Santoral del 18 de Noviembre

INDICE

Dedicación de las Basílicas de S. Pedro y S. Pablo Fiesta
Odón, Santo Abad
Rosa Filipina Rosa Duchesne, Santa Monja
Barulas, Santo Niño mártir
María Gabriela Hinojosa y compañeras, Beatas Religiosas Mártires
Grimoaldo de la Purificación (Fernando Santamaría), Beato Religioso Pasionista
Carolina Kózka, Beata Virgen y Mártir
San Román de Cesarea, diácono y mártir
San Teofredo, abad y mártir
Beato LEONARDO KIMURA y 4 compañeros
Santa FELIPA DÚCHESNE
Beato OVIDIO BERTRÁN y 5 compañeros
San ROMANO "Ostiarius"
Beato VIDAL LUIS GÓMARA
OTROS SANTOS DEL DÍA

DEDICACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
¿No sabéis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo
que reside en vosotros?
(1 Corintios 6, 19
)

Siempre los fieles han profesado una profunda veneración a la tumba de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Ocho días después de su bautismo, según se refiere, el emperador Constantino trasladose al lugar donde descansaban los santos cuerpos; oró allí con gran abundancia de lágrimas. Cavose después la tierra, llenó doce canastas con ella en honor de los doce apóstoles, y echó los cimientos de la basílica de San Pedro. Terminado el edificio, el Papa San Silvestre lo consagró. Constantino hizo también edificar una iglesia en honor de San Pablo. La fiesta de este día fue instituida para recordar la consagración de la basílica de San Pablo extramuros, reconstruida después de un incendio, en 1854.


MEDITACIÓN NUESTROS CUERPOS SON TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO

I. El Apóstol San Pablo nos enseña que los cuerpos de los cristianos son templos del Espíritu Santo. Dios ha edificado este templo, el Espíritu Santo lo ha consagrado el día de nuestro bautismo, y Jesús desciende a él cuando recibimos la Santa Eucaristía. Hay que tener cuidado, pues, de no profanar este templo con acciones indecentes o criminales; hay que vigilar sus puertas, es decir, nuestros sentidos, a fin de que no entre en él nada manchado; es preciso que nuestro corazón, que es su santuario, siempre esté puro y limpio.

II. Dado que nuestros cuerpos han sido consagrados a Dios por el Bautismo y honrados con la presencia de Jesucristo, debemos respetarlos como a lugares santificados; no es permitido dedicar un vaso sagrado a usos profanos: seria un sacrilegio semejante al que Dios castigó tan severamente en la persona de Baltasar. Y, sin embargo, tú haces servir a tu cuerpo para acciones criminales, cuando lo haces esclavo de tus infames voluptuosidades. Teme la amenaza que te hace San Pablo, diciéndote que Dios exterminará al que haya profanado el templo del Señor.

III. Consérvase en los templos un fuego que arde siempre ante el altar: asimismo es preciso que tu corazón esté siempre abrasado en el fuego del amor divino. Nunca dejes extinguir este hermoso fuego: desalojará de tu corazón todas las llamas impuras y el amor desordenado de las creaturas. ¿Amas a Dios más que a tus placeres, más que a tus riquezas, más que a tus parientes? ¿Podrías decir a Jesucristo: Señor, Vos sabéis que os amo?

La pureza.
Orad por la Iglesia.

ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años renováis en favor nuestro el día de la consagración de este templo y nos permitís asistir a los santos misterios, escuchad los ruegos de vuestro pueblo
y haced que todos los que entren en este templo para impetrar gracias, tengan la alegría de experimentar que son escuchadas sus plegarias. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)18 de noviembre


San Teofredo, abad y mártir



†: c. 752 - país: Francia
otras formas del nombre: Chaffre, Theofrido

En la región de Calmeliac, en Aquitania, san Teofredo, abad y mártir.
Es llamado en distintos documentos con los nombres de Teofredo, Thictfridus, Théoffroy, de allí Tchaffré, y de allí Saint Chaffrè, que es como se lo llama habitualmnente en Francia. Su leyenda se inspira libremente en elementos históricos.

Nacido en una familia galo-romana de Orange, es hijo de Leuffroi (Leufredus), "Prefecto de Orange". Es también sobrino de Eudes, primer abad de San Pedro de Calmiliac (antiguo nombre de Monastier). Eudes, que había sido arcediano de Saint-Paul-Trois-Chateaux, y monje de la abadía de la isla de Lerins, en Provenza, había sido designado superior en el monasterio de Saint Honorat, y luego en 680, transformada esta fundación en abadía, primer abad.

Allí Teofredo, mientras observa fielmente la Regla, está a cargo de los asuntos temporales del monasterio. Acoge y conforta al futuro abad de Menat, Menell; y muestra un afecto paternal para con los religiosos, atento a todas sus necesidades sin dejar de ser muy vigilantes para evitar cualquier cosa que pueda distraerlo de su silencio y soledad. Sin embargo, el cronista Luis Bulteau -citado por Dom Mabillon- dice que permitió a las mujeres, que no podían entrar en la iglesia del monasterio, llegar a la puerta de ella para recibir instrucciones sobre las verdades de la salvación.

A la muerte del abad Eudes, le sucede Teofredo y se convierte en el segundo abad del monasterio. Durante una incursión sarracena, ordenó a sus monjes a esconderse en el bosque cercano, mientras él queda solo en la abadía. Cuando los moros penetran en el monasterio, el está de rodillas en su iglesia. Golpeado cruelmente, es abandonado morbundo por sus atacantes, que se preparan para celebrar una fiesta al día siguiente. Ese día, san teofredo les dirige un discurso denunciando sus idolatrías. Sorprendidos, los moros lo hieren nuevamente de manera cruel en la cabeza. LLega sorpresivamente una tormenta que hace huir a los atacantes, que no pueden quemar la abadía. San Teofredo murió pocos días después, en 728, 732 o 752 (calculado según diversas fuentes)

Extracto y adaptación del artículo sobre Saint Chaffre, en la Wikipedia francesa, inspirado en el Butler.
En la imagen, una de las actuales vidrieras de la abadía de St Chaffre du Monastier, pueden verse los tres momentos centrales de la historia narrada: arriba enviando a sus monjkes al bosque, al medio, exhortando a los moros a dejar la idolatría y abajo, en su lecho de muerte, rodeado nuevamente de los monjes.
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San Román de Cesarea, diácono y mártir


