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Beato EUGENIO III. Papa
San ADRIANO III. Papa
Beato PEDRO VIGNE.
OTROS SANTOS DEL DÍA
Abundio, Agresto, Alberto, Alicio, Ampelio, Apolonio, Aquila, Priscila, Benedicta, Abdas, Quiliano, Colomano, Tonano, Pamerio, Procopio, Feliciano, mártires; Adrián, Eugenio III, papas; Iterio, Auspicio, Heraclio, obispos; Disibodo, Iluminado, eremitas.
AQUILA Y PRISCILA
A los ricos de este mundo mándales que no sean
altivos ni pongan su confianza en la riquezas caducas,
sino en Dios vivo.
(1 Tim., 6, 17).
A los ricos de este mundo mándales que no sean
altivos ni pongan su confianza en la riquezas caducas,
sino en Dios vivo.
(1 Tim., 6, 17).
Aquila y Priscila eran un matrimonio que trabajaban al lado del apóstol
Pablo en Corinto. Vinieron a Corinto cuando Claudio expulsó a todos los judíos de Roma (Hechos 18:2). Eran sus colaboradores en Éfeso también, donde ministraron especialmente a Apolos (Hechos 18:18-26). Después de la muerte de Claudio, la pareja volvió a Roma (Rom. 16:3). Ve también 2 Tim. 4:19 donde Pablo les manda saludos.
En Corinto, Pablo compartía la casa con ellos. Tenían la misma profesión, fabricantes de tiendas. Trabajaban juntamente en este oficio y también en la iglesia. Si estaban en la misma casa, la misma empresa y la misma iglesia, la relación entre ellos habrá sido muy estrecha. Del detalle de su trabajo secular vemos que Pablo financiaba su propio ministerio para no ser gravoso para la iglesia de Corinto y para no dar que hablar a sus oponentes. Reducía gastos compartiendo vivienda con este matrimonio.
Eran una pareja formidable, tanto el uno como el otro. En la mayoría de las veces en las cuales sus nombres salen en las Escrituras, Priscila es mencionada primera, posiblemente por la fuerza de su carácter o podría ser debido a los dones importantes que tenía esta mujer. Sirven como ejemplo de un matrimonio dedicado a la obra de Dios. Tenían una iglesia en su casa. Amaban a los hermanos. No solamente mandan saludos a los corintios, sino saludos muy afectuosos: “os saludan mucho”. Su amor por ellos era evidente, y no solo para algunos de ellos, sino para todos, y en esta congregación, este detalle era muy significante.
“Os saludan todos los hermanos”, es decir todos los que se reúnen en su casa para los cultos. Esto también es significativo dadas las divisiones que había en la iglesia. A pesar de ello, tanto Pablo como Aquila y Priscila no eran partidarios de ninguna facción, sino que amaban a todos los hermanos de Corinto, y habían hablado de los corintios con tanto respeto y cariño que forjaron unos vínculos de amor cristiano entre los hermanos de Éfeso y los de Corinto.
Pablo tuvo una vida bien difícil, por un lado, pero el Señor le dio unos amigos excelentes por otro que fueron una ayuda para él, un consuelo, y una fuente de comunión profunda, verdaderos hermanos y compañeros en el camino, como Aquila y Priscila. ¡Qué bendición aportaban a su vida!
MEDITACIÓN - DEBE PONERSE LA CONFIANZA
EN DIOS y NO EN LAS RIQUEZAS
I. No pongas tu confianza en las riquezas; no pueden ni siquiera hacerte feliz en este mundo. Difícil es adquirirlas y difícil conservarlas; el temor de perderlas y el deseo de aumentarlas no le dejan al alma descanso alguno. ¿Pueden, acaso, disipar tu tristeza y tu ignorancia, curarte de tus enfermedades o prolongar tu vida siquiera un momento? Son sin embargo de alguna utilidad: cuando uno las abandona por amor de Jesucristo o las distribuye entre los pobres.
II. No te fíes en la amistad de los hombres: nada es más inconstante. El mejor de tus amigos puede llegar a ser el más encarnizado enemigo. No te apoyes en tu reputación, la calumnia te la puede arrebatar; no cuentes con tu salud ni con tu espíritu, una enfermedad puede quitártelos. Oh Señor mío, por fin reconozco que, si Vos me abandonáis, ni todas las creaturas juntas podrían socorrerme; y aun cuando los hombres pudiesen valerme durante mi vida, ¿Podrían ellos, acaso, demorar aunque sea un momento la hora, de mi muerte, y defenderme ante el tribunal de Dios?
