Santoral del 21 de Enero



INDICE


Inés, Santa Mártir
Nuestra Señora del exilio
Nuestra Señora de la Altagracia
Santa INÉS. M. c. 250/60
Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, diáconos, Santos Mártires
Josefa María de santa Inés, Beata Religiosa
Juan Bautista Turpín du Comier y compañeros, Beatos Mártires
San EPIFANIO DE PAVÍA. (439-497)
San ALBANO ROE y Beato TOMÁS REYNOLDS. M. 1642
Beatos EDUARDO STRANSHAM y NICOLÁS WOODFEN. M. 1586
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día
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Santos: Inés, virgen y mártir; Anastasia, Patricia, Zacarías, Polieuto, Eupsiquio y Clemente, mártires; Publio y Epifanio, obispos; Meinrado, ermitaño.



SANTA INÉS, Virgen y Mártir
Gocémonos, y saltemos de júbilo y demos gloria a Dios,
pues han llegado las bodas del Cordero
y su esposa se ha engalanado.
(Apocalipsis 19, 7)

Patrona de comprometidos en matrimonio; castidad; pureza; niñas; vírgenes; víctimas de violaciones; jardineros.Patrona de las adolescentes
He aquí a la esposa del Cordero de Dios. Búrlase ella para conservar su cuerpo y su corazón para su esposo Jesús de las proposiciones y de las amenazas del tirano. Los ángeles la acompañan a un lugar infame y dan muerte al insolente que quiere arrebatarle la honra; mas ella devuélvele la vida y lo convierte a la fe. Se la echa al fuego, pero el fuego respeta a la tierna virgen y da muerte a los verdugos. Condenada, finalmente, a ser decapitada, inclina la cabeza y va al cielo a juntarse con su Esposo divino a quien prometiera fidelidad.
Su vida se cuenta en las Actas. Fue perseguida durante el gobierno de Diocleciano y fue encerrada en un prostíbulo, donde según la leyenda su santidad se confirmó.


MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SANTA INÉS

I. Santa Inés consagra su cuerpo y su alma a Jesús, a los trece años, mediante el voto de castidad. ¡Qué amable Esposo elige! ¡Qué bello! ¡Qué sabio! ¡Qué poderoso! ¡Cuánto amor tiene por ella! Conságrate enteramente a Él y experimentarás los dulces efectos de su amor. ¡Oh Jesús, divino Esposo de nuestra alma, si los hombres os conociesen, os amarían y despreciarían las efímeras bellezas de la tierra para poseeros! ¡Os amo, Dios mío! Si es poco, haced que os ame con amor más ardiente y más puro (San Agustín).

II. Se amenaza a Santa Inés con los tormentos más crueles si no se casa con el hijo del prefecto de Roma, pero ella responde que es la prometida de Jesucristo. Se la arroja a las llamas, pero éstas no hacen sino aumentar su amor; las heridas la hacen más bella y más parecida a su divino Esposo. ¿Qué haces tú para conservar tu cuerpo y tu alma para Jesucristo? ¿Qué tormentos soportarías? Avergüénzate de saberte menos generoso que una niña de trece años. Tenía menos fuerzas que tú, pero más valor; tenía más fe y amor para con Jesucristo.

III. Se le promete una considerable fortuna si consiente en casarse con el hijo del prefecto; resiste a las seducciones como ha resistido a los suplicios. ¡Cuán pocas personas hay que resistan al atractivo de los placeres! Cuídate de ese doble veneno. Es más fácil resistir a los tormentos que a la voluptuosidad. Los tormentos aterran: la voluptuosidad halaga (San Cipriano).

La castidad.
Orad por la buena educación de la juventud.

ORACIÓN

Dios todopoderoso, que elegís en el mundo a los más débiles para confundir a los más fuertes, haced, por vuestra bondad, que, celebrando la solemnidad de vuestra virgen Santa Inés, experimentemos los efectos de su protección junto a Vos.
Por J. C. N. S



Santa INÉS. M. c. 250/60

Martirologio Romano: Memoria de santa Inés, virgen y mártir, que siendo aún adolescente, ofreció en Roma el supremo testimonio de la fe, consagrando con el martirio el título de la castidad. Obtuvo victoria sobre su edad y sobre el tirano, suscitó una gran admiración ante el pueblo y adquirió una mayor gloria ante el Señor (Inés de Roma. it.: Agnese).
Pura, casta. Corderito.

