Santoral del 10 de Octubre


INDICE

María Desposorios (Catalina) Irigoyen Echegaray, Beata Religiosa
Angela María Truszkowska, Beata Fundadora
Juan Thwing de Bridlington, Santo Monje
Cerbonio Obispo de Populonia, Santo Obispo
Paulino de York, Santo Obispo
San Daniel Comboni (1831-1881)
Santo Tomás de Villanueva († 1555)
otros santos del día


SAN TOMAS DE VILLANUEVA
Los que usan del mundo vivan como si no usasen,
porque la apariencia de este mundo pasa.
(1 Corintios, 7, 31)
.

MEDITACIÓN SOBRE TRES VIRTUDES

I. Este ilustre servidor de Dios permaneció humilde en medio de los honores. Tú no tienes las eminentes cualidades que distinguían a este gran santo, y, sin embargo, estás lleno de orgullo. Ello es porque no piensas, como él, que la figura de este mundo pasa. Despréndete de los bienes del mundo para no tener pena de abandonarlos en el momento de la muerte. Estemos preparados para todo acontecimiento, de modo de no sentir pena por lo que dejemos detrás. (Tertuliano).

II. Su austeridad y mortificación lucieron aun en de las delicias de la corte. Se armaba de un cilicio cada vez que debía encontrarse entre mujeres; ayunó durante dos años rigurosísimamente. Pero estas austeridades nada fueron comparadas a las que practicó después de su entrada en religión. ¿Esta conducta no es acaso la condenación de tu delicadeza? No te excuses alegando tus malos hábitos, tú puedes, tanto como él, corregirlos y adquirir otros buenos.

III. Tenía una devoción tan tierna que ni aun importantes asuntos que debía atender desviaban su pensamiento de Dios: su jornada era una oración continua. Cada mes elegía un santo como proyector especial; él fue quien introdujo en la Compañía de Jesús esta santa costumbre. ¿En qué punto te hallas tú acerca de la devoción? ¿De todas las épocas de tu vida diste siquiera una a Dios? ¡Has sido niño, adolescente, has llegado a la edad de la madurez y nunca has sido virtuoso! (San Clemente de Alejandría)

La humildad
Orad por la Compañía de Jesús.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, modelo y recompensa de la verdadera humildad, dignaos después de haber hecho al bienaventurado Francisco vuestro glorioso imitador en el desprecio de los honores terrenos, hacernos a nosotros partícipes de sus virtudes y de su gloria. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.


Santo Tomás de Villanueva
Propuesto por el emperador Carlos V, el religioso agustino Tomás de Villanueva fue nombrado por el papa Pablo III, el 10 de octubre de 1544, arzobispo de Valencia.

Había nacido en Fuenlíana, cerca de Villanueva de los Infantes, en 1486, en la actual provincia de Ciudad Real.

Cursó estudios de artes y teología en la recién fundada Universidad de Alcalá de Henares. En 1516 ingresó en la orden agustina, donde fue prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. Fue eximio predicador, consejero y confesor del rey Carlos I.

A su llegada a Valencia se presentaba a sus ojos una sociedad problematizada. A pesar del esplendor económico-social que experimentaba en aquellos tiempos, al estar la Diócesis más de cien años sin gobierno pastoral directo, la situación moral, no sólo del pueblo, sino también del clero, era realmente lamentable.

Urgía por ello que hubiese en la diócesis de Valencia la atención pastoral conveniente, como clave de una verdadera reforma eclesial.

Para ello utilizó los medios que tenía a su alcance, pero siempre en plena línea evangélica. Le ayudó en esta tarea su obispo auxiliar, Juan Segriá, plenamente compenetrado con los sentimientos del Santo Arzobispo.

Dio una gran importancia a la atención que había que brindar a los sacerdotes. Y fueron la dulzura y el cariño los medios de los que se sirvió. Les orientaba para que supieran cómo tenían que actuar. Decía a los predicadores, por ejemplo, que se tenían que preparar para ejercer el ministerio con la oración y el estudio.

Sabiendo que su deber era exponer la Palabra de Dios, lo hacía adaptándose a las necesidades del pueblo cristiano, teniendo en cuenta a los sencillos y sin cultura. Utilizaba con frecuencia el lenguaje adaptado a los niños, para hacerles asequibles las verdades del Evangelio.

Destacó especialmente su atención a los moriscos. Intentó encontrar los medios adecuados para solucionar sus problemas, erigiendo varias rectorías debidamente dotadas y organizando un colegio destinado a los nuevos convertidos, aunque los progresos fueron muy escasos.

Desde el primer momento de su actuación como arzobispo de Valencia, fue consciente de que los bienes de la Iglesia no son de los pastores, sino que son simplemente sus administradores. Y como tal comenzó a comportarse.

Prestó una pródiga atención material a los eclesiásticos, a quienes socorría dadivosamente. A nivel diocesano organizó la caridad con un plan de asistencia y auxilio social permanente. Atendió a todos.

