Santoral del 26 de Septiembre



SAN CIPRIANO Y SANTA JUSTINA, Mártires
INDICE

María Teresa Couderc, Santa Fundadora
Luis Tezza, Beato El apóstol santo de Lima
Gaspar Stanggassinger, Beato Sacerdote Redentorista
Beata Lucía de Caltagirone Virgen
Gedeon, Santo
San Nilo (910-1005)
Beata María Jordá Botella, virgen y mártir
Beata María del Olvido Noguera Albelda, Virgen y Mártir
San Cosme y San Damián Mártires
  • En Nicomedia, el triunfo de los santos Mártires Cipriano y Justina, Virgen. Justina, en tiempo del Emperador Diocleciano y del Presidente Eutolmio, habiendo padecido mucho por Cristo, convirtió también a la fe Cristiana al mismo Cipriano, que era mago y con sus artes mágicas se esforzaba en trastornarle el juicio, y después padeció con él el martirio. Sus cuerpos, arrojados a las fieras y recogidos de noche por unos marineros cristianos, fueron llevados a Roma, y más tarde trasladados a la Basílica Constantiniana y colocados cerca del Baptisterio.
  • En Roma, san Calístrato, Mártir, con otros cuarenta y nueve soldados, los cuales en la persecución de Diocleciano, habiendo visto que Calístrato cosido en un saco de cuero y arrojado al mar, con el auxilio de Dios había salido incólume, convirtiéronse a Cristo, y juntamente con él padecieron el martirio.
  • En Bolonia, san Eusebio, Obispo y Confesor.
  • En Brescia, san Vigilio, Obispo.
  • En territorio de Frascati, san Nilo, Abad, que fue Fundador del monasterio de Grotaferrata y varón de gran santidad.
  • En Tiferno de Umbría, san Amancio, Presbítero, esclarecido con el don de milagros.
  • En Albano, san Senador.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.


SAN COSME Y SAN DAMIAN, Mártires
Yo me voy, y vosotros me buscaréis,
y moriréis en vuestro pecado
(Juan 8, 21)

Cosme significa "adornado, bien presentado". Damián: domador.
Estos dos santos han sido (junto con San Lucas) los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman "los no cobradores", porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres.

Eran hermanos gemelos y nacieron en Arabia, en el siglo tercero. Se dedicaron a la medicina y llegaron a ser muy afamados médicos. Pero tenían la especialidad de que a los pobres no les cobraban la consulta ni los remedios. Lo único que les pedía era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su evangelio.

Las gentes los querían muchísimo y en muchos pueblos eran considerados como unos verdaderos benefactores de los pobres. Y ellos aprovechaban su gran popularidad para ir extendiendo la religión de Jesucristo por todos los sitios donde llegaban.

Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó muchísimo porque estos dos hermanos propagaban la religión de Jesús. Trató inútilmente de que dejaran de predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los sacó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les cortaran la cabeza, y así derramaron su sangre por proclamar su amor al Divino Salvador.

Y sucedió entonces que junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, Cosme y Damián, empezaron a obrarse maravillosos curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, en una gravísima enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente. Con sus ministros se fue personalmente a la tumba de los dos santos a darles las gracias.

En Constantinopla levantaron dos grandes templos en honor de estos dos famosos mártires y en Roma les construyeron una basílica con bellos mosaicos.

MEDITACIÓN SOBRE EL APLAZAMIENTO DE LA CONVERSIÓN
I. No difieras tu conversión de día en día: Dios, que promete perdonar al arrepentido, no ha prometido esperar al pecador que difiere su conversión. La vida es tan incierta que una pronta conversión es absolutamente necesaria; porque de esta conversión depende una eternidad de dicha o de infortunio. El negocio de la salvación es tan importante, que no debe ser dejado para mañana. El día de mañana no pertenece al cristiano (Tertuliano).

II. Pero aun cuando estuvieras seguro de llegar a extrema vejez, no sería ello razón para diferir hasta entonces tu conversión. En efecto, el cuerpo debilitado por la edad y la enfermedad no buscará sino el descanso, los malos hábitos se habrán convertido en segunda naturaleza; acaso Dios retire las gracias que hoy menosprecias. Sin duda que el perdón está prometido al que se arrepiente; ¿pero pretenderás hacer entonces penitencia?

III. Esperas para convertirte el momento de tu muerte: pero ¿quién te ha dicho que no morirás de muerte repentina e imprevista? ¿Quién te ha asegurado que conservarás el uso de tu razón? Suponte que goces en ese supremo momento del pleno uso de tus facultades, ¿qué clase de penitencia es la que consiste en dejar el pecado cuando ya no se lo puede cometer? Imita a aquel cortesano que, después de haber leído la vida de San Antonio, dijo a uno de sus amigos: “Voy a servir a Dios; ahora mismo comienzo y en este lugar; si no quieres imitarme, por lo menos no te opongas a mi resolución”.
La penitencia.
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN
Haced, Señor, que experimentemos los efectos incesantes de la protección de vuestros bienaventurados mártires Cipriano y Justina, puesto que no cesáis de mirar con bondad a los que favorecéis con tan poderoso socorro. Por J. C. N. S.




