Santoral del 23 de Noviembre


INDICE

Clemente I, SantoIV Papa
San COLUMBANO DE BOBBIO
San ANFILOQUIO DE ICONÍO
San GREGORIO DE AGRIGENTO
Beata MARGARITA DE SABOYA
Beato MIGUEL AGUSTÍN PRO JUÁREZ
Beata ENRIQUETA ALFIER
Beata MARÍA CECILIA CENDOYA ARAQUISTAIN
Santa CECILIA YU SO-SA.
Santa LUCRECIA DE MÉRIDA
OTROS SANTOS DEL DÍA
VIDEOS


SAN CLEMENTE Papa y Mártir
n. en Roma; † martirizado en el año 101
Patrono de marineros; niños enfermos; quienes trabajan con mármol.
A este siervo inútil arrojadlo a las tinieblas exteriores;
allí será el llanto y el crujir de dientes.
(Mateo 25, 30)

San Clemente, cuarto Vicario de Jesucristo, en el año 90, había sido discípulo de San Pablo y después de San Pedro. Desterrado a causa de su celo en Quersoneso, fue obligado a trabajar en las minas y en ellas convirtió a un gran número de paganos. Trajano lo hizo arrojar al mar con un ancla atada al cuello. Mientras los cristianos oraban en la playa, las aguas retiráronse en la extensión de una legua, donde los cristianos encontraron un maravilloso templo de mármol y en su interior un sepulcro de piedra que contenía los restos del santo mártir. Los habitantes de la vecindad, sacudidos por este milagro, ocurrido hacia el año 101, se convirtieron a la fe cristiana.

MEDITACIÓN SOBRE LA PEREZA
I. Dios castigará severamente a los cobardes servidores que no hayan hecho fructificar el talento que les ha confiado. El hombre ha nacido para el trabajo; a pesar de la brevedad de la vida, pierdes tu tiempo en la pereza. Das acceso al demonio, que no te tentaría si te encontrase siempre ocupado. Mucho trabajo yo para dar contento a mis pasiones, me canso recorriendo los caminos de la iniquidad, ¡y nada quiero hacer por la salvación de mi alma! Es tiempo ya de trabajar por el cielo.

II. Muchas causas tiene tu pereza: el temor de no obtener éxito, la aprensión de las dificultades, el respeto humano y el amor a tus comodidades son las principales. ¿De dónde proviene tanta negligencia por la obra de Dios, mientras empleas tanta solicitud en el logro de tus empresas temporales? Es porque no piensas en la temible majestad del Dios a quien sirves; es porque no consideras el poder de este Señor, que recompensará al servidor activo y diligente y castigará con suplicios eternos al servidor perezoso. ¡Maldito sea quien hace la obra de Dios con negligencia! (Jeremías).

III. Tiempo vendrá en que ya no podrás trabajar más; perezoso, cuánto habrás de querer haber hecho cuando ese momento llegue. Piensa seriamente en esa hora suprema. Considera el buen ejemplo de tantas santas almas y la gloria que te está preparada en el cielo si trabajas con ardor; te avergonzarás de hacer tan poco para ganar el cielo, mientras trabajas tanto para la tierra.El pensamiento del cielo destierra la pereza (San Gregorio).

El fervor.
Orad por las almas del purgatorio.

ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Soberano Pontífice Clemente, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
23 de noviembre




San CLEMENTE I. Papa (88 - 97/101). M. c. 101. Padre Apostólico.

Martirologio Romano: San Clemente I, papa y mártir, que dirigió la Iglesia de Roma en tercer lugar después de san Pedro Apóstol y escribió a los Corintios una célebre Epístola para restaurar la paz y la concordia entre ellos. En este día se conmemora la deposición de su cuerpo en Roma
Nació en Roma. Discípulo de san Pablo, según una tradición muy antigua (Flp 4, 3). Tertuliano dice que era un judío convertido por san Pedro que le confirió el presbiterado y el diaconado. Era hijo de Faustino, un romano por nacimiento. Acompañó a Pablo a Roma, y Tertuliano nos dice que san Pedro lo ordenó obispo, por lo que algunos entienden que lo hizo obispo de las naciones, para predicar el Evangelio a muchos países; otros que lo nombró vicario de Roma, para gobernar la Iglesia durante su ausencia en sus frecuentes misiones. Ocupó el trono de Pedro desde el 88 al 97-101, en tercer lugar de la lista de los papas, después de san Lino. Conoció y trató a san Ireneo de Lyon y Eusebio de Cesarea, sus principales fuentes.

