Santoral del 20 de Noviembre



INDICE

María Fortunata Viti, Beata Monja
Ambrosio Traversari, Beato Monje Camaldulense
San CIPRIANO DE CALAMIZZI
Bernardo de Hildesheim, Santo
Edmundo, Santo Mártir
Adventor, Santo Mártir
Felix de Valois, SantoTrinitario
Gregorio del Decapolita, Santo Monje
Milagros Ortells Gimeno, BeataVirgen y Mártir
San Francisco Javier Can, catequista mártir Mártir
San Teonesto, mártir
Santos Octavio, Solutor y Adventor, mártires
San Dasio, mártir

SAN FÉLIX DE VALOIS, Confesor
Aquellos a quienes Dios tiene previstos,
también los predestinó para ser conformes a la imagen de su Hijo
(Romanos 8, 29)

Según las tradiciones de la Orden de la Merced, San Félix de Valois, nacido en 1127 y educado por San Bernardo, dio muestras desde su más tierna infancia de una gran caridad para con los pobres, hasta el extremo de despojarse de sus vestiduras para vestirlos con ellas. Ordenose de sacerdote y, después de su primera misa, se retiró a la soledad. Allí fue donde San Juan de Mata fue a buscarlo por inspiración divina, para trabajar con él en la fundación de la Orden de la Redención de los cautivos. La Santísima Virgen lo honró a menudo con sus visitas; un ángel le advirtió sobre la hora de su muerte, que acaeció el año 1212, a edad muy avanzada.

MEDITACIÓN SOBRE LA IMITACIÓN DE JESUCRISTO

I. Jesús llevó una vida humilde y escondida en la casa de San José. La obediencia, la humildad y el amor a la soledad, tales fueron las virtudes con las cuales se preparó para la predicación del Evangelio; tales son también las virtudes que debemos practicar siguiendo su ejemplo. Oh mi divino Maestro, ¿cómo amaría yo el retiro, la humildad y la obediencia? ¡Quisiera aparecer siempre con brillo, mandar siempre y nunca obedecer! ¿Es esto imitaros?

II. Jesús salió de esta vida oculta para trabajar en la salvación de los hombres; pero los hombres le devolvieron mal por bien y lo cargaron de oprobios. Si quieres caminar por las huellas de Jesús, prepárate a recibir ultrajes de aquellos mismos por cuya salvación trabajes. No te quejes; no eres mejor que Jesucristo; ¡Él fue llevado a la muerte por aquéllos a quienes quería conducir al cielo! Cuando sufras, di con San Ignacio, mártir, cuando se vio encadenado: Ahora comienzo a convertirme en discípulo de Jesucristo.

III. Mira, en fin, a Jesús en el Calvario: allí nos ha dado el último y más útil ejemplo de paciencia. Yo quiero contemplarte todo el resto de mi vida, oh Amor mío crucificado; ¿de qué habría de afligirme viéndote en la cruz? ¿qué habría de temer considerando que has muerto por mí? Si rehúsas los sufrimientos, ¿por qué desear el cielo? Dios castiga a todo hijo que destina a su reino; ¡ni siquiera ha perdonado a su Unigénito! (San Agustín).

La meditación de la Pasión.
Orad por la conversión de los infieles.

ORACIÓN

Oh Dios, que os habéis dignado llamar milagrosamente a San Félix, vuestro confesor, en su soledad para el santo empleo del rescate de los cautivos, haced benignamente que,
libres por vuestra gracia de la servidumbre de nuestros pecados, lleguemos a la patria celestial. Por J. C. N. S.


San Crispín de Écija, obispo y mártir.
fecha: 20 de noviembre
fecha en el calendario anterior: 19 de noviembre
†: s. III - país: España
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En la población de Écija, en la provincia hispánica de la Bética, san Crispín, obispo y mártir.

