Santoral del 10 de Junio




INDICE

Beato EUSTAQUIO KUGLER
Juan Dominici, BeatoArzobispo de Ragusa, Junio 10
Eduardo Juan María Poppe, Beato Sacerdote
Beata DIANA DE ANDALÓ
Beato ENRIQUE DE BOLZANO
OTROS SANTOS DEL DÍA
San Amancio-San Getulio, Mártir-San Primitivo, Mártir-San Cerealis, Mártir-San Ithamar de Rochester-San Landerico o Landry de París-Beata Amata-Beata Diana-Beata Cecilia-Beato Enrique de Treviso-Beato Félix de Nicosia-Timoteo, Máximo, Alejandro, Aureliano, Bardón, obispos; Blanco, Diosdado, Arecio, Rogato, mártires; Críspulo, Restituto, Zacarías, Getulio, Cereal, Trípodes, Benjamín, Félix, Victoriano, diáconos; Maurino, abad.



SANTA MARGARITA, Reina de Escocia
Salvaréis vuestras 
almas por la paciencia.
(Lucas, 21, 19).


Tan santamente educó esta reina a sus hijos, que varios abrazaron el estado religioso. No se sentaba a la mesa sin antes haber dado de comer a nueve huérfanos y a veinticuatro pobres; durante el Adviento y la Cuaresma, alimentaba hasta a trescientos necesitados. Después de haber pasado el día en la práctica de la caridad, pasaba la noche en oración. Estando moribunda, se le quiso ocultar la muerte del rey su esposo y de su hijo, acaecida en la guerra. Exclamó: "Sé lo ocurrido. Os agradezco, omnipotente Dios, que enviándome un dolor tan grande en la última hora de mi vida, me purifiquéis de mis pecados, como es pero, por vuestra misericordia". Murió cuatro días después de su esposo, el 16 de noviembre de 1093.

MEDITACIÓN: CUAL DEBE SER NUESTRO
CONSUELO EN LAS AFLICCIONES


I. No se podría vivir mucho tiempo en la tierra sin ser visitado por las aflicciones; nadie está exento de ellas. Es más feliz quien las sabe soportar con más paciencia. Mira, pues, todos los accidentes que te suceden como ocasiones que Dios te ofrece de practicar la paciencia. No consideres la malicia de las personas que te apenan, sino sólo la bondad de Dios que quiere o que permite que te persigan, a fin de tener ocasión de coronarte. Poco importa que se me traicione o maltrate, pues Dios permite que se traicione a los que Él se dispone a coronar.

II. Consuélate de la pérdida de tus bienes, de tus padres y de tus amigos; las lágrimas y la tristeza no reparan las pérdidas que has sufrido, al contrario, no hacen sino aumentarlas. Porque, si el mal que te aflige no tiene remedio, ¿para qué sirven tus lágrimas? y si lo tiene, trabaja en ello y no consumas inútilmente el tiempo en vanos lamentos y en lágrimas estériles. Reserva tus lágrimas para llorar tus pecados y para apagar el fuego del infierno. No se debe llorar sino por las faltas que se han cometido o por el paraíso que se ha perdido.

III. La gran razón que debe consolarte en todas tus aflicciones, es que Dios te las envía o permite para su mayor gloria y la salvación de tu alma. Alégrate, pues, de tener ocasión de contribuir a la gloria del Señor y de trabajar en la salvación de tu alma. Te suceda lo que te suceda, di siempre con el santo varón Job: "¡El Señor me dio todo, el Señor me ha quitado todo, bendito sea su santo Nombre!"

La paciencia
Orad por Inglaterra, Escocia e Irlanda.

