Santoral del 12 de Septiembre



INDICE

San GUIDO DE ANDERLECHT
El Dulce Nombre de María
Beatos APOLINAR FRANCO, TOMÁS DE ZUMÁRRAGA y 4 compañeros
Beato PEDRO SULPICIO CRISTÓBAL FAVERGE (Hno. Roger)
Beata MARÍA LUISA PROSPERI (Gertrudis)
Beato FRANCISCO MAQUEDA LÓPEZ
OTROS SANTOS DEL DÍA

Nuestra Señora Santa María de Lluc, reina de Mallorca y Nuestra Señora de la Fuensanta. Autónomo, Hierónides, Leoncio, Serapión, Selenio, Valeriano, Estratón, Macedonio, Teódulo, Taciano, mártires; Curonato, Sacerdote, Silvino, obispos; Vifredo, abad; Guido, confesor. San Sacerdos, Obispo y Confesor, San Guy, Guido o Guidón de Anderlecht,Sacristán,San Curonoto de Cogni, Obispo y Mártir, Beato Juvenco, Presbítero, Beato Tomás del Espíritu Santo, Mártir. Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.




EL DULCE NOMBRE DE MARIA
El Señor ha hecho vuestro nombre
tan glorioso, que no se caerá
de la boca de los hombres.
(Jdt. 13, 25)

Los elogios más sublimes corresponden a María, a la cual todas las generaciones llaman bienaventurada, y Aquel que "hizo en Ella cosas grandes y cuyo nombre es santo" quiso darle íntima participación de esa misma santidad para consuelo y gozo de quienes invocaren su dulce nombre. Nombre que ha de ser loado, en todo el mundo, porque infunde valor y fortaleza. Bien lo aprendieron los indios mejicanos de boca de los pobres soldados españoles cautivos, que subían al pavoroso teocalli invocando: "'Ay, Santa María!" y con este nombre en los labios expiraban.

España fue la primera en solicitar y obtener de la Santa Sede autorización para celebrar la fiesta del Dulce Nombre. Y esto acaeció en el año 1513. Pero fue el Papa Inocencio XI quien decretó, el 25 de noviembre de 1683, que toda la Iglesia celebrara solemnemente la fiesta de este nombre excelso, para perpetuar la victoria que los austriacos y polacos, mandados por Juan Sobieski, consiguieron de los turcos ese año en Viena.

El dulce nombre de María, para los que luchamos en el campo de la vida, es lema, escudo y presagio. Lo afirma uno de sus devotos, San Antonio de Padua, con esta comparación: "Así como antiguamente, según cuenta el libro de los Números, señaló Dios tres ciudades de refugio, a las cuales pudiera acogerse todo aquel que cometiese un homicidio involuntario, así ahora la misericordia divina provee de un refugio seguro incluso para los homicidas voluntarios: el nombre de María. Torre fortísima es el nombre de Nuestra Señora. El pecador se refugiará en ella y se salvará. Es nombre dulce, nombre que conforta, nombre de consoladora esperanza, nombre tesoro del alma. Nombre amable a los ángeles, terrible a los demonios, saludable a los pecadores y suave a los justos"

Que el sabroso nombre de nuestra Madre, unido al de Jesús, selle nuestros labios en el instante supremo y ambos sean la contraseña que nos abra de par en par las puertas de la gloria.

MEDITACIÓN - CUÁL DEBE SER EL CELO DE UN CRISTIANO

I. Tu corazón debe arder de celo por la gloria de Dios, y este celo, debes manifestarlo publicando sus alabanzas, atrayendo a los demás a su servicio, adornando sus altares, en una palabra, haciendo todo lo que pueda contribuir a aumentar su gloria. ¿Quieres trabajar con fruto en la salvación de las almas? Haz que tus acciones hablen por ti. Manda poco a los demás, haz mucho tú mismo. (San Pedro Crisólogo)

II. Que el Cuidado de tus intereses jamás altere la Pureza de tu celo. ¡Cuán desdichado serías buscando tu propia gloria, so pretexto de trabajar por la de Dios! Sacrifica tu renombre, busca a Dios únicamente; si eres generoso para con Él, pronto experimentarás los efectos de su liberalidad. Alégrate Cuando veas a los demás trabajar por la gloria de Dios con más éxito que tú. Examina tus acciones más santas, y a menudo encontrarás en ellas sólo vanidad, interés y otros motivos humanos que te hacen obrar, aunque parezca que sólo trabajas por la gloria de Dios.

