Santoral del 28 de noviembre

SAN ESTEBAN EL JOVEN, MártirINDICE

Catalina Labouré, Santa Religiosa
Santos HIRENARCO, ACACIO, VII mujeres y II niños, mártires de Sebaste
Santiago de la Marca, Santo Presbítero Franciscano
Beatos FRANCISCO ESTEBAN LACAL, CÁNDIDO CASTÁN SAN JOSÉ y compañeros
Fausta Romana, Santa Madre del siglo I
Luis Camos Gorriz, Beato Padre de familia y Mártir
Nuestra Señora de los Dolores de Kibeho (Ruanda) Advocación Mariana
Esteban el Joven, Santo Mártir
OTROS SANTOS DEL DÍA:
AUDIO Y VIDEOS



SAN ESTEBAN EL JOVEN, Mártir
Las zorras tienen madrigueras,
y las aves del cielo nidos,
mas el Hijo del hombre no tiene
dónde reclinar su cabeza.
(Mateo 8, 20)

n. en el año 714 en Constantinopla;
† martirizado en el año 764 en Constantinopla
Patrono de coleccionistas de monedas; numismáticos; fundidores.

San Esteban el joven fue, antes de nacer, ofrecido al Señor por sus padres. Él mismo se consagró al servicio de Dios abrazando la vida religiosa lo más pronto que pudo. Pidió una habitación sin techo, a fin de estar expuesto a todas las inclemencias de la intemperie. Constantino Coprónimo le prohibió que honrara las imágenes de los santos, pero le respondió el santo que estaba dispuesto a morir antes que cumplir su prohibición. Esta generosa respuesta le mereció la corona del martirio, en el año 764.


MEDITACIÓN SOBRE CÓMO HAY QUE SUFRIR LAS INCLEMENCIAS DEL TIEMPO
I. Hay que sufrir con paciencia y sin murmuración lo que no puede evitarse; soporta, pues, con resignación el frío, el calor y todas las molestias de las estaciones. Estas incomodidades te son comunes con todos los hombres; sopórtalas, pero de manera que no sea común; recíbelas en expiación de los pecados que has cometido; esto disminuirá proporcionalmente lo que debes sufrir en el purgatorio y embellecerá tu corona en el cielo. ¿Tú, que has merecido el infierno con tus crímenes, te atreves a quejarte del frío del invierno y de los calores del verano? Cesará de quejarse quien comprenda que merece los sufrimientos que lo afligen (San Cipriano).

II. Tú soportas estas incomodidades sin murmurar, cuando hay algún provecho que obtener, algún honor que esperar. ¿Acaso el mercader, el soldado, el agricultor, no menosprecian las borrascas, las tempestades y el rigor de las estaciones cuando se trata de sus intereses? ¿Por ventura tantos hombres virtuosos como hay que sufren por amor de Jesucristo, no tienen un cuerpo como el tuyo? Acostúmbrate, como ellos, al sufrimiento.

III. Jesucristo se expuso a todos estos tormentos por amor nuestro; míralo en el pesebre, en Egipto, en sus viajes, en la cruz; por todas partes se expuso a los rigores de las estaciones. Su cuerpo, que estaba unido a la divinidad, hubiera podido, milagrosamente, hacerse impasible, pero Jesús no lo quiso, ¡Y tú quisieras cambiar el orden de las estaciones y las leyes de la naturaleza para no tener nada que te aflija! ¡El Hijo de Dios ha sufrido para hacer de nosotros hijos de Dios, y el hijo del hombre nada quiere sufrir para continuar siendo hijo de Dios! (San Cipriano).

La paciencia.
Orad por los pobres.

ORACIÓN
Haced, os conjuramos, oh Dios omnipotente, que la intercesión del bienaventurado mártir Esteban, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S.

SAN ESTEBAN EL JOVEN. (1393–1476).

