Santoral del 3 de Noviembre


 SAN HUBERTO, Obispo y Confesor
INDICE

San MARTÍN DE PORRES
San JUANICIO "el Grande"
San ERMENGOL DE URGEL
San AMICO DE AVELLANA
San BERARDO DE MÁRSICA
Beata ALPAIDE DE CUDOT
Beato SIMÓN BALLACCHI
San PEDRO FRANCISCO NERÓN
Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”
OTROS SANTOS DEL DÍA



SAN HUBERTO Obispo y Confesor
n. hacia el año 656 en Maestricht, Holanda;
† 30 de mayo del año 727 en Fura (Brabant), Bélgica
Patrono de perros; trabajadores forestales; cazadores; mecánicos; matemáticos; trabajadores metalúrgicos; arqueros.
Protector contra la rabia y la hidrofobia.

Dichoso aquél que no se condena él mismo
en lo que aprueba.
(Romanos 14, 22)


San Huberto, hijo de un duque de Aquitania y descendiente de Clodoveo, abandonó Eboín y fue a ofrecerse a Pipino de Heristal, duque de Austrasia. Hombre de mundo y gran cazador, un día vio una cruz luminosa entre los cuernos de un ciervo, en la floresta de Ardennes, y al mismo tiempo una voz celestial lo instó a convertirse y a ir a encontrar a San Lamberto, obispo de Maestricht. Hízolo así.

Quedó viudo y se hizo ermitaño, fue en peregrinación a Roma, y finalmente, sucedió a San Lamberto. Con ardor infatigable trabajó por destruir el vicio y los restos de idolatría hasta en las florestas. Murió en el año 727, a edad muy avanzada, después de cerca de 20 años de episcopado. Es invocado eficazmente contra la rabia.

MEDITACIÓN SOBRE LA BUENA Y LA MALA CONCIENCIA

I. No hay en este mundo placer comparable al que nos proporciona una buena conciencia. Si tienes esta dicha, ningún tormento es capaz de afligirte; si no la tienes, ninguna diversión puede verdaderamente regocijarte. Que se acuse al justo; que se lo maltrate: su conciencia le procurará más consuelo que el que podrían darle los aplausos del mundo entero.

II. No hay suplicio comparable al de la mala conciencia: es un acusador, un juez, un verdugo que persigue en todo lugar al culpable y que no perdona a nadie; la conciencia ataca a Herodes, a Nerón, a Teodorico, y los hace temblar en medio de sus guardias. Nada es capaz de apaciguarla: te perseguirá hasta el fin de tu vida, si no la descargas del peso que la agobia.

III. La mala conciencia continúa, después de esta vida, atormentando al pecador; lo sigue al juicio de Dios, lo acusa, lo confunde, desciende con él al infierno. Uno de los más grandes suplicios de los condenados es el gusano roedor que nunca muere. ¿Quieres evitarlo? Nada hagas en este mundo contra tu conciencia, escucha los reproches que te hace y sigue sus advertencias; nada podrá afligirte en este mundo ni en el otro. Nada más agradable, nada más seguro que una buena conciencia. Aunque el cuerpo sufra, aunque el mundo nos tiente, aunque el demonio nos espante, ella permanece tranquila.
El examen de conciencia.
Orad por los pecadores.

ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad de San Huberto, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.

San MARTÍN DE PORRES. (1579-1639).


Martirologio Romano: San Martín de Porres, religioso de la Orden de Predicadores: hijo de un español y de una mujer negra, desde su niñez, ya sea por las dificultades derivadas de su condición de hijo ilegítimo y de mestizo, tomó la profesión de médico, que una vez, siendo religioso, ejerció con abnegación en Lima en Perú entre los pobres y, dedicado a los ayunos, a la penitencia y a la oración, llevó una existencia de simplicidad y humildad, irradiada del amor

