Santoral del 25 de Noviembre



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Catalina de Alejandría, Santa Mártir
Beata ISABEL BONA DE REUTE (Isabel Achlin)
Beatos JACINTO SERRANO LÓPEZ y SANTIAGO MESEGUER BURILLO
Garcia, Santo Abad
Pedro Alejandrino (Pedro de Alejandría) y compañeros, SantoObispo
Beatriz de Ornacieux, Beata Monja Cartuja
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día
Moisés, presbítero; Audencio, Difánog, Erasmo, Finán, Jocunda, Pasarión, confesores; Maurino, mártires

SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, Virgen y Mártir
Yo pondré las palabras en vuestra boca,
y una sabiduría a la que no podrán resistir,
ni contradecir todos vuestros enemigos.
(Lucas 21, 15)

Patrona de apologistas; artesanos que usan ruedas en su trabajo (alfareros, hilanderos, etc.); archivistas; abogados; juristas; bibliotecarios; personas en trance de muerte; educadores; jovencitas; solteras; estudiantes; maestros; afiladores de cuchillos;
mecánicos; torneros; enfermeros; filósofos; predicadores; teólogos; secretarias; taquígrafos.

Según su leyenda, Santa Catalina, nacida de familia de alto rango en Alejandría, con tanto éxito se entregó al estudio de las ciencias divinas y humanas, que, a los 18 años, confundió al emperador Maximino y a los filósofos paganos, convirtiendo a gran número de éstos. Convirtió también a la emperatriz Fausta y al tribuno Porfirio, quienes sufrieron el martirio con ella y los filósofos convertidos. Como consecuencia de ser azotada con látigo de puntas de plomo once días estuvo medio muerta. Sometida al tormento de las ruedas con dientes de hierro, a la primera vuelta rompiéronse éstas. Acabó su suplicio siendo decapitada. Su cuerpo fue llevado por los ángeles a la cumbre del Sinaí.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SANTA CATALINA

I. Santa Catalina consagró su virginidad a Jesucristo desde edad muy temprana; prefirió conservar esta virtud padeciendo el martirio, a perderla subiendo al trono. ¡Oh virtud amable, que hace a los hombres amigos de Jesucristo, hijos de María, semejantes a los ángeles, y les da en la tierra un pregusto de la felicidad que regocija a los santos en el cielo!

II. Santa Catalina recibió la corona de los doctores con la de las vírgenes, porque predicó la fe, confundió a los filósofos y convirtió a muchos paganos. Aprende con esto que Dios es el autor de toda ciencia: Él fue quien ilustró a Santa Catalina. Día y noche te consumes inclinado sobre los libros: vete a la fuente de todos los conocimientos, pide sabiduría al Señor. Él te la dará; pero, sírvete de tus luces para santificarte y para convertir a los otros. ¿Lo haces así?

III. A esas dos primeras coronas sumó ella la del martirio. Podía Catalina ser dichosa según el mundo: era hermosa, noble, rica, llena de ingenio, podía llegar a ser esposa de un emperador. Renunció a todas estas ventajas y murió por Jesucristo. ¿Qué hubieras hecho tú en su lugar? ¿qué haces todos los días? ¡Por un pequeño interés, abandonas al Señor! ¿Quieres participar de la corona del martirio? Mortifica tu carne, combate la voluptuosidad y la avaricia, desprecia al mundo. Afligir la carne, vencer las pasiones, resistir a la avaricia, triunfar del mundo, es una gran parte del martirio (San Agustín).

La humildad.
Orad por la buena educación de la juventud.

ORACIÓN

Oh Dios, que disteis la ley a Moisés en la cumbre del monte Sinaí y en ella hicisteis enterrar por ministerio de los santos ángeles, el cuerpo de vuestra virgen y mártir Santa Catalina,
os suplicamos que nos hagáis llegar, por sus méritos e intercesión, a la montaña que es Jesucristo. Por J. C. N. S.


Santa CATALINA DE ALEJANDRÍA. M. c. 307.


