INDICE
Santos MARCOS CRISINO, ESTEBAN PONGRACZ y MELCHOR GRODZIECKI
Santos FESTO y DESIDERIO
San EVORCIO DE ORLEANS
San GRATO DE AOSTA
San CLODOALDO
Beato GUIDO DE AREZZO
Beatos TOMÁS TSUJI, LUIS MAKI y JUAN MAKI
Beatos RANDULFO CORBY y JUAN DUCKETT
Beatos CLAUDIO BERNABÉ LAURENT DE MASCLOUX y FRANCISCO D’OUDINOT DE LA BOISSIÈRE
Beato JUAN BAUTISTA MAZZUCONI
Beata EUGENIA PICCO
Beato IGNACIO KLOPOTOWSKI
Beato FÉLIX GÓMEZ-PINTO PIÑERO
OTROS SANTOS DEL DÍA
Albino, confesores; Gondulfo, Gratulo, Pánfilo, Teodorico, Vivencio, obispos; Bono, Fausto, Mauro, Gerón, Calcedonio, Severino, mártires; Carísima, Clodoaldo, Faciolo, Hildurdo, Lucas, Madelberta, confesores; Nemorio, diácono.
SANTA REGINA o REINA, Virgen y Mártir
¿Si Dios está por nosotros, quién contra nosotros?
(Romanos, 8, 31).
¿Si Dios está por nosotros, quién contra nosotros?
(Romanos, 8, 31).
Esta joven virgen, leyendo la vida de los mártires, concibió el ardiente deseo de dar, como ellos, su vida por Jesucristo. El prefecto Olibrio, a quien fue entregada como cristiana, trató de ganarla mediante promesas; pero no pudiendo lograrlo de esta manera, recurrió a los más crueles tormentos. Regina, consolada con la vista de una cruz luminosa que subía de la tierra al cielo, soportó valientemente el martirio en Alisia, de Borgoña, en el siglo III.
MEDITACIÓN SOBRE LA CONFIANZA EN DIOS
I. Existen personas que siempre viven temiendo males futuros. Es una ilusión del demonio; rechaza esos vanos temores. ¿Por qué buscar en lo por venir motivos de temor y de tristeza? Ya el tiempo presente nos proporciona bastantes. Ten confianza en Dios: nos ha ayudado en lo pasado, también lo hará en lo futuro. Apóyate en Dios, no se retirará para que caigas; arrójate en sus brazos con entera confianza, te recibirá y te sanará, (San Agustín).
II. Si los males que temes cayeren sobre ti; si la pobreza, la calumnia, la deshonra, la enfermedad te alcanzan, no por ello desesperes. Cuando tus sufrimientos parezcan sin remedio, entonces es cuando debes redoblar tu confianza en Dios; cuando el mundo nos abandona es cuando se complace en acudir a socorrernos. Pon toda tu esperanza en Él, su mano no es menos poderosa ni su corazón menos tierno que antes. ¡Qué de prodigios no ha obrado en favor de sus servidores! ¿Acaso no te ha dado a ti mismo infinitamente más de lo que le podías pedir, puesto que, para ti, ha creado este mundo y ha sacrificado a su Hijo unigénito?
III. Recurre a Dios en toda circunstancia, y Sobre todo en las aflicciones. Invócalo y ten confianza en Él, como si nada esperases de ti mismo. Con todo, trabaja por tu parte; emplea, para alcanzar tus objetivos, todos los medios honestos y lícitos, como si nada esperases de Dios. No te abandones, y Él no te abandonará, sobre todo si, a la confianza, sabes unir la humildad.
La confianza en Dios
Orad por los que os gobiernan.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Regina, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por su valor en confesar vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.
En Troyes de Francia, san Nemorio, Diácono, y Compañeros Mártires, muertos por Atila, Rey de los Hunnos. En Nicomedia, el triunfo de san Juan, Mártir, el cual, viendo los crueles edictos fijados en la plaza contra los Cristianos, encendido en celo de la fe, los arrancó y rompió con sus manos. Llegada la noticia del hecho a los Emperadores Diocleciano y Maximiano, que se hallaban en aquella ciudad, mandaron descargar en él todo género de suplicios, que el nobilísimo varón llevó con tanta alegría de rostro y ánimo, que ni siquiera se le advirtió señal de tristeza.
En Cesárea de Capadocia, san Eusiquio, Mártir, que, en tiempo del Emperador Adriano, acusado de ser Cristiano, fue encarcelado; y puesto poco después en libertad, inmediatamente vendió su patrimonio y repartió parte del precio a los pobres y parte a sus acusadores como a bienhechores. Mas preso de nuevo, y no queriendo sacrificar a los ídolos, de orden del Juez Sapricio, fue cruelísimamente despedazado, y atravesado por una espada, consumó el martirio. En Pompeyópoli de Cilicia, san Sozonte, Mártir, el cual, en tiempo del Emperador Maximiano, arrojado al fuego, entregó su espíritu. En Aquilea, san Anastasio, Mártir. En la antigua Alesia, territorio de Autun, santa Regina, Virgen y Mártir, que en tiempo del Procónsul Olibrio, atormentada con el potro, prisión y teas encendidas, por último, condenada a pena capital, pasó al Esposo.
En Orleans de Francia, el tránsito de san Evorcio, Obispo, que fue primeramente Subdiácono de la Iglesia Romana y después, por disposición divina y por la señal de una paloma, fue designado Obispo de la dicha ciudad. En la Galia, san Augustal, Obispo y Confesor. En Capua, san Pánfilo, Obispo. En territorio de París, san Clodoaldo, Presbítero y Confesor. Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.
Santos MARCOS CRISINO, ESTEBAN PONGRACZ y MELCHOR GRODZIECKI. M. 1619.
Martirologio Romano: En Kosice en los montes Cárpatos, hoy Eslovaquia, santos mártires Marcos Crisino, sacerdote de Esztergom, Esteban Pongracz y Melchor Grodziecki, sacerdotes de la Compañía de Jesús, que ni en el hambre ni en los tormentos de la rueda y del fuego pudieron hacerles renegar de la fe católica. Marcos nació en Körösy, Croacia, en la diócesis de Zagabria en 1588. Estudió en los jesuitas de Viena y después en el de Graz, donde fue alumno del futuro cardenal Pietro Pàzmàny. En 1611 ingresó en el colegio austrohúngaro de Roma y terminó sus estudios en 1615. Volvió a Hungría. Debido a la falta de sacerdotes en Eslovaquia, se trasladó a esa región.
Allí desarrolló su acción pastoral que se caracterizó por una gran dosis de abnegación de Tyrnan y más tarde, apoyado por el cardenal y obispo de Gran, Pàzmàny, le nombró canónigo y administrador de la abadía de Széplak, cerca de Kosice. También fue profesor y rector del seminario de Tyrnau.
Esteban nació en el castillo de Alvines, cerca de Carlsburgo hacia el 1582 u 83. Era descediente de los condes-barones de Pongracz.
Estudió en los colegios de los jesuitas de Kolozsvár, Praga, Laibach y Klagenfurt. Con un porvenir brillante por su origen noble, renunció a todo y a los 20 años se hizo jesuita en Brno. Profesor en Subiana, en Kalgenfurt y en Gratz, desarrolló su actividad pastoral en la Eslovaquia oriental, región de gran escasez de sacerdotes. Su carisma le llevó a la predicación en la que destacó de modo especial. Un año antes de su muerte pasó a Kosice llamado por el gobernador Dóczy.