San Cosme y San Damián Mártires

Siglo III

Quiera Dios enviarnos muchos médicos generosos que, a imitación de Cosme y Damián, se dediquen a recetar gratuitamente a los pobres, y a aprovechar su ascendiente para propagar la santa religión de Jesucristo. Qué hermoso fuera que hubiera muchos médicos así.

"Lo que habéis recibido gratis, dadlo también gratuitamente" (Jesucristo Mt. 10, 8).

Estos dos santos han sido (junto con San Lucas) los patronos de los médicos católicos. En oriente los llaman "los no cobradores", porque ejercían la medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres.

Eran hermanos gemelos y nacieron en Arabia, en el siglo tercero. Se dedicaron a la medicina y llegaron a ser muy afamados médicos. Pero tenían la especialidad de que a los pobres no les cobraban la consulta ni los remedios. Lo único que les pedía era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su evangelio.

Las gentes los querían muchísimo y en muchos pueblos eran considerados como unos verdaderos benefactores de los pobres. Y ellos aprovechaban su gran popularidad para ir extendiendo la religión de Jesucristo por todos los sitios donde llegaban.

Lisias, el gobernador de Cilicia, se disgustó muchísimo porque estos dos hermanos propagaban la religión de Jesús. Trató inútilmente de que dejaran de predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola gigantesca los sacó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les cortaran la cabeza, y así derramaron su sangre por proclamar su amor al Divino Salvador.

Y sucedió entonces que junto a la tumba de los dos hermanos gemelos, Cosme y Damián, empezaron a obrarse maravillosos curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, en una gravísima enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente. Con sus ministros se fue personalmente a la tumba de los dos santos a darles las gracias.

En Constantinopla levantaron dos grandes templos en honor de estos dos famosos mártires y en Roma les construyeron una basílica con bellos mosaicos.
Fuente EWTN
INDICE

Beata María del Olvido Noguera Albelda, Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En el pueblo de Benifairó de Valldigna en el mismo territorio en España, beata María del Olvido Noguera Albelda, virgen y mártir, que, siempre en la misma persecución, sufrió el martirio por la fe. (1903-1936).

Nació en Carcagente, Valencia. Era soltera y pertenecía a la Acción Católica. Era conocida por su caridad con los pobres. Llevaba una vida de intensa piedad y devoción a María.

Cuando estalló la guerra civil, ajena a todo partidismo político, el odio contra ella no fue otra causa que su vida de piedad. Arrestada junto a su hermano, le dieron un horrible martirio. Cuando vio que intentaban violarla, se defendió con todas sus fuerzas.

Entonces los milicianos ataron a su hermano a un árbol para que presenciara como cuatro milicianos la violaban, sin poder ella defenderse, mientras gritaba vivas a Cristo Rey e invocar al Señor, consumado el ultraje le pegaron un tiro en Benifairó de Valldigna. Seguidamente asesinaron a su hermano.
=
Fuente: oremosjuntos.com
INDICE

Beata María Jordá Botella, virgen y mártir

fecha: 26 de septiembre
n.: 1905 - †: 1936 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 11 mar 2001
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Benifallín, de la provincia de Alicante, también en España, beata María Jordá Botella, virgen y mártir, que disputó el buen combate de Cristo en la citada persecución.

Nace en Alcoy, provincia de Alicante, el 26 de enero de 1905 y es bautizada con el nombre de María del Pilar, usando habitualmente el nombre de María. Alumna del colegio de San Vicente de Paúl, recibe en él una esmerada educación cristiana. A los 11 años es admitida como Hija de María, cuyas obligaciones cumplía con gran cuidado. Pasa luego como interna al colegio de la Pureza, en Onteniente. Concluido el período de su formación, vuelve a su casa y lleva una vida ejemplar, militando en la Acción Católica y en otras asociaciones, como el Patronato de las Obreras de San Mauro, en el que desplegó un gran celo apostólico y un magnífico sentido social cristiano, haciendo un gran bien a su alrededor. Llegada la revolución de julio de 1936, se trasladó a Madrid para vivir con un hermano suyo, pero aquí fue reconocida y arrestada y llevada por los milicianos a Alcoy, donde fue encarcelada en el colegio de las esclavas. Aquí estuvo hasta el 26 de septiembre. A la caída de la tarde fue trasladada a Benifallim y aquí martirizada. Fue beatificada en 2001.

fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
INDICE



San Nilo (910-1005)


San Nilo, abad y fundador del monasterio de Grotaferrata (Italia). Calabrés y hombre versado en todas las ciencias; al enviudar se encerró en una celdilla para hacer oración y practicar ásperas penitencias. En breve se le juntaron muchos discípulos, pero él huyó a Montecasino primero, y después a los montes de la Sabina, donde levantó un famoso monasterio que gobernó muchos años, muriendo en él a los noventa y cinco de edad, 1005.

Nació en Rossano, Calabria, Italia, de origen griego. Fue un alto funcionario que se convirtió súbitamente a la muerte de su esposa, la cual lo había engañado en muchas ocasiones. Fundó y dirigió en Grotttaferrata un monasterio que todavía existe. A un caballero libertino que creía inquietarle preguntándole si Salomón había ido al cielo o al infierno, le dio una respuesta que le convirtió: “Es una pregunta muy inteligente la que me haces, pero hay una más urgente que resolver: la de saber a dónde irás tú mismo si sigues viviendo como el cerdo de Epicuro, o sea, como has hecho hasta ahora”.

