Santoral del 22 de Julio


SANTA MARÍA MAGDALENA, PenitenteINDICE

María Magdalena, Santa Discípula del Señor
San GUALTERIO DE LODI
Vandregisilo, Santo Abad
Beato AGUSTÍN FANGI DE BIELLA
Santos JUAN LLOYD y FELIPE EVANS
Beata MARÍA INÉS TERESA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO (Manuela de Jesús Arias Espinosa)
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día




SANTA MARÍA MAGDALENA Penitente
Le son perdonados muchos pecados,
porque ha amado mucho.
(Lucas 7, 47)
† siglo I
Patrona de los conversos; pecadores arrepentidos; mujeres; quienes llevan una vida contemplativa; peluqueros; farmacéuticos; personas ridiculizadas por su piedad; perfumerías y fabricantes de perfumes; fabricantes de guantes.
Se la invoca en las tentaciones (en especial las que atentan contra la virtud de la pureza).

Mirad a esta ilustre penitente bañando con sus lágrimas los pies del Salvador y enjugándolos con sus cabellos. Es Magdalena, otrora esclava del amor profano, y ahora esposa de Jesús. Lo acompaña en el Calvario; corre a la tumba para perfumar su cuerpo; se prosterna a los pies de Jesús resucitado; y después de su gloriosa ascensión, se retira a la soledad para llorar hasta la muerte pecados que sabía ella le habían sido perdonados. Si tú has imitado sus extravíos, imita su penitencia. Ama mucho, para que se te perdone mucho.

MEDITACIÓN SOBRE LAS LAGRIMAS DE SANTA MARÍA MAGDALENA
I. Las primeras lágrimas de Magdalena fueron lágrimas de contrición. Impelida por el dolor de haber ofendido a Dios, busca a Nuestro Señor, lo encuentra en la casa del fariseo y en ella hace una confesión pública de sus pecados. A partir de ese instante renuncia a sus criminales placeres y cambia de vida. ¡Dichosas lágrimas, que borrasteis los pecados de Magdalena! Ojos míos, ¿cuándo lloraréis los desórdenes de mi juventud? ¿Por qué retardar mi conversión? Mundo, placeres, honores, os dejo para siempre: dejadme en adelante llorar mis pecados, ¡dejadme un instante a fin de que gima! (Job).

II. Magdalena vertió lágrimas de compasión cuando vio a Jesús en manos de los verdugos. Lo acompañó hasta el Calvario; se mantuvo al pie de la cruz y mezcló su llanto con la Sangre adorable de Jesús. Nosotros vemos todos los días a nuestro divino Salvador clavado en la cruz, todos los días meditamos sobre su Pasión; ¿por qué, pues, nuestro corazón permanece insensible ante sus sufrimientos? ¿Por qué nuestros ojos no vierten lágrimas? ¡Ah! es porque no tenemos por Jesús el mismo amor que Magdalena. La fe de esta mujer fue grande, su amor ardiente, su arrepentimiento sincero (San Lorenzo Justiniano).

III. El deseo de ver a Jesús, después de su resurrección, le hizo bañar en lágrimas la tumba del divino Maestro. El deseo de contemplarlo en el cielo la hizo suspirar y gemir en la gruta a la que se había retirado. Llora ella noche y día porque su exilio se prolonga, y no se le permite unirse a su Bienamado. Viértense lágrimas por una bagatela; mas, ¿quién llora de haber perdido a Jesús? ¿Quién llora por su extravío?
La penitencia.
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN
Oh Dios, que al ruego de la bienaventurada María Magdalena habéis resucitado a su hermano Lázaro, muerto hacía ya cuatro días, haced que experimentemos los efectos de su poderosa intercesión. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por los siglos de los siglos.




Santa MARÍA MAGDALENA. s. I.

Martirologio Romano: Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de Pascua y la que se lo comunicó a los demás discípulos.

