Santoral del 6 de Enero



INDICE

Epifanía del Señor
San Félix de Nantes
Andrés Corsini, San Obispo
Pedro Tomas, Santo Obispo
Juan de Ribera, Santo Obispo
Andrés (Alfredo) Bessette, Beato Religioso
Rita Amada de Jesús (Rita López de Almeida), Beata Fundadora
Rafaela María del Sagrado Corazón, Santa Co-fundadora
San CARLOS DE SEZZE. (1613-1670).
San ABO DE TIFLIS. M. 786. (Iglesia ortodoxa georgiana).
San NILAMÓN. M. 404.
Beato MACARIO "el Escocés". M. 1153.
OTROS SANTOS DEL DIA
VIDEOS
Melanio, Dimas, obispos; Nilamón, confesor; Anastasio; Anatolio, Pompeyano, mártires; Liceria, virgen; Erminoldo, abad.

EPIFANÍA DE NUESTRO SEÑOR
Hallaron al Niño con María, su Madre,
y prosternándose lo adoraron;
y abiertos sus cofres le ofrecieron presentes
de oro, incienso y mirra.
(Mateo 2, 11)


Unos magos de Oriente reciben aviso del nacimiento del Hijo de Dios por medio de la aparición de una estrella milagrosa. Dejan su reino y van a Jerusalén a buscar a ese Dios. Túrbase Herodes ante la noticia; disimula sin embargo su pavor, y ruega a los magos que regresen a Jerusalén después que hayan adorado al recién nacido, en Belén. Pero éstos, advertidos en sueños de que no vuelvan a Herodes, retornan a su país por otro camino.

MEDITACIÓN SOBRE LOS PRESENTES DE LOS MAGOS

I. Los Magos ofrendaron mirra a Nuestro Señor para honrar su humanidad. Jesús es Hombre, y lo es por amor nuestro, porque por amor nuestro tomó un cuerpo semejante al nuestro. Amémoslo, pues, y ofrendémosle nuestro cuerpo. Este cuerpo es vuestro, ¡oh Jesús mío!, disponed de él como os plazca, sano o enfermo, vivo o muerto. ¡Qué feliz sería si pudiese sufrir con Vos para reinar un día también con Vos! Me habéis rescatado todo entero a fin de poseerme todo entero (San Agustín).

II. Jesús es hombre, mas también es Rey. Por eso se le ofrenda oro. Es el dueño de nuestros bienes, Él nos los dio; debemos servirnos de ellos para honrarlo, para engalanar sus altares, para socorrer a los pobres. Ve a Jesús en sus pobres, con la fe de los Magos que, contemplando en el pesebre a un niño pobre y abandonado, lo reconocieron como a su Rey y a su Dios. Si eres pobre, ofrece a Jesús tu pobreza; esta ofrenda le será más agradable que todos los tesoros de la tierra.

III. Los Magos ofrecieron incienso a Jesús, y reconocieron así su Divinidad. El incienso que tú le debes presentar es la oración que eleva a tu alma hasta Dios. Humíllate ante este Soberano, ofrécele todas las potencias de tu alma, adóralo, témelo. Acuérdate sobre todo que los Magos volvieron por otro camino; cambia de vida a ejemplo suyo, y después de haberte dado a Jesucristo, no te des más al mundo. Por el cambio de ruta entendemos el cambio de vida (Eusebio).

La devoción.
Orad por los que os gobiernan.

ORACIÓN

Oh Dios que en este día hicisteis que los gentiles conocieran a vuestro Unigénito, dándoles una estrella por guía, haced que, conociéndoos ya por la fe, nos elevemos a la contemplación de vuestra gloria. Por J. C. N. S.


EPIFANÍA DEL SEÑOR.

Martirologio Romano:
Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la que se recuerdan tres manifestaciones del gran Dios y Señor nuestro Jesucristo: en Belén, Jesús niño, al ser adorado por los magos; en el Jordán, bautizado por Juan, al ser ungido por el Espíritu Santo y reconocido como Hijo por Dios Padre; y en Caná de Galilea, al hacer patente su gloria transformando el agua en vino en las bodas

En el Evangelio no se dice que los magos o sabios de oriente hayan sido tres; pero la tradición que lo afirma es muy antigua y se funda sin duda en las tres clases de dones que el Evangelio menciona. Algunos de los frescos más antiguos de las catacumbas, representan a tres reyes, pero otros representan a dos, cuatro y aun seis magos, probablemente por motivos artísticos. Algunos de los Padres, como Orígenes (Hom. in Genesim, XVI, 3), San Máximo de Turín y San León consideran como cosa probada que los magos eran tres. Tal vez en la determinación de este número influyó también el hecho de que frecuentemente se compara o se contrapone a los magos con los tres jóvenes que cantaron las alabanzas de Dios en el horno en llamas, a que se refiere el libro de Daniel (Dn 3).

En los frescos de las catacumbas, así como en los más antiguos grabados de los sarcófagos, se representa siempre a los magos con gorros frigios. La idea de que eran reyes se divulgó posteriormente y es posible que se originase en el salmo 72, 10: «Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán presentes; los reyes de Arabia y de Saba llevarán regalos». Según parece, san Cesareo de Arlés, que murió en el año 543, fue el primero en citar dicho salmo a este propósito (Migne, PL., vol. XXXIX, c. 2018) y, a partir del siglo VIII, los magos aparecen en todas las representaciones con la corona real.