Martirologio Romano:Santa Catalina, mártir, que, según la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí

Mártir en Alejandría, durante el gobierno de Majencio. Patrona de los Filósofos. De todas las santas Catalinas, es la que más devoción despertó en el Medioevo. Los dominicos la tuvieron, junto con santa María Magdalena, como una de sus patronas, asimismo la universidad de París. Realmente no se sabe nada de su vida; su nombre no figura en texto alguno de la antigüedad cristiana, ni litúrgico, ni literario. La “Leyenda Áurea” – que popularizó su culto - dice que un ermitaño la convirtió proponiéndole a Jesús, cuya imagen le mostró, como único novio digno de su cuna, belleza y precoz sabiduría. De ahí nació la tardía leyenda de sus “desposorios místicos”.

Un día el emperador Majencio (otros autores dicen que Maximino II), en transito por Alejandría, exigió al pueblo que le ofrecieran sacrificios, Catalina, princesa egipcia, bellísima, se negó a adorar a falsos dioses. El emperador, ante tanta gallardía y belleza se quedó prendado, pero al mismo tiempo irritado, para refutar su opinión llamó a 50 filósofos, los cuales no pudieron con sus tesis demostrar que se debía adorar a los dioses.

Al mismo tiempo se convirtieron la emperatriz y un oficial llamado Porfirio con doscientos soldados, que serían martirizados. El emperador enfadado la condenó a muerte, pero al mismo tiempo le confesó su amor, que ella rechazó; entonces la sometió a diversos tormentos de las que salió airosa; el más famoso, fue aquel que la encerraron en una caja con cuatro ruedas llenas de cuchillos para que se le clavasen en todo el cuerpo, mientras giraban, pero los cuchillos se despuntaron al tocar su carne; por fin, el emperador decidió llevarla fuera de la ciudad, pero unos ángeles cogieron su cuerpo y se lo llevaron al monte Sinaí, donde hoy existe un famosísimo monasterio copto. Al final parece que murió decapitada.

Hasta aquí la leyenda, pero se piensa que fue una cristiana preocupada por encontrar la verdad. Consta que habló a santa Juana de Arco, porque la peregrinación a Santa Catalina de Fierbois, en Turena, era muy frecuentada por Juana de Arco. Pertenece a los Catorce Mártires Auxiliadores. Patrona de Jaén. MEMORIA FACULTATIVA.
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San PEDRO DE ALEJANDRÍA. M. c. 311.


Martirologio Romano: En Alejandría, en Egipto, san Pedro, obispo y mártir, que, dotado de todas las virtudes, fue decapitado por mandato del emperador Galerio Maximiano, viniendo a ser la última víctima de la gran persecución y como el sello de los mártires. Con él se conmemoran tres obispos egipcios, que son Hesiquio, Pacomio y Teodoro, junto con otros muchos que, también en Alejandría, sufrieron en la misma persecución y subieron al cielo por medio de cruel espada

Natural de Alejandría; de joven confesó a Cristo durante las persecución de Diocleciano; fue elegido jefe de la escuela catequista y combatió el extremismo de Orígenes. Patriarca de Alejandría en el 300, y como tal figura entre los contendientes del cisma de Melecio; fue uno de los primeros en descubrir la peligrosidad de la doctrina de Arrio. Jesús se le habría aparecido de pie sobre el altar, con los rasgos de un niño de 12 años, vestido con una túnica larga rasgada en el pecho. “Señor -le dijo- ¿quién te ha desgarrado la túnica?. Fue Arrio quien me ha desgarrado -respondió Jesús-. Cuidado, no lo admitas en comunión. Te hablarán en su favor, no dejes que te convenzan”.

Escribió: “Sobre la divinidad”. “Sobre la venida del Salvador”. “Sobre el alma”. “Sobre la resurrección”. “Sobre la penitencia”. “Sobre la Pascua”. “La carta a los alejandrinos sobre Melecio”. Fue martirizado durante la persecución de Galerio Máximo; los coptos lo llaman "el sello y el cumplimiento de la persecución" porque fue el último cristiano ejecutado en Alejandría por el Imperio.
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San GARCÍA. M. c. 1073.

