio administró la diócesis hasta 1242.

Por influencia de su sobrina, la reina santa Leonor, esposa de Enrique III de Inglaterra, fue elegido arzobispo de Canterbury (1241), sucediendo a san Edmundo Rich; por la muerte en breve tiempo de dos pontífices, su nombramiento fue confirmado en 1243, por el papa Inocencio IV. Al año siguiente llegó por primera vez a Inglaterra, donde fue ordenado diácono y sacerdote por el obispo de Worcester; el rey había causado un desastre financiero en la diócesis a causa de los excesivos impuestos, Bonifacio se opuso con energía y obtuvo éxito pleno. Fue consagrado obispo en 1245 por el papa Inocencio IV, durante el Concilio de Lyon, obteniendo beneficios económicos para sanar la balanza de la diócesis de Canterbury. Tomó plena posesión de la diócesis en 1249, iniciando la visita general de la diócesis y de la provincia eclesiástica, luchando para reprimir los abusos del clero. Excomulgó al deán y al clero de la iglesia de San Pablo de Londres, porque no querían reconocer su autoridad y su visita, porque para ellos el que debía hacerlo era el obispo de Londres. La misma resistencia tuvo del priorato de San Bartolomé, que no querían reconocer su autoridad, sino sólo la del obispo de Londres, Bonifacio en un exceso de ira arrojó al suelo al viejo viceprior, desencadenando contra él el furor de los londinenses que lo agradieron rompiéndole las vestiduras, y acusándolo de transferir a Francia los réditos de los beneficios ingleses. Liberado de la guardia, Bonifacio huyó en barca por el Támesis, refugiándose en Lambeth, desde donde excomulgó al clero de San Bartolomé y al obispo de Londres. También en San Albano el clero se resistió, rechazando pagar las tasas apelando a Roma.

También Bonifacio apeló al Papa, acercándose a Roma donde consiguió un compromiso, fueron confirmados los derechos de la visita pastoral pero restringiendo su uso. Regresó a Inglaterra en el 1252 y se unió con los barones rebeldes al rey Enrique III, que obligaron al soberano a jurar y observar los pactos de la "Carta Magna", suscrito por su padre el rey Juan sin Tierra y por los notables del reino. En el 1256, Bonifacio marchó a Turín para obtener la libertad de su hermano Tomás II prisionero de los turineses; siguió con su trabajo en defensa de los derechos de la Iglesia de Inglaterra, convocando un Concilio en el 1258 en Merton.

Tuvo que huir a Francia en 1262, cuando se puso de parte del rey en contra de los barones rebeldes que iniciaron una guerra civil. Después de tres años y después de la victoria del rey Enrique III, pudo regresar a Inglaterra; dejó la isla por última vez en el 1268, para acompañar a la cruzada al príncipe Eduardo, pero enfermó gravemente, y lo dejó todo para ir a morir a su patria de Saboya. Fue sepultado en la abadía cisterciense de Hautecombe en el lago de Bourget. Su culto, muy extendido en Saboya, fue aprobado por Gregorio XVI en 1838, a instancias del rey Carlos Alberto, debido a la veneración que el pueblo cristiano le profesaba desde tiempo inmemorial.
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Beatos JUAN “CORNELIUS”, TOMÁS BOSGRAVE, JUAN CAREY y PATRICIO SALMÓN. M. 1594. Martirologio Romano: En Dorchester en Inglaterra, beatos mártires Juan, conocido como Cornelio, sacerdote desde hacía poco admitido en la Compañía de Jesús, Tomás Bosgrave, Juan Carey y Patricio Salmón, laicos, sus colaboradores, que glorificaron todos juntos a Cristo con el martirio bajo el reinado de Isabel I.

Juan Cornelius nació en Bodmin, Cornualles, (Inglaterra) de padres irlandeses. Su apellido era O’Mahoney, que él latinizó como Cornelius. Su padre era criado del conde de Arundel, el cual costeó sus estudios en Oxford, y luego en Reims y Roma, donde fue ordenado sacerdote en el 1583.
Volvió a Inglaterra en 1588, y reavivó la fe católica de los Arundel así como la de su propia madre que se había pasado al anglicanismo. Llevó una vida de gran piedad y austeridad y era sumamente caritativo con los pobres. Trasladada la familia Arundel a un castillo de Dorset, allí realizó un gran apostolado. El propio Consejo Real había comentado y lamentado su labor. Durante diez años trabajó en la misión inglesa en Lanherne.