La diócesis de Valencia, tras once años de su ministerio episcopal, quedó marcada por la línea pastoral que trazó, de modo que a su muerte, acaecida el 8 de septiembre de 1586, la Diócesis quedaba organizada y en buen estado.

Desde luego, con la renovación eclesial operada con su actuación pastoral, se inauguraban los tiempos modernos de la Diócesis, que culminarían con la gestión pastoral del arzobispo San Juan de Ribera.

Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688. Su fiesta litúrgica se celebra el 10 de octubre.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan Thwing de Bridlington, Santo-Monje
Martirologio Romano: En Bridlington, en Inglaterra, san Juan, presbítero, prior del monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín, célebre por su oración, austeridad y bondad.

Aunque se ha dicho que Santo Tomás de Hereford fue el último santo inglés de la Edad Media (Osmundo, canonizado en 1457, era normando), se conserva todavía la bula de 1401 por la que Bonifacio IX canonizó a Juan de Bridlington. Los canónigos regulares de Letrán (10 de octubre) y la diócesis Midlesbrough, celebran su fiesta en la actualidad.

Suele llamársele también de Thwing, porque nació en dicha población de la costa de Yorkshire, cerca de Bridlington en 1319.

Lo poco que sabemos sobre la vida del santo no es de interés excepcional. Cuando tenía unos diecisiete años, fue a estudiar en Oxford, donde pasó dos años. Después tomó el hábito religioso en el monasterio de los canónigos regulares de San Agustín de Bridlington.

Poco a poco progresó en el dominio de sí mismo y en la experiencia de las cosas espirituales. Ocupó sicesivamente los cargos de director del coro, de bodeguero y de prior de su monasterio. La primera vez que fue elegido prior, consiguió a fuerza de protestas que le dispensasen del cargo, pero la segunda vez que el oficio quedó vacante, sus hennanos le obligaron a aceptarlo.

La vida de oración de San Juan mostraba hasta qué punto se dejaba guiar por el espíritu de Dios. La prudencia, la paz y la mansedumbre, fueron los principales frutos de su virtud. Cuando llevaba ya diecisiete años de prior y se había ganado la estima de todos, Dios le llamó a Sí, el 10 de octubre de 1379.

El autor de su biografía menciona muchos de los milagros obrados por San Juan. Tomás de Walsingham afirma que, por orden del Papa Bonifacio IX, Ricardo Scrope, el venerable arzobispo de York, asistido por los obispos de Lincoln y Carlisle, trasladó sus reliquias a un hermoso santuario. La traslación tuvo lugar el 11 de marzo de 1404. El santuario se convirtió en sitio de peregrinación. Uno de los que lo visitaron fue el rey Enrique V, quien atribuyó la victoria de Agincourt a la intercesión de San Juan de Bridlington y de San Juan de Beverley. La iglesia del monasterio gobernado por San Juan de Bridlington es actualmente la parroquia anglicana de la misma población.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Paulino de York, Santo-Obispo,

El Nombre de San Paulino figura en el Martirologio Romano y en los martirologios ingleses. Fue el primer apóstol del reino más poderoso de Inglaterra en su época. Había ido a dicho país como miembro del segundo grupo de misioneros enviados por el Papa San Gregorio l. Cuando el rey de Nortumbría, Edwino, solicitó la mano de Etelburga, la hermana del rey Edbaldo de Kent, prometió respetar la religión de su prometida, San Paulino partió con ella a Nortumbría para encargarse de la nueva misión. El año 625, San Justo, arzobispo de Canterbury, le consagró obispo.

San Paulino sufría atrozmente en medio de aquel pueblo que no conocía a Dios. Su predicación no tuvo éxito al principio, pero Dios escuchó final mente sus oraciones. El rey Edwino se convirtió en la forma en que lo expli caremos en el artículo a él consagrado (12 de octubre), y fue bautizado en York por San Paulino, en la Pascua del año 627. Los dos hijos del primer matrimonio del monarca, así como otros muchos nobles, siguieron el ejemplo de Edwino. La multitud se apretujaba para recibir el bautismo de manos de San Paulino, a orillas del río Swale, en las cercanías de Catterick. Edwino residía en Yeavering, del Glendale y San Paulino solía bautizar en esa región con el agua del río Glen. En una ocasión pasó ahí treinta y seis días, para impartir instrucción y bautizar al pueblo de día y de noche. El nombre de San Paulino está relacionado con los de las poblaciones de Dewsbury, Easingwold y algunas más. El campo de apostolado del santo fue, sobre todo, el sur de Nortumbría. Cruzó el rio Humbert y evangelizó también a los habitantes de Lindsey, donde bautizó al gobernador de Lincoln y construyó una iglesia. Después de la muerte de San Justo, consagró a San Honorio arzobispo de Canterbury. Asistido por su diácono, Jaime, bautizó a numerosas personas en el río Trent, cerca de Littleborough, según contó a San Beda el abad Deda, que fue uno de los que se bautizaron en esa ocasión. El mismo abad refirió a Beda que Paulino era "un hombre alto, un tanto encorvado, de cabello blanco, rostro alargadoy nariz aguileña, cuya presencia inspiraba veneración y respeto."