El anterior Martirologio Romano especificaba que este santo alcanzó el martirio por decapitación. El actual se limita a llamarlo obispo y mártir y situar su martirio en la ciudad de Écija. Se encuentra su memoria desde antiguo en la liturgia mozárabe, en la cual se conserva un himno que es testigo de la antigua tradición según la cual padeció varios tormentos antes de ser decapitado. Su sepulcro se conservó en Écija hasta que se extinguió el cristianismo con la entrada de los almohades (siglo XII) y hubo en esa ciudad un obispado a lo largo de las épocas visigoda y mozárabe que se supone encabezado en la época de las persecuciones romanas por este san Crispín. El elogio del Martirologio de Adón lo conmemora así: «San Crispín, obispo y mártir en la ciudad astiagense, el cual, siendo prelado de aquella iglesia y predicando la fe cristiana, fue preso por los gentiles y, conminado a que sacrificase a los ídolos, como de ningún modo cedía, alcanzó la corona del martirio, siendo decapitado el 19 de noviembre». La archidiócesis de Sevilla, a la que ahora pertenece Écija -cuyo obispado no fue restaurado cuando la reconquista castellana del siglo XIII-, celebra la memoria de este santo en este día.

La imagen (en realidad de cuerpo entero, pero de la que sólo mostramos el busto para que se aprecie mejor el detalle del rostro) se venera en la parroquia de Santa Cruz, en Écija.

fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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San Dasio, mártir.

fecha: 20 de noviembre
†: s. IV - país: Bulgaria
otras formas del nombre: Dacio de Doróstoro
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Silistra, de Mesia, san Dasio, mártir.
Treinta días antes de la fiesta de las «Saturnalia», que tenía lugar en invierno, el ejército romano solía elegir a un «rey de las fiestas». Éstas degeneraban siempre en los peores excesos y terminaban con el sacrificio del «rey» a Cronos. La guarnición de Durostorum (la actual Silistria, en Bulgaria), eligió en el año 303 a un soldado llamado Dacio. Él, que era cristiano y sabía lo que la elección significaba, se negó a aceptarla, alegando que, si de todos modos le esperaba la muerte, prefería morir por ser cristiano. Inmediatamente fue llevado ante el lagado Basso, quien le exhortó a renunciar a la fe o, por lo menos, a ofrecer sacrificios a las estatuas de los emperadores, recordándole que como soldado tenía obligación de obedecer. Pero Dacio permaneció firme en la fe y fue decapitado. Sus presuntas reliquias se hallan en Ancona. Según se dice, fueron trasladadas a ese sitio en la segunda mitad del siglo VI para salvarlas de las invasiones de los ávaros.

Las actas griegas de Dacio, publicadas por primera vez por Franz Cumont en Analecta Bollandiana, vol. XVI (1897), pp. 5-11, provocaron gran interés y dieron lugar a juicios muy diversos. Unos autores las consideran como absolutamente auténticas, en tanto que otros ven en ellas una leyenda moralizante sobre el tema de la muerte de un mártir. Delehaye (Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 609-610, y Les passions des martyrs ... , 1921, pp. 321-328) ha estudiado muy a fondo la cuestión, sin olvidar las opiniones que difieren de la suya. Según dicho autor, es imposible determinar si Dacio era realmente soldado y si murió en Durostorum y no en Heraclea. Acerca de la inscripción de Ancona, véase G. Mercati, en Rendiconti dell'Accademia Pontificia di Archeologia, vol. IV, pp. 59-71.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Santos Octavio, Solutor y Adventor, mártires.

fecha: 20 de noviembre
fecha en el calendario anterior: 22 de septiembre
†: s. IV - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
En Turín, de la Liguria, santos Octavio, Solutor y Adventor, mártires.
refieren a este santo: Santos Mauricio, Exuperio, Cándido, Víctor y compañeros de la Legión Tebea, Santos Urso y Víctor

«Así como debemos, hermanos, celebrar con gran devoción a todos los santos mártires, debemos tratar con veneración más solemne a los que derramaron su sangre entre nuestras casas. Porque si bien todos los santos están presentes en todas partes y para todos, los que han sufrido el suplicio por nosotros son nuestros especiales intercesores...»

Así comienza el Sermón 12 de san Máximo de Turín en el que evoca los tres mártires turineses Octavio, Adventor y Solutor. Lamentablemente, no da en el sermón ningún dato concreto con el que podamos situar mejor los santos en la histroia, ni enterarnos de detalles concretos de su gesta por la fe; san Máximo pronuncia su sermón recién entrado el siglo IV: para él y sus oyentes la historia de estos mártires no era algo tan lejano, y seguramente no era desconocida, pero por ese mismo motivo lo quedó para nosotros, que sólo podemos en la actualidad asegurar que existieron y dieron su vida por nuestra fe, porque así fue atestiguado de forma ininterrumpida.