Melchor nació en Cieszyn (Teschen), situada en la actual frontera polaco-checa en el 1584. Miembro de una ilustre familia polaca. Fue congregante mariano en el Colegio de la Compañía en Viena, colegio del que fueron socio fundadores sus tíos Jan y Waclaw. Ingresó en los jesuitas en Brno en 1603. Estudió en Brno y Klodzko; los estudios de Filosofía y Teología en Praga y Graz. En 1608 regresó a Klodzko para estudiar música, después de prepararse como profesor en Bukziejowice. En 1614 fue ordenado sacerdote y sus primeros años pastorales los desarrolló en Praga. Allí también fue profesor en el Instituto de San Vicente. A pesar de que los jesuitas fueron bien recibidos a su vuelta a Polonia, Melchor prefirió seguir como capellán del ejército checo y polaco, fiel al emperador. Llegó así a Hungría en la localidad de Kosice.
Allí conectó con el canónigo Marcos Crisino y el jesuita Esteban Pongracz. El martirio de estos tres santos, es uno de tantos episodios de la intolerancia de los protestantes calvinistas entre el virulento y sanguinario torbellino de los acontecimientos que se pueden señalar como el comienzo de la guerra de los Treinta Años (1618-1648), cuando entre católicos y protestantes se luchó encarnizadamente en Alemania, Austria y Hungría; los primeros para conservar las diócesis y el territorio a la fe católica o volver a conquistar lo perdido; y los segundos para alcanzar los mismos derechos que los católicos, y luego, apoyados en la igualdad, exterminar la dinastía de los Haugsburgo, y con ella hasta el último vestigio de la religión de Roma.
En la ciudad de Kassau o Casovia o Kosice (Hungría) los protestantes se unieron a la sublevación; poco antes el gobernador de la ciudad, Andrés Dóczy, católico, preocupado por las necesidades espirituales de los católicos oprimidos, había obtenido del provincial de los jesuitas, dos padres a quiénes hospedó en su mismo palacio; eran estos: Esteban Pongracz, para los húngaros, y Melchor Gródecz, para los fieles de lengua eslava y alemana. Con estos dos predicadores jesuitas vino a encontrarse un canónigo de la catedral de Gran, Marcos Korosy, más conocido como Crisino, y que luego ingresaría en la Compañía de Jesús. A raíz de la invasión de la ciudad por las tropas calvinistas, se decidió desalentar a los católicos con la apostasía de los tres sacerdotes. Les sometieron durante varios días a continuos tormentos sicológicos. No consiguieron nada.
Entonces decidieron doblegar su fe con los tormentos físicos, fueron terribles; la historia describe su martirio como uno de los mas salvajes y crueles de la historia de la Iglesia; hasta los protestantes de buena voluntad expresaron su indignación. Resistieron hasta el final y el padre Esteban morirá, al día siguiente, diciendo "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen". Sus cuerpos fueron rescatados por Segismundo III, rey de Polonia, y enterrados en la iglesia de Tyrnawa o Estrigonia.
Santos FESTO y DESIDERIO. M. 304.
Martirologio Romano: En Benevento, de la Campania, santos mártires Festo, diácono, y Desiderio, lector. Durante la persecución de Diocleciano, el obispo de Benevento, san Jenaro, se encontraba en Pozzuoli de incógnito para no ser reconocido por los paganos, que entonces iban en gran número a consultar a la sibila Cumana, que residía en la cercana Cuma. Pero a pesar de todo su presencia era conocida por los cristianos de la zona, porque el diácono de Miseno san Sosio, acompañado por el diácono Festo y por el lector Desiderio, lo visitaban muchas veces con gran cautela. Los paganos reconocieron a Sosio como cristiano y lo denunciaron al juez Drogoncio; fue capturado, y condenado a ser despedazado por un oso en el anfiteatro de Pozzuoli.
El obispo san Jenaro, Festo y Desiderio, al conocer el arresto, y a pesar del riesgo que corrían visitaron a Sosio para confortarlo; también fueron descubiertos, confesaron que eran cristianos y fueron conducidos ante el juez Dragoncio, el cual viendo su negativa a abjurar, los condenó a la misma pena que Sosio. No se sabe por qué, pero la sentencia “ad bestias” fue conmutada por el mismo juez, por la decapitación para todos. Ante esta sentencia, el diácono san Próculo y los laicos cristianos santos Eutiquio y Acucio, protestaron vivamente contra la sentencia, mientras los mártires iban conducidos al suplicio; con la facilidad y el fanatismo de entonces, fueron también apresados y condenados a la misma pena y fueron decapitados en el Foro Vulcano, en Solfatara. Los cuerpos de Festo y Desiderio están sepultados en la abadía de Montevergine.
San EVORCIO DE ORLEANS. M. c. 388.
Martirologio Romano: En Orleans, en la Galia Lugdunense (hoy Francia), san Evorcio, obispo. Nació en Roma y fue el cuarto obispo de Orleans, tuvo como discípulo a san Aniano de Orleans. Según su Vida, del todo inverosímil, él habría dedicado la catedral a la Santa Cruz y designado a san Aniano como su sucesor. Un día, cuando celebraba la misa, la mano de Jesucristo apareció encima del altar repitiendo los gestos del oficiante: cuando elevaba el cáliz, la mano aparecida también ascendida... Ese sincronismo se repitió muchas veces. Según narra otra leyenda: durante un concilio celebrado en Orleans y reunidos muchos obispos para tratar el la condena de las herejías reinantes en aquellos turbulentos años del 358. Estaban trabajando a fondo. Mientras hacía un día la oración acostumbrada, entró un desconocido y todos pusieron cara de sorpresa.
Un guardián del templo, picado por la curiosidad, se acercó a él y le preguntó qué hacía allí. "Soy subdiácono de la Iglesia y mi nombre es Evorcio. Mi patria es Benevento y vengo en busca de mis hermanos Eumorcio y Casia. Están cautivos y quiero que le den la libertad". El guardia le llevó a su casa y lo alojó en ella. Al día siguiente se puso en camino. El guardia lo llamó y le dijo: "Amigo de Dios, ¿no sabes lo que pasa aquí?. Desde que murió el obispo, no han encontrado a un sucesor. Hay dos bandos y nadie se entiende. Quédate con nosotros". Se fue a la iglesia y se colocó al lado del guardián. Rezaron juntos. Y en ese momento apareció una blanca paloma sobre Evorcio. Todos, sin dudarlo, le nombraron obispo, y gobernó la diócesis durante 30 años.
San GRATO DE AOSTA. M. c. 502.
Martirologio Romano: En Aosta, en los Alpes Grayos, san Grato, obispo. De origen griega, fue llamado por el primer obispo de Aosta, Eustasio, quien lo ordenó presbítero. Recibió educación eclesiástica en el cenobio fundado por san Eusebio de Vercelli. Como simple sacerdote, representó al obispo de Aosta en el concilio de Milán del 451, convocado por el obispo san Eusebio y fue uno de los firmantes de la carta que la asamblea envió al papa san León I Magno, condenando la herejía de Eutiques. Obispo de Aosta (451-502), sucediendo a san Eustasio.
Durante su episcopado participó en la traslación de las reliquias del mártir de la Legión Tebana: san Inocencio, en la cual estuvieron presentes los obispos de Agauno y de Sión. Estuvo presente en el sínodo romano del 501, organizado por el rey Teodorico para proclamar la inocencia del papa san Símaco, acusado injustamente por algunos senadores romanos y también estuvo presente en otro sínodo romano del 502. Su leyenda se asemeja mucha a la de san Mitrio de Aix. Se dice que había nacido en Esparta, en el seno de una noble familia; después de estudiar en Atenas se hizo monje. Para huir de la persecución del herético emperador de Oriente, dejó Constantinopla refugiándose en Roma donde fue acogido con todos los honores; el Papa lo nombró su consejero enviándolo a la corte de Carlomagno, para que lo persuadiese en intervenir en Italia contra el rey lombardo Desiderio.