El Papa Honorio I envió el palio a San Paulino para designarle metro politano del norte de Inglaterra. El mismo Pontífice escribió al rey Edwino para felicitarle por su conversión: "Hemos enviado palios de metropolitanos a Honorio y Paulino, de suerte que cuando plazca a Dios llamar a sí a uno de ellos, el otro estará autorizado, en virtud de esta carta, a nombrarle un sucesor." Sin embargo, San Paulino jamás usó el palio en su catedral y, cuan do la carta de Honorio I llegó a Inglaterra, Edwino ya había muerto. En efecto, casi dos años antes de que el Pontífice la escribiese (lo cual demuestra lo difíciles que eran entonces las comunicaciones), los paganos mercianos, encabezados por Penda y reforzados por los bretones cristianos de Gales, inva dieron la Nortumbría y dieron muerte a Edwino. Los invasores destruyeron en gran parte la obra de San Paulino. El santo dejó entonces la diócesis de York a cargo del diácono Jaime y acompañó a Kent a la reina Santa Etelburga, con sus dos hijos y su nieto, en su viaje por mar. Como la sede de Rochester estaba entonces vacante, San Paulino aceptó la invitación para encargarse de administrarla y así lo hizo durante diez años, "hasta que voló al cielo, cargado con el fruto de sus trabajos". Probablemente tenía por lo menos sesenta años cuando partió de York con Santa Etelburga y hubiera sido una temeridad volver a Nortumbría, que estaba entonces en el mayor desorden. San Beda refiere que el fiel Jaime, su vicario, era. un hombre de gran santidad, que instruyó y bautizó a muchas personas "y arrancó muchas presas al viejo enemigo de la naturaleza humana". Cuando se restableció la paz en York Jaime "introdujo en la iglesia el canto romano." San Paulino murió en Rochester, el 10 de octubre de 644; legó su palio a la catedral y una cruz de oro y un cáliz, que había traído de York, a la iglesia de Cristo de Canterbury. Varias diócesis inglesas celebran su fiesta.

Nuestra principal fuente es la Historia ecclesiastica de Beda (edic. y notas de Plum mer). Apenas se pueden obtener unos cuantos datos fidedignos de la crónica en verso de Alcuino, de Simeón de Durham y de otros escritores de la época (cf. Raine, History of the Church of York, (Rolls Series). El excelente artículo del canónigo Burton en Catholic Encyclopedia tiene una buena bibliografía. Véase F. M. Stenton, Anglo-Saxon England (1943), pp. 113-116. La inserción del nombre de San Paulino en múltiples calendarios (cf. Stanton, Menology, p. 485), así como las numerosas cruces relacionadas tradicional mente con su nombre que hay en el norte de Inglaterra, demuestran la popularidad del culto del santo.
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Fuente: corazones.org
Beato Daniel Comboni-Obispo,
Pionero de un nuevo plan para la misión en Africa, Fundador de obra Misionera, gran devoto de los Corazones de Jesús y María y de la Cruz.

Síntesis de la obra de la Hna. María del Cielo, publicada con permiso.

Nació en Limone sul Guarda, Brescia (Italia), el 15 de marzo de 1831y fue bautizado el día siguiente. Sus padres, Luigi y Domenica, eran pobres. El jardinero y ella empleada doméstica. Daniel fue el único que sobrevivió de ocho hijos.

Un mes antes de cumplir sus doce años entra en el Colegio San Carlo, fundado por el sacerdote Nicola Mazza, cuya inspiración lleva a muchos jóvenes a entrar al seminario. En 1846 había partido para África central el primero de estos jóvenes, junto con un grupo de misioneros enviados por Propaganda Fide. En 1853 partían otros tres.

El Padre Don Angelo Vinco, misionero al Africa, era una gran influencia. Había regresado a Europa para pedir ayuda para aquella misión y se quedó con ellos tres meses. Comboni afirma que después que este sacerdote hablase “con todo el entusiasmo de su alma” a 500 alumnos sobre la deplorable situación de la raza camita, “encendió en ellos el fuego de la caridad divina que no puede detenerse en la carrera hacia la dedicación total y el sacrificio por la salvación de los infieles”.

A los 15 años leyó la Historia de los mártires del Japón, narrada por San Alfonso María de Ligorio la cual le llenó de entusiasmo misionero.

A la edad de 17 años, siendo estudiante de filosofía, hace voto ante su superior de consagrar su vida al apostolado en África central. Se concentra en el estudio de los idiomas. Aprende hebreo, árabe, español, francés, inglés. Más tarde también el alemán, portugués y llegará a aprender 13 dialectos árabes y algunas lenguas africanas.

Sacerdote Misionero

El 17 de diciembre de 1854 es ordenado diácono y presbítero el 31del mismo mes. Dos años más tarde don Mazza lo incluye en la expedición misionera al África. Solo le preocupaba dejar a sus padres en muy mala situación económica. Pero los ejercicios espirituales y la dirección espiritual del P. Marani le dan paz y se confía en Dios y en María .