III. En Vos es, pues, Dios mío, en quien se debe esperar, y no en las riquezas frágiles e inciertas. En vano se dice que el dinero es todopoderoso, él no nos puede procurar la salud y la felicidad, sino en la medida en que lo despreciemos y lo arrojemos lejos de nosotros. Las creaturas son obstáculo a nuestra esperanza; si no poseemos los bienes de la tierra, todos nuestros suspiros serán por los bienes celestiales. Las riquezas son las trabas de nuestra esperanza; arrojemos, pues, los bienes de la tierra, si deseamos los del cielo. (Tertuliano).
La limosna
Orad por los pobres.
ORACIÓN
Dios soberanamente bueno, que, entre otras eminentes virtudes, habéis acordado a la reina Santa Isabel la prerrogativa de apaciguar los furores de las guerras, haced, por su intercesión, que después de la paz de esta vida mortal, que os imploramos humildemente, lleguemos a la felicidad eterna. por 1. C. N. S. Amén.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/julio08beatoeugenio.mp3
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Beato EUGENIO III. Papa (1145-1153). M. 1153
Martirologio Romano: En Tívoli, en el Lacio, tránsito del beato Eugenio III, papa, discípulo amado de san Bernardo, que, siendo abad del monasterio de San Vicente y San Anastasio «ad Acquas Salvias», fue elegido Papa, defendiendo con gran tesón al pueblo cristiano de Roma de las insidias de quienes no le eran fieles y preocupándose por mejorar la disciplina eclesiástica. Natural de Montemagno (entre Lucca y Pisa), miembro de la familia modesta de los Paganelli, fue bautizado con nombre Pietro, se llamó Bernardo cuando se hizo religioso y Eugenio cuando fue elegido Pontífice. Era canónigo de la curia eclesiástica de Pisa cuando conoció a san Bernardo de Claraval, que asistía a un concilio en la ciudad; le impresionó tanto su santidad que ingresó como cisterciense en la abadía de Claraval (1135).
San Bernardo, en 1141 lo nombró abad de la abadía de San Salvador, dependiente de la de Farfa. Inocencio II lo nombró primer abad de Tre Fontane, cerca de Roma, también llamado de San Vicente y San Anastasio, y le encargó la reforma de esta abadía cisterciense y luego fue proclamado Papa, sucediendo a Inocencio II, sin que fuera cardenal. Su pontificado estuvo lleno de problemas y pasó la mayor parte de su tiempo alejado de Roma a causa de la hostilidad de sus habitantes. Su consagración como Pontífice tuvo que hacerse en la abadía de Farfa, porque el pueblo se levantó en un tumulto. Un autor le llamó "uno de los más grandes y uno de los más sufridos entre los papas". Gracias al rey Conrado III, pudo, en 1152 entrar en Roma. Su pontificado se desarrolló casi enteramente en Francia y Alemania. En Francia organizó la II Cruzada, y tras la caída de Edessa, encargó a san Bernardo su predicación. La cruzada fue un fracaso, y los cristianos salieron derrotados. Celebró un sínodo en París en 1147 para examinar las doctrinas de Gilberto de la Porré y en el sínodo de Reims de 1148 condenó a Eon de l’Etoile y terminó con el debate sobre la doctrina de Gilberto.
En Tréveris aprobó las revelaciones de santa Hildegarda de Bingen, y san Bernardo le dio el título de “Vicario de Cristo” para referirse el Pontífice, título que se hizo común desde este momento. San Bernardo dirigió al Papa el tratado “De Consideratione”, en el que pintó de manera magnífica la fisonomía de un pontífice. Murió en Tívoli de una grave enfermedad. Rogelio de Hoveden, un cronista inglés de la época, dice de él que «fue digno de la altísima dignidad pontificia. Era de natural muy bondadoso, de una discreción extraordinaria y su rostro no sólo manifestaba alegría, sino júbilo». Esta última característica es muy de admirar, dado lo que Eugenio III tuvo que sufrir. El santo conservó siempre un corazón de monje, y jamás depuso el hábito ni las austeridades de los cistercienses. Al hablar de él, Pedro de Cluny escribía a aan Bernardo: «Jamás he tenido un amigo más fiel, un hermano más digno de confianza, un padre más amable. Siempre está dispuesto a escuchar y habla con maestría. Por otra parte, no trata a los que se acercan como superior, sino como si fuese su igual o aun inferior a ellos. No hay en él el menor rastro de arrogancia o de espíritu de dominación; todo él respira justicia, humildad y equilibrio». Su culto fue aprobado en 1872.
