Santoral del 10 de Enero



INDICE

El BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
San GREGORIO DE NISA. (335/40 - c.395). Padre de la Iglesia.
San MELQUIADES. Papa (311-314). M. 314.
San PABLO "el Ermitaño". (c.228 - c.341).
San AGATÓN. Papa. (678-681). (c.577 - 681).
San ARCONTE DE VIVIERS. M. c. 740/5.
San ALDO. s. VIII.
San PEDRO URSÉOLO. (928-987).
Beato BENINCASA. M. 1194.
San GUILLERMO DE BOURGES. (c. 1150-1209).
Beato GONZALO DE AMARANTE. (1187-1260).
Beato GREGORIO X. Papa (1271-1276). (c.1210 - 1276).
Beato EGIDIO DI BELLO. (1443-1518).
Beata ANA DE LOS ÁNGELES MONTEAGUDO. (1602-1686).
Santa FRANCISCA DE SALES AVIAT. (1844-1914).
Beata MARÍA DOLORES RODRÍGUEZ SOPEÑA
OTROS SANTOS DEL DÍA:
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SAN GUILLERMO, Obispo y Confesor
Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Dios
para perdonárnoslos y purificarnos de toda iniquidad.
(1 Juan 1, 9)


n. s. XII en Nevers, Francia;
† 10 de enero de 1209 en Bourges, Francia
San Guillermo fue notable en la orden del Cister por su humildad y su mortificación. Designado, a pesar suyo, arzobispo de Bourges, redobló las austeridades porque tenía que expiar, según decía, sus propios pecados y los de su pueblo. Tal horror tenía por el pecado, que no podía ver que se ofendiese a Dios sin derramar un torrente de lágrimas. Murió en 1209. Si no tenemos bastantes lágrimas como para llorar los pecados de los demás, por lo menos lloremos los nuestros.

MEDITACIÓN SOBRE EL PECADO

I. El pecado es el mayor mal del hombre, por que lo priva de la posesión de Dios, que es su soberano Bien; le arrebata la gracia que lo hacía hijo de Dios y lo hace objeto de su venganza por toda la eternidad. ¿Pensamos en estas verdades cuando tenemos tentación de cometer un pecado mortal, que ha causado todos esos males a los demonios y a los condenados? ¿Dónde estaría yo, oh Dios mío, si me hubieseis sacado de este mundo después de pecar? ¡Cuántas veces me habríais justamente condenado, si lo hubieseis querido! No lo habéis querido, porque amáis a las almas y olvidáis los pecados cuando se hace penitencia por ellos.

II. El único pecado de Adán ha causado todos los males que padecemos en esta vida. Las enfermedades, el trastorno de las estaciones, la ignorancia, el dolor y la muerte son los tristes efectos del pecado. ¡Ah! si Dios ha castigado, si castiga todavía hoy tan severamente un pecado tan leve en apariencia, ¿qué suplicios no reservará a mis faltas en el otro mundo? Si en el tiempo de su misericordia es tan riguroso, ¿qué no hará cuando llegue el tiempo de su cólera y de su justicia?

III. ¿Qué pecados has cometido durante tu vida? Repásalos en la memoria, pide perdón a Dios por ellos y haz rigurosa penitencia. Estás seguro de que tus pecados te han merecido el infierno, pero no sabes si tu penitencia los ha borrado. Este pensamiento es capaz de hacerte temblar, seas quien seas. Toma la resolución de morir antes que pecar.

La huida del pecado.
Orad por los que están en pecado mortal.

ORACIÓN

Os rogamos, Dios todopoderoso, que hagáis que esta venerable solemnidad de San Guillermo, confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.




El BAUTISMO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Martirologio Romano: Solemnidad del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo, en el que se le declara admirablemente Hijo de Dios, el amado, las aguas son santificadas, el hombre es santificado y exulta todo lo creado

Sermón 39, En las sagradas "Luminarias" (14-16.20: PG 36, 350-351. 354. 358-359) de San Gregorio Nacianceno, Obispo.
“Cristo es iluminado: dejémonos iluminar junto con él; Cristo se hace bautizar: descendamos al mismo tiempo que él, para ascender con él.
Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua.

Juan se niega, Jesús insiste. Entonces: Soy yo el que necesito que tú me bautices, le dice la lámpara al Sol, la voz a la Palabra, el amigo al Esposo, el mayor entre los nacidos de mujer al Primogénito de toda la creación, el que había saltado de júbilo en el seno materno al que había sido ya adorado cuando estaba en él, el que era y habría de ser precursor al que se había manifestado y se manifestará. Soy yo el que necesito que tú me bautices; y podría haber añadido: «Por tu causa». Pues sabía muy bien que habría de ser bautizado con el martirio; o que, como a Pedro, no sólo le lavarían los pies.
Pero Jesús, por su parte, asciende también de las aguas; pues se lleva consigo hacia lo alto al mundo, y mira cómo se abren de par en par los cielos que Adán había hecho que se cerraran para sí y para su posteridad, del mismo modo que se había cerrado el paraíso con la espada de fuego.

También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio; del mismo modo que la paloma, aparecida en forma visible, honra el cuerpo de Cristo, que por deificación era también Dios. Así también, muchos siglos antes, la paloma había anunciado el fin del diluvio.

Ojalá que estéis ya purificados, y os purifiquéis de nuevo. Nada hay que agrade tanto a Dios como el arrepentimiento y la salvación del hombre, en cuyo beneficio se han pronunciado todas las palabras y revelado todos los misterios; para que, como astros en el firmamento, os convirtáis en una fuerza vivificadora para el resto de los hombres; y los esplendores de aquella luz que brilla en el cielo os hagan resplandecer, como lumbreras perfectas, junto a su inmensa luz, iluminados con más pureza y claridad por la Trinidad, cuyo único rayo, brotado de la única Deidad, habéis recibido inicialmente en Cristo Jesús, Señor nuestro, a quien le sean dados la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”. SOLEMNIDAD.
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San GREGORIO DE NISA. (335/40 - c.395). Padre de la Iglesia.

Vigilante que vela

Martirologio Romano: En la ciudad de Nisa, en la región de Capadocia (hoy Turquía), san Gregorio, obispo, hermano de san Basilio el Grande, admirable por su vida y doctrina, que, por haber confesado la recta fe, fue expulsado de su sede por el emperador arriano Valente

Hermano menor de san Basilio y de santa Macrina, sobre la que escribió "Vida de Macrina". Nació en Sebaste en Capadocia y se le puso el nombre de Gregorio en honor de san Gregorio “el Taumaturgo”; su madre santa Emelia y su abuela santa Macrina “la Vieja” lo educaron en la fe cristiana. Se bautizó en su adolescencia, y antes de tener sus crisis típicas de la edad, se sintió atraído hacia la vida eclesiástica. Se dedicó al estudio de los textos literarios de los clásicos, gracias a la educación que le proporcionó su padre, san Basilio “el Viejo”. Aunque su hermano fue su maestro, él fue, sobre todo, un autodidacta. Su vasta cultura se muestra en su escrito "Sobre la virginidad".

