Santoral del 1 de Diciembre


SAN ELOY, Obispo y ConfesorINDICE

Eloy, Santo Orfebre
San LEONCIO DE FRÉJUS
Beato ANTONIO BONFADINI
Beato JUAN BECHE
Santos EDMUNDO CAMPIÓN, RODOLFO SHERWIN y ALEJANDRO BRIANT
Beata MARÍA CLARA DEL NIÑO JESÚS
Clementina Anuarite Nengapeta, Beata 
 Virgen y Mártir
Blanca de Castilla, Santa Reina y Religiosa
Alejandro Briant, Santo Mártir Inglaterra
Charles (Carlos de Jesús) de Foucauld, Beato Religioso
Juan Garbella de Vercelli, Beato
 Sacerdote dominico
Edmundo Campion, Santo Mártir
Liduina (Elisa Ángela) Meneguzzi, Beata Religiosa Misionera
María Rosa de Jesús Pellesi, Beata
 Religiosa Franciscana


SAN ELOY, Obispo y Confesor
Haga cada uno lo que les es propio,
trabaje con sus manos como lo hemos ordenado.
(1 Tesalonicenses 4, 11)


n. 590 en Limoges, Francia;† 1 de diciembre de 659 en Noyon, Francia
Patrono de artesanos; orfebres; joyeros; relojeros; herreros; cerrajeros; talabarteros; jinetes; taxistas; carreteros; coleccionistas de monedas; trabajadores agrícolas; campesinos; peones; trabajadores de estaciones de servicios; mineros; veterinarios; caballos.

San Eloy, nacido cerca de Limoges hacia el año 590 fue, primeramente, orfebre. Hizo dos tronos para Clotario II con el oro destinado para uno solo y esta probidad le valió el puesto de platero del rey. Nombrado obispo de Noyon, en el año 640, nunca iba a la corte de Dagoberto sin haber orado, y un cortejo de pobres lo seguía. Sus austeridades, sus lágrimas, sus milagros y sus predicaciones sobre los cuatro fines del hombre convirtieron a una muchedumbre de idólatras. Murió en el año 659.


MEDITACIÓN SOBRE EL TRABAJO
I. El hombre ha nacido para trabajar. Mandó Dios a Adán que cultivase la tierra, y nadie, sea cual fuese su posición, escapa a la ley del trabajo. Imita a Jesucristo que trabajaba con San José en el taller de Nazaret; es el medio para hacerte agradable a Dios, útil a los demás y a ti mismo. Quien trabaja, decían los Padres del desierto, no tiene para combatir sino al demonio de la ociosidad; el que está ocioso, es tentado por todos los otros demonios, porque la ociosidad es la madre de todos los vicios.

II. Trabaja como hacia San Eloy, ofreciendo a Dios tu trabajo al comienzo del día y de cada una de tus acciones. De tiempo en tiempo renueva esta intención; si hay algo que sufrir, ofrécelo a Jesús crucificado. Terminada tu tarea, examínate y pide perdón a Dios por las faltas que hayas cometido: he aquí el medio para santificar tu trabajo y acumular méritos para la eternidad. Hazlo así en todas tus ocupaciones, tanto corporales como espirituales, sean las que fueren.

III. No emprendas demasiadas cosas; el exceso de trabajo es tan contrario a la salud como la ociosidad. En efecto, traba tu espíritu con infinidad de afanes que ahogan la devoción y te privan de todo tiempo para pensar en Dios. Recuerda siempre que una sola cosa es necesaria: trabajar en tu salvación. ¿Cómo lo haces tú? Buscas las riquezas, y aunque mucho te hayas afanado, tal vez no las encontrarás; pero a Dios, lo encontrarás siempre que quieras (San Agustín).El recogimiento.
Orad por los que os gobiernan.

ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Eloy, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación.
Por J. C. N. S.




Beato CARLOS DE FOUCAULD. (1858-1916).