Mártir, 28 de noviembre
Por: . | Fuente: acoantioquena.com

Martirologio Romano: En Constantinopla, san Esteban el Joven, monje y mártir, que en tiempo del emperador Constantino Coprónimo, por dar culto a las imágenes sagradas fue atormentado con variados suplicios y confirmó la verdad católica con el derramamiento de su sangre. († 764)

San Esteban el joven, uno de los más famosos mártires de la persecución iconoclasta, nació en Constantinopla. Cuando tenía quince años, sus padres, le confiaron a los monjes del antiguo monasterio de San Auxencio, no lejos de Calcedonia. El oficio del joven consistía en comprar las provisiones. Cuando murió el Egúmeno (Abad) Juan, Esteban fue elegido para sucederle. El monasterio consistía en una serie de celdas aisladas, desperdigadas en la montaña. El nuevo abad se estableció en una cueva de la cumbre. Ahí unió el trabajo a la oración: se ocupaba en copiar antiguos libros.

El emperador Constantino V Coprónimo (718-775) continuó la guerra que su padre, León III Isáurico (675-741), había declarado a las imágenes. Como era de esperar, encontró entre los monjes la oposición más fuerte y contra ellos tomó las medidas más rigurosas, Como estaba al tanto de la gran influencia de Esteban, el emperador se esforzaba -sin éxito alguno- para que suscribiese el decreto promulgado por los obispos iconoclastas en el sínodo de Hiera del año 753 (Sínodo espurio por ser convocado por el Emperador y no por el Papa).

Esteban fue llevado preso en un navío a un monasterio de Crisópolis, donde fue sometido a juicio. Al principio, le trataron cortésmente, pero después empezaron a maltratarle con brutalidad. El santo les preguntó cómo se atrevían a calificar de ecuménico un concilio que no había sido aprobado por los otros patriarcas, y defendió tenazmente la veneración de las sagradas imágenes. Por ello, fue desterrado a la isla de Proconeso.

Dos años más tarde, Constantino Coprónimo mandó que fuese trasladado a una prisión de Constantinopla. Unos cuantos días después, el santo compareció ante el emperador. Este le preguntó si creía que pisotear una imagen era lo mismo que pisotear a Cristo. Esteban replicó: "Ciertamente que no". Pero en seguida, tomando una moneda, preguntó qué castigo merecía el que pisoteara la imagen del emperador que había en ella. La sola idea de ese crimen provocó gran indignación. Entonces Esteban preguntó: "¿De modo que es un crimen enorme insultar la imagen del rey de la tierra y no lo es arrojar al fuego las imágenes del Rey del cielo?". Las respuestas del monje sacudieron a Coprónimo y desataron su ira, hasta que lo condenó a ser azotado; sin embargo, sin que mediara orden del emperador, San Esteban fue asesinado por un grupo de oficiales en el palacio de Constantinopla.
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SANTA FAUSTA ROMANA. (1393–1476).

Madre del siglo I, 28 de noviembre
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
Etimológicamente significa “ feliz”. Viene de la lengua latina.

El Señor dice: “Mirad que voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Habrá gozo perpetuo por lo que voy a crear. Voy a hacer de mi pueblo una tierra de alegría”.

Fausta fue un madre en el siglo I.
Existe una carta de aquellos años en la que se dice:"Aunque mi padre sea pagano, mi madre es siempre fiel y casta. Me ha hecho cristiana desde la cuna".

El nombre de su hijo era Crisógono.
Había ya en los primeros años del cristianismo personas con esta reciedumbre y fortaleza.
Pertenece, sin duda, a lo que dice el Señor: Era de una tierra nueva y de un nuevo cielo.

Para los apologistas, la difusión del cristianismo constituyó por sí mismo un verdadero milagro.
Este milagro hubiera bastado para probar la divinidad de Cristo.

La misma conversión de la gente era un camino seguro de santidad.
Por eso, los cristianos de la primera hornada se llamaban “santos”.

Anastasia hablaba muy bien en su “Pasión” o teatro medieval para ensalzar y el conocimiento de los santos, de la madre Fausta como una verdadera cristiana que educó en la verdad y la santidad a su hija.

Cuando en la familia florece la flor del creyente auténtico, se debe, en parte, a unos buenos padres que, además de alimentarlos y educarlos, no descuidan nunca el valor religioso.

Si hoy existe tanto despiste y falta de sentido en alguna juventud, se debe a que lo cristiano está aparcado para actos oficiales de bautizo, primera comunión, boda y funerales.
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SANTA CATALINA LABOURE. (1393–1476).


Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 9 años le encomendó a la Stma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición. Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.

Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.

El 27 de noviembre de 1830 estando Santa Catalina rezando en la capilla del convento, la Virgen María se le apareció totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Ella le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen María "M", y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le comentó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote al darse cuenta de la santidad de Catalina, intercedió ante el Arzobispo para obtener el permiso para hacer las medallas y por ende, los milagros.

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido.

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales.

En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré.
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SANTIAGO DE LA MARCA. (1393–1476).


Martirologio Romano:En Nápoles, de la Campania, sepultura de Santiago Piceno o de la Marca, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, esclarecido por su predicación y austeridad de vida.

Había nacido en Monteprandone, en Las Marcas de Ancona y se llamaba Domenico Gangale. Trabajaba como pastor, cuando se apareció un lobo y huyó a Offida, a la casa de un sacerdote, pariente suyo, que le enseñó a leer y a escribir, y después lo llevó a la escuela en Áscoli Piceno. Estudió jurisprudencia en Perugia y se doctoró en leyes; ejerció como notario en la secretaría del Ayuntamiento de Florencia, y después como juez en Bibbiena (Arezzo). Un día sintió una gran repulsa por la corrupción del mundo y decidió hacerse cartujo en Florencia.

Pasando por Asís, llamó a la Porciúncula, donde, a los 23 años se hizo franciscano y recibió el hábito de manos de san Bernardino de Siena. Hizo el noviciado en Las Cárceles. Estudió Teología en Florencia, y fue ordenado sacerdote en 1420 Como san Bernardino -su maestro- se dedicó a la predicación, con gran éxito en Italia.

Como ya ocurriera con san Bernardino de Siena, Jaime llenaba de gente las plazas con sus predicaciones populares, en lengua vulgar. Entre sus primeras experiencias destacan la de Cuaresma en Áscoli, en 1421, la de San Miniato de Florencia el 27 de diciembre de 1422, y la de Venecia en la fiesta de san Juan Bautista. Lo requerían desde muchas ciudades de Úmbria y de las Marcas. Sus temas tocaban las verdades fundamentales de la fe cristiana: Dios, Jesucristo, los misterios de su pasión, muerte y resurrección, los sacramentos, la oración, la gracia, la palabra de Dios, vida eterna, paraíso, infierno, pecado, vicios capitales, el homicidio, la blasfemia, el perdón, la reconciliación y la paz. Los ideales de justicia y equidad y la defensa de los pobres que practicó cuando era juez, se reflejaban ahora en sus predicaciones. De manera especial combatió con energía las creencias erróneas de los grupos sectarios, en especial de los "fraticelli", que atentaron varias veces contra su vida.

Su palabra y el testimonio de su vida era tan fuertes que penetraban en los corazones de los oyentes y los convertía al Señor. Él mismo confesaba: «He visto durante el sermón algunos soldados sexagenarios llorar mucho por sus pecados y la pasión de Cristo, y me confesaron que durante su vida jamás habían derramado una lágrima».

En 1431, el papa Eugenio IV le envió a combatir a los herejes en Bosnia, ejerciendo como “visitador, vicario y comisario”.

Durante el invierno de 1432 recorrió muchas ciudades de la península balcánica en Dalmacia, Croacia, Bosnia y Eslovenia, en los confines con Austria. El 1 de abril, el ministro general de la orden lo nombraba comisario, visitador y vicario de Bosnia, con plenos poderes para intervenir en la vida y disciplina de los frailes que habían perdido el verdadero significado de su vocación. Además de predicador y reformador, Santiago ejerció también de mediador entre el rey de Bosnia Esteban Turko, y un pariente suyo, Radivoj, que se había proclamado rey legítimo de Bosnia con el apoyo de los turcos, en su afán por extenderse hacia el centro de Europa. Situación difícil, en la que el santo tuvo que desplegar toda su diplomacia, para no molestar a ninguno de los soberanos.

En 1433, por designación papal, Santiago regresó a Italia como predicador oficial del Capítulo general de los hermanos menores, reunido en Bolonia. Al año siguiente regresó a Bosnia, donde en algunas zonas había que predicar el Evangelio partiendo desde cero, pues había lugares donde se rendía culto a personas e incluso a animales. Será por este tiempo cuando compondrá su obra: “Tratado contra los herejes de Bosnia”.