ORACIÓN

Oh Dios, que hicisteis admirable a la bienaventurada reina Margarita por su gran caridad para con los pobres, haced que su intercesión y su ejemplo acrecienten de día en día la caridad en nuestras almas. Por J. C. N. S. Amén.
Beato EDUARDO POPPE. (1890-1924).  Martirologio Romano: En la ciudad de Moerzeke-les-Termonde, cerca de Gante, en Bélgica, beato Eduardo Poppe, presbítero, que con sus escritos y su predicación propagó por Flandes, en tiempos difíciles, la formación cristiana y la devoción a la Eucaristía. Nació en Tamise, Bélgica y se llamaba Eduardo Juan. Estudió en los seminarios de Gante y Malinas. En 1916, durante la I Guerra Mundial, fue ordenado sacerdote y fue destinado como vicepárroco en la iglesia de Santa Coleta de Gante, en una parroquia llena de comunistas. No esperó la llegada del Vaticano II para iniciar con ellos el diálogo, que no fue por medios de argumentos políticos, sino con temas espirituales y eucarísticos. La pobreza era la condición de sus parroquianos y era un azote que él intentó reparar por medio de la caridad. Se dio cuenta que la miseria mayor era de carácter espiritual, y que el hambre de Dios sólo se podía saciar con la Eucaristía. Comenzó con los niños de las familias ateas y agnósticas a prepararlos a la primera comunión. Débil de salud no ahorró en las obras pastorales: "Amar a Cristo sin sufrir -escribió en su diario- quiere decir amar como juego". Agotado en sus fuerzas fue trasladado a Moerzeke, donde se dedicó a la cruzada eucarística. En 1922 fue nombrado director espiritual del Centro de Instrucción de los "brancadiers", es decir los camilleros enfermeros de Bélgica, y director espiritual de las conferencias pedagógicas para los cuales escribió varios artículos. Una vez le pidieron una fotografía como recuerdo y dijo que no tenía, señaló un crucifijo y dijo: "Quisiera parecerme a él y que éste fuera mi retrato". Pidió demasiado a su físico, y pronto fue consumido del ansia apostólica y del trabajo espiritual. No tenía más que 34 años cuando tuvo que guardar cama; a las monjas que le asistían les dijo: "Vosotras pensáis que la culpa es mía, y que me haya matado con demasiado trabajo. Puede ser, pero no me arrepiento, ni me arrepentiré de mi exceso de trabajo. Si sanase, trabajaría todavía más. A morir por amar a los demás, me ha enseñado Él". Murió en Moerzeke. INDICE
Beata DIANA DE ANDALÓ. (1200-1236).  Martirologio Romano: En Bolonia, en la provincia de Emilia, beata Diana de Andaló, virgen, la cual, superando todas las dificultades de su familia, prometió ante santo Domingo abrazar la vida claustral e ingresó en el monasterio de Santa Inés, que ella misma había fundado. Existe una “Crónica” auténtica sobre beata Diana. Junto con las beatas Cecilia Cesarini y Amada de Bolonia. Diana, pertenecía a la familia de los Carbonesi y los Lovello, ya que hermanos suyos han pasado a la historia de la ciudad, siendo uno de ellos “senador” de Roma. y había nacido en la ciudad; después de haber pasado una juventud algo mundana abrazó la vida religiosa contra los deseos de su familia: sus hermanos la rompieron una costilla, pero como no pudieron romper su voluntad la ayudaron a fundar su monasterio. Diana había conocido al beato Reginaldo de Orleans, que santo Domingo de Guzmán había enviado a Bolonia para fundar los frailes dominicos. Tenía 17 años cuando ingresó en la vida religiosa. Conoció a santo Domingo que la encargó la fundación de un monasterio femenino en Bolonia, pero Domingo murió, y le sucedió el beato Jordán de Sajonia, quién, convenció a Diana para que fundase el monasterio dominicas de clausura que se llamará de Santa Inés, y con quien mantendrá una larga y fructuosa correspondencia. Fue en este monasterio cuando se juntó con la beata Cecilia, que venía del recién fundado monasterio de San Sixto de Roma. Diana será la priora del monasterio hasta su muerte que la sucederá Cecilia. Las dos monjas, Cecilia y Amata, quedaron íntimamente asociadas con Diana; las dos fueron sepultadas en la tumba de Diana, y las tres fueron beatificadas al mismo tiempo, en 1891. De Amata no se sabe nada, y de hecho, aunque autorizado su culto para la Orden de Predicadores, no está inscripta en el Martirologio Romano; pero sí de Cecilia, que era descendiente de la noble familia romana de los Cesarini y, en todos sentidos, una mujer notable. INDICE