Nació en Estrasburgo, en el seno de una familia rica y cristiana. Desde muy niño se quedó huérfano de padre y madre con lo cual se fue a vivir con su abuelo, el coronel Morlet, de quien recibió su educación. Por la guerra de 1870 tuvieron que trasladarse a Nancy.

En 1874 estudió Filosofía en Santa Genoveva de París e ingresó en la escuela militar de Saint Cyr. Muerto su abuelo, llevó una vida disoluta, diciendo a cada una de sus nuevas concubinas: “arriendo por días, no por meses”. Dilapidó la fortuna familiar y terminados sus estudios, a los 24 años, dejó el ejército y se marchó a explorar Marruecos.

Estudió árabe en Árgel y aprendió todo lo que debía utilizar para este proyecto. Realizó una auténtica expedición científica con mucho éxito, y la Sociedad Geográfica de Francia le concedió la medalla de oro. Marruecos lo conquistó. De regreso a París comenzo a frecuentar la Iglesia y pasó largas horas repitiendo esta oración: “Dios mío si existes haz que te conozca”. Visitó al padre Huevelin que le ayudó en su conversión definitiva, unas palabras suyas le hicieron cambiar: “Nuestro Señor, tomó de tal modo el último lugar, que nadie se lo pudo quitar”.

Hizo una peregrinación a Tierra Santa, donde en Belén encontró el sentido de su vida e ingresó en los trapenses de Nuestra Señora de las Nieves en Francia en 1889, tomando el nombre de María Alberico y fue enviado a la Trapa de Akbés en Siria. 

Dejó el monasterio en 1897, buscando apasionadamente la imitación de Jesús de Nazaret. Volvió a Palestina y allí vivió una vida de oración y humildad totalmente escondido. Durante tres años fue servidor en el monasterio de las clarisas de Nazaret, viviendo pobremente en una cabaña, donde tomó el nombre de Carlos de Jesús. Se preparó para el sacerdocio, que recibió en Viviers, con 43 años.

 Se marchó a Argelia y se instaló en el Sahara en el Beni Abbés, cerca de la frontera con Marruecos. Denunció la esclavitud, y se estableció en Tamanrasset, Argelia, donde llevó una vida de intensa oración, haciendo todo el bien que pudo, entre los tuaregs. Marchó tres veces a Francia donde constituyó una cofradía denominada Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón que tenían como objetivos: Vida evangélica según el modelo de Jesús; Vida eucarística, centrado en el sacramento del amor y Vida apostólica por medio de la bondad a los necesitados.

Escribió numerosas obras que se publicaron tras su muerte y dejó las reglas de varias congregaciones proyectadas, pero no realizadas sino ya muerto. Su intensa espiritualidad tendrá honda repercusión en los sectores más sensibles de la Iglesia. Dedicó toda su vida a la evangelización de los musulmanes. Fundador de las Hermanitas de Foucauld. Al final de su vida fue capaz de rezar: “Por la fuerza de los acontecimientos, me hice casto… La castidad se convirtió en una bendición y en una necesidad interna para mí”. Murió asesinado por una razzia de incontrolados a la puerta de su ermita en Tamanrasset, en Argelia. 
INDICE


San LEONCIO DE FRÉJUS. M. c. 432.

Martirologio RomanoEn Frejus, de la Provenza, san Leoncio, obispo, que favoreció la vida monástica de san Honorato en la isla de Lérins, y al cual san Juan Casiano, su amigo, le dedicó las diez primeras Colaciones.
Nació probablemente en Nimes, Francia. Hay razones para creer que era hermano de san Castor, obispo de Apt. Obispo de Fréjus (419-432). Sin embargo, es indiscutible que fue un hombre de santidad eminente y su episcopado estuvo marcado por importantes resultados, de otro modo no habría estado asociado desde una fecha tan temprana con la Santísima Virgen como patrono de la iglesia catedral de Fréjus. El suceso principal durante el episcopado de Leoncio de Fréjus fue la fundación del monasterio de Lérins a comienzos del Siglo V. El nombre de este obispo está inseparablemente unido al de san Honorato de Arlés, fundador del monasterio, y parece haber desempeñado un papel importante en el desarrollo de la vida monástica en el Sudeste de la Galia. Honorato le llamaba superior y padre, mientras san Juan Casiano, que gobernó a los numerosos religiosos de la abadía de San Víctor de Marsella, le dedicó sus primeras diez "Colaciones".