Nació en Lima, hijo de un caballero burgalés, llamado don Juan de Porres y de una esclava mulata panameña, llamada Ana Velázquez. Con su padre, que había sido nombrado gobernador de Panamá, marchó de niño a Guayaquil donde hizo los estudios primarios (1587-1590) y tuvo el reconocimiento de paternidad de su progenitor. Vuelto a Lima, recibió la confirmación de manos del obispo de Lima, santo Toribio de Mogrovejo, en 1591; aprendió peluquería y especialmente el oficio de enfermero y barbero (los barberos de la época eran también cirujanos, médicos y farmacéuticos). Con 21 años ingresó en el convento de dominico de Nuestra Señora del Rosario en Lima (1594) y se entregó a la oración y a la caridad, a la pobreza y a la humildad. Desempeñó los oficios de la limpieza del claustro, y otros menesteres domésticos.

El ejemplo de humildad fue sobresaliente en este lego, que, aun sintiendo correr sangre noble española por sus venas y consciente de sus conocimientos y capacidades profesionales, aceptó la humillación de ser un simple hermano lego donado, pues, como mulato, ocupaba el último puesto en la jerarquía de la sociedad de su tiempo (dentro de los dominicos, ser mulato, significaba ir detrás de los españoles; indios y negros eran considerados como verdaderos servidores y no pertenecían a título pleno a la Orden).

Sus superiores aceptaron su profesión como hermano coadjutor en 1603, y le encomendaron el cuidado de la enfermería. Renunció a ser hermano coadjutor o sacerdote. Martín prefirió las tareas más humildes, protegió a los esclavos y transformó su enfermería en un verdadero centro de caridad. Con su tez morena, su escoba y su lanceta de enfermero, pronto le aureolan relatos taumatúrgicos. Decían que cuando la ciencia no bastaba, fray Martín buscaba el remedio con inefable naturalidad en la oración y en el milagro."¡Si estuviera aquí fray Martín!, exclamaban lo mismo el enfermo que sus familiares. Y fray Martín se presentaba inesperadamente -¿cómo lo ha hecho? preguntaba el enfermo. - no te metas a bachiller, da gracias a Dios y descansa". Intercambió pobres y enfermos con san Juan Macías, fraile dominico del convento limeño de Santa María Magdalena.

La portería del convento se llenó de gente que buscaba el milagro o ver el milagro. El superior le llamó: "fray Martín bajo santa obediencia le prohíbo que haga cosas así, sin mi permiso". Y Martín obedeció. Pronto yendo por la calle, resbaló del andamio un albañil, que grita en el aire: "sálvame, fray Martín.  - espere un poco que voy a pedir permiso". Y este afán de caridad de Martín para con todos los hombres, era secundado por sus delicadezas con los animales. Instituyó un hospital donde no se hacía ninguna distinción de razas o clases, mientras que en los hospitales públicos de la capital se reservaba un ala del edificio para cada clase social. Además logró crear el primer colegio exclusivamente para niños pobres, una mesa para pobres en el convento y otras obras caritativas en toda la ciudad. El mismo virrey del Perú le ayudó, visitándolo en su celda. Murió consumido por la penitencia, atacado por el tifus. Inmediatamente fue venerado por todos como un santo.

Fue canonizado el 6 de mayo de 1962 por el Papa Juan XXIII, quien profesaba gran devoción por el santo.Patrón de la justicia social del Perú. MEMORIA FACULTATIVA.
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San JUANICIO "el Grande". (752-846).

Martirologio Romano: En el cenobio de Antidio, en Bitinia, san Juanicio, monje, que, después de más de veinte años al servicio de las armas, vivió solitario en varias montañas del Olimpo, y solía acompañar su oración con estas palabras: Dios es mi esperanza, Cristo mi refugio, el Espíritu Santo mi protector Nació en el pueblo de Maricat en Bitinia, en el seno de una humilde familia. Desde su niñez tuvo que cuidar el ganado familiar. Sirvió en el ejército y a los 40 años, renunció entonces al mundo, ansiando entrar prontamente en el desierto. Sin embargo, por consejo de un anciano experimentado en la vida monacal, el santo permaneció dos años en el monasterio de Antidio en Bitinia, instruyéndose en la obediencia monacal, las reglas monacales y sus prácticas. Él aprendió también a leer y escribir.