En 1594 fue arrestado y detenido en el castillo de Chideok, condado de Dorset, residencia de la familia Arundel, donde también hizo apostolado, convenciendo a la mujer y a un hermano. Lo denunció un criado a quien Juan había amonestado. Viendo que los esbirros se llevaban al P. Cornelio, sin darle siquiera tiempo de tomar su sombrero, Tomás Bosgrave, sobrino de Sir John Arundell y originario de Cornwall, le tendió su propio sombrero, diciendo: «El respeto que debo a vuestro sacerdocio no me permite soportar que vayáis con la cabeza descubierta». Este trivial acto amable fue suficiente para que los esbirros tomasen preso a Bosgrave. Junto con ellos fueron apresados dos criados del castillo, John Carey y Patrick Salmón, ambos originarios de Dublin. El P. Cornelio fue conducido a Londres e interrogado por uno de los más altos magistrados. Sujeto al potro para que denunciase a cuantos le habían ayudado o dado hospedaje, el valiente confesor de Cristo permaneció mudo. Su juicio se llevó a cabo en Dorchester. El 2 de julio fue declarado reo de alta traición, por haber desembarcado y permanecido en Inglaterra en su calidad de sacerdote. Sus tres compañeros fueron declarados culpables de felonía por haberle ayudado. La sentencia incluía una cláusula de perdón en caso de apostasía.

Llevados a la cárcel de Marshalsea, desde allí Juan Cornelius, pidió el ingreso en los jesuitas en el 1594, al beato padre Enrique Garnet. Hizo los votos en presencia de tres testigos. Llegados al lugar del suplicio, en Dorchester, fueron primero ahorcados los tres seglares y por último Juan Cornelius, el cual se acercó a los cuerpos de los mártires y depositó en ellos un beso de reverencia.
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Beatos GUILLERMO ANDLEBY, ENRIQUE ABBOT, TOMÁS WARCOP y EDUARDO FULTHORP. M. 1597. Martirologio Romano: En York en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Andleby, sacerdote, Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp, laicos, que, condenados a muerte en la misma persecución por su fidelidad a la Iglesia católica, por medio del suplicio en el patíbulo alcanzaron juntos los premios eternos.

Guillermo nació en Etton, York, en el seno de una familia no sólo anglicana sino también anticatólica, estudió en Saint John's College de Cambridge. Después de un viaje al continente para aumentar su cultura tuvo contacto con el catolicismo. En Douai tuvo relación con el futuro cardenal Allen, fundador del colegio inglés de esa ciudad, estaba seguro de que una controversia con él pondría en claro lo absurdo del catolicismo. Después de una discusión prolongada, ninguno se dio por vencido y Allen se fue a rezar por el joven, que al día siguiente pidió su ingreso en la Iglesia Católica. Se preparó al sacerdocio en Douai y fue ordenado en 1577.

Vuelto a Inglaterra trabajó en Yorkshire durante 20 años, llevando una vida itinerante de gran pobreza en sus vestidos y sin querer utilizar el caballo. Le distinguió siempre un gran espíritu de pobreza y de oración. Finalmente, fue arrestado y se le condenó a morir ahorcado, con arrastre y descuartizamiento, por ser sacerdote. La misma pena se aplicó a Eduardo Fulthrop, originario de Yorkshire, por haberse reconciliado con la iglesia. Tomás Warcop fue condenado a la horca por haber hospedado al P. Guillermo. Enrique Abbot, nativo de Holden, fue condenado a la misma pena por proselitismo. Un pastor protestante, que estaba preso en el castillo de York por algún delito, fingió que quería abjurar de la herejía para congraciarse con los otros prisioneros católicos, quienes le dijeron que Enrique Abbot podría indicarle el sitio de residencia de algún sacerdote católico. En efecto, a petición del pastor, Enrique Abbot trató de ponerle en comunicación con algún sacerdote. Entonces el traidor, para congraciarse con las autoridades, denunció a Abbot y a sus antiguos compañeros de prisión. Ya en el cadalso le dijeron que pidiera por la reina, lo que él hizo. Murieron en York.
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Beato PEDRO KIBE KASUI. (1603-1639).Martirologio Romano: En Edo (Tokio), beato Pedro Kibe Kasui, presbítero de la Compañía de Jesús, mártir.

