Santoral del 20 de Octubre



Artemios.jpgINDICE


Irene de Tancor, Santa Religiosa
María Bertila, Santa Biografía
Leopardo, Santo Obispo
Aurora, Santa Biografía
Jacobo de Strepa, Beato Obispo
Jakob Kern, Beato Sacerdote
San Cornelio, santo del NT
San Vital de Salzburgo, obispo
San Caprasio, mártir
Honorio de Canterbury, Santo-Obispo
San Aderaldo, diácono
San Andrés «in Crisi» o «Calibita»
Aca, Agrícola, Somancio, Vidal, obispos; Feliciano, Fintán, Edano, Eutiquio, Bradan, Orora, mártires; Daniel, monje; Matrona, s; Adelina, abadesa.

San Artemio de Antioquía

Mis amados, os conjuro a que os abstengáis
como extranjeros y peregrinos,
de los deseos carnales que combaten contra el alma.
(1 Pedro, 2. 11).

(† 363), conocido como "el Gran Mártir" o "Megalomártir",1 fue militar y prefecto del imperio romano en Egipto, durante el siglo IV de nuestra era. Anteriormente había servido como oficial en el imperio de Constantino I. Usó su elevada posición para difundir el cristianismo.[cita requerida]

Durante el reinado de Juliano el Apóstata fue un hereje arriano, cazando y persiguiendo monjes, religiosas y obispos, incluido San Atanasio de Alejandría. Sin embargo a través de la oración y debido al horror de las persecuciones Artemio se convirtió a la ortodoxia cristiana, apoyando la fe y volviéndose contra los paganos, incluido el emperador Juliano.2

Artemio fue decapitado en la ciudad de Antioquía en el año 363, a donde había sido llamado por el emperador Juliano por mala administración de su provincia. Los cargos provenían de su persecución de los paganos en Alejandría, y su uso de tropas en la captura y despojo del Templo de Serapis promovida por el obispo arriano Jorge de Laodicea. En base a su martirio es considerado santo. Su festividad se celebra el 20 de octubre.

MEDITACIÓN NUESTRA VIDA ES UNA PEREGRINACIÓN

I. El cielo es nuestra patria, la tierra es el lugar de nuestra peregrinaci6n o, más bien. de nuestro exilio. No hacemos más que pasar por este mundo, como un viajero pasa por la hostería; después de nuestra muerte ya no se piensa en nosotros. ¿Por qué, pues, amamos tanto este destierro? ¿Por qué tenemos tan poco amor por nuestra patria? Piensa a menudo en el cielo en donde Dios, que es tu Padre, te espera. Todos los días prepárate para la muerte en la cual desemboca el camino de esta vida.

II. Un viajero no se recarga de cosas inútiles, no edifica casa en los lugares por donde pasa, no se afana por aparecer con magnificencia en ellos. Estas riquezas, estos honores, te estorban y retrasan tu marcha. ¿Por qué tomar como estables los bienes de la tierra? En el cielo es donde debes edificar una morada y acumular tesoros, porque allí es donde debes habitar eternamente. El hombre es tanto más feliz en esta vida, cuanto más sabe aligerarse mediante la pobreza y no suspira tras el peso de las riquezas. (Minucio Félix).

III. Los lugares más agradables no retienen al viajero: atráele su patria con tantos encantos que todo el resto le fastidia. ¿Por qué te detienes tú en los placeres de esta vida? Piensa en los del cielo. Si Dios te envía aflicciones, es para que el mundo no te seduzca con sus atractivos. Sírvete del mundo, pero no te dejes encadenar por él. La vida es una hostería, no has entrado en ella sino para salir. (San Agustín).

El desapego a las riquezas
Orad por los peregrinos.

ORACIÓN

Haced, os lo suplicamos Señor, que avanzando a ejemplo de San Juan, en la ciencia de los santos, y dando testimonio como él de una gran misericordia para con el prójimo, obtengamos, por sus méritos, hallar gracia ante Vos. Por J. C. N. S. Amén

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San Vital de Salzburgo, obispo
†: c. 730 - país: Austria
otras formas del nombre: protector de niños y embarazadas.
canonización: culto local
hagiografía: Ökumenisches Heiligenlexikon
En Salzburgo, en Baviera, san Vital, obispo, el cual, originario de Hibernia, fue discípulo de san Ruperto, compañero en sus viajes e imitador de sus trabajos y vigilias, y, elegido sucesor suyo, convirtió a la fe de Cristo a la población de Pinsgau.