Después se retiró como ermitaño en el monte Olimpo, pero la veneración que el pueblo le tenía le obligó a huir en busca de la soledad de un eremo a otro. Su oración preferida era: “Dios mi esperanza, Cristo mi refugio, Espíritu Santo mi protector”. Sólo después de doce años de vida ascética lograron que el ermitaño aceptase la tonsura monacal. Y éste pasó tres años en el aislamiento, envuelto en cadenas, después de ser tonsurado. Al envejecer, se estableció en el monasterio de Antidiev y vivió en aislamiento hasta su muerte. San Juanicio vivió setenta años como asceta y logró un alto grado de perfección espiritual. A través de la misericordia de Dios el santo adquirió el regalo de profecía, como ha relatado su discípulo san Pacomio. El anciano también levitaba cuando oraba. Combatió a los iconoclastas. Presintiendo su muerte, san Juanicio durmió en el Señor, a la edad de noventa y cuatro años. Los griegos tienen una gran veneración por su memoria.
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San ERMENGOL DE URGEL. M. 1025

Martirologio Romano: En Urgel, en la región hispánica de Cataluña, san Ermengol o Ermengaudo, obispo, uno de los preclaros pastores que se cuidaron de restablecer la Iglesia en las tierras rescatadas del yugo de los sarracenos. Construyó un puente poniendo los materiales y su mano de obra, pero, resbalándose de lo alto, murió entre las piedras por fractura del cráneo
Era hijo del conde de Urgel. Desde pequeño le pusieron los mejores maestros que había en el país. Estudió bellas artes, hizo la carrera eclesiástica y destacó por su piedad, sabiduría y bondad. Siendo muy joven fue nombrado arcediano de la catedral de Urgel.

Como obispo de Urgel restauró el obispado (966-1025), dio a sus canónigos una regla de vida basada en la de san Agustín. Previa aprobación del papa Sergio IV, permitió la vida en común de los religiosos adscritos a su diócesis. Gracias a su iniciativa se establecieron comunicaciones entre Urgel y Cerdaña. Impulsó el embellecimiento de los templos, y para ello, regaló de sus propios bienes, las propiedades que tenía en algunos condados. También trabajó para que la piedad de sus fieles fuera más viva, y se propuso hacer con todos una peregrinación a Santiago de Compostela. Pero ello no fue posible porque le sorprendió la muerte, mientras con sus propias manos construía un puente, para que los caminantes pudieran llegar con más facilidad a Urgel; mientras estaba trabajando sobre una viga, perdió el equilibrio y cayendo sobre una roca, se rompió la cabeza, otros autores dicen que se ahogó. Fue obispo de Urgel durante 59 años.
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San AMICO DE AVELLANA. (920/30 - c. 1045).

Nació en el territorio de Camerino, en el seno de una familia de la nobleza. Cuando era adolescente, su familia lo envió a un monasterio para que recibiera una educación y se hiciera monje. La situcación familiar le condujo, cuando tenía 20 años, a dejar el monasterio por el clero secular. Fue sacerdote secular, y convenció a todos sus familiares para que abrazaran la vida religiosa: Su padre, hermanos  y sobrinos entraron en el claustro; su madre, distribuyó la mayor parte de sus bienes entre los pobres y se dedicó a obras pías.

Liberado de toda preocupación familiar, ingresó en un monasterio, destacando pronto como un modelo de virtud; pero al no encontrar la disciplina del monasterio lo suficientemente austera, se hizo ermitaño. Durante tres años vivió solo en una gruta del monte Torano en L’Aquila, en la diócesis de Ascoli Piceno. Más tarde acogió a algunos discípulos, con los que continuó, durante 20 años, la vida ermitaña. Cuando la región sufrió una profunda carestía se prodigó en obras de caridad. Con más de 90 años de edad ingresó como monje del monasterio de San Pedro de Avellana, fundado en 1205 por santo Domingo de Sora. (San Pedro en aquel tiempo fue sufragáneo de Montecasino, y por esta razón Amigo a menudo es llamado monje casinense y goza de una especial veneración en esta abadía). Pasó sus últimos años recluído en una celda a manera de los reclusos. Su cuerpo fue sepultado en el monasterio y en su tumba se produjeron muchos milagros.
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San BERARDO DE MÁRSICA. (1079 - 1130)