III. La prudencia y la caridad deben animar tu celo, no sea que se haga inútil y hasta dañoso para el prójimo y para ti mismo. Acaso descuidas tu propia salvación por trabajar en la de tus hermanos; es una caridad mal regulada perderse para salvar a los demás. Que tus actos estén en armonía con tus palabras, de otro modo te expondrás a que más tarde se te diga: Predicas a Dios y no lo buscas; detestas al demonio con las palabras y lo adoras de hecho. (Tertuliano)

El celo de las almas - Orad por los Pastores.

ORACIÓN

Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Sacerdos, Vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén
SANTÍSIMO NOMBRE DE LA VIRGEN MARÍA. 
  Martirologio Romano: Santísimo Nombre de la Virgen María: en este día se recuerda el inefable amor de la Madre de Dios hacía su santísimo Hijo y es propuesta a los fieles la figura de la Madre del Redentor para que sea devótamente invocada. El dulcísimo Nombre de la Bienaventurada Virgen María. En este día se recuerda el inefable amor de la Madre de Dios hacia su santísimo Hijo, y su figura de Madre del Redentor es propuesta a los fieles para su veneración. “El Señor ha hecho vuestro nombre tan glorioso, que no se caerá de la boca de los hombres”. (Jdt. 13, 25). 

Los elogios más sublimes corresponden a María, a la cual todas las generaciones llaman bienaventurada, y Aquel que "hizo en Ella cosas grandes y cuyo nombre es santo" quiso darle íntima participación de esa misma santidad para consuelo y gozo de quienes invocaren su dulce nombre. Nombre que ha de ser loado, en todo el mundo, porque infunde valor y fortaleza. El nombre de María deriva de “Mariam”, que posteriormente fue Miriam, el nombre de Nuestra Señora en hebreo, y lo lleva, como precedente del Antiguo Testamento, la hermana de Moisés y de Aarón; pero los investigadores más conscientes no han llegado, por cierto, a un acuerdo respecto a las raíces, derivaciones y significado de ese apelativo. Por regla general, se cree que tiene que ver con la palabra «rebelión», aunque en el Antiguo Testamento no se hace ningún uso de la etimología de este nombre. Existe la certeza de que el nombre de María no tiene nada que ver con «amargura», «mar» o «estrella» como han propuesto algunos autores. 

 Una comisión convocada por el papa Benedicto XIV (1740-1758) recomendó que se eliminara esta fiesta del calendario general, sin embargo ha subsistido a pesar de las varias reformas del calendario desde ese papa hasta la actualidad. La fiesta del santo nombre de María fue concedida desde Roma, en el 1513, a una diócesis de España, Cuenca. Suprimida por san Pío V, fue repuesta por Sixto V y después extendida en el 1671 al reino de Nápoles y a Milán. El 12 de septiembre de 1683, habiendo Juan III Sobieski con sus polacos vencido a los turcos que asediaban Viena y amenazando la cristiandad, el beato Inocencio XI, en acción de gracias, extendió la fiesta a la Iglesia universal y la fijó en el domingo de la Octava de Navidad. El santo papa Pío X la situó en el 12 de Septiembre. MEMORIA FACULTATIVA.
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San GUIDO DE ANDERLECHT. (c.950 - 1012). 
Martirologio Romano: En Anderlech, en Brabante, cerca de Bruselas, san Guido o Guy, primer sacristán en la iglesia de Nuestra Señora de Laken, en Bélgica, que fue dadivoso con los pobres y peregrinó a los santos lugares por siete años y, vuelto a su tierra, murió piadosamente. Fue llamado el "pobre de Anderlecht". Nació no lejos de Bruselas; durante su juventud fue para los trabajadores un modelo de entrega y de piedad.