De regreso a Roma, mientras oraba en la iglesia de Santa María de los Mártires, el ex Pantheón, tuvo una visión en la que se veía un gran valle abandonado a sí mismo; en el mismo momento el Papa tuvo un sueño en el que se aparecía un ángel que le ordenaba que enviase a Grato como obispo al valle de Aosta. En el valle, Grato desarrolló un gran trabajo misionero de conversión de sus habitantes, en lo que no faltó los milagros y sucesos sorprendentes y espectaculares. Después marchó a Jerusalén, con el monje san Jucundo, y también con sucesos milagrosos encontró la cabeza de san Juan Bautista que llevó a Aosta. San Jucundo, fue realmente su discípulo y le sucedió en el episcopado de Aosta. Se dice que fue decapitado y marchó con su cabeza en las manos. Es uno de los santos cefalóporos. Patrón de Aosta.
San CLODOALDO. (c.522 - 560).
Martirologio Romano: En la localidad de Nogent, territorio de París, también en la Galia, san Clodoaldo, presbítero, de estirpe regia, que, asesinados sus padres y hermanos y tutelado por su abuela, santa Clotilde, se hizo clérigo renunciando al reino terreno. Nieto de santa Clotilde y del rey franco Clodoveo. Hijo de Clodomiro, rey de Orleans. Cuando tenía tres años su padre fue asesinado en Burgundia por su tío Childeberto, pero su abuela, santa Clotilde, se lo llevó junto a sus hermanos a París y los amó muchísimo, evitando así la masacre ordenada de su familia. Sus tíos, de acuerdo con una costumbre merovingia, quisieron matarle como a sus hermanos, pero le hicieron elegir entre la muerte y la tonsura; se hizo monje.
Pudo recobrar el reino pero comprendió que las grandezas del mundo no servían para nada; vivió en su pequeña celda de una paz que no se vio nunca interrumpida por escenas de ambición o vanidad. Se piensa que vivió como anacoreta bajo la dirección de san Severino, cerca de París, pero como la capital estaba demasiado cerca, se retiro a la Provenza. Al ver que no ganaba nada haciendo más remota su soledad, después de que su ermita se hiciera pública por los muchos que acudían a él, finalmente regresó a París y fue recibido con la mayor alegría. A petición del pueblo fue ordenado sacerdote por Eusebio, obispo de París, en el 551 y sirvió en muchas iglesias. Ingresó en el monasterio de Novigentum (Noget), cerca de París, (que desde entonces de entonces lleva su nombre: Saint Cloud).
En este monasterio reunió a muchos hombres piadosos, que huían del mundo por miedo a perder sus almas. San Clodoaldo, fue considerado el abad de todo ellos y toda su herencia la cedió a las iglesias y la distribuyó entre los pobres: la villa de Noget la instaló en la sede de París como se menciona en las cartas por las que este lugar se erigió en un ducado y con la dignidad de par. Es el primer santo de sangre real que ha sido canonizado por la Iglesia.
Beato GUIDO DE AREZZO. (c.991 - c. 1033).
Nació en Arezzo (Toscana). Pasó sus primeros años de estudio en la abadía benedictina de Pomposa, en la costa adriática, cerca de Ferrara. Ingresó como maestro en la escuela catedralicia de Arezzo, donde sobresalió en la enseñanza del arte vocal y escribió su tratado principal, el “Micrologus de disciplina artis musicae”. Durante su estancia se percató de la dificultad de los cantantes para recordar los cantos gregorianos e inventó un método para enseñar a los cantantes a aprender los cantos en poco tiempo. Este método pronto se hizo famoso en todo el norte de Italia.
Sin embargo, la hostilidad de los monjes del monasterio le obligaron a marcharse a Arezzo, ciudad que no contaba con abadía, pero que tenía un numeroso grupo de cantantes con falta de aprendizaje.
En Arezzo halló entonces apoyo a su reforma; el obispo Teobaldo lo eligió maestro de canto de los "pueri" de la escuela episcopal. Experimentados y perfeccionados en dicha ciudad sus métodos, Guido d'Arezzo pudo componer, durante el período 1028-1032, sus obras más importantes: “Regole ritmiche”, “Prefazione dell'Antifonario”, el mismo “Antifonario”, ya de acuerdo con su nuevo sistema lineal-diastemático, y la “Epístola al monje Miguel” sobre el canto desconocido, en la que expone los principios de su método. Mientras tanto, la labor de Guido d'Arezzo recibía la aprobación del pontífice Juan XIX, quien confió al músico la instrucción de los cantores papales. En 1029 se retiró al convento de Avellana, en el que posiblemente murió en fecha que no se ha logrado precisar.
En el prólogo de la Epístola al monje Miguel sobre el canto desconocido, Guido d'Arezzo recuerda las discordias nacidas entre él y unos compañeros de la abadía de Pomposa, que, según da a entender el autor, le tenían envidia. Cuenta también lo que le ocurrió después de su partida de Pomposa: la divulgación de los nuevos sistemas por él descubiertos acerca de la notación y del estudio del canto eclesiástico; la invitación para ir a Roma que le hizo el Papa Juan XIX (al parecer, entre 1028 y 1033), de quien obtuvo la más completa aprobación; la visita a su homónimo, antiguo superior suyo, el abad de Pomposa, que, al ver a su “Antifonario”, se muestra arrepentido por haber apoyado en un día lejano las envidias de los monjes, e intenta persuadirlo para que vuelva a su abadía. Guido no puede satisfacer los deseos del abad, pero quiere al menos comunicar a uno de sus viejos compañeros de convento algunos importantes resultados de su experiencia didáctica.
La carta, que por tanto puede considerarse escrita poco tiempo después de su viaje a Roma, está publicada en la colección Escritores eclesiásticos de música sagrada de Gerbert.
Su importancia histórica estriba sobre todo en el hecho de que en ella se encuentra el primer origen de los nombres de las notas musicales empleados, con ligeras modificaciones, hasta hoy en día. Para que los muchachos aprendan lo más pronto posible a entonar cualquier canto desconocido, dice Guido, hace falta que se graben en el oído la posición de los sonidos y sus varias relaciones o intervalos; para llegar a esto no hay mejor medio que el de aprender de memoria y retener en todos sus detalles un canto ya conocido, por ejemplo el himno a San Juan sobre el texto de Paulo Diácono, muy adecuado como medio mnemotécnico, porque cada verso empieza con una nota progresivamente más alta de la escala diatónica: "Ut queant laxis / Resonare fibris / Mira gestorum / Famuli tuorum / Solve polluti / Labii reatum / Santae Johannes".
Las sílabas subrayadas, a las que en la melodía correspondían las primeras seis notas de nuestra escala mayor, llegaron a ser más tarde, quizá sobrepasando las intenciones de Guido, nombres y símbolos de las mismas notas; al cabo de algunos siglos el "ut" se transformó en "do" y se añadió la sílaba "si" (que deriva, parece, de las iniciales de las dos palabras del último verso) para indicar el séptimo sonido de la escala, que en aquella melodía no aparecía. De la idea de Guido se derivó también un nuevo elemento didáctico y teórico, el hexacordio, es decir, la sucesión de los seis sonidos diatónicos de "ut" a "la", que dio origen, más tarde, a un sistema complejo que se empleó hasta el siglo XVI y más allá. Pero el sistema hexacordial no está desarrollado ni en la Epístola ni en otros escritos de Guido; nació probablemente entre sus mismos discípulos o inmediatos seguidores. La carta contiene, en cambio, otras consideraciones sobre los intervalos musicales, sobre los modos y el sistema monocorde no muy notables y tampoco muy claras.