Martirologio Romano: Memoria de santa Inés, virgen y mártir, que siendo aún adolescente, ofreció en Roma el supremo testimonio de la fe, consagrando con el martirio el título de la castidad. Obtuvo victoria sobre su edad y sobre el tirano, suscitó una gran admiración ante el pueblo y adquirió una mayor gloria ante el Señor.

Aunque su vida se recubre de leyenda, fue una de las santas mas veneradas de la cristiandad. El edicto de persecución de Maximino y Diocleciano contra los cristianos decía: "Doy mi permiso para que, donde quiera haya cristianos, sean arrestados por el prefecto de la ciudad, y obligados a sacrificar a los dioses".
Se dice que era una niña de 12 o 13 años, de origen patricio. "Su devoción, dice san Ambrosio, era superior a su edad. Su energía superior a su naturaleza”.
“¡Cuantos terrores, insiste san Ambrosio, ensayó el verdugo para asustarla! ¡Cuanto halagos y promesas para rendirla!”. Pero ella respondió: "Injuria sería para mi Esposo el pretender agradar a otro. Me entregaré sólo aquél que primero me eligió".
Rechazó al hijo del prefecto de la ciudad, Procopio, y por ello, después de prometerle riquezas, ella se negó a renunciar a su fe, por ello se le obligó a sacrificar a la diosa Vesta o Minerva, lo que no consiguieron a pesar de las torturas del fuego y de las promesas de grandes riquezas y bienes materiales. Como en el derecho romano, no se podía condenar a muerte a una virgen, el juez Sempronio ordenó que la llevasen a un prostíbulo, con la intención de que la violasen, pero su cuerpo se cubrió con su cabello, y todos los que intentaron tocarla murieron en el acto. "Haz lo que quieras, responde Inés, impávida y confiada. Cristo no olvida a los suyos. Teñirás, si quieres, la espada con mi sangre. Pero no mancillarás mis miembros con la lujuria". Por fin fue degollada. San Ambrosio dirá: "Va coronada no de flores, sino de gracia y castidad". Fue enterrada en la vía Nomentana. MEMORIA OBLIGATORIA
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Santos FRUCTUOSO DE TARRAGONA, AUGURIO y EULOGIO. M. 259.

Martirologio Romano: En Tarraco (hoy Tarragona), ciudad de la Hispania Citerior (hoy España), pasión de los santos mártires Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, sus diáconos, los cuales, en tiempo de los emperadores Valeriano y Galieno, después de haber confesado su fe en presencia del procurador Emiliano, fueron llevados al anfiteatro y allí, en presencia de los fieles y con voz clara, el obispo oró por la paz de la Iglesia, consumando su martirio en medio del fuego, puestos de rodillas y en oración Parce ser, que Fructuoso era natural de Tarragona, y durante una peste se dedicó a ayudar a los enfermos, tanto celo puso que lo eligieron obispo de Tarragona, y los otros dos sus diáconos. Mártires en Tarragona, bajo Galieno y Valeriano, la orden la impartió el prefecto Emiliano. El Martiriologio  dice: “…que después de una admirable confesión de fe ante el procurador Emiliano, fueron conducidos a la cárcel y después al anfiteatro, donde el obispo, con voz clara ante los fieles le acompañaban oró por la Iglesia católica extendida pacíficamente de Oriente a Occidente”. En 257 aparecía un edicto por el cual los jefes de las iglesias se veían obligados a ofrecer sacrificios a las divinidades del Imperio.

En los primeros días del año siguiente, la policía imperial arrestaba a Fructuoso en Tarragona y le encerraba en la cárcel con dos de sus diáconos, Eulogio y Augurio. Toda la "fraternidad" de los cristianos pasó por la prisión, presentándole sus donativos y rogándole que les tuviese presentes en su confesión. El obispo seguía predicando y catequizando, y, aunque encadenado, tuvo la alegría de bautizar a algunos catecúmenos, entre ellos a Rogaciano.  Siete días más tarde, los tres detenidos comparecían ante el tribunal. 
 San Fructuoso, obispo 
-Introducid al obispo Fructuoso y a sus diáconos- ordenó el gobernador Emiliano. 
-Aquí están- respondieron los oficiales. Y comenzó el interrogatorio.
 -¿Conoces las órdenes del emperador?- preguntó Emiliano. 
-No las conozco, pero soy cristiano- respondió el obispo.
 -Pues exigen que adores a los dioses. 
-Yo adoro a un solo Dios, que ha hecho el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos. 
-¿No sabes que hay dioses?
 -No sé nada de eso. 
-Pues lo aprenderás. Fructuoso levantó los ojos al cielo y rezó silenciosamente. 
-¿Quién -repuso el gobernador- podrá ser obedecido, temido, honrado, si se rehúsa el culto a los dioses y la adoración a los emperadores? 
Después, dirigiéndose hacia el diácono Augurio, añadió: No escuches lo que Fructuoso te dice. 
-También yo -replicó el diácono- adoró al Dios omnipotente. 
-Y a Fructuoso, ¿le adoráis, acaso?- preguntó Emiliano a Eulogio. 
-Yo no adoro a Fructuoso, sino al Dios que Fructuoso adora.