En Corinto, tuvo lugar entre los creyentes una profunda división, y una partida se reveló contra los presbíteros y quisieron deponerlos. Parece que poco después de la muerte de Diocleciano, y escribió una “Carta a los Corintios”, que se hizo famosa en la antigüedad: "Es preciso someterse con humildad; dejemos la soberbia, enemiga de la armonía. El gran artífice, el dueño del mundo, ha querido que todo sea ordenado, en una conformidad perfecta. La cabeza no es nada sin los pies; pero a su vez los pies serían inútiles sin la cabeza. Ni los grandes pueden existir sin los pequeños, ni los pequeños sin los grandes. Las ofrendas y ritos litúrgicos han de celebrarse, no a voluntad de cada uno y sin orden, sino en horas determinadas y conforme a lo ordenado por el maestro. Sigamos el canon venerable y glorioso de nuestra tradición, conservemos el muro fraterno de la caridad. Por ella subieron los santos a la perfección; sin ella nada es agradable a los ojos divinos".

La leyenda dice de él que el emperador Trajano le desterró al Quersoneso, a Crimea, después de ser acusado de brujería por haber convertido al cristianismo a Teodora, mujer de Sisinio, amigo del emperador Nerva; se le condenó a trabajos forzados en una cantera. Al final fue ahogado en el mar Negro con un ancla en el cuello. Se le atribuye la “Segunda Carta de Clemente” (que es la homilía más antigua de la Iglesia subapostólica), como las “Constituciones apostólicas”, es decir, la más grande compilación litúrgica y canónica de la antigüedad. El fue el que restableció el uso de la Confirmación según el rito de san Pedro y durante su pontificado se empezó a usar en la liturgia la palabra “Amén”.

Se le nombraba en la Plegaria Eucarística I, y su memoria está en Roma en la iglesia, que parece que se erigió sobre su casa. Santos Cirilo y Metodio, trasladaron sus reliquias de Crimea a Roma, donde hoy estan depositadas en la basílica de Santa Sofía, de Roma. Patrón de Crimea. MEMORIA FACULTATIVA
INDICE

San COLUMBANO DE BOBBIO. (c.543 - 615).

Martirologio Romano: San Columbano, abad, que originario de Irlanda, se hizo peregrino por Cristo para instruir a las gentes de  Francia, fundó junto a muchos otros monasterios, el de Luxeuil, que él mismo gobernó bajo una extrecha observancia de la regla; obligado a exiliarse, atraversó los Alpes y fundó en Emilia el monasterio de Bobbio, célebre por la disciplina y los estudios, donde, benemérito de la Iglesia, murió en paz y su cuerpo fue enterrado este día

Nativo de Leinster (Irlanda). Era hijo de Fedilmid, nieto de Fergus, busnieto de Conall Gulban, tataranieto de Niall, el de los “Nueve Rehenes”. No había en todo el pueblo gaélico un hombre de más noble estirpe. Por su sangre podía haber reinado en Irlanda, pero prefirió servir a Dios, después de sentirse inclinado, por su extraordinaria belleza, a los placeres de la carne. Recibió su formación intelectual y ascética (tras un período de vida eremítica) primero en el monasterio de Cluain-Inis, bajo la dirección del sabio Senel y después (558) en el monasterio de Bangor, fundado por san Congal, representante de la escuela ascética más rigurosa de las islas Británicas, que había adoptado la vida monástica a la obra de evangelización. En el año 563, Columbano, que se dice fue el fundador de la abadía de Kells así como el autor del famoso “Libro de Kells”, abandonó Irlanda

Columbano dejó Irlanda con doce compañeros, marchó a Escocia (570-574), donde se dedicó a la evangelización, y fundó un monasterio en la isla de Iona que floreció durante 250 años. Trabajó después entre los pueblos extranjeros: en Austrasia (575-588); luego en Borgoña, cuyo reino se extendía por buena parte de la Galia. Aquí fue invitado por el rey san Gontrán, y fundó sucesivamente tres monasterios: Annegray, Luxeuil y Fontaines. Cuando el número de los monjes alcanzó los 250, Columbano compuso primero unaRegla (ayuno, oración, trabajo, lectura diaria), que se convirtió (junto con laRegla de san Benito) en la forma más apropiada del evangelio para los hombres del siglo VI; y más tarde un “Penitencial”, con las reglas penales "tarifadas" en uso en Irlanda, para la confesión individual secreta.

Tras varios altercados con la corte borgoñona y con la misma Iglesia franca a causa de su irritante intransigencia (por la fijación de la fecha de las fiestas pascuales, por la defensa de la moral cristiana y por los usos monásticos), fue expulsado de Borgoña (porque censuró a la reina Brunequilda) y obligado a reembarcarse hacia su isla natal. Pero su barco encalló y fue llevado al reino de Clotario, en Rouen (Neustria), donde logró imponer el respeto de su concepción particular sobre la ley cristiana. Más tarde se dirigió a la alta Renania; pero atraído por Roma, partió para Italia; llegó primero a Tuggen, en el lago de Zurich (de donde fue expulsado), y después a Bregenz, en el lago de Constanza (también aquí se le rechazó), no sin antes haber puesto, junto con san Galo, la primera piedra de lo que sería el monasterio de Mehrerau; dejó en esta localidad a su monje san Galo, que se negó a seguirlo porque esperaba poder evangelizar aquel lugar; y por último, atravesó los Alpes para llegar a la llanura del Po.