Fuente: mercaba
INDICE



Gedeon, Santo Juez de Israel

Martirologio Romano: Conmemoración de san Gedeón, de la tribu de Manasés, juez en Israel (Jc, 6, 37), que recibió del Señor el signo del rocío, que descendía a un vellón de lana, como fortaleza de Dios, librando al pueblo de Israel de sus enemigos, después de destruir el altar de Baal.

Etimología: Gedeón = valentón. Viene de la lengua hebrea.

Los episodios de sagrado libro de los Jueces, "cuando no había rey en Israel y cada cual obraba conforme a su albedrío", parecen todos calcados sobre este sencillo esquema: Pecaba Israel y le castigaba Dios; Israel se arrepentía y Dios le perdonaba, levantando el castigo. El pecado era la idolatría, y el castigo, la opresión de Israel por las gentes de Canaán y sus alrededores. Movido, al fin, el Señor por la penitencia de su pueblo elegido, "le proporcionaba libertadores -llamados jueces- que le sacasen de las manos de sus opresores y le librasen de tan dura servidumbre".
Uno de tales jueces o libertadores, a continuación de Barac y Débora la profetisa, allá por los años de 1240 antes de la era cristiana -sin que la fecha pueda tenerse por rigurosamente exacta-, fue Gedeón, hijo de Joás, de la familia (clan, dicen los modernos) o tronco de Abiezer, de la tribu de Manasés. Acomodada primero esta familia en la región de Galaad (hoy el reino hachemita de Jordania) al otro lado del Jordán, emigró después, y pasando el río, vino a residir en Efra u Ofra (hoy Et-Taiyibe), a unos doce kilómetros de Beisán, muy cerca de Naím y Endor, al lado del monte llamado Pequeño Hermón.

En Efra, donde su solar paterno era uno de los principales, si no el principal, nació Gedeón, que significa "cortador". Llamósele también Yerubbaal, Yerubbescheth y Yerubboscheth, como destructor del ídolo ignominioso de Baal y cortador de su bosque. San Agustín y Procopio de Gaza insinúan que fue jiliarjos = capitán o jefe de mil soldados, fundándose en la palabra hebrea "elef" que, sin embargo, en este caso no significa millar sino familia, o estirpe.

Vimos al principio la situación tan lamentable social, política y religiosa del pueblo hebreo en tiempo de Gedeón. No era mejor la exterior, muy semejante a la que hoy atraviesa el nuevo Estado de Israel cercado por todas partes de naciones árabes que le odian a muerte y, si posible les fuera, le borrarían del mapa. "Pecaron nuevamente —dice el sagrado texto— los hijos de Israel delante del Señor, el cual los entregó en manos de los madianitas por siete años; quienes de tal manera los oprimieron, que los israelitas se vieron obligados a poner su morada en las grutas naturales de los montes, en cuevas artificiales y hasta en ruinas de antiguos castillos."

El hecho central y culminante de la historia de Gedeón es precisamente la victoria conseguida contra estos madianitas por un medio del todo inadecuado para tan resonante y decisivo triunfo militar. Sabido es cómo en la Edad Media había entre nuestras villas y ciudades comunidad de pastos, que permitían apacentar los rebaños mucho más lejos del propio territorio o jurisdicción municipal; cosa parecida ocurre hoy entre las tribus beduinas, a ratos nómadas, del Oriente; el terreno de cada clan es inviolable y se guardarán muy bien de penetrar los demás en él en plan de dominio; otra cosa es, sin embargo, tratándose del pastoreo, pues se mezclan unas tribus con otras, aunque a veces se sirvan de este derecho para invadir en son de guerra el ajeno territorio.

Las tribus nómadas contemporáneas y vecinas de Gedeón, so pretexto de apacentar los rebaños, pasaron el río Jordán y en plan de conquista acamparon en la planicie de Jezrael (hoy Zerajin) en la extremidad oriental de la extensa y rica llanura de Esdrelón. Planeóse el ataque colocándose Madián al norte, Amalec al sur y los "Beni Qedem" = Hijos del Oriente, agrupación de diversas tribus nómadas, al este. Del número e importancia de esta invasión nos persuaden estos datos bíblicos: "Cuando venía la sementera, se presentaban los madianitas, los amalecitas y otros pueblos orientales... y no dejaban a los israelitas nada de lo necesario para la vida, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos, desolándolo todo por donde pasaban... Es de advertir que las tiendas de campaña henchían el valle de Jezrael como espesa plaga de langostas y sus camellos eran innumerables como las arenas de las orillas del mar". Dos reyes, Zebee y Salmana, y dos príncipes, Orez y Zeb, capitaneaban aquel ejército que, a juzgar por las cifras bíblicas, se componía de 135.000 hombres. Era ya el séptimo año de invasión.