Más tarde, el pueblo cristiano dio nombres propios a cada uno de los tres. Un manuscrito de París, que data del siglo VIII, les llama «Bithisarea, Melchior y Gathaspa». En una miniatura del "Codex Egberti" (c. 990) aparecen dos nombres: «Pudizar» y «Melchias». A pesar de estas ligeras divergencias, no cabe duda de que de ahí se derivaron los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. En las pinturas posteriores de la Edad Media, uno de los magos es casi siempre un joven, otro de edad madura y el tercero muy anciano. La costumbre de representar a uno de los magos como hombre de la raza negra, data del siglo XV.

Esta fiesta recibe dos nombres: Epifanía o manifestación del Señor, y Reyes Magos, a los que Cristo se manifestó. "No se pusieron en camino, dice San Juan Crisóstomo, porque hubieran visto la estrella, sino que vieron la estrella porque se habían puesto en camino, como premio a su generosa actitud".

La lección de los Magos es válida siempre. Nos enseñan altura de miras para ver la estrella, intrepidez para seguirla y constancia para llegar al fin. El poeta ingles Auden nos dice: "El primero dice: Debo saber cómo ser verdadero hoy. Por eso sigo la estrella. El segundo dice: Quiero descubrir cómo vivir hoy. Por eso sigo la estrella. El tercero dice: Necesito averiguar cómo amar hoy. Por eso sigo la estrella. Al final afirman los tres: Debemos descubrir cómo ser hombre hoy. Por eso seguimos la estrella". Sus presumibles reliquias se encuentran en la catedral de Colonia. SOLEMNIDAD.
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San NILAMÓN. M. 404.

Egipcio que se alejó de las cosas del mundo para vivir como un anacoreta y llevaba “una vida desconocida a los hombres” en una celda a la que había cerrado la entrada con piedras, preocupado sólo de “honrar y servir al Señor” por medio de la penitencia y la oración.

En aquel tiempo, estamos concretamente en el 403, san Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla, durante el famoso “sínodo de la Encina” fue depuesto de su cargo y exiliado por las malas prácticas de su adversario, Teófilo, patriarca de Alejandría, pero el favor popular, del que gozaba san Juan, hizo que el emperador Arcadio, lo restableciese en su sede; pero queriendo una completa rehabilitación, consiguió que se convocase un concilio; ante esta noticia, Teófilo, muy preocupado, se embarcó de noche junto a sus seguidores, y marchó hacia Egipto. Sozomeno nos relata en la “Historia Eclesiástica”, que una tempestad llevó a la nave hasta Geras, una pequeña ciudad no lejana de Pelusio, en la que su obispo había muerto.

Los fieles habían elegido a Nilamón, famoso por su virtud “que lo había llevado hasta lo más alto de la vida monástica”. Como el santo eremita, había rechazado la consagración episcopal, el arzobispo Teófilo fue a verlo para convencerle y que se sometiera a la voluntad popular y, através de ésta, a la de la Providencia. Nilamón, cuyo eremo se encontraba en los confines de la ciudad, primero no cedió, pero luego le propuso a Teófilo que regresara al día siguiente, para que tuviese tiempo para prepararse para su marcha. Al día siguiente, hizo que Teófilo entrase en su celda y le propuso hacer oración... Entonces se puso de rodillas llorando e implorando a Dios que le quitara la vida antes de permitir que le impusieran semejante carga y murió en oración, mientras los otros obispos esperaban fuera.

Sozomeno nos relata que los habitantes de la ciudad le hicieron solemnes funerales y construyeron sobre su tumba una iglesia, en la que cada año se celebraba su memoria. “Cuando el solitario ama sinceramente su retiro -comenta la “Vies des Saints Pères des deserets d’Orient” - Dios prefiere hacer el milagro que permitir que se le fuerce a dejarlo”.
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San FÉLIX DE NANTES. (512-582).

Martirologio Romano: En Nantes, ciudad de la Bretaña Menor (hoy Francia), san Félix, obispo, quien mostró gran celo poniéndose al servicio de sus ciudadanos, construyó la iglesia catedral y evangelizó a la población rural de los alrededores

Pertenecía a una noble familia de Aquitania y se distinguió por su virtud, elocuencia y saber. A fines del año 459, fue elegido obispo de Nantes, a los 36 años de edad. Félix estaba casado, pero su mujer se retiró entonces a un convento, y él recibió las órdenes sagradas.

El celo de san Félix por la disciplina y el buen orden se manifestó en la administración de su diócesis, la que gobernó durante 33 años. Su caridad con los pobres no conocía otros límites que el de las necesidades de estos. Construyó la catedral y evangelizó el mundo rural de su diócesis. Asistió a los concilios de París y Tours. Más de una vez hubo de entrar en tratos con sus hostiles vecinos, los bretones. Aunque san Gregorio de Tours no siempre estuvo de acuerdo con su sufragáneo, dio testimonio de su santidad. Fue amigo del obispo de Poitiers y poeta, san Venancio Fortunato, quién escribió versos en su honor.
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San ABO DE TIFLIS. M. 786. (Iglesia ortodoxa georgiana).