Acogido por los reyes lombardos (Agilulfo y Teodolinda), tomó posición en la disputas dogmáticas de su época poniéndose a disposición de la ortodoxia de la sede de Pedro, y de los concilios de Constantinopla y Calcedonia, contra las herejías arrianas y nestorianas, así como con el cisma relacionado con los llamados “Tres Capítulos”. Estuvo envuelto en las disputas con los obispos galos, puesto que quería imponer la fecha irlandesa de la fiesta de la Pascua, en contra de la romana. El Papa le hizo varias llamadas para que se pusiera de su lado pero todo fue en vano. Invocó del Papa sanciones contra los obispos que no seguían la condena del II Concilio de Constantinopla. En contraste con los lombardos arrianos, fue obligado a retirarse al Apenino ligur, donde fundó el monasterio de Bobbio. Aquí vivió en soledad hasta su muerte

Vivió muy austeramente, e hizo vivir la misma regla a donde iba, no cambió nunca la rigidez de la regla, si se piensa que olvidarse un "amén" en el coro significaba 30 azotes, y una intemperancia en el comer se pagaba con una semana a pan y agua. Ayunos y disciplinas eran prácticas diarias. La rigidez de su regla chocó ya sea con la autoridad civil, como con la eclesiástica. Su ascetismo influyó mucho en la espiritualidad medieval, cuando sus monasterios se unieron a la orden benedictina. "Que el monje viva bajo la ley de uno solo, y en compañía de muchos, para aprender de unos la humildad, y de otros, la paciencia.

Que no haga lo que le plazca; que coma lo que le manden; que no tenga sino lo que le den, que obedezca a quien le desagrada. Irá al lecho agotado por el cansancio, durmiendo ya al dirigirse a él, dejándole sin terminar el sueño. Rece siempre, trabaja siempre, estudie siempre". San Eustaquio le sucedió en el monasterio de Luxeuil. Columbano fue famoso tanto por sus profecías como por haber sido la causa del primer pleito sobre los derechos de autor que conoce la historia. En este caso la sentencia fue que “a cada vaca su ternero y a cada libro su copyright”. Está enterrado en Armagh, Irlanda, junto con san Patricio y santa Brígida. Patrón de Irlanda. MEMORIA FACULTATIVA.
INDICE

San ANFILOQUIO DE ICONÍO. (340/45 - 403).

Martirologio Romano: En Iconío, de Licaonia, san Anfiloquio, obispo, que fue compañero en el desierto de los santos Basilio y Gregorio Nacianceno y también colega en el episcopado. Esclarecido por su santidad y doctrina, libró muchas batallas en favor de la fe católica
Nació en Capadocia. Era primo de san Gregorio Nacianceno. Compañero de estudios de san Basilio de Capadocia; fue un importante abogado en Constantinopla, y profesor de Retórica. Abandonó la capital del imperio por dificultades financieras y se trasladó a Nacianzo, para vivir tranquilamente y cuidar a su padre anciano. San Basilio le encargó combatir el arrianismo en Capadocia.

Arzobispo de Iconío en el 374, nombrado, a pesar de su resistencia, por san Basilio. Su padre se quejó ante san Gregorio, porque con el nombramiento de su hijo le faltaría sus cuidados, y el santo le respondió que no tuvo nada que ver con su nombramiento y que también se resentiría con su ausencia. Anfiloquió combatió a los herejes macedonistas, contra los que escribe una obra sobre el Espíritu Santo que fue alabado por san Jerónimo, y que dedicó a Basilio. Pronunció un discurso en el funeral de san Basilio.

En el 376, presidió el sínodo de Iconío, para condenar la herejía macedonia que negaba la divinidad del Espíritu Santo. También estuvo presente en el I Concilio Ecuménico de Constantinopla en el 381, cuando esta herejía fue condenada. En el 394, asistió al sínodo de Side, en Panfilia, en el cual fueron condenados los mesalianos, que decían que la oración era el único medio de salvación. Intentó de todo para que el emperador Teodosio promulgara las Actas del Concilio de Nicea contra el arrianismo y que les negara la posibilidad de reunirse. El soberano en un principio se negó, porque consideraba demasiado severa esta medida, pero el santo obispo le convenció para que promulgara una ley que declaraba ilegales las asambleas públicas como privadas de los arrianos. Su amigo san Gregorio lo describe como heraldo de la verdad y obispo irrepensible. Su padre testificó que muchos enfermos se curaron por su intercesión.
INDICE

San GREGORIO DE AGRIGENTO. (559 - 630).