En 1436 ejerció varios encargos diplomáticos, y ejerció como inquisidor en Hungría, Austria y Praga, donde pronunció el discurso oficial en la coronación del emperador Segismundo. En Austria, a petición de Segismundo, procuró la paz entre Hungría y Bohemia, sin necesidad de intervención militar, mediante acuerdos que favorecían a ambas partes. El 27 de agosto, el emperador, acompañado por Santiago, entraba triunfalmente en Praga.

En 1439 regresa a Italia, y se dedica a recorrer las principales ciudades del centro y norte de la península, llamando a la paz y a las buenas costumbres. El interés por oírle era tal, que muchos acudían con varias horas de antelación a coger sitio. En su predicación invitaba a todos a invocar el poderoso nombre de Jesús en los momentos de necesidad o peligro, y contaba los favores obtenidos por su invocación. En sus predicaciones exhortaba a no blasfemar, diciendo: La lengua es un miembro tan magnífico y útil, y un don de Dios tan excelente, con el que puedes manifestar tus necesidades a toda criatura, con el que debes alabar siempre a Dios, y no blasfemarlo". Y luego se extendía en contar numerosos ejemplos de desgracias acaecidas a los blasfemos. Después de sus predicaciones, muchos municipios incluyeron en su legislación medidas disciplinares contra la blasfemia. También denunciaba el vicio del juego, que podía llevar a la mentira, el robo e incluso al homicidio.

Estuvo siempre sembrando la paz, junto a san Juan de Capistrano, san Bernardino de Siena y beato Alberto de Sarteano, que fueron las columnas de la reforma franciscana, en lo que se ha dado en llamar “Observancia franciscana”.

Escribió: 12 Artículos para la concordia entre Conventuales y Observantes. Era tan perfectamente obediente que se cuenta, que estaba comiendo cuando recibió la orden del Papa para marcharse a Hungría, en ese instante se levantó, sin terminar de beber, y se puso en viaje. Predicó contra los que practicaban la usura e ideó, como otros franciscanos (los beatos Ángel Chivasso y Bernardino de Feltre), los Montes de Piedad. Sufrió terribles cólicos y, solamente temía una cosa, que el dolor le distrajese de la oración. Tuvo como discípulo al beato Pedro Corradino de Mogliano. Murió en Nápoles y está enterrado en la iglesia de Santa María Nova de esta ciudad.
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Santos HIRENARCO, ACACIO, VII mujeres y II niños, mártires de Sebaste. M. c. 305.

Martirologio Romano: En Sebaste, de Armenia, san Irenarco, mártir, que ejerciendo de verdugo se convirtió a Cristo motivado por la constancia de las mujeres cristianas y, bajo el emperador Diocleciano y el prefecto Máximo, murió decapitado.
El grupo estaba formado por el presbítero Acacio, siete mujeres, dos niños e Hirenarco, que era el verdugo y se convirtió al ver el coraje de las mujeres mártires.

La Passio dice que en Sebaste se inició una persecución cuando era prefecto de la ciudad Máximo. Siete mujeres, acusadas de convertir a sus maridos al cristianismo, fueron conducidas delante del prefecto. Uno de los guardias, de nombre Hirenarco, encargado de la custodia de las siete mujeres, se declaró cristiano y se hizo cargo de su defensa. Máximo fue inflexible e invitó a las cristianas a sacrificar a los dioses, pero estas, con engaño, cogieron los ídolos y los tiraron a un lago. La ira del prefecto fue grande. Una de éstas, madre de dos niños, tiró al fuego un vestido blanco que el prefecto la había regalado a cambio de no torturar a su marido. Serán los dos hijos de esta mujer quienes luego seran asociados al martirio de Hirenarco. Las mujeres fueron torturadas y después decapitadas.Después llegó el turno de Hirenarco que, como rechazase sacrificar a los dioses, fue torturado. Al mismo tiempo recibió el bautismo de manos del presbítero Acacio. Después de negarse nuevamente a sacrificar fue condenado al fuego y después a la decapitación. Hirenarco, Acacio y los dos niños entraron en el horno ardiendo; los niños murieron enseguida, mientras los dos adultos fueron sacados de las llamas para decapitarlos. El relato del martirio de Hirenarco es parecido al de san Blás.
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Beatos FRANCISCO ESTEBAN LACAL, CÁNDIDO CASTÁN SAN JOSÉ y compañeros. M. 1936.