Martirologio Romano: En el territorio de los marsos, en el Abruzzo, san Berardo, obispo, que sobresalió en la extirpación de la simonía, la restauración de la disciplina clerical y la sustentación y protección de los pobres
Nació en el castillo de Colli junto a Pescina, en el seno de la familia de los condes de Marsi y de Sangro. Pasó su infancia entre los canónigos de la iglesia de Santa Sabina, entonces era la catedral de Marsi, en la que vivían en una comunidad de disciplinados por una regla, residió con ellos hasta que recibió el acolitado. Sobre los 17 años, dejó los canónigos e ingresó entre los benedictinos de Montecasino, donde en su renombrada escuela y austera vida laboral, completó su formación espiritual en los seis años de permanencia.

En 1102 fue llamado por el papa Pascual II a Roma, donde recibió el subdiaconado y fue encargado de varias misiones, después fue enviado para administrar la zona rural de Roma, como delegado pontificio. Esta misión le valió la inquina con el prepotente señor local, el conde Pietro Colonna, que lo encerró en un pozo seco. De regreso a la corte pontificia, fue nombrado primero diacono-cardenal y después presbítero-cardenal.

A los 30 años de edad, en el 1109, fue nombrado obispo de Marsi. Brilló en extirpar la simonía y concubinato de los eclesiásticos, restablecer la disciplina de los clérigos y en proteger y sustentar a los pobres. Fue exiliado varias veces. Dejó su diócesis cuando murió.
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Beata ALPAIDE DE CUDOT. (c.1155 - 1211).

Martirologio Romano: En Cudot, en la región de Sens, en Francia, beata Alpaide, virgen, que, siendo jovencita, cruelmente herida y abandonada por los suyos, vivió recluida en una minúscula celda hasta la ancianidad
Nacida en la pequeña aldea de Cudot, en la diócesis de Sens, en el seno de una familia campesina. Ayudó a sus padres en los campos hasta que muy joven, enfermó de lepra. Sus hermanos, aunque la querían, no se acercaban a ella y además no le daban de comer para que se muriera de inanición; su madre (el padre había muerto) suplicaba al Señor para que se llevara a su hija. Alpaix soportó todo con gran paciencia y sin lamentarse. Había pasado un año, cuando en la vigilia de Pascua, probablemente en el 1170, se le apareció María y la curó de la lepra, pero se quedó inválida, obligada a permanecer en la cama en posición supina, y necesitaba ayuda para girarse. Sólo podía mover la cabeza, la mano y el brazo derecho. María le dijo que viviría sin necesidad de comida; se dice que durante mucho tiempo su único alimento fue la Eucaristía.

Su paciencia y su amabilidad conmovieron a sus contemporáneos. Tuvo el don de consejo, que llevó a lecho de los más pobres como de los prelados y magnates, que querían escuchar su palabra evangélica. El obispo de Sens mandó construir una capilla junto a su habitación para que pudiera asistir a la Misa. La rectoría de la iglesia se confió a un grupo de canónigos regulares a las órdenes de un prior.

Fue adornada con dones místicos, éxtasis y visiones. La reina de Francia, Adela, esposa de Luis VII, en el 1180 destinó a la iglesia de Gudot una renta aunual de bastante trigo por amor a Alpaix. También tuvo otras donaciones. Su cuerpo fue enterrado en la iglesia y el pueblo pronto la veneró como una santa. En 1874 la Sagrada Congregación de Ritos, luego del debido proceso informativo, confirmó el culto inmemorial.
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Beato SIMÓN BALLACCHI. (1240 - 1319).