Entonces el gobernador, volviéndose de nuevo hacia el prelado, le preguntó: 
-¿Eres obispo? 
-Lo soy.
 -Lo fuiste -dijo Emiliano, levantándose y ordenando que los tres fuesen quemados vivos. Los esbirros se apoderaron de ellos y los llevaron al anfiteatro, que era el lugar designado para el suplicio. El pueblo caminaba junto a ellos llorando. En el trayecto hubo un momento emocionante y de un sabor arcaico. Varios "hermanos" se acercaron a los reos ofreciendo una copa de vino.

 Fructuoso la rehusó diciendo: "Aún no es hora de romper el ayuno." Efectivamente, era miércoles, día de ayuno para los primeros cristianos, ayuno que duraba hasta las tres de la tarde. Pero, en realidad, con esta excusa iba unida la más noble modestia. El brebaje ofrecido por la "caridad fraterna" no era un vino puro, sino una bebida en que se mezclaban infusiones de plantas aromáticas, que daban al cuerpo un vigor momentáneo y le hacían menos sensible a los dolores. Tertuliano se reía de los mártires a quienes había que sostener con semejantes artificios. La altivez ibérica de Fructuoso no se avenía tampoco con esas cobardes mitigaciones.

Tenía un sentido demasiado alto del honor cristiano, para permitir que le confundiesen con aquellos "mártires ambiguos" de que hablaba el vehemente africano. Imitando al Salvador, apartó los labios de la copa que debía adormecer su agonía, y prefirió beber hasta las heces el cáliz del martirio. Habían llegado al anfiteatro; la hoguera ardía, y Fructuoso iba a subir a ella, cuando un lector, llamado Augustalis, se acercó para desatarle las sandalias. También ahora rehusó el mártir, prefiriendo descalzarse él mismo. Iba a consumar el sacrificio de su vida; estaba, como Moisés, junto a las llamas, y sólo descalzo podía subir a aquel altar. Ya avanza, cuando un cristiano llamado Félix se le acerca, le coge de la mano y le ruega que se acuerde de él. Entonces Fructuoso, extendiendo a lo lejos la mirada, dijo con voz poderosa: "Es preciso que tenga en mi pensamiento a la Iglesia Católica, derramada de Oriente hasta Occidente." Estas fueron sus últimas palabras. Inmediatamente, sin la menor señal de turbación, penetró en la hoguera. Sus diáconos le siguieron

Fueron condenados a la hoguera, los testigos lo describen: "Ya en la hoguera, al quemarse las cuerdas con que tenían atadas las manos, gozosos, conforme a la costumbre, se ponen de rodillas con los brazos en cruz; y seguros de la resurrección, representando así el triunfo del Señor, entregan su vida en medio de la oración". "Dos de nuestros hermanos, pertenecientes a la casa del prefecto -dicen las Actas-, vieron a los tres elegidos subir al cielo", y la hija del gobernador fue también testigo de la maravilla. Los fieles, cuando el fuego consumió los cuerpos, se precipitaron en el anfiteatro, rociaron los huesos con vino, en recuerdo de las libaciones que hacían los antiguos en la ceremonia de la cremación, y, habiendo cogido cada cual lo que pudo de las reliquias, se las llevaron a sus casas. Pero, comprendiendo luego que aquello era un celo mal entendido, encerraron las cenizas en un mismo sarcófago, "para que recibiesen juntos la corona los que juntos habían alcanzado la victoria". Sus Actas son auténticas. El poeta de Calahorra, Prudencio, escribió su vida. Patrón de la diócesis de Tarragona.
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San EPIFANIO DE PAVÍA. (439-497)