Constan con precisión los datos más importantes de la vida de este mártir japonés, que encabeza la lista de los 188 mártires de la evangelización del Japón beatificados junto con él en Nagasaki, el 24 de noviembre de 2008.
De joven era catequista y, con un grupo de catequistas también japoneses, acompañó en el exilio a los jesuitas hacia Macao, cuando estos fueron desterrados (1614). Debido a las circunstancias del momento, y a la opinión de algunos misioneros, no se permitía ordenar sacerdotes a jóvenes japoneses. Los catequistas se fueron dispersando: algunos volvieron al Japón para continuar como catequistas; cinco de ellos ya han sido beatificados como mártires de Nagasaki; otros marcharon a Manila para ingresar en los dominicos o en los agustinos.

Pedro, que en 1606 había hecho el voto privado de ingresar en la Compañía, por amor a su vocación y junto con otros compañeros, todos aconsejados por algunos superiores, emprendió el viaje a Roma, en medio de grandes dificultades, siguiendo la ruta de la seda, por Persia, Goa, Jerusalén. En Roma estudió teología, se ordenó sacerdote y entró en la Compañía como novicio. Continuó el noviciado en Portugal, donde hizo la profesión religiosa. Reemprendió el viaje, con otros veintitrés misioneros, hacia el Japón, viaje que duró seis años, en medio de dificultades, enfermedades, naufragios, para entrar en su patria el año 1630. Misionó en la clandestinidad primero en Nagasaki, hasta 1633, y luego pasó a las regiones del norte, Oshu y Dewa.
En 1638 fue apresado, con algunos de sus catequistas, en el reino de Sendai y luego llevado a Edo (Tokio) donde fue interrogado por el gran perseguidor, el shôgun Tokugawa Yemitsu, quien cerraría las puertas del Japón al resto del mundo. Un apóstata, padre Ferreira, intentó hacerles apostatar, pero Pedro animó a todos a la perseverancia en la fe. Después de diversos tormentos, fue martirizado en la "horca y fosa" y quemado a fuego lento, en Edo, en julio de 1639, juntamente con dos de sus catequistas, a quienes el padre Pedro exhortó a perseverar en la fe, hasta que a él, para reducirlo al silencio, le acabaron de matar; tenía cincuenta y dos años.
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San ANTONIO DANIEL. M. 1648. Martirologio Romano: En la región de los hurones, en Canadá, san Antonio Daniel, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que después de haber celebrado la misa y estando a la puerta de la iglesia protegiendo a sus neófitos ante el ataque de unos paganos, fue herido con flechas y después quemado. Su memoria y la de sus compañeros mártires se celebra el diecinueve de octubre.

Nace en Dieppe, Francia. Veinte años más tarde es admitido en la Compañía de Jesús en Ruán, y luego de haber hecho el noviciado, la profesión religiosa y los estudios correspondientes, en 1630 es ordenado sacerdote. Se ofrece para la misión entre los hurones, en Canadá, a donde llega en 1632. Allí trabaja apostólicamente con gran celo a lo largo de muchos años, siendo su especial carisma la catequesis a los niños, a miles de los cuales llevó al conocimiento de Cristo en sus años de actividad misionera.

A finales de junio de 1648 fue a la misión central de los hurones, llamada Santa María, a hacer sus ejercicios espirituales, y el día 3 de julio volvió a su puesto habitual, que era la misión de San José. A la mañana siguiente dijo temprano la santa misa, a la que acudieron muchos fieles, y al terminar se oyeron gritos de guerra. Eran los iroqueses. El P. Daniel se quitó los ornamentos y salió fuera. Vio que se producía una matanza y tomando agua bautizó por aspersión a los grupos de catecúmenos que estaban siendo atacados. Volvió a la capilla y señaló a los allí presentes el mejor camino para huir. Y para que la atención se dirigiera a él y los demás pudieran escapar, salió fuera de nuevo llevando una cruz. Una nube de flechas descargó sobre él, pero se mantuvo en pie hasta que lo derribó un tiro de arcabuz. Posteriormente su cadáver fue quemado. Su memoria, como la de los demás mártires de Canadá, se celebra el 19 de octubre, en el grupo de los santos Juan de Brébeuf e Isaac Jogues.
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Beata CATALINA JARRIGE. (1754-1836).
Martirologio Romano: En Mauriac, en Francia, beata Catalina Jarrige, virgen, de la Tercera Orden de Santo Domingo, célebre por su entrega a los pobres y a los enfermos, y que defendió durante la Revolución Francesa a los sacerdotes perseguidos, ayudándoles y visitándoles en la cárcel.