Nació en Bagdag y era hijo de Abrahám, árabe ismaelita, y fue educado en la religión musulmana. Con 17 o 18 años ingresó como experto en perfumería y en escritura árabe en el séquito de Nerses, hijo de Ardanases, etnarca de Kharthli, que había caído en desgracia durante el califato abasí de Abd-Allah al Mansur, (754-775), y había sido encarcelado en Bagdag. Cuando Nerses, liberado por el sucesor de al-Mansur, Mohammad al-Mahdi (775-785), con la amnistía del 776, dejó Bagdag, Abo lo siguió y enriqueció su vasta cultura con el estudio del íberico, de la Biblia y de los primeros rudimientos de la religión cristiana que, introducida en Georgia bajo Constantino, era, desde tiempos de Justiniano, religión de Estado.

A pesar de su rápida adhesión a la verdadera fe, retrasaba Abo el bautismo por el temor a los musulmanes, dueños de Georgia desde el 650 y enemigos tradicionales del cristianismo, baluarte filo-bizantino del nacionalismo georgiano. Pero Nerses no tardó en perder el favor del nuevo califa: dejó el país por Osseth junto a 300 prófugos y Abo, que desde este momento o siguió en cada peregrinación. Nerses guió al grupo a las tierras septemtrionales donde residían los hios de Magog, los kázaros, hombres agrestes de aspecto terrible y de costumbres despiadadas, bebedores de sangre y desobediente a cualquier ley “excepto aquella de un Dios creador”. Los kázaros los acogieron como enemigos de sus enemigos ofreciéndoles comida y alojamiento. Abo encontró el coraje de profesarse cristiano, de dedicarse a la oración y al ayuno, de recibir el bautismo. Nerses pidió al rey de los kázaros proseguir a través de su territorio hasta el de los abasgos, donde había enviado a sus familiares y sus pertenencias desde que la burocracia árabe había comenzado a mostrarse hostil.

Mientras tanto Esteban, sobrino de Nerses, había obtenido del califa Al Mahdi el etnarcato de Tiflis y, juzgando que era imposible el regreso, Abo decidió volver a su patria. En vano consiguieron convencerle de no echarse en manos de sus antiguos correligionarios, que habían impuesto la religión musulmana. Abo, era para los árabes un infiel, pero siguió a Nerses a Tiflis, donde permaneció tres años viviendo de la caridad y conquistándose la fama de perfecto cristiano. Hacia el 785, el gobierno árabe lo hizo arrestar, pero el etnarca Esteban lo dejó libre. Los árabes se vengaron deponiendo de sus funciones al juez que se había atemorizado ante los georgianos. De nuevo fue detenido y le propusieron la apostasía. Su rechazo provocó su condena a muerte, y descuartizado su cadáver, que fue quemado, y luego dispersado en las aguas del río Mtcwar. Según la tradición, una columna de fuego señaló el lugar donde se encontraban los restos. Las reliquias fueron recuperadas y trasladadas a Tiflis en la capilla eregida en el lugar de su martirio. Fue canonizado por el katholicos Samuel III.
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Beato MACARIO "el Escocés". M. 1153.

Martirologio Romano: En Würzburg, ciudad de Franconia (hoy Alemania), beato Macario, abad, que fue el primer superior del monasterio de los Escoceses de esta ciudad
Natural de Escocia o Irlanda. Ingresó, siendo todavía joven, en un monasterio como benedictino. Marchó a Alemania, junto con sus compañeros Cristiano y Eugenio, aproximadamente en el 1138. Fue prior del monasterio de San Jaime en Ratisbona y de allí el abad Dermizio lo envió a Würzburg junto con once monjes escoceses. Está atestiguado que el obispo Embricon (1125-46) lo consagró, en 1139, como primer abad del monasterio escocés de San Jaime, fundado recientemente en Würzburg por el propio obispo Embricon.

Las fuentes resaltan su erudición, vida ascética y reportan milagros realizados por él. El aniversario de su muerte es el 6 de enero, aunque puede encontrarse celebrado en otras fechas (23 o 24 de enero y 19 de diciembre). Durante mucho tiempo la tumba del santo permaneció olvidada, pero en 1614 se descubrieron las reliquias y solemnemente se depositaron al año siguiente sus reliquias en una urna; a partir de entonces el beato Macario comenzó a ser objeto de gran devoción popular: se lo invocaba especialmente para las enfermedades febriles.

En 1731 se fundó en su honor una «Hermandad de Macario», enriquecida con indulgencias, que dejó de existir después de la II Guerra Mundial. En 1823 se realizó el traslado de las reliquias desde el monasterio -secularizado en 1803- a la capilla de la Virgen, destruida en 1945 y posteriormente reconstruida. Aunque nunca fue formalmente canonizado, en un breve apostólico de Clemente XII, en 1734, a la Hermandad, a Macario se lo llama «santo», lo que puede considerarse una informal confirmación de culto. Tiene culto local.
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San PEDRO TOMÁS. (c.1305 - 1366).