Se casó con Teosebia (aunque no es seguro que se llamase así), y atraído por la literatura clásica, ejerció el cargo de rector, rechazando los libros cristianos, pero después lo abandonó para hacerse sacerdote, al quedarse viudo, gracias al influjo de su familia. En el 372, su hermano san Basilio le nombró obispo de Nisa, una ciudad de la pequeña Armenia; fue una elección no muy feliz, ya que no era hombre de acción y en aquella diócesis predominaban los arrianos; además le faltaba tacto diplomático, para solucionar los conflictos de la época.

Combatió a los arrianos y por esta causa fue expulsado en el 396, por el emperador arriano Valente: se le acuso de que su ordenación episcopal no había sido legal, y que derrochaba mucho. Regresó a Nisa en el 377, donde fue acogido con gran alegría por parte de sus fieles. Después de la muerte de su hermano fue el sostén de la ortodoxia en toda la Capadocia. Se considera el heredero de su hermano en todos los campos, particularmente en el eclesiástico, el teológico y el monástico, y fue consciente con la conciencia de responsabilidad que eso suponía para él

De los tres grandes Padres Capadocios fue el más culto y el más profundo teólogo escribió "Sobre la creación del hombre", "Contra Eunomio". Asistió a los Concilios de Antioquía y II Constantinopla del 381, donde pronunció el discurso de apertura. Marchó a una delicada misión a Arabia, para solucionar conflictos eclesiásticos y teológicos, pasó por Jerusalén, que le decepcionó profundamente. En el 381 regresó a Nisa y escribió "Contra Apolinar". "Antirrético" y "Demostración de la encarnación de Dios en la imagen del hombre". Al final de su vida escribió su gran obra dogmática: "Gran catequesis".

Su festividad quedó fijada en los sinaxarios bizantinos más antiguos, el 10 de Enero, aunque en los calendarios occidentales aparece ya sea el 9 de Marzo como el 3 de Agosto.
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San MELQUIADES. Papa (311-314). M. 314.

Miltiades)
Dios es mi rey

Martirologio Romano:
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Melquíades, papa, oriundo de África, que conoció la paz concedida por el emperador Constantino a la Iglesia, pero víctima de los ataques de los donatistas, se distinguió por sus esfuerzos encaminados a obtener la concordia

Natural de África. Fue elegido Papa sucediendo a san Eusebio. Cuando subió al pontificado, Galerio había firmado el edicto de tolerancia para los cristianos que fue ratificado por los otros "augustos", Licinio, Constantino y Majencio. Su misión fue reconstruir la iglesia. Fue quien firmó con Constantino, el "Edicto de Milán" en el 313. Construyó la basílica de Letrán. Firmó dos decretos litúrgicos y disciplinarios en los que prohibió el ayuno los domingos y los jueves y estableció que una parte del pan consagrado por los obispos, el "fermentum", fuera distribuido a las iglesias de Roma.

Tomó parte directa en el conflicto surgido dentro de la iglesia africana, concerniente a la elección del obispo Ceciliano para la sede de Cartago en el 312, impugnada por un grupo capitaneado por Donato, Melquiades resolvió a favor de Ceciliano y para ello convocó una especie de concilio en Roma, con los dos adversarios, tres obispos de las Galias, y 15 obispos italianos, que en el 313 se reunieron en la residencia de la emperatriz Fausta, aunque Melquiades se mostró favorable a Ceciliano, murió sin ver la resolución. San Agustín dijo de él: "verdadero hijo de la paz y verdadero padre para los cristianos". Fue venerado como mártir por los muchos sufrimientos que soportó en la persecución de Maximiano. Fue sepultado en el cementerio de San Calixto en la vía Apia.
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San PABLO "el Ermitaño". (c.228 - c.341).


Pequeño débil El que descansa

Martirologio Romano:
En la Tebaida (hoy Egipto), san Pablo, eremita, uno de los primeros en abrazar la vida monástica

Según san Jerónimo fue monje en Egipto hasta que tuvo 103 años y le llamó "príncipe de la vida eremítica". Parece que era de Tebas, nacido en el seno de una familia muy rica y cristiana, donde le dieron una esmerada educación en ciencias humanas; desde muy joven dominó el griego y el egipcio. Quedó huérfano muy pronto, heredero los bienes paternos y cuando contaba 20 años la persecución de Decio le empujó al desierto, porque según la leyenda, un cuñado le delató como cristiano para quedarse con su herencia. En el desierto de Tebaida se instaló para siempre en una caverna, vestido con hojas de palmera, y alimentándose de dátiles y bebiendo agua de una arroyo cercano. Siempre en la soledad más absoluta, muerto para los hombres, rezando y meditando frente al misterio de Dios que llenaba toda su existencia.

La historia nos cuenta que un día san Antonio Abad le visitó: Antonio había tenido una tentación que le decía que en el desierto no había otro más santo que él pero, una revelación le manifestó que en el desierto vivía otro eremita que era un tesoro de virtud. Antonio no lo dudo y, venciendo muchas dificultades entre el calor y la fieras, fue a rendirle homenaje. Al llegar al lugar donde habitaba Pablo, aunque no se había visto nunca, se abrazaron y reconociéndose mutuamente sostuvieron coloquios espirituales mientras el cuervo, que diariamente traía medio pan al ermitaño, aquél día llevó ración doblada. Pablo no tardó en morir y fue Antonio quién lo enterró envuelto en un manto que le había regalado san Atanasio de Alejandría. San Pablo murió cuando tenía 113 años de edad y cuando llevaba 90 años orando y haciendo penitencia en el desierto por la salvación del mundo. Se le llama el primer ermitaño, por haber sido el primero que se fue a un desierto a vivir totalmente retirado del mundo, dedicado a la oración y a la meditación.

San Antonio conservó siempre con enorme respeto la vestidura de san Pablo hecha de hojas de palmera, y él mismo se revestía con ella en las grandes festividades.

San Jerónimo decía: "Si el Señor me pusiera a escoger, yo preferiría la pobre túnica de hojas de palmera con la cual se cubría Pablo el ermitaño, porque él era un santo, y no el lujoso manto con el cual se visten los reyes tan llenos de orgullo". Su historia la cuenta Jerónimo, pero cuando ya su vida estaba envuelta en la leyenda.