En su estancia en Arezzo, desarrolló nuevas técnicas de enseñanza, incluyendo el tetragrama (pauta musical de cuatro líneas), precursor del pentagrama, y la escala diatónica. Perfeccionó la escritura musical con la implementación definitiva de líneas horizontales que fijaron alturas de sonido, cercano a nuestro sistema actual y acabando con la notación neumática. Finalmente, después de ensayar varios sistemas de líneas horizontales se impuso el pentagrama griego: cinco líneas. Algún escritor de la Orden Camaldulense lo presenta como beato, pero faltan las noticias de algún culto antes del siglo XVI como cualquier mención en los martirologios de la Orden
Beatos TOMÁS TSUJI, LUIS MAKI y JUAN MAKI. M. 1627.
Martirologio Romano: En Nagasaki en Japón, beatos mártires Tomás Tsuji, sacerdote de la Compañía de Jesús, Luis Maki y su hijo Juan, condenados a la hoguera por odio a la fe cristiana. Tomás era un japonés que fue educado por los jesuitas en Arima e ingresó en la Compañía en el 1589; célebre por el don de la elocuencia. Exiliado en Macao, regresó disfrazado; se salió de los jesuitas, pero sólo por un día, se arrepintió de su gesto y regresó para desarrollar su misión con renovado celo, ya que su vuelta a la Compañía se condicionó a su conducta siguiente. Por ello se esmeró al máximo en prestar sus servicios a los cristianos japoneses. Luis Maki y su hijo adoptivo Juan, éste de veintisiete años, vivían en Nagasaki, conscientes del peligro de ser cristianos, pero decididos a seguir siéndolo en cualquier circunstancia.
Y cedían de buena gana su casa para las celebraciones religiosas y para albergar a sacerdotes. El día 22 de julio de 1626 ambos habían invitado al P. Tomás a que celebrara en su casa la misa de Santa María Magdalena, y el sacerdote acudió. Fue visto por un espía que dio el aviso a las autoridades, las cuales llegaron cuando Tomás ya estaba disfrazado y aunque no hallaron pruebas llevaron al jesuita ante el apóstata Feizó, uno de los subgobernadores de Nagasaki, que lo reconoció. Tomás confesó su identidad y esto le valio para que arrestaran también a los Maki, que fueron llevados a la terrible prisión de Ômura, donde estuvieron trece meses.
Fue quemado vivo en Nagasaki con Luis Maki y su hijo Juan. Tomás murió recitando el salmo: “Alabad al Señor todas las naciones” y animando a sus compañeros. Los tres fueron beatificados por el papa Pío IX el 7 de julio de 1867.
Beatos RANDULFO CORBY y JUAN DUCKETT M. 1644.
Martirologio Romano: En Londres en Inglaterra, beatos Randulfo Corby, de la Compañía de Jesús, y Juan Duckett, sacerdotes y mártires, que, condenados a muerte bajo el rey Carlos I porque habían entrado en Inglaterra como sacerdotes, consiguieron la palma celeste muriendo ahorcados en Tyburn. Randulfo nació en Dublín ocasionalmente ya que su familia era inglesa y se había marchado a Irlanda huyendo del rigor de las medidas anticatólicas. Estudió humanidades en Saint Omer y después estudió para ser sacerdote en Sevilla y Valladolid donde fue ordenado sacerdote.
Se marchó a Flandes donde ingresó en la Compañía de Jesús en 1624. Enviado a la misión inglesa, trabajó en el condado de Durham durante 20 años con gran éxito espiritual hasta que fue martirizado en Durham junto con Juan Duckett.
Juan era pariente del beato Jaime Duckett, nació en Underwinder, Yorkshire (Inglaterra), en el seno de una familia católica, pero en su niñez fue educado en el anglicanismo, aunque todavía niño se pasó al catolicismo. Estudio para ser sacerdote en Douai y fue ordenado sacerdote en el 1639. Luego se marchó a París para la ampliación de sus estudios teológicos.
Juan era pariente del beato Jaime Duckett, nació en Underwinder, Yorkshire (Inglaterra), en el seno de una familia católica, pero en su niñez fue educado en el anglicanismo, aunque todavía niño se pasó al catolicismo. Estudio para ser sacerdote en Douai y fue ordenado sacerdote en el 1639. Luego se marchó a París para la ampliación de sus estudios teológicos.
Fue un alma contemplativa, de profunda oración, y antes de volver a Inglaterra pasó dos meses de intensa vida interior en la cartuja de Nieuport, donde era prior un tío suyo. Regresó a Inglaterra y tomó a su cuidado a los católicos de Durham en 1643. En 1644 fue arrestado por el ejército puritano. Ante la comisión que le interrogaba declaró ser sacerdote, con lo que facilitó que se liberara a dos católicos seglares que también habían detenido con él. Fue enviado a la cárcel londinense de Newgate, donde halló al jesuita Randulfo Corby. A éste se le ofreció la libertad por influencia del embajador imperial, pero el jesuita sintiéndose enfermo y gastado, propuso que la libertad se la dieran a Juan, que tampoco la quiso. En el interín llegó la orden de que ninguno de los dos fuera liberado y así fueron ahorcados y descuartizados en Tyburn, Londres.
Martirologio Romano: En una galera atracada en Rochefort en la costa francesa, beatos Claudio Bernabé Laurent de Mascloux y Francisco d’Oudinot de La Boissière, sacerdotes y mártires, que, arrestados durante la revolución francesa por su sacerdocio y puestos en arresto naval, murieron por Cristo enfermando gravemente por el hambre. El 7 de septiembre de 1794 murieron agotados de sufrimientos y miserias en los pontones de Rochefort dos ejemplares sacerdotes que, habiéndose negado a prestar el juramento constitucional, habían sido condenados a la deportación de Francia y llevados al citado puerto, donde fueron dejados morir. Fueron beatificados, en el conjunto de lso mártires de Rochefort, el 1 de octubre de 1995 por SS Juan Pablo II. Claudio Bernabé Laurent De Mascloux nació en Dorat en 1735.
Fue ordenado sacerdote el año 1759 y fue nombrado canónigo de la colegiata de su ciudad natal, lo mismo que dos hermanos suyos. Llegada la Revolución, se negó a prestar el juramento constitucional y sufrió la supresión de los cabildos. El Consejo general del distrito de Dorat ordenó la detención de los hermanos Laurent y de otros muchos sacerdotes el 14 de mayo de 1793, todos los cuales fueron llevados a Limoges y detenidos en La Visitación, desde donde más tarde Claudio fue llevado a La Regle. Todos sus bienes, muebles e inmuebles, le fueron confiscados. Condenado a la deportación, partió con sus hermanos para Rochefort el 25 de febrero de 1794. Aquí fue embarcado en “Les Deux Associés” y murió en la isla Madame en la noche del 6 al 7 de septiembre de 1794. Afrontó la muerte con calma y resignación. Francisco D'Oudinot De La Boissiére nació en Saint Germain de Masseré, diócesis de Limoges, en 1746. Tras tonsurarse en Limoges en 1761 siguió sus estudios en Toulouse, donde obtuvo el grado de doctor, y siendo diácono se le dio una canonjía en Saint-Germain. Era también asesor eclesiástico del Parlamento de Burdeos. Se negó a prestar juramento constitucional. Arrestado por orden del Departamento en Saint-Germain, fue llevado a Limoges, primero a La Visitación y luego a La Regle. Reducido a la pobreza, solicitó ayuda, pero el 25 de febrero de 1794 salía para Rochefort. Embarcado en Les “Deux Associés”, muere el 7 de septiembre de 1794 y es enterrado en la isla Madame. Persona virtuosa, sensata, erudita, buen jurista, se consagró al servicio de los enfermos en Rochefort hasta que él mismo sucumbió. Pidió confesar cuando se vio tan grave y deseó que se le hablara de la vida eterna.