Vital era discípulo de san Ruperto, primer obispo de Salzburgo, y probablemente hacia el 718 le sucedió como obispo y abad del famoso monasterio de San Pedro. En particular, según la tradición, estuvo relacionado con la obra misionera en el Pinzgau, al sur de Salzburgo.

La tumba de san Vital estuvieron al principio en la Catedral de Salzburgo, y fueron durante la Edad Media una importante meta de peregrinación. En 1181 se tuvo que reconstruir la catedral y ocurrió un milagro en su tumba. El Papa Pío II autorizó, a mediados del siglo XV, el traslado de las reliquias a la iglesia abacial de San Pedro, donde se le realizó en 1497 una decoración tumbal por un llamado «Maestro Hans», considerado el testimonio plástico medieval más importante de Salzburgo. El Papa Urbano VIII aprobó en 1628 la celebración de misa y oficio en su honor en la diócesis, pero nunca fue oficialmente canonizado.

En la imagen: fresco de san Vital predicando en Pinzgau, en un techo de la badía de San Pedro.

fuente: Ökumenisches Heiligenlexikon
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San Caprasio, mártir
†: c. 303 - país: Francia
otras formas del nombre: Caprais
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Agen, en Aquitania, san Caprasio, mártir.
refieren a este santo: Santa Fe

Según la leyenda de Agen, san Caprasio fue el primer obispo de dicha ciudad. Cuando su grey se dispersó durante la persecución, el santo siguió administrando los sacramentos en los sitios en que los fieles se hallaban escondidos. Oculto en la colina de San Vicente, san Caprasio presenció el martirio de santa Fe y, viendo las maravillas que Dios obraba por medio de su sierva, descendió al sitio en que yacía el cadáver de la mártir y se enfrentó al prefecto Daciano. Cuando éste le preguntó quién era, Caprasio sólo dijo que un obispo cristiano. Daciano, impresionado por la juventud y apostura del santo, le prometió el favor imperial si abjuraba de la fe. Caprasio replicó que quería solamente vivir con Aquél a quien adoraba y que únicamente ambicionaba las riquezas imperecederas. El prefecto mandó a los verdugos que le torturasen; pero viendo que la constancia de Caprasio impresionaba mucho a los circunstantes, dio orden de conducirle a la prisión. Al día siguiente le condenó a muerte. En el camino al sitio de la ejecución Caprasio encontró a su madre, quien le exhortó a permanecer firme en la fe. Primo, Feliciano y Alberta, hermanos de Santa Fe, se unieron al mártir, y el gobernador no consiguió que se apartasen de él; entonces los condujo al templo de Diana para darles una última oportunidad de adorar a los dioses; como se rehusasen a ello, fueron decapitados con Caprasio. A la ejecución siguió una matanza general, ya que muchos cristianos se convirtieron al ver la constancia de los mártires y fueron apedreados por sus compatriotas o decapitados por los guardias.

Esta narración es puramente ficticia. Sin embargo, en el siglo VI había en Agen una iglesia consagrada a san Caprasio, quien fue sin duda un personaje histórico. Aunque en Agen se celebraba la fiesta de Alberta, Primo y Feliciano, lo más probable es que no hayan existido. No hay que confundir a estos Primo y Feliciano con los auténticos mártires romanos homónimos, cuya fiesta se celebra el 9 de junio.

En Acta Sanctorum, oct., vol. VIII, hay dos o tres textos diferentes de las actas, que funden en una sola las leyendas de san Caprasio y santa Fe. Mons. Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, pp. 144-146, opina que la fusión de las dos leyendas data del siglo IX. Cf. Saltet, Etude critique sur la Passion de Ste Foy et de St Caprais (1899). En la imagen: Martirio de san Caprasio, en el ábside de la Catedral de Agen.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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San Cornelio, santo del NT
fcanonización: bíblico
Conmemoración de san Cornelio, centurión, que en la ciudad de Cesarea de Palestina fue bautizado por el apóstol san Pedro, como primicia de la Iglesia de los gentiles.