Martirologio Romano: En Famagusta, ciudad de Chipre, tránsito de san Pedro Tomás, obispo de Constantinopla, de la Orden de los Carmelitas, que fue legado del Pontífice Romano en Oriente

Nació en Salimaso de Thomas, un pueblecito del Perigord francés, en la diócesis de Sarlat, en el seno de una familia muy pobre. Muerto su hermano, para no agravar más la miseria familiar abandonó a sus padres y, se retiró a Monpazier donde se puso al servicio de una familia. Vivió de limosna y al mismo tiempo enseñó a los hijos más pequeños. Así vivió hasta la edad de 20 años cuando lo descubrió el prior de los carmelitas y se lo llevó al convento donde estudió en un colegio que estos tenían en la ciudad. Poco después el prior de Bergerac se lo llevó a su convento donde vistió el hábito de carmelita y fue ordenado sacerdote. Marchó de un convento a otro donde se formó y estudió Filosofía y Teología. Fue cofundador de la facultad de Teología de la universidad de Bolonia.

En 1345 fue elegido procurador general de la Orden y fue enviado a Aviñón donde estaban los Papas. A pesar de ser bastante deforme de cuerpo -tanto que a su padre general le daba apuro presentarlo a los cardenales- pronto empezó a llamar la atención por su inteligencia, por su equilibrio en tratar las cuestiones, y sobre todo, por su gran virtud. Parece que tenía cualidades especiales para "pacificar" a los príncipes y la Santa Sede o a aquellos entre sí. Fue enviado a Génova por Inocencio VI, para negociar la paz entre Milán y la República de Venecia. Después fue enviado a Servia para solucionar un cisma que había surgido. Se hizo mediador entre Hungría  y Venecia.

Fue nombrado obispo de Patti y Lípari (1354); en el 1359, obispo de Corone en Morea, en el 1363, arzobispo de Candia, y como tal representó al Papa ante el emperador Carlos IV; en todos estos cargos, sembró la paz.
Una cosa no toleró nuestro santo: la herejía. Fue intransigente con los herejes, y de tal manera lo demostró que, para darles ejemplo, en Creta hizo quemar públicamente los huesos de un hereje. Prohibió con la pena de excomunión a los clérigos que llevasen barba.

Fue el santo de la "unión de los cristianos" cuando fue enviado a Constantinopla para tratar la unión entre la iglesia griega y la latina, que tuvo lugar 80 años después en el Concilio de Florencia. De regreso a Aviñón, en el 1364, fue creado legado universal para Oriente y patriarca de Constantinopla y arzobispo de Creta. Siendo procurador general, en 1351, según la tradición, consiguió de María la promesa de que "su Orden del Carmen duraría siempre". Su devoción a María fue siempre su nota particular y la extendía por todas sus correrías y apostolados. También vistió siempre el hábito carmelita, y sintió un gran amor por su Orden, la oración y por la pobreza y la humildad, virtudes que practicó en grado heroico. Tuvo el mando de un cuerpo de expedición que tomó parte, junto con el rey de Chipre, en la invasión de Alejandría en la cruzada que él mismo había promovido. Fue herido, y tuvo que regresar. Las heridas le provocaron la muerte. Murió en el monasterio carmelitano de Famagusta.
Un decreto de Pablo V, de 1608, concedió a los carmelitas celebrar la fiesta de san Pedro Tomás, como obispo y mártir, lo que puede considerarse una confirmación de culto; pero no ha habido hasta ahora una canonización formal. Su presencia en el Martirologio Romano es, ya de por sí, una confirmación del culto.
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San ANDRÉS CORSINI. (1302-1374).

(Andrés Corsini de Florencia, de Fiesole. it.: Andrea Corsini)
Martirologio Romano: En Fiesole, ciudad de la Toscana (hoy Italia), san Andrés Corsini, obispo, de la Orden de los Carmelitas, que se distinguió por su austeridad y por la asidua meditación de la Sagrada Escritura. Rigió sabiamente la Iglesia que se le había encomendado, repobló los conventos vaciados por la peste, prestó auxilio a los pobres y reconcilió a los disidentes

Se dice que su madre, Gema degli Stracciabende, antes de dar a luz a su hijo, había tenido un sueño en el que daba a luz a un lobo, como premonición de lo que luego sería la vida de Andrés. Según la leyenda era popular en Florencia, su ciudad natal, por sus disipadas costumbres. Iracundo, dilapidador, dado al juego, a la caza y a los amoríos, todo un ejemplo de vida irregular, borrascosa. Pero un día de 1318, el hijo descarriado, después de una fuerte discusión familiar, se convirtió tan fulminantemente que ingresó en el convento de los carmelitas de Florencia, donde su madre oraba por su hijo. Desde entonces aquel trueno paso a ser el fraile más humilde y manso de la ciudad, que iba a pedir limosna por las calles en medio de las burlas de sus antiguos compañeros. Vivió una autentica vida de penitencia. Fue consagrado sacerdote en 1328, y la leyenda dice que después de haber estudiado Teología en París, regresó con el título de Doctor en Teología y se convirtió en secretario de su primo, el cardenal Corsini.

Con el tiempo, según la leyenda fue prior del convento del Carmen de Florencia, pero en realidad fue prior Provincial de Toscana en 1347 al estallar la peste, y su reputación de santidad llego a ser tan grande que el papa Clemente VI lo nombró obispo de Fiesole (1349), ante lo cual, creyéndose indigno, huyó horrorizado de Florencia y fue a refugiarse en una cartuja de la que tuvieron que sacarle casi a la fuerza (hecho que también entra en los anales de la leyenda).