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San ADRIANO III. Papa. (884-885)
Martirologio Romano: En Spina Lamberti, de la Emilia, tránsito del papa san Adriano III, que trabajó incansablemente para que la Iglesia de Constantinopla se reconciliase con la Iglesia de Roma, pero atacado de una grave enfermedad, murió santísimamente cuando estaba de camino hacia las Galias. Tenemos pocas noticias de la vida de san Adriano III. Se dice que era romano, hijo de Benedicto, y que gobernó la Iglesia solamente durante un año, del 884 al 885. Fue el primero que cambió su nombre -Agapito- al ser elegido Pontífice. Tuvo que hacer frente a una situación muy agitada dentro de Roma, a causa del asesinato de su predecesor Juan VIII y de un alto funcionario del palacio lateranense.
Parece que hizo cegar a un opositor a Juan VIII. Trabajó incansablemente por la reconciliación de la Iglesia de Constantinopla con la de Roma. Una interesante particularidad de su personalidad es su actitud conciliadora con el Patriarca de Constantinopla, Focio, al que comunico su propia elección. Al poco tiempo de ser elegido Papa, salió de Roma para tomar parte de la Dieta de Worms, con la intención de pedir ayuda contra el Islam y porque su presencia sancionaba la autoridad imperial de Carlos el Gordo. Murió en el camino, en la actual San Cesario sul Panaro, cerca de Módena y fue sepultado en la abadía de Nonántola. Su culto fue confirmado en 1891.
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Beato PEDRO VIGNE. (1670-1740).
Martirologio Romano: En Rencurel, Francia, beato Pedro Vigne, presbítero, fundador de la congregación de las «Hermanas del Santísimo Sacramento». Nació en Privas (Vivarés) en el seno de una familia de comerciantes de textiles, (algún autor afirma que la familia era calvinista, pero parece que no es cierto, muy al contrario la familia era católica). Recibió una educación de un buen nivel, y al final de su adolescencia su vida se transformó con la toma de conciencia de Cristo presente en la Eucaristía. En 1690 ingresó en el seminario sulpiciano de Viviers. Fue ordenado sacerdote en 1694, en Bourg Saint Andéol, y fue destinado como coadjutor a Saint Agréve. Durante seis años ejerció su ministerio sacerdotal en amistad con el párroco y en cercanía con los feligreses. Buscando la voluntad de Dios sobre su vida, se sintió llamado a vivir otra cosa.
Su deseo de hacerse misionero entre la gente sencilla ingresó en la Congregación de los Lazaristas, en Lyon, en 1700. Alli recibió una sólida formación a la pobreza y a las misiones populares y empezó a recorrer pueblos y ciudades con sus compañeros para evangelizar al pueblo cristiano. En 1706 abandonó la Congregación de forma voluntaria. Después de un breve período de búsqueda, su vocación encontró su camino como misionero itinerante, aplicando su propio método pastoral a la vez que sometió siempre su ministerio a la autorización de sus superiores jerárquicos. Incansablemente, y durante más de 30 años, recorrió los caminos de Vivarais, del Dauphine y más aún, enseñando el catecismo, predicando, impartiendo los sacramentos, enseñando siempre la misericordia de Dios. En el transcurso de una de sus misiones, en 1712, llegó a Boucieu le Roi, donde construyó un viacrucis por todo el pueblo y aquí fundó en 1715 con Margarita de Noziéres la Congregación de Hermanas del Santísimo Sacramento dedicadas a la educación y a la promoción y adoración de la Eucaristía. En Lyon se sintió atraido por la espiritualidad eucarística de los Sacerdotes del Santísimo Sacramento y fue admitido como cofrade. La Eucaristía fue el sentido de su vida. Murió en Rencurel en el transcurso de una misión a causa del cansancio. Está enterrado en la iglesia de Bucieu. Fue beatificado el 3 de octubre de 2004.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
Santa Gliceria de Heraclea. M.c.177.