Beato JUAN BAUTISTA MAZZUCONI. (1826-1855).
Martirologio Romano: En la isla Woodlark, en Oceanía, beato Juan Bautista Mazzucconi, presbítero del Instituto de Milán para Misiones Extranjeras y mártir, que después de dos años evangelizando, ya exhausto por fiebres y llagas, fue decapitado por odio a la fe. Nació en Lecco, Italia, en el seno de una familia cristiana de hilanderos. Estudió en el seminario de Milán donde fue ordenado sacerdote en 1850, decidió entonces su vocación misionera. Ingresó en la Sociedad de Misiones Extranjeras, fundada por don Ramazzotti, y al ingresar pidió a Dios la gracia del martirio. Con otros seis compañeros fue destinado a las islas de Woodlark y Rook en Oceanía. La misión tenía gravísimas dificultades: lengua, costumbres, enfermedades, guerras‚... A los dos años de estar en el puesto de misión, cayó muy enfermo y su aspecto doliente le hace recibir con mayor fuerza la hostilidad de los isleños.
Mazzucconi descubre pronto que "los padres y las madres matan más que la mitad de sus hijos" apenas nacidos. Todo va mal. Pero él acepta la situación, se empeña en entender a los lugareños y busca medios para ganar la confianza de aquellos, venciendo las dificultades y peligros. Luego da fiebres terribles tuvo que reponerse en Sidney. Durante este tiempo estuvo atendiendo a los emigrantes italianos. Una vez curado, en 1855 se reembarca, y cuatro meses después reaparece en Woodlark en una goleta de nombre “Gazelle”. Aquí se entera que que todos los misioneros han tenido que regresar a Australia, sin haber podido comunicarle a él sobre ese retorno. Estaba pues tan solo con la tripulación del navío. Y es el primero a morir: un notable de la isla, sube al barco aparentando deseos de saludarlo, lo derriba con un golpe de hacha en la cabeza, luego más hombres abordan la nave, todo es matanza y saqueo. Los cuerpos de las víctimas acaban en mar. Porque lo mataron por ser misionero, está considerado como mártir. SS Juan Pablo II lo beatificó en 1984.
Beata EUGENIA PICCO. (1867-1921).
Martirologio Romano: En Parma, ciudad de la Emilia, en Italia, beata Eugenia Picco, virgen, de la Congregación de las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que, entregada al cumplimiento de la voluntad de Dios, promovió la dignidad de la mujer y se dedicó a la formación de las religiosas. Nació en Crescenzago, Milán, en el seno de una familia burguesa. Su padre era un excelente músico de la Scala de Milán, ciego. Su madre era una mujer frívola, que no amó a su marido, y a la que le atraía el dinero, el éxito y los viajes.Martirologio Romano: En una galera atracada en Rochefort en la costa francesa, beatos Claudio Bernabé Laurent de Mascloux y Francisco d’Oudinot de La Boissière, sacerdotes y mártires, que, arrestados durante la revolución francesa por su sacerdocio y puestos en arresto naval, murieron por Cristo enfermando gravemente por el hambre. El 7 de septiembre de 1794 murieron agotados de sufrimientos y miserias en los pontones de Rochefort dos ejemplares sacerdotes que, habiéndose negado a prestar el juramento constitucional, habían sido condenados a la deportación de Francia y llevados al citado puerto, donde fueron dejados morir. Fueron beatificados, en el conjunto de lso mártires de Rochefort, el 1 de octubre de 1995 por SS Juan Pablo II. Claudio Bernabé Laurent De Mascloux nació en Dorat en 1735.
Fue ordenado sacerdote el año 1759 y fue nombrado canónigo de la colegiata de su ciudad natal, lo mismo que dos hermanos suyos. Llegada la Revolución, se negó a prestar el juramento constitucional y sufrió la supresión de los cabildos. El Consejo general del distrito de Dorat ordenó la detención de los hermanos Laurent y de otros muchos sacerdotes el 14 de mayo de 1793, todos los cuales fueron llevados a Limoges y detenidos en La Visitación, desde donde más tarde Claudio fue llevado a La Regle. Todos sus bienes, muebles e inmuebles, le fueron confiscados. Condenado a la deportación, partió con sus hermanos para Rochefort el 25 de febrero de 1794. Aquí fue embarcado en “Les Deux Associés” y murió en la isla Madame en la noche del 6 al 7 de septiembre de 1794. Afrontó la muerte con calma y resignación. Francisco D'Oudinot De La Boissiére nació en Saint Germain de Masseré, diócesis de Limoges, en 1746. Tras tonsurarse en Limoges en 1761 siguió sus estudios en Toulouse, donde obtuvo el grado de doctor, y siendo diácono se le dio una canonjía en Saint-Germain. Era también asesor eclesiástico del Parlamento de Burdeos. Se negó a prestar juramento constitucional. Arrestado por orden del Departamento en Saint-Germain, fue llevado a Limoges, primero a La Visitación y luego a La Regle. Reducido a la pobreza, solicitó ayuda, pero el 25 de febrero de 1794 salía para Rochefort. Embarcado en Les “Deux Associés”, muere el 7 de septiembre de 1794 y es enterrado en la isla Madame. Persona virtuosa, sensata, erudita, buen jurista, se consagró al servicio de los enfermos en Rochefort hasta que él mismo sucumbió. Pidió confesar cuando se vio tan grave y deseó que se le hablara de la vida eterna.
Beato JUAN BAUTISTA MAZZUCONI. (1826-1855).
Martirologio Romano: En la isla Woodlark, en Oceanía, beato Juan Bautista Mazzucconi, presbítero del Instituto de Milán para Misiones Extranjeras y mártir, que después de dos años evangelizando, ya exhausto por fiebres y llagas, fue decapitado por odio a la fe. Nació en Lecco, Italia, en el seno de una familia cristiana de hilanderos. Estudió en el seminario de Milán donde fue ordenado sacerdote en 1850, decidió entonces su vocación misionera. Ingresó en la Sociedad de Misiones Extranjeras, fundada por don Ramazzotti, y al ingresar pidió a Dios la gracia del martirio. Con otros seis compañeros fue destinado a las islas de Woodlark y Rook en Oceanía. La misión tenía gravísimas dificultades: lengua, costumbres, enfermedades, guerras‚... A los dos años de estar en el puesto de misión, cayó muy enfermo y su aspecto doliente le hace recibir con mayor fuerza la hostilidad de los isleños.