Nació en Doumis, Francia. Era la menor de siete hermanos. Después de una juventud dedicada a la artesanía de encajes en casa, sin saber hablar más que en “patois”, durante 60 años vivió en Mauriac, dedicada a ayudar a los pobres, enfermos, huérfanos, presos y a enseñar el catecismo a los niños. Fue una mujer con una intensa vida de oración, siempre volcada hacia el apostolado y la caridad hacia los demás. Fue admitida en la Orden Tercera dominicana, imitó a santa Catalina de Siena, especialmente en el intenso amor a la Eucaristía y en la defensa de sus ministros perseguidos, intrépida en confesar la fe y en el amor a la Iglesia.

Durante la revolución francesa, ayudó a muchos sacerdotes perseguidos, dándoles refugio en su casa y en otros lugares y procurándoles lo necesario para su sustento. En 1793 el padre Francisco Filiol fue detenido y condenado a muerte y ella le acompañó hasta el cadalso dándole ánimos. En 1794 fue procesada y conducida a la cárcel, de donde la liberaron más tarde: pero Catalina no temía a la muerte y decía que bajo la guillotina habría bailado la “carmagnole”. Fue detenida dos veces y las dos veces fue liberada por falta de pruebas. Pasada la revolución, colaboró en todo lo que pudo en la restauración de la Iglesia, cuidando especialmente a los sacerdotes. Consagrada al Señor por voto privado de castidad, vivió su consagración con extraordinario entusiasmo espirtual hasta su muerte a los 82 años. Fue sepultada en la iglesia mayor de Mauriac.
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San CESIDIO GIACOMANTONIO. (1873-1900).Martirologio Romano: En la ciudad de Wan-sha-wa, en la provincia de Hunam, en China, san Cesidio Giacomantonio, presbítero de la Orden de los Menores y mártir, que en la persecución llevada a cabo por los seguidores del movimiento Yihetuan, cuando intentaba proteger de las turbas el Santísimo Sacramento, fue apedreado y, envuelto con un lienzo empapado en petróleo, quemado vivo.

Nació en Fossa, en los Abruzzos. Se llamaba Ángelo. Sus padres, eran campesinos y profundamente religiosos. A los 16 años decidió ser franciscano e ingresó en el convento de Sant’Ángelo. Fue admitido como postulante en 1889 y recibió el hábito de novicio dos años más tarde, adoptando el nombre de Cesidio. Su programa de noviciado lo resumió en tres palabras: obediencia, estudio y oración. En 1892 hizo los votos perpetuos y recibió la ordenación sacerdotal cinco años después en 1897.
Notando su gran aptitud para el apostolado, los superiores lo encaminaron al convento de Capistrano, muy dedicado al ministerio de la predicación, y poco después al de San Martino dei Marsi. En este último se sintió tan fuertemente llamado por Dios a ser misionero que escribió de inmediato una carta pidiendo su traslado a alguna tierra de misión. Sin embargo, sus superiores tenían otros planes y lo enviaron a Roma para profundizar sus conocimientos de Teología. Obedeció como buen religioso, pero no dejó de rezar a la Reina de los Apóstoles para que removiera los obstáculos.

Su oración fue atendida muy pronto: se encontró providencialmente con fray Luigi Sondini, que después de 32 años de trabajos en China llegaba a Italia para reclutar sacerdotes jóvenes y dispuestos a las arduas labores del misionero. En seguida se presentaron tres, entre ellos fray Cesidio, que le explicó la necesidad de obtener el consentimiento de sus superiores. Fray Luigi la consiguió pero con dificultad, ya que el superior inmediato de fray Cesidio, nada contento con perder a un valioso subordinado, llegó a negarle la bendición al momento de partir: “Que Dios te bendiga, yo no lo haré”.