Andrés Corsini fue un buen obispo, curiosamente con buena mano, adicto a la Sede Apostólica y entregado totalmente a su diócesis; destacó por su atención a los pobres, sus visitas pastorales, su enorme piedad hacia los más débiles y su arte en apaciguar conflictos y reconciliar los corazones llenos de odio. Fue llamado por el Papa como su legado para imponer la paz en Bolonia. Murió en Florencia, en la iglesia de Santa María del Campo, residencia de los obispos de Fiesole, un 6 de Enero. Sobre su tumba se gravó este epitafio: “Admirable por el ejemplo de su vida y de su elocuencia”.
Inmediatamente, por la voz del pueblo fue proclamado santo, y el papa Urbano VIII lo canonizó solemnemente en 1629. En 1737, el papa Clemente XII lo añadió al calendario general de la Iglesia occidental. Su fiesta se celebra el 9 de Enero en el Carmelo y el 6 de Enero en la Iglesia universal. Copatrono de Fiesole y de la Orden de los carmelitas.
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San JUAN DE RIBERA. (1532-1611).

Martirologio Romano: En la ciudad de Valencia, en España, san Juan de Ribera, obispo, que ejerció también las funciones de virrey. Fue muy devoto de la Santísima Eucaristía, defendió la verdad católica y educó al pueblo con sus sólidas enseñanzas

Nació en Sevilla y era hijo bastardo del duque de Alcalá, virrey de Nápoles, don Perafán de Ribera; se llamaba Juan Evangelista. Sus primeros años los pasó en casa de su madre, y al morir su madre, su padre se hizo cargo de su educación. Estudió en la universidad de Salamanca, con el fin de ser sacerdote, pues así le estaba destinado; y allí escuchó las clases de Francisco de Vitoria y Domingo de Soto y otros profesores que brillaban en el concilio de Trento. En esta ciudad su padre le puso casa, un ayo, cuatro pajes a su servicio y 20.000 escudos anuales para su sustento. A pesar de ello vivió austeramente, y era extremadamente pródigo con los pobres y gran devoto de la Eucaristía. Su generosidad y penitencia, hizo que avisaran a su padre porque el joven parecía enfermo. El padre lo mandó regresar a Sevilla.

Fue ordenado sacerdote en el 1557 en Sevilla. Todo su tiempo de estudiante tuvo consigo las normas de vida que le había enviado san Juan de Ávila. Regresó a Salamanca y se quedó en la universidad como profesor de Teología y estuvo en contacto con todos los reformadores de su tiempo; sus dotes fueron conocidas y le procuraron la estima del papa san Pío V y de Felipe II que le nombró canciller de la universidad. Cuando aún no tenía 30 años fue elegido obispo de Badajoz, a pesar de no tener la edad canónica. No quiso aceptar pero por las insistencias de su padre tuvo que hacerlo, y fue consagrado obispo en la catedral de Sevilla en 1562. Envió misioneros por todos los pueblos de su diócesis. Aplicó las decisiones del concilio de Trento, especialmente con las visitas pastorales por las parroquias de su diócesis. San Juan de Ávila que le tenía en gran estima alabó sus decisiones. Vivió sin ningún tipo de pompa y entregó muchas rentas del obispado a obras de caridad. En su vida ascética influyó mucho en san Pedro de Alcántara con quien mantuvo elevadas conversaciones espirituales y su relación epistolar con san Carlos Borromeo. Mandó al concilio provincial de Santiago de Compostela de 1565 algunos consejos prácticos para reformar a los obispos.

A los 36 años, teniendo ya el título de patriarca de Antioquía, por nombramiento de san Pío V, que le envío personalmente el palio, Felipe II lo presentó como arzobispo y virrey de Valencia, se resistió a ese nuevo nombramiento, y tuvo que salir de noche de Badajoz por la pena que tenía al dejar a sus fieles. Y allí se propuso llevar a cabo la reforma del concilio de Trento. Gran madrugador, dedicaba desde el amanecer varias horas a la meditación y la oración. Recorrió varias veces la diócesis; hizo más de 2.700 visitas pastorales, celebró siete sínodos y atendió especialmente a los sacerdotes, porque, a través de ellos, intentaba lograr la reforma en el pueblo. Catequizó a los niños en su retiro de Burjasot, cerca de Valencia; abrió una escuela para los jóvenes de la nobleza en su propio palacio, porque creía que si se les formaba bien podían hacer mucho bien. De este semillero salieron dos cardenales y diez obispos y numerosos magistrados que sirvieron con dignidad los intereses de la nación; fundó el colegio del Corpus Christi para la formación del clero. Algunos le consideraron un estadista iluminado en su oficio de Virrey, pero se debe admirar su concienzuda dedicación al deber y su heroica paciencia con la que soportó la responsabilidad de su oficio.