Mazzucconi descubre pronto que "los padres y las madres matan más que la mitad de sus hijos" apenas nacidos. Todo va mal. Pero él acepta la situación, se empeña en entender a los lugareños y busca medios para ganar la confianza de aquellos, venciendo las dificultades y peligros. Luego da fiebres terribles tuvo que reponerse en Sidney. Durante este tiempo estuvo atendiendo a los emigrantes italianos. Una vez curado, en 1855 se reembarca, y cuatro meses después reaparece en Woodlark en una goleta de nombre “Gazelle”. Aquí se entera que que todos los misioneros han tenido que regresar a Australia, sin haber podido comunicarle a él sobre ese retorno. Estaba pues tan solo con la tripulación del navío. Y es el primero a morir: un notable de la isla, sube al barco aparentando deseos de saludarlo, lo derriba con un golpe de hacha en la cabeza, luego más hombres abordan la nave, todo es matanza y saqueo. Los cuerpos de las víctimas acaban en mar. Porque lo mataron por ser misionero, está considerado como mártir. SS Juan Pablo II lo beatificó en 1984.
Beata EUGENIA PICCO. (1867-1921).
De Eugenia cuidaron sus abuelos, ya que sus padres generalmente siempre estaban fuera, hasta que un día llegó su madre sola sin su padre y le dio por muerto. Su madre se la llevó a vivir con ella y con su amante. Eugenia creció en un ambiente totalmente amoral que la hizo sufrir mucho. Pidió ayuda a Dios, del que apenas tenía noticias y un día de 1886, sintió dentro de sí la llamada a la santidad. Con 20 años ingresó en las Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, huyendo de su casa en 1887, siendo inmediatamente acogida por el fundador el venerable Agustín Chieppi. En 1894 realizó su profesión perpetua. Fue humilde, fiel y generosa, se entregó sin reservas a las alumnas del colegio de las que era maestra de música, canto y francés; también fue maestra de novicias, archivera del convento, secretaria general y consejera. En 1911 fue elegida superiora general y no abandonó el cargo hasta su muerte. Durante su mandato fue siempre una madre para todas las hermanas. Organizó la nueva fundación siendo fiel a las directrices del fundador.
Se preocupó por los más pobres y desvalidos y por los desheredados que generó la I Guerra Mundial. Fue una mujer de oración y en ella vivió su santidad. De salud débil, con un cuerpo consumido por una tuberculosis ósea, en 1919, la tuvieron que amputar la pierna derecha. Eugenia se ofreció, por los demás, siempre sonriente. Murió con fama de santidad. El 7 de octubre del 2001, Juan Pablo II la proclama beata.
Beato IGNACIO KLOPOTOWSKI. (1866-1931).
Martirologio Romano: En Powazki, Polonia, beato Ignacio Klopotowski, presbítero y fundador de la Congregación de Religiosas de la Bienaventurada Virgen María de Loreto. Nació en Korzeniówka, en la región de Podlasie (Polonia). En 1883 ingresó en el seminario mayor de Lublin. Para completar sus estudios fue enviado a la Academia de San Petersburgo, donde se licenció en Teología. Fue ordenado sacerdote en 1891 en la catedral de Lublin. Después de la ordenación fue nombrado vicario parroquial de la parroquia de la Conversión de San Pablo. En 1892 fue designado capellán del hospital de San Vicente y profesor del seminario mayor, donde estuvo 14 años. En su trabajo pastoral se encontró muchas veces con la miseria moral y material, el desempleo, la ignorancia y el subdesarrollo. Para paliar estas situaciones, fundó diversas instituciones benéficas. Fue un gran devoto del rosario y de María. Cuando Polonia se liberó de Rusia, promovió incansablemente la educación cristiana de los niños y jóvenes. Ya durante los primeros años de su sacerdocio publicó libros de oración y de contenido religioso.
En 1905 empezó a publicar el diario “Polaco-Católico”, el semanario “La Semilla” y la revista mensual “El Buen Domingo”. Su celo por la difusión del rosario lo impulsó a publicar la revista mensual “Círculo del Rosario”; fruto de su amor a la niñez es la publicación “El ángel custodio”. En uno de sus escritos decía: “Todo niño abrazado contra el corazón, toda existencia humana salvada de la muerte, todo centésimo sumido a una buena obra, son un gran mérito ante la patria”. Con el fin de garantizar la continuidad de la acción apostólica mediante la palabra impresa, en 1920 fundó la Congregación de las Religiosas de la Bienaventurada Virgen María de Loreto. Murió en Varsovia. Fue beatificado el 19 de junio de 2005 por SS Benedicto XVI.
Beato FÉLIX GÓMEZ-PINTO PIÑERO. (1870-1936).Nació en La Torre de Esteban Hambrán (Toledo) en el seno de una familia de humildes agricultores. En 1886 vistió el hábito franciscano en Pastrana. Hizo su profesión temporal en 1887. Estudió el trienio de filosofía en los conventos de Pastrana y de La Puebla de Montalbán, y emitió en este último su profesión solemne en 1890. Pasó entonces al convento de Consuegra para los estudios de teología. Allí cursó el primero, y los restantes en Belmonte. En esos años de su formación, mostró gran aplicación y virtud. En la inundación sucedida en Consuegra en 1991 fue el que más cadáveres rescató y llevó al cementerio cargados sobre sus hombros.
En la marcha de protesta contra el Guardián iniciada por los jóvenes en Belmonte en 1894, Fr. Félix se sumó en un principio, pero se volvió desde las puertas del convento. Fue ordenado sacerdote en 1894. Ese mismo año fue enviado a Filipinas con otros compañeros. Empezó a ejercer su ministerio como coadjutor en la isla de Polillo, de donde pasó a ser párroco y en donde le sorprendió la lucha de independencia filipina. Entonces fue hecho prisionero con su coadjutor. Pasó casi dieciséis meses de prisión con grandes penalidades de hambre, marchas a pie con calor y lluvias, junto con otros religiosos, que, liberados en 1899, fueron llevados a Manila. Cuando se normalizó la situación, reemprendió la actividad apostólica en la isla de Samar. De octubre de 1913 a mayo de 1914 vivió en el convento del Santo Sepulcro, en Jerusalén. Volvió a España y fue destinado por tres años como vicario a la comunidad de Pastrana, sede del noviciado.
En 1919 regresó a Filipinas y trabajó en varias parroquias de Samar y en la de Bay (Laguna) hasta 1930. Atendiendo a todo, cuidaba de modo especial la catequesis, la administración de sacramentos y las visitas diarias a los enfermos. Volvió a España a finales de 1933 y fue destinado al convento de Pastrana, en donde vivió hasta su muerte. Esos dos últimos años y medio realizó una gran misión entre sus hermanos, casi todos jóvenes. Era un testigo viviente, un modelo vivo, un testimonio acrisolado de lo que es una vida entregada por entero a la gloria de Dios y al bien espiritual del prójimo. A todos les cautivaba su piedad intensa, su sencillez y alegría en el trato con los más jóvenes, su buen corazón, el dominio de su temperamento apasionado, su prontitud en los actos comunes, su disposición para oír en confesión a cualquiera que se lo pidiese. Su atención a los enfermos era tan solícita que era considerado como el apóstol de los enfermos.