Martirologio Romano: En Pavía, (hoy Italia), san Epifanio, obispo, que en tiempo de las invasiones bárbaras trabajó esforzadamente a favor de la reconciliación de los pueblos, en la redención de los cautivos y en la reconstrucción de la ciudad arruinada
Nació en Pavía y fue elegido obispo de su ciudad natal en el 467. Hermano de santas Honorata y Liberata, a las que consagró a la virginidad. Cumplió su misión ante Teodorico junto con san Lorenzo de Milán. La fama de la santidad y milagros de Epifanio le ganó las simpatías de los débiles emperadores romanos de su tiempo, así como el favor de los reyes Odoacro y Teodorico, aunque los intereses de tan grandes y poderosos señores eran totalmente opuestos. Epifanio conquistó con su elocuencia y su caridad a los salvajes bárbaros, obtuvo la vida y la libertad de millares de cautivos y la abolición de muchas leyes opresivas, así como la disminución de los elevados impuestos públicos.

Su generosa caridad salvó la vida de muchas gentes cas tigadas por el hambre, y su celo ayudó a que se mitigara el torrente de iniquidades en aquellos agitados tiempos. Epifanio desempeñó una embajada ante el emperador Antemio, y otra ante el rey Eurico en Toulouse, con la esperanza de evitar la guerra. Reconstruyó Pavía, que había sido destruida por Odoacro, y mitigó el ímpetu de Teodorico en sus victorias. Epifanio emprendió un viaje a Borgoña para rescatar a los cautivos de Gondebaldo y Godegisilo, y murió de fiebre y de frío, a su vuelta a Pavía, a la edad de cincuenta y ocho años. Su muerte fue la de un mártir de la caridad. En vida, su rebaño le honraba con una profusión de nombres de cariño y encomio: "el pacificador", "la gloria de Italia", "luz de los obispos", y también "papa", es decir "padre". Su cuerpo fue trasladado a Hildesheim, en la Baja Sajonia, el año 963.
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Beatos EDUARDO STRANSHAM y NICOLÁS WOODFEN. M. 1586.

Martirologio Romano: En Londres en Inglaterra, beatos Eduardo Stransham y Nicolás Woodfen, sacerdotes y mártires, que, condenados a muerte bajo la reina Isabel I por su sacerdocio, sufrieron el martirio en Tyburn Eduardo nació en Oxford y fue educado en Saint. John's College, donde se graduó en 1576 como bachiller en artes. Al poco tiempo se convirtió al catolicismo y se decidió por el sacerdocio; estudio en el seminario de Douai en 1577, y fue ordenado sacerdote en Soissons en 1580 con Nicolás Woodfen o Wheeler, que será su compañero de viaje a Inglaterra y de martirio.

Regresó a Inglaterra en 1581, comenzó un intenso apostolado en su propia ciudad natal y entre sus conocidos, con manifiesto peligro. Logró la conversión de un buen número de anglicanos, llevando a Reims en 1583 a doce de ellos que habían decidido el sacerdocio. Se detuvo unos meses en Reims y por una enfermedad en París. Hacia el 1585 no regresó a Inglaterra. Estando en Londres celebrando misa en casa de la señora Ferris fue detenido y descubierto. Fue encarcelado en Clink donde se le procesó por traición que resultó probado al ser un sacerdote católico ordenado en el extranjero. Fue ahorcado y descuartizado en la famosa plaza londinense de Tyburn. Su beatificación tuvo lugar en 1929, bajo SS Pío XI. Nicolás Wheeler, o Woodfen nació hacia el 1550 en Leominster, del Herefordshire. Estudió en Reims, Francia, y fue ordenado sacerdote en 1581, año en que volvió a Inglaterra junto con el beato Stransham. Encarcelado y condenado también por el delito de sacerdocio, sufrió el martirio junto con aquel. Sin embargo su causa de beatificación estuvo retrasada más tiempo, y recién fue beatificado por SS Juan Pablo II el 22 de noviembre de 1987, en el conjunto de los 85 mártires de Inglaterra, Escocia y Gales.
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San ALBANO ROE y Beato TOMÁS REYNOLDS. M. 1642