Martirologio Romano: En Agrigento, san Gregorio, obispo, que se según se narra comentó los libros sagrados, desvelando a los incultos los misterios divinos
Siciliano de rito bizantino; nació en Agrigento. Destinado a la carrera eclesiástica, se entusiasmó por las peregrinaciones, que en aquel tiempo se organizaban para Tierra Santa, y en el 578, sin saberlo sus padres, marchó a Cartago, donde, con tres monjes romanos, fue conducido a Jerusalén. Después de la visita a los santos lugares, se retiró durante cuatro años en soledad, estudio y oración y en el 584, volvió a Jerusalén. Luego marchó a Antioquía y Constantinopla donde su fama de santidad llegó a oídos del emperador Mauricio. Fue invitado a formar parte del V Concilio de Constantinopla, donde se condenó algunas herejías, entre ellas el arrianismo.

Gregorio, después de realizar muchas conversiones, marchó a Roma, allí fue nombrado por san Gregorio Magno, obispo de Agrigento, donde retornó en el 591. En Agrigento inició una grandiosa obra de apostolado a favor de los pobres y humildes. Fue injustamente acusado por la envidia de Sabino y Crescentino que querían sustituirlo en el obispado por un cierto Lencio, por ello fue llamado a Roma y encarcelado. Pero los milagros que hizo en la cárcel fueron la señal a favor de su inocencia. El Papa, en un concilio de 150 obispos para discutir la causa de Gregorio, reconoció y proclamó su inocencia. Liberado y restituido en su diócesis, continuó con su misión apostólica.

En el 595 construyó en su diócesis un templo dedicado a santos Pedro y Pablo. Fundó varios colegios para la instrucción de las mujeres agrigentinas y tuvo la colaboración de su madre, Teodata, que era institutriz. Fue doctísimo en las disciplinas teológicas y también en las ciencias físicas, y dejó muchos escritos, entre los cuales destacan: las "Oraciones" sobre los dogmas de la Fe de los Antioqueños, las “Dogmáticas”, las “Encomiasticas”, las “Oraciones”sobre la Cuaresma y sobre el apóstol Andrés, y muchos otros escritos publicados en Constantinopla. Pero los escritos más importantes son las “Homilías”, dictadas del griego, que son un interesante comentario que él hizo al Eclesiastés. Versadísimo en la astronomía, sostuvo la teoría del movimiento de la tierra alrededor del sol, conciliando admirablemente la ciencia y la interpretación de la Biblia, a cerca de la inmovilidad de la tierra. Estudió y resolvió muchos problemas de física y fue también conocedor de la medicina, realizando operaciones que parecieron milagros.

En los últimos años de su vida se retiró en soledad. Murió en Agrigento, aunque algunos autores afirman que murió en España a donde había ido para una misión. Es el patrón de los bienes arqueológicos, en particular de los arquitectónicos.
INDICE

Beata MARGARITA DE SABOYA. (c.1390 - 1464/7).

Martirologio Romano: En Alba, del Piamonte, beata Margarita de Saboya, que, al quedar viuda, se entregó a Dios en el monasterio de religiosas de la Orden de Predicadores, que ella misma había fundado

Era hija de Amadeo II, príncipe de Acaya y de Morea y conde de Saboya, y sobrina del papa Clemente VII. Después de una predicación de san Vicente Ferrer, quiso hacerse dominica, pero como era hija del príncipe de Saboya, tuvo que casarse con Teodoro Paleólogo, duque de Montferrato, que era un hombre colérico y brutal, y políticamente sometido en las guerras contra Génova.

En 1418, Teodoro murió. La viuda Margarita intentó solucionar la vida de sus dos hijastros. Con un grupo de damas de corte, vivió vida monástica en un palacio en Alba, en el Piamonte, donde fundó el convento de Alba Pompeya, y para evitar un matrimonio con el duque de Milán, se hizo monja de clausura de la Segunda Orden dominica. Como religiosa, sufrió humillaciones, puniciones, privaciones, con un director espiritual excesivamente riguroso con ella. Se cuenta como un día se le apareció Cristo con tres flechas en la mano: enfermedad, calumnia y persecución y le preguntó con cual de las tres quería ser herida, y ella le dijo que con las tres, como así fue. Durante 20 años, vivió una vida de paciente resignación.