Las relaciones del monasterio de Lérins con el obispo diocesano fueron muy cordiales y liberales. Algunos autores creen que esto se debió meramente a la costumbre común de la época, pero otros sostienen, y parecería que no sin razón, que fue el resultado de los privilegios especiales concedidos por Leoncio a san Honorato, a quien estaba íntimamente unido con los lazos de la amistad. Sea como sea, estas regulaciones que, aunque salvaguardando la dignidad episcopal, garantizaban la independencia del monasterio, y fueron confirmadas por el III Concilio de Arlés, parecen haber sido el principio de las inmunidades que desde entonces se disfrutaron en grado creciente por las comunidades religiosas. Además, existieron relaciones muy cordiales entre el santo y los soberanos pontífices.

 Esto se demuestra por el hecho de que san León I Magno, después de su memorable disputa con san Honorato, obispo de Arlés, privó a éste de las prerrogativas que le daban una especie de primacía sobre el distrito de Vienne, y las otorgó a Leoncio. Es verdad que este importante acontecimiento tuvo lugar en el 445, mientras que Leoncio había sido sucedido en el episcopado por Teodoro en el 433. Esto es por lo que algunas autoridades han sostenido que estas prerrogativas fueron concedidas a otro obispo de Fréjus, llamado igualmente Leoncio, que habría sido sucesor de Teodoro. A esto, los defensores de una venerada tradición replican que san Leoncio abandonó su sede en el 432 para ir a predicar el Evangelio a las tribus teutónicas, y volvió a su diócesis en el 442, muriendo en el 445 o incluso en el 448. Desgraciadamente no se puede aducir ninguna prueba muy sólida de este apostolado. 
INDICE


San ELOY. (c.588 - c.660).

Martirologio RomanoEn Noyón en Neustria, hoy Francia, san Eloy, obispo, que, orfebre y consejero del rey Dagoberto, después de contribuir a la fundación de muchos monasterio y construido edificios sepulcrales de insigne arte y belleza en honor a los santos, fue elegido para la sede de Noyón y Tournai, donde se dedicó con celo al trabajo apostólico

Su vida la escribió su amigo san Audoeno de Rouen. Nació en Chaptelat o Chapelac (Limoges-Francia) en el seno de una familia muy humilde. Se formó como aprendiz en el taller de Abbon, orfebre de Limoges. A los 20 años se presentó en París con el deseo de entrar al servicio del rey Clotario II como platero, al que llamó la atención por su honradez. Llamado a la corte fue nombrado maestro monedero (su aportación al arte de la acuñación sobrevivió hasta la Revolución francesa) gracias a sus relaciones con Bobbon, tesorero del rey. El rey Dagoberto I, le hizo consejero y tesorero y le confió misiones importantes. Todo lo que le daban lo destinaba a la iglesia. Así fundó un monasterio de monjas en París.

Eloy tenía un gran corazón, y lo sabían todos los pobres que se acercaban a palacio a pedirle ayuda. Se le veía en el mercado de esclavos para liberar con su dinero a todos los que podía. A los 48 años fue nombrado embajador de Bretaña. Fue un simple laico, pero desde su puesto de embajador construyó iglesias, levantó monasterios, reunió asambleas de obispos.