†: 304 - país: Turquía
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Antioquía de Siria, san Román, mártir, diácono en la Iglesia de Cesarea, que, en la persecución bajo el emperador Diocleciano, al ver cómo los cristianos obedecían los decretos de éste y se acercaban a las estatuas de los ídolos, les exhortó en público a la resistencia, por lo cual, tras crueles tormentos y después de cortarle la lengua, consumó su glorioso martirio al ser estrangulado en la cárcel.
refieren a este santo: San Bárlaam

Eusebio cuenta el martirio de Román, diácono de la iglesia de Cesarea, en su relato sobre los mártires de Palestina, ya que, si bien sufrió el martirio en Antioquía, era originario de Palestina. Poseemos además un panegírico escrito por San Juan Crisóstomo y un poema de Prudencio sobre el mártir. A esto hay que añadir, según señala Delehaye, un testimonio muy importante sobre el culto a san Román en la mención que de él hace el Breviarium sirio de principios del siglo V. Por otra parte, el patriarca de Antioquía, Severo, fue consagrado a principios del siglo VI en una iglesia dedicada a nuestro santo y allí predicó varios sermones en su honor.

Cuando estalló la persecución de Diocleciano, Román exhortó a los fieles de la región a permanecer firmes en la fe. Hallándose en Antioquía, en el juicio de unos prisioneros cristianos, al ver que éstos se disponían a ofrecer sacrificios por miedo a los tormentos, los exhortó al martirio. Inmediatamente fue hecho prisionero, azotado y condenado a perecer en la hoguera; pero una violenta tempestad apagó las llamas. Entonces el emperador, que se hallaba en la ciudad, ordenó que se arrancase de raíz la lengua al mártir. La orden fue ejecutada, pero Román prosiguió, milagrosamente (ver, sin embargo, lo que apuntaamos más abajo sobre el cuadro de Zurbarán), exhortando a los presentes a amar y adorar al único y verdadero Dios. El emperador le envió de nuevo a la prisión, donde los verdugos le descoyuntaron las piernas en el potro y le colgaron de una viga del techo. San Román soportó la tortura largo tiempo y murió estrangulado en la prisión.

Prudencio (quien pide al mártir que con sus oraciones le alcance la gracia de pasar del rebaño de los cabritos al de las ovejas) menciona a un niño anónimo de siete años, que alentado por San Román, confesó al verdadero Dios y fue encerrado en la cárcel, «para que así Román, verdadero autor de sus males, sea más agriamente atormentado»; el niño fue finalmente azotado y decapitado. El Martirologio Romano de Baronio daba el nombre de Bárula a ese niño, y lo inscribía en la misma celebración. Pero Eusebio no habla de él, y más bien parece ser un personaje introducido en el poema de Prudencio no por recuerdo histórico sino como recurso dramático de la composición, por lo que en el Martirologio actual ya no se celebra. Delehaye ha demostrado que Bárula es casi seguramente el mártir sirio Baralaha o Barlaam (que se celebra mañana), cuyo nombre se asoció en las antiguas listas al de san Román.

Naturalmente, la redacción actual del Martirologio (2001-2004) es heredera directa de estos estudios. Véase Delehaye, Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp. 605-606; Analecta Bollandiana, vol. XXII (1903), pp. 129-145; vol. XXXVIII (1920), pp. 241-284; y sobre todo, el vol. L (1932), pp. 241-283. En este último artículo Delehaye insiste en el importante papel que desempeñó en este asunto la «Homilia de Resurrectione»; A. Wilmart demostró que esta homilía era obra de Eusebio de Emesa, quien murió el año 359. El poema de Prudencio es el Peristephanon X, y el fragmento de Eusebio puede leerse en inglés en Martyrs of Palestine. Artículo del Butler modificado. El cuadro es «Romano y Bárulas», de Zurbarán, 1630, que se encuentra en el Art Museum de Chicago, notemos que el pintor ha resuelto muy bien la milagrosa predicación muda de Román cuando ya quedó sin lengua (a la que sostiene en su mano como un trofeo): por medio de imágenes en sus vestiduras.
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Beatas MARÍA DEL REFUGIO HINOJOSA NAVEROS y 5 compañeras. M. 1936.

Martirologio Romano: En Madrid, en España, beatas María del Refugio (María Gabriela) Hinojosa Naveros y cinco compañeras, vírgenes de la Orden de la Visitación de Santa María y mártires, que en la encarnizada persecución permanecieron encerradas en el monasterio, pero, apresadas traidoramente por los milicianos, fueron fusiladas, saliendo así al encuentro del Señor
Sus nombres eran: Teresa Maria (Laura) Cavestany AndaugaJosefa Maria (María del Carmen) Barrera IzaguirreMaria Inés (Agnes) Zudaaire GaldeanoMaria Ángela (Martina) Olaizola Garagarza y María Gracia (Josefa Joaquina) Lecouna Aramburu.
María del Refugio nació en Alhama de Granada en 1872. Huérfana desde niña, a los 19 años ingresó en la Visitación. En 1894 hizo su profesión y tomó el nombre de María Gabriela. Muy amante de la Orden, fue un modelo de monja salesa. Pasó por todos los empleos y en 1929 fue elegida superiora del convento de la Visitación de Madrid hasta 1936. Era de carácter jovial, y se esmeró en dar gusto a todas. Supo mantener unida a todas sus hermanas que permanecieron en Madrid, siempre con una infinita fe en la Providencia. Manifestó en repetidas ocasiones que perdonaba a los enemigos.

En 1936 al estallar la revolución, la Comunidad parte para Oronoz (Navarra), y Hermana Gabriela queda en Madrid, como superiora del grupo, para cuidar del Monasterio junto con otras Hnas. Las últimas palabras suyas que se conservan son: «Estamos rezando, dando gracias a Dios porque nos ha llegado la hora». Toda su vida fue de alabanza a Dios por todo lo que le había concedido.

Laura nació en Puerto Real, Cádiz en 1988. Intentó ser carmelita, pero al final se decidió por la Visitación de Madrid, donde ingresó en 1914. Hizo su profesión religiosa en 1916. Al tomar el hábito recibe el nombre de Teresa María, y feliz escribe: «No tengo más que un solo deseo, insaciable, inmenso. ¡el deseo, la sed de Dios! ¡Sólo Dios!». Tenía un fuerte carácter con el que tuvo que luchar toda su vida. Tenía una gran facilidad de palabra y alma de poeta. Era bondadosa, cariñosa con todos. En el convento fue la ecónoma y siempre estuvo al servicio de la comunidad.