Su culto fue muy difundido en Hungría, y a partir del siglo XIII, se fundó la Orden de San Pablo o Paulinos, conocidos como “Hermanos de la muerte” en Francia. Es la primera Orden monástica fundada en Hungría y sus restos se trasladaron a Budapest. La Orden fue disuelta en el siglo XVIII por el emperador José II. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
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San JUAN DE JERUSALÉN. (356-417).


iglesia del Santo Sión
Dios es misericordioso
El que está en gracia de Dios
Admirable
Martirologio Romano:
En Jerusalén, san Juan, obispo, que en tiempo de la controversia acerca de la doctrina ortodoxa trabajó denodadamente en favor de la fe católica y de la paz en la Iglesia

Durante su pontificado como obispo de Jerusalén, la autoridad de Juan fue severamente cuestionada en dos ocasiones por san Jerónimo, por entonces abad en Belén.
La primera amonestación de Jerónimo tuvo lugar con motivo de la primera polémica con los seguidores de Orígenes, tal y como se cuenta en el tratado de Jerónimo dedicado a san Pammachio: "Contra Ioannes Hierosolymitanum"(Contra Juan de Jerusalén), así como en varias de sus cartas (51, 82 y 86). Jerónimo acusó a Juan de apoyar las ideas de Orígenes. Juan ignoró las acusaciones de seguir la herejía origenista y reafirmó su fe en la Trinidad: sin embargo, según ciertos autores, es probable que Juan creyeran en algunos elementos origenistas.

La causa de esta crisis se produjo durante la visita de san Epifanio, Obispo de Salamina en Chipre a Jerusalén en el año 394. San Epifanio predicó en la Iglesia de la Resurrección y pronunció un sermón contra el origenismo, que se consideró que iba dirigido directamente contra Juan. Después de muchos desencuentros, Epifanio aconsejo a Jerónimo y a sus seguidores que se separaban del obispo Juan. Actuando al margen de la autoridad del obispo de Jerusalén, Epifanio ordenó sacerdote a Pauliniano (hermano de Jerónimo). Epifanio trató de defender su irregularidad, pero Juan apeló al Patriarca de Alejandría en busca de apoyo para condenar a Jerónimo y sus seguidores como cismáticos. El obispo Teófilo de Alejandría se mostró partidario de Juan, pero la disputa se prolongó durante cuatro años y tras algunos intentos de reconciliación y la exhibición de gran pesar, Jerónimo y sus seguidores fueron prácticamente excomulgados, pero finalmente la disputa fue detenida, quizás por Teófilo de Alejandría.

La disputa entre Juan y Jerónimo se renovó después de que Jerónimo criticara con dureza la recepción que había recibido Juan por parte de cuatrocientos monjes origenistas en Nitria, enviados a los desiertos egipcios por el obispo Teófilo de Alejandría (cincuenta de estos monjes viajaron a Constantinopla, donde fueron cordialmente recibidos por el Patriarca y obispo san Juan Crisóstomo en el año 401). Juan de Jerusalén apoyó a Juan Crisóstomo en su destierro a partir de 404.

El segundo gran ataque de Jerónimo contra Juan de Jerusalén tuvo lugar en el año 414, y estaba motivado por la doctrina de Pelagio. Jerónimo, apoyado por Paulo Orosio, un discípulo latino de san Agustín de Hipona, criticó duramente al diácono Pelagio, que ese año había visitado Jerusalén y había sido recibido por Juan. Pelagio fue condenado, aunque no de forma explícita por el sínodo local de Diospolis en el año 415.

De acuerdo con Gennadio de Massilia, un autor eclesiástico del siglo V Juan II de Jerusalén "escribió un libro contra los que abandonan sus estudios, en el que aprecia el genio de Orígenes aunque no comparte su credo."

A su muerte Juan II de Jerusalén recibió "Damnatio memoriae" por lo que en general sus obras no se conservan bajo su autoría, pero aparte de "Mystagogical Catecheses" es muy probable que varias homilías en griego, georgiano o armenio también sean obras suyas, como ocurrió a mediados del siglo XX con las homilías de "El Festín de los Ángeles" y las de la "Dedicación de la Iglesia del Santo Sión".

La edición de un lectionario litúrgico de Jerusalén, preservada en una versión en antiguo armenio, también se atribuye a su autoría.

De acuerdo con M. van Esbrœck, Juan II de Jerusalén mostró gran habilidad e inteligencia al comprender y aceptar a la minoría cristiana de tradición judía en Jerusalén. Uno de los actos que ratificaron la reconciliación de las comunidades cristianas griegas y judías fue la Consagración de la Iglesia del Santo Sión (situada en el lugar donde según la tradición se encontraba el Cenáculo de la Última Cena). en el año 384. La homilía pronunciada por el obispo Juan se conservó en un texto armenio.

Aparte de la crítica de Jerónimo, existe una carta del Papa san Inocencio I de Roma que censura a Juan por haber permitido que los pelagianistas causaran disturbios en Belén y le ordena que sea más cuidadoso con su diócesis en el futuro: esta carta está fechada en torno al año 417, en que murieron tanto Juan como Inocencio y es probable que el Obispo de Jerusalén nunca llegara a recibirla. Aunque existen fuentes diversas, parece que Juan de Jerusalén también fue acusado de arrianismo, aunque la acusación parece un poco simplista y fuera de lugar y es probable que actualmente carezcamos de la información necesaria para comprender la situación episcopal en Jerusalén a comienzos del siglo V.
En el año 415, dos años antes de su muerte, Juan probablemente participó de forma directa en el descubrimiento (invención) de las reliquias de san Esteban. A su muerte fue sucedido por el obispo Praulio.
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San AGATÓN. Papa. (678-681). (c.577 - 681).


Bueno, el vencedor

Martirologio Romano:
En Roma, en la basílica de San Pedro, san Agatón, papa, que mantuvo íntegra la fe ante los errores de los monotelitas y promovió la unidad de la Iglesia convocando sínodos
Nació en Palermo (Sicilia); fue probablemente un monje no se sabe si benedictino o basilio. Dicen que fue elegido Papa a los 103 años. Nada más elegido Pontífice afrontó el grave problema de las relaciones entre la Iglesia de Roma y la de Constantinopla, divididas entonces por las discordias teológicas sobre la existencia en Cristo de dos voluntades (divina y humana) sostenida por Occidente en contraste con la Iglesia oriental que profesaba la existencia de una sola voluntad divina (herejía monotelita). A requerimiento del emperador Constantino IV Pogonato, se propuso solucionar el problema. Convocó un sínodo en Letrán con los obispo de Occidente para tratar el tema y de ahí convocó el III Concilio Ecuménico de Constantinopla (681), en el que se condenó la herejía monotelita.