La amargura de esa inusitada despedida no quitó bríos al nuevo misionero, que embarcó hacia China en 1889. En 1900 llegó con sus compañeros a Heng-Tciou-Fu, donde fueron recibidos festivamente por el obispo Mons. san Antonio Fantosanti y una pequeña multitud de fieles.
Fray Cesidio sólo se quedó dos meses en dicho lugar. Era tanta la necesidad de misioneros, que incluso sin hablar bien la lengua china fue enviado por el obispo a Tong-Siong, pequeña comunidad de 500 cristianos. Su primera preocupación fue preparar los catecúmenos para la Pascua; a los pocos días, treinta adultos pidieron el Bautismo. Su ardor misionero lo reflejan estas palabras: “Poder ser una antorcha que comunica luz a los demás, luz de doctrina, luz de buenos ejemplos, luz de santidad… ¡Pobre de mí si no doy buen uso a los talentos recibidos de Dios!” Manifestaba solamente un deseo: evangelizar, conquistar almas para la Iglesia.

Ante la inminencia de un sangriento estallido de persecución, fray Cesidio decidió ir a pedir orientación al obispo. Cuando llegó a la sede episcopal, Mons. Fantosanti se hallaba ausente. Buscó entonces al vicario, Pbro. Quirino Hifling. Fueron interrumpidos por gritos furiosos procedentes de la calle: “¡Muerte! ¡Muerte a los europeos!” Algunos malhechores prendieron fuego a la iglesia e invadieron la casa de la misión. En un primer momento se detuvieron atemorizados ante los dos sacerdotes, y éstos aprovecharon para refugiarse en el presbiterio. Algunos cristianos chinos, en un golpe audaz, lograron salvar al P. Quirino. Pero fray Cesidio había desaparecido…
Lleno de celo por la Sagrada Eucaristía, no podía tolerar su profanación. Así, utilizó los preciosos minutos en que podría haber huido para consumir todas las partículas consagradas. Ante el mismo altar fue atacado con golpes, piedras y palos. Los asesinos lo arrastraron afuera, le enrollaron una tela húmeda en petróleo y lo quemaron vivo. Del mártir sólo quedaron restos de hueso, recogidos a toda prisa por los cristianos. Fue canonizado, con un numeroso grupo de mártires en China, el 1 de octubre del 2000.
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Beato PEDRO JORGE FRASSATTI. (1901-1925).Martirologio Romano: En Turín, ciudad de Italia, beato Pedro Jorge Frassati, joven militante en varias asociaciones de seglares católicos y gran deportista, que se entregó alegremente y con todas sus fuerzas a las obras de caridad en favor de pobres y enfermos, hasta que, atacado por una parálisis fulminante, descansó en el Señor.

Pier Giorgio Frassatti nació en Turín, en el seno de una familia de la alta burguesía. Su padre fue el fundador y director del diario liberal "La Stampa" y era agnóstico; el matrimonio de sus padres pasó por momentos de crisis que estuvo a punto de separarse. Estudió en los jesuitas, no fue un estudiante brillante, pero a medida que iba creciendo se afianzó su constancia y responsabilidad. Se inscribió en la Congregación Mariana, en el Apostolado de la Oración y en la Asociación del Santísimo Sacramento. Nutrió una especial devoción por María. En 1918, se inscribió en la Conferencia de San Vicente de Paúl, ayudando material y espiritualmente a los más necesitados y enfermos. Comulgaba todos los días, practicaba el futbol y el ciclismo. Era un chico normal de su tiempo.

Se matriculó en el Politécnico Real de Turín en la especialización de Escuela de Minas, pues quería ser ingeniero para poder servir mejor a Cristo entre los mineros. En 1919, ingresó la Acción Católica italiana, y en oposición a las ideas políticas de su familia, se adhirió al Partido Popular de don Sturzo. Cuando su padre fue nombrado embajador en Berlín, él visitó los barrios más pobres y frecuentó los círculos obreros y estudiantiles. Fascinado por el I Congreso de la Paz Romana (Rávena 1921), lanzó la idea de unir la Federación de los universitarios católicos con la de los obreros y fue arrestado con tantos otros. Su caridad hacia los pobres fue heroica, siempre repartía todo lo que tenía entre ellos, incluso el dinero que le dio su padre por haberse licenciado lo repartió en beneficio de los pobres.