Martirologio Romano: En Londres en Inglaterra, san Albano Roe, de la Orden de San Benito, y beato Tomás Reynolds, sacerdotes y mártires: durante el reinado del rey Carlos I, el primero después de pasar diecisite años en la cárcel y el otro catorce, ya ancianos, fueron ahorcados juntos por Cristo en el patíbulo de Tyburn Albano nació en Suffolk e hijo de protestantes; estudió en Cambridge. Fue convertido al catolicismo por las respuestas de un encarcelado católico que él quería convertir al anglicanismo. Dejó su patria y se licenció en Teología en el Colegio Inglés de Douai en Francia. En 1612, ingresó en el monasterio benedictino de Dieuleward (ahora Ampleforth) con el nombre de Albano y fue ordenado sacerdote De regreso a su patria, fue pronto arrestado. Después de cinco años preso, fue liberado en 1623 gracias a la mediación del embajador de España, pero fue exiliado. No se dio por vencido, y después de pocos meses regresó a Inglaterra. Fue traicionado y por tanto, fue nuevamente encarcelado, donde ejercitó su ministerio sacerdotal entre sus compañeros de desventuras.

Después de algún tiempo se le concedió el permiso para salir libremente de prisión, y él lo aprovechó para seguir con el apostolado. Fue descubierto y condenado a muerte. Mártir en Tyburn, Londres. En el monasterio de Downside se conserva un paño mojado con su sangre.

Tomás (1563-1642). Nació en Oxford, con el apellido Green. Estudió en Saint Mary’s Hall y en el Grey’s Inn y de continuarlos en Grimsby. Estudió para ser sacerdote en Reims, 1587 a 1590, que pasó a Valladolid y Sevilla en 1591; recibió la ordenación en 1592. Regresó a Inglaterra y donde trabajó durante casi 50 años. Durante este tiempo, en 1606 fue apresado y exiliado. Secretamente volvió hasta que fue detenido definitivamente en 1628. Fueron muy abundantes las conversiones que logró de los anglicanos y multitud de fieles católicos a los que sostuvo en la fe. Preso y juzgado fue condenado a muerte, pero la reina Enriqueta logró que su esposo el rey Carlos I suspendiera la sentencia, y así Tomás pasó en la cárcel 14 años en Newgate. Cuando el parlamente den 1642 urgió al rey que no fuera blando con los sacerdotes católicos, se decidió la muerte de todos los que habían sido condenados. Tenía unos 80 años cuando fue ahorcado y descuartizado en Tyburn, Londres, junto a Albano Roe, benedictino. Ambos rezaron  públicamente por el rey antes de ser ahorcados, y recitaron el Miserere, despidiéndose ambos cortésmente de la multitud que estaba presente.
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Beata JOSEFA MARÍA DE SANTA INÉS. (1625-1696)

Martirologio Romano: En el monasterio de Benigamin, en la región de Valencia, en España, beata Josefa María de santa Inés, virgen, de la Orden de las Descalzas de San Agustín Nació en Benigánim, Valencia, en el seno de una familia de humildes campesinos. Se sabe que aún niña quedó huérfana de padres. Fue sirvienta en casa de un tío, del que soportó malos tratos. Era analfabeta, y no aprendió otra lengua que el valenciano. Padecía epilepsia, y de aquí que era mal vista por el pueblo. Desde los catorce años tuvo visiones que continuarían de por vida; en la primera vio a Jesús Nazareno, por lo que anheló ser monja; después de varios intentos se incorporó a las Agustinas Descalzas de la Purísima Concepción y San José, en su tierra natal. Desempeñó labores como hermana lega, dedicada a labores domésticas; cursó el noviciado en 1643; al profesar, en 1645, se le otorgó el nombre de Josefa María de Santa Inés, por la pureza de la mártir romana. A causa de su inocencia, era llamada con cariño "la niña".

Destacó por su espiritualidad, extrema obediencia al realizar los servicios en la cocina o el jardín, entre otros. En su arduo trabajo diario, estaba inmersa en Jesucristo; tenía continuos éxtasis y frecuentes revelaciones. Dios la favoreció con gran sensibilidad para el prójimo; oraba por quien se lo solicitaba; sus plegarias por las ánimas del purgatorio eran permanentes, pues decía que ella llevaba sus "cargamentos" y les ofrecía sus penitencias. Sus austeridades corporales eran muy severas, y con frecuencia pasaba gran parte de la noche ante el Santísimo Sacramento. Tras de haberla sujetado a largos períodos de desolación y tentaciones, que la beata sobrellevó con gran paciencia, Dios le concedió un extraordinario don de profecía y discernimiento de espíritus. Esto hizo que la beata fuese consultada por los más nobles de los grandes de España cosa que la llenaba de confusión. Josefa María de Santa Inés murió a los setenta y un años de edad, el día de su patrona santa Inés en su convento
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Beatos JUAN BAUTISTA TURPIN DE COMIER y 13 compañeros mártires en Laval.