Al Padre Pietro Grana le escribe: “Oh, cuanto me aflige el sacrificio que estos pobres (sus padres) hacen para separarse de mí! Pero se me ha asegurado que Dios me llama, y voy seguro”. Parte el 10 de septiembre de 1857.

Apenas llegado a Egipto, desde Asiut les escribe a sus padres sobre sus primeras impresiones del viaje y concluye diciendo: “Les agradezco vivamente el haberme dado el generoso consentimiento para recorrer la carrera de la Misión;…Adiós querido padre, querida mamá; ustedes están y viven siempre en mi corazón. Los amo…, porque supieron hacer una obra heroica, que los grandes del siglo, y los héroes del mundo no saben hacer. Ustedes han obtenido una victoria que les asegurará la felicidad eterna”.

El 14 de febrero de 1858, junto a cuatro sacerdotes del grupo del P. Mazza y un laico, llegan a la misión de Santa Cruz, Sudán. Tiene solo 27 años.

La Cruz

El mismo año que llegó al Africa muere su madre. A su padre le escribe: “Dios quiso llamarla a sí, para darle un premio bien ganado por los sufrimientos y sacrificios que ella sostuvo durante su vida”. Al mismo tiempo lo anima a ofrecer esta cruz a Nuestro Señor, concientes de que “la palma del cielo no se puede conquistar sin penas, aflicciones y sacrificios; y aquellos que son visitados con esta clase de favores celestes, pueden con derecho llamarse bienaventurados sobre esta tierra, mientras gozan de la bienaventuranza de los santos, para los cuales fue suma delicia el padecer grandes cosas por la gloria de Cristo… Coraje, amadísimo padre mío, ahora estamos en el campo de batalla…y combatiendo como héroes, abrazamos con generoso ánimo la adversidad, los padecimientos, el abandono…junto a Jesús crucificado que padece por nosotros… Manteniendo intacta aquella paz preciosa, que solo al pie de la cruz y en el llanto puede hallar el verdadero siervo de Dios” [ carta, 20 nov. de 1858].

Los misioneros se exponen a muchos peligros, entre ellos las enfermedades. En poco tiempo mueren tres de los que llegaron con él y algunos que trabajaban en África desde hace tiempo, entre ellos el Pro-vicario apostólico P. Ignazio Knoblecher. El mismo Comboni estuvo varias veces a punto de morir a causa de la fiebre. Por esta razón recibe la orden de regresar a Verona.

Dejar “su tan ansiada misión”, fue para él una dura prueba en la que se entregó totalmente a Dios. Al P. Grana le escribe: “¿Qué debemos hacer entonces…? Nada más que disponernos alegremente a la voluntad del Señor, bendecir eternamente Sus adorables designios, regresar por ahora a la patria, y esperar nuevos movimientos del Espíritu de Dios, siempre dispuesto a sacrificar cada cosa y superar todo, para seguir y cumplir la voluntad del Señor” [Carta a don Pietro Grana, 30 julio de 1859].

De regreso en Verona, apenas recuperado, el Padre Mazza le encargó la educación de algunos jóvenes negros que había acogido el Instituto. Continuó preocupándose por el pueblo africano.

Un nuevo plan de evangelización por inspiración de Santa Margarita
El 15 de septiembre del 1864, tiene la oportunidad de asistir al triduo para la beatificación de Margarita María de Alacoque en la Basílica de San Pedro, Roma. El primer día del triduo le viene a la mente “como un rayo”, dice él, “el pensamiento de proponer un nuevo plan para la cristianización de los pobres pueblos negros, cuyos puntos me vinieron de lo alto como una inspiración”. La idea fundamental de este plan consistía esencialmente en evangelizar África con los mismos africanos, y esta evangelización debía ir unida a la promoción humana y cultural. Al mismo tiempo esta obra no se confiaba a una nación en particular sino que debía “ser católica, no ya española o francesa o alemana o italiana. Todos los católicos deben ayudar a los pobres Negros, porque una nación sola no alcanza a socorrer la raza negra” [Carta a don Goffredo Noecker, 9 Nov. de 1864.]

La Santa Sede se mostró muy interesada en este plan. El 18 de septiembre lo presenta al Cardenal Alessandro Barnabo (Prefecto de Propaganda Fide) y al día siguiente el Papa Pío IX, recibió a D. Comboni en una audiencia y lo alentó a presentar el plan en París, a la Pía Opera de la Propagación de la Fe, prometiéndole de su parte la aprobación . Las últimas palabras del Santo Padre fueron para él una bendición y un aliento: “Labora sicut bonus miles Christi” (Trabaja como buen soldado de Cristo)

Inmediatamente sigue los consejos del Papa, y viaja a Turín, Lyon, París, Colonia y Londres para dar a conocer este proyecto.

El Cáliz del Rechazo

Sufre muchas incomprensiones, tanto en Francia como en Verona, aun dentro de su mismo Instituto. Estando en París se entera que ya no lo consideran miembro del Instituto Mazza.