En el 640 abandonó esta vida para hacerse sacerdote, y poco tiempo después, fue nombrado obispo de Noyón, sucediendo a san Acario; esta diócesis abarcaba Tournai y todo el país de Flandes (otros autores dicen que lo fue de Châlons); fundó hospitales y monasterios y evangelizó la zona de Amberes, Gante y Courtrai; fundó la abadía de Solignac, cerca de Limoges y muchos otros conventos, como la iglesia de Dunnes (las Dunas), cuna de Dunkerque. Tuvo un gran renombre entre los merovingios, por su honradez, su piedad, su caridad y su afán limosnero. Luchó contra la idolatría pagana y los excesos de la vida de juego, lo que le valieron amenazas de muerte, pero él nunca temió los infortunios. Fue mejor orfebre que predicador, pero la gente le seguía por su virtud. Antes de morir le dijo a sus discípulos: “No os aflijáis, hijos mios. He ansiado este momento y he deseado esta liberación”. San Tello, monje de Solignac a quien se considera su discípulo, quizá no sea más que una duplicación.  
INDICE


Beato ANTONIO BONFADINI. (1400-1482).

Martirologio RomanoEn la ciudad de Cotiniola, en la Emilia, beato Antonio Bonfadini, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, el cual, predicando la Palabra de Dios, durante largo tiempo recorrió muchas regiones de Italia y lugares de Tierra Santa.

Nació en Ferrara. Se doctoró en su ciudad natal en 1439. A los 37 años entró entre los Hermanos Menores en el convento observante del Espíritu Santo, en Ferrara y destacó por la fidelidad a la regla franciscana, por su espíritu de oración y su provechosa predicación. Ordenado sacerdote, se sintió atraído por la predicación de san Bernardino de Siena, que produjo un despertar maravilloso de virtudes también entre sus hermanos. Así que se puso enseguida a recorrer los caminos de Italia como predicador de la palabra de Dios. Es el siglo XV, el siglo de oro de la predicación y de la santidad de la observancia franciscana. Baste recordar sus cuatro espléndidas columnas: Santiago de la Marca, san Juan de Capistrano, san Bernardino de Siena y san Alberto de Sarteano. En semejante clima no es de admirar que Antonio se sintiese atraído por ellos. Su intenso y fructuoso apostolado desempeñado en Italia duró algunos decenios, y llevó muchísimas almas a una renovación de la vida cristiana.

Antonio quiso también extender su apostolado a los pueblos a los que aún no había llegado la luz del Evangelio. Inspirado por Dios pensó en la misión de Tierra Santa. Dicha misión había sido fundada por el mismo san Francisco en 1217. No sabemos de cierto el tiempo que permaneció Antonio Bonfadini en Palestina, ni las actividades que desempeñó. Pero su avanzada edad no le permitía desarrollar una actividad apostólica normal, y tal vez por eso decidió regresar a Italia.

Lleno de méritos y de años con profundo pesar, emprendió el viaje de regreso, que fue más pesado que el de ida. Su meta debía ser el convento de Ferrara, donde deseaba terminar sus días. Sin embargo, al llegar a Italia se olvidó del cansancio, de las enfermedades y de los años, y reemprendió con renovado ardor su apostolado de predicación por ciudades y campos. Fue inmenso el bien realizado en este final de su vida. Agotadas sus fuerzas, entregó su alma a Dios en Cotignola, en el Hospital de los Peregrinos. Tenía 82 años de edad. En dicha ciudad gozó siempre de una gran veneración, y lo llaman "el Santo de Cotignola". Su cuerpo permanece incorrupto.
INDICE



Beato JUAN BECHE. M. 1539.

Martirologio RomanoEn Colchester, en Inglaterra, beato Juan Beche, presbítero de la Orden de San Benito y mártir, el cual, siendo abad del monasterio de San Juan, por mantener la fidelidad al Romano Pontífice fue acusado de crimen de traición y condenado a la pena capital por el rey Enrique VIII, acabando en el patíbulo.

En el 1534 el clero inglés fue llamado a prestar juramento de supremacía que reconocía al soberano inglés como jefe de la Iglesia en el territorio del reino. A excepción de santos Tomás Moro y Juan Fisher, de los monje cartujos y de los franciscanos observantes, pocos se opusieron a esta traición al Papado. Los abades de Glastonbury, Reading e Colchester prestaron todos juramento, junto a sus monjes, esperando así proteger sus antiguos monasterios de la tiranía del rey, pero los tres llegaron a un punto de no retorno cuando se intensificó la supresión de las antiguas órdenes monásticas.