Había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica, piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo y continuamente oraba a Dios.

Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía:
-«Cornelio»
Él le miró fijamente y lleno de espanto dijo:
-«¿Qué pasa, señor?»
Le respondió:
-«Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios. Ahora envía hombres a Joppe y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro. Este se hospeda en casa de un tal Simón, curtidor, que tiene la casa junto al mar.»
Apenas se fue el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso, de entre sus asistentes, les contó todo y los envió a Joppe.

Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro al terrado, sobre la hora sexta, para hacer oración. Sintió hambre y quiso comer. Mientras se lo preparaban le sobrevino un éxtasis, y vio los cielos abiertos y que bajaba hacia la tierra una cosa así como un gran lienzo, atado por las cuatro puntas. Dentro de él había toda suerte de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo. Y una voz le dijo:
-«Levántate, Pedro, sacrifica y come.»
Pedro contestó:
-«De ninguna manera, Señor; jamás he comido nada profano e impuro.»
La voz le dijo por segunda vez:
-«Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.»
Esto se repitió tres veces, e inmediatamente la cosa aquella fue elevada hacia el cielo.

Estaba Pedro perplejo pensando qué podría significar la visión que había visto, cuando los hombres enviados por Cornelio, después de preguntar por la casa de Simón, se presentaron en la puerta; llamaron y preguntaron si se hospedaba allí Simón, llamado Pedro. Estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu:
-«Ahí tienes unos hombres que te buscan. Baja, pues, al momento y vete con ellos sin vacilar, pues yo los he enviado.»
Pedro bajó donde ellos y les dijo:
-«Yo soy el que buscáis; ¿por qué motivo habéis venido?»
Ellos respondieron:
-«El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, reconocido como tal por el testimonio de toda la nación judía, ha recibido de un ángel santo el aviso de hacerte venir a su casa y de escuchar lo que tú digas.»
Entonces les invitó a entrar y les dio hospedaje. Al día siguiente se levantó y se fue con ellos; le acompañaron algunos hermanos de Joppe.

Al siguiente día entró en Cesarea. Cornelio los estaba esperando. Había reunido a sus parientes y a los amigos íntimos. Cuando Pedro entraba salió Cornelio a su encuentro y cayó postrado a sus pies. Pedro le levantó diciéndole:
-«Levántate, que también yo soy un hombre.»
Y conversando con él entró y encontró a muchos reunidos. Y les dijo:
-«Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado Dios que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre. Por eso al ser llamado he venido sin dudar. Os pregunto, pues, por qué motivo me habéis enviado a llamar.»
Cornelio contestó:
-«Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo haciendo la oración de nona en mi casa, y de pronto se presentó delante de mí un varón con vestidos resplandecientes, y me dijo: 'Cornelio, tu oración ha sido oída y se han recordado tus limosnas ante Dios; envía, pues, a Joppe y haz llamar a Simón, llamado Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar'. Al instante mandé enviados donde ti, y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros, en la presencia de Dios, estamos dispuestos para escuchar todo lo que te ha sido ordenado por el Señor.»
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo:
-«Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato. Él ha enviado su Palabra a los hijos de Israel, anunciándoles la Buena Nueva de la paz por medio de Jesucristo que es el Señor de todos. Vosotros sabéis lo sucedido en toda Judea, comenzando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo; cómo Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Dios estaba con él; y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén; a quien llegaron a matar colgándole de un madero; a éste, Dios le resucitó al tercer día y le concedió la gracia de aparecerse, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos. Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos. De éste todos los profetas dan testimonio de que todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdón de los pecados.»

Estaba Pedro diciendo estas cosas cuando el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la Palabra. Y los fieles circuncisos que habían venido con Pedro quedaron atónitos al ver que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, pues les oían hablar en lenguas y glorificar a Dios. Entonces Pedro dijo:
-«¿Acaso puede alguno negar el agua del bautismo a éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?»
Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se quedase algunos días.