Fue acusada de hipocresía y de gobernar con una tiranía insoportable a sus monjas; su mala salud se atribuyó a la buena vida que supuestamente llevaba y, Felipe Visconti, su antiguo enamorado y duque de Milán, se encargó de propalar los rumores de que el convento de Margarita era el centro de propagación de las herejías de Walden. También se formuló un cargo particularmente infame y repugnante en contra de los frailes de Santo Domingo y, a raíz del mismo, el confesor y director espiritual de la comunidad de Margarita, fue a dar a la cárcel. La propia Margarita acudió a solicitar la liberación del prisionero, y se desarrolló una patética escena a las puertas de la celda, que los carceleros cerraron sobre las manos de la beata para aplastárselas brutalmente. Pasó bastante tiempo antes de que el fraile dominico fuese reivindicado de la perversa acusación de haber corrompido la fe y la moral de las monjas que estaban a su cargo.

Murió consolada con una visión de la misma santa Catalina de Siena, que presenciaron otras religiosas además de la moribunda. Murió en el convento de Alba donde reposan sus restos.
INDICE

Beato MIGUEL AGUSTÍN PRO JUÁREZ. (1891-1927).

Martirologio Romano: En la ciudad de Guadalupe, en el territorio de Zacatecas, en México, beato Miguel Agustín Pro, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que en la cruel persecución contra la Iglesia, como si fuera un facineroso, le condenaron sin juicio a la pena capital, y así alcanzó el martirio que tan ardientemente deseaba

Nació en Guadalupe de Zacatecas (Méjico), en el seno de una familia de clase media. Atormentó a sus hermanas, se enamoró y gastó una broma detrás de otra; como su padre era ingeniero de minas, Miguel trabajó con su padre en las oficinas y en los ratos libres bajaba a la mina para hablar con los mineros, de ahí aprendió su vocabulario que tanto le sirvió en su apostolado. También aprendió a tocar la guitarra y la mandolina y a cantar las coplas populares.

Ingresó en la Compañía de Jesús en el Llano en 1911. En 1913, emitió los votos religiosos. Como había estallado la revolución en Méjico, fue enviado a Estados Unidos, donde continuó el noviciado en Los Gatos, California y luego marchó a España, a Granada, para terminar sus estudios de Retórica y Filosofía. Luego marchó a Nicaragua, donde ejerció el magisterio. En 1922 regresó a Europa donde estudió Teología en Barcelona y en 1924, fue enviado a Enghien, Bélgica, donde concluyó sus estudios teológicos. Recibió la ordenación sacerdotal en 1925, en la ciudad flamenca; en Bruselas fue operado tres veces del estómago, y allí recibió la noticia de la muerte de su madre. Siempre se mostró alegre, sobre todo en los momentos de mayor contrariedad. Su permanencia europea le ofreció la oportunidad de conocer de cerca la realidad del catolicismo social de la región franco-belga. Participó en la actividades de la Juventud Obrera Católica de Bélgica y de la Acción Popular francesa.

En 1926, volvió a Méjico, en el momento que arreciaba la persecución religiosa. Fue vigilado de manera especial por la policía, pero él no cejó en su ministerio sacerdotal que fue muy fructífero, y siempre de forma clandestina. Se mantuvo alejado de las actividades políticas y militares de los cristeros y de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, de la que su hermano Humberto fue un dirigente regional; a raíz del atentado al presidente de la República, Álvaro Obregón, fue detenido, junto a sus hermanos Humberto y Roberto, y fusilado sin juicio previo en la ciudad de Méjico D.F. Cuando era llevado al paredón sostenía el crucifijo en una mano, y en la otra el rosario y sus últimas palabras fueron: "Perdono de todo corazón a mis enemigos. ¡Viva Cristo Rey!".

Debido a que sus detractores creyeron que su muerte probaría la cobardía de los sacerdotes católicos, estuvieron muchos reporteros en su ejecución. Tenemos, por tanto, un registro fotográfico completo no de la cobardía del beato Miguel, sino de su valor.
INDICE

Beata ENRIQUETA ALFIERI. (1891-1951).

María Ángela Domenica Alfieri nació en Borgovercelli (Vercelli, Italia). A los 20 años ingresó en las Hermanas de la Caridad de santa Juana Antidad Thouret en el gran monasterio de Santa Margarita de Vercelli, tomando el nombre de Enriqueta. Después de un primer servicio en un asilo infantil de Vercelli -y superar prodigiosamente una grave enfermedad (la enfermedad de Pott)- en el 1923 fue enviada a formar parte de un grupo de hermanas para asistir a los detenidos de la cárcel de San Vittore en Milán. Aquí pronto llega a ser un punto de referencia para todos. También en los años oscuros de la ocupación nazi, cuando ejercía su ministerio confortando a los judíos arrestados y a los prisioneros políticos. Esta cárcel se convirtió en la sede de las SS, los alemanes llevaban a los judíos para luego trasladarlos a los campos de exterminio.