En 1922, formó parte de la Tercera Orden dominicana seglar y eligió el nombre de Jerónimo, en homenaje a Savonarola: "cuando se trata de defender la dignidad humana". Se encontró siempre en primera fila "vuestra violencia no puede superar la fuerza de nuestra fe, pues Cristo no muere jamás". Reconoció el verdadero rostro del fascismo y se opuso a él y dimitió del círculo de la FUCI (Federación Universitaria Católica Italiana) porque había enarbolado una bandera el día de la visita de Mussolini a Milán. Según él, el crucifijo repuesto por el fascismo en las aulas no era más que una cobertura política criminal. La fe religiosa era la fuente de la resistencia moral y civil contra la violencia fascista. Apasionado de la montaña y el deporte, organizó entre los amigos marchas que transformaba en ocasiones de apostolado y de oración en común. Fue un joven abierto a los problemas de su tiempo, de una caridad ardiente, y de un pensamiento coherente con su fuerte creencia cristiana. Estuvo enamorado, pero renunció al matrimonio para quedarse con sus padres que pasaban por momentos difíciles. Una semana antes de terminar su doctorado el ingeniería, murió de poliomielitis, enfermedad de la que se había contagiado mientras visitaba a un enfermo.
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Beato JOSÉ KOWALSKI. (1911-1942).
Martirologio Romano: En el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato José Kowalski, mártir, que, en tiempo de guerra, fue encarcelado por Cristo y, después de terribles tormentos, consumó el martirio en la cárcel.

Nació en Siedliska cerca de Rzeszów, en Polonia. Sus padres, eran campesinos y propietarios de una modesta granja. Terminada la enseñanza primaria, ingresó al Colegio Salesiano de Oswiecim (Auschwitz). Hizo su profesión como salesiano en 1928 en Czerwinsk y fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1938 en Cracovia. Fue nombrado secretario inspectorial. En la parroquia atendía el coro juvenil y se ocupaba de los jovenes más difíciles. En 1939 Polonia fue ocupada, pero los Salesianos continuaron su labor educativa. Ese fue el motivo del dramático arresto acaecido el 23 de mayo de 1941: la Gestapo arrestó al Padre Kowalski junto con otros once Salesianos que estaban trabajaban en Cracovia.

Al principio fue internado en la prisión de Motelupich en la misma ciudad; de allí el 26 de junio lo llevaron al campo de concentración de Auschwitz. Allí se le dio el número 17.350. En el campo de concentración ejerció en secreto un apostolado: confesaba, celebraba Misas, rezaba el Rosario, daba conferencias clandestinas, también sobre Don Bosco, reforzando en los campañeros prisioneros con la voluntad de luchar por su supervivencia. Fue sometido a sufrimientos y humillaciones.
Cuando fue descubierto con un Rosario, se rehusó a pisotearlo, acelerando así su martirio. Su cuerpo fue primero tirado en el vertedero de los excrementos, después fue quemado en el crematorio del campo. Sus compatriotas empezaron a venerar su memoria, considerando que su sacrificio había hecho fructificar vocaciones en Polonia.
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. (1877-1957).
Martirologio Romano: En Santa Marinella, Italia, beata María Crucificada Curcio, virgen y fundadora de la congregación de las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús.

Nació en Ispica, Sicilia (Italia), en el seno de una familia de alta alcurnia y profunda cultura. Fue educada, según costumbre de la época, severamente y no se la dejó estudiar, por ser mujer, a niveles superiores, pero nuestra beata, ávida de cultura, leyó todos los libros de la biblioteca familiar y le impresionó mucho la Vida de santa Teresa de Jesús, que la llevó a desear ingresar en el Carmelo "para aprender el estudio de las cosas celestes".

En 1890, a los 13 años, obtuvo, no sin dificultad, inscribirse en la Tercera Orden Carmelitana, recientemente reconstituido. Quiso vivir el ideal del Carmelo que uniera el espíritu misionero con su dimensión contemplativa, aunque específicamente apostólico; por ello inició una primera experiencia de vida en común con un grupo de compañeras terciarias, en un pequeño apartamento de la casa paterna, luego se trasladaron a Modica, donde se le confió la dirección del conservatorio "Carmela Polara" para la acogida y la asistencia de chicas huérfanas y necesitadas, en el intento de hacer "mujeres estables, utiles a sí mismas y a la sociedad".
Después de pruebas y tribulaciones no veía reconocida canónicamente su obra. Fue a Roma en 1925 a la canonización de santa Teresa de Lisieux, y acompañada por fray Lorenzo van den Eerenbeemt, carmelita de la antigua observancia, fue a visitar Santa Marinella, en la costa del Lazio, que le impresionó vivamente, por la belleza del lugar y la pobreza de sus habitantes. Con las debidas licencias eclesiásticas, en 1924 se estableció definitivamente en Santa Marianella y fue afiliada a la Orden carmelitana.