Asimismo repuso en su sede de York a san Wilfrido, que había sido expulsado por el arzobispo de Canterbury. Luchó en favor de la defensa de la infalibilidad colegiada del Pontífice, y por la autonomía de la iglesia frente al poder temporal de los príncipes. Canonizó a san Sebastián. Se dice que curó a un leproso besándole. Las fuentes recuerdan su amabilidad, generosidad, buen humor y serenidad. Murió de peste. Es patrón de Palermo.
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San ARCONTE DE VIVIERS. M. c. 740/5.

(Arconcio. fr.: Arconce de Viviers). Caudillo
Martirologio Romano:
En la región de Viviers, cerca del Ródano (hoy Francia), san Arconte, obispo
interior de la catedral de Viviers
Obispo de Viviers, mártir por una muchedumbre de sus conciudadanos, por haber sostenido los derechos de la iglesia.

Obispo de Viviers, fue asesinado en una revuelta popular, por defender los intereses de la Iglesia, entre el 740 y 745. Aunque según un manuscrito del siglo XVI, fue víctima de los habitantes de Viviers, pero según se desprende de estudios recientes, los autores del martirio fueron bandas de francos del norte y que se asentaron en Viviers. El Martirologiodescribe su martirio. “Los idus de 06 de enero, el beato Arconce, obispo de la Iglesia  de de Viviers. Para defender la libertad de su Iglesia, que confundía a sus enemigos, y fue golpeado e insultado por los habitantes de Viviers. Fue decapitado por ellos en la plaza de la Trau ".

Hay un testimonio de culto público, una capilla dedicada a su nombre en el siglo XII, y un oficio litúrgico por su memoria. Fue enterrado en la iglesia de San Vicente, en el mismo Viviers, y venerado allí, hasta que en 1568 los calvinistas quemaron su cuerpo junto con reliquias de otros santos.

El Martirologio actual, aunque acepta el culto local tributado al santo, no lo clasifica como mártir, al faltar toda referencia a los motivos de la muerte. La fiesta local es el 19 de enero, seguramente por algún traslado de reliquias, aunque la muerte ocurrió entre el 8 y el 9 de enero, motivo por el cual el Martirologio actual lo inscribe en esta fecha. Tiene culto local.
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San ALDO. s. VIII.

Crecido viejo caudillo rico
De este santo se conoce muy poco, ni siquiera el lugar y fecha de nacimiento. Parece que vivió en el siglo VIII, cuando la humanidad estaba amenazada por el islamismo. Se conoce sí el lugar de su sepultura: en Pavía, primero en la capilla de San Columbano y después en la basílica de San Miguel.

Una antigua tradición nos lo presenta como carbonero y eremita en Carbonaria, cerca de Pavía. Como san Aldo se encuentra incluido en los Martirologios de la Orden benedictina, se supone que fue monje en Bobbio, el famoso monasterio fundado por san Columbano en el año 614.

Los monjes irlandeses de san Columbano no llevaban una vida eremítica en sentido estricto, pero el ermitaño se alejaba temporalmente de los hombres para dedicarse a la oración y llenar la soledad exterior con la presencia alegre de Dios. Pero no se alejaba de la comunidad a la que edificaba con el ejemplo de su vida devota y con la caridad.

Podemos, pues, pensar que san Aldo fue una magnífica mezcla del espíritu benedictino y del espíritu que llevaron los fervorosos misioneros que llegaban de Irlanda, la "isla bárbara" que se transformó en "isla de santos" por el extraordinario florecimiento del cristianismo.
San Columbano había llevado a Europa un oleaje de nueva espiritualidad. Es decir, se había producido un movimiento inverso al que había llevado la Buena Noticia a Irlanda. Decenas de monjes y ermitaños irlandeses, convertidos en "peregrinos por Cristo", en un maravilloso intercambio evangélico, de evangelizados se convirtieron en evangelizadores.
Solamente conocemos a este santo gracias a los Bolandistas. Anacoreta italiano, probablemente cerca de Pavía, donde se venera, pero se desconoce la época, quizás entorno al año 1.000.
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San PEDRO URSÉOLO. (928-987).

(Orseolo, Pedro de Venecia. it.: Pietro Orseolo)En el monasterio de Cuixá, en los Pirineos (hoy Francia), san Pedro Urseolo, el cual, siendo dux de Venecia, se hizo monje, distinguiéndose por su piedad y austeridad, y viviendo en un eremitorio cercano al monasterio

Miembro de una rica familia veneciana, era un buen soldado, capitán de la armada y vencedor de piratas, probablemente también activo conspirador en tiempos del dux Pedro IV Candiano (quién morirá en una revuelta cuando intentaba proclamarse rey). Pedro será nombrado nuevo dux de Venecia. Durante unos años se le juzgó excelente gobernante que puso en orden la ciudad y que restauró la basílica de San Marcos después de un incendio y renovó los tratados con Istria. Pero el principal servicio que rindió a su Estado fue el arreglo con Gualdrada, la esposa de Pedro Candiano... Gracias a ello, Gualdrada retiró todas sus acusaciones contra Venecia. Las quejas de Gualdrada habían provocado una gran crisis, que desapareció con el arreglo.

Sabemos que tenía una esposa y un hijo, y que era hombre justo y piadoso, con buena fama entre los venecianos, hasta que un día de septiembre del 978, sin avisar a nadie, dejó su cargo, su fortuna  para hacerse religioso benedictino en el monasterio de San Miguel de Cuxá en el Rosellón, donde estaba su amigo Garino, abad del monasterio y san Romualdo, fundador de los camaldulenses. Según parece, su esposa, con quien había estado casado treinta y dos años, y su hijo, que un día sería Dux de Venecia, vivieron largo tiempo sin saber de él. Sin embargo, la resolución de Pedro no debió ser tan inesperada como parece; hay razones para creer que él y su esposa habían vivido como hermano y hermana, desde el nacimiento de su único hijo, y hay quien sostiene que una carta de Raterio a Pedro demuestra que éste pensaba ya en la vida religiosa en el año 968.

Nuestro santo llevó en Cuxá una vida de intenso ascetismo y abnegación. No le bastó una decisión tan radical, y al cabo de unos años eligió una vida aún más solitaria, será ermitaño cerca del monasterio, hasta su muerte.  Se dice que en su tumba se obraron grandes milagros. Clemente XII confirmó su culto en 1731.
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Beato BENINCASA. M. 1194.