Martirologio Romano: En el monasterio de Arlanza, en la región de Burgos, en España, memoria de san García, abad (1073).

Nació a finales del siglo X o principios del XI en la localidad burgalesa de Quintanilla, que con el tiempo completaría el suyo con el nombre de San García. Muy joven, el futuro santo García alcanzó, en compañía de algunos familiares, a orillas del río Arlanza, donde se ubicaba el monasterio de San Pedro de Arlanza, antigua abadía de la orden benedictina. A sus puertas, y ajeno a los rigores que exigía la vida monacal, San García resolvió ingresar en la orden.

El mozo adquiriría con los años reputación de santidad y a él se atribuyen no pocos actos milagrosos. Las crónicas cuentan que, durante una de las hambrunas que cíclicamente azotaban la Europa medieval, el monje benedictino asombró a sus compañeros de refectorio con lo que lo que se testimonia como uno de los milagros atribuidos al santo. Ante la estupefacción de los presentes, el agua contenida en una jarra se convirtió en vino.

Los monjes tenían vedado el consumo de carne. La dieta estaba constituida por una libra de pan diaria y dos platos en cada comida. Con todo, los monjes consagraban ocho meses del año al ayuno. El ajuar del benedictino se ceñía a una manta, un cobertor, un jergón y una almohada. Su atavío, a la cogulla, la túnica, el escapulario, las calzas, los calzoncillos y el calzado. El trabajo en el campo, el canto y la redacción de códices ocupaban la mayor parte del tiempo de los hermanos.

Con los años, y tras concluir sus estudios de Teología, San García fue elevado en 1039 a la dignidad de abad y, más tarde, a la de consejero del rey Fernando I. En compañía de este monarca fue testigo de la batalla de Atapuerca en el año 1054. San García mantendría su condición de consejero real el reinado de Sancho II. Los historiadores concluyen que el santo trabó conocimiento con los más conspicuos personajes de su tiempo. Así, por ejemplo, se conservan documentos de donaciones en los que, junto a la rúbrica del santo, figura la de Rodrigo Díaz de Vivar. Su nombre también es consignado por Gonzalo de Berceo en sus textos. San García fallecería en el año 1073.
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Beata BEATRIZ D’ORNACIEUX. (c. 1260 - 1309).

Martirologio Romano:En la región de Valence, en la Galia, beata Beatriz de Ornacieux, virgen de la Orden Cartujana, insigne por el amor a la Cruz, que vivió y murió con pobreza extrema en el monasterio de Eymeu, fundado por ella

Nació en el solar feudal de la noble familia de los Ornacieux, en los confines del Delfinado y de la Saboya (Sudeste de Francia). Recibió una rica educación cristiana que la llevaría, con apenas 13 años, a abandonar para siempre el mundo para entrar en la cartuja del Monte de Santa María, en el desierto de Parménie (Isére, Francia).

Beatriz se destacó por la santidad de vida. Se manifestó siempre llena de mucha caridad y de una profunda humildad de corazón; procuraba en todo ayudar a sus hermanas de religión y manifestó una gran capacidad para sufrir. Su obediencia extrema y su fidelidad a la vida de oración fueron otros dos rasgos característicos de su vida. Nuestro Señor le concedió el don de lágrimas y en tal grado que estuvo a punto de perder la vista en varias ocasiones. Su gran deseo fue siempre hacer la santa voluntad de Dios. Amó profundamente la penitencia, expresión de su amor loco a la Cruz. Se entregaba a prolongados ayunos, se daba sangrientas disciplinas.