Obediente Gedeón a la voz de Dios convocó a toda la cognación de Abiezer y a las tribus de Israel que tenía más cerca. Resonó en los montes el clarín de guerra y los emisarios esparcidos por todas partes intimaron órdenes de concentración. Reuniéronse 32.000 hombres de Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí. Hubo Gedeón, indudablemente, de justificar su jefatura recordando primero la reprensión general hecha en nombre de Dios por aquel "varón profeta", que aparece sin saber dónde, ni cuándo; refiriendo después la visita del "ángel del Señor" que le ordenó ponerse al frente del ejército y probó su misión quemando con su báculo (presentóse como caminante) la oblación preparada; participando, finalmente, la íntima y continua comunicación con la que Dios le favorecía, mandándole destruir el altar de Baal, accediendo a la prueba del rocío y el vellocino, y revelándole la victoria por el diálogo de los centinelas madianitas escuchado por Gedeón y su criado Fara.

Nuevamente habló Dios a Gedeón para decirle que no quería que Israel le disputase la gloria del triunfo a causa del número, y así, hecha la primera prueba, abandonaron las filas 12.000 soldados, practicada la segunda, consistente en el modo de beber (en pie o arrodillados) en la fuente de Harad (hoy Ain-Djalud, en la montaña de Gelboé), quedaron sólo 300, quienes en tres grupos y armados de bocinas en la diestra y de ollas con teas encendidas dentro en la izquierda, irrumpieron de noche por tres sitios diferentes en el campamento y rompiendo las vasijas, sonando las trompetas y gritando: "Espada del Señor y de Gedeón", sembraron la confusión entre los orientales, haciendo que se matasen unos a otros y huyendo los demás. Cortando a éstos los de Efraím el paso del Jordán, completaron la gesta.

Disfrutó Israel de paz cuarenta años y sirvió a Dios toda la vida de Gedeón, quien murió y fue puesto en el sepulcro de su padre Joás en Efra, a donde se había retirado. Con el oro cogido al enemigo había fabricado un efod, o monumento conmemorativo, causa ocasional de prevaricación de Israel, después de su muerte, por lo que va Gedeón envuelto en la acusación bíblica como causa remota, aunque involuntaria. Respecto a la poligamia (tuvo 70 hijos de varias mujeres), ni es caso único en los santos del Antiguo Testamento, ni la ley evangélica estaba en vigor.

Completamos esta biografía, proclamando la santidad de Gedeón. "Loados sean también los Jueces, cada uno por su nombre -exclama el Eclesiástico-, cuyo corazón no fue pervertido, porque no se apartaron del Señor; a fin de que sea bendita su memoria y reverdezcan sus huesos allí donde reposan y dure para siempre su nombre y pase a sus hijos con la gloria de aquellos santos varones".

"¿Y qué más diré todavía? -añade San Pablo a los Hebreos-: El tiempo me faltará, si me pongo a contar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los Profetas; los cuales por la fe conquistaron reinos, ejercitaron la justicia y alcanzaron las promesas."

La Iglesia, en una epístola del Común de muchos Mártires, llama Santos a los citados por el Apóstol en dicho texto y ha colocado a Gedeón en el martirologio Romano al día 1 de septiembre, figurando su nombre en casi todos los demás martirológios, dándosele en algunos el título de profeta.

Califícanle varios Santos Padres de varón justo, amado de Dios, santo, santísimo y le presentan como figura o tipo de Jesucristo.

Finalmente, aunque la frase que usa la Sagrada Escritura para referirnos su muerte -"murió en buena vejez"- signifique de suyo una edad avanzada, fundándose los exégetas en que también se aplica a otros varones conspicuos (Abrahán, David), la entienden asimismo de la salud, de la tranquilidad, de la fama, de la autoridad, de los méritos y virtudes, de la buena conciencia, de la amistad con Dios, en una palabra, de la santidad.
INDICE


María Teresa Couderc, Santa Fundadora

Nació el 1 de febrero de 1805 en la pequeña localidad francesa de Mas de Sablières. Fue la cuarta de diez hermanos. La bautizaron con el nombre de María Victoria. Su victoria fue poner virtud donde no existía tal, resistir y confesar a Cristo desde el silencio y la humildad frente a la injusticia y la ceguera, hacer de la caridad heroica su religioso blasón. A menudo se cruzan en la vida personas de bien, hombres y mujeres de Dios. Fue su caso. Encontró al padre Jean P. Etienne Terme en la primavera de 1825 en su localidad natal, y a este misionero abrió el corazón, confiándole su anhelo de consagrarse. A él se debía la existencia de las Hermanas de San Francisco de Regis, dedicadas a auxiliar y formar a los pobres, y el ojo avizor de un fundador o fundadora es ciertamente inspirado. Contempla a quienes le rodean desde Cristo, unido a Él los sueña y les habla. De modo que María Victoria tuvo la vía abierta desde el primer momento.

Dejó su trabajo en el campo y se formó en el noviciado de Aps, regido por el sacerdote. En 1826 profesó y tomó el nombre de Teresa. Cerca se hallaba la tumba de san Francisco de Regis, lugar visitado por hombres y mujeres que solían alojarse en una misma casa. El padre Terme se ocupaba de estas peregrinaciones y quiso terminar con los problemas que ello acarreaba abriendo una hospedería; puso al frente a María Victoria. Tras una primera experiencia, la santa acordó con él priorizar la acogida de mujeres que mostrasen signos espirituales tomando la peregrinación como un retiro. Aquella idea germinó y a su tiempo dio lugar a la Congregación de Nuestra Señora del Cenáculo, nacida en La Louvesc; María Victoria fue elegida su superiora en 1828. Las primeras religiosas tenían dos vías de acción apostólica: la enseñanza y la atención de las peregrinas.