María del Carmen nació en El Ferrol, La Coruña en 1881. Tenía una piedad profunda, en la que desataca su amor a la Eucaristía, devoción que desarrolló junto al beato D. Manuel González, como María de los Sagrarios. Ingresó en el monasterio de la Visitación de Madrid en 1918, y pronunció sus votos en 1919recibiendo el nombre de Josefa María. Era muy humilde y decía que no “tenía madera de mártir”. Se ofreció para fundar en un país de misión, pero esta fundación no se llevó a cabo. Era abnegada, cariñosa, pero firme. Durante muchos años fue la enfermera de la comunidad.

Le costó permanecer en Madrid, cuando la comunidad marchó a Navarra, aceptó la voluntad de Dios. En 1936 fue escogida por la superiora para permanecer en Madrid, entre el grupo de las siete Hermanas. Su familia deseaba llevarla a casa, pero ella rehúsa porque ha dicho con sus compañeras: «Hemos prometido a Jesús las siete unidas no separarnos. Si por derramar nuestra sangre se ha de salvar España, pedimos al Señor que sea cuanto antes». Al principio de su vida había dicho: «Yo no tengo madera de mártir».

Agnes nació en Echávarri, valle de Allín (Navarra) en 1900. A los 19 años ingresó en el monasterio de la Visitación de Madrid tomando el nombre de María Inés. Allí se mostró siempre activa, respetuosa y servicial. Acostumbraba a ir a Dios en todo y a sobreponerse cuando algo la contrariaba. Era muy cumplidora de su deber, era tímida, incluso miedosa.

La situación se complica en 1936 y la Comunidad vuelve a Oronoz, Hna. Maria Inés a pesar de su cobardía, pues tiene miedo, acepta quedarse entre el grupo y les dice a sus Hermanas que parten: «Pidan mucho por nosotras, puede ser que nos maten». Fue levantada violentamente de la cama donde estaba a causa de una fiebre muy alta y salió con valentía camino del martirio, junto a sus hermanas.

Martina nació en Azpeitia, Guipuzcoa en 1893. En 1918 ingresó en el monasterio de la Visitación de Madrid, como hermana externa y tomó el nombre de María Ángela. Hizo su profesión perpetua en 1934. Era una mujer prudente, paciente, abnegada, caritativa, humilde, trabajadora, y siempre al servicio de sus hermanas. Se hizo querer por todas, y se reía ante sus equivocaciones al hablar el castellano, lengua que desconocía al ingresar en el convento. Tenía una gran devoción al Corazón de Jesús.

Como es una Hna. inteligente y humilde sus superioras la designan para permanecer en Madrid durante el exilio de la Comunidad, en este tiempo tiene el consuelo de ver a su sobrino Justo, que extrañado de ver la paz de su tía se empeña en llevarla a casa, lejos del peligro, pero ella le dice «Mi puesto esta aquí, después, que se cumpla la voluntad de Dios».

Josefa Joaquina nació en Oyarzun, Guipúzcoa, en 1897. Dicen de ella que era muy inteligente, con mucho sentido de la responsabilidad y un gran sentido del humor. Tenía mucha paciencia y se mortificaba para imitar a Jesús. Ingresó como hermana externa en el monasterio de la Visitación de Madrid en 1924, realizó su profesión perpetua en 1934 y tomó el nombre de María Engracia. Se multiplicaba para atender a todas las necesidades y para hacer felices a todas. Destacó por su amor a su vocación religiosa y su gran deseo de adelantamiento espiritual

Animó con alegría servicial al pequeño grupo de su comunidad, anhelando con verdadera ilusión el martirio. Fueron beatificadas por SS. Juan Pablo II en Roma el 10 de mayo de 1998.
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San Barulas


Etimología: Barulas = aquel que vive el amor. Viene de la lengua griega.
San Román había sufrido terriblemente con el tirano Asclepiades.
El juez se había quedado admirado después del juicio. Le habían cortado la lengua y seguía hablando con mayor perfección.

El juez le pidió más pruebas a san Román. Este le dijo que, al primer niño de siete años que viese en la calle, le avisara para hacerle alguna preguntas.
Este niño era Barulas. Dispóngase a creer lo que diga ante esta pregunta: ¿Es mejor adorar a muchos dioses o a uno solo?

El niño contestó: “Los hombres deben adorar a un solo Dios que tiene un Hijo Jesús, que forma con él un solo Dios”.
No aceptó la respuesta del niño.
Y le preguntaron al niño: "¿Quién te ha enseñado esa verdad?", le preguntó el tirano.

El niño respondió:" Mi madre, contestó el niño".
Llamó a la presencia y, en su presencia, lo flageló. Asclepiades, llevado por el diablo, lo mandó asesinar juntamente con su madre.

El niño pidió agua. La madre le animó a que siguiera adelante, ya que en seguida iba a estar en el paraíso.
Todo esto tuvo lugar en el año 303.
La palabra de Dios fue la que impulsó a madre e hijo a dar testimonio de su fe en el Señor.
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Rosa Filipina Rosa Duchesne, Santa

Martirologio Romano: En la ciudad de San Carlos, en el estado de Missouri, de los Estados Unidos de Norteamérica, santa Filipina Duchesne, virgen, de las Hermanas del Sagrado Corazón, que, nacida en Francia, durante la Revolución Francesa reunió la comunidad religiosa y, trasladándose a América, abrió allí muchas escuelas (1852).

Etimología: Rosa = aquella que es bella como una rosa, es de origen latino.

Filipina Rosa Duchesne es el primer nombre que aparece en la lista de los pioneros del Memorial Jefferson de San Luis, Missouri. Llegó a los Estados Unidos a la edad de cuarenta y nueve años y durante otros treinta y cuatro se dedicó a la educación de los colonos y los indios, muriendo a la edad de ochenta y tres.

Nació en Grenoble (Francia), el 29 de agosto de 1769. De niña su mamá la llevaba a visitar a los pobres y enfermos y regalaba a los niños algunos de sus juguetes. También ayudaba a los pobres con el dinero que sus papás le daban para gastar. Estudió con las Visitadinas en el colegio de Santa María d´en Haut. Como a los doce años manifestó a sus padres la idea de hacerse religiosa, la retiraron del colegio y le pusieron un tutor que le enseñara matemáticas, latín, lengua, música y danza. Hacia los dieciocho años pidió permiso a su papá para ingresar al convento, pero él se opuso rotundamente. Sin embargo, visitando un día el convento en compañía de una tía, se quedó con las religiosas, y con el tiempo obtuvo el consentimiento de su padre, quien quedó convencido al constatar su determinación por seguir el camino de la vida consagrada.