Ninguna mejor hagiografía de Cornelio que esta pieza tomada de Hechos de los Apóstoles, capítulo 10, el hermoso fragmento que da inicio a la evangelización de los gentiles. El cuadro que ilustra es el Bautismo de Cornelio, por Michel Corneille I, año 1650 aprox.
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Jakob Kern, Beato-Sacerdote
Por: | Fuente: Vatican.va

Francisco Alejandro Kern, nació en Viena, Austria, el 11 de abril de 1897, provenía de una modesta familia vienesa de obreros. La primera guerra mundial le impidió bruscamente proseguir sus estudios en el seminario menor de Hollabrunn.

Una grave herida de guerra convirtió en un calvario, como él mismo decía, su breve existencia terrena en el seminario mayor y en el monasterio de Ceras.

Por amor a Cristo no se aferró a la vida, sino que la ofreció conscientemente por los demás. En un primer momento quería ser sacerdote diocesano. Pero un acontecimiento le hizo cambiar de camino. Cuando un religioso premonstratense abandonó el convento, afiliándose a la Iglesia nacional checa que se había formado tras la reciente separación de Roma, Jakob Kern descubrió su vocación en este triste evento. Quiso reparar la acción del aquel religioso. Jakob Kern ocupó su lugar en el monasterio de Geras.

Su enfermedad, sin embargo, progresó cruelmente. Durante la estación de Pascua de 1923 contrajo influenza, sus heridas de guerra descargaban pus. Como una consecuencia una costilla debió ser extraida. Debido a su condición debilitada los doctores tenían que operar sin anestesia. El paciente soportó el dolor con conciencia llena y incluso se disculpó al cirujano por causar tanto problema.

Pareció recuperarse después de una corta estancia en Meran, pero sus pulmones se deterioraron rápidamente. Su profesión solemne estaba fijada pra el 20 de octubre de 1924, pero una nueva cirugía se programó para ese mismo día. Al recibir la sagrada comunión el día preiva a su operación dijo: "Mañana será mi última sagrada comunión. Yo celebraré mi profesión solemne en cielo". Él murió durante la cirugía y fue enterrado en Geras cinco días despues.

El beato Jakob Kern se nos presenta como testigo de la fidelidad al sacerdocio. Al inicio era un deseo de infancia que se expresaba imitando al sacerdote en el altar. Sucesivamente, el deseo maduró. A través de la purificación del dolor, apareció el profundo significado de su vocación sacerdotal: unir su vida al sacrificio de Cristo en la cruz y ofrecerla en sustitución por la salvación de los demás.

Fue beatificado por Su Santidad, Juan Pablo II, el 21 de Junio de 1998
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Jacobo de Strepa, Beato-Obispo
Por: | Fuente: Franciscanos.net

Jacobo de Strepa, de noble familia polaca, nació hacia 1340. Muy joven ingresó en la Orden de los Hermanos Menores. Por muchos años ejerció el ministerio en Rusia, fue vicario general de aquella misión y trabajó activamente por la unidad de los cristianos. Elegido obispo de Halicz, cuya sede metropolitana fue luego trasladada a Leópoli.

Como obispo y pastor de almas, Jacobo de Strepa se consagró por entero a las necesidades de la diócesis y se mostró modelo perfecto del pastor de almas. En muchos distritos el número de las iglesias era insuficiente para las necesidades de la población, para remediarlo, hizo construir nuevas iglesias, erigió nuevas parroquias y colocó allí sacerdotes de probado celo. Fundó también casas religiosas para multiplicar los medios de santificación, edificó hospitales, proveyó a los pobres con largueza y generosidad. Las rentas de su obispado eran enteramente destinadas al mantenimiento de los lugares de culto y a la caridad y beneficencia para con los pobres y necesitados.