Muy polémica fue su decisiva intervención en la expulsión de los moriscos, a los que en vano trató de convertir en sinceros cristianos y cuyos manejos políticos quedaron al descubierto, por sus relaciones con los turcos, a quienes habían pedido ayuda para una nueva reconquista de España. Vivió, como en Badajoz, en total pobreza, sin tener ninguna ostentación de aquellas que comportaba su condición eclesiástica y política. Fundó las Agustinas Descalzas. Tuvo amistad con santos Pascual Bailón, Teresa de Jesús, Roberto Belarmino y Lorenzo de Brindisi. Murió en Valencia. Fue canonizado por S.S. Juan XXIII el 12 de junio de 1960.
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San CARLOS DE SEZZE. (1613-1670).

(Juan Carlos Melchiori).
Martirologio Romano: En Roma, san Carlos de Seze, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, el cual desde la infancia se vio obligado a ganar el pan cotidiano, e invitaba a sus compañeros a imitar a Cristo y a los santos. Vestido con el sayal franciscano, se entregaba largamente a la adoración del santísimo Sacramento del Altar

Nació en Sezze Romano (Italia). Trabajó como pastor y un día una bandada de aves espantó a los bueyes que Carlos dirigía cuando estaba arando, y estos arremetieron contra él con grave peligro de matarlo. Cuando sintió que iba a perecer en el accidente, prometió a Dios que si le salvaba la vida se haría religioso. Y milagrosamente quedó ileso.

Quiso ser franciscano lego para imitar a san Salvador de Horta y a san Pascual Bailón. Pidió entonces a unos religiosos franciscanos que le ayudaran a entrar en su comunidad y ellos lo invitaron a que fuese a Roma para que hable con el superior de la Orden. Así lo hizo junto con tres compañeros más y tras ser probados con en la humildad tratándolos con mucha dureza, el superior accedió a admitirlos.

Aunque creyó sentir la llamada para las misiones, una grave enfermedad le retuvo en su tierra del Lazio, yendo de un convento a otro, hasta acabar en la ciudad de Roma. Allí, en San Pietro in Montorio y en San Francesco a Ripa (donde hoy se veneran sus restos), no pasó de las actividades más modestas: cuidar enfermos, hacer de sacristán, pedir limosna. Incluso dentro de su Orden era un "don nadie", pero resultaba que tenía un especial don taumatúrgico.

Ante el pedido de muchas personas que le pedían incesantemente que redactáse algunas normas para orar mejor y crecer en santidad, el santo publicó un folletín causándole diversas difucultades por lo que casi es expulsado de su comunidad. Humillado se arrodilló ante un crucifijo para contarle sus angustias, y oyó que Nuestro Señor le decía: "ánimo, que estas cosas no te van a impedir entrar en el paraíso".

La petición más frecuente del hermano Carlos a Dios era esta: "Señor, enciéndeme en amor a Ti". Se dice que durante una Misa, al elevarse la Sagrada Forma de ella partió un rayo luminoso que le hirió en el pecho hasta penetrar en su corazón. A raíz de aquella experiencia y, a pesar de tener muy pocos estudios, escribió un libro de mística "Las grandezas de la misericordia de Dios", de la misma manera que hacía poesía. Conoció la caridad de sus superiores, que no quisieron que se colgara un trozo de loza de los platos que rompía (que eran muchos y muy a menudo), y que era la forma de penitencia que se usaba entre los franciscanos para recordar el cuidado que hay que tener con todas las cosas. Fue un santo obedientísimo que no pudo ser sacerdote ni misionero. Su Santidad Juan XXIII lo canonizó el 12 de abril de 1959.
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Beata RITA AMADA DE JESÚS. (1848-1913).

(Rita Lopes de Almeida).
Martirologio Romano:En Casalmendinho, Portugal, beata Rita Amada de Jesús (Rita Lopes de Almeida), virgen, fundadora del Instituto de Jesús, María y José

Nació en un pequeño pueblo de la parróquia de Ribafeita, diócesis de Viseu (Portugal). Desde muy joven sintió una profunda devoción por la Eucaristía, María y san José, así como un cariño especial por el Papa, que en aquel tiempo se encontraba en el exilio.

La Iglesia de Portugal era perseguida por parte de la Masoneria, que se apoderó de los bienes eclesiásticos, cerró los seminarios y casas de religiosos. A los Institutos de religiosas, les prohibió la admisión de novicias. Obispos y sacerdotes provenientes de alto nivel económico fueron objeto de sus ataques. De este modo no podían dedicarse a su ministerio, ya que tenían que defenderse. Todo esto debilitó en parte a la Iglesia.

Pero estos hechos no apagó en Rita el ansia de una auténtica familia cristiana como la suya, así como comunicárselo a los demás. De este modo Dios suscitó en Rita la vocación misionera, para liberar a la juventud del indeferentismo religioso, y fomentar los valores morales, y así con el apostolado pudo fortalecer la familia. Esto le llevó a ir de pueblo en pueblo a enseñar a orar, sobre todo el rosario y otras oraciones que despertasen la devoción a María. En su apostolado buscó siempre a personas que vivían una vida inmoral e hizo de todo para rescatarlas del mal, esto le llevó a recibir amenazas de muerte.