Francisco nació en Soria. Hizo sus primeros votos en la Congregación de los Misioneros Oblatos en 1906 en el convento de Urnieta (Guipúzcoa). En 1911 fue a Turín (Italia) y allí completó los estudios eclesiásticos y recibió las Órdenes Sagradas que culminaron con el Presbiterado en 1912. Al año siguiente se incorporó, como profesor, a la Comunidad del Seminario Menor de Urnieta, donde estará hasta 1929.

Este año fue destinado a Las Arenas (Vizcaya) como auxiliar del Maestro de Novicios. Un año más tarde, en 1930, regresa a Urnieta como Superior; sigue siendo profesor, primero como Superior y, dos años más tarde, también como Provincial, cargo para el que fue nombrado en 1932. En 1935 trasladó su residencia a Madrid, a la casa que ya tenían los Oblatos en la calle de Diego de León. Allí acogió, a un grupo de Oblatos que, detenidos en su Comunidad de Pozuelo de Alarcón y llevados después a la Dirección General de Seguridad, fueron puestos en libertad el 25 de julio de 1936.

Con ellos y con los que ya anteriormente estaban en la Comunidad con él, sufrió las angustias de la persecución religiosa en Madrid y la experimentó directamente cuando el 9 de agosto de 1936 fue expulsado, con sus hermanos Oblatos, de su propia Comunidad de Diego de León. Con ellos va a refugiarse a una pensión situada en la calle Carrera de San Jerónimo. El día 15 de octubre fue detenido. Los van recluyendo en la Cárcel Modelo y es precisamente ahí, en el infortunio, donde, expresando de manera clara sus profundas convicciones evangélicas, se animaban mutuamente y animaban también a otros. Todo ello, en cuanto les era permitido, desde la oración y la vivencia con espíritu de fe de las humillaciones y malos tratos de que eran objeto. Teniendo en cuenta que en el mes de noviembre en Madrid el clima, a veces, es frío, en la cárcel se hacía intensamente frío por carecer del indispensable abrigo, ya que de lo poco que podían disponer hacían participantes a otros que les parecían más necesitados. El Padre Francisco Esteban hizo entrega de su propio abrigo a uno de sus compañeros de prisión. Además del frío, “compañeros” de prisión eran también el hambre y los parásitos, porque la higiene era muy deficiente.

El procedimiento fue el mismo para todos. No hubo acusación, no hubo juicio, no hubo defensa, no hubo explicaciones Solo se sabe que el 28 de noviembre de 1936 fueron sacados de la cárcel, conducidos a Paracuellos de Jarama y allí ejecutados. El mayor de ellos, el beato Vicente Blanco, superior del seminario, tenía 54 años y el más joven, el beato Clemente Rodríguez, profeso temporal, 18. El resto de las edades iban desde los 5 a los 20 años.

Todos ellos murieron haciendo profesión de fe y perdonando a sus verdugos. De los 22 Oblatos que, a pesar de las torturas psicológicas durante el cruel cautiverio, ninguno apostató, ni decayó en la fe, ni lamentó haber abrazado la vocación religiosa.

Estos son los 21 religiosos oblatos y un laico: Juan Antonio Pérez Mayo,Manuel Gutiérrez Martín, Cecilio Vega Domínguez, Juan Pedro Cotillo Fernández, Pascual Aláez Medina, Francisco Polvorinos Gómez, Justo González Lorente, José Vega Riaño, Serviliano Riaño Herrero, Vicente Blanco Guadilla, Gregorio Escobar García, Juan José Caballero Rodríguez, Publio Rodríguez Moslares, Justo Gil Pardo, Ángel Francisco Bocos Hernández, Marcelino Sánchez Fernández, José Guerra Andrés,Daniel Gómez Lucas, Justo Fernández González, Clemente Rodríguez Tejerina y Eleuterio Prado Villarroel.