El celoso pastor se esforzó por infundir la fe en los fieles con prácticas de devoción que produjeron frutos abundantes de santidad. Amó con tierno y filial afecto a la Santísima Virgen. En su escudo episcopal colocó la imagen de la Madre de Dios que también había hecho esculpir en su anillo pastoral. Difundió ampliamente el culto a la Santísima Virgen. Todas las tardes el pueblo se reunía en las iglesias para rezar el Rosario y otras oraciones a la Virgen. La Eucaristía fue el centro irradiador de toda su vida. En Leópoli instituyó la adoración perpetua. Tuvo la alegría de ver reflorecer en su diócesis la piedad y la moral.

Recorrió su extensa diócesis a pie, vestido con el hábito franciscano, sembrando en su camino la palabra de Dios, uniendo a su apostolado activo una vida de austeridad y de penitencia. Nombrado senador en el consejo de su patria, dio sabios consejos e hizo tomar importantes y útiles decisiones. Por su interés se frenaron en el territorio polaco las incursiones de los bárbaros, los enemigos fueron rechazados. Después de 19 años de dinámico episcopado el Beato Jaime fue a recibir el premio de sus trabajos. Murió el 20 de octubre de 1409. Por sus excepcionales méritos civiles fue proclamado defensor y custodio de su patria. Fue sepultado en la iglesia de los franciscanos de Leópoli, vestido con el hábito religioso y con las insignias pontificales. En su tumba se produjeron milagros. Su culto se difundió en Polonia, Lituania y Rusia, de donde en un tiempo venían numerosos peregrinos para invocar su protección. En su exhumación realizada en 1419, su cuerpo fue encontrado incorrupto.

Su culto fue aprobado por Pio VI el 11 de septiembre de 1790
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Aurora, Santa

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Etimológicamente significa “ “brillante”. Viene de la lengua latina y tiene un origen indo-europeo.

Muchas veces es importante buscar la vida de los santos. Cuando se está en sintonía con ellos y ellas, los proyectos de nuestra vida adquieren un matiz nuevo y hasta un bello encanto.

Ellos no son seres lejanos, sino muy cercanos. Con el ejemplo de sus virtudes nos animan cada día a proseguir nuestro camino por la conquista de la santidad que, al fin y al cabo, es la mejor carta de identidad, la mejor credencial para presentarse ante Dios, cuando al final de nuestra existencia, él nos juzgue por el amor y la entrega.

Y justamente la fiesta de santa Aurora o Orora se celebra el día 20 de octubre según consta en los diversos santorales que he consultado. Un mes bello del otoño en que quizá el brillo del sol adquiere una belleza distinta.

La fecha y o el origen de esta santa permanece desconocido.
Lo que sí se sabe es que muy venerada en la preciosa Isla le Man ( en sur de Inglaterra).
Es una pena que su historia se haya perdido por causa de las invasiones y la guerras..

No obstante, lo que hay de cierto es que el Obispo Mark de Sodor celebró un sínodo en la iglesia de san Bradan y Aurora en el año 1291.

Más tarde, en el siglo XVI, los benedictinos escribieron notas acerca de la bella iglesia situada en la sin par Isla le Man, con el fin de que todo el mundo supiese algo de la historia de esta joven y de la gran devoción que por ella sentían los habitantes de es lugar paradisíaco.
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Leopardo, Santo-Obispo
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Etimológicamente significa “ león atrevido”. Viene de la lengua alemana.

Jesús dice: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”.

Leopardo fue obispo en el siglo V.
Hay dos santos con el nombre de Leopardo y otro con el de Leopardino.

El primer Leopardo importante fue aquel que estuvo relacionado con la ciudad encantadora de Aquisgrán, capital de Carlomagno y en la que fue coronado.

El segundo Leopardo es el patrono de la ciudad de Osimo, y a él está dedicada la catedral, románica aunque con reminiscencias antiguas del siglo VII.

Es probable que la catedral ocupe ahora el lugar que antes ocupaba el Capitolio de la antigua Auximium romana con las termas y el templo dedicados a Igea y Esculapio, las dos divinidades paganas encargadas de la salud delos habitantes.

El culto a san Leopeardo de Osimo es antiguo. Se remonta al menos al año mil.

Vivió en el siglo V en tiempos del Papa Inocencio I y de los emperadores Valentinaino y Teodosio.