Aunque deseaba ingresar en la vida religiosa, como las leyes no lo permitían, tuvo que dedicarse a su apostolado en el “mundo”, entregada a prácticas ascéticas; durante mucho tiempo rechazó a muchos pretendientes. Sus padres le ayudaron albergando en su casa a mujeres deseosas de conversión. Después de varios intentos ingresó con 29 años en una Congregación extranjera, pero como ésta se dedicaba solo a ayudar a los pobres, este no era el celo apostólico que ardía en el corazón de Rita, y por ello no se pudo identificar con ella y se salió con 32 años. En 1880, con ayuda de su director espiritual, consiguió fundar un Colegio-Instituto de Jesús, María y José, en la parroquia de Ribafeita, con la espiritualidad de la Sagrada Familia. El Instituto se extendió por todo Portugal, tuvo dificultades económicas y con una religiosa del propio Instituto. Las autoridades civiles, lo suprimieron, y entonces, se vio obligada a reunir a sus hermanas y enviarlas a Brasil, para que dieran continuidad a su obra. Rita falleció en Casalmendinho (parroquia de Ribafeita) en olor de santidad. Fue beatificada el 28 de mayo de 2006, en Viseu (Portugal) durante el pontificado de Benedicto XVI.
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Santa RAFAELA MARÍA DEL SAGRADO CORAZÓN PORRAS AYLLÓN. (1850-1925).

Martirologio Romano: En Roma, santa Rafaela María del Sagrado Corazón Porras Ayllón, virgen, fundadora de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón, que estando considerada como enferma mental, pasó santamente los últimos años de su vida entre tribulaciones y penitencia

Se llamaba Rafaela Porras Ayllón y nació en Pedro Abad (Córdoba), en el seno de una familia de agricultores acomodados. Eran 13 hermanos, su padre murió cuando ella tenía cuatro años. Y apenas cumplió los diecinueve, perdió a su madre. Esta muerte le afectó mucho. "Prometí al Señor no poner jamás mi afecto en criatura alguna". A los quince años hizo voto de celibato.

Junto con su hermana Dolores, pasaron, en 1874, un tiempo de reflexión en las clarisas del convento de Santa Cruz de Córdoba. Un sacerdote, don José Antonio Ortiz Urruela, las orientó. Entraron en contacto con la sociedad de María Reparadora en 1875. Cuando la sociedad se trasladó a Sevilla por problemas con el obispo fray Ceferino González, ellas se quedaron en Córdoba con un pequeño grupo de novicias. Por incomprensiones del obispo se trasladaron a Andujar y de allí pasaron a Madrid. Les acompañaron 16 religiosas. Murió su protector, don Antonio, y le sustituyó el padre José Joaquín Cotanilla, jesuita. En 1857, con la ayuda del arzobispo de Toledo, fundaron el Instituto de Adoradores del Santísimo Sacramento e Hijas de María Inmaculada. Rafaela cambió su nombre por el de María del Sagrado Corazón.

Fueron años de extremado sufrimiento, la fundadora, Madre Rafaela, lo aceptó todo, y esperó la aprobación. El papa León XIII les concedió la aprobación de sus Constituciones(inspiradas en la regla de san Ignacio) con el nombre de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Pronto empezaron a multiplicarse las nuevas casas. Toda la vida de las nuevas religiosas fue por dos caminos: profunda oración, amor a la Eucaristía y mucho trabajo apostólico.

Una vez logrados sus primeras aspiraciones, surgieron las desconfianzas, las incomprensiones, el arrinconamiento, el largo y absoluto olvido. Graves dificultades que surgieron en el gobierno, (sus cuatro colaboradoras la acusaron de irregularidades administrativas) la movieron a renunciar al generalato a favor de su hermana Dolores, que a su vez también sería relegada a la oscuridad, por una religiosa poco edificante.

Aunque era fundadora de la nueva Institución, fue relegada de todo cargo, a pesar de encontrarse en su plenitud, con 43 años, fue enviada a Roma; así vivió 30 años seguidos en completa humillación. La hicieron pasar por un autentico vía crucis: aislamiento, duros trabajos y humillaciones. Y para explicar esta situación, se divulgó que había perdido la razón. Rafaela se abrazó a esta situación. Se pasaba horas orando de rodillas delante del Santísimo y serena recorrió el camino que se le presentaba. Ni su director podía comprenderla y consolarla, pues ignoraba que ella fuera la Fundadora. Ella callaba y murió en Roma, olvidada, en 1925, hasta que en el 1952 fue recordada con motivo de su beatificación por Pío XII. Fue canonizada por el beato Pablo VI en 1977.
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San ANDRÉS BESSETTE. (1845-1937).

(fr.: André Bessette).
Martirologio Romano: En Montreal, ciudad de la provincia de Quebec, en Canadá, san Andrés (Alfredo) Bessette, religioso de la Congregación de la Santa Cruz, que trabajó incansablemente en la construcción del insigne santuario dedicado a san José que se alza en aquella ciudad

Nació en Quebec, Canada. Hijo de una familia humilde y profundamente religiosa; su padre era armador de carretas, su madre se dedicaba a educar a sus diez hijos. Tenía nueve años de edad cuando su padre falleció en un trágico accidente de trabajo. Tres años más tarde muere su madre. Trabajó de zapatero, panadero, labrador, herrero, y a los veintiún años se fue a los Estados Unidos, donde trabajó en ranchos y molinos durante tres años.