El P. Pinto, personalidad singular y vigorosa, supo aunar las dos virtudes de la tradición franciscana alcantarina en la que fue educado: la piedad y la acción misionera. La comunidad franciscana de Pastrana, en donde vivía el P. Félix en julio de 1936, tuvo que abandonar el convento cuatro días después de comenzar la guerra civil española. Los religiosos fueron acogidos por diversas familias del pueblo. Cinco días más tarde, el 27 de julio, el convento fue asaltado por milicianos de la República. El P. Pinto fue recibido en la casa de unos familiares de otro franciscano y estuvo en ella hasta finales de agosto. Ante el anuncio de un registro por parte de milicianos de Madrid, el P. Félix se fue al campo y se ocultaba en una choza. Visto en las inmediaciones de la misma el día 2 ó 3 de septiembre, fue delatado. Las autoridades mandaron a cuatro jóvenes a detenerle. Éstos lo llevaron al pueblo entre burlas y malos tratos, pronunciando blasfemias y conminándole a que las repitiese. Él replicaba: “¡Qué horror! ¡Qué horror! ¡Matadme, pero yo eso no lo digo!”. Llegados al pueblo, le pasaron por una taberna, en donde siguieron maltratándole, intentando inútilmente hacerle blasfemar y que bebiese vino. El alcalde mandó que le subiesen al Ayuntamiento y de ahí al antiguo convento de San Francisco, que hacía de cárcel.
En la tarde del día 6, unos milicianos se presentaron en la misma y empezaron a hablar contra la religión. El P. Pinto la defendió con toda energía y terminó la discusión diciendo: “Pues yo nací creyendo en Dios, vivo creyendo en Dios, y moriré creyendo en Dios”. No fue asesinado en ese instante porque estaba presente el alcalde. Pero a ello siguió una reunión de los milicianos con el alcalde en la que decidieron matar al P. Félix esa misma noche. Hacia la medianoche lo sacaron de la cárcel y se lo llevaron en un coche en donde iban los milicianos y el alcalde. Por el trayecto, entre los insultos y groserías de éstos, él musitaba oraciones. Salidos del término municipal de Pastrana, y ya en el de Hueva, en un lugar cercano a la cañada llamada La Galiana, le hicieron bajar del coche y le ordenaron caminar por la carretera.
Apenas se había retirado unos metros, el alcalde y los milicianos le dispararon por la espalda. Mientras caía, aún tuvo fuerzas y espíritu para clamar: “¡Yo os perdono! ¡Viva Cristo Rey!”. Los verdugos le dieron el tiro de gracia y lo arrastraron a la cuneta. Era la madrugada del 7 de septiembre de 1936. El mismo día fue sepultado en el cementerio de Hueva y allí permaneció hasta que el 9 de octubre de 1989 fue trasladado a la iglesia franciscana de San Juan de los Reyes en Toledo.
OTROS SANTOS DEL DÍA: Santa Regina de Alise. M. c. 250. Martirologio Romano: En Alesia, en el territorio de los eduos, en la Galia, santa Regina, mártir. Natural de Alessia, hoy Alise-Sainte-Reine en Borgoña. Había hecho voto de celibato a los 15 años, cuando Olibrio, prefecto de las Galias, viudo, la pretendió como esposa. Al negarse, murió decapitada en Borgoña. Su historia, como la de tantas otras mártires, entra en el campo de la leyenda, ya que otra historia que se cuenta es que fue huérfana de madre desde su nacimiento, fue perseguida por su padre a causa de su fe, al no poder vencer su resistencia la hizo decapitar.
San Calcedonio. siglo incierto. Sobre este mártir no se tiene ninguna noticia y todo proviene de una reliquia donada por los jesuitas del convento de Nuestra Señora de Manresa a Malta, por parte del papa Benedicto XIV en el 1753, y su culto se difundió tanto en Malta como en Sicilia. El cuerpo del santo provenía del cementerio de Pretextato y de la inscripción de la ampolla, que venían con las reliquías, “Calcedonius in pace”, fue identificado como el mártir Calcedonio. Los jesuitas de la provincia siciliana de la Orden difundieron su devoción, con el hecho de los milagros que le fueron atribuidos al santo, en los primeros años en los que llegaron las reliquias. El papa Clemente XIII en 1766, concedió a la ciudad y diócesis de Palermo la autorización para el culto de san Calcedonio mártir con misa propia.
San Chiaffredo de Saluzzo. M. 270. Soldado de la famosa Legión Tebana de estancia en la Galia, huyó al Piamonte para no sacrificar a los ídolos y fue martirizado en Crissolo, durante la persecución de Diocleciano y Maximiano. Un nombre tan germánico hace pensar que la leyenda no tiene ningún fundamento histórico y que posíblemente el sarcófago que se encuentra en Crissolo se refiera a Teofredo, abad del monasterio de Calmiliac en Puy-en-Velay, ejecutado por los sarracenos entre el 728 y el 732 y venerado también en el Piamonte. Patrón de la díocesis de Saluzzo (Cúneo, Italia).
San Sozonte. M. c. 304. Martirologio Romano: En Pompeyópolis, de Cilicia (hoy Turquía), san Sozonte, mártir. Natural de Licaonia; desempeño el oficio de pastor. Desde muy joven fue un propagador de la fe cristiana y combatió la idolatría en Cilicia, durante una ceremonia pagana, arrancó la mano dorada de un ídolo, la partió a trozos y los repartió entre los pobres; por esto fue quemado vivo en Pompeiópoli, Cilicia.
San Paragorio y compañeros. s. IV. Junto con Parteo, Partenopeo, Severino. Todos nacieron en Noli (Savona, Italia). Paragorio pertenecía a una familia noble y eligió la carrera militar, sufriendo el martirio en Córcega junto a sus soldados Parte, Partenopeo, Severino. Otra tradición dice que eran soldados de la Legión Tebana y que salieron indemnes del martirio de Agauno (Suiza) y marcharon a Córcega donde fueron ejecutados por orden del pretor de la zona. La iglesia edificada en su honor en Noli es del siglo VIII, y es un documento histórico de la existencia de san Paragorio y compañeros. La presencia de esta iglesia y el hecho de que los nombres de Paragorio, Parteo y Partenopeo sean de origen griego ha dado origen a la hipótesis que se pueda tratar de un comandante de nave bizantino, que guió las naves de la antigua república marinera de Noli, contra los infieles de la época y cuya gesta haya sido retrotraida en el tiempo, en tradiciones sucesivas. Tiene culto local en Noli y en Herault en Provenza y en la zona de Berry.
Santos Memorio y compañeros. M. 451. Martirologio Romano: En Breuil, de la Galia Trecense (hoy Francia), santos Memorio (antes Nemorio) y compañeros, mártires, según la tradición, bajo Atila, rey de los hunos. Era diácono en Troyes, cuando era obispo san Lupo, que lo envió con cinco compañeros al campo de Atila para implorar la piedad del jefe de los hunos; éste los hizo decapitar a todos en Breuil. El relato no es digno de fe.
San Alpino de Châlons. (409-480). Martirologio Romano: En Châlons en la Galia lugdunense, hoy Francia, san Alpino, obispo, que fue discípulo de san Lupo de Troyes.
Nació en el castillo de Baye, acompañó a san Lupo, obispo de Troyes y a san Germán de Auxerre, en misión a Inglaterra. Nombrado en el 433 obispo de Châlons-sur-Marne, en 451 preservó la ciudad de la furia de Atila. En el 460 asistió al concilio de Tours y murió en Baye. El obispo de Reims, san Remigio presidió sus funerales. Su intervención ante el rey de los hunos fue inventada para convertirle, como a san Aniano de Orleans, en un "defensor civitatis".
Santa Carísima de Albi. s. VI - VII. Martirologio Romano: En Albi, de Aquitania (hoy Francia), santa Carísima, virgen reclusa. Nació en Albi; abandonó el mundo para huir de un matrimonio no deseado; se retiró en un bosque cercano a la ciudad, donde vivió solitaria y después se marchó al convento de Tarn, en los alrededores del pueblo de Vieux donde vivió como reclusa. Sus restos reposan bajo el altar mayor de la catedral de Albi.