 Fue sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de Lacken, cerca de Bruselas. Parece ser que un momento dado le tentó el comercio, y en una operación desafortunada perdió todos sus ahorros, cuando se hundió el barco que trasportaba sus bienes para comerciar; entonces se impuso a si mismo siete años de penitencia. Se estableció en Anderlecht. Los fieles pronto se dieron cuenta que, aquél mendigo que pedía limosna en la puerta de la iglesia, durante el día se daba por entero a todos aquellos que solicitaban sus servicios, y por la noche, hacia largas vigilias de adoración ante la Eucaristía. Decidió hacerse peregrino y visitó Tierra Santa, Roma y otros santuarios, lo que hizo durante varios años y viviendo en la pobreza, humildad y piedad. 

Cuando regresó ya nadie se acordaba de él, y murió poco tiempo después. Pero, en su sepultura comenzaron a suceder hechos maravillosos que empezaron a atraer a la gente del pueblo primero y a los lejanos después... De hecho sus reliquias comenzaron a recibir culto y la devoción a San Guido se extendió rápidamente, cobrando auge continuo y popularidad. Los agricultores belgas y los sacristanes lo tiene como patrono. Una vez más, con este santo agricultor, sacristán, comerciante fracasado y caminante del mundo, se nos enseña que la santidad no es patrimonio exclusivo de conventuales, sabios o mártires.
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Beatos APOLINAR FRANCO, TOMÁS DE ZUMÁRRAGA y 4 compañeros. M. 1622. Martirologio Romano: En Ômura en Japón, beatos Apolinar Franco, de la Orden de los Hermanos Menores, Tomás de Zumárraga, de la Orden de Predicadores, sacerdotes, y cuatro compañeros, mártires, que por odio a la fe cristiana fueron encarcelados y quemados vivos. Junto con Tomás de Zumárraga, Francisco de San Buenaventura, Domingo de Fiunga. Durante la persecución religiosa que tuvo lugar en Japón entre 1617 y 1632 centenas de cristianos sufrieron martirio, las más variadas formas de tormentos, como ahorcados, crucificados, decapitados, quemados, arrojados al mar, sumergidos en agua helada o hirviendo, prensados en vigas, expuestos a serpientes… 

Entre los cuales se encuentran el comisario de la Orden franciscana en Japón, Apolinar Franco y sus 44 compañeros, 17 frailes franciscanos, 27 de la tercera orden, gran parte de ellos en Nagasaki, donde el año 1597 tuvo lugar el martirio de san Pedro Bautista Blázquez (6 febrero). La montaña de Nagasaki es para la orden franciscana su Gólgota y su Tabor, en ella, la fe y el amor de sus hijos venció el odio y el furor. Apolinar Franco, nació en Aguilar de Campoo (Valladolid). Estudio Derecho en Salamanca. Ingresó en los franciscanos de esta ciudad. Era un gran canonista y muy versado en moral, sobresalía por su austeridad, mortificación y contemplación. Por un gran deseo suyo fue enviado a las misiones orientales; llegó a Manila en 1602, y luego enviado a Japón (1614). 

En este mismo año llegó la orden de destierro de los misioneros y de los cristianos más significados, del que logró evadirse, pasando a las montañas cercanas a Nagasaki, donde animó a los cristianos perseguidos, reconcilió a los apostatas y bautizó a numerosos infieles. Fue nombrado comisario provincial (1616) y siguió con su actividad apostólica. Junto a un religioso dominico y otro agustino fundó una obra pía para cuidar a los niños abandonados. Fue arrestado en 1617 con siete de sus catequistas y otros cristianos, donde pasó dos años de penalidades, ejerciendo su ministerio siempre que le fue posible. 

En 1619 fue encerrado en la horrible prisión de Ômura. que el mismo Apolinar describe: “tres brazos de largo y dos de ancho, a manera de jaula…; los maderos son cuadrados, dos dedos apartados uno de otro, y un agujero como el círculo de una escudilla, cuanto cabe el sustento que nos van a dar a comer, que es una vez al día, una escudilla de arroz malo… y con esto estamos muy contentos”. En 1621 todos los sacerdotes o religiosos fueron centrados en la cárcel de Ômura para ser vigilados mejor. Ellos por su parte, se alegraron de ello y la convirtieron en un convento, establecieron un noviciado, admitiendo a los cristianos más fervorosos dándoles la profesión. 

Esto duró hasta agosto de 1622, en que supieron su condena a muerte. Antes de separarse para ir unos a Nagasaki, quedando otros en Ômura, y se consolaron y confesaron unos a otros.