En medio de esta incertidumbre afirma “la tranquilidad de mi conciencia, y Dios que cumple sobre el hombre los diseños de su misericordia, me dan la fuerza para bendecir la Providencia de todo corazón por este acontecimiento;...agradezco con toda el alma los Sagrados Corazones de Jesús y María que me han elevado al honor y fortuna de ser admitido a beber un cáliz amargo” [A don Francesco Bricolo, Paris, 5 de abril 1865].

Aun así, no se declara fuera del Instituto hasta que no ve con claridad que esa es la Voluntad de Dios. Poco tiempo después muere don Mazza y los sucesores pensaron que la Institución no podía aceptar la misión en África. Así el 13 de abril de 1866, el Instituto se retiraba oficialmente de la empresa. Comboni debía elegir entre pertenecer al Instituto o su vocación misionera. Discierne que debe ser misionero, quedándose así, prácticamente solo en la Obra que Dios le había confiado.

Nueva Fundación: Los Misioneros Combonianos

El 1 de Junio de 1867 funda en Verona su Instituto de los Misioneros para el África (Misioneros Combonianos) como parte de la Sociedad del Buen Pastor, una Asociación misionera internacional.

En noviembre funda en El Cairo dos Institutos (uno masculino y otro femenino), según la línea trazada en el plan. Dos años después abre una tercera casa en El Cairo destinada a ser escuela con maestras africanas. Mientras, siguen los viajes en Francia, Alemania, Austria e Italia dando testimonio de las dificultades de la misión y de los horrores de la esclavitud en Sudán:

¿Cómo es posible que cada año sean vendidos tantos millares de negros públicamente o clandestinamente en los mercados de Khartum, Cordofan, Dongola, Suakim, Gedda, Berber, Cairo y en otras ciudades de la costa africana? Esto se debe al robo violento y al secuestro secreto de parte de los musulmanes, que alimentan y practican todavía el tremendo comercio de los esclavos; esto se debe al Islam que favorece la esclavitud.

Los pobres negros (especialmente niños y niñas) van de mercado en mercado, de dueños a dueños, y después de haber superado las más grandes fatigas de los peligrosos viajes, a menudo caminando descalzos sobre la arena caliente del desierto, en la cual una gran parte muere cruelmente, llegan a la costa de África para ser vendidos a patrones terribles que los tratan como perros y les preparan… una vida que pronto los lleva a la muerte.

Solamente Aquel, que con su sacrificio glorioso sobre el Gólgota quiso que fuese extirpada para siempre de la tierra la esclavitud, El que anunció a los hombres la verdadera libertad, llamando a todas las naciones y cada ser humano a la filiación Divina, a quien el hombre regenerado con la verdadera fe puede llamarlo Abba Padre, solamente El podrá liberar el África de la mancha de la esclavitud” [Informe a la sociedad de Colonia, 1868].

En 1870 prepara un documento para presentar a los padres del Concilio Vaticano I: “Postulatum pro Nigris Africae Centralis”. Lo acompaña con una carta circular, firmada por muchos obispos y aprobada por el mismo Pío IX. A fines de 1871 el Obispo de Verona erige canónicamente el Instituto. Y en enero de 1872 funda el Instituto de las Pías Madres de la Nigrizia (Misioneras Combonianas).

El 26 de Mayo de 1872, Pío IX lo nombra Provicario apostólico del África central y el 11 de junio se confía esta misión al Instituto fundado por el en Verona.

El Vicariato era muy extenso (5 millones de km cuadrados), reuniendo bajo su jurisdicción los países de: Nigeria, el Chad, R. Centroafricana, Sudan, Uganda, Kenya, Tanzania y parte de Zaire. Ciertamente fue un motivo de preocupación para Comboni el saber que la Iglesia le encargaba tan grande responsabilidad, pero una vez más se abandona en Dios plenamente y consagra el vicariato al Sagrado Corazón de Jesús.

Pronto comienza la reorganización del terreno. Después de varios meses de estudio y preparación, en enero de 1873 parte la expedición para el centro de Africa (Khartum y Cordofan). Es la primera vez que parten religiosas europeas. En El Cairo, les dirige palabras llenas de entusiasmo, animando como padre y apóstol, a quienes continuarían su obra: “He aquí el momento tan suspirado por mí y por ustedes, hermanos y hermanas en Cristo. Les agradezco la paciencia con la cual me han esperado durante mi larga ausencia, por la abnegación con la cual toleraron toda clase de privaciones, incomodidades y pobreza…Los sacrificios pasados no son más que un ensayo de los que quedan todavía por sufrir para llegar a implantar en el corazón del África el Estandarte de la Redención, pero no temamos porque el Dios que nos ha sostenido en los trabajos pasados, no nos abandonará en los futuros…Sigamos cada vez mas este impulso irresistible de nuestro corazón que nos empuja a la salvación de un pueblo desamparado: armémonos del escudo de la fe, del casco de la esperanza, de la coraza de la caridad, de la espada de dos filos de la Palabra Divina, y marchemos valientes a la conquista de esta última nación del universo para el Evangelio” [A sus misioneros, Cairo, 26 de enero de 1873].