Martirologio Romano:
En el monasterio de Cava, en la Campania (hoy Italia), beato Benincasa, abad, que envió cien monjes a Sicilia para restaurar la vida regular en el abandonado cenobio de Monreale

Abad de la abadía de la Santísima Trinidad de Cava (Salerno, Campania) (1171-1194), sucedió a san Marino. Su gobierno fue importantísimo ya que coincide con el periodo de mayor explendor de esta abadía. Fue un hombre devoto, prudente y un excelente pastor. En 1172 asistió al rey de Sicilia Guillermo II el Bueno que había enfermado en Salerno, éste en agradecimiento, en 1176, puso a disposición de la Congregación de Cava, un monasterio había terminado de construir en Monreale, el abad envió a Sicilia un centenar de monjes para habitarlo.

Dos años después embarcó en la nave del monasterio (en esto se ve la importancia de la abadía) para visitar las casas de la Congregación, en esta ocasión, el rey Guillermo II puso bajo su protección la Congregación de Cava, y en particular la abadía de la Santísima Trinidad, dando al abad la facultad de crear vasallos. El rey de Jerusalén Balduino IV, en 1181, concedió a la nave de Cava el derecho de atracar en cualquier puerto del Levante, concediéndole plena libertad de exportación e importación sin tener que pagar aranceles.

En 1182, el rey Guillermo resolvió a favor de la abadía en la disputa con el obispo de Salerno, Nicolás, sobre la posesión del puerto de Vietri. Benincasa hospedó en su abadía al antipapa Inocencio III para que hiciera penitencia; los obispos deseaban tener en sus diócesis a los monjes cavenses por el gran bien que realizaban; los papas concedieron una autonomía espiritual a los abades de Cava, de forma que su jurisdicción se extendía sobre tierras e iglesias que le eran donadas, dando cuentas solamente a los papas; la abadía fue un centro importantísimo para los papas, de la cual se podían fiar completamente. Benincasa murió después de 23 años de gobierno, fue sepultado en la cripta de Arsicia y en 1675 sus reliquias fueron trasladas en la capilla de los Santos Padres. El título de beato fue confirmado por Pío XI el 16 de mayo de 1928.
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San GUILLERMO DE BOURGES. (c. 1150-1209).

(Willelmo. fr.: Guillaume de Bourges).

Martirologio Romano:
En la ciudad de Bourges, en Aquitania (hoy Francia), san Guillermo, obispo, que, deseoso de soledad y meditación, se hizo monje en el monasterio cisterciense de Pontigny. Más tarde fue abad de Chaalis y, después, elegido obispo de Bourges, no abandonando nunca la austeridad de la vida monástica y distinguiéndose por su amor a los clérigos, a los cautivos y a los desgraciados

Guillermo Beruyer de Donjeon nació en Nevers y era hijo del conde de Nevers. Se hizo eclesiástico para medrar, primero fue canónigo de Soissons y luego de París. Tuvo su momento de conversión y la aprovechó... dejó totalmente el mundo y se hizo monje en la abadía de Grammont. Allí vivió con gran regularidad la vida de esa austera orden, hasta que una disputa entre los monjes de coro y los otros turbó la paz. Guillermo pasó entonces a la orden cisterciense, que se distinguía por su fama de santidad. Tomó el hábito en la abadía de Pontigny.

Abad de Fontaine-Jean (Soissons) y luego de Chalis. Se consideró siempre como el último de los monjes. La mansedumbre de su palabra daba testimonio del gozo y la paz de su alma. La virtud era atractiva en él, a pesar de sus crueles austeridades.

A la muerte de Enrique de Sully, arzobispo de Bourges, el clero de la ciudad pidió a Eudo, obispo de París, que le ayudase a elegir un pastor. Como todos querían a un abad del Cister, depositaron sobre el altar el nombre de tres abades. Después de haber orado, Eudo leyó el nombre de Guillermo, a quien, por otra parte, habían favorecido casi todos los votos de los presentes. Era el 23 de noviembre del año 1200. La noticia abrumó a Guillermo, quien jamás hubiera aceptado el cargo, si el papa Inocencio III y el abad de Citeaux, no se lo hubieran mandado. Guillermo abandonó la soledad con lágrimas en los ojos, y fue consagrado obispo poco después.

Lo primero que hizo fue elevar su vida interior y exterior a la altura de su dignidad. Redobló, pues sus penitencias, diciendo que su cargo le obligaba a sacrificarse por los otros tanto o más, que por sí mismo. Bajo el hábito religioso llevaba una áspera camisa, y ni en el invierno, ni en el verano, cambiaba de manera de vestir. Jamás comía carne, aunque sus huéspedes encontraban buena mesa en su casa. No menos digna de encomio era su solicitud por su grey. Se preocupaba especialmente por los pobres, a quienes prestaba socorro espiritual y material, pues decía que Dios le había enviado sobre todo para ellos. Era muy indulgente con los pecadores arrepentidos; en cambio se mostraba inflexible con los impenitentes, aunque nunca invocó contra ellos el poder civil, como se acostumbraba entonces. Tal actitud le ganó más de una conversión.

Algunos nobles, abusando de su bondad, usurparon los derechos de su iglesia; pero Guillermo no se amilanó ante la amenaza de confiscación de bienes y llevó el caso ante el rey. Su humildad y paciencia triunfaron en varias ocasiones de la oposición de su capítulo y su clero. Convirtió a muchos albigenses. Defendió los derechos de la iglesia contra Felipe Augusto, excomulgado por el papa Inocencio III después de que repudiara a su esposa Ingeburga.

Durante su episcopado se comenzó la construcción de la catedral de Saint Ëtienne. En 1209 se disponía a salir en cruzada contra los albigenses, cuando en una visita a la catedral en construcción, abierta a todos los vientos, padeció un acceso febril que le produjo la muerte; sobre su tumba se produjeron muchos milagros y ésta fue la causa de su rápida canonización por Honorio III, al año siguiente de su muerte. Esta enterrado en la catedral de Bourges. Patrón de la universidad de París.
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Beato GONZALO DE AMARANTE. (1187-1260).

(por.: Gonçalo do Amarante).
Dispuesto para la lucha total

Martirologio Romano:
En Amarante, lugar de Portugal, beato Gonzalo, presbítero de Braga, que después de una larga peregrinación por Tierra Santa ingresó en la Orden de Predicadores y más tarde se retiró a una ermita, ayudando a construir un puente y trabajando en bien de los habitantes del lugar con su oración y predicación

Nació en Atanagilde o Tagilde (Portugal) en el seno de una familia acomodada; cuando manifestó su deseo de ser sacerdote le enviaron al palacio episcopal de Braga para que se preparase para el sacerdocio. Fue ordenado sacerdote en 1215. Tuvo el curato  de la iglesia abadía de Payo en Riba de Visela, donde ejerció su ministerio con gran austeridad, piedad, compartiendo sus rentas con los más desfavorecidos y destacándose como predicador.