Una leyenda posterior nos dice que estos tres santos formaban parte de la gloriosa Legión tebea o tebana. Nos cuenta Butler que, según esta misma leyenda, «[...] los pocos miembros de la legión que no fueron exterminados en la matanza general por haberse hallado ausentes en aquellos momentos, como San Alejandro de Bérgamo, los santos Octavio, Adventor y Solutor, en Turín, y San Gereón, en Colonia, fueron igualmente localizados y muertos por su fe. [...]». Debe tenerse presente, de todos modos, que la pertenencia a la Legión es incierta, y puede deberse el dato a la mera necesidad popular de rellenar un hueco del saber, como ocurrió tantas veces en las historias de vida que se le atribuyeron a los santos. Si tuvieron alguna relación con la Legión Tebea, su martirio tuvo lugar en torno al 302, en la persecución de Maximiano.

Según tradiciones locales turinesas, Octavio y Adventor fueron muertos en Turín, mientras que Solutor huyó, pero fue atrapado y muerto; una piadosa matrona romana de Ivrea hizo transportar el cuerpo de nuevo a Turín, y dio sepultura a los tres juntos, quedando señalado el lugar con una capilla. A partir de allí, la tradición de sucesivas iglesias es ininterrumpida: en 490 se amplía el templo, en 1009 se construye allí mismo un monasterio benedictino. Luego, en 1536 las reliquias son trasladadas a la Conssolata de Turín, hasta que en 1619 se construye en la misma ciudad la iglesia De Los Santos Mártires, donde reposan hasta la actualidad.

Basado en un artículo de Fabio Arduino en Santi e beati.

Abel Della Costa
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San Teonesto, mártir.

fecha: 20 de noviembre
†: c. 313 - país: Italia
canonización: culto local
hagiografía: Santi e Beati
En Vercelli, también en la Liguria, san Teonesto, mártir, en cuyo honor edificó san Eusebio una basílica.

La única fuente antigua que recuerda a san Teonesto es la vida del santo obispo vercellés Eusebio, en la cual se dice que el obispo quería ser sepultado junto a las reliquias del mártir, veneradas en un pequeño santuario en la zona sepulcral fuera de los muros de la ciudad de Vercelli. Sólo hay esta noticia para averiguar la identidad del santo, desconocido de cualquier otra fuente hagiográfica. El texto de la «Vita Eusebii», escrito hacia el siglo VIII -por tanto ya lejano de los hechos que narra-, afirma que Eusebio había erigido él mismo ese santuario en el que reposaban los restos del mártir, lugar que fue luego engrandecido y transformado, a fines del siglo IV, en la primer basílica eusebiana. Cuando, a finales del siglo XVI, la estructura de la iglesia fue progresivamente demolida para dejar el puesto a la actual catedral, se encontraron nuevamente los sepulcros del santo obispo y de Teonesto, uno junto a otro, tal como transmitía la noticia el deseo de Eusebio. Sobre la tumba del mártir una inscripción cruciforme, luego perdida, indicaba «S. MARTIR THEONESTUS», que podría situarse en la época eusebiana.

Si tal datación es correcta, se podría afirmar que el santo era un miembro de la primitiva comunidad vercellesa, anterior a Eusebio y quizás anterior a la paz constantiniana, que testimonió la fe con el sacrificio de su propia vida. Después de su muerte los restos fueron sepultados en un cementerio donde se enterraban cristianos y paganos, sin particular distinción; la inscripción deja suponer que la tumba contenía no sólo reliquias sino el cuerpo entero del mártir, lo que sólo podría confirmarse analizando los restos atribuidos a Teonesto, hoy en un nicho bajo el altar mayor de la llamada «Madonna dello schiaffo», en la catedral de Vercelli.