Se llamaba Miriam y era de Magdala, Galilea. Los cuatro evangelistas hablan de ella. Es la gran testigo de la penitencia cristiana, del amor contemplativo y de la Pascua irradiante que aparece por primera vez en casa de Simón, donde ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos, pidiendo perdón por sus pecados. Se la llama "el apóstol de los apóstoles", porque fue la primera que anunció la Resurrección de Cristo: "He visto al Señor". Los datos evangélicos son éstos: "Yendo por ciudades y aldeas, Jesús predicaba y evangelizaba el reino de Dios. Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y de enfermedades: María llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios, Juana, Susana, y otras varias que le servían con sus bienes" (Lc 7, 37). "Estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, María de Cleofás y María Magdalena". La Magdalena no podía estar en otro sitio. Allí le servía en silencio. Es la mujer más nombrada en los Evangelios (12 veces) más incluso que María, la madre de Jesús.

Según una antigua tradición, después de la Ascensión de Cristo, marchó a Éfeso con María y san Juan, donde murió. Otra tradición dice que se fue a Marsella con sus hermanos Marta y Lázaro, en compañía del obispo san Maximino de Aix y de las santas Marías. Después de convertir a los lugareños, se retiró durante 30 años a las soledades de Sainte Baume, para hacer penitencia. Los evangelios apócrifos de raíz gnostica, hablaron mucho de ella, y sobre ello se entretegió una leyenda que no tiene ninguna veracidad histórica.
Desde el siglo XI la fiesta se difundió en Roma y Occidente hasta que en el siglo XII el misal de Letrán aceptó la leyenda que reunía en la única persona de María Magdalena tanto a María de Betania (celebrada en la liturgia griega el 18 de marzo) como a la pecadora anónima (en el rito bizantino, el 31 de marzo) que, según (Lc 8, 2) fue librada de siete demonios (es decir una grave enfermedad, antes de ponerse al servicio de Jesús). Patrona de Marsella, Autun y Provenza. MEMORIA OBLIGATORIA.
INDICE


San WANDREGISILO. (c.600 - c.668).

Martirologio Romano: En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Wandregisilo, abad, que, habiendo renunciado a vivir en la corte con el rey Dagoberto, hizo vida monástica en varios lugares, y promovido al sacerdocio por san Audeno, obispo de Rouen, en el bosque llamado Gemeticense fundó y rigió el monasterio de este mismo nombre.

Nació cerca de Verdún, en el seno de una noble familia franca. Fue funcionario de alto nivel en el palacio del rey Dagoberto I junto a otros siete futuros santos (Audoeno, Eloy...) A pesar de su deseo de ser monje, fue nombrado conde del palacio y se casó (hacia el 630, para ir en contra de la voluntad de sus padres), pero después de una peregrinación a Roma, él y su mujer decidieron ingresar como monjes.
Su vida monastica comenzó en el monasterio di Montfaucon, durante el abadiato de san Balderico. Distribuyó sus bienes entre los pobres, y después de un tiempo, después de un sueño, decidió marcharse a la abadía de Bobbio. Su vida cenobítica pronto fue conocida por su rigor y abnegación, llegando a recitar el Salterio, en pleno invierno, inmerso en el agua gélida de un torrente para así resistir la tentación.

Hacia el 635 decidió alejarse de Bobbio, donde su fama comenzaba a ser demasiado grande, y marchó hacia Irlanda, pero decidió quedarse en la región del Jura en la abadía de Romainmôtier, donde vivió durante diez años.
En el 641, Wandregisilo si trasladó a Rouen cuando su amigo, Audoeno, fue nombrado obispo de la ciudad. Allí fue ordenado presbítero por san Audomaro, obispo de Thérouanne. Transcurrió los años siguientes en la evangelización de la campiña cercana a Rouen, donde el paganismo estaba todavía muy presente y enraízado en la población.