El Episcopado

El 8 de julio de 1877 el Papa Pío IX lo nombra Vicario del África central y el 12 de agosto es consagrado obispo.

Siempre la Cruz

En sus escritos, especialmente hacia el final de su vida, Comboni, hace una referencia continua a la Cruz, no solamente respecto a las dificultades materiales de la misión (clima, pobreza, enfermedades) sino más aun a las incomprensiones, malentendidos y calumnias de que fue objeto, provenientes de sus más cercanos colaboradores. A esto se sumaba el dolor por la muerte de algunos laicos y sacerdotes misioneros, entre ellos quien había designado como su vicario general. En una de sus últimas cartas escribe: “¡Mi Dios! ¡Siempre Cruz! Pero Jesús, dándonos la Cruz, nos ama; todas estas cruces pesan terriblemente sobre mi corazón; pero nos aumentan la fuerza y el coraje en el combate de las batallas del Señor, porque las Obras de Dios nacieron y crecieron siempre así; así prosperaron; así se consolidaron, y prosiguieron en medio de las muertes, del sacrificio, y a la sombra del salutífero árbol de la Cruz” [Khartum, 3 de octubre de 1881].

De este modo Dios iba completando “Su obra” asociando a Su Hijo Crucificado, un hombre que en la soledad y dureza de la misión le entregaba sus últimas fuerzas. Después de haber “gastado” su vida por anunciar a Cristo y salvar así su tan querida África, muere extenuado de cansancio en Khartum el 10 de octubre 1881 a los 50 años de edad.

Casi 90 años después de su muerte, el Concilio Vaticano II, en el decreto Ad Gentes [Decreto sobre la Actividad Misionera de la Iglesia, cap IV, pto. 24.] daba las características que debe tener el misionero: “El que anuncia el Evangelio entre los gentiles dé a conocer con libertad el misterio de Cristo, cuyo legado es, de suerte que se atreva a hablar de El como conviene, no avergonzándose del escándalo de la cruz. Siguiendo las huellas de su Maestro, manso y humilde de corazón, manifieste que su yugo es suave y su carga ligera. Dé testimonio de su Señor con su vida enteramente evangélica, con mucha paciencia, con longanimidad, con suavidad, con caridad sincera y si es necesario, hasta con la propia sangre. Dios le concederá valor y fuerza para que vea la abundancia de gozo que se encierra en la experiencia intensa de la tribulación y de la absoluta pobreza. Esté convencido de que la obediencia es la virtud característica del ministro de Cristo, quien redimió al mundo con Su obediencia”.

Monseñor Comboni fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 17 de marzo de 1996 en la Basílica San Pedro en Roma.

Roguemos al Beato Comboni que nos alcance la gracia de vivir a pleno nuestra consagración “tesoro escondido cuya adquisición no admite lamentos por haber renunciado a todo”[JPII, 10 de Nov. de 1978], para que como él, también nosotros nos animemos a las más grandes empresas confiados solo en Cristo, “y Cristo siempre, y Cristo en todo, y Cristo en todos, y Cristo Todo” (Constituciones N.7).

Este trabajo es una síntesis de la obra de la Hna. María del Cielo que a su vez se basa en las cartas del Beato Comboni publicadas en el libro “Un passo al giorno sulla via della Misione”, Luciano Franceschini, EMI. 1997.
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Fuente: Franciscanos.org
Angela María Truszkowska, Beata Fundadora,

Ángela María nació el 16 de mayo de 1825, en Kalisz (Polonia). En el bautismo recibió el nombre de Sofía Camila. Su familia se trasladó a Varsovia en 1837. Desde su infancia demostró una piedad profunda: participaba todos los días en la misa, recibía con frecuencia los sacramentos, realizaba vigilias de oración y visitaba con asiduidad el Santísimo Sacramento: todo esto desarrolló en ella una espiritualidad intensa.

En un viaje que realizó atravesando Alemania, Sofía, iluminada por el Señor, durante un rato de oración en la catedral de Colonia, intuyó su vocación a estar entre los pobres y necesitados y a servir en ellos a Cristo con la oración y el sacrificio. Esta inspiración la llevó a ser miembro de la sociedad de San Vicente de Paúl. Durante el día trabajaba sin descanso por los pobres y por la noche oraba constantemente, buscando la voluntad de Dios en ella. A la edad de 29 años, descubrió su camino: comenzó a buscar y a ayudar a los niños abandonados de los barrios bajos de Varsovia y a los ancianos sin casa. Con la ayuda económica de su padre y el apoyo de su prima Clotilde comenzó a hacerse cargo de seis niños. De esta forma atrajo a muchas voluntarias y floreció el instituto fundado por ella.