Al estallar la revolución francesa el convento de Santa María fue confiscado y las religiosas expulsadas. Filipina Rosa tuvo que regresar a casa de sus padres donde vivió como religiosa. Durante los siguiente once años desarrolló una intensa labor apostólica desde su casa, asistiendo a prisioneros, pobres y enfermos. Terminada la revolución en 1801 se unió a las religiosas del Sagrado Corazón, congregación que había sido fundada recientemente por la madre Magdalena Sofía Barat.

En 1817, el obispo de Luisiana, Estados Unidos, en visita por Francia, pidió religiosas para educar a las niñas y a los indios de su diócesis y la Madre Rosa Felica fue elegida, con cuatro compañeras para realizar esta misión.

Luisiana era un amplio territorio explorado por los franceses durante un siglo y que por ochenta millones de francos había vendido el gobierno de Napoleón Bonaparte a los Estados Unidos. Ya al año siguiente había fundado numerosas escuelas en todo el Valle del río Mississippi, y en 1820 abrió un noviciado con el ingreso de la primera religiosa norteamericana de la congregación.

En medio de numerosas penalidades físicas, y la crítica e incomprensión de muchas personas, realizó durante casi treinta años un apostolado infatigable en favor de la educación de la juventud y de servicio a los indígenas. Una vez relevada del cargo de superiora, cuando tenía setenta y dos años, llevó a cabo el deseo que había añorado durante muchos años: llegar a un campamento de indios Potawatomi en Sugar Creek (Kansas) y entregarse de lleno a su evangelización. Como se le dificultó mucho aprender el difícil idioma de los indios, dedicó gran parte de su tiempo a la oración, por lo que los pieles rojas la apodaron “la mujer que ora siempre”. Después de un año fue llamada a la ciudad de San Carlos donde permaneció hasta su muerte ocurrida el 18 de noviembre de 1852. Fue beatificada por el papa Pío XII en 1940 y canonizada por el papa Juan Pablo II en 1988.
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DEDICACIÓN DE LAS BASÍLICAS DE LOS APÓSTOLES SAN PEDRO y SAN PABLO

Martirologio Romano: Dedicación de las basílicas de los santos Pedro y Pablo, apóstoles. La primera de ellas fue edificada por el emperador Constantino sobre el sepulcro de san Pedro en la colina del Vaticano, y al deteriorarse por el paso de los años fue reconstruida con mayor amplitud y de nuevo consagrada en este mismo día de su aniversario. La otra, edificada por los emperadores Teodosio y Valentiniano en la vía Ostiense, después de quedar aniquilada por un lamentable incendio fue reedificada en su totalidad y dedicada el diez de diciembre. Con su común conmemoración se quiere significar, de algún modo, la fraternidad de los apóstoles y la unidad en Iglesia

La festividad que hoy celebramos data desde el siglo XI, sólo para la basílica de San Pedro. En esta fecha, a la dedicación de la basílica vaticana, se encuentra asociada en los siglos siguientes, en los calendarios, también a la dedicación de la basílica ostiense.

La actualidad de esta memoria puede deducirse de las dos estrofas del himno de la época carolingia (en laúdes). Aquí Pedro es invocado como "buen pastor que desata los vínculos de los pecados mediante el poder (de las llaves) con el cual abre y cierra el cielo a todos los fieles por medio de su palabra". Pablo, doctor, es invocado como "maestro de vida, para que nos obtenga poder alcanzar con plenitud de perfección, después de superar los límites de nuestra experiencia terrena". MEMORIA FACULTATIVA.
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San ODÓN DE CLUNY. (c.879 - 942).

Martirologio Romano: En Tours, de Neustria, tránsito de san Odón, abad de Cluny, que instauró la observancia monástica según la Regla de san Benito y la disciplina de san Benito de Aniano
Hijo de un noble Berry, debió nacer en Tours; inicialmente recibió una educación laica en la corte del duque Guillermo de Aquitania, pero y se acogió muy pronto a comunidad canonical en la basílica de San Martín de su ciudad natal. Posteriormente prosiguió sus estudios en París bajo la guía de Remigio, el último de los grandes maestros de la escuela carolingia de Auxerre.

En el 909, se hizo monje, con su amigo san Adegrín, de un apartado monasterio borgoñón, Baume-les-Messieurs (cuyo abad era san Berno), donde permaneció 18 años. Sucedió a san Berno, fundador de la abadía Cluny, como abad, en el 927. Desde ese momento hizo de este monasterio un centro mundial de espiritualidad, empezando su labor por una depuración en la vida de los propios monjes: una vida de oración más intensa. En su obra principal, “Colaciones”, sentó las bases de la reforma. Centró la vida monacal en el “Opus Dei”, el Oficio Divino.
Fomentó el canto gregoriano, puso gran esmero en las ceremonias litúrgicas. Insistió en la observancia de la clausura y el silencio.

Viajó mucho reformando conventos como Saint Benoît sur Loire, Romainmôtier, Subiaco... Estuvo en Roma varias veces. Roma estaba revuelta y Odón fue siempre mensajero de paz. Logró la reconciliación entre el cónsul Alberico y el rey Hugo, que tiranizaban la Ciudad eterna. Fue nombrado archimandrita de todos los cenobios romanos, entre los que sobresalió el ubicado en el Aventino, monasterio de Nuestra Señora, de donde salieron grandes monjes, como Hildebrando. Su influencia se extendió al monasterio de Subiaco y otros muchos esparcidos por Italia. Fue consejero de los pontífices León VII y Esteban IX. Tuvo tanto prestigio que un biógrafo de su época dijo: "cuando entraba en la basílica de San Pedro, las muchedumbres le rodeaban y, tomando los bordes de su escapulario, lo llevaban a los labios".

El fruto principal del periodo abacial de Odón fue la autoridad y ascendiente moral adquiridos por Cluny. Al morir dejó una estela de discípulos bien formados en el espíritu benedictino que dejaron huella en la sociedad. Los largos períodos abaciales que se sucederían a la muerte de su inmediato sucesor, san Aymard, darán estabilidad a su obra de reforma. Cluny fue pronto conocido como el centro de la cristiandad y la fuente de una vida religiosa, moral, limpia y fecunda. Odón fue severo y exigente en la disciplina consigo y con los demás. Pero a la vez fue un hombre lleno de bondad y mansedumbre. Coronado de méritos, murió de fiebres violentas en Tours, donde está enterrado.
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Beato LEONARDO KIMURA y 4 compañeros. M. 1619.