Todo seguía su curso en perfecta sintonía, recibiendo formación del padre Terme en conformidad con la espiritualidad ignaciana, hasta la muerte de éste acaecida en 1834. A partir de entonces, asumiendo el juicio de su sucesor, padre Renault, las religiosas terminaron por separarse. Las dedicadas a la enseñanza bajo el amparo de San Regis, y las que se ocupaban de los retiros aglutinadas en el Cenáculo; entre ellas, la santa. Dos años más tarde, estando por medio un informe capcioso contra María Victoria, redactado malintencionadamente por una religiosa, fue depuesta de su cargo por el prelado de Viviers, monseñor Bonnel, quien puso en su lugar a una recién llegada con título nobiliario, al que añadió otro: el de «superiora fundadora». Craso error. Tanto que tuvo que designar nueva responsable para este alto oficio en 1839 porque la gestión de la aristócrata había sido desastrosa. Pero tampoco acertó con la sucesora que, además, se ocupó de que a la verdadera fundadora no le faltaran las tribulaciones, abriéndole con ellas las vías para su santificación. En una locución divina se le había advertido a María Victoria: «Serás víctima de holocausto».

Fueron momentos de gran prueba. A veces tenía que hacer esfuerzos para vencer la resistencia interior, pero se decía: «Cuando Nuestro Señor desea servirse de un alma para su gloria, la hace pasar primero por la prueba de la contradicción, por la humillación y el sufrimiento; no se puede ser un instrumento útil sin esto». Y rogaba fervientemente, sin desanimarse: «Concededme la gracia de que me guste ser despreciada, para parecerme a Vos un poco». Consciente de que sin la cruz no podía alcanzar la meta, manifestaba: «Abracemos la cruz tal como se nos concede; ya sabéis que santifica todo lo que toca desde que ella misma fue santificada por quien es la fuente de toda santidad; amémosla, si ello es posible, pues cuanto más la amemos más provechosa nos resultará». Esto lo tenía claro. Por eso, no sin temblor, seguía actuando con fidelidad, dispuesta a cumplir la voluntad divina, aunque en su intimidad humildemente reconocía el peso de su indigencia. Sabía que confiando en ella no podía hacer nada, pero que contaba con la gracia de Dios; de este modo, afianzaba su irrevocable decisión de llegar hasta el fin: «Siempre hay que estar dispuesto a aceptar de antemano todo lo que Dios permita u ordene. Solamente en esta disposición se halla el reposo y la paz. Me avergüenzo de mi debilidad y, sobre todo, de mi poca virtud, ya que recibo la cruz de mala gana cuando se aproxima. Pero no, la deseo, cualquiera que sea, y diré siempre de buena gana: ¡Fiat! ¡Fiat! La cruz siempre aporta su fruto cuando la sobrellevamos con sumisión y amor». Esta actitud de donación, no sin violentarse a sí misma, le concedía el indescriptible gozo espiritual que alienta a seguir el camino.

Tras la muerte de la segunda superiora, una tercera suavizó la situación. Entonces María Victoria asumió la responsabilidad de varias casas, como la de París, en la que apaciguó ánimos encrespados. Pasó por Tournon, La Louvesc, Lyon y Montpellier; ya se había curtido en las pruebas tras intensa y constante oración. En 1867, como esta fundación de Montpellier se cerró, regresó a Lyon. Experimentó la «noche oscura» y supo lo que era verse privada de la presencia divina. Proyectada al abismo de la culpa, exclamaba: «¡Dios mío, ten piedad de mí!».

Entre experiencias místicas extraordinarias, con las que fue agraciada durante muchos años, y los trabajos que solía efectuar con auténtico espíritu observante, se fue debilitando. Iba acercándose al ocaso de su vida con sordera, afectada por el reumatismo y la artritis. Al inicio de 1885, siendo ya octogenaria, sufrió un síncope, y mientras sus facultades quedaban suspendidas unas horas contempló el purgatorio. El 26 de septiembre de ese mismo año entregó su alma a Dios. Pío XII la beatificó el 4 de noviembre de 1951. Pablo VI la canonizó el 10 de mayo de 1970.

INDICE


LUIS TEZZA (1841-1923)

Nacimiento y juventud
El Padre LUIS TEZZA nace en Conegliano (Treviso) el 1 de Noviembre de 1841, siendo sus padres el médico Augusto y Catalina Nedwiedt. Hijo único, huérfano de padre a la edad de nueve años, va a vivir, junto con su madre, a Padua, donde contiúa sus estudios.

A la edad de 15 años entra en la Orden de los religiosos “camilos” (Ministros de los Enfermos de San Camilo de Lellis). La madre, después de haberlo confiado al noviciado de los camilos de Verona, convencida de la perseverancia del hijo, entra en el monasterio de la Visitación de Padua, dejando Fama de mujer y religiosa excepcional.