Fue especialmente devota de la Pasión de Cristo y se dice que perforó su mano izquierda con un clavo para recordar mejor los sufrimientos de la crucifixión. Por otra parte, tuvo que soportar los asaltos frecuentes del demonio, en especial, la tentaba contra de la virtud de la santa pureza, poniéndole delante representaciones obscenas, a las cuales Beatriz siempre resistió con invencible pureza de alma y de cuerpo. En medio de estos ataques del enemigo y de las victorias de la gracia, sentía los consuelos de Jesús y María. Dios la enriqueció con múltiples dones y carismas extraordinarios: gozaba continuamente de la presencia del Señor en visión corporal a su lado; veía a Jesús Niño en la Sagrada Forma eucarística. Y también sentía, en ciertos momentos, las sequedades y los aparentes abandonos de Dios, motivos de gran sufrimiento para su alma.

En 1300 fue obligada, bajo obediencia, a aceptar el priorato de la cartuja de Eymeux, departamento de Drome; en esta nueva fundación cartujana, en el ejercicio del cargo de priora, brillaron sus grandes virtudes. Murió llena de méritos. Fue sepultada en Eymeux, y casi de inmediato, empezaron a obrarse milagros en su tumba, extendiéndose su fama de santidad. Algún tiempo después, su cuerpo fue trasladado a su primera cartuja de Parménie. Es la única monja cartuja beatificada; no ha dejado ningún escrito.
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Beata ISABEL BONA DE REUTE (Isabel Achlin). (1386-1420).


Martirologio Romano: En Reute, de Suabia, en Germania, beata Isabel Achler, por sobrenombre “Buena”, virgen, que, viviendo como una reclusa de la Tercera Orden Regular de San Francisco, cultivó en grado admirable la humildad, la pobreza y la mortificación corporal

Nació de Waldsee (Alemania), en el seno de una humilde familia de tejedores. Desde joven se distinguió por una rara piedad, inocencia virginal y un carácter tan dulce y amable, que todos la llamaban "la buena" (Bona), sobrenombre que le duró siempre.

El padre Conrado Kigelin, su confesor, director espiritual y biógrafo, le aconsejó dejar el mundo para tomar el hábito de san Francisco en la Tercera Orden. Isabel tenía entonces 14 años. Observó la regla franciscana primero en su casa, pero luego, considerando los peligros de la vida, que le obstaculizaban el camino de la perfección,  se fue a vivir con una piadosa terciaria franciscana. El Maligno, envidioso de los progresos de Isabel en el camino de la perfección, la atormentaba con frecuencia. Mientras aprendía el arte de tejedora, le enredaba el hilo, le dañaba su labor, la forzaba a perder la mitad del tiempo reparando los daños. Isabel luchó con paciencia y perseverancia.

A los 17 años, no sin resistencia por parte de sus familiares, el confesor, padre Conrado Kigelin, la guió hacia la comunidad religiosa de Reute, cerca de Waldsee, donde algunas religiosas seguían con fervor la regla franciscana de la Tercera Orden. Le encargaron el servicio de la cocina, oficio que Isabel ejerció con dulzura y obediencia. Fue asidua en la oración y la penitencia, y amante de la soledad: no salía del convento sino por graves motivos, tanto que la llamaron "la reclusa". Se la veía a menudo orando en el jardín, de rodillas, como arrebatada en contemplación. Su conducta era tan inocente que su confesor no encontraba de qué absolverla.

El Mal siguió persiguiéndola en forma de sospechas por parte de las compañeras, con situaciones de abatimiento, con la lepra y otras enfermedades y pruebas, pero ella todo lo soportaba con inalterable paciencia, con ayuda de la oración y bendiciendo a Dios. El secreto de su fortaleza estaba en la meditación de la Pasión de Cristo, objeto de su amor y regla de su vida.

El Señor la favoreció marcando su cuerpo algunas veces con los signos de su Pasión: heridas como de espinas en la cabeza, signos de flagelación e incluso estigmas. Aunque aparecían sólo de vez en cuando, su dolor era continuo. Pero ella, en medio del sufrimiento, no dejaba de exclamar: "¡Gracias, Señor, porque me haces sentir los dolores de tu Pasión!".