Marchó en peregrinación a Roma y Jerusalén en 1230, pero al regreso, su sobrino que se había hecho cargo del curato no quiso entregarlo, porque habían pasado muchos años y volvía pobre y andrajoso. El pastor se ha hecho lobo. Ha abandonado el cuidado y se ha dedicado al despojo. Entre comilonas, cacerías, vicios y vanidades se ha convertido de servidor en dueño. Como tantos. No obedece los requerimientos del tío y hasta lo echa con amenazas violentas, maltratándolo físicamente. Ya intentó antes demostrar su muerte para asegurarse el puesto.

Se retiró entonces a la soledad de Amarante, donde se dedicó a evangelizar a las gentes y construyó una ermita en honor a María en los alrededores de Tamaca. Según sus biógrafos, por inspiración de María ingresó en la Orden dominicana, y allí lo recibió (en el convento de Guimaraes), san Pedro González “Telmo”, que le encargó la evangelización de Amarante. Edificó a todos con su piedad, mortificación y santidad. Con la autorización del prelado, vuelve al oratorio de Amarante donde se entrega sin límites a la oración, penitencia y apostolado hasta el fin de su vida quemada en amor a Dios y en bien de los hermanos. Contrajo una gravísima enfermedad y se dispuso a morir como los mejores discípulos del Señor. Su culto fue aprobado en 1560 por Pío IV.
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Beato GREGORIO X. Papa (1271-1276). (c.1210 - 1276).

Vigilante, guardián que vela

Martirologio Romano:
En la ciudad de Arezzo, en la Toscana (hoy Italia), beato Gregorio X, papa, que, siendo arcediano de Lieja, fue elevado a la sede de Pedro, desde donde favoreció enérgicamente la comunión con los griegos, y para aplacar las divergencias entre los cristianos y recuperar Tierra Santa, convocó el Concilio II de Lyon

Teobaldo Visconti nació en Piacenza en el seno de la noble familia piacentina de los Visconti, distinta de su homónima milanesa. Inteligente y religioso estudió Derecho en Bolonia y París. Recibió una canonjía en la basílica de San Antonio de Piacenza y fue ordenado diácono sin querer pasar por el sacerdocio.

Formó parte del séquito del cardenal cisterciense Giacomo da Pecorara, al que ayudó a resolver algunos conflictos y con él se marchó a Lyon, donde obtuvo una canonjía en la catedral luego fue archidiácono en Lieja. No aceptó ser obispo de Piacenza. Marchó a Roma con el cardenal hasta su muerte en 1244.

Participó en la preparación del I Concilio de Lyon, donde fue excomulgado el emperador Federico II, volvió a Lieja donde ejerció su cargo de arcediano; mientras ostentaba este cargo se le confió la predicación de la última cruzada. Parece que acudió a París a terminar sus estudios de teología y aquí conoció a santo Tomás de Aquino, a san Buenaventura, al rey san Luis IX, y a los futuros papas Clemente IV y a san Inocencio V. En su cargo en Lieja tuvo varios enfrentamientos con su obispo y fue acogido por el papa Clemente IV y le encargó que acompañara al cardenal Fieschi en una misión diplomática.  Acompañó a los cruzados a Palestina y allí ejerció una labor meritoria de aliento y vida de santidad. Recibió a Marco Polo a su vuelta de Tartaria así como a los legados del Gran Khan que pedían al Papa hombres doctos que le explicaran el cristianismo. En 1268 murió el papa. La sede de Roma permaneció vacante durante tres años porque los electores no se pusieron de acuerdo. Se encontraba en San Juan de Acre cuando fue elegido Papa: aunque era sólo diácono; se embarcó hacia Italia y en Viterbo recibió el sacerdocio y el episcopado, marchando a Roma donde no habían estado los dos papas anteriores

A él se debe la introducción del Cónclave y la realización del II Concilio de Lyon, en el cual los ortodoxos orientales se reconciliaron (solo temporalmente) con la Iglesia Católica. A este concilio invitó a santo Tomás de Aquino, que murió unos meses antes de su apertura, a san Buenaventura, a quien nombró cardenal y el futuro beato Inocencio V. Quiso que su pontificado tuviera tres puntos claros: la reforma de las costumbres, la unión con los orientales y la reconquista de Tierra Santa. A él se debe el reservar a los obispos la facultad de impartir el sacramento de la Confirmación y el canon que condenaba la opinión según la cual Jesucristo habría prohibido a la Iglesia tener propiedades.

No aceptó las pretensiones de Alfonso X de Castilla y ratificó como emperador a Rodolfo de Habsburgo. A su regreso de Lyon, murió en Arezzo atacado por unas fiebres. En 1713, Clemente XI confirmó su culto.
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Beato EGIDIO DI BELLO. (1443-1518).

(Gil de Laurenzana, Egidio de Laurenzana).
Sin tierra divina
Protector

Martirologio Romano:
En Laurenzana, en la Lucania (hoy Italia), beato Egidio (Bernardino) Di Bello, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que vivió encerrado en una cueva

Bernardino de Bello nació en Lorenzana (Basilicata) en el seno de un hogar modesto. Muy inclinado a la piedad desde su niñez, cuando llega a la adolescencia, obtiene licencia para vivir retirado en un santuario que se encontraba en medio del campo, donde el joven se entrega sobre todo a la oración. Pero su soledad es interrumpida por la visita de los vecinos del pueblo que quieren ver por sí mismos al joven ermitaño y empiezan a consultarle sus preocupaciones.

No hallándose capaz de dar respuesta a quienes acuden a él, decide dejar el santuario y colocarse como jornalero con un rico agricultor, el cual le toma afecto y le permite pasar en oración varias horas al día. Así está un tiempo hasta que madura su propia vocación y se decide a pedir el hábito franciscano en el convento de Lorenzana. Admitido al noviciado, profesa como hermano y se le asigna el encargo de trabajar la huerta de los frailes.