Ordenado de sacerdote, se le confía la dirección de los religiosos jóvenes. Después de cuatro años se le presenta la posibilidad de ir a las misiones africanas, que le atraían intensamente desde hacía tiempo, pero renuncia a ello por obediencia a sus legítimos superiores.En vez de ello es trasladado a Roma como vicemaestro de novicios.

Innovador y fundador
En 1871 el Padre Luis es enviado a Francia como maestro de novicios de la nueva provincia religiosa, de la cual llegará a ser el primer superior provincial. Con su celo y su empeño logra establecer la vida común dentro la comunidad y, hacia fuera, el específico ministerio camiliano: la asistencia corporal y espiritual de los enfermos.Después de la supresión de las órdenes religiosas, en 1880, es expulsado de Francia como extranjero, pero retorna clandestinamente después de algunos meses, logrando reunir a los religiosos entonces dispersos.De esa manera, la joven provincia pudo no sólo resistir la represión sino también poner las bases para su ulterior desarrollo.

Elegido procurador y vicario general, retorna a Roma, donde, en 1891, tiene un encuentro provincial: conoce a Josefina Vannini (beatificada el 16 de octubre de 1994). Propone a esta joven un proyecto que lleva en su corazón desde hace algún tiempo: constituir un grupo de mujeres consagrado a Dios en el servicio a los enfermos según el espíritu y el carisma de San Camilo de Lellis.

Nace así el 2 de febrero de 1892 la Congregación de las Hijas de San Camilo que, dentro del carisma camiliano, pone en evidencia características típicamente femeninas como la ternura, la acogida, la capacidad de escucha y la intuición.Cualidades de sensibilidad y de corazón que San Camilo quería para sus religiosos en la asistencia a los enfermos.Aprovado en 1931 por la Santa Sede, el Instituto ha tenido una rápida y constante expansión.

El apóstol de Lima
Parecía ahora que la actividad del Padre Luis hubiese llegado a su fin. Sin embargo, le esperaban otros trabajos. A la edad de 59 años es enviado a Perú como visitador para reformar la comunidad camiliana de Lima, que había estado separada durante más de un siglo de la casa central de Roma y corría peligro de ser cerrada. Debía ser una breve estancia, pero su presencia en esta cuidad fue tenida como indispensable por el Arzobispo y por el Delegado Apostólico, Monseñor Pedro Gasparri, que lo definía como un “hombre inspirado por Dios y providencial para Lima”. Él acepta la voluntad de Dios y se entrega confiadamente a la Providencia. Así estará 23 años en Lima hasta su muerte.

Durante estos años derrama en su entorno tesoros de caridad y de amor de Dios, a través de un intenso apostolado. Además de trabajar por el restablecimiento de la disciplina regular en su comunidad, se dedica a la asistencia de los enfermos particularmente pobres tanto en las casas privadas y en los hospitales como en las cárceles. Es confesor y director espiritual del seminario de la archidiócesis y de diversas congregaciones religiosas; es buscado como apreciado consejero por la Nunciatura apostólica y la diócesis. Ayuda con éxito a otra fundadora, la sierva de Dios Teresa Candamo, que tenía dificultades con su Institución recién fundada. Tanto su trabajo discreto, inteligente y lleno de amor, como su carácter firme y dulce, contribuyeron a darlo a conocer como “el santo de Lima”. Aquí fue donde murió el Padre Luis Tezza el 23 de septiembre de 1923. Una persona anónima escribió en el cemento de la parte posterior de su piedra sepulcral las “el apóstol de Lima”.

Considerado como “el sacerdote más santo de la diócesis de Lima”, según las palabras del cardenal Lauri, a la hora de su muerte los fieles difundieron un significativo recordatorio que revela los trazos de su santidad: “fue querido como Padre y venerado como Santo. Él no existe, pero desde su tumba nos hace oir sus enseñanzas. Su figura y continente era la de un ángel; su palabra era siempre la de un ministro del Evangelio; su corazón era depósito de nobilísimos afectos; su amistad fue cadena de oro que aprisionó sin violencia miles de corazones y su misión fue siempre salvadora. Pasó por en medio de nosotros como una visión celestial, siempre bondadoso y humilde, siempre cariñoso y caritativo. La fe era el principio de sus obras y la bondad le servía como de manto y de diadema”.

Sus restos mortales reposan en la casa general de las Hijas de San Camilo de Vía Anagnina e Grottaferrata (Roma) al lado de la Cofundadora, la Beata Josefina Vannini.

Mensaje
A la luz del evangelio se comprende fácilmente la actualidad del mensaje del Padre Luis Tezza. Jesús tuvo especiales atenciones con los enfermos y, además, se identificó él mismo con los hermanos enfermos: “Estaba enfermo y me visitasteis. Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40).

El Padre Luis Tezza fue escogido por Dios no sólo para vivir sino también para transmitir el carisma de la misericordia hacia los enfermos a través de la fundación del Instituto de las Hijas de San Camilo, dedicado al servicio de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural. Él señala a todo cristiano cómo ponerse delante del mundo del sufrimiento, cómo curarlo y aliviarlo y, sobre todo, cómo valorarlo en beneficio de la propia santificación y de la redención de los demás.