Martirologio Romano: En Laval en Francia, beatos Juan Bautista Turpin de Comier y trece compañeros, sacerdotes y mártires, que por su tenaz fidelidad a la Iglesia Católica durante la revolución francesa murieron guillotinados Víctimas de sentimientos anticlericales nacidos en Francia durante los desordenes provocados por la revolución francesa. Fueron guillotinados en Laval, entonces diócesis de Le Mans, y ahora cabeza de una diócesis propia. 

Su delito fue enemistad con la República, esto significaba que los 19 se habían negado a prestar el doble juramento que se les pedía el de la Constitución Civil del Clero y el llamado Libertad-Igualdad. No se les deportó como a otros sacerdotes menos ancianos, sino que estaban detenidos en el convento de religiosas llamado Patience. Casi todos ellos fueron detenidos en 1792. Ocupada Laval, en 1793, por el ejercito vandeano, fueron liberados, pero como inmediatamente fueron derrotados por los republicanos de la revolución, volvieron a ser encarcelados en el convento. Todo el tiempo que estuvieron detenidos, pasaron muchas incomodidades, a causa de su ancianidad.

El tribunal revolucionario de Laval quería vengarse de los fracasos sufridos por las ideas nuevas en el departamento. El 21 de enero de 1794, hacia las 8 de la mañana, los 14 sacerdotes fueron conducidos al tribunal, junto con algunos otros sospechosos.

Juan Bautista nació en Laval en 1732, hijo de Julián Turpin y Magdalena Leroy, pertenecientes al alto comercio. Tenía cinco hermanos, de los que dos fueron sacerdotes no juramentados. Una de sus hermanas, madame Piquois, murió durante el Terror cuando la trasladaban de una cárcel a otra. Doctor en Teología por la universidad de Angers, fue ordenado sacerdote obteniendo el beneficio comendatario de prior de Parne. Párroco de la Trinidad en Laval, donde ejerció su ministerio de forma laudable, sobre todo en el campo de la confesión.

En 1790, con la llegada de la revolución, se negó a admitir el cargo de obispo del departamento de Mayenne de nueva creación, así como oficiar una misa en su parroquia por la entronizacion, en aquel lugar, del nuevo obispo. Todos los sacerdotes de su parroquia, excepto uno, se negaron a prestar juramento constitucional. Fue encarcelado en el exconvento de los Cordigeros en 1792, luego fue llevado a la Patience. Cuando el ejercito vandeano lo liberó, volvió a su parroquia, pero no pudo ejercer su ministerio, por su mala salud, pero si pudo salvar del fusilamiento al sacerdote juramentado. Fue detenido de nuevo. Fue guillotinado con sus compañeros y se le condenó a subir el último por haber fanatizado a su clero, cuando subió hacia el patíbulo lo hizo besando en el suelo la sangre de sus compañeros. Juan Bautista Turpin de Comier fue el primero en ser interrogado:

-¿Has prestado el juramento de soberanía exigido por la ley? -No. ¿Por qué no lo has prestado?
-Porque ataca mi religión y va contra mi conciencia.
-¿Has ejercido tu ministerio desde que te rehusaste a prestar el juramento y has celebrado la misa?
-Sí.
-¿Has aconsejado a tus sacerdotes, en la conversación o en la confesión, a que no lo presten?
-Ciudadano, cuando se nos exigió el juramento, nos reunimos y, después de haber discutido sobre el asunto, nos dimos cuenta de que nuestra conciencia no nos lo permitiría de ninguna manera.
-Pero este juramento no es otra cosa que obedecer la ley. ¿Dónde han tenido esa reunión?
-En la sala del presbiterio, lugar ordinario de las deliberaciones eclesiásticas, con el permiso del ciudadano Enjubault Boessay de la Roche.
-¿Entonces, has sido tú quien ha impedido a los sacerdotes prestar el juramento? ¿Quieres prestar hoy el juramento de libertad e igualdad?
-Ni ahora, ni después; siempre se oponen a la ley de Dios. Desde su promulgación, el juramento de libertad e igualdad levantó entre los sacerdotes fieles al Papa largas polémicas Es necesario reconocer que las interpretaciones dadas, le hicieron a veces aceptable, a veces imposible. En Laval, el padre Gallot, a quien se interrogó en segundo lugar, recibió una respuesta que resolvía todas las dudas. El fiscal le preguntó:

-Ser fiel a la república, no profesar ninguna religión, ni aun la católica. Después de haber sido interrogados todos los sacerdotes en forma semejante, y convencido el tribunal de su firmeza en la fe, finalmente el fiscal pidió contra los catorce sacerdotes: "exijo que todos sufran la pena de muerte y que Turpin de Comier, ex párroco de esta comunidad, sea ejecutado el último por haber fanatizado a su clero". Los sacerdotes se confesaron mutuamente y prepararon a morir a los cinco rebeldes condenados a ser guillotinados con ellos. Hacia medio día, fueron conducidos a la plaza del palacio. Uno de los sacerdotes dijo a los curiosos: "Nosotros os hemos enseñado a vivir, nosotros os mostraremos cómo morir". Durante el juicio que se les condenó a la guillotina, se presentaron como delatores dos sacerdotes juramentados, que uno de ellos, murió cayéndose por la ventana, a causa de su borrachera, el mismo día que fueron guillotinados.
Entre ellos destacamos a:

Juan Bautista Turpín du Cormier, Juan María Gallot,José María Pellé, Renato Luis Ambroise, Julián Francisco Morvin de la Gérardière, Francisco Duchesne, Jaime André, Andrés Duliou, Luis Gastineau,Francisco Migoret Lambardière, Julián Moulé, Agustín Manuel Philippot, Pedro Thomas, Juan Bautista Triquerie, franciscano y Nicolás Wheeles.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:

San Patroclo de Troyes M. c. 275 (o 259)
Martirologio Romano: En la ciudad de Troyes, en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Patroclo, mártir
Cristiano de Troyes muy rico y caritativo; fue decapitado en su ciudad, durante la persecución del emperador Valeriano. La historia de su martirio es una leyenda.


San Meinrado de Einsiedln. (797-861)

Martirologio Romano: En las montañas que rodean el lago de Zürich, entre los helvecios (hoy Suiza), san Meinrado, presbítero, que llevó primero vida cenobítica y después eremítica, siendo asesinado por unos ladrones

Pertenecía a la familia Hohenzollern, aunque nació en Suiza. Fue criado en la abadía de Reichenau, y en el 822, se hizo monje benedictino. En 828, vivió como solitario en el monte Etzel, junto al lago Zurich en Suiza. Fue ordenado presbítero en el 861; y más tarde fue nombrado abad de Reichenau. Murió violentamente en manos de unos bandidos que pensaban encontrar tesoros en su celda. Su vida, celda y milagros dieron origen al monasterio de Einsiedln.




San Zacarías "el Angélico" M. c. 950.
Martirologio Romano: En el monte Mercurio, en la Lucania (hoy Italia), san Zacarías, apellidado “Angélico”, maestro de la vida cenobítica El Martirologio Romano inscribe en su edición actual algunos de los muchos monjes venerados como santos de la época de florecimiento de los monasterios del monte Mercurio, en la Basilicata italiana, conocida también como región de Lucania, al sur de la península itálica. El contacto cultural con el mundo bizantino hizo que la regla adoptada por estos monjes fuera la basiliana-oriental, y así conservaran, su liturgia y tradición espiritual. La figura más representativa del movimiento es sin duda san Nilo de Rossano, pero también destacaron por su piedad y vida ascética otros nombres, entre los que está el de san Zacarías, por sobrenombre «el Angélico», del cual apenas se conoce su fecha de paso a la eternidad, aproximadamente en el 950, y la tradición de santidad que hizo que fuera venerado en la región de manera constante, y recordado su nombre en todas las crónicas.

Martirologio Romano: En la aldea de Daegu, en Corea, san Juan Yi Yun-il, mártir, que, siendo padre de familia, campesino y catequista, hubo de soportar azotes y luxación de todos sus miembros, manteniéndose constante en la fe cristiana, con lo que alcanzó con buen ánimo el martirio al ser degollado. Fue la última víctima de la gran persecución en esta nación

Nació en en Hongju, Chungcheong-do, Corea. Padre de familia, celoso catequista, que tras su arresto bajo la acusación de ser cristiano soportó con entereza las palizas y la luxación de los miembros hasta que fue martirizado en Tai Kon, Corea, con 45 años de edad.
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