Tomás de Zumárraga nació en Vitoria (Álava, España) en 1567. Ingresó en los dominicos del convento de Santo Domingo de su ciudad natal donde profesó en 1594. Terminó sus estudios en Valladolid y fue ordenado presbítero. Cuando tenía 25 años, se ofreció para ir como misionero a Filipinas con otros 13 compañeros más. 

Nada más llegar (1602), pidieron misioneros para el Japón. Tomás, no lo dudó, y se ofreció, con otros cuatro más, para entrar en el Imperio del sol naciente en el primer grupo encabezado por el padre Francisco Morales. Aunque fue llamado a Filipinas para que informase del estado de la misión, se vio obligado, por las tormentas, a regresar a tierra japonesa. Fue superior de la misión por la región de Nagasaki, Saga y Kyoto.

 Las relaciones con el emperador del Japón eran, al principio, muy buenas. Y sucedió que, después de 12 años, se enturbiaron las relaciones por causa de los bonzos budistas. Todos los misioneros fueron deportados del país. Pero Tomás se las ingenió para quedarse escondido y no marcharse. Tres años estuvo trabajando en la clandestinidad, jugándose la vida todos los días en Nagasaki, hasta que fue encarcelado en la prisión de Suzuta en 1617, pero continuó allí trabajando con un grupo de cristianos. Fruto de esta labor fueron las abundantes conversiones que le acarrearon que el día 12 de septiembre de 1622, Tomás Zumárraga fue sacado de la cárcel con diez compañeros más. Amarrado con cuerdas, lo llevaron andando 3 kms. hasta la colina de Hokobaru, en la zona de Ômura, donde los quemaron lentamente en una pira, mientras Tomás pedía perdón a Dios por sus verdugos.
  Martirologio Romano: En el litoral de Rochefort, en Francia, beato Pedro Sulpicio Cristóbal Faverge, Hermano de las Escuelas Cristianas y mártir, que encarcelado, por ser religioso, durante la Revolución Francesa, prestó diligente ayuda a los compañeros de cautiverio hasta morir contagiado en su servicio. Pedro-Sulpicio-Cristóbal Faverge nació en Orleans. 

La familia Faverge vivía cerca de la escuela de los Hermanos en su misma parroquia de San Euverto, y en ella cursó Pedro sus primeros estudios. Y allí sintió la llamada de Dios para ser Hermano, como sus educadores. Ingresó en el Noviciado de Maréville, cerca de Nancy, en 1767, y recibió el nombre de Hermano Roger. En la misma casa continuó su formación pedagógica. Conocemos poco sobre el trabajo apostólico del Hno. Roger en su servicio educativo. Pero después de algunos años como maestro fue nombrado director de la escuela de Moulins. 

Sobre sus cualidades pedagógicas, el abate Labiche de Reignefort escribió: «Fue persona amable y maestro muy entusiasta de jóvenes; mostró habilidad poco común en la administración y dirección de la Escuela de Moulins». En 1792 se exigió a los cinco Hermanos de Moulins, Roger, Bertauld, beato León, Saviniano y Nabord, el juramento de la Constitución. El Hno. Roger, como portavoz de los Hermanos, respondió: -«Ni por todo el oro del mundo me separaría de la Iglesia católica, mi madre». -Pero les vamos a cerrar la escuela y les vamos a detener, incluso los expulsarán de la nación, como a bestias dañinas... -Es usted libre de hacerlo. Yo no reniego de mi fe ni de mi bautismo, ni de mis votos, que ahora me unen más aún a Nuestro Señor..." En el acta de bienes confiscados, se dice que en el cuarto del Hno. 

Roger se confiscó «una mala cama, con un jergón y un colchón rotos por varios sitios; una manta; una mesita de roble; un armario pequeño de nogal; y un candelabro muy malo de cobre...» El 11 de junio de 1793, el Hno. Roger fue encarcelado en el antiguo convento de las clarisas, que habían sido expulsadas. Ese mismo día fue también encarcelado el Hno. León y compartió la prisión con su Hno. Director y con otros muchos sacerdotes y religiosos. Todos iban a ser deportados a la Guayana. Y el abate Guillon añade: «Para atender de manera útil a los compañeros de infortunio, se dedicó humildemente a arreglarles el calzado. Era, dice uno de ellos, una excelente persona por el género de enseñanza al que se había dedicado; y estaba lleno de virtudes». 