A pesar de todo la vocación de Wandregisilo lo empujaba continuamente hacia una elección monástica. Se retiró al bosque de Jumiéges, donde fundó, en el 649, la abadía de Fontenelle, (que fue el gran centro misionero de la zona y ahora se llama Saint-Wandrille-Rançon) y también una escuela de artes y oficios. Pronto fue abad de una comunidad de más de 300 monjes. Su Orden monástica estaba fundada sobre “la unión, la caridad y la humildad”. En el momento de su muerte recomendó a sus monjes: “buscad la manera de que no haya nunca confrontaciones entre vosotrosos”; “El Señor estará siempre entre vosotros y será vuestro consuelo y ayuda en vuestra necesidad”.
La regla de Wandregisilo desapareció y fue sustituida por la benedictina. Algunos autores consideran que su regla fue la de san Columbano.
Fue tío de san Godón y pariente de san Pipino de Landen. Concedió el velo a santa Bertilia.
INDICE


San GUALTERIO DE LODI. (1184 - 1224).

Martirologio Romano: En Lodi, en la Lombardía también, san Gualterio, fundador del Hospital de la Misericordia.

Se narra que sus padres: Aliprando y Adelazia, naturales de Lodi, al no tener hijos, hicieron voto de que si tenían un hijo lo consagrarían al servicio de Dios en la basílica de San Pedro en Roma y lo educarían en la vida religiosa. Cuando nació Gualterio, sus padres, para cumplir su voto, lo llevaron a Roma en peregrinación y luego le dieron una educación adaptada a la misión al que lo habían consagrado. Con 15 años, el joven vistió el hábito de los Hermanos Hospitalarios.

Poco tiempo después Aliprando murió; entonces Gualterio vendió sus bienes y los distribuyó en limosnas y socorro a los peregrinos e indigentes; colocó a su madre en un convento "para que ningún afecto carnal mundano lo distragese de los mandatos de Dios y del culto divino", y se marchó a Piacenza, para trabajar en el hospital de San Raimondo il Palmerio. Dos años después regresó a Lodi y sirvió en el hospital de San Bartolomeo. Aquí Gualterio terminó su aprendizaje hasta sentirse en grado de actuar con plena autonomía. Pensó en construir un hospital para socorrer a los peregrinos y viandantes en una zona boscosa y palúdica cerca de Lodi, llamado Fanzago. Este hospital sanaría el malhadado lugar.

Apoyado por el sacerdote Everardo, Gualterio consiguió de las autoridades edilicias de Lodi que le dieran un terreno para construir el hospital de la Misericordia y una iglesia dedicada a santos Santiago y Felipe. El nuevo hospital tuvo un desarrollo floreciente: entorno al fundador se reunieron "muchos hermanos, muchas hermanas y santos ermitaños". Gualterio fue un ejemplo para todos por su rigurosa vida ascética. Realizó numerosas peregrinaciones y tuvo contacto con otros religiosos de vida ejemplar. Erigió otros hospitales en el territorio de la jurisdicción del obispo de Lodi: en Vercelli, Tortona, Crema, Malegnano. Estos institutos se constituyeron como dependencias del hospital de Lodi: Gualterio los mantenía bajo control, inspeccionándolos de vez en cuando, de forma que fueron famosos por su santidad y obras de caridad.
Gualterio recibió la ayuda del arzobispo de Milán, Enrico da Settala, su "familiar y carísimo amigo", que edificó la iglesia aneja al hospital de la Misericordia de Lodi. Murió con cerca de 40 años. Su sepultura en la iglesia de la Misericordia fue meta de peregrinaciones y devotas visitas. La diócesis de Lodi celebra su memoria litúrgica.
INDICE


Beato AGUSTÍN FANGI DE BIELLA. M. 1493.

Martirologio Romano: En Venecia, beato Agustín Fangi de Biella, presbítero de la Orden de Predicadores, que prestó grandes servicios en Soncino, en Viglebano y en la misma Venecia.

Nació en Biella (Piamonte, Italia). Entró en la vida religiosa en el convento de los padres dominicos cuando era todavía joven y tenía ya cierta madurez doctrinal. Prior del convento dominico de Soncino. Permaneció 30 años en Soncino, centro cultural de mucha importancia en aquella época, célebre sobre todo por su tipografía. Fue un gran predicador, pero esto no basta para asignarle su fama de santidad y su reconocimiento por la Iglesia. Fue un religioso de gran humildad, molesto por la fama que tenia de taumaturgo, y por la cantidad de personas que le rodeaban pidiéndole oraciones.