Se la conoce como “el ángel de San Vittore” por el servicio realizado durante tantos años en la gran cárcel milanesa. Durante la fase diocesana de su proceso de beatificación un no creyente como Indro Montanelli -preso en San Vittore en 1944 por su actividad antifascista- testificó la excepcionalidad cristiana de sor Enriqueta, definiéndola “epicentro de toda esperanza” en aquellos días difíciles. La religiosa no se limitaba a consolar: arriesgó en primera persona para evitar a otros la deportación. Un día fue descubierta con un escrito de una mujer judía que desde la cárcel escribía a sus parientes invitándoles a ponerse a salvo; por esto nuestra beata terminó detrás de las rejas.

Se libró del fusilamiento por la intervención del cardenal el beato Alfredo Ildefonso Schuster, arzobispo de Milán, que escribió personalmente a Mussolini para invocarle clemencia. Alejada de la cárcel  fue trasladada a la casa provincial de Brescia, donde escribe sus “Memorias”, el diario de prisión. Al terminar la guerra la llaman de la prisión donde continúa su apostolado iluminando con el amor de Dios el universo de la humanidad encontrado por ella. La madre de San Vittore murió con fama de santidad y de entrega.
INDICE

Beata MARÍA CECILIA CENDOYA ARAQUISTAIN. (1910-1936).

Martirologio Romano: En Madrid, capital de España, beata María Cecilia (María Felicidad) Cendoya y Araquistain, virgen, de la Orden de la Visitación de Santa María,y mártir, que, en la gran persecución, al ver que sus hermanas habían sido apresadas, se entregó espontáneamente en la misma noche a los milicianos, y al lado de ellas confirmó el testimonio de su fe con el supremo sacrificio de la vida
Felicidad nació en Azpeitia, Navarra. Aunque tenía un genio muy vivo, su amor a María, hizo que pudiera superar su temperamento para ser religiosa como deseaba. Su madre decía que tenía algo distinto que las demás, sin embargo cuando le manifestó el deseo de ser religiosa, su madre le dijo. «¿Tú monja, con ese genio…? Tienes que corregir ese genio si quieres ser monja» y su madre decía que cambió desde ese momento. Decidida y alegre, a sus 20 años atraviesa los umbrales del Primer Monasterio de la Visitación de Madrid, el 9 de octubre de 1930.

En su toma de hábito recibe el nombre de Mª. Cecilia. Su temperamento vivo, contrasta con su carácter amable, sencilla, humilde, abnegada y muy servicial; «Era el Ángel de las pequeñas prácticas», solían decir las Hermanas
Desde el principio sufre todas las consecuencias de la persecución religiosa: disturbios, votaciones, quemas de Iglesia y Conventos, dispersión de su Comunidad, etc.

Desde estos años tiene muchas oportunidades de ir con su familia, pero por amor a Jesús y a su vocación nunca acepta las propuestas y siempre dice con tesón que no quiere marcharse por nada del mundo. Era sencilla, humilde. Tímida, solía cantar cantos a María mientras trabajaba. Se distinguió por su fidelidad, espíritu de recogimiento y de mortificación, siempre consciente de vivir en presencia de Dios. Fue la Hermana que más sufrió, era la más joven y no llevaba mucho tiempo en el convento, no conocía a nadie y como era vasca, el castellano no lo sabía bien, todo esto ayudó a serle más penosa su soledad última, pero Dios velaba por ella y la colmó de fortaleza. Cuando murieron sus hermanas, huyó, pero confesó su condición de monja salesa, y la fusilaron tres días más tarde en el cementerio de Vallecas. Fue beatificada por san Juan Pablo II el 10 de mayo de 1998.
INDICE

Santa CECILIA YU SO-SA. (1761-1839).

Martirologio Romano: En Seúl, de Corea, santa Cecilia Yu So-sa, mártir, que, siendo viuda, en odio a la fe la despojaron de sus bienes, la encarcelaron y fue interrogada hasta doce veces, y, casi octogenaria, de tal modo la atormentaron con azotes que murió en la cárcel
Madre de los santos mártires Pablo Chong Hasang e Isabel Chong Chong-Hye. Nació en Seúl y había casado con el viudo Agustín Yak-jong, uno de los primeros cristianos de Corea. Con él se fue a la capital y aquí recibió el sacramento del bautismo de manos del P. Chu Mun-mo, misionero chino en Corea. Su esposo fue martirizado en 1801, y también Carlos Chong Chol-sang, hijo del primer matrimonio de su marido; ella fue arrestada y luego dejada libre, pero se le confiscaron todos sus bienes, por lo que se vio, además de viuda, pobre, y volvió al pueblo de la familia de su marido, Majae, con sus hijos. Aquí su cuñado, enemigo del cristianismo, la recibió fríamente, y fue un amigo de su difunto esposo el que tuvo compasión de ella y le ofreció una casa donde residir. La frialdad de antiguas amistades y de los parientes la rodeó.