Martirologio Romano: En Rímini, de la provincia de Flaminia, beato Simón Ballacchi, religioso de la Orden de Predicadores, que entregó toda su vida al servicio de los hermanos, dedicado a la penitencia y a la oración
Descendiente de la familia Ballacchi de la Romagna, condes de San'Arcangelo; fue destinado por su padre a la carrera militar. A los 26 años, el joven y brillante caballero, iluminado por la gracia divina, dijo adios a las armas y entró en los dominicos de Arimino en Rímini, y se hizo fraile lego, para practicar la humildad, la oración y el servicio a los demás.

Comprendió rápidamente que el trabajo era la principal obligación de su estado, y se aplicó con gran dedicación. Los oficios más humildes y fatigosos eran suyos, especialmente el cuidado del huerto, al cual dedicaba la mayor parte de su tiempo. A pesar de la fatiga, se levantaba todas las noches para los Maitines, pasando largas horas en oración y ayunos, tantos que su superior tuvo que intervenir para moderarle el rigor. Con el mismo fervor, según cuentan las antiguas crónicas, se flageló por la conversión de heréticos y pecadores.

A la oración y a la penitencia, añadió un apostolado activísimo: se dedicó a la educación, enseñando catecismo a niños y jóvenes, exhortando a los pecadores a convertirse en mil modos para destruir el reino del mal. Oró tanto, y lloró tanto que a los 50 años se había quedado ciego. Su caridad fue en aumento y se distinguió por su extraordinaria austeridad. Los últimos años de su vida los pasó enfermo en su lecho, en Rímini, a menudo rodeado de luz. Sus restos fueron trasladados, en 1817, a la colegiata de Sant’Arcangelo donde reposan. Su culto fue confirmado en 1821 por Pío VII.
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San PEDRO FRANCISCO NERÓN. (1818-1860).

Martirologio Romano: Junto a la fortaleza Xa Doai, en Tonquín, san Pedro Francisco Nerón, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, en tiempo del emperador Tu Duc, vivió tres meses encerrado en una cueva estrechísima, donde, herido atrozmente con varas, se abstuvo durante tres semanas de todo alimento y consumó su martirio al ser finalmente decapitado
Nació en Bornay (Jura). Estudió en los seminarios de Nozeroy y Vaux-sur-Poligny, y en 1845 en el seminario mayor de Lons-le-Saunier. En 1948 ingresó en el Seminario de Misiones Extranjeras de París, donde fue ordenado sacerdote. Cuando se enteró que iba a ser enviado a Tonkin, se fue al santuario de la Virgen de las Victorias para pedirle la gracia del martirio.

Llegado a Tonkin, se le asignó el distrito de Kimson, donde trabajó con gran dedicación y en gravísimas condiciones de peligro. En 1854 el vicario apostólico, le encomendó la dirección del seminario y ser profesor de Filosofía. Tradujo para ello varios libros de asignaturas traídas de Francia. Fue notoria su piedad y vida interior.

Cuando arreció la persecución, tuvo que esconderse hasta que un falso amigo le entregó a las autoridades en 1860. Fue encerrado en una jaula de la que sólo salía para los interrogatorios, y durante tres meses ni contestó a los interrogatorios, ni a las cartas de sus superiores y amigos de Francia e hizo además un largo ayuno. Fue decapitado en Son-Tay o Xa Doai y su cabeza fue arrojada al río Rojo. Más tarde su cuerpo fue exhumado y llevado a la iglesia del pueblo.
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Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Martirologio Romano: En Linares, de Jaén, España, beato Manuel Lozano Garrido, llamado popularmente «Lolo», periodista, que dio alegre testimonio del Evangelio en medio del sufrimiento de una parálisis progresiva

Nació en Linares, Jaén. Se le conoció como “Lolo”. Fue miembro de la Acción Católica desde su fundación en Linares en 1931, primero como aspirante y luego ocupando cargos directivos. Durante su adolescencia le pilló la guerra civil, y fue encarcelado por su fe y su devoción eucarística. A los 23 años le apareció un reumatismo mientras hacía el servicio militar, que le dejó totalmente paralítico en una silla de ruedas. Estudió magisterio y comenzó el peritaje en minería.