Martirologio Romano: En Nagasaki, Japón, beatos mártires Leonardo Kimura, religioso de la Compañía de Jesús, Andrés Murayama Tokuam, Cosme Taquea, Juan Yoshida Xoum, Domingo Georgi, quemados en el fuego porque ser cristianos

Era un noble japonés que después de su conversión al cristianismo llega a ser coadjutor temporal de la Compañía de Jesús y fue quemado vivo en Nagasaki junto a Andrés Murayama Tokuam, Domingo Georgi, Cosme Taquea y Juan Yoshida Xoum.

Estos mártires fueron detenidos por dar hospedaje a los misioneros y ser cristianos, que eran dos acusaciones distintas y cada una de ellas tenía una condena. En la cárcel encontraron a Leonardo Kimura, que había convertido la prisión en un activo centro de oración y predicación, logrando la conversión de muchos presos. El día de su ejecución se dirigieron hacia la colina de Nagasaki, donde les aguardaban unas 20.000 personas entre paganos y cristianos. Los mártires fueron devolviendo los saludos que a multitud les dirigía con rostro alegre y aceptando las felicitaciones.

Cuando estuvieron delante de los postes donde iban a ser quemados vivos, se arrodillaron y les hicieron una profunda reverencia. El hermano Kimura no dejó de predicar el evangelio. Cuando comenzó el fuego, los muchos congregantes marianos y demás fieles entonaron cánticos religiosos, y al oírlos, los mártires se sumaron a ellos y cantaron también desde la hoguera.
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Santa FELIPA DÚCHESNE. (1769-1852)

.Martirologio Romano: En la ciudad de Saint-Charles en Missouri en los Estados Unidos de América, santa Felipa Dúchesne, virgen de las Damas del Sagrado Corazón de Jesús, que, nacida en Francia, en tiempos de la revolución en su patria se agregó a una comunidad religiosa y, marchándose después a América, fundó numerosas escuelas
"Nació en Grenoble en el seno de una familia revolucionaria e iluminista. Estudió en las religiosas de la Visitación en Sante-Marie-d’En-Haut, y desde muy joven y después toda su vida tuvo como referencia la espiritualidad ignaciana. Venciendo la oposición paterna tomó el velo de la Visitación en 1785, pero la revolución obligó a las religiosas a exclaustrarse; así ella en 1791, tuvo que dispersarse y se dedicó a a socorrer a los encarcelados y se convirtió en animadora y fundadora de las Damas de la Misericordia. Tenía un carácter familiar muy fuerte, y este fue templado cuando conoció a santa Magdalena Sofía Barat, y junto a ella dio vida a la nueva congregación de la Sociedad del Sagrado Corazón, de la que llegó a ser secretaria general.

Desde muy pequeña quiso ir a América como misionera, y ya cuando no era joven, en 1817, partió para la Luisiana. En Saint Louis se dedicó especialmente a los más débiles: negros, indios, blancos pobres y numerosos esclavos. Se trataba de evangelizar a toda una generación de hombres y mujeres, entre quienes Rosa sólo había encontrado a dos sacerdotes. Predicó a los indios potawatomi, en Sugar Creek, en el Missouri. Abrió la primera escuela gratuita del oeste del Mississipi. Sus escuelas tuvieron mucho éxito, a pesar de la falta de medios, por su seriedad y valor de sus estudios.

Superó graves enfermedades y dificultades de todo tipo; atravesó períodos de soledad y de triste sensación de fracaso. Sin embargo sus numerosas cartas revelan un fino humorismo, que hicieron que su deseo de servir a los indios no se mitigara. Los indios la llamaban "la mujer que ora siempre". Murió en Saint-Charles (San Luis de EE.UU.).
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Beato GRIMOALDO DE LA PURIFICACIÓN(1883-1902).

Martirologio Romano: En Ceccano, junto a Frosinone, en Italia, beato Grimoaldo de la Purificación (Fernando) Santamaría, religioso de la Congregación de Pasionistas, que cuando se preparaba con fervor y alegría al sacerdocio, consumido por la enfermedad murió santamente
Se llamaba Ferdinando Santamaría. Nació en Pontecorvo, Frosinone, Italia, en el seno de una familia de fabricantes de cordeles. Desde niño se sintió inclinado hacia las cosas de Dios; en su adolescencia se inscribió en la Congregación Mariana de la Inmaculada; se enriqueció interiormente con la comunión diaria y se formó en el estudio. A los 13 años decidió hacerse pasionista, a pesar de las primeras reticencias de su padre, que empleó métodos muy rigurosos para hacerle desistir.

A los 16 años ingresó en el noviciado de Paliano, donde se distinguió por su espíritu de intensa piedad y por su transparencia con su director espiritual. Tomó el nombre de Grimoaldo por la devoción al santo protector de Pontecorvo. En 1900 profesó como pasionista, que fue para él una "muerte mística para un divino nacimiento", en frase de san Pablo de la Cruz.

Fue trasladado a Ceccano, la casa de estudios teológicos y filosóficos de la Congregación; los estudios le resultaron difíciles, pero él vive "siempre jovial aún en las humillaciones, en la contrariedad y en las dificultades del estudio". Los estudiantes tienen poquísimo contacto con el mundo exterior y viven en prácticas desconocidas a la gente. Sin embargo la fama de Grimoaldo sobrepasa el recinto de la casa religiosa: las personas que viven en torno al convento han notado su bondad y se encomiendan confiados a su oración. Y, dicen, lo hace con resultados positivos. Las oraciones de Grimoaldo obtienen las gracias solicitadas.

Se dedicó al cuidado del presbiterio, la lámpara del Santísimo y el jardín; al mismo tiempo fue creciendo en vida interior con Cristo.

A los 18 años, sintió un profundo dolor en la cabeza, y se le diagnosticó: meningitis aguda, y sobrellevó la enfermedad con ánimo santo. Grimoaldo en efecto "brilla en aquella paciencia de la cual ha dado siempre pruebas admirables y continuamente repite que acepta la enfermedad como voluntad de Dios, recomienda a los compañeros que lo ayuden con la oración para no perder la paciencia y el ánimo para abrazar la cruz. Con una alegría que le brilla en el rostro" se declara "contentísimo de hacer la voluntad de Dios". "En los últimos instantes de su vida su rostro se vuelve espléndido como el sol y sus ojos están fijos en un punto de la habitación. Se apaga al caer el sol "calmado, sereno y tranquilo, como niño que dulcemente reposa entre los brazos de su madre". Los padres no están presentes en su muerte: Grimoaldo se les aparecerá confortándoles. Vivirán serenos; contentos de haber tenido un hijo así. A él se dirigirán con la oración en sus necesidades. Sus restos reposan en la iglesia del convento de Ceccano.
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Beata CAROLINA KÓZKA(1898-1914).