Sofía se hizo miembro de la Tercera Orden de san Francisco y tomó el nombre de Ángela. El 21 de noviembre de 1855, ante el icono de María, su prima y ella se consagraron a hacer la voluntad de su Hijo: éste fue el comienzo de la comunidad de las religiosas Felicianas, o de San Félix de Cantalicio. La madre Ángela determinó como ideal de su congregación: que en todo y por todo Dios sea conocido, amado y glorificado. Las religiosas dirigían a las laicas terciarias, instruían a los convertidos, visitaban las prisiones, y administraban también centros sociales rurales. Después del fracaso de la insurrección de 1863, muchos de estos centros se convirtieron en hospitales, donde las religiosas curaban a los heridos.

La comunidad fue suprimida por el gobierno ruso en 1864, pero continuó en secreto bajo la guía espiritual de la fundadora.

A los 44 años, durante su tercer mandato de superiora general, la madre Ángela se tuvo que retirar de la actividad de su congregación a causa de una enfermedad, pero siguió viva su dedicación a las religiosas. Murió después de 30 años de sufrimiento, devorada por el cáncer, el 10 de octubre de 1899, en presencia de las religiosas. Fue beatificada por Juan Pablo II el 18 de abril de 1993.
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Beata María de los Desposorios (Catalina) Irigoyen Echegaray, Religiosa Virgen
Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata María Desposorios (María Catalina) Irigoyen Echegaray, religiosa profesa de la Congregación de las Siervas de María Ministras de la Eucaristía. († 1918)

Fecha de beatificación: 29 de octubre de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.
Sor María Desposorios (en el siglo María Catalina Irigoyen Echegaray) nace en pleno siglo XIX, en España, en el corazón de Navarra - Pamplona - el 25 de noviembre de 1848 de los distinguidos, acomodados y muy cristianos padres: D. Tiburcio Irigoyen y Dña. Leonarda Echegaray. Fue la última de ocho hermanos y gemela del séptimo. Al día siguiente de su nacimiento recibió el santo Sacramento del Bautismo en la Parroquia de la Catedral de Pamplona con el nombre de María Catalina. Fue su madrina de pila Dña. Mercedes Irigoyen, natural de Errazu.

Igual que una planta nacida en un ambiente religioso y sano, regenerada con las aguas bautismales, crece y se desarrolla con normalidad en un proceso ascético-místico; oxigenada con la recepción de los Sacramentos, oración y mortificación, se hace en ella cada vez más consciente y creciente el “Amor de Dios difundido en su corazón por el Espíritu Santo que le fue dado” (Rom. 5,5).

De este modo transcurre su infancia y juventud. Es en esta época cuando oye la llamada del Señor y aumenta en su corazón el deseo de ser toda de Dios.

En 1878 solicita la admisión en el Instituto de las Siervas de María, fundado por Santa María Soledad; mas al enterarse ésta de que María Catalina tiene familiares enfermos, le aconseja que primero cuide de los suyos, si de verdad desea dedicar su vida al cuidado de los enfermos en sus domicilios. María Catalina espera, sabe esperar con paciencia, está pronta a cumplir la voluntad del Señor.

Solucionada la situación familiar, María Catalina queda libre y decidida lo deja todo, respondiendo con valentía dice sí a su Señor. Ingresó en la Casa de las Siervas de María de Pamplona el 31 de Diciembre de 1881 a la edad de 33 años.

Vistió el santo Hábito en el Noviciado de las Siervas de María en Madrid el día 12 de Marzo de 1882, aún no estaba terminado el edificio de la Casa Madre - Madrid. Durante el Noviciado, se mostró silenciosa, recogida y muy escondida con Cristo en Dios. Emite su profesión Temporal el 14 de Mayo de 1883 y la Profesión Perpetua el 15 de julio de 1889.

Sor Mª Catalina no confía en sus fuerzas, sabe de quien se fía “sea de mí lo que fuere, mi único ideal es amar a Dios sin interrupción hasta el fin de mi existencia”, decía Sor Mª Catalina

Madrid es el escenario de su vida hasta su muerte. Cristo es el centro de su ser, desea tener sus mismos sentimientos, obrar según el querer de Dios. Como planta transformada en flor, fue esparciendo el perfume de buenas obras, deshojándose, desgastándose por el Señor, en el servicio a los enfermos en sus domicilios, derrochando caridad exquisita, pronta y alegre, con paciencia, esmero y abnegación. “Con tal presteza y amabilidad acudía a las peticiones y necesidades de los enfermos que muchos de ellos la consideraban como madre amorosa y muchas familias la reclamaban como a su enfermera ideal”.”.

Después de 23 años dedicados al servicio a los enfermos, pasa a ocuparse de la recogida de donativos para la subsistencia de la Obra durante 7 años. Al final de su vida se ve reducida a la más absoluta incapacidad; acepta la voluntad del Padre que la sujeta a la cruz de la enfermedad para asemejarla a su Hijo Crucificado. Muere el 10 de octubre de 1918, dejando tras de sí grande fama de santidad.