Martirologio Romano: En Heraclea, de Tracia, santa Gliceria, mártir. Como santa Gliceria de Heraclea, celebrada el 8 de Julio sólo se sabe que fue martirizada en Heraclea de Tracia, en una fecha desconocida. Allí se le venera devotamente en este día. En territorios de la actual Bulgaria.
Como santa Gliceria de Trajanápolis, no está en el Martirologio Romano y se celebra el 13 de Mayo y se dice que fue una virgen cristiana que sufrió el martirio en Heraclea, en la Propóntide, a fines del siglo II. Gliceria era hija de un senador romano que vivía en Trajanópolis de Tracia. La santa confesó abiertamente la fe ante el prefecto Sabino, quien ordenó a los soldados que la llevasen a ofrecer sacrificios en el templo de Júpiter. En vez de obedecer,
Gliceria derribó la estatua de oro del dios y la hizo pedazos. Los verdugos la colgaron por los cabellos y la azotaron con varillas de acero, pero no consiguieron hacerle daño alguno. Entonces la encarcelaron y la privaron de todo alimento, pero un ángel le llevaba diariamente la comida. La santa fue arrojada en un horno, pero las llamas se apagaron al punto. Finalmente, los verdugos le arrancaron los cabellos y la echaron a las fieras, pero Gliceria murió antes de que éstas la tocasen. En Heraclea se erigió una espléndida iglesia en su honor.
San Pancracio de Taormina. s. II.
Martirologio Romano: En Taormina, en Sicilia, san Pancracio, mártir, que al parecer fue el primer obispo de esta Iglesia. Parece que conoció a san Pedro en Antioquía. Fue bautizado por Pedro, consagrado obispo y enviado a evangelizar Sicilia, allí convirtió al prefecto Bonifacio y destruyó muchos ídolos, y construyó la primera iglesia en Tauromenio (hoy Taormina). Murió lapidado. Todo ello es una leyenda pero que ha hecho de este santo el primer obispo y patrón de Taormina.
San Palmerio. M. c. 303.
Sardo de nacimiento, quizás de la actual provincia de Oristano. Era de estirpe noble y un militar de la guarnición. En tiempos del emperador Diocleciano, se convirtió al cristianismo, llegando a ser neófito y propagador de la fe. Descubierto, fue exiliado al norte de Cerdeña, en la actual Villanova Monteleone (Sassari), cerca de la sede del juez de Torres. Aquí después de recibir el bautismo, llevó vida eremítica. Al final fue acusado y llevado ante un tribunal romano y después de ser flagelado, fue asesinado. Es el patrón de los pueblos de Ghilarza y Bortigali (Nuoro, Cerdeña) y tiene culto local.
San Procopio de Cesarea. M. 303.
Martirologio Romano: En Cesarea de Palestina, san Procopio, mártir, que en tiempo del emperador Diocleciano fue conducido desde la ciudad de Scytópolis a Cesarea, donde, por manifestar audazmente su fe, fue inmediatamente decapitado por el juez Fabiano. Nació en Scitópolis. Hijo de santa Teodosia. Catequista, exorcista y lector de la Iglesia de Jerusalén. Las Actas de su martirio están recogidas por Eusebio de Cesarea, que dice: "El primero entre los mártires de Palestina fue Procopio, hombre lleno de la gracia celestial, el cual antes del martirio, había reglamentado tan bien su propia vida que, desde la infancia, se había volcado a la castidad y a la práctica de todas las virtudes. ...
La meditación de la palabra divina ocupaba de tal manera su espíritu, de quedarse inmerso día y noche, sin cansarse nunca. Lleno de bondad y dulzura, se tenía por el menor entre todos, y con su humildad edificaba a todos. La palabra de Dios era su estudio". Ante el gobernador Flaviano testimonió: "No hay dioses; no hay más que un sólo Dios, Creador de todas las cosas". Fue decapitado en Cesarea, durante la persecución de Diocleciano, otros autores dicen que durante la de Decio. En torno a él se ha tejido una leyenda que no tiene nada que ver con la realidad.