Cándido nació en Benifayó (Valencia). Era un padre de familia que desde hacía varios años vivía con su esposa y sus hijos en Pozuelo de Alarcón en la colonia de San José. Empleado de ferrocarriles de la Compañía del Norte de España, había estudiado bachillerato en el colegio de los Hnos. del Sagrado Corazón en Miranda de Ebro. Después hizo estudios especiales relativos a materiales ferroviarios. En 1936 prestaba sus servicios en dicha Compañía como empleado principal. Tenía dos hijos.

Cristiano coherente, militante católico, era a la sazón Presidente de la Confederación Nacional de Obreros Católicos. Presidente así mismo de los Ferroviarios Católicos, sección de Madrid-Norte y afiliado a la Adoración Nocturna.

El día 18 de julio de 1936 sufre en su domicilio un primer registro, que nos describe vivencialmente su hija, testigo de visu:

“Se presentaron en casa unos milicianos, so pretexto de encontrar armas, que, por supuesto, no existían… Cuando terminaron, le ordenaron que no se moviera de casa”Cuatro días más tarde, el 23 de julio hacia mediodía, fue obligado a abandonar su casa por un grupo de “milicianos del comité revolucionario de Pozuelo”. Su hija Teresa fue testigo directo de su detención. Entresacamos algunos párrafos:

"En vista del mal cariz que tomaban las cosas, recuerdo que mi madre le propuso a mi padre (tras el arresto domiciliario) que se marchase a Benicarló, con la familia de mi madre, y se escondiese allí. Mi padre se negó diciendo que no tenía por qué esconderse ya que él no había hecho nada malo.

El 23 de julio hacia mediodía se presentaron de nuevo los milicianos para detener y llevarse a mi padre. En casa estábamos sólo él y yo, pues mi madre había salido a comprar acompañada de mi hermano pequeño.

Mi padre me dio el anillo de casado y las llaves de la casa diciéndome que se lo entregase a mi madre. Se lo llevaron al convento de los Padres Oblatos y por el camino se encontró con mi madre y mi hermano que volvían de la compra. Mi madre le preparó la comida y la cena y se lo llevó al convento.

Al día siguiente le preparó el desayuno y cuando se lo llevó ya no estaba.

En mi casa, mi madre tuvo siempre a mi padre por mártir, porque sabía que la única causa de su muerte fue la Religión".
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Beato LUIS CAMPOS GÓRRIZ. (1905-1936).

Martirologio Romano: En Picadero de Paterna, en el territorio de Valencia, en España, beato Luis Campos Górriz, mártir, que durante la misma persecución coronó con su glorioso martirio una vida fervorosamente entregada al apostolado y a la caridad.

Nació en Valencia en el seno de una familia burguesa. Estudió en el colegio de San José con los jesuitas. Estudió Derecho en la Universidad de Valencia y obtuvo su doctorado en Leyes en la Universidad Central de Madrid. Su vida fue trasunto exacto de un lema que, a la piedad, unía el estudio intenso y la acción incesante. Congregante mariano, de la que llegó a ser prefecto. Perteneció a la Asociación Católica de Propagandistas de Valencia desde su fundación y se afilió a la Federación de Estudiantes Católicos. Y en su condición llevó a cabo en gran parte su labor de apostolado. En Madrid fue el alma del I Congreso Nacional de Juventudes Católicas de 1926. Viajó por muchos sitios de España y Europa haciendo propaganda de la Juventud Católica.

Secundó las campañas en pro de la Iglesia valenciana, con el advenimiento de la República, siendo presidente de la Junta Diocesana de Acción Católica. En 1933 se casó con Carmen de Arteche, con la quien vivió en Valencia, hasta 1935, cuando Don ángel Herrera Oria le pidió que fuese a Madrid para trabajar en "El Debate" y en la Acción Católica nacional. Poco tiempo después volvió a Valencia para participar en las elecciones de 1936 y entonces falleció su esposa. Tenía una hija que quedó al cuidado de su padre y hermana.