Y el Hno. Lucard escribió: «Digno hijo de La Salle, sorprendió a los otros prisioneros por su humor alegre y resignación heroica. Siempre se mostró solícito con los enfermos y con los más desanimados; se esforzaba, con sus cuidados cariñosos, en distraerlos de los dolores. Cuando no tenían libros, los suplía con conversaciones espirituales y comentarios familiares sobre asuntos de cosmografía o navegación. Cada día empleaba también parte del tiempo en arreglar el calzado de los eclesiásticos cuya salud deteriorada sufría horriblemente con las marchas en el fango, la nieve o el hielo, a pie descalzo. Decía alegremente: como buenos soldados, debemos saber un poco de todos los oficios, y, en caso de necesidad, ser buenos zapateros remendones. 

Un día exclamó uno de los prisioneros de Moulins: el Hermano Roger está en medio de nosotros tan tranquilo y sereno como lo estaba en la clase. Para todos fue un hombre lleno de talentos y virtudes». El Hno. Roger salió hacia Rochefort en la caravana del 25 de noviembre de 1793. Después de numerosas vejaciones e insultos, tuvieron que esperar en Saintes hasta el 28 de marzo de 1794. El 12 de abril fue embarcado en «Les Deux Associés», donde tuvo que sufrir las calamidades ya descritas, comunes a todos los presos. Afectado por la epidemia, fue trasladado a la isla Madame, donde murió el 12 de septiembre. Fue enterrado en la arena con gran cantidad de cal para acelerar la descomposición del cadáver. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II.
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Beata MARÍA LUISA PROSPERI (Gertrudis). (1799-1847). Martirologio Romano: En Trevi, región de Perugia, en Italia, beata María Luisa (Gertrudis) Prosperi, monja de la Orden de San Benito. Nació en Foligno (Perugia, Italia) en el seno de una familia que aunque pertenecían a la nobleza local, no gozaban de ingresos. Ingresó en 1820, con 20 años, en el monasterio benedictino de Santa Lucía de Trevi, después que se abriera después de permanecer cerrado por la supresión napoleónica. Su corta existencia fue caracterizada por una intensísima vida espiritual acompañado de hechos y dones extraordinarios. 

Se ejercitó en prácticas penitenciales que hoy nos parecerían imposibles. Probó en sus carnes la agonía del Señor, la flagelación, la coronación de espinas, los estigmas en el costado y las manos. El Señor se manifestaba se manifestaba continuamente haciéndola partícipe de los sufrimientos de su Pasión. También probó todas las insidias del demonio que continuamente la molestaba con palizas y sustos nocturnos. Fue atormentada durante 5 años por su director espiritual, el cardenal Cadolini, primero obispo de Spoleto y luego arzobispo de Ferrara, que quería hacerla reconocer que sus visiones eran obra del demonio y de su soberbia.

 En 1837 fue elegida abadesa. En el monasterio hizo florecer la observancia de la Regla, acentuando la adoración al Santísimo Sacramento. Contemplaba largamente el crucifijo, y cuantos le pedían consejo les invitaba a recurrir con amorosa confianza a la infinita misericordia de Jesús. Significativa fue la aparición de Jesús bajo el aspecto de peregrino en el locutorio grande, cercano a la última grada a la derecha, donde todavía hoy, alguna vez, se siente un perfume maravilloso. Murió sufriendo toda la Pasión, con 47 años de edad. En el monastero se conservan muchísimas cartas. Sus restos reposan en la iglesia de Santa Lucía del mismo monasterio.
  Nació en Villacañas (Toledo). En 1925 ingresó en el Seminario Menor de Toledo. El 5 de junio de 1936 recibió el subdiaconado. Pese a su corta edad, se vislumbraba en su vida una gran madurez humana y una fuerte personalidad. Asimismo, destacaba por su reciedumbre en virtudes ascéticas y místicas. Era muy dado a conocer -a través de la lectura- la vida de los santos, hacia quienes se sentía profundamente atraído, para después imitarles. Siempre estuvo centrado en su vocación. La sinceridad, la justicia y la fortaleza sobresalían en él. Cuando estalla la Guerra, el joven Maqueda ya había sido detenido, el 23 de junio de 1936, por enseñar a los niños la doctrina cristiana. Fue sólo ese día y le pusieron una multa.