Por su invalidez se convirtió en periodista y escritor consejero de cientos de jóvenes y de quienes se acercaban a su casa. Cuando no podía escribir con la derecha, lo hacía con la izquierda, y cuando se quedó ciego, dictaba sus escritos en un magnetófono. En 1964 ingresó en la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE). Publicó cientos de artículos de temas sociales, científicos, literarios, pero sobre todo de tema religioso. La ciudad de Linares le nombró hijo predilecto en 1969. El dolor lo sufrió con alegría y ofrenda a Dios: “El cristianismo es, ante todo, una operación de alegría”.

En 1940, dos años antes de la parálisis, escribió su primer artículo en “Cruzada”. En 1956 funda la revista “Sinaí”, a su vez una obra pía destinada a crear grupos de oración por la prensa: doce enfermos junto con un monasterio contemplativo toman sobre sí el cuidado espiritual de un concreto medio de comunicación. Se suman unos trescientos enfermos, y ellos son también los principales destinatarios de la revista mensual “Sinaí”.

Escribe cientos de artículos en “Sinaí” y en la prensa local y nacional. Es autor de “Decálogo del periodista” y “Oración por periodistas”, de nueve libros de espiritualidad, diarios, ensayos y una novela autobiográfica. Y todo ello desde su silla de ruedas y su máquina de escribir. Es un enfermo que trabaja cada día, que gana su pan con el sudor de su frente, como él mismo decía.

Su pertenencia y amor a la Iglesia a través de la Acción Católica, su aceptación admirable de la enfermedad, su incansable condición y ejercicio apostólico - sobre todo a través de sus escritos-, su laboriosidad, su austeridad y pobreza franciscanas y su piedad mariana y eucarística son los rasgos más destacados de su perfil espiritual. Manuel Lozano Garrido sobresalía además por su alegría contagiosa, por su esperanza expansiva y por vivir lo extraordinario (los grandísimos dolores y limitaciones de su enfermedad) de modo ordinario, con normalidad. Fue y sigue siendo –como ha afirmado el actual obispo de Jaén, Ramón del Hoyo- “un faro luminoso para muchos cristianos”.

En 1958 visita el santuario mariano de Lourdes y en 1962 ingresa en la obra eucarística Discípulos de San Juan. En 1969 es declarado hijo predilecto de Linares. Y dos años después, en las vísperas de su muerte, recibe el premio BRAVO de Prensa de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, en la primera edición de dichos premios. El 3 de noviembre de 1971 fallece en su ciudad natal de Linares.

Dos años más tarde, el 17 de octubre de 1996 sus restos mortales fueron trasladados a la capilla del Cristo de la Misericordia en la iglesia de Santa María de Linares. Fue beatificado el 12 de junio de 2010 por SS. Benedicto XVI.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:

Santos Germán, Teófilo y Cirilo. M. 250.
Martirologio Romano: En Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía, santos Germán, Teófilo y Cirilo, mártires

Mártires junto con Cesáreo Vidal, en Cesarea de Capadocia, durante la persecución de Decio.

San Libertino de Agrigento. s. III-IV.
Martirologio Romano: En Agrigento, de Sicilia, san Libertino, obispo y mártir

Obispo de Agrigento y mártir. No tenemos más noticias de él seguras. Se dice que fue san Pedro quien lo nombró primer obispo de Agrigento, pero hay serias dudas de que sea verdad y se piensa que murió mártir durante la persecución de Valeriano o Diocleciano. Su culto en la ciudad es muy antiguo.

San Pápulo M. c. 300.
Martirologio Romano: En la región de Lauragais, en la Galia Narbonense, san Pápulo, venerado como mártir

Presbítero y discípulo de san Saturnino. Mártir en Lauraguais, decapitado (cercenada la parte superior del cráneo) durante la persecución de Diocleciano. Cuidaba de la diócesis de Toulouse cuando san Saturnino se ausentaba. Patrón de Toulouse.


Santos Valentín Hilario de Viterbo. M. 304.
Martirologio Romano: En Viterbo, san Valentín, sacerdote, e Hilario, diácono, mártires

Valentín era presbítero e Hilario diácono; fueron decapitados, durante la persecución de Diocleciano, en Viterbo.