Conoció la muerte de la viuda del hijo de su marido martirizado, Carlos, del hijo de este matrimonio y de su propia hija mayor. En medio de su desgracia Cecilia conservó la fe y la paciencia, y vista la hostilidad de que era objeto, guardó una conducta prudente, no haciendo alarde alguno de cristianismo, pero transmitiendo la doctrina cristiana a sus hijos en el seno del hogar. Cuando, al llegar su hijo Pablo a los 20 años, ella le sugirió el matrimonio, él le dijo que quería dedicarse a continuar la obra evangelizadora de su padre mártir, y por ello terminó por irse a la capital, dejando a su madre y hermana en Majae. Ella temía los peligros por los que su hijo pasaba en su afán de pilotar un resurgimiento del cristianismo y aceptaba con mansedumbre que su hijo no pudiera proporcionarle ayuda alguna.

Pero el obispo de Pekín recriminó a Pablo que no prestara ayuda a su madre, y entonces éste en 1827 se la llevó consigo a la capital junto con su hermana Isabel. Aquí la vida le resultó muy difícil, tanto que ella decidió volver a Majae, pero luego se le ofreció hacerse cargo de la atención a los misioneros que por fin llegaban y entonces volvió a la capital. Ya muy mayor, aunque no pudo continuar atendiéndolos, oía cada día la misa y ayudaba a los católicos más pobres.

Empezó nuevamente la persecución en 1839 y se le dijo que lo mejor que podía hacer era irse, pero ella prefirió quedarse. Ella y su hija se dedicaron a prepararse para el martirio. El 1 de junio, ausente su hijo, fue arrestada. Cuando se le preguntó si era verdad que ella era católica contestó que sí, y cuando se la intimó a abandonar su religión y a delatar a los demás cristianos dijo que no y que estaba dispuesta a la muerte para conservar su fe, y dijo además que desconocía la dirección de los otros cristianos. Fue interrogada cinco veces y cada interrogatorio estuvo acompañado de cincuenta golpes de caña de bambú, que la dejaron muy maltrecha. Llevada a la cárcel, murió en ella el 23 de noviembre de 1839. Fue canonizada el 6 de mayo de 1984 en Seúl por el papa Juan Pablo II.
INDICE

Santa LUCRECIA DE MÉRIDA. M. 306.

Martirologio Romano: En Mérida en España, santa Lucrecia, mártir
La leyenda nos dice que era virgen y mártir, cayó en Mérida en tiempos de la persecución de Diocleciano bajo el prefecto Daciano. Lucrecia nació en Mérida (Badajoz) y, según el “Santoral Español” de 1864, “Dejóse ver en el mundo dotada de todas aquellas nobles disposiciones de naturaleza y de gracia, que no solo allanan sino que facilitan el camino de la virtud”.

Cuando ella era joven, comenzó en el Imperio Romano la décima persecución contra los cristianos, por los emperadores Diocleciano y Maximiano. Era gobernador, como casi siempre en las actas de los mártires, el “terrible” Daciano.

Llevada Lucrecia a su presencia, este quedó admirado por “su rara hermosura y su singular modestia”. Sabiendo que era cristiana de las más firmes, a la par que de familia acomodada, quiso obligarla a sacrificar a los dioses para, si se negaba, confiscar todos sus bienes para sí mismo. Para ello recurrió a las amenazas, y la cárcel, pensando doblegarla. Como no sucedió, la llamó a juicio nuevamente y le recriminó seguir al que había muerto de forma ignominiosa en una cruz. Lucrecia respondió con una firme defensa de su fe.

Daciano, definitivamente le ofreció sacrificar o someterse a los castigos por no hacerlo. Al negarse a ello, fue abofeteada y enviada al potro, para que apostatase. Lucrecia, asumió el martirio con entereza y dignamente, por lo que Daciano la sentenció a ser degollada inmediatamente, como así se hizo, llevándola fuera de la ciudad. Era el 23 de noviembre, de un año incierto a inicios del siglo IV.