En la ciudad y diócesis de Vercelli, Teonesto, aunque es celebrado litúrgicamente el 20 de noviembre, no goza de un especial culto popular, al punto que su iconografía es inexistente, y su nombre no está asociado a ningún patronato en especial, aunque paradójicamente la autenticidad de su memoria cultual tiene tan sólidas, aunque escasas, garantías de credibilidad histórica.

Traducido y resumido para ETF de un artículo de Damiano Pomi.

fuente: Santi e Beati
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San Francisco Javier Can, catequista mártir.

fecha: 20 de noviembre
n.: c. 1803 - †: 1837 - país: Vietnam
canonización: B: León XIII 27 may 1900 - C: Juan Pablo II 19 jun 1988
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Hanoi, en Tonkin, san Francisco Javier Can, mártir, que, siendo catequista, a causa de su fe fue estrangulado y decapitado en tiempo del emperador Minh Mang.Ver más información en:
117 mártires de la persecución en Vietnam (1740 a 1883)
Este santo mártir vietnamita nació en Son-Mieng el año 1803. Era persona culta, estaba casado, y se ofreció para catequista, siéndole encargada la catequesis de la comunidad cristiana de Ké-Vinh. Su martirio se produjo al aceptar el encargo del vicario apostólico, mons. Pedro Andrés Retord, de llevar una carta a la comunidad cristiana de Ké-Vac, que tenía problemas por el odio que le profesaba la parte pagana de la población. No hizo más que llegar cuando el jefe del grupo pagano lo arrestó, lo tuvo dos días preso y lo llevó luego al mandarín de Thanh-Dai. Éste le mostró varios objetos religiosos cristianos y le dijo que los reconociese como suyos, pero como no lo eran se negó a hacerlo. Entonces lo desnudaron, le pusieron una canga y, tendido en el suelo, le dieron una fuerte paliza con cañas de bambú. Recibida la paliza, el mandarín lo invitó a que pisoteara los objetos religiosos como señal de apostasía del cristianismo y lo dejaría en libertad, pero el mártir se negó. Fue enviado entonces a Hanoi, donde se le insistió a la apostasía. Su propia mujer fue a pedirle que apostatara para salvarse. Pero él perseveró firme en la confesión de fe. Se le condenó a muerte y se sometió al rey la confirmación de la sentencia. Mientras tanto fue dejado en la cárcel, donde padeció muchísimo, aunque lo sobrellevó con paciencia. Llegada la confirmación, el mandarín le propuso que pisoteara una cruz en forma de aspa y sin crucifijo como modo de salvarse, pero él dijo que su gesto sería tomado y presentado como apostasía y que no podía hacerlo. El mandarín admiró y elogió la fidelidad del mártir. Estaba ya en el cepo con el lazo al cuello cuando habló para pedir a los fieles presentes que lo encomendasen al Señor y que fueran firmes en la fe. Una vez más se le invitó a salvarse pisando la cruz, pero él se hegó, por lo que fue estrangulado y decapitado. Su martirio tuvo lugar el 20 de noviembre de 1837. Fue canonizado el 19 de junio de 1988 por el papa Juan Pablo II.

fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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Beata María de los Milagros Ortells Gimeno, virgen y mártir (1127-1212).
n.: 1882 - †: 1936 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 11 mar 2001
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En el Picadero de Paterna, también en la región de Valencia, en España, beata María de los Milagros Ortells Gimeno, virgen de la Orden de las Clarisas Capuchinas y mártir en testimonio de Cristo durante la citada persecución.

Nace en la ciudad de Valencia el 29 de noviembre de 1882, tercera y última hija de sus padres, y es bautizada al día siguiente en la parroquia de San Juan Bautista. Siendo muy devoto el ambiente en el que se educó, ella fue abierta a esta educación cristiana y desde pequeña mostró una gran inclinación a la religiosidad. Llegada a la juventud manifestó a su madre el deseo de ser capuchina, pero la madre la invitaba a entrar en una congregación de vida activa, a lo que Milagros respondió que deseaba ser capuchina por la estrechez y austeridad de su regla. Entró en el monasterio de las capuchinas de Valencia el 9 de octubre de 1902, a punto de cumplir los 20 años. En el monasterio tuvo los oficios de enfermera, encargada del comedor, tornera, sacristana y maestra de novicias; y puso mucho empeño en hacer bien todos los encargos que recibía de la comunidad. Era muy caritativa y se prestaba a cualquier servicio que se necesitara de ella. Tenía una piedad sólida, basada en una intensa vida de oración, y edificaba mucho a sus hermanas de comunidad.