 Después, el 11 de septiembre, fue detenido nuevamente. Arrodillado a los pies de su madre, le dijo: “Madre, déme la bendición, que me voy al cielo”. Mientras sus captores se mofaban de él, Francisco pronunciaba sus últimas palabras de despedida para los suyos: “¡Adiós, madre, hasta el cielo! ¡Adiós, adiós, hasta el cielo a todos!” Fue conducido desde su casa a la ermita de la Virgen de los Dolores, que los milicianos usaban como cárcel, y donde tenían apresadas a otras quince personas más, la mayoría jóvenes. En seguida, Francisco les congregó. Su intención era ayudarles espiritualmente para la muerte ya muy próxima. Les dijo: “Preparémonos, esta noche nos llevarán al cielo, ¿queréis acompañarme y rezamos juntos el rosario a la Santísima Virgen?” 

La invitación fue muy bien acogida y, puestos de rodillas, con toda devoción, rezaron juntos ante la imagen de la Virgen. Sobre las doce de la noche, vinieron a buscarlos, les transportaron en un camión por la carretera general de Andalucía. Muy cerca de Dosbarrios, en el Km. 67, entre las poblaciones de La Guardia y Ocaña, les hicieron bajar; eran las dos de la mañana del 12 de septiembre. Camino del martirio fueron cantando y rezando y, Francisco, en medio de ellos, con los brazos en alto. Los milicianos le dijeron: “Ahí está tu padre” y, aunque efectivamente era verdad, porque días antes le habían matado a medio kilómetro, él les contestó: “Os equivocáis, mi padre está en el cielo”. Indignados, se burlaron: “¿Y aún estás alegre?”. 

Imaginándose lo que todavía quedaba, les pidió por favor le permitieran ser el último para ayudar a morir bien a sus hermanos en Cristo. Les dejaron casi sin ropa y, según testigos, les dieron una descarga de piernas para abajo. Y, a continuación, todos fueron pasados a cuchillo.
  San Autónomo de Bitinia. M. c. 300. 
Martirologio Romano: En Bitinia (hoy Turquía), san Autónomo, obispo y mártir. Según sus Actas, que no merecen crédito alguno, nació en Italia donde recibió el episcopado, que para huir de la persecución de Diocleciano se refugió en Bitinia, eligiendo como centro de su actividad apostólica una localidad llamada Sorea, que todavía no ha sido identificada, donde convirtió a muchas personas por toda Asia Menor y donde construyó una capilla en honor de San Miguel. Al volver a Sorea de uno de sus viajes, sufrió el martirio, víctima de una muchedumbre de paganos airados por la destrucción de sus dioses por parte de los cristianos. Fue ejecutado al pie del altar donde celebraba la Misa. 
  Santos Crónidas, Leoncio y Serapión. M. c. 300. Martirologio Romano: En Alejandría de Egipto, santos Crónidas, Leoncio y Serapión, mártires, que se dice fueron ahogados en el mar por confesar el nombre de Cristo bajo el emperador Maximino. Mártires junto con Selesio, Valeriano y Estratón; fueron arrojados al mar en Alejandría, durante la persecución de Diocleciano. Crónidas era un anciano diácono, Leoncio y Serapión eran hermanos. 
  San Albeo de Emly. M. 528.

Martirologio Romano
: En Emly, en la provincia de Momonia, en Hibernia, san Albeo, obispo, peregrino y predicador del Evangelio a muchas gentes. Fundó la diócesis de Emly en Munster en Irlanda, del que fue su primer obispo; fue el apóstol de esta región. Con su ejemplo y celo apostólico consiguió muchas conversiones. 

  San Poncio. M. 1104.

Poncio o Eboncio era natural de Serrancolin en Comminges (Alto Garona). Se hizo benedictino en Sainte-Foi (Tomiéres). Abad de San Victoriano (Ainsa, Alto Aragón). Fue ordenado obispo de Roda de Isábena, en Aragón, sede que posteriormente trasladó a Barbastro, cuando la ciudad fue reconquistada a los moros. Fue célebre por su desvelo pastoral. No ha sido posible demostrar que se le haya atribuido un culto.