El cuerpo, allí abandonado, fue recogido por los cristianos y sepultado en un sitio del que mantuvieron el recuerdo hasta que, llegada la paz, pudieron sacar y construir una basílica, que fue destruida por los musulmanes. Sin embargo, históricamente, solo consta la existencia de dicha basílica, ya en el siglo VI. Y sólo puede decirse que es Usuardo el primero en incluirla en un martirologio, ya el 23 de noviembre. Llama la atención que solo la pone como “virgen” y no mártir: “In civitate Emerita, S. Lucretia Virginis”, y esto es porque la única referencia que halló fue de la basílica y del culto, no de la vida. El martirologio de Galesinio, sin más certezas que la de Usuardo, ya la pone padeciendo bajo Maximiano, directamente por Daciano. Juan Tamayo escribió las “Actas de la Santa”, y unos versos latinos, ambos textos con más intención laudatoria que histórica.
INDICE

OTROS SANTOS DEL DÍA:

Santa Felicitas. M. 165.
Martirologio Romano: En Roma en el cementerio de Máximo en la vía Salaria nueva, santa Felicitas, mártir

Era una viuda romana que fue martirizada en Roma, junto a sus hijos, durante la persecución de Marco Aurelio; el Martirologio Romano anterior a 1970 identificaba los hijos con los Siete Hermanos, pero esta versión ya no es aceptada. Se dice que era una matrona romana que después de asistir al suplicio de sus siete hijos, a quienes había alentado a resistir y a padecer la muerte honrosa antes que adorar a los ídolos. La historia parece que es una copia del relato bíblico de los siete hermanos Macabeos. Todo lo que se sabe de ella es que esta enterrada en el cementerio Máximo en la vía Salaria de Roma. Es probable que esta Felicitas sea la santa nombrada en la Plegaria Eucarística I y no la compañera de santa Perpetua. Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales

San Clemente de Metz
. s. III.
Martirologio Romano: En Metz, de la Galia Bélgica, conmemoración de san Clemente, que es tenido como primer obispo de esta ciudad

Primer obispo de Metz; fue enviado directamente desde Roma para evangelizar aquella región de la Galia. La leyenda asegura que fue discípulo de san Pedro, pero fue forjada sólo para justificar las pretensiones de la Iglesia de Metz al apostolado, y es fuente de innumerables falsificaciones hagiográficas. Se dice que murió mártir.

Santa Mustiola. M. 273.
Martirologio Romano: Cerca de Chiusi, de la Toscana, santa Mustiola, mártir

La tradición popular bordó libremente una historia en forma de relato de pasión: Mustiola (en la tradición local se agrega que era virgen y mujer de familia ilustre que se dice era prima del emperador Claudio) que asistió en prisión a un diácono, san Ireneo, y sus compañeros durante la persecución de Aureliano en la ciudad de Chiusi. El prefecto la mandó apresar también como cristiana, pero al verla quedó prendado de ella. Pero como Mustiola se resistió, el prefecto, llamado Tercio, decidió doblegarla haciendo que torturaran en su presencia al diácono y sus compañeros: potro, grafios de acero, hierros candentes, y todos los instrumentos que, aunque reales en su momento, en los relatos de pasión se suceden casi como un estribillo. Pero Mustiola, en vez de ceder, se reafirma en su fe y se enfrentó valientemente al prefecto, por lo que finalmente es muerta a palos. Fue sepultada en la catacumba de Chiusi, y su culto está difundido tanto allí -de donde es patrona- como en Pésaro.

Se dice que llevó desde Roma a Toscana, el anillo de desposorio de la Virgen María
ruinas de Cícico


San Sisinio de Cicico. M. d. 325.
Martirologio Romano: En Cícico en Helesponto, en la actual Turquía, san Sisinio, obispo y mártir, que según se narra fue ejecutado con la espada después de muchos suplicios durante la persecución de Diocleciano

Obispo de Cícico del Helesponto. Confesó la fe en esta ciudad, durante la persecución de Diocleciano: fue arrastrado por caballos salvajes, pero sobrevivió y participó en el Concilio de Nicea. Se dice que fue decapitado.
San Spes de Spoleto. s. VI.
Obispo de Spoleto (Umbría) durante 32 años, tiempo en el que no faltaran problemas en la diócesis y que, nuestro santo, supo regir correctamente siendo un padre afectuoso para su pueblo. Fue sepultado en la iglesia de San Pietro en Spoleto y parte de sus reliquias se transportaron a Aix-la-Chapelle en Francia.

San Severino de París
. M. c. 540
Martirologio Romano: En París en la Galia lugdunense, hoy en Francia, san Severino, que, recluído en una celda, se dedicó a la contemplación de Dios

Ermitaño en el distrito de San Severino en París. Recluido en una celda, se dedicó a la divina contemplación

San Trudón.M. c. 695.
Martirologio Romano: En Sarquinium (hoy Saint-Trond), de Brabante, en Austrasia, san Trudón, presbítero, que dio todos sus bienes a la Iglesia de Metz y allí mismo edificó un monasterio, donde reunió a sus discípulos

La leyenda dice que fue benedictino austriaco bajo el gobierno de san Remaclo, recibió la ordenación sacerdotal de manos de san Clodulfo de Metz y, hacia el 660, fundó y gobernó una abadía en las tierras de su padre, entre Lovaina y Tongres que luego recibió su nombre, Saint-Trond, y que reunió muchos discípulos
INDICE

VIDEOS