Tiene la inspiración de pedir y obtener licencia para construirse una pequeña celda en lo más alejado de la huerta y allí poder pasar en contemplación de las cosas divinas las horas que no son del trabajo. Y así discurre su vida: trabajo y oración altísima, siendo evidentes a la comunidad religiosa las virtudes del humilde hermano, que no salía de su celda sino para el trabajo y para acudir a la iglesia donde adoraba con amor al Santísimo Sacramento. Murió estrechando en sus manos el rosario de la Virgen María. Es famoso por su amor a los animales. Su culto fue confirmado en 1880 por León XIII.
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Beata ANA DE LOS ÁNGELES MONTEAGUDO. (1602-1686).

Gracia de Dios, benéfica, compasiva

Martirologio Romano:
En la ciudad de Arequipa, en Perú, beata Ana de los Ángeles Monteagudo, virgen de la Orden de Predicadores, que con sus dones de consejo y profecía se dedicó a promover el bien de toda la ciudad

Se llamaba Ana Monteagudo y Ponce de León. Nació en Arequipa (Perú) donde transcurrió toda su vida. Fueron sus padres el español Sebastián Monteagudo y la arequipeña Francisca de León, que formaban un matrimonio acomodado. Ana era la cuarta hija de ocho hermanos. A los tres años ingresó como interna en el monasterio de las dominicas de Santa Catalina de Siena de Arequipa para que recibiera una educación humana y cristiana. En 1615, sus padres intentaron retirarla del monasterio con el fin de casarla, pero ella ya había tomado la determinación de ingresar como monja. En 1619 hizo su profesión solemne y tomó el nombre de Ana de los Ángeles.

Centró su espiritualidad en un intenso amor por la Eucaristía, vivencia de la cruz y devoción por María. En atención a su piedad obtuvo el cargo de sacristana en 1632, ya que así podía socorrer mejor a los pobres. Pasados los 40 años, fue nombrada maestra de novicias y poco después (1648), el obispo don Pedro Ortega de Sotomayor, sugirió que fuera nombrada priora para que restableciera la observancia de la regla y las constituciones de la Orden para entonces bastante relajadas. Ana consiguió, tras ardua labor, la reforma gracias a la firmeza unida a un gran espíritu de comprensión y caridad. Estuvo atenta a las orientaciones del II concilio de Lima sobre el gobierno de los monasterios. Cosa que no impidió que fuera objeto de calumnias y difamaciones, e incluso un grupo de religiosas descontentas, animadas por las seglares del convento, intentaron envenenarla. Cuando estalló una epidemia de cólera fue la primera en atender a los enfermos.

Terminado su mandato de priora, se retiro al silencioso retiro de las obras de caridad. Pero las enfermedades y una ceguera prematura, la llevaron a una mayor entrega en la oración y el amor a Cristo. Murió totalmente sola en su celda claustral, pero su entierro fue multitudinario. Fue beatificada en Arequipa por el Papa Juan Pablo II en 1985. Patrona de Arequipa.
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Santa FRANCISCA DE SALES AVIAT. (1844-1914).

(Leonia Aviat, Leona Francisca de Sales Aviat. fr.: Léonie Françoise De Sales Aviat).

Martirologio Romano:
En Perugia, ciudad de Italia, santa Francisca de Sales (Leonia) Aviat, virgen, que se dedicó con amor materno y sagacidad a la educación de las jóvenes y fundó las Oblatas de San Francisco de Sales
Se llamaba Leonia Aviat. Nació en Sézanne (Marne, Francia). Se formó religiosa y culturalmente en el monasterio de las religiosas de la Visitación de Troyes. En contra de la voluntad de su padre, decidió hacerse religiosa y tomó el nombre de Francisca de Sales. El capellán del monasterio era el beato Luis Brisson, que al ver el número de jóvenes obreras que acudían a Troyes a trabajar en los talleres textiles, decidió darles una acogida estable y segura, además de una tutela social. Para ello creó las Obras Operarias, entre las que destacó la constitución de las “casas-familia”, donde las obreras eran acogidas como externas, mientras trabajaban en los talleres, o como internas trabajando en los talleres de la propia Obra. A instancias del capellán, Leonia, con su compañera de estudios Lucía Canuet, aceptó la dirección de las Obras Operarias.

En 1868 vistieron el hábito religioso e hicieron la profesión religiosa. Así nacieron la Congregación de las Religiosas Oblatas de San Francisco de Sales, de la que Leonia es cofundadora; que se dedicarán a la instrucción, educación y protección de las jóvenes obreras. Más tarde abrieron escuelas populares gratuitas, para dedicarse después a las jóvenes de las clases acomodadas. En 1872 se unieron a ellas las Religiosas de Santa María de Loreto, fundadas por el pade Eduardo de Malet.

La nueva Congregación se abrió también a las misiones. En 1904, tras la legislación antirreligiosa del parlamento francés, sufrieron la expropiación de todos sus bienes y casas. A causa de esto, Leonia trasladó su sede generalicia a Perugia. Muchas oblatas francesas, dando prueba de notable valor y amor a la Congregación decidieron, vistiendo de seglar, permanecer en Francia y salvar así las obras más importantes de la Congregación en este país. Murió en Perugia, después de ver la aprobación pontificia de su Congregación. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 27 de septiembre de 1992, y la canonizó el 25 de noviembre de 2001.
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Beata MARÍA DOLORES RODRÍGUEZ SOPEÑA. (1848-1918).

Martirologio Romano:
En Madrid, España, beata María Dolores Rodríguez Sopeña, virgen, la cual dio muestras de su gran caridad cristiana al dedicarse a los más abandonados de la sociedad de su tiempo, acercándose especialmente a los suburbios de las mayores ciudades, y para anunciar el Evangelio y atender a los pobres y a los obreros en cuestiones sociales, fundó el Instituto de la Damas Catequistas y la Obra de la Doctrina

Nació en Vélez Rubio (Almería). En 1865 se traslada con su familia a Almería, aquí atendió a los pobres, especialmente a unas enfermas de tifus y a un leproso. También visitó, junto a su madre, a los pobres de las Conferencias de San Vicente de Paúl. En 1865, destinaron a su padre a Puerto Rico, que viajó con su hijo mayor. El resto de la familia se trasladó a Madrid. En la capital, Dolores realizó su apostolado en cárceles, hospitales y Escuelas dominicales. En 1871, se reunió toda la familia en Puerto Rico, y allí fundó las Hijas de María y Escuelas dominicales para niñas de color donde se alfabetiza y enseña el catecismo.

En 1873, su padre fue trasladado a Santiago de Cuba, y Dolores reanudó sus visitas a los enfermos y hospitales, y fundó sus tres primeros Centros de Instrucción en diversos barrios marginales. Pidió la admisión en las Hermanas de la Caridad, pero le fue denegado por su falta de vista. Tres años más tarde murió su madre y la familia regresó a Madrid. Por indicación de su director espiritual ingresó en las Salesas, pero a los diez días dejó el convento al comprobar que aquella no era su vocación. Continuó su trabajo en las cárceles, hospitales y Escuelas Dominicales. Abrió su primera Casa social para atender las nuevas necesidades que surgían. En 1883, murió su padre.