San Eufrosino
. sin fecha
No se tienen noticias ciertas sobre su vida, origen y tiempo en el cual vivió; pero su culto se ha difundido bastante, sobre todo entre la Orden de Malta.

En 1578 el obispo de Fiesole, Francesco Diacceto, escribió que san Eufrosino era un obispo de Panfilia (Asia Menor), que después de una peregrinación a Roma, durante su regreso a su patria, se paró en Panzano, pequeño pueblo entre Florencia y Siena, donde predicó el Evangelio, obrando muchas conversiones y haciendo muchos milagros, después de una vida vivida en la fe y el apostolado, murió allí a la edad de 89 años y en su sepulcro fue construido un Oratorio dedicado a él.


San Valentiniano de Salerno. M. c. 500.

Obispo de Salerno, Italia. Antiguos historiadores le sitúan en el sexto puesto en la lista de los obispos de Salerno entre san Gaudioso y Gaudencio, al final del siglo V; pero los historiadores Crisci y Campagna, lo sitúan al cuarto puesto en el elenco por ellos reconstruida. No conocemos otros particulares de su vida. En Salerno su fiesta litúrgica se celebra el 5 de mayo.

Santa Silvia (515-c. 572).
Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Silvia, madre del papa san Gregorio I Magno, de la que el mismo Pontífice dejó escrito que había alcanzado la cima de la oración y de la penitencia, siendo óptimo ejemplo para los demás

Nació en Mesina (Sicilia), en el seno de una familia distinguida. Se casó con Giordano. Madre de san Gregorio I Magno. Además de Gregorio, tuvo un segundo hijo. Era una mujer de gran piedad y dio a sus hijos una excelente educación. Después de la muerte de su esposo se dedicó enteramente a la religión en la “nueva celda, al lado de la puerta del beato Pablo” (“cella nova juxta portam beati Paulo”).

Gregorio no habla de su madre en los “Diálogos”, en cambio sí habla de sus tías. Se sabe que fue una mujer de oración que dio un magnífico ejemplo a otros. Murió en Roma. Fue construida una capilla en su honor en el monte Celio de Roma, en el lugar donde había estado su casa.

San Gaudioso de Tarazona. (482-541).
Según el anterior Martirologio Romano: “En el monasterio de Asán, sepultura de san Gaudioso, que, discípulo de san Victoriano, fue elegido obispo de Tarazona, sede en la que se distinguió por su defensa de la fe contra los arrianos”.

Nació en Escorón, lugar perteneciente a Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Hijo de Gunta, señor de Escorón y capitán de las Guardias Reales del rey Eurico. En el año 512 ingresó como monje en el monasterio de Asán, del que era abad san Victoriano, que fue su maestro desde su infancia; y siguió allí hasta que el clero de Tarazona de Aragón le nombró prelado de su diócesis en el año 527, fundando un monasterio bajo la regla de san Benito.

Trabajó con celo y sabiduría contra la herejía arriana. Un día al visitar el monasterio de Asán, enfermó en el pueblo de Escorón que se encontraba en el camino y allí murió santamente. Fue sepultado en la iglesia de Escorón, y pasado unos años sus restos se trasladaron al monasterio de Asán, donde fueron enterrados al lado de los de su maestro san Victoriano. Copatrono de Tarazona.

San Guenael M. c. 580.
Martirologio Romano: En la Bretaña Menor, san Guenael, venerado como abad de Landevenec Nació en Bretaña en el seno de una noble familia de Cornualles. Se dice que tenía 7 años cuando un día, mientras jugaba con otros niños, vio pasar a san Guennole, el fundador de la abadía de Landévennec, que le propuso que lo siguiera. El niño aceptó gozoso. En el monasterio, donde sus padres le dejaron, fue, a pesar de su juventud, un modelo para los otros religiosos; se distinguió por su austeridad y rigores ascéticos muy queridos por los monjes bretones.