Los diez últimos años de su vida los pasó en Venecia. Es en esta preciosa ciudad del Adriático en donde se encuentran sus reliquias, concretamente, en la iglesia de santo Tomás. Pero lo que le hizo alcanzar la santidad fue una enfermedad que lo llevó lentamente a la muerte. La aceptó como un don de Dios, y la soportó con una infinita paciencia, sin un lamento, con una gran serenidad que edificó a cuantos le rodearon. Murió en Venecia.

En 1530 obreros encontraron su ataúd flotando en el agua que había rezumado en la cámara mortuoria, cuando se abrió el féretro encontraron que tanto el cuerpo y sus ropas no se habían corrompido ni por el paso de los años ni por efecto del agua. Su culto fue aprobado por SS Pío IX el 5 de septiembre de 1872, y su cuerpo se venera en Biella-Piazzo desde 1973.
INDICE


Santos JUAN LLOYD y FELIPE EVANS

. M. 1679.
Martirologio Romano: En Cardiff en Gales, san Felipe Evans, de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, sacerdotes y mártires, que bajo el rey Carlos II fueron ahorcados en el mismo día por ejercitar el sacerdocio en su patria.

Felipe nació en Monmouthshire (Gwent) en 1645, y educado en Saint Omer, ingresó en los jesuitas (1665) y trabajó en la misión galesa; fue martirizado en Cardiff, Gales, a consecuencia del "complot de Oates" durante el reinado de Carlos II. Recibió en paz el anuncio de su sentencia a muerte. Fue ahorcado y descuartizado junto a Juan Lloyd. Mártires en Cardiff, Gales.

Juan nació en Powis, en Brecknockshire en 1620. Después de estudiar humanidades en Gante, estudió para ser sacerdote en Valladolid, donde fue ordenado en 1649. Después trabajó en la misión galesa, donde tuvo gran éxito, y fue muy amado por su bondad y humildad.

Estando en la casa de Mr. Turberville en Penlyn fue arrestado y conducido a la cárcel de Cardiff junto al jesuita Felipe Evans. Ambos fueron condenados y condenados por ser sacerdotes. Fue ajusticiado en Cardiff junto a san Felipe Evans; ambos besaron el cadalso. Evans murió primero, y Juan le dio la absolución y antes de ser ahorcado manifestó su fe en la Iglesia católica, perdonó a sus enemigos, pidió perdón a todos aquellos que pudiera haber ofendido y pidió a los católicos presentes que rezasen por ellos.
Subió al cadalso y dio gracias a todos por haber sido corteses con él, especialmente al sherif y le rogó que pidiera por él. Se arrodilló y tres veces dijo en latín: “Ten misericordia de mi, Señor, porque soy un pecador” y añadió: “En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”. Hizo una señal a los que le habían puesto la horca en el cuello, fue ahorcado y descuartizado.
INDICE



Beata MARÍA INÉS TERESA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO (Manuela de Jesús Arias Espinosa). (1904-1981).
Martirologio Romano: En Roma, Italia, Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento (en el siglo, Manuela de Jesús Arias Espinosa), Fundadora de las Congregaciones de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.

Manuelita de Jesús Arias Espinoza, nació en Ixtlán del Río, Nayarit (Méjico). En 1924, en la ciudad de Colima, sufre una apendicitis. En la Ciudad de Guadalajara se hospedó para ser atendida por el médico en casa de su prima, quien le proporcionó el libro de la vida de santa Teresita, cuya lectura despertó en ella vivo deseo de santidad.
Durante la terrible persecución religiosa en México, el día de fiesta de Cristo Rey, se consagró al amor misericordioso de Dios como víctima de holocausto ofreciendo su vida por la salvación de México, tomando la decisión de ingresar a la vida religiosa a pesar de las circunstancias.