Aunque hoy sea muy raro este nombre y nadie , en la práctica, lo lleve, sin embargo, en aquellos tiempos era la cosa más normal del mundo que se pusiera a los hijos en la región de Osimo, Italia.
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María Bertila, Santa
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Etimológicamente significa “ princesa de las aguas”, en lengua siria; “espejo” en lengua hebrea.

Muchos cristianos que viven la fe desde fuera, sólo hacen una cosa: criticar a la Iglesia y, sin embargo, no se mojan nada por mejorarla y por ser santos. Ella n o tiene necesidad de criticones baratos, sino de personas que crezcan en los valores evangélicos.

Este joven nació en 1888 en Vicenza, Italia, y murió en Treviso el 20 de octubre de 1922.
Tuvo un infancia desgraciada. Su padre era violento, celoso, borracho. Cuando no tenía clases, trabajaba de empleada en una familia cercana..

Cansada de esta vida, pidió entrar en el convento de las “Hermanas del sagrado Corazón”.

Nada más que entrar le dijo a su maestra de novicias que ella quería ser santa.

La pusieron a trabajar en la cocina y en el lavadero. Al año siguiente la enviaron a estudiar enfermería en el hospital, pero no le prestó atención su nueva superiora, y le mandó otra vez a la cocina.

En 1907 le dieron un nuevo trabajo: ayudar a los niños que tuviesen la difteria. Los cuidó con amor a ellos y a muchos enfermos más.

Llamaba la atención de todo el mundo, empezando por el capellán por lo bien que trató a los soldados heridos.

Y de nuevo la enviaron al lavadero para humillarla. Menos mal que entró una Superiora General nueva y la entendió muy bien.

Pero, con tanto trabajo, su salud se resquebrajó en 1922. Su trabajo y su devoción, su amor a todos y su entrega ilimitada a la obediencia, le granjearon el cariño de todos los que la trataban. Alguien dijo de ella:"Era un alma elegida y de una bondad heroica, un ángel consolador del sufrimiento humano".

Su tumba se convirtió en un lugar de peregrinaciones y milagros.
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Irene de Tancor, Santa-Religiosa
Por: P. Felipe Santos | Fuente:

Etimología: Irene = Aquella que trae la paz. Viene de la lengua griega.

La historia nos dice que esta joven era muy bella y piadosa. Sin orgullo por los dones físicos que Dios le había concedido, ella se dedicó a darle gracias por ellos y a vivir una intimidad muy estrecha con el Señor.
No le apetecía presentarse a un concurso de “mises”. Su mejor cualidad residía en su fuerza interior, sí esa que mueve el Espíritu Santo en los corazones.

Nació en el lejano siglo VII en la región de Tancor que, más tarde, se llamaría Portugal.
La época no le fue muy propicia para vivir en paz. Los musulmanes dominaban ampliamente toda la zona. Ella, sin en embargo, hija de padres cristianos, recibió una esmerada educación en el monasterio.

Una vez que hubo terminado sus estudios, volvió a casa con la intención clara de dedicarse a la vida religiosa.
Dicen sus biografías que rezaba mucho en casa. Apenas salía. Eso sí, la única salida que hacía era para ir a la Misa.

Un apuesto joven puso los ojos en ella y se enamoró locamente de sus encantos.
Cuando ella le comunicó que había hecho voto de virginidad, sintió el joven una gran pena en su corazón enamorado.

Al principio lo aceptó más o menos bien. Pero a medida que pasaban los días, su mente y su vida entera maquinaban lo peor.
Y efectivamente, el chico le pagó a un criminal una cantidad de dinero para que le diese muerte. Cuando su cuerpo joven cayó a tierra sin vida, lo arrojó al río Tajo.

Un tío de Irene se enteró del vil asesinato. Fue corriendo a las riberas del río para encontrar su cadáver y llevarlo en procesión al monasterio.
Hoy se conoce esta ciudad con el nombre de Santarén (Santa Irene). Es un nombre muy popular en España y Portugal. Murió en el año 653.
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Honorio de Canterbury, Santo-Obispo
Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Martirologio Romano: En Canterbury, en el condado de Kent, en Inglaterra, san Honorio, obispo, antes monje romano, enviado por el papa san Gregorio I Magno como compañero de san Agustín para evangelizar Inglaterra, a quien sucedió, finalmente, en la sede episcopal (653).