Antes de morir san Guennole lo designó su sucesor, como abad de Landévennec, y después de siete años de gobierno renunció a él para marchar con 11 monjes para formarse mejor en las tradiciones monásticas, que creía mejor vividas en Inglaterra e Irlanda. Aquí pasó 34 años dedicado a predicar y a restablecer la disciplina en los monasterios y fundar otros. Regresó a Bretaña, en la isla de Groix, donde, según la leyenda, las campanas repicaron solas. De aquí pasó a Morbihan donde fundó un monasterio en el que murió. Sus reliquias están en el monaterio parisino de Corbeil, donde se le conoce como Guénault. Patrón de la diócesis de Saint-Brieuc.

San Pirminio de Reichenau. M. 753.
Martirologio Romano: En el monasterio de Hornbach, junto a Estrasburgo, en Burgundia, sepultura de san Pirmino, obispo y abad de Reichenau, que evangelizó a alamanes y bávaros, fundó muchos monasterios y compuso para sus discípulos un libro para catequizar a los agrestes

Nació en el seno de una familia visigoda en Aragón; con el tiempo fue consagrado obispo. Cuando los sarracenos invadieron España, tras la batalla de Guadalete, huyó y llegó a Luxemburgo. Empezaron las suspicacias de los obispos locales y tuvo que marchar a Roma para recabar el apoyo del papa san Gregorio II. Con el respaldo del Papa (fue ordenado "corepíscopus" de Augen), regresó a Francia y se entregó a la predicación en Luxemburgo, Suiza, Baviera y Alsacia. Su forma de hablar era sencilla; ante todo, era un buen catequista. Como resumen de sus exposiciones, escribió un libro: “Dichos del abad Pirminio,espigados en los santos libros”.

Fundó, en el 724, el monasterio benedictino de Reichenau, en una isla del lago Constanza. En el 727, se trasladó a Alsacia donde fundó la abadía de Murbach. En el 740 fundó en Suiza, en el cantón de San Galo el convento de Pfáfers; reformó otras, en particular la abadía de Dissentis, introduciendo en todas la regla benedictina. Fue uno de los grandes apóstoles de las tierras germanas. Murió en el monasterio de Hornbach de Estrasburgo.

Santa Odrada. s. XI.
Martirologio Romano: En Alem, de Flandes, conmemoración de santa Odrada, virgen

Nació en Baelen, una aldea flamenca; era una joven de una pureza angélica. Fue enterrada en el pueblo de Alem, después de una vida entregada a Cristo. Fue honrrada con singular devoción por las parroquias de la zona y su memoria permanece en la diócesis de Gheel.rada con singular devoción por las parroquias de la zona y su memoria permanece en la diócesis de Gheel. 

Ida de Toggenburg. Beata. (1156-1226). 
Martirologio Romano: Cerca del monasterio de Fieschingen, en Suiza, santa Ida, reclusa. Se casó con el conde Enrique de Toggenburg; no tuvo hijos y esto supuso que su marido la hiciera sufrir mucho de manera que tuvo que huir; según la leyenda su marido la acusó de adulterio porque había encontrado su anillo en el dedo de un cazador, y la arrojó por una ventana del castillo. Se salvó milagrosamente, y logró demostrar su inocencia; después de un tiempo consiguió el consentimiento de su esposo para ingresar en el convento benedictino de Fieschingen (Turgovia, Suiza). Su leyenda es una copia de la atribuida a Genoveva de Bravante.


Ida de Toggenburg Beata. (1156-1226).
Martirologio Romano:
Cerca del monasterio de Fieschingen, en Suiza, santa Ida, reclusa

Se casó con el conde Enrique de Toggenburg; no tuvo hijos y esto supuso que su marido la hiciera sufrir mucho de manera que tuvo que huir; según la leyenda su marido la acusó de adulterio porque había encontrado su anillo en el dedo de un cazador, y la arrojó por una ventana del castillo. Se salvó milagrosamente, y logró demostrar su inocencia; después de un tiempo consiguió el consentimiento de su esposo para ingresar en el convento benedictino de Fieschingen (Turgovia, Suiza). Su leyenda es una copia de la atribuida a Genoveva de Bravante.

http://www.aciprensa.com/podcast/santo/noviembre03martindeporres.mp3