Antes de su ingreso al claustro, Manuelita continuó viviendo con su familia, sin dar marcha atrás al plan que Dios tenía sobre ella. Logró después de una serie de pruebas y sufrimientos, lo que tanto anhelaba su corazón; en 1929 ingresó al monasterio de las Clarisas, que, a causa de la persecución religiosa, se encontraba expatriado en Los Angeles California. "Vengo a ser por fin y para siempre tuya, Jesús mío, me entrego con todas las fuerzas de mi alma" Manuelita recibe el nombre de Sor María Inés Teresa del Santísimo Sacramento. En 1930 hizo su primera profesión temporal; este día escuchó en su alma que la Santísima Virgen de Guadalupe le decía:
"Si entra en los designios de Dios servirse de ti para las obras de apostolado, me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en éstos la gracia que necesiten; me comprometo además , por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieres alguna relación , aunque sea tan solo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final"

En el año de 1933 se consagró al Señor emitiendo los votos perpetuos, siete años después, siendo consejera del monasterio, expuso a la Madre abadesa sus inquietudes y deseos de fundar una congregación misionera. Todos los pasos para la fundación se fueron dando en la obediencia, en la paz y en la oración, aunque con grandes pruebas interiores para la madre María Inés. El Excelentísimo Sr. Obispo de Cuernavaca Morelos México: Dr. Don Francisco González Arias, se dignó aceptar la fundación en su diócesis de un monasterio con miras a transformarse en una nueva congregación misionera.
No faltaron las tribulaciones y pruebas durante estos años de vida oculta donde se fraguaba la naciente congregación misionera. En 1945 fue aprobada en Roma la fundación, con sede en Cuernavaca Morelos, México; el mismo día es colocada la primera piedra de la Casa Madre.

La obra siguió creciendo en todos sentidos. En 1950 Madre María Inés escribió las Constituciones de la congregación, que deja a manera de testamento, expresando así la voluntad del Señor para todas sus hijas. "Hijas, lo que aquí queda establecido es lo que nos identifica como Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento." En 1951, los dos monasterios, el de Cuernavaca y el de Puebla se transforman con aprobación pontificia en la Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. La Madre María Inés Teresa fue nombrada primera superiora general, y lo sería hasta el término de su vida.
Es su deseo llevar a todo el mundo el mensaje del amor de Dios siguió extendiéndose la congregación en México, Japón, Estados Unidos, Costa Rica, Indonesia, África, Italia, Irlanda, España, Corea, Alemania.

Madre María Inés Teresa Arias, misionera sin fronteras, llevó una vida de contemplación y acción, consumada en la alegría, la entrega a Dios y sus hermanos. Fue fundadora de la Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los misioneros seglares Van-Clar; ya en sus últimos años de vida, fundó también el Instituto de Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.
En una tarde tranquila de verano en Roma, entregó su alma al Padre Eterno en un acto de amor. Fue beatificada en México el 21 de abril de 2012, en una ceremonia presidida por el Card. A. Amato, legado de SS Benedicto XVI.
INDICE



OTROS SANTOS DEL DÍA:

San Cirilo de Antioquía. M. c. 306.
Martirologio Romano: En Antioquía, ciudad de Siria, san Cirilo, obispo, el cual, siendo emperador Diocleciano, fue encarcelado y desterrado
Sucedió a Timeo (280) en el Patriarcado de Antioquía de Siria. No se sabe nada de su episcopado, excepto porque admitió en la comunión eclesiástica al presbítero san Luciano, condenado por su relación con Pablo de Samosata.
Después de la publicación del segundo edicto de Diocleciano (primavera del 303) que ordenaba la captura de todos los jefres de las iglesias, Cirilo fue arrestado y enviado a las minas en Panonia, donde murió.