Etimología: Honorio = que recibe dones. Viene de la lengua griega.

Este prelado era romano por nacimiento y monje por vocación. San Gregorio el Grande, que conocía las virtudes, la destreza y la sabiduría de Honorio en las ciencias santas, le eligió para que formase parte del grupo de misioneros que envió para evangelizar a los ingleses, aunque no se sabe si Honorio llego con el primer grupo que acompañaba a San Agustín o hizo el viaje más tarde. A la muerte de San Justo, en 627, se eligió a Honorio como obispo de Canterbury. San Paulino, obispo de York, le consagró en Lincoln y, poco después, recibió el palio que le enviaba el Papa Honorio I junto con una carta en que el Santo Padre mandaba que, en caso de que alguna de las dos sedes: la de Canterbury o la de York, quedase sin su titular, el otro obispo debería consagrar a la persona elegida para ocupar la sede vacante, "en vista", decía el Pontífice, "de la enorme distancia de tierra y de mar que nos separa de vosotros." A fin de confirmar aquella delegación de los poderes patriarcales para consagrar obispos, el Santo Padre envió también un palio al obispo de York.

Honorio, el nuevo arzobispo, comprobó con júbilo creciente que la fe de Cristo se extendía, a diario, hacia todos los rincones de las islas y que el espíritu del Evangelio se arraigaba en los corazones de numerosos siervos de Dios. Su propio celo y su ejemplo contribuyeron grandemente a esos progresos, durante los veinticinco años en que ejerció su episcopado.

Uno de sus primeros actos y de los más importantes fue el de consagrar al burgundio San Félix como obispo de Dunwich y enviarlo en una misión destinada a convertir a los anglos del oriente. Tras la muerte del rey Edwin en el campo de batalla, su vencedor, el "cadwallon" de Gales, "con una crueldad peor que la de cualquier pagano", como dice San Beda, "resolvió exterminar a todos los ingleses en las Islas Británicas" y comenzó por hacer una incursión devastadora y sangrienta en Nortumbría. Fue entonces cuando San Paulino huyó junto con la reina Etelburga, y ambos recibieron, con San Honorio, generosa hospitalidad. Pasado el peligro, Honorio designó a San Paulino para que ocupase la sede vacante de Rochester. A la muerte de San Paulino, precisamente en Rochester, en el 644, Honorio consagró en su lugar a San Ithamar, un sacerdote de Kent que fue el primer obispo inglés.

El 30 de septiembre de 653, murió San Honorio y fue sepultado en la iglesia de la abadía de San Pedro y San Pablo en Canterbury. A este santo se le nombra en el Martirologio Romano y se le conmemora en la diócesis de Southwark y de Nottingham
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San Aderaldo, diácono
†: c. 1002 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: Santi e Beati
Cerca de Troyes, junto al Sena, en la Galia, san Aderaldo, arcediano, que con sus palabras y sus ejemplos ilustró la regla canonical, incluso durante su encarcelamiento entre los sarracenos en Tierra Santa.
Se puede intentar una reconstrucción de la vida de Alderaldo, localizando los elementos legendarios de la tradición manuscrita en un período histórico indicado -aunque sólo aproximadamente- por un documento de donación redactado en Montierender. Su «Vita», de hecho, se reduce a un panegírico plagado de luegares comunes y exhortaciones al buen obrar; falta cualquier clase de precisión histórica en cuanto al relato en sí mismo, y cualquier indicio que permita individualizar las fuentes y el hagiógrafo del que se sirvió. Alderaldo es también recordado en las crónicas de san Mariano de Auxerre y de san Pedro de Sens. Probablemente vivió hacia el siglo X.