El Padre Luis, además, nos estimula a creer y obrar según el proyecto que Dios tiene sobre cada uno de nosotros. De hecho, él hizo girar su existencia sobre un gozne: la obediencia aDios. Y vivió realmente en un constante estado de búsqueda y de actuación de la voluntad de Dios . En los signos de los tiempos, en los hechos de la vida ordinaria, en las decisiones de sus superiores, él ha visto siempre el proyecto de Dios, que había que seguir a costa de cualquier sacrificio.

Él nos repite a cada uno de nosotros su convencimiento para que llegue a ser el nuestro:

Dios no dijo sólo a algunos,sino a todos: sed santos.
La santidad por tanto, debe ser accesible a todos.
¿En qué consiste? ¿En hacer muchas cosas? No.
¿En hacer cosas extraordinarias? Tampoco. No sería cosa de todos ni de todos los momentos.
Por tanto: es hacer el bien y hacerlo perfectamente en la condición, en el estado en el que Dios nos ha puesto.
Nada más; nada fuera de esto.
Fuente: vatican
INDICE



Beata Lucía de Caltagirone Virgen

Caltagirone (Catania), XIV sec. - Salerno, 1400Martirologio Romano: En Salerno, Bendito Lucia de Caltagirone, una virgen de la Tercera Orden Regular de San Francisco.

Al igual que un sinnúmero figura bendito y venerable, que vivió en los primeros siglos de los franciscanos, cuya noticia acerca de la vida no están bien documentadas, incluso para los bienaventurados Lucía da Caltagirone, la información llegó a nosotros no estamos a salvo y probablemente varias anécdotas han sido coloreado por la leyenda.
Textos donde citarse todos los impresos en el siglo XVIII; uno de los más influyentes son los "Annales Minorum", el famoso cronista irlandés Lucas Guata, recoleto fraile (1588-1657), que produjo el mayor estrés descriptivo beca, histórico como menor de todos los tiempos.
Lucía nació en la segunda mitad de la siglo XIV en Caltagirone, una hermosa ciudad en la provincia de Catania, pintorescamente situado sobre tres colinas y la llamada "reina de las montañas"; conocido por la famosa cerámica y loza.
Según la 'Vida', en la infancia, después de una caída terrible, fue confortado por la visión de s. Nicolás de Bari, cuya devoción particular, los padres piadosos había educado.

Caltagirone A los trece años se fue, para seguir un piadoso franciscano terciario Salerno; después de un cierto período, fue dejado solo por la muerte de su guía, y Lucía entró en un convento cerca de Salerno, gobernada por la regla franciscana.

Y en la ciudad maravillosa, que se encuentra en el golfo y luego la sede de una escuela de medicina famoso y prestigioso, que vivía el resto de su vida; Monasterio franciscano que lo recibió, muy probablemente, fue el de San Francisco, en la iglesia de San Nicolás, construida en 1238 y abolida en 1809 siguiendo las leyes napoleónicas.

Entre los Franciscanos Terciarios Regulares, Lucía se distinguió por fieles la práctica de sus funciones, en particular, por el amor de la penitencia, a la que había dedicado tanto para expiar los pecados, y en especial por su devoción a las Cinco Llagas de Cristo.

Durante un tiempo ejerció el cargo de maestra de novicias y la fama de sus virtudes se extendió por toda la ciudad; muchos recurrieron a ella para las oraciones y consejos, anticipando algunos siglos las famosas figuras de otra terciaria franciscana, como s. María Francisca de las Cinco Llagas (Anna Maria Gallo, 1715-1791) y la venerable María Crucificado de las Cinco Llagas (D'Ambrosio, 1782-1826) en Nápoles eran como ella, punto de referencia espiritual para las generaciones de fieles y necesitados.

Lucía Salerno murió en el año 1400, la fecha exacta no ha sobrevivido; y después de su muerte, se atribuyeron varios milagros.
Posteriormente, para los eventos alternos y desconocidos, su cuerpo fue trasladado al monasterio benedictino de Santa Maria Maddalena siempre en Salerno, que también ya no existe.
Su culto fue aprobado por el Papa Calixto III (1455-1458) y confirmado por el Papa León X 04 de junio 1514, que concedió a la instancia de los franciscanos, la celebración al 26 de septiembre, con la Misa y el Oficio propio, que consiste en un ejemplo de s. Chiara.

Autor: Antonio Borrelli
INDICE


Beato Gaspar Stanggassinger C.Ss. R.

“Los Santos suelen tener intuiciones especiales, -escribe el P. Stanggassinger.- Lo verdaderamente importante para mí, que no soy un santo, son las verdades eternas y sencillas de siempre: Encarnación,

Gaspar Stanggassinger nace en el año de 1871 en Berchtesgarden, Bavaria, un 12 de enero. Es el segundo de 15 hermanos. Su padre, sencillo agricultor y dueño de una cantera, es una persona estimada por todos.

Soñando ya desde niño con el sacerdocio, suele entretener a sus hermanos y hermanas con pequeñas predicaciones y los lleva por los montes en procesión hasta una capilla no muy distante de la casa. A los 10 años comienza los estudios en la escuela de Freising. Su gran dificultad para el estudio hace temer la posibilidad de abandonarlo y seguir la voluntad del padre, si no logra superar los exámenes. Pero con una férrea voluntad, una aplicación notable y una gran confianza en la oración, consigue salir adelante.