También fue privilegiada con visiones de los santos del cielo y de las almas del purgatorio, y obtuvo que que algunas de dichas almas se aparecieran a su confesor para solicitarle los sufragios y las aplicaciones de Santas Misas. Durante el Concilio Ecuménico de Costanza predijo el final del gran cisma de occidente y la elección del papa Martín V. Y tuvo el don de ver en lo secreto del corazón humano. Sin embargo, pese a haber sido enriquecida por tantos dones del Espíritu, Isabel conservó siempre una gran humildad. Fue admirada por su humildad, pobreza y penitencias corporales. Se la conocía como "la Buena de Reute".

El padre Conrado Kigelin, canónigo regular agustino, la guió y acompañó siempre, y nos dejó también una pequeña biografía de la Beata escrita por él mismo. Murió en Reute a los 34 años de edad.
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Beatos JACINTO SERRANO LÓPEZ y SANTIAGO MESEGUER BURILLO
62. M. 1936.


Martirologio Romano: En Puebla de Híjar, población cercana a Teruel, en España, beato Jacinto Serrano López, de la Orden de Predicadores y mártir, que fue fusilado en la persecución contra la Iglesia. Con él se hace conmemoración del beato mártir Santiago Meseguer Burillo, presbítero de la misma Orden, quien, por Cristo, realizó su glorioso combate en Barcelona, no se sabe exactamente en qué fecha

Jacinto nació en Urrea de Gaén, Teruel. A los 12 ingresó en Escuela Apostólica de Solsona. En 1924 recibió el presbiterado. Ejerció la docencia en el seminario menor dominicano de Calanda y en el Estudio General de Valencia. Al mismo tiempo obtuvo la licenciatura en la Facultad de Ciencias Físico-Químicas de Valencia. Su apostolado se proyectó dando conferencias apologéticas, dirigiendo la revista "Rosas y Espinas", colaborando en la revista "Contemporánea", y dirigiendo la Asociación de Señoritas de la Beata Imelda, dedicada a la catequesis y beneficencia de niños pobres.

En julio de 1936, como Vicario Provincial, preparas la evasión a Francia de varios religiosos y permaneció en Barcelona atento a las vicisitudes del resto de los frailes.

A mediados de noviembre de 1936 fue detenido en Barcelona por unos milicianos paisanos suyos que se desplazaron desde Urrea. Le encierran en el castillo de Montjuich, poco tiempo después le trasladaron a Puebla de Híjar, allí fue encarcelado, sometido a interrogatorio, y después... de gritar ¡Viva Cristo Rey! le dispararon.

Santiago nació en Híjar, Teruel. Ingresó en el convento de la Orden en Corias (Asturias) y en 1905 fue ordenado presbítero en Salamanca. En la redacción de "La Ciencia Tomista", en Madrid y en el colegio de Vergara transcurrió los meses de su actividad apostólica y ministerial en la Provincia de España. Se incorporó a la Provincia de Aragón desde su restauración y estuvo asignado en Barcelona, Solsona y Valencia para dedicarse principalmente a la enseñanza. En el año 1934 fue promovido al grado de Maestro en Teología.

Se encontraba en Barcelona cuando empezó la revolución. Se escondió durante casi cuatro meses en diversos hogares de amigos. Y a finales de noviembre fue asesinado con otros detenidos en la cárcel de El Clot. < A los pocos días de ser liberada Barcelona, los restos mortales, enterrados en una fosa común e identificados, fueron depositados en un nicho propiedad de las Hermanas Dominicas de la Anunciata en el cementerio de Montcada.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:


San Mercurio de Capadocia. M. c. 250.

Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, san Mercurio, mártir

Era soldado, general del ejército romano de los emperadores Decio y Valeriano, cuando supo que era hijo de un cristiano y que había sido bautizado con el nombre de "Filópatros", confesó su fe y murió mártir en Cesarea de Capadocia. La leyenda dice que resucitó 100 años después para despedazar al emperador Juliano el Apóstata, que fue quien lo hizo ejecutar. Forma parte del grupo de "santos guerreros".