Cuando estalló la guerra civil, se trasladó con su familia a Torrent, donde su padre era registrador de la propiedad. Fue consciente del peligro que corría pero rechazó las propuestas que le hicieron para escapar, ya que su padre estaba enfermo. Con él vivía una anciana tía, y con ella fue detenido. Fue interrogado y reconocido como Secretario de la Asociación Católica de Propagandistas y Secretario del CEU, pocas horas después murió fusilado en el Picadero de Paterna junto con su tía, ambos llevaban el rosario en las manos.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:

Nació en Nimes, fue bautizado por san Saturnino, de quien recibió la misión de evangelizar a España y le ordenó sacerdote; se estableció en Pamplona, donde predicando un día en las cercanías del templo de Diana, adonde acudían los prohombres de la ciudad a realizar sus sacrificios, llamó la atención al senador Firmus, que le impresionaron tanto sus palabras que le dijo que se haría cristiano si acudía a la ciudad san Saturnino. Saturnino se presentó en Pamplona, y junto con Honesto, bautizaron a una muchedumbre de personas, entre ellos a Firmus y a toda su familia, incluído su hijo san Fermín.

Vuelto Saturnino a Toulouse, quedó Honesto al frente de la comunidad, dedicándose a la formación de san Fermín, al que envió a la ciudad francesa, donde fue ordenado sacerdote y obispo por san Honorato de Toulouse. Durante varios años permaneció de misionero en Pamplona, hasta que ya anciano, regresó a Toulouse, donde murió. Otros hagiográfos dicen que, junto con san Honorato, fue nombrado obispo de Amiens.

San Papiniano de la Vid y compañeros. M. 442/500. 
Martirologio Romano: En África, conmemoración de los santos mártires Papiniano, obispo de Vita, y Mansueto, obispo de Uruci, que en la persecución de los vándalos, reinando el arriano Genserico, por defender la fe católica fueron quemados en todo su cuerpo con planchas de hierro incandescentes, y así consumaron su gloriosa agonía

Mártir junto con Mansueto de Urusita. Obispos del Norte de África. Mártires por los vándalos de Genserico, después de haber sufrido destierro, fueron quemados vivos con láminas candentes adosadas a sus cuerpos por defender la fe católica.

Por aquel tiempo también murieron los santos obispos: Urbano de Girbe,ValerianoCrescente de ByzataHabet-Deus de TeudalCresconio de OensVez de SabratoEustaquio de SufetaCrescencianoFélix de Hadrumeto, y después bajo el rey Hunerico, hijo de Genserico, Hortelano de Benefac y Florenciano de Midilio, que fueron desterrados y después terminaron su vida confesando la fe católica

Santa Teodora. M. 980. 
Martirologio Romano: Cerca de Rossano, en Calabria, santa Teodora, abadesa, discípula de san Nilo el Joven, maestra en la vida monástica
Nació en Rossano, Calabria, Italia. Abadesa basiliana, discípula de san Nilo de Rossano, maestra de vida monástica. Murió llena de méritos en Rossano.

San Esteban "el Joven" (714-764).

Martirologio Romano: En Constantinopla, san Esteban el Joven, monje y mártir, que en tiempo del emperador Constantino Coprónimo, por dar culto a las imágenes sagradas fue atormentado con variados suplicios y confirmó la verdad católica con el derramamiento de su sangre

Nació en Constantinopla. Fue abad del monasterio Monte San Aussenzio de Constantinopla. Se opuso con firmeza al fanatismo iconoclasta del emperador Constantino Copronimo, que intento inútilmente de conquistarlo; como lo no consiguiera le hizo ejecutar junto a BasilioPedroAndrés y un grupo de más de 300 monjes; se opusieron a la decisión del Concilio de Hieria de los obispos iconoclastas.

La leyenda dice que para denigrar su virtud le calumniaron diciendo que tenía relaciones con la piadosa viuda santa Ana, del vecino monasterio de monjas. Santa Ana fue ejecutada azotándola. Esteban fue desterrado a una isla y allí se instaló en una cueva, junto con sus hermanos del monasterio, así como su madre y su hermana. En la isla ocurrieron muchos milagros gracias a una imagen de María, esto hizo que el emperador le hiciera volver a Constantinopla y allí fue ejecutado.

Jaime Thompson Beato. (c.1558 - 1582). 