Llegado el 18 de julio de 1936 hubo de abandonar el monasterio, y se refugió en casa de su hermana María, en Valencia. Aquí llevó vida recogida, entregada por completo a la oración. Luego se marchó a una casa de la calle Maestro Chapí donde estaban refugiadas las religiosas de la Doctrina Cristiana. Allí fue arrestada por un grupo de milicianos con las otras religiosas y llevada al Picadero de Paterna donde fue fusilada el 20 de noviembre de 1936. En 1940 sus restos mortales fueron llevados a su monasterio. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.

fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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San Gregorio Decapolita, monje (1127-1212).
fecha: 20 de noviembre
n.: c. 762 - †: c. 842 - país: Turquía
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
En Constantinopla, san Gregorio Decapolita, monje, que primeramente abrazó la vida monástica y después la de anacoreta. Más tarde, peregrinando, permaneció bastante tiempo en Tesalónica, y finalmente se afincó en Constantinopla, donde, luchando fuertemente en defensa de las imágenes sagradas, entregó su alma al Señor.

Gregorio nació a mediados del siglo VIII (según el car. baronio en el 762) en Irenopoli, una de las ciudades de la Decápolis de Isaura, de ahí su apodo de «Decapolita». A temprana edad abrazó la vida religiosa, pero sin obligarse a la estabilidad en cuanto al lugar: en efecto, pasó catorce meses en un monasterio en su país, se retiró a una cueva, para luego dirigirse hacia el Norte. Pasó algún tiempo en un monasterio cerca de Éfeso, y a continuación pasó a Constantinopla, a Proconeso, y se movió hacia el oeste a través de Tracia y Macedonia. Permaneció durante algún tiempo en Tesalónica, junto a la iglesia de San Menas, y continuó luego su viaje a Corinto, Reggio Calabria, Roma, Siracusa y Otranto, para regresar finalmente a Tesalónica. Allí conoció y trabó amistad con san José el Himnógrafo: juntos hacia el 840 se establecieron en Constantinopla en la iglesia de San Antipas. Gregorio Decapolita falleció finalmente el 20 de noviembre del 842.

Esta vida errante nunca lo dejó, sin embargo, ajeno a la vida de la iglesia de su tiempo y, en particular a la política llevada a cabo por los emperadores iconoclastas. Durante su estancia en Roma le había pedido al Papa León III a tomar medidas contra León V el Armenia, mientras que en el 841 habría enviado junto con sus amigos a José el Himnógrafo a buscar la ayuda de Gregorio IV, pero éste fue hecho prisionero por los piratas y cuando queda libre y regresa a Constantinopla encuentra a su maestro muerto. José se consagró a su culto y compone un canon en su honor. A san Gregorio Decapolita se le ha atribuido arbitrariamente una historia de la conversión de un pirata. La vida del santo fue escrita por Ignacio, diácono y sacristán de la famosa basílica de Santa Sofía de Constantinopla. Las reliquias del santo son veneradas en Rumania, a donde fueron trasladadas.

Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beat
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San FÉLIX DE VALOIS (1127-1212).
Martirologio Romano: En Cerfroid en el territorio de Meaux en Francia, san Félix de Valois, que, después de llevar durante mucho tiempo una vida solitaria, se dice que fue compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad para la liberación de los esclavos

Nació en el condado de Valois, Francia. Su leyenda afirma que era de sangre real, aunque hoy se sabe que su apellido está más en consonancia con su lugar de nacimiento, que con la familia real de los Valois. Se distinguió por su amor a los pobres. Vivió algún tiempo con los monjes de Claraval. Se alistó en la cruzada predicada por san Bernardo. Luego, desengañado, se retiró a la soledad de un eremitorio de Cerfroid, diócesis de Meaux. En la soledad se encontraron Félix y san Juan de Mata, enardecidos por el ideal de la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, Orden religiosa fundada con el fin del rescate de los cautivos del Islam. En 1194 se constituyó la primera casa de la nueva Orden en Cerfroid. Marcharon a Roma. El papa Inocencio III, que había tenido la misma visión, aprobó y alentó sus proyectos en 1198. Escribieron la regla. Diseñaron el hábito blanco con una cruz roja y azul.