 No obstante el abad de Colchester fue beatificado con el nombre de Juan Beche, su verdadero apellido era Marshall y su nombre religioso Tomás. No nos ha llegado ninguna noticia a cerca de sus orígenes. Se licenció en Oxford en 1515 y durante algunos años fue abad benedictino de St. Werburgh en Chester. 

En 1533, fue elegido abad de St. John en Colchester. Juan Beche fue sin duda un hombre erudito, amigo de los santos mártires Tomás Moro y Juan Fisher. Interesado por las nuevas doctrinas protestantes, junto a su congregación benedictina aceptó el juramento previsto del Acta de Supremacía. Pero protestó contra la ejecución de los dos susodichos santos y esto se lo contaron al rey. En 1538 algunos inspectores fueron enviados para cerrar la abadía de Colchester, pero el abad les dijo: “el rey no tendrá jamás mi monasterio contra mi voluntad y mi corazón, porque sé que no puede cogerlo por derecho en base a la ley. Por esto en conciencia no puedo aceptar, ni lo haré con el corazón y la voluntad”.

  Durante los primeros cuatro días del mes de noviembre de 1539, los inspectores se quedaron en Brentwood, en Essex, para interrogar a testigos contra Beche. Provado que él se había declarado contrario a la supresión de los monasterios, al matrimonio del rey con Ana Bolena y a la potestad sobre la Iglesia inglesa, el abad fue interrogado en base a tales acusaciones, él intentó refutar tales tesis temiendo la dureza de la cárcel. Il documento que testifica estos sucesos, autógrafo del mismo Juan Beche, fue encontrado después de su beatificación. De todos modos, parece que se refiere a sus últimas declaraciones durante el proceso. No hay documentación del proceso celebrado en Colchester, pero uno de los jueces refirió a Cromwell que el prisionero “en sustancia se reconocía culpable, en base a las acusaciones”, y por esto fue ejecutado.
INDICE



Santos EDMUNDO CAMPIÓN, RODOLFO SHERWIN y ALEJANDRO BRIANT. M. 1581.


Martirologio RomanoEn Londres, Inglaterra, santos Edmundo Campion, Rodolfo Sherwin y Alejandro Briant, presbíteros y mártires durante el reinado de Isabel I, eximios por su fortaleza y carácter

Edmundo nació en Londres en el seno de una familia que pasó por las diferentes religiones oficiales (católica y anglicana). Estudió en el Saint John’s College de Oxford, y cuando fue un brillante profesor de la universidad de Oxford, prestó juramento anticatólico en 1564. Sin embargo, mientras estudiaba a los santos Padres, asignatura que explicaba, se le impuso la evidencia de que la nueva reforma anglicana estaba en contradicción con la fe cristiana autentica. Su amigo el obispo de Glouscester, Richard Cheneym le había persuadido para que le imitase y se adhiriera exteriormente a la iglesia anglicana, aunque interiormente la aborreciera, y acepto la ordenación de diácono. 


Pero Edmundo no pudo acallar la voz de su conciencia, y en 1568, prefirió dimitir antes que renovar en publico su adhesión a la reina; huyó a Irlanda y se fue a vivir a Dublín, frecuentando de forma clara las iglesias católicas. Sintiéndose espiado marchó a Douai, donde abjuró del anglicanismo e ingresó en el colegio inglés en 1569 donde se doctoró en Teología. Aquí conoció la paz y frecuentó la amistad de antiguos colegas de Oxford. Recibió las órdenes menores y el subdiaconado con la intención de hacerse sacerdote, pero sintió entonces la vocación religiosa y se marchó a Roma donde  ingresó en la Compañía de Jesús.