Martirologio Romano:
En York, en Inglaterra, beato Jaime Thompson, presbítero y mártir, que condenado a la pena capital, reinando Isabel I, por haber reconciliado a muchos con la Iglesia Católica, sufrió los suplicios del patíbulo

Nació en York. Estudio en Reims en 1580, y pocos meses más tarde cayó enfermo de gravedad. Los superiores le aconsejaron volver a casa para reponerse, pero él insistió tanto que le concedieron una dispensa y fue ordenado sacerdote en el 1581.

En este mismo año ya estaba en York trabajando apostólicamente. Utilizó el nombre falso de Hudson, pero estando en casa de un amigo católico, Branton, fueron capturados y encarcelados en Kidcote. En el interrogatorio reconoció que era sacerdote y que quería la reconciliación de la Iglesia de Inglaterra con la Iglesia Católica. Fue encarcelado con los delincuentes, a los que convirtió y entonces lo trasladaron a una celda con sacerdotes. Fue ahorcado en Knavesmire en York y habló a la multitud que moría por su fe católica. Fue ahorcado y mientras pendía y se debatía levantó el brazo e hizo la señal de la cruz. No fue descuartizado. Se le sepultó en el mismo lugar donde había sido ajusticiado.

San Andrés Tran Van Thong. (1810-1835). 

Martirologio Romano: En el poblado de Khám Duong, en Annam, san Andrés Tran Van Thong, mártir, que encarcelado y atormentado atrozmente, por negarse a pisar la Cruz fue degollado en tiempo del emperador Minh Mang

Nació en Kim-Long, Vietnam, en el seno de una familia cristiana comprometida. Ingresó en la compañía de tejedores reales de seda en 1834 pero al año siguiente llegó la orden que tenían que pisar la cruz si querían continuar en su trabajo, fue torturado cruelmente durante la persecución del emperador Minh Mang, pero se mantuvo firme en su fe.

Fue llevado a la prisión de Tran-Phu, llena de delincuentes comunes que no cesaban de decirle que apostatara para librarse, y luego pasó a la de Kham-Duong. Aquí su mansedumbre y bondad logró que los guardas lo dejaran salir para poder saludar a su madre y para poder confesar. Finalmente fue condenado a muerte. Su madre, que estaba presente en su martirio en Kam Duong, en Hue, cogió en su regazo su cabeza cortada.

Juan Jesús Adradas Gonzalo y compañeros. Beatos. M. 1936. 

Martirologio Romano: En la localidad de Paracuellos del Jarama, en Madrid, España, beatos mártires Juan Jesús (Mariano) Adradas Gonzalo, sacerdote, y catorce compañaros, mártires, que, religiosos de la Orden de San Juan de Dios, en tiempos de persecución fueron coronados de gloriosa pasión

Sus nombres son: Guillermo Llop Gaya, Clemente Díez Sahagún, Lázaro Múgica Goiburu, Martiniano Melendez Sánchez, Pedro María Alcalde Negredo, Julián Plazaola Artola,Hilario Delgado Vilchez, Pedro de Alcántara Bernalte Calzado, Juan Alcalde Alcalde, Isidoro Martínez Izquierdo, Ángel Sastre Corporales,Eduardo Bautista Jiménez, José Mora Velasco, José Ruiz Cuesta.

Juan Jesús era natural de Conquezuela (Soria), fue bautizado con el nombre de Mariano, que cambió cuando profesó como religioso. Estudió en el seminario de Sigüenza donde fue ordenado sacerdote en 1903. Marchó a Zaragoza con el fin de doctorarse en Teología. Y estando en esta ciudad aceptó el cargo de capellán del manicomio, regentado por los Hermanos de San Juan de Dios. Ingresó en la Orden Hospitalaria en 1904. Pasó el noviciado bajo la dirección del  beato Federico Rubio Álvarez y en 1905 hizo su profesión religiosa. Fue capellán de la Basílica de San Juan de Dios de Granada.

Fue maestro de novicios y provincial, y era de nuevo maestro de novicios cuando fue apresado y llevado a la cárcel de San Antón en Madrid, para luego morir fusilado. Durante los cuatro meses de cárcel fue sostén y consuelo de los Hermanos y de otros presos. Fue siempre hombre de especial espíritu de oración. Mártir en Paracuellos del Jarama (Madrid).
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