Quiso entrar como religioso de de la Congregación de la Santa Cruz, pero inicialmente fue rechazado por su pobreza y mala salud, hasta que fue aceptado gracias a la mediación del obispo de Montreal. Ingresó a la Congregación de Santa Cruz en 1863 e hizo sus votos religiosos en 1866. Se destacó no solo por su humildad, sino también por ser visionario (se le apareció San José en 1900), místico y taumaturgo).

Trabajo en el convento como sacristán, lavandero, mensajero. Tenía una gran devoción a san José. Trabajó como enfermero y se produjeron muchas curaciones gracias a sus cuidados. Conocido como el “Hacedor de Milagros de Montreal” por las muchas curas forjadas por sus oraciones, que él siempre atribuyó a san José. Fue declarado sospechosos por las autoridades eclesiásticas e incluso llegaron a prohibierle que curase. Miles de personas se dirigieron a él para pedirle sus oraciones y su guía. Fue conocido el hermano Andrés por su consejo práctico y por su sentido del humor. “No debéis estar tristes, es bueno reír un poco”. Fue el gestor de la construcción de la Basílica Oratorio de San José, en 1904 y en la cual actualmente descansan sus restos. Murió en Montreal con fama de santo, a la edad de 92 años. Fue canonizado por SS Benedicto XVI el 17 de octubre de 2010.
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OTROS SANTOS DEL DIA
Santos Julián y Basilisa. M. 286-305.
Martirologio Romano: En Antinoe en la Tebaida, Egipto, santos Julián y Basilisa, mártires
Julián era natural de Antinoe y fue obligado por su familia a contraer matrimonio. El matrimonio de Julián y Basilisa, hicieron voto de continencia y transformaron su casa en hospital para los pobres, y que según una leyenda se convertiría en sendos monasterios femenino y masculino. Basilisa, moriría con toda sus compañeras de fiebres malignas.

>Mártires en Antioquía o Alejandría, no se sabe bien el lugar, en la persecución de Diocleciano y Maximiano. Con él padece martirio, la familia deMarcionila, el hijo de ésta: CelsoAnastasio (que era catecúmeno y lo bautizó Julián); el sacerdote Antonio de Antioquía; a la persecución sobrevive santa Basilisa. Una leyenda dice que Julián fue exhortado por el prefecto Marciano a ofrecer sacrificios a los dioses. Al negarse a ello, los soldados prendieron fuego al monasterio, pereciendo todos los que no habían sido encarcelados. Julián, fue torturado cruelmente, para finalmente morir decapitado. Marciano enloqueció y su cuerpo fue comido por los gusanos. Parece que Julián y Basilisa no han existido.

San Erminoldo. M. 1121.
(Ermenoldo. al: Erminold von Prüfening).
Gobierno de la fuerza
Desde su infancia fue confiado a la abadía benedictina de Hirschau o Hirsau. Fue un discípulo perfecto del abad san Guillermo, debido a su incondicionada fidelidad a la Iglesia y a la regla monástica. Por su virtud y reconocida fidelidad a los ideales de Hirsau, en el 1106, fue elegido, por el obispo Gebhard de Spira, también abad de Hirsau, para que restaurara la abadía de Lorsch, pero, temiendo que este cargo pudiera ser simoniaco, renunció y retornó a su abadía.

En el 1114, fue nombrado, por el obispo san Otón de Bamberg, prior de Prüfening, cerca de Ratisbona, y en el 1117, primer abad. En el gobierno del monasterio, Ermenoldo se distinguió por su piedad y caridad hacia los pobres y su firmeza en los principios morales. Su rigor provocó el descontento entre sus monjes, uno de sus monjes legos le golpeó con un leño provocándole la muerte, por esto está venerado como mártir. Fue sepultado en la iglesia del monasterio y sobre su tumba se produjeron varias cuaraciones de enfermos.


1. La Epifanía del Señor.
* Más información:
o Santoral del Padre Grosez, S.J.
o Meditación sobre los presentes de los Magos.
2. En Florencia, el tránsito de san Andrés Corsino, hijo de la misma ciudad, de la Orden de Carmelitas, Obispo de Fiésole y Confesor, al cual, esclarecido en milagros, canonizó el Papa Urbano VIII. Su festividad se celebra el 4 de febrero.
3. En Barcelona de España, el tránsito de san Raimundo de Peñafort, de la Orden de Predicadores, Confesor, célebre en doctrina y santidad. Su fiesta se celebra el 23 de este mes.
4. En África, la conmemoración de muchísimos santos Mártires, que en la persecución de Severo, fueron amarrados a sendos palos y consumidos por el fuego.
5. En el territorio de Reims, el martirio de santa Macra, Virgen, la cual, en la persecución de Diocleciano, por orden del Presidente Riciovaro, precipitada en el fuego y quedando ilesa, después, cercenados los pechos y atormentada con espantosa prisión, revolcada sobre carbones encendidos y cascos agudísimos, finalmente, puesta en oración, pasó al Señor.
6. En Rennes de Francia, san Melanio, Obispo y Confesor, que después de innumerables milagros, fija siempre la vista en el cielo, pasó glorioso de esta vida.
7. En Gera de Egipto, san Nilamón, recluso, el cual, cuando iba confra su voluntad a ser consagrado Obispo, puesto en oración, entregó el alma a Dios.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

Martirologio Romano (1956)
6 de enero
Fuentes: - Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo I; Patron Saints Index.
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