Martirologio Romano: En la aldea Wal-Ruda, en Polonia, beata Carolina Kózka, virgen y mártir, que en el fragor de la guerra, siendo aún adolescente, por amor a Cristo murió atravesada por una espada al querer defender su castidad, agredida por un soldado

Nació en Wal-Ruda o Tárnow, Polonia. Era la cuarta de 11 hijos de un pobre campesino polaco. La piedad y devoción la recibió en casa, donde se rezaba el rosario diariamente, y la asistencia a misa dominical era la forma en que la familia agradecía los dones con que les favorecía el Señor. Ayudaba en su casa en las tareas domésticas y enseñaba el catecismo a sus hermanos menores; también asistía a los enfermos. Fue también miembro activo de su parroquia y llevaba una intensa vida interior.

Así llegó el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y Polonia fue invadida por el ejército soviético. La situación en Tárnow era cada día más difícil debido a los abusos y la brutalidad de los soldados. En este marco llega la noche del 18 de noviembre, cuando un soldado ebrio irrumpe en la casa de la familia Kózka exigiendo alimento. Al no quedar complacido, obliga al padre y a Carolina a acompañarlo para reportar su conducta a las autoridades.

En el camino obliga al padre (bajo amenazas de matarlo a él y a su familia) a regresar a su casa. De lo que sigue fueron testigos dos muchachos, quienes ocultos presenciaron el martirio de Carolina: la pequeña fue arrastrada entre matorrales, y por defender su virginidad, Carolina murió. A la mañana siguiente encontraron su cuerpo mutilado entre la hojarasca; además, presentaba heridas de bayoneta en cabeza, piernas, costado y cuello. Sus manos ensangrentadas daban fe de la resistencia que opuso. A su entierro acudió todo el pueblo. Se la conoce como la Estrella de Tárnow.
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Beato OVIDIO BERTRÁN y 5 compañeros. (1892-1936).

Martirologio Romano: En Lorca, Cartagena, España, beatos Ovidio Bertrán (Esteban Anuncibay Letona), Hermenegildo Lorenzo (Modesto Sáez Manzanares), Luciano Pablo (Germán García García), Estanislao Víctor (Augusto Cordero Fernández), Lorenzo Santiago (Emiliano Martínez De La Pera Álava), religiosos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y José María Cánovas Martínez, presbítero diocesano, todos ellos mártires
Esteban Anuncibay Letona nació en Mijancas (Álava) en 1892. Ingresó en el Noviciado Menor de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Bujedo con 16 años, y pocos meses después iniciaba su noviciado. Tomó el hábito el en 1909. Tuvo que volver a su casa por enfermedad, pero regresó restablecido en 1910. Emitió los primeros votos en 1911, en Bujedo. Hizo la profesión perpetua en Madrid en 1919. Después del Escolasticado inició su apostolado en la escuela llamada “Beneficencia”, de Madrid.

Fue nombrado Director de la Escuela de Chiclana y posteriormente de la de Puente Vallecas, uno de los barrios más pobres de Madrid, donde se encontraba cuando en 1931 los revolucionarios quisieron quemar la escuela. Después pasó a dirigir la de San Fernando, cerca de Cádiz. Después de dos años pasó a la de San Luis, de Sevilla, y dos años después a la de Lorca, donde estaba cuando sobrevino la persecución religiosa que le llevaría al martirio.

El 30 de julio de 1936 se presentaron en la Escuela San José un grupo de personas que se decían “Trabajadores de la Enseñanza”, reclamando que les entregaran el inmueble, en nombre del “Frente Popular” (formado por partidos y organizaciones de izquierda). El hermano Director llamó al abogado de la Escuela, don José María Campoy, que consiguió diferir lo que exigían aquellos señores. Pero cuando el Hno. Director esperaba que volvieran para exigir la entrega del edificio, los que acudieron fueron veinte milicianos de la Confederación Nacional del Trabajo, invadieron la casa, hicieron un registro en todas las dependencias, en busca de armas y de dinero, que no hallaron, y terminaron sacando a los Hermanos atados y detenidos. Aquel día los encerraron en los sótanos del edificio donde habían establecido la sede de la CNT, el llamado palacio del Conde de San Julián.

El 1 de agosto trasladaron a los Hermanos a la cárcel, donde ya estaban detenidos otros sacerdotes, religiosos y católicos significados por sus creencias. Los Hermanos llevaron en la cárcel una vida de suma edificación. Pasaban rezando la mayor parte del tiempo, juntos recitaban el rosario y el "viacrucis", leían en voz alta algún libro piadoso, y también escribían cartas, la mayor parte de las cuales no llegaron a su destino porque los carceleros las rompían.

El 30 de septiembre se constituyó el tribunal popular para juzgar a los Hermanos, y el juez, don Lino Martín Carnicero, decretó ponerlos en libertad, porque los cargos contra ellos no constituían delito alguno. Pero el 2 de octubre un escrito del Comité del Frente Popular de Lorca mandaba que se ignorase la sentencia, ya que aquellos presos eran considerados peligrosos. Por lo tanto, los Hermanos siguieron presos. Los días transcurrían sin poder adivinar el futuro, hasta que llegó el día del martirio.

Fue el miércoles 18 de noviembre de 1936. Uno de los milicianos que intervino en el asesinato, Juan Meras, relató más tarde el suceso. Un jefe miliciano, llamado Avelino, dio orden, a las 5 de la mañana, de sacar al beato don José María Canovas y a los cinco Hermanos. Les ataron los brazos, los subieron a un camión y les dijeron que los llevaban a otro sitio, para prestar declaración. Pero donde los llevaron fue a las afueras del pueblo, a un monte donde hubo unas minas de azufre, uno de cuyos pozos tenía más de 100 metros de profundidad. Les mandó sentarse, atados como estaban, y que rezaran. Un pelotón de milicianos se puso detrás de ellos y el jefe ordenó disparar. Después, con el revólver, remató uno a uno con un tiro en la cabeza. El relato dice que algunos milicianos se pusieron a bailar y a pisotear los cadáveres. Luego les quitaron las cuerdas y, agarrándolos por los pies, los arrastraron hasta el pozo de azufre donde los tiraron. “-Es bastante profundo para que nadie se entere de que están aquí, y en caso de que triunfen los católicos, no vendrán a venerar sus restos”, dijo uno de los milicianos. Actualmente el pozo es conocido como “Pozo de los Mártires”.