En los años sucesivos durante las vacaciones comienza a reunir jóvenes para orientarlos en la vida cristiana, vivir una experiencia de comunidad y programar el tiempo libre. Diariamente el grupo participa en la Misa, sale de paseo, hace excursiones y peregrinaciones. Su dedicación a ellos es tan admirable que llega incluso a poner en peligro su vida por salvar a un joven que se halla en dificultades.

Pasando el examen de bachiller, ingresa en el Seminario Diocesano de Freising para comenzar los estudios de Teología. En sus escritos de aquel tiempo se refleja el esfuerzo que pone en alcanzar su propia madurez espiritual. Sigue voluntariamente un riguroso ritmo de oración tratando de descubrir que es lo que Dios quiere de él. Pronto ve con claridad que el Señor lo llama a vivir su vocación en un estado diferente. En efecto, después de una visita de los Padres Redentoristas, se siente llamado a seguir su carisma misionero. A pesar de la oposición de su padre, en 1892 entra en el noviciado redentorista de Gars y en 1895 recibe la Ordenación Sacerdotal en Regensburg.

Gaspar Stanggassinger ingresa en la Congregación del Santísimo Redentor con la intención de ser misionero, pero los superiores lo nombran vicedirector del Seminario de Dürnberg, cerca de Haellin. La tarea de formador de los futuros misioneros, a la que se entrega intensamente, será la única ocupación de su corta vida.

Como religioso vive sincera y coherentemente el voto de obediencia que ha profesado. Además de las 28 horas semanales de clase, todo su tiempo lo dedica a los jóvenes. Los domingos colabora en las tareas pastorales de las poblaciones vecinas, sobre todo con la predicación. A pesar de tal ritmo de trabajo se muestra siempre paciente y comprensivo con las necesidades de los demás, sobre todo con aquellos jóvenes que ven en él un amigo más que un superior. Aunque las normas de formación de la época son rígidas y exigentes, Gaspar nunca emplea formas bruscas y si alguna vez tiene la impresión de haber causado molestia a alguno, no le falta tiempo para excusarse humildemente.

Movido por su gran devoción a la Eucaristía, invita a sus jóvenes y a los fieles a quienes predica, a recurrir al Santísimo Sacramento en sus necesidades y angustias. Les anima a visitar a Jesucristo y a dialogar con el como con un amigo. Su predicación es un estimulo constante a tomar en serio la vida cristiana, acrecentando la propia fe con la oración y la conversión continua. Todo con un estilo sencillo y agradable, sin amenazar con castigos, como es frecuente en la predicación de la época.

En 1899, los Redentoristas inauguran en Gars un nuevo Seminario al que se traslada el P. Stanggassinger como Director. Tiene 28 años, tan solo le alcanza el tiempo para predicar unos Ejercicios Espirituales a los jóvenes y a participar en la apertura del nuevo año académico. El 26 de septiembre termina su peregrinación en la tierra a causa de una peritonitis.
En 1935, con el traslado de sus restos a una capilla lateral de la Iglesia de Gars, da comienzo la Causa de Beatificación. El 24 de abril de 1988 el proclamado Beato por su Santidad el papa San Juan Pablo II.

En Gaspar no se encuentran hechos extraordinarios ni llamativas gracias místicas, aparece más bien, como uno de tantos hombres que día a día cumple con su propio deber. La única y substancial diferencia es la forma de vivir la vida ordinaria. Las raíces de su vivir están en Dios: en él encuentra la plenitud de su total humanidad.

Sus 28 años son como un canto a la fe, la fe inquebrantable que le ha dado la fuerza y la seguridad de encontrar a Cristo en todo, sin necesidad de experiencias o fenómenos extraordinarios, y de seguirlo con decisión y coherencia. En Gaspar no existe ansia o tensión por la fidelidad a cualquier precio. Decide realizar una etapa cada vez, respetando su ritmo personal y el de la gracia, totalmente convencido de que su trabajo es inútil: “SI EL SEÑOR NO CONSTRUYE LA CASA” (Salmo 127), se repite a si mismo y a los demás: “Todo es gracia, todo debe venir del Espíritu Santo”.

De manera análoga a como se enfrenta el mundo espiritual toma igualmente en serio la realidad terrena: ama la naturaleza, las montañas de su Berchtesgarden natal, la familia. Al mismo tiempo prende en el una sana desconfianza hacia la exageraciones y las originalidades de la vida espiritual y religiosa; a su entender ambas deben ser vividas con sencillez y profunda humildad, sin pensar demasiado en si mismo.

Lo específico de su santidad se funda en pocos, sencillos pero firmes elementos: una personalidad “amable, de una bondad sin limites”, unida admirablemente a aquella disponibilidad que es fuente de respetuoso interés por los otros y sus ideas.

El Beato Gaspar Stanggassinger no pertenece a la categoría de los “héroes inasequibles y prácticamente inimitables”. No es ni siquiera uno de aquellos “superhombres” que, visto de cerca, muestran a veces un aspecto marcado por las debilidades: Gaspar se distingue por su humildad sencilla y alegre, a través se manifiesta Cristo que por medio de su Espíritu da incesantemente a todos los hombres de todo tiempo, de forma siempre nueva, el amor y la santidad del Padre
INDICE