Santa Madelberta. M. 706. Martirologio Romano: En Maubeuge en Hainault, en el territorio de la actual Francia, santa Madelberta, abadesa, que sucedió a su hermana santa Aldeltrudis. Hija de santos Vicente Madelgario y Wadeltrudis. Fue educada por su tía santa Aldegunda, la fundadora del monasterio de Maubeuge, donde tomó el velo. Hacia el 697, sucedió a su hermana santa Aldeltrudis como abadesa de Maubeuge.
San Hilduardo de Flandes. M. c. 750/60. Martirologio Romano: En Flandes, de Austrasia, conmemoración de san Hilduardo, obispo. Obispo misionero en Flandes donde fundó la abadía benedictina de San Pedro en Dickelvenne. Se dice que fue exiliado por las intrigas de una facción de personas de su diócesis en Francia. Huyó a Roma, y en una revelación san Pedro le indicó que tenía que evangelizar los cantones todavía idólatras de Flandes. Sin vacilar, en el 733 inició su misión con dos discípulos. No muy lejos de las orillas del río Escalda, existía la aldea de Ticlivinum (ahora se llama Dickelvenne) que era totalmente pagana, después de su evangelización, todos los habitantes de esta parte del Condado de Aalst se convirtieron. Allí fundó un monasterio benedictino dedicado a san Pedro, donde tomó el hábito, vivió la austeridad, oración y penitencia y lo gobernó hasta su muerte. También construyó un convento de monjas que lo confió a la dirección de la beata Cristina de Termonde.
San Gauzlino de Toul. M. 962. Martirologio Romano: En Toul, de la Lotaringia (hoy Francia), san Gauzlino, obispo, promotor de la vida monástica. Pertenecía a una noble familia franca. Obispo de Toul (922-962). Después de una visita al monasterio de Saint Benôit sur Loire, reformado por san Odón, abad de Cluny, fundó las abadías benedictinas de Saint Évre y de Bouxières aux Dames, en Lorena, para religiosas, donde está enterrado.
San Juan de Lodi. (c.1025/40 - c.1105). Martirologio Romano: En Gubbio, en la región de la Umbría, en Italia, san Juan de Lodi, obispo, acompañante de san Pedro Damián en legaciones. Nació en Lodi en la Lombardía. Siguió los pasos de san Pedro Damián en el monasterio de Fuente Avellana, y entró así en la órbita de los reformadores camaldulenses, y aquí, donde pasó casi toda su vida, fue ordeado sacerdote. Fue el secretario y biógrafo de san Pedro Damián. Fue un monje dedicado a la oración, el estudio y la contemplación, además de realizar trabajos en el “scriptorium” del monasterio. Junto con Pedro Damián estuvo en Montecasino en el 1067, y después en Francfourt donde representó en un concilio al papa Alejandro II. De nuevo juntos, los dos santos, fueron a Montecasino en ocasión de la consagración de la nueva basílica construida en el monasterio benedictino. Solamente hasta la muerte de su amigo Pedro en Faenza, Juan, no regresó a Fuente Avellana, donde cambió el rumbo de su propia vida, al ser elegido prior de la comunidad. Se dice que elegido prior general, aunque este dato no está confirmado, y se distinguió por su humildad, su integridad y solicitud hacia los pobres, para los que en tiempo de carestía, había recogido víveres, en un viaje a la Apuglia. A los 65 años fue elegido obispo de Gubbio, pero a los pocos meses murió. Está enterrado en la catedral de Gubbio.
San Esteban de Châtillon. (c.1149 - 1208). Martirologio Romano: En Die, en Francia, san Esteban de Chatillon, obispo, que, sacado de la soledad cenobítica de la Cartuja de Les Portes (Belley), presidió la Iglesia con gran diligencia y sin menoscabo de su austeridad cartujana. Nació en Châtillon-les-Dombes, (departamento de Ain, Francia) en la noble familia de los Chatillons; creció como un estudiante modelo en parte con preceptores y en parte en las escuelas diocesanas de la época; desde su adolescencia se dedicaba al ayuno y a la abstinencia, con la oración asidua. A los 25 años, ingresó en la cartuja de Portes-en-Bugey, iluminada por la virtud del abad beato Antelmo de Chignin. Después de muchos años vividos en la espiritualidad y soledad cartujana, fue elegido prior en el 1196. En el 1203, fue elegido obispo de Dié, Francia, por el Capítulo de la diócesis y aprobado por el papa Inocencio III y por Jancelino, prior general de los cartujos. Dirigió la diócesis durante pocos meses, porque murió pronto. Ya en vida, cuando era prior de Portes, se le atribuyeron diversos milagros, como la profecía del nacimiento de la Orden de Predicadores en el 1215. Cuando se estaba muriendo curó a una enferma de su diócesis. Su cuerpo incorrupto fue profanado y quemado por los hugonotes en 1561.
San Ventura de Città di Castello. M. 1250. Ventura era rector de la iglesia de San Bartolomé cercana a la villa de Centoía en Valdipetrina en el territorio de Città di Castello (Perugia); era un sacerdote devoto y entregado a su ministerio. Un día se tropezó en camino del bosque con un hombre que, cortando leña blasfemaba horriblemente. Ventura lo corrigió dulcemente, pero el hombre, enfurecido, mató al sacerdote con un golpe de hacha en la cabeza, escondiendo después el cuerpo ensangrentado debajo de un montón de piedras. Según la tradición que narran los hagiógrafos, una paloma tocó con el pico la campana de la iglesia del santo, haciéndola tocar a muerto, y después voló hacia el montón de piedras, para después regresar de nuevo a la iglesia. La gente del lugar, dándose cuenta del suceso, se puso en busca de Ventura. El cuerpo del sacerdote se encontró después de muchos días y fue sepultado en la iglesia. Desde ese mismo instante la iglesia tomó el nombre de San Ventura y fue meta de continuas peregrinaciones. Con el tiempo su cuerpo fue trasladado a la iglesia del seminario de Città di Castello y hay varias iniciativas proponiéndolo como el “mártir antiblasfemo”. Tiene culto litúrgico y popular.
Ascensión de San José de Calasanz Lloret Marco. Beata. (1879-1936). Martirologio Romano: En Gandía, ciudad de la provincia de Valencia, en España, beata Ascensión de San José de Calasanz Lloret Marco, virgen del Instituto de Hermanas de las Escuelas Cristianas y mártir, que culminó su vida terrena, en la persecución contra la Iglesia, afirmando su fe religiosa. Natural de Gandía. Ingresó en el noviciado de Vic (Barcelona) en 1879. Después de la profesión pasó por los destinos de Castellón y Valencia y en 1916 fue al colegio de Benejama (Alicante). Observantísima, siempre olvidada de sí y sumamente caritativa, su sitio preferido era el último y el más escondido.
El 28 de julio de 1936 las Hermanas tienen que salir de Benejama y ella con su hermano también religioso, se refúgia en una casa de campo de sus familiares. El día 7 de septiembre fue descubierta y apresada junto con su hermano Salvador, escolapio. Se los llevaron a través de los campos y a la mañana siguiente sus cuerpos acribillados aparecieron en las puertas del cementerio de Tavernes de Valldigna según relata un testigo y también añade que se les dio sepultura en dicho cementerio pero ninguno de los dos cuerpos, se han encontrado. Fue beatificada el 2001, con los 233 mártires de la persecución en Valencia.