La idea era atractiva. Muchos se alistaron en la nueva Orden de Trinitarios. Recogían dinero para redimir cautivos. Y cuando era necesario se ofrecían ellos mismos para quedarse en vez de los cautivos que pudieran flaquear en su fe. San Juan de Mata llevó la responsabilidad y Félix aporta la disponibilidad y su larga vida de oración, contribuyendo a la práctica de la observancia regular.

Félix fue nombrado ministro de Marsella en 1208. Cada particular de su vida carece de valor histórico. Murió en Cerfroid. Su beatificación, en el siglo XVII, hizo que se pusiese de moda llamarse Félix, nombre que estaba en desuso. Su canonización se produjo por el culto popular que se le brindó, no por los milagros que pudiera haber hecho. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
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Santos OCTAVIO DE TURÍN, ADVENTOR y SOLUTOR. M. 287.
Martirologio Romano: En Turín, santos Octavio, Solutor y Adventor, mártires
Nada cierto sabemos sobre estos mártires y su recuerdo se habría perdido si el primer obispo de Turín, san Máximo, en el siglo IV, no los hubiera citado en el título de uno de sus sermones. En este texto se narra la actitud de estos heroicos mártires pero no se hace ninguna mención geográfica o temporal.

De este texto se puede afirmar que fueron ciudadanos turineses, o quizás los primeros misioneros enviados a evangelizar la ciudad. Una “passio”del siglo V, históricamente poco fiable, se dice que posiblemente fueran soldados pertenecientes a la legendaria Legión Tebana.

San Mauricio, capitán, y sus compañeros, provenientes del ejército de Egipto al rechazar adorar al emperador, fueron martirizados en Agaunum en Suiza, pero pronto surgieron voces de que algunos soldados escaparon a la masacre y fueron evangelizadores de las regiones cercanas. Así se explicaba la llegada a Turín de los tres santos.

Fueron capturados por soldados fieles al emperador, Adventor y Octavio que fueron martirizados en las cercanías de Dora Riparia, mientras Solutor, que había logrado huir hacia el Canavese, fue descubierto en las cercanías de Caravino y fue decapitado. Una matrona romana de Ivrea, recogió su cuerpo y lo transportó a Turín, donde ya estaban los restos de los otros dos mártires y juntos los sepultó en una capilla que construyó en la actual Cittadella de Pietro Micca. Actualmente están sepultados en la iglesia de los Santos Mártires en Turín. Patrones de Turín.
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San EADMUNDO DE EST ANGLIA (c.840 - 870).
Martirologio Romano: En Inglaterra, san Eadmundo, mártir, que, rey de los anglos orientales, capturado en la guerra contra los paganos invasores, fue coronado con el martirio por la fe en Cristo

Rey de los anglos del Este (855-890), -subió al trono cuando sólo tenía 15 años- sucediendo al rey Offa; fue coronado en la Navidad del año 855. Para aprenderse el salterio de memoria, como hacían los monjes, vivió retirado todo un año en la torre real de Hunstanton, en Norfolk. Defendió a sus súbditos cristianos del Este frente a los invasores daneses durante otros 15 años. Se mantuvo fiel a Cristo, hasta su muerte. Su figura se adornó póstumamente con todos los elogios posibles: "Virtuoso, caritativo, humilde desde sus tiernos años, ... su rostro hermoso era de ángel más que de  hombres".

La desdicha idealizó a este monarca que en el 869, tuvo que hacer frente a una invasión de daneses al mando de Ivar o Hinguar y Hubba. Edmundo les atacó y les venció en la batalla de Thetford, pero en una nueva batalla su ejército fue derrotado en el 870 y murió en la batalla, aunque la leyenda dice que fue capturado y asaeteado después de grandes sufrimientos, y porque se negó a un pacto perjudicial para su gente y para la religión cristiana. Le cortaron la cabeza y según la leyenda un hombre lobo la veló, mientras la cabeza decía “hic, hic” (aquí, aquí) para guiar a quienes buscaban su cuerpo. Esta considerado como mártir. Su culto se ha limitado a los calendarios locales.
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San BERNWARDO DE HILDESHEIM (c.960 - 1022).