Modesto Sáez Manzanares nació en Revilla del Campo (Burgos) en 1903. Ingresó en el Noviciado Menor de los Hermanos de La Salle de Bujedo en 1916. Tomó el hábito en 1919. Hizo sus primeros votos en 1921, en Bujedo. Emitió la Profesión Perpetua en 1928, en Bujedo.

Después del escolasticado inició el apostolado en la Escuela de Puente Vallecas, en Madrid, de donde pasó a Melilla por breve tiempo. Pasó luego a la Escuela de Santa Susana, en Madrid y de allí a la Escuela Sagrado Corazón, de Jerez, y a Almería. Su última comunidad fue Lorca, en la cual le sorprendió la persecución religiosa de 1936, y allí fue asesinado.

Germán García García nació en Quintanilla la Mata (Burgos) en 1903. Ingresó en el Noviciado Menor de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Bujedo en 1916. Tomó el hábito religioso en 1919. Hizo los primeros votos en 1921, y los votos perpetuos en 1928, en Bujedo. En septiembre de 1922 comenzó su apostolado en la Escuela de San Martín, de Madrid. En 1926 pasó al Colegio Maravillas, también en Madrid, donde estuvo cinco años. Cuando el colegio fue incendiado por las hordas revolucionarias, el 11 de mayo de 1931, fue trasladado a la Escuela de la Inmaculada, de Santiago de Compostela.

Estuvo un año en la Escuela La Purísima, de Sevilla, volvió otro año a Madrid, y finalmente, en 1934, fue destinado a Lorca, donde llegó el 9 de septiembre. En esta comunidad le sorprendió la persecución religiosa y allí murió mártir.

Augusto Cordero Fernández nació en Bustillo de la Vega (León) en 1908. Ingresó en el Noviciado Menor de los Hermanos de La Salle con 16 años, pero debido a su retraso en los estudios tuvo que esperar un año para pasar al Noviciado. Hizo su primera profesión en 1927 y la profesión perpetua en 1933.

Después del escolasticado inició su apostolado en la Escuela de Peñuelas, de Madrid, en 1930. En 1933 fue destinado a la Escuela San José de Lorca, donde le sorprendió la persecución religiosa y allí fue martirizado

Emilio Martínez de la Pera Álava nació en Hueto de Arriba (Álava) en 1913. Ingresó en el Noviciado Menor de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Bujedo en 1926. Tomó el hábito religioso en 1929 e hizo sus primeros votos en 1930.

Terminado el escolasticado fue destinado a la Escuela San José, de Lorca, a donde llegó en septiembre de 1933. Fue su única comunidad, pues allí le sorprendió la persecución religiosa y también el martirio.

José María Cánovas Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sus padres eran panaderos. El joven José María, alentado por los frailes del Convento de los Padres Capuchinos, pasó posteriormente a la Escuela Apostólica que los religiosos tenían en Orito (Alicante). Tras esa etapa vuelve a Totana y en 1909 ingresó en el seminario diocesano de San Fulgencio, en donde su fe y compromiso con el Evangelio y con la Iglesia van tomando consistencia.

Fue ordenado sacerdote en 1921. Ese mismo año fue nombrado coadjutor de la parroquia de Santiago de Lorca. Allí “se entregó con ardor al ejercicio del Sagrado Ministerio para la administración de Sacramentos y santificación de las almas, distinguiéndose sobre todo por su celo en llevar almas a la consagración completa a Dios en la vida religiosa”.

En 1935 se hizo cargo de la parroquia de Santiago de Lorca. Ejerció su ministerio sacerdotal en dicha parroquia hasta que fue encarcelado en agosto de 1936. Al estallar la Guerra Civil, algunos amigos le habían aconsejado que abandonara la parroquia, pero él siempre respondía: “-¡Cómo me voy y dejo la parroquia!”, pues había hecho suyo uno de los puntos de su oración diaria: “¡Ojalá pudiera salvar a todos los hombres, muriendo por cada uno de ellos!”.

Los presagios se hicieron realidad al ser encarcelado el 3 de agosto de 1936. Don José María fue juzgado junto con otros sacerdotes y declarados inocentes. A pesar de ello continuaron en la cárcel viendo morir a otros hermanos en el sagrado ministerio, sintiendo que el odio se cebaba por su compromiso evangélico. Viviendo unidos en la intensidad de la oración, le pedían a Dios que les infundiera la fortaleza necesaria para llevar con espíritu cristiano el dolor por el que estaban pasando. Murió mártir junto a cinco hermanos de La Salle.
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San ROMANO "Ostiarius". M. 258.

Martirologio Romano: En Antioquía, de Siria, san Román, mártir, diácono en Iglesia de Cesarea, que cuando vio, en la persecución bajo el emperador Diocleciano, que los cristianos obedecían sus decretos y se acercaban a las estatuas de los ídolos, les exhortó en público a la resistencia, por lo cual, tras crueles tormentos y cortarle la lengua, fue estrangulado en la cárcel, consumando así su glorioso martirio


Romano era oriundo de Palestina. Diácono y exorcista de la Iglesia de Cesarea. Se dice que era militar de origen romano. Formaba parte del pelotón de ejecución de  san Lorenzo. Al ver la tortura desaprobó el procedimiento. Se dice que un niño llamado Bárulas, a quién había convertido al cristianismo, fue degollado en la misma ocasión.

Sometidos a diversos tormentos, intentaba explicar al Prefecto la belleza de su religión, convenciéndole para que llamara a un niño inocente, para preguntarle de qué parte estaba la verdad.

El Prefecto hizo que un niño de 6 años de nombre Bárulas y su madre, que se aterrorizó cuando vió las torturas a las que había sido sometido Romano. El Prefecto se acercó al pequeño, preguntándole cual era el verdadero Dios, y Bárula, sin pensarselo dos veces respondió: “El Dios de los cristianos”, y se confesó cristiano. El Prefecto le conminó a que sacrificase a Júpiter pero el pequeño lo rechazó, confirmando su fe

El funcionario enfurecido ordenó a sus hombres que lo colgaran y lo azotaran, mientras sufría el tormento su madre lo animaba a que permaneciera fiel a sus creencias pues pronto se encontraria con Jesús. Al final el Prefecto ordenó decapitar a Bárula.

Romano fue condenado a la hoguera, pero le fue conmutada la pena, y le cortaron la lengua. Después enviado a la cárcel, pero no gozó de la amnistía que se concedió a los cristianos y murió en el cepo en Antioquía. Bárula era su compañero, que según la tradición, dicen que era muy joven, pero del que no tenemos noticias ciertas. Sobre su martirio escribió Prudencio. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales.
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Beato VIDAL LUIS GÓMARA. (1891-1936).