Junto a Cirilo en el "Martirologio Jeronimiano" se conmemora a un mártir de nombre Andrés. Se trata de un mártir auténtico que se recuerda, siempre junto a Cirilo, en la lista de los mártires de Antioquía que se encuentra en la homilía "De Martiribus" atribuida a Eusebio de Cesarea. Los otros mártires, nombrados en el "Jeronimiano": Aulo, Tebelio, Esterteo, son extraños a Antioquía y probablemente son corrupciones de nombres.

Santos Mártires Masilitanos. s. IV.
Martirologio Romano:
En África, santos mártires Masilitanos, acerca de los cuales san Agustín predicó un sermón a los fieles en el aniversario de su muerte.
Un grupo de cristianos martirizados en Massula (“Mártires Massulitanos”). San Agustín y Prudencio cantaron sus lodes.
Al parecer, la única razón por la que esta memoria está inscripta el 22 de julio es que san Agustín predicó un sermón, que no es posible establecer exactamente en relación a qué mártir o mártires lo pronunció. No sabemos quiénes son los mártires, parece que eran de la antigua Maxula Prates (actual Radès en Túnez), y cuyo culto estaba vigente en época de san Agustín, aunque con la suficiente imprecisión como para que el propio predicador obviase toda referencia concreta.


San Platón. M. c. 306.
Martirologio Romano: En Ancira, de Galacia, san Platón, mártir.
Joven rico que murió mártir en Ancira; era hermano de san Antíoco y es muy venerado en Oriente.



San Anastasio. M. 662.
Martirologio Romano: En la fortaleza de Suania, en los montes del Cáucaso, san Anastasio, monje, discípulo de san Máximo el Confesor, con el que, por defender la fe ortodoxa, fue encarcelado y tuvo que sufrir toda suerte de tormentos. Falleció en dicha fortaleza, o tal vez en camino, cuando se dirigía hacia ella.

Anastasio, llamado «el abad» (aunque parece que sólo fue monje), fue discípulo de san Máximo «el Confesor». Junto con él, estuvo preso en Perberis, en Tracia, por defender la fe ortodoxa frente al monotelismo profesado por el emperador. Parece que fueron liberados y pudieron regresar a su monasterio en el Cáucaso; pero los malos tratos recibidos en defensa de la fe le llevó a la muerte. No hay que confundir con san Anastasio celebrado el 11 de octubre aunque ambos fueron compañeros de san Máximo.

San Meneleo. M. c. 720.
Martirologio Romano: En Menat, en la Galia Arvernense, san Meneleo, abad.
Nació en Anjou, se hizo benedictino en Carmery en Alvernia; después de siete años dejó la abadía y fue abad reformador del monasterio de Menat (Clermont).

San Jerónimo de Pavía. M. 787.
Martirologio Romano:
En Pavía, ciudad de la Lombardía, san Jerónimo, obispo.

Santa María Wang Lizhi. M. 1900. 
Martirologio Romano: Cerca de Daining en el término de la ciudad de Yongnian siempre en la provincia de Hebei, santa María Wang Lizhi, mártir, que en la misma persecución, a pesar de la tentativa de algunos paganos de intentar su salvación negando que fuera cristiana, se declaró abiertamente sierva de Jesucristo y fue por esto ejecutada enseguida.
Nació en el seno de una familia de vieja raigambre cristiana. Tenía 49 años, estaba casada y tenía tres hijos. Tenía muchos conocimientos de medicina que ejercía con gran satisfacción.

Al llegar la persecución de los bóxers, se escondió en casas de familias amigas, pero luego huyó con sus hijos, llevando consigo un catecismo y un libro de recetas médicas. Sorprendida por los perseguidores, fue devuelta a su pueblo de Fan-Tsunn y llevada a la pagoda, donde sus hijos lograron huir y salvarse. Como sus vecinos paganos dijeran que no era cristiana para salvarla, ella misma se confesó cristiana, agradeciendo la intención. Entonces los vecinos insistieron en que era muy útil por sus conocimientos de medicina, pero el capitán de los bóxers insistió en que renegara de su fe o sería decapitada. María se mantuvo firme y fue degollada allí mismo.

INDICE

Martirologio Romano (1956) 22 de julio