En 1930, después de sufrimientos y cruces, pudo fundar las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús, dedicadas a la educación y a la asistencia de los pobres ya fuera en Italia como en otros países. Era diabética, y sufrió con entereza su enfermedad que la fue minando, pero que soportó con entereza y a sus hijas les decía: "anhelo tener hijas santas, hijas eucarísticas, hijas que sepan orar". Se ofreció toda su vida para reparar el amor debido a Dios y a María. Murió santamente en Santa Marinella. Fue beatificada el 13 de noviembre de 2005 por SS Benedicto XVI.
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OTROS SANTOS DEL DIA

San Jucundiano. s. III. Martirologio Romano: En África, san Jocundiano, mártir.
Mártir africano, fue tirado al mar.

San Florencio de Cahors. s. V.
Martirologio Romano: En Cahors, en Aquitania, san Florencio, obispo, alabado por san Paulino de Nola como hombre humilde de corazón, fuerte en la gracia y dulce en la palabra.
Nació en Cahors, Aquitania, (Francia). Fue uno de los primeros obispos de Cahors. No tenemos otra noticia fiable sobre su biografía.

San Valentín de Griselles. M.c. s. V. Martirologio Romano: En Langres, san Valentín, presbítero y eremita.
Fue criado en la corte del rey Childeberto; se negó a casarse con una dama de alta alcurnia, ya que quería entregarse todo a Dios. Su padre y amigos se opusieron tajantemente a su decisión y por ello tuvo que sufrir la incomprensión de los que más quería. Se retiró a vivir en soledad en un eremo en Langres; su vida fue un ejemplo de caridad hacia Dios y el prójimo; allí construyó una ermita (hoy en torno a ella se construyó el pueblo de Griselles). El obispo de Langres, por su ejemplo de santidad, lo ordenó sacerdote. Tuvo la dicha de obtener la aprobación de todos aquellos que se opusieron a su consagración religiosa. Tenía 28 años cuando murió.

San Lauriano de Bourges. M. c. 544. Martirologio Romano: En el pueblo de Vatan cerca de Bourges en Aquitania, en Francia, san Lauriano, mártir.
Natural de Hungría, nació en el seno de una familia pagana. Cuando contaba 20 años se fue a Milán con un pariente catequista, para instruirse en el ambiente cristiano. En la ciudad ambrosiana, recibió el bautismo. Se entregó a la oración y a la caridad; y a los 25 años fue ordenado diácono.

No se conocen los motivos, pero se marchó a Sevilla donde le nombraron arcediano de la catedral. Cuando murió el obispo (520) la sede quedó vacante durante dos años, al cabo de los cuales le eligieron para ocupar la sede sevillana.
En comunión con el Papa trabajó para defender a sus fieles frente a la herejía arriana. Marchó a Roma para solicitar ayuda del Pontífice en su lucha contra la herejía, su viaje por mar, fue una odisea llena de dificultades. A su regreso por tierra, visitó la tumba de san Martín de Tours. Cerca de Bourges, en Vatán, cayó prisionero de los soldados arrianos del rey Totila que lo decapitaron. Sobre su historia existen serias dudas. Está sepultado en la catedral de Bourges.

San Alberto Quadrelli de Rivolta. M. 1179.
Nació en Rivalta d'Adda (Cremona), fue sacerdote secular en una parroquia de su ciudad natal durante 25 años. El 29 de marzo de 1168, Jueves Santo, fue elegido por el clero y el pueblo de Lodi como obispo. Fue activo y celoso pastor, defensor del papa Alejandro III, y participo en el III Concilio Ecuménico Lateranense. Su rectitud fue reconocida hasta por sus enemigos. Su cuerpo fue trasladado solemnemente en 1588.



Juan de Vespignano. Beato. M. 1331.
Martirologio Romano: En Florencia, ciudad de la Toscana, beato Juan de Vespignano.
Nació en Vespignano (Florencia); durante la guerra civil se dedicó a las obras de caridad entre los huidos que se acercaban a Florencia. Se distinguió por su honestidad y piedad y por su caridad con los más pobres. Murió en Florencia.

San Nanfanión y compañeros. M. c. 180.
Mártires en Madaura (Numidia). (Ver) 18 de diciembre.
San Carilefo de Anille. s. VI. Abad benedictino. La Orden de San Benito lo celebra hoy. El Martirologio Romano el día 1 de julio. (Ver) 1 de julio
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