Martirologio Romano: En Hildesheim, de Sajonia, en Germania, san Bernwardo, obispo, que defendió a sus fieles de las incursiones, restauró la disciplina del clero en numerosos sínodos y fomentó la vida monástica

Es uno de los personajes más atractivos de la Alemania medieval. Nació en Sajonia en el seno de una noble familia. Hacia el 975 entró en la escuela catedralicia de Hildesheim. Fue magnifico como arquitecto, pintor, escultor, decorador y orfebre. Fue ordenado sacerdote por su tío san Willigis, arzobispo de Maguncia; su tío Folcmaro le ofreció el cargo de abad de Deventer, pero no aceptó. En el 987, fue el preceptor del emperador Otón III.

En el 992, fue elegido obispo de Hildesheim, murió después de hacerse benedictino. Fundó en su diócesis la abadía de San Miguel. Debe su celebridad sobre todo a su mecenazgo de las obras de bronce con las que dotó a la ciudad sede de su diócesis. Los modelos se copiaron de Roma a donde viajara en 1101. Defendió a su grey de las incursiones, instauró la disciplina del clero mediante muchos sínodos y fomentó la vida monástica en Alemania. Hacia el 994 emprendió por propia iniciativa una expedición militar contra los eslavos del Elba que se habían sublevado.

Fortificó Hildesheim y construyó para su protección los castillos de Mundbug y de Warenholz. Con sus tropas tomó parte en las expediciones italianas del emperador Otón III. En 1005 participó en el sínodo de reforma de Dortmundo. En 1006, participó en la expedición militar del emperador san Enrique II contra el conde Balduino IV de Flandes, terminando con una peregrinación a Saint Denis y Tours, de la que volvió con preciosas reliquias. Le sucedió san Gotardo.
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San CIPRIANO DE CALAMIZZI (c.1110/20 - 1190)

Martirologio Romano: En Calabria, san Cipriano, abad de Calamizzi, que, custodiando fielente las enseñanzas y los ejemplos de los Padres orientales, fue severo consigo mismo, generoso con los pobres y para todos un buen consejero

Nació en Calabria, en el seno de una noble y rica familia; el padre era médico y también Cipriano fue un “experto en la ciencia médica”. Más que la salud física prefirió la espiritual: a los 25 años ingresó entre los monjes del monasterio del Santísimo Salvador de Calanna.

La austera vida monástica caracterizada de vigilias, trabajo y penitencia, no le convenció completamente; por lo que le pidió al superior que le dejase practicar la vida eremítica. Se retiró a las posesiones paternas de Pavigliana, donde había una iglesia dedicada a la mártir santa Veneranda. Aquí pasó 20 años en total soledad, trabajando para ganarse el pan, orando, meditando y haciendo penitencia.

La noticia de su presencia se difundió en el valle, así todos los habitantes de los pueblos cercanos, se acercaban a él para obtener ayuda de todo tipo, particularmente en sus enfermedades; algunos le pidieron quedarse con él. En este tiempo murió el abad del monasterio de San Nicola di Calamizzi, Pablo, y los monjes se acercaron a Cipriano que tenía 60 años, para pedirle que fuera su abad. El eremita pensando que esto era la voluntad de Dios, aceptó. Durante este periodo, Cipriano animó la vida espiritual y cultural de todos los monjes, restauró la iglesia, construyó el campanario, las celdas para los monjes, el refectorio, adquirió libros.

Su actividad no tenía descanso: por el día trabajaba y curaba a los enfermos, por la noche oraba. Comía y dormía solamente lo suficiente para sobrevivir. No faltaron los sufrimientos; sobretodo cuando cayó del carro que utilizaba para trasladarse, que le supuso una fractura en la pierna que lo dejó cojo para toda la vida. Murió después de pedir perdón a todos. Fue sepultado en la iglesia del monasterio.
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Beato AMBROSIO TRAVERSARI (1386-1439)

Nació en Pórtico en el seno de una noble familia toscana de Florencia. Estudió en Venecia, en la escuela del humanista griego Crisolara. En 1400, se hizo monje camandulense en la iglesia de Santa María de los Ángeles en Florencia. Su coetáneo y amigo de vocación fue del beato Juan de Fiesole, conocido como fra Angélico. También conoció al pintor Lorenzo Mónaco; fue sensible y abierto al fermento cultural renacentista de la época. Enseñó Filosofía tanto a laicos como clérigos, y su celda fue un centro de tertulia cultural.