Martirologio Romano:
En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, beato Vidal Luis Gómara, presbítero de la Orden de Predicadores, mártir.
Nació en Monsagro, provincia de Salamanca, y diócesis de Ciudad Rodrigo. Ingresó en la escuela apostólica dominica de Corias (Asturias); tomó el hábito en 1907 y, un año después, emitió su profesión; cursó filosofía en Corias y teología en Salamanca, ordenación sacerdotal en 1915; con el oportuno permiso celebró su primera misa ante el Santísimo Expuesto y entonces se ofreció como víctima expiatoria por las blasfemias y sacrilegios a la Eucaristía. Asignado al colegio de Villava (Navarra) donde comenzó a escribir una obra que tituló «Los dominicos y el arte»; intervino con éxito en la fusión de las dominicas de Villava con la congregación de la Sagrada Familia, fundada en Canarias por el Siervo de Dios José Cueto, O.P. En 1928 lo destinaron al colegio de Vergara (Guipúzcoa), donde publicó otros escritos, al año siguiente al convento de Santo Domingo el Real de Madrid; aquí se dedicó al apostolado social y entre la juventud; en 1935 pasó a San Esteban de Salamanca con la misión de restaurar el santuario de la Peña de Francia.
El 17 de julio de 1936 hizo un viaje a Madrid y, el 18, cuando se hallaba en un autobús para regresar a Salamanca, se presentó un desconocido que necesitaba urgentemente viajar en aquel medio público y no tenía billete; le entregó el suyo con la esperanza de tomar otro autobús al día siguiente, pero ya no pudo salir de Madrid. Pasó al menos quince días sin domicilio, durmiendo por los bancos de la calle y otros lugares, pero al fin fue acogido en una casa, donde celebraba todos los días; en la vida clandestina brilló por su celo en llevar la Eucaristía a otras víctimas de la persecución; no aceptó la oferta que le hicieron de pedir para él refugio en una embajada porque, «para un soldado de Cristo —decía— era un honor morir en acto de servicio sacerdotal», asistiendo a la Iglesia perseguida; tuvo una premonición que le dio certeza de su martirio próximo, y quería aprovechar el tiempo llevando la comunión a cuantos pudiera.

En este ministerio fue detenido el 4 de octubre y confesó sin rodeos que era fraile dominico, lo llevaron a la comisaría del Congreso, el 9 de octubre lo pusieron a disposición de la Dirección General de Seguridad y, al día siguiente, recluido en la cárcel Modelo, donde estuvo dedicado a la meditación y rezo del rosario; fue objeto de frecuentes torturas con la punta de una navaja. El 15 de noviembre lo trasladaron a la cárcel de Porlier. Consumó su martirio el 18 de noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama (Madrid). Fue beatificado el 28 de octubre de 2007 por SS Benedicto XVI.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:

Noé Antiguo Testamento).
Se salvó del Diluvio y todo su relato se encuentra en el libro del Génesis. Es un personaje paragdimático, que evoca experiencias comunes de toda la humanidad. Es contrafigura de Adán, que le permite a Dios reiniciar la historia con los hombres en términos de “bendición” y no de “maldición”, de paz y no de exterminio. Significa la fe en Dios, la esperanza de un futuro de salvación, el esfuerzo por recomenzar siempre de nuevo el itinerario de la existencia. Es testigo de una alianza divina con toda la humanidad. Noé es una figura simbólica que no solo es la consolación de su padre Lamec (Gén 5, 28) sino también de Dios, frente a la corrupción general de la humanidad. En el Antiguo Testamento, aparece, al ser cultivador de vides, como el inventor del vino.

San Maudeto. s. VI.
Martirologio Romano: En la Bretaña Menor, san Maudeto, abad, que hizo vida monástica en una isla desierta y, como maestro de vida espiritual, reunió a muchos santos entre el número de sus discípulos

Abad galés que primero vivió como ermitaño en Cornualles y después pasó a Bretaña, donde fundó un monasterio que dirigió en una isla desierta y, como abad y maestro de vida espiritual, reunió a muchos discípulos, varios de ellos santos. También se dice que era un príncipe irlandés que habría desembarcado en Bretaña en el siglo VI, en la región de Tréguier, donde llevó una vida de anacoreta.

San Patroclo de Neris. M. c. 577.
Martirologio Romano
En Colombier, en la región de Bourges, en Aquitania, san Patroclo, presbítero, que fue ermitaño y misionero

San Gregorio de Tours nos cuenta su vida: dice que fue un ermitaño de Palormar de Bourges. Primero fue pastor, después estudiante, y por último monje y presbítero. Como monje, no escuchaba la campana del refectorio, por hallarse inmerso en la lectura de los libros sagrados, por eso fue tratado como desobediente y rebelde; como no conseguía centrarse en la vida comunitaria, pidió a su superior que le diera permiso para hacer vida eremítica.

No estuvo mucho tiempo como tal, ya que su eremitorio llegó a ser un lugar de peregrinación donde la gente iba buscando consejo; por ello quiso volver al mundo; se dice que este deseo le vino porque se le apareció un ángel, que le aconsejó que viera el mundo y vio todos sus vicios, entonces él dijo:"No me permitas que regrese al mundo, y enséñame a vivir según tu voluntad". Fundó el monasterio de Neris. Está enterrado en Colombier.


San Romacario de Coutances. s. VI.
Martirologio Romano: En Coutances, de Neustria, san Romacario, obispo

“Honró de manera excepcional el sacerdocio de Dios”, escribió de él su coetáneo san Venancio Fortunato, obispo de Poitiers (Francia). En efecto, Romacario fue ordenado sacerdote por san Lautonio, al que sucedió en 566 en la sede episcopal de Coutánces, después de haber sido cura de Barfleuf. No dudó en desplazarse hasta Jersey para visitar al arzo-bispo de Rouen, san Pretextato, exiliado por el poder real, y tuvo la valentía de presidir su funeral después de que la reina Fredegunda le hubiera mandado asesinar en 587. Hoy se honra su memoria en Coutánces.

San Teofredo M. c. 752.
Martirologio Romano: En la región de Calmeliac, en Aquitania, san Teofredo, abad y mártir

Nació en Orange, se hizo monje en el monasterio de Carmery-en-Velay donde fue abad. Murió en consecuencia de los maltratos afligidos de los invasores musulmanes, después de que hiciera salir a sus monjes del monasterio y él se quedó solo para hacerles frente con la palabra. Se le venera como mártir. Patrón de Velay.
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