En 1885, empezó sus trabajos en el barrio de las Injurias (sector marginal de Madrid) y fundó lo que luego serían sus Centros de Instrucción. En 1892, fundó una asociación apostólica, hoy conocida como Movimiento de Laicos Sopeña. En 1896, después de dejar establecida su obra en cuatro barrios populares extiende los Centros por toda España. Fruto de muchos malos entendidos, dimitió como presidenta en Madrid y se estableció en Sevilla. En un viaje a Roma tuvo la inspiración de fundar un Instituto religioso. En 1901 fundó en Toledo el Instituto Catequista Dolores Sopeña, antiguamente llamado de "las Damas catequistas", y obtiene la aprobación del gobierno español de su Obra social como asociación civil, hoy OSCUS (Obra Social y Cultural Sopeña). Murió en Madrid con fama de santidad. Sus restos se encuentran en Loyola. Fue beatificada por SS Juan Pablo II el 23 marzo de 2003.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:





catedral de Die


Martirologio Romano:
En la ciudad de Die, en la región de la Galia Vienense (hoy Francia), san Petronio, obispo, que antes había abrazado la vida monástica en la isla de Lérins

Hijo de un senador de Aviñón, se hizo monje en Leríns y fue elegido VIº obispo de Die (456-463). Se dice que era hermano mayor de san Marcelo y al que ordenó diácono y que fue asistente de su hermano Petronio, durante 10 años, cuando fue consagrado obispo. Petronio nombró a su hermano como su sucesor en la diócesis de Die en el periodo convulso de la herejía arriana. Murió en Valenze. Patrono de la diócesis de Die junto a san Marcelo. Tiene culto local.

San Marciano de Constantinopla. M. c. 471.
Martirologio Romano:
En Constantinopla (Estambul, hoy en Turquía), san Marciano, presbítero, que se distinguió en la ornamentación de las iglesias y en la ayuda prestada a los pobres

Nació en Constantinopla, donde pasó toda su vida, en el seno de una familia emparentada con el emperador Teodosio. Se entregó al servicio de Dios desde su niñez, y a escondidas repartía grandes sumas de dinero entre los pobres. Hacia el año 455, el patriarca san Anatolio, sin hacer caso de las protestas que su humildad dictaba a Marciano, le ordenó sacerdote. Marciano se sintió con ello más obligado todavía a buscar la perfección; así pues, sin abandonar su ocupación favorita que consistía en instruir a los pobres, redobló sus esfuerzos en socorrerlos en sus necesidades materiales y se impuso enormes penitencias. Quienes veían en su ejemplo una constante censura, tomaron pretexto de su austeridad para acusarle de novacianismo; pero la mansedumbre del santo triunfó a la larga de todas las críticas y la persecución sirvió para purificar aún más su alma.

Cuando la tempestad se disipó, su virtud brilló esplendorosamente, y el patriarca Genadio lo elevó a la dignidad de "Oikónomos", con gran aplauso del clero y del pueblo. Marciano construyó y restauró muchas iglesias de Constantinopla, en particular la de Anástasis. Los milagros que realizó antes y después de su muerte, le hicieron famoso. Algunos autores le consideran como escritor de himnos litúrgicos.


San Domiciano de Melitene. (c.564 - c.602).
Casero
Martirologio Romano:
En Melitene, ciudad de Armenia, san Domiciano, obispo, que trabajó con ahínco en la conversión de los persas
Obispo armenio de Melitene, el emperador Mauricio, su pariente, le confió varias misiones diplomáicas. Fue importante la que llevó a cabo ante Cosroes, rey Persa, al que intentó convertir al cristianismo. De este fracaso informó al papa san Gregorio I Magno con el que tuvo correspondencia.
De regreso a Constantinopla fue director espiritual del emperador, sin olvidar dirigir su diócesis. Murió de una enfermedad y fue sepultado en la iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla. Sus reliquias fueron trasladadas a Melitene. Tiene culto local.


Valerio de Limoges. (530-620)
(fr.: ValèreValeryVaury o Vaulry)
Fuerte. Que vale
Martirologio Romano:
En la ciudad de Limoges, en Aquitania (hoy Francia), san Valerio, que llevó vida solitaria
En un leccionario de Limoges se nos dice que era un hombre de buena posición, natural de Limoges, devoto de san Marcial, y que un día visitando la iglesia del santo en Limoges, sintió la llamada a dejarlo todo y emprender la vida eremítica. Construyó una iglesia dedicada al mártir san Julián, y en una celda anexa se escondió a los ojos del mundo. Sin embargo llegaban a él muchos que querían ser sus discípulos, y Dios le concedió dones taumatúrgicos.

En el pueblo de Saint-Valery-Sur-Somme (cuyo nombre posiblemente se refiere a nuestro santo) se conserva una pequeña capilla dedicada a su memoria, con una estatua. Tiene culto local.
1. En la Tebaida, el nacimiento para el cielo de san Pablo, primer Ermitaño, el cual desde la edad de dieciséis años permaneció solo en el yermo hasta los ciento trece; cuya alma vio san Antonio, entre coros de Apóstoles y profetas, se llevada por los Ángeles al cielo. Su fiesta se celebra el 15 del presente mes.
2. En Chipre, san Nicanor, que fue uno de los siete primeros Diáconos; y admirable por la gracia de la fe y por la santidad, fue gloriosísimamente coronado.
3. En Roma, san Agatón, Papa, el cual, esclarecido en santidad y doctrina, murió en paz.
4. En Bourges de Aquitania, san Guillermo, Obispo y Confesor, insigne en virtudes y milagros, que fue canonizado por el Papa Honorio III.
5. En Milán, san Juan Bueno, Obispo y Confesor.
6. En Constantinopla, san Marciano, Presbítero.
7. En el monasterio de Cosenza, en Francia, la dichosa muerte de san Pedro Urséolo, Confesor, antes Dux de Venecia y después Monje de la Orden de san Benito, célebre por su piedad y virtudes.
8. En Arezzo de Toscana, el beato Gregorio X, natural de Placencia, que de Arcediano de Lieja elegido Papa, celebró el Concilio segundo de Lyon, y por haber recibido a los Griegos en la unidad de la fe, compuesto las discordias de los cristianos y emprendido la reconquista de la Tierra Santa, fue benemérito de la Iglesia universal, que gobernó santísimamente.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
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