Religioso serio, fue nombrado abad general de su Orden en el 1431, y encargado por el papa Eugenio IV para reformarla, lo que hizo con suma prudencia y paciencia. Conocía el griego al igual que el latín. Estas dotes y su familiaridad con los asuntos de la Iglesia hicieron que Eugenio IV le llevará al Concilio de Basilea, donde Ambrosio fuertemente defendió la primacía del pontífice romano y ordenó al Concilio a no partir la túnica sin costura de Cristo. El éxito del concilio también se le debe a él.

Fue posteriormente enviado por el Papa al emperador Segismundo a pedir su ayuda en los esfuerzos del Pontífice para terminar con el Concilio que por cinco años había estancado las prerrogativas papales. El Papa transfirió el Concilio de Basilea a Ferrara el 18 de Septiembre de 1437.

En este Concilio y posteriores en Florencia, Ambrosio por sus esfuerzos y caridad hacia los pobres Obispos griegos, ayudó grandemente en lograr una unión de las dos Iglesias, decreto el cual el 6 de Julio de 1439 él fue llamado a redactar. Murió poco después.

Sus obras son; un tratado sobre la Santa Eucaristía, uno sobre la Procesión del Espíritu Santo, muchas de las vidas de los santos y una crónica de su generalazgo de los Camaldulenses. Tradujo del griego al latín la vida de Crisóstomo; la “Sabiduría Espiritual” de Juan Mosco; la “Escalera del Paraíso” de san Juan Clímaco. También tradujo libros contra los errores de los griegos por Manuel Kalekas, Patriarca de Constantinopla, "Un monje dominico", una obra conocida solamente por la traducción de Ambrosio. Tradujo también muchas homilías de san Juan Crisóstomo; el tratado de Pseudodionisio el Areopagita “Sobre la jerarquía celestial”; el tratado de san Basilio "Sobre la virginidad"; treinta y nueve discursos de san Efrén el Sirio y muchas otras obras de los Padres y escritores de la Iglesia griega.
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Beata MARÍA FORTUNATA VITI (1827-1922)

Martirologio Romano: En Veroli en el Lazio, beata María Fortunata (Ana Felicia) Viti, de la Orden de San Benito, que casi durante toda su vida trabajó como encargada del guardarropa, intentó sólo observar con todo su corazón los preceptos de la regla

Se llamaba Anna Felice. Su padre un hombre rico de Véroli en Frosinone, hubiera podido mantener a sus nueve hijos sino se hubiera dedicado al alcohol y al juego. A los 14 años se quedó huérfana de madre y tuvo que cuidarse de sus hermanos hasta los 24 años. Su casa es una ruina, y su mayor ocupación es buscar el modo que en la casa todos respeten a su padre colérico, alcoholizado y reducido en la miseria, como es capaz de hacer ella, que cada noche le besa la mano y le pide la bendición, tragándose las lágrimas y la humillación.

A los 24 años ingresó en las monjas benedictinas de Santa María de Franconi en Véroli, donde vivió como monja lega durante 72 años; vivió escondida, trabajando día y noche, cosiendo, siempre en el mismo estado de obediencia y caridad. "Quiero hacerme santa" dijo, cuando entró en el convento. Vivió en el anonimato de su celda, con días todos iguales. Solamente después de su muerte se descubrirá la aridez espiritual que escondía dentro de su fervor; los tormentos e íntimos combates que eran cubiertos de una imperturbable serenidad. No sabía ni leer ni escribir. Consumida por los años, atormentada por el reuma que la postraron en el lecho, incapaz de un mínimo movimiento, ciega, sorda, se fue apagando, y de ella no se acordó nadie. La sepultaron rápidamente, pero los milagros se sucedieron sobre su tumba.


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