San Auspicio de Toul. M. c. 475.
Martirologio Romano: En Toul, en la Galia Bélgica, san Auspicio, obispo. En el "Leccionario" de la diócesis de Tréveris aparece como obispo de Tréveris, confesor y mártir, auque en realidad fue Vº obispo de Toul (470-c.87). Según Sidonio Apolinar fue obispo de Toul. En una carta escrita por el beato Sidonio al conde Arbogasto para exhortarlo a guardarse de la avaricia y de la lujuria y a respetar al obispo de Tréveris, Giamblico. En esta carta Auspicio es recordado como gran amigo del conde, célebre por la ciencia, la elocuencia, la fe, la virtud. Está enterrado en Saint-Mansuy, suburbio de Toul.
San Lorenzo "el Iluminador". M. 576.
Llegó a Roma junto con otros cristianos, que venían huyendo de la persecución de los persas. En Roma fue ordenado presbítero y fue enviado como misionero, junto con sus compañeros, a Umbría. Al morir el obispo de Spoleto, Juan, en manos de Totila, el pueblo propuso a Lorenzo como su obispo. El papa Virgilio confirmó esta elección, pero algunos ciudadanos no querían que un extranjero ocupara la cátedra y se originó una guerra que fue vencida por la oración de Lorenzo. Fundó el monasterio de Farfa.
San Ampelio de Milán. M. c. 672.
39º Obispo de Milán durante el periodo lombardo; ejercitó una gran influencia entre los lombardos invasores. Luchó contra la herejía arriana y tuvo la ayuda de Teódota, la mujer del rey lombardo Grimoaldo. Su predicación fue persuasiva. Se decía que como las palabras de san Ambrosio eran ambrosía, las palabras de Ampelio parecía que llevaban a la borrachera del vino y su alegría: "uva" en griego se dice "ampelius". Ampelio buscó convencer no con la amenazas, sino con la benevolencia. Sus restos reposan en la iglesia milanesa de San Simpliciano.
San Quiliano de Würtzburg. M. c. 689.
Martirologio Romano: En Herbipoli (hoy Würzburg), ciudad de Austrasia, san Quiliano, obispo y mártir, natural de Irlanda, desde donde viajó a esta región para predicar el Evangelio, y en la que, por velar diligentemente para que se observase en ella la vida cristiana, fue martirizado. Mártir junto con Colomano y Totnano.
Eran monjes misioneros irlandeses que evangelizaron Franconia y la Turingia occidental, donde fueron martirizados. Quiliano era obispo de Würtzburgo, Colomano su presbítero y Totnano su diácono. Como se atrevió a censurar las relaciones adulterinas del duque Gozberto con su cuñada, ésta los hizo decapitar. Sus asesinos se autoajusticiaron y un sacerdote ciego recuperó la vista tocando el cadáver de san Quiliano. Patrón de Würtzburgo, Heilbronn y Paderborn.
Santa Landrada. M. c. 690.
Martirologio Romano: En el monasterio de Bilsen, en Brabante, santa Landrada, abadesa. Sobrina de san Pipino de Landen y de san Arnulfo de Metz. Fundó y gobernó como primera abadesa el convento benedictino de Münsterbilsen en Brabante (Bélgica).
San Disibodo. M. c. 700.
Martirologio Romano: En Renania, san Disibodo, ermitaño, que, habiendo reunido algunos compañeros, fundó un monasterio junto al río Nahe. Fue un ermitaño que vivió en soledad durante algún tiempo, después se le añadieron muchos compañeros con los cuales fundó un eremo que tomó el nombre de Disibodenburg, no lejos de Kreuznach, junto al río Nava, afluente del Rin, en la actual diócesis de Spira pero que en el medioevo era diócesis de Maguncia.
Santos Monjes Abrahamitas. M. 830-840.
Martirologio Romano: En Constantinopla, muerte de los santos monjes abrahamitas, que, en tiempo del emperador Teófilo, sufrieron el martirio por defender el culto de las sagradas imágenes. Este grupo de monjes pertenecían al monasterio fundado por san Abrahán de Éfeso, en Constantinopla. Mártires durante el reinado del emperador Teófilo, por su audaz defensa del culto a las imágenes.