Su vida, a imitación de la Virgen, Sierva del Señor, fue de entrega y disponibilidad, viviendo las actitudes del Divino Maestro - Jesús - "El Hijo del Hombre no ha venido a que le sirvan sino a servir" y Sor Mª Catalina repetía: “Sólo sirvo para servir”.

El milagro para la beatificación:

El hecho, estudiado y comprobado, es la curación rápida y sin secuelas del Dr. Luís Fernando Padilla Gómez quien presentó, súbitamente, con fecha 24 de octubre de 2004, una hidrocefalia causada por un hidroma cerebral que se complicó posteriormente con una meningitis, anoxia cerebral, hemorragia e infartos cerebrales.
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Fuente: siervasdemariacastilla.com
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ORACIÓN
PARA OBTENER GRACIAS POR INTERCESIÓN DE LA BEATA MARÍA CATALINA

Señor Jesús,
médico de las almas y de los cuerpos
que llamaste a Sor María Catalina
a consagrarse a ti como Sierva de María
para que entregada al servicio de los enfermos
fuera para ellos,
presencia de tu amor que fortalece y sana.

Concédenos esa unión contigo
que llenó y movió toda su vida
y alcánzanos por su intercesión
la gracia que hoy te pedimos
para tu mayor gloria.
Amén
Fuente:oremos juntos
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04/
Cerbonio Obispo de Populonia, Santo-Obispo,
San Régulo y otros obispos fueron expulsados de África a principios del siglo VI.

San Régulo y San Cerbonio se establecieron en Populonia (Piombino de Toscana) y, poco después, este último fue elegido obispo de la ciudad. San Gregorio dice en sus "Diálogos" (lib. 111, c. 11) que Totila, rey de los invasores ostrogodos, condenó a San Cerbonio a enfrentarse con un oso por haber dado asilo a unos soldados romanos; pero la fiera, en vez de hacerle daño, le lamió mansamente los pies y entonces Totila puso en libertad al santo.

Los lombardos le desterraron más tarde a Elba, donde murió treinta años después. Su cuerpo fue trasladado a Populonia, donde se le venera como patrón de la diócesis de Massa Marítima.

La biografía del santo, muy posterior e indigna de crédito, afirma que el Papa San Vigilio le mandó llamar para reprenderle por su terquedad en celebrar la misa del domingo a hora tan temprana, que las gentes no podían asistir a ella. Pero, en vista de los numerosos milagros realizados por San Cerbonio durante el viaje a Roma, el Papa y todo el clero de la ciudad salieron a recibirle en triunfo y le restituyeron honrosamente a su sede.

El Martirologio Romano menciona también hoy a otro San Cerbonio, obispo de Verona, sobre el que no poseemos ninguna noticia.

La fiesta de San Cerbonio de Populonia reviste particular solemnidad entre los canónigos regulares de Letrán, porque el santo vivía en común con su clero.
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OTROS SANTOS
  • San Francisco de Borja, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, cuyo tránsito se conmemora el 30 de Septiembre.
  • En Ceuta de la Mauritania Tingitana, el triunfo de siete santos Mártires de la Orden de Menores, a saber: Daniel, Samuel, Ángel, León, Nicolás, Hugolino y Domno. Todos menos Domno eran Sacerdotes; y por la predicación del Evangelio y confutación de la secta de Mahoma, después de muchas afrentas, prisiones y azotes sufridos de parte de los Sarracenos, al fin, cortadas las cabezas, alcanzaron la palma del martirio.
  • En Colonia, san Gereón, Mártir, con otros trescientos diez y ocho, los cuales por la verdadera religión, en la persecución de Maximiano, ofrecieron pacientemente sus cuellos a la espada.
  • En territorio de la misma ciudad, los santos Víctor y Compañeros, Mártires.
  • En Bona de Alemania, los santos Mártires Casio y Florencio, con otros muchísimos.
  • En Nicomedia, los santos Mártires Eulampio y su hermana Eulampia, Virgen; la cual, como oyese que su hermano era atormentado por Cristo, saltando por medio de la turba, y abrazándose a él, se hizo su compañera en el tormento, y ambos arrojados en una tina de aceite hirviendo, y no recibiendo daño alguno, por último fueron decapitados, junto con otros doscientos que, al presenciar aquel milagro, creyeron en Cristo.
  • En la isla de Creta, san Pinito, nobilísimo entre los Obispos; floreció siéndolo de Gnosia, por los tiempos de Marco Antonino Vero y Lucio Aurelio Cómodo, y en sus escritos, como un espejo, dejó un vivo retrato de sí mismo.
  • En York de Inglaterra, san Paulino, Obispo, que fue discípulo de San Gregorio Papa, y por él enviado allá con otros a predicar el Evangelio, convirtió a la fe de Cristo al Rey Edwino y a su pueblo.
  • En Populonia de Toscana, san Cerbonio, Obispo y Confesor, que, según atestigua san Gregorio Papa, en vida y en muerte fue esclarecido en milagros.
  • En Verona, otro san Cerbonio, Obispo.
  • En Capua, san Paulino, Obispo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
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