San Moisés. M. 251.
Martirologio Romano
En Roma, conmemoración de san Moisés, presbítero y mártir, que en tiempo del emperador Decio, al ser martirizado el papa san Fabián, juntamente con el colegio de presbíteros cuidó de los hermanos en la Iglesia, determinó que debía otorgarse la reconciliación a los lapsos enfermos y moribundos y, durante el largo tiempo que estuvo retenido en la cárcel, frecuentemente les consolaba con las cartas de san Cipriano de Cartago, siendo coronado finalmente con un martirio glorioso y admirable

Mártir en Roma, durante la persecución de Decio. Era un presbítero romano, célebre por el celo con que predicaba el Evangelio y por su firme oposición al novacianísmo; cuando martirizaron al papa san Fabián, asumió junto con el colegio de presbíteros el cuidado de los hermanos de la Iglesia; se dedicó a llevar la paz entre los lapsos enfermos y moribundos. San Cipriano de Cartago, le animó con una de sus cartas, cuando se encontraba en la cárcel. Murió a causa de la larga prisión.


San Audencio de Milán. s. IV.

Las noticias que tenemos de su vida las tenemos a través de la “Vita de San Julio de Novara”. Audencio era un noble senador romano natural de Milán, que fue de visita a la isla Orta donde estaba san Julio. Atraido por la santidad del santo se quedó con él, dándole el sustento moral y económico para el trabajo de evangelización que el misionera realizaba en el territorio de Cusio. Entre ellos surgió una profunda amistad. Están enterrados juntos.

En su honor se construyó la iglesia de Pettenasco en la orilla oriental del lago a poca distancia de la isla. Se dice que en este lugar, Audencio poseía una villa en la que moraba cuando dejaba la ciudad; y que pudo ser uno de los centros para la difusión del cristianismo en el ámbito rural, trabajo muy difícil por la supervivencia de cultos paganos ligados a la actividad agrícola. San Audencio es, junto con santa Catalina de Alejandría, cotitular, de la parróquia de Pettenasco.




San Márculo. s. IV.
Martirologio Romano:>En Numidia, san Márculo, obispo, que, según la tradición, murió mártir en tiempo del emperador Constante, despeñado desde una roca por un tal Macario

San Maurino. s. VI.

Martirologio Romano
En la región de Agen, en Aquitania, san Maurino, mártir, que, dedicado a la evangelización de la gente del campo, fue despiadadamente destrozado por los paganos, según dicen las crónicas

Abad y mártir en Aquisgrán, Francia, que se dedicó a la evangelización de los campesios; y los paganos, según la tradición, lo acuchillaron; la leyenda traslada otra vez en Colonia, pero en el siglo XI. Mandó en tiempos de sequía una lluvia tan enorme que desde entonces se le conoce con el apodo de "san Lluvioso".

San Gonzalo de Galicia. s. IX.

Se le recuerda como el obispo-abad de Mondoñedo, que con su fe y oración había hecho naufragar a una flota de invasores normandos. Fue obispo de Dumio, como otros de sus predecesores y antecesores, pero las invasiones normandas, los obligaron a refugiarse en Mondoñedo, donde había un monasterio, y no tuvieron jurisdicción propia hasta Sabarico I. Está enterrado en la catedral de San Martín de Mondoñedo, la más antigua de España. Nunca ha sido oficialmente canonizado, aunque se ha aprobado su culto popular

San Pedro Yi Ho-Yong. M. 1838.



Martirologio Romano: En Seúl, en Corea, san Pedro Yi Hoyong, mártir, que, siendo catequista, fue hecho prisionero por unos sicarios, juntamente con su hermana santa Águeda Yi So-sa, y permaneciendo firme en la confesión de la fe, despuésde quebrarle por tres veces los huesos le mantuvieron cuatro años en la cárcel, donde finalmente murió, siendo el primero del glorioso escuadrón de los mártires

Catequista y mártir en Seúl, Corea, que junto a su hermana santa Águeda Yi-So-Sa, fueron apresados; tres veces le fracturaron los huesos y durante cuatro años estuvo detenido en la cárcel donde murió, siendo el primer mártir de Corea.
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