Según la mencionada «Vita», Alderaldo, nacido en las cercanías de Troyes de una familia acomodada, habría sido educado en un monasterio y, más tarde, habría llegado a ser canónigo de la iglesia local de San Pedro. Entre el 982 y el 991, el obispo Manasés nombró a Alderaldo Arcidiácono (Arcediano), puesto que su firma seguida de este título aparece en el señalado documento de Montierender.

El santo introdujo radicales reformas en los monasterios de la diócesis de Troyes, donde, en vez de un vida ascética y recogida, se ocupaban del comercio y las ganancias. Luego Alderaldo partió en peregrinación a Tierra Santa, y consiguió huír de la captura de los piratas berberiscos, aunque cayó en manos de los turcos, que lo sometieron a toda clase de torturas para obligarlo a infringir las reglas. Pero Alderaldo no rompió la observancia, y resistió valientemente toda presión. Tenía particularmente en el corazón la costumbre del silencio tras el rezo de Completas.

Visitó Palestina, y volvió luego a Troyes por tierra, recolectando numerosas reliquias, incluyendo un supuesto fragmento del santo sepulcro, que llevaban los mercaderes de la época. Alderaldo, para custodiar la preciosa reliquia, edificó en Samblières, localidad distante 12 km de Troyes, un santuario en torno al cual surgió en seguida una ciudad, que compartió con el monasterio el nombre de Santo Sepulcro hasta 1673 (en que recibió su nombre actual de Villacerf). La custodia del santuario fue confiada a los monjes cistercienses de Cluny. Entre ellos murió Alderaldo, y fue sepultado en el 1002 (1004 o 1005, según otros).

El culto de Alderaldo se extendió por la diócesis entera de Troyes, de lo que hay allí numerosos testimonios, a partir del siglo XIII; la fiesta era celebrada el 20 de octubre. En el siglo XVII las reliquias del santo fueron trasladadas a la iglesia parroquial de Villecerf, donde a inicios del siglo XIX le fue dedicado un monumento.

Traducido para ETF de un artículo de María Voctoria Brandi en Enciclopedia dei Santi.

fuente: Santi e Beati
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San Andrés «in Crisi» o «Calibita», monje mártir
†: 767 - país: Turquía
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Constantinopla, san Andrés, llamado «in Crisi» o «Calibita», monje y mártir, el cual, nacido en la isla de Creta, por defender el culto de las santas imágenes, en tiempo del emperador Constantino Coprónimo fue flagelado, torturado hasta la muerte y arrojado desde lo alto de la muralla.
refieren a este santo: San Andrés de Creta
San Andrés era cretense; sin embargo, para distinguir a este mártir del otro san Andrés de Creta, obispo muerto unos veinticinco años antes, se le llama «el Calibita» o «in Crisi», por el sitio donde fue sepultado. Cuando el emperador Constantino V Coprónimo desató la campaña contra las sagradas imágenes, san Andrés se transladó a Constantinopla para participar en la lucha. En cierta ocasión en que el propio emperador asistió en persona a la tortura de unos cristianos, san Andrés protestó violentamente en público; en seguida fue llevado a la presencia del emperador, quien le acusó de idólatra. san Andrés, por su parte, calificó a Constantino de hereje. Al punto, los presentes se arrojaron sobre él y le golpearon. Cuando los guardias le conducían, cubierto de sangre, a la prisión, Andrés gritó todavía al emperador «¡Ved cuán poco podéis contra la fe!» al día siguiente, defendió de nuevo el culto a las sagradas imágenes ante el emperador, quien le mandó azotar otra vez y recorrer las calles de la ciudad para escarmiento público. Un fanático iconoclasta aprovechó la ocasión para apuñalar al mártir, quien falleció en la Plaza del Buey. Su cadáver fue a rrojado a una cloaca; pero los cristianos lo rescataron y le dieron sepultura en un sitio próximo, llamado Krisis, donde se construyó más tarde el monasterio de San Andrés.

La afirmación de Teófanes el Confesor de que San Andrés había sido anacoreta parece ser errónea. Existen dos versiones de las actas, aparentemente independientes entre sí; ambas se hallan en Acta Sanctorum, oct., vol. VIII. Véase también J. Pargoire, en Echos D'Orient vol. XIII (1910), pp. 84-86.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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