Hizo su noviciado en Brno (Bohemia), sus primeros votos en Brunn (Moravia) en 1575 y fue profesor de Retórica y Filosofía en Praga donde fue ordenado sacerdote en 1578, dirigió la Congregación mariana y fue predicador latino. Solicitó volver a Inglaterra y para ello lo llamaron a Roma y en compañía de un grupo comandado por el padre Robert Persons, decidieron marchar a Inglaterra.

Disfrazado de joyero y en compañía del coadjutor Ralph Emerson, en 1580 llegó a las costas de Dover, allí se enteraron de la detención del beato Lucas Kirby, pero entre peripecias, desplegó su fructífero apostolado, teniendo como base la universidad de Oxford. Con sermones como "Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, no mis iglesias de Inglaterra o de Gales" y con escrito
s como “Diez razones en la causa de la fe”, despertó muchas conciencias de los neoconversos anglicanos. Todoesto llegó a los oídos de la reina, y se intensificó su persecución, y concretamente la de los jesuitas. 


Fue detenido en Oxford, junto con Emerson, por la delación del espía George Elliot, un ex católico que, condenado por homicidio, había sido absuelto bajo la promesa de delatar a los sacerdotes papistas. Fue llevado ante la propia reina y se hizo circular el falso rumor de que había abjurado de su fe católica. En el proceso público lo negó todo, y se les acusó de alta traición en un juicio amañado. Tuvo el consuelo de convertir a su delator George Elliot, y de recibir en la Compañía, mediante un subterfugio, al joven Alejandro Briant. 

En 1581, fue ahorcado y descuartizado en Tyburn, Londres, junto con Alejandro Briant y Rodolfo Sherwin; no sin antes haber predicho "Con nosotros condenáis a vuestros antepasados, a todos los que han sido la Iglesia de Inglaterra. Pero la posteridad nos juzgará rectamente". 

Mientras el verdugo descuartizaba a Campión, un chorro de sangre  salpicó la casaca del joven poeta san Enrique Walpole, que tuvo una profunda conversión, que se hizo jesuita y luego años más tarde murió mártir. 
INDICE


Beata MARÍA CLARA DEL NIÑO JESÚS. (1843-1899).

Nació en Amadora, Portugal, en el seno de una familia de la antigua nobleza. Se llamaba Libania Carmelitis Galvao Mexia de Moura Telles y Alburquerque. 

Quedó huérfana en las epidemias de 1856-1857, y su educación fue confiada al Asilo Real de Ajuda, en Lisboa, institución que atendían las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Cuando en 1862 estas hermanas francesas fueron expulsadas de Portugal, ella pasó a vivir con los marqueses de Valada, sus parientes, cuando apenas había cumplido 19 años. 

Después de cinco años de vida fastuosa, renunció a todo e ingresó como Terciaria Franciscana de la orden seglar y luego ingresó en el pobre convento de San Patricio y adoptó el nombre de María Clara del Niño Jesús. Llegó en Portugal la orden de expulsión de las congregaciones religiosas, fue orientada por el director espiritual de la Fraternidad de las Capuchinas, padre Raimundo dos Anjos Beirao, al monasterio francés de las Hermanas Franciscanas Hospitalarias y Maestras de Calais, donde hizo el noviciado y emitió los votos en 1871.

Ese mismo año, regresó al convento de San Patricio en Lisboa y, bajo la orientación del padre Beirao, comenzó allí la reforma espiritual de las Terciarias Capuchinas. De ese modo nace, en 1871, la Congregación de las Hermanas Hospitalarias de los Pobres por Amor de Dios, aprobada por Pío IX el 27 de marzo de 1876. En 1964 tomó el nombre actual de Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.

Dotó a toda Portugal de centros de asistencia y beneficencia. Fue una mujer entregada a los más pobres y soportó con paciencia y heroicidad las calumnias. Su lema fue: “Hacer el bien allí donde hubiera un bien por hacer”. Murió n Lisboa. Sus restos mortales se custodian en la cripta de la capilla de la Curia General, en Linda-a-Pastora, Queijas (Lisboa).
INDICE


http://www.aciprensa.com/podcast/santo/diciembre01eloy-1.mp3


INDICE