San Edgard "el Pacífico". (943-975)
Subió al trono de los sajones en el año 958. Era hijo de santa Elgiva. Primero tuvo una conducta poco moral, ya que mantuvo relaciones con dos monjas, de las que tuvo hijos, una de ellas es santa Edith de Wilton; fue corregido por san Dunstano de Canterbury, cuya corrección no quedó sin efecto. Según un historiador: "él debía ser un hombre fundamentalmente honesto, tendencialmente justo, normalmente virtuoso y naturalmente devoto". San Dunstano le impuso una penitencia de siete años, consistente en ayunar dos veces por semana, hacer donación de abundantes limosnas y fundar un monasterio para mujeres; con ello expiraría la culpa y repararía el daño causado a una persona, ofreciendo la posibilidad de salvación a muchas otras.
Llegó a ser el mejor colaborador del obispo Dunstano. Transcurridos los siete años de penitencia y tras la fundación del monasterio de Shaftesbury, san Dunstano, en una asamblea de los nobles del reino, volvió a colocar la corona sobre la cabeza de Edgard. Y elevó con éxito el vigor espiritual y la prosperidad de su pueblo, en inteligente colaboración con el primado de Inglaterra, Dunstano. Fue muy cuidadoso con la moralidad pública, dictó leyes contra la nigromancia, el baile y las canciones de taberna. Abolió oficialmente el paganismo en su reino. A su muerte, le sucedió su hijo san Eduardo "el Mártir". Aunque se le atribuye culto local, no está considerado como santo.
San Pedro "el Ermitaño". Beato. (c.1055 - 1115).
Era un soldado, nacido en Amiens que durante un tiempo vivió como ermitaño en Palestina; después regresó a Europa y predicó la I Cruzada en Italia, Francia y Alemania, después del Concilio de Clermont. Gracias a su elocuencia, se formó una cruzada popular, que fracasó. Pedro se unió a Godofredo de Bouillon en Nicomedia, haciendo de soldado, y combatió en el asedio de Antioquía y en la conquista de Jerusalén; después fundó el monasterio de Neufmoustier en Flandes, donde murió. No ha sido nunca beatificado oficialmente.
San Alberto de Génova. M. 1180.
Se piensa que nació en Liguria; se sabe que descendía de una familia muy humilde. Durante su infancia trabajó como pastor de ovejas, y tuvo también desde joven una intensa devoción por María. Fue primero monje benedictino y en en el 1129, ingresó en los cistercienses, como simple converso de la abadía de San Andrés en Sestri (Génova), donde se encargó de la cocina y fue cillerero, cuya misión era adquirir lo necesario para la comunidad y atender a los pobres que llegaban al monasterio.
Pero a veces era tanta su generosidad que se excedía y tenía que venir la Providencia en su ayuda. Por deseo de mayor perfección eligió como hogar una gruta entre los bosques, que rodeaban la abadía, en una gruta del monte Contessa, junto a Sestri Ponente, antigua ciudad a 6 millas de Génova. Allí, vivió una gran austeridad, ejemplo de rigor ascético para sus hermanos, y objeto de devoción de los fieles durante treinta años, pero no le dejaron en paz, por sus dones taumaturgicos y su fama de santidad. Cuando murió, los cistercienses, lo sepultaron en el mismo sitio donde había vivido. Tiene culto local en la diócesis de Génova.
San Juan Wu Wenyin. M. 1900.
Martirologio Romano: En la ciudad de Young Nien, en Hebei, provincia de China, san Juan Wu Wenyin, mártir, que, siendo catequista, por negarse a renunciar a la fe cristiana y abrazar el paganismo, fue decapitado durante la persecución desencadena por los seguidores del movimiento Yihetuan.
Casado y padre de familia, era un cristiano fervoroso y catequista, que además administraba los bienes de la pequeña comunidad cristiana de su pueblo.
Con motivo de la revolución de lo bóxers, hubo en su pueblo, el de Tong-Eull-Ken, fuertes incidentes que produjeron una muerte. Cuando el mandarín fue a delimitar responsabilides, Juan fue uno de los detenidos aunque se comprobó que no tuvo que ver en la revuelta, fue ordenado su decapitación sólo por ser cristiano. Tenía 50 años. Fue canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre de 2000.
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