Beato ENRIQUE DE BOLZANO. (c.1250 - 1315).  Martirologio Romano: En Treviso, en la región de Venecia, beato Enrique de Bolzano, carpintero y analfabeto, que entregaba a los pobres todo lo que tenía y ya al final, casi sin fuerzas, pedía lo necesario para vivir, no dejando de compartirlo con los mendigos. Nació en Bolzano (Tirol), y aquí llevó la dura vida de un pobre artesano zapatero, durante sus primeros treinta años, donde contrajo matrimonio y tuvo un hijo, pero fue expulsado de su ciudad natal por los herejes a causa de su devoción. Vivió en Treviso, donde se ganó el pan como mozo de los recados y después como carpintero; era analfabeto. Sufrió la muerte de su esposa y de su hijo; distribuyó todas sus posesiones a los pobres; en su vejez vivió de limosnas, ya sin fuerzas, con otros mendigos. Sufrió en silencio las burlas de las gentes por su aspecto físico, bajito, de espaldas anchas, vestido de harapos, feo y un tanto contrahecho, su rostro tenía una expresión feroz aunque él fuera todo dulzura y paciencia. Tanto en Bolzano como en Treviso fue notoria sus continuas visitas a la iglesia (en Treviso visitaba todas las iglesias de la ciudad todos los días) siendo además un ávido asistente a la Misa. Más admirable todavía era su vida penitente: dormía en una cama dura, usaba ropas ásperas y realizaba largas vigilias de oración. Cuando murió, completamente solo en su cuarto, los trevisanos decían que había muerto un santo. A sus funerales asistieron muchísimas personas que fueron testigos de grandes prodigios. Durante todo el año posterior a su muerte miles de peregrinos visitaban la ciudad de Treviso, un obispo del comité investigador registró en muy poco tiempo trescientos cuarenta y seis milagros, la mayor parte fueron curaciones contadas por los testigos oculares. Su culto fue confirmado por el Papa Benedicto XIV. INDICE
Beato JUAN DOMINICI. (1356-1419).  Martirologio Romano: En la ciudad de Buda, en Hungría, tránsito del beato Juan Dominici, obispo de Ragusa, que, después de la peste negra, restauró la observancia regular en los conventos de la Orden de Predicadores, y luego, enviado a Bohemia y Hungría para contener la predicación de Juan Hus, le sorprendió la muerte. Juan Bianchini, llamado Domenico, nació en Florencia, en plena época humanística. Era tartamudo y poco instruido, pero se formó dentro de los dominicos, en el convento de Santa María Novella de Florencia, que aunque le ordenaron sacerdote no le permitieron predicar. Finalmente, oró a santa Catalina de Siena y su defecto desapareció. La vida religiosa le hizo un gran teólogo, predicador, gran miniaturista, al mismo tiempo reformador de su Orden. Se cuenta que en una ocasión, los florentinos pidieron a san Vicente Ferrer que fuera a predicar en la ciudad: "¿A quién queréis oír teniendo al padre Juan Domínici?" respondió el santo valenciano. La peste negra del 1348, que se prolongó durante 5 años, dejó desolados los monasterios no sólo por la falta de vocaciones sino también por el relajamiento de la vida religiosa. Fray Juan se empeñó en renovar la Orden dominicana, iniciada por el beato Raimundo de Capua. Surgieron los conventos de Santo Domingo de Venecia, el de Cortona, que fue el noviciado, el de Santo Domingo de Fiesole... Aceptó el priorato de varios conventos para facilitar la reforma iniciada. En el año 1395 con algunos discípulos de santa Catalina de Siena a quién honraba con gran, veneración, fundó en Venecia el monasterio del Corpus Christi para las monjas dominicas. Su apostolado se interrumpió súbitamente en 1399 por orden de los magistrados, cuyo entredicho había descuidado; cuando fue expulsado durante cinco años. Se dirigió a Florencia donde se entregó totalmente a la predicación con gran celo de las almas y gran elocuencia. Fue vicario general de los conventos observantes en los Estados de Venecia y de la provincia de romana. Para combatir la frivolidad de su siglo escribió varios libros: "Lucula noctis" y "Regla del gobierno de cuidado familiar". Enviado a Roma como delegado en el año de 1406 por los florentinos para tratar sobre el cisma, se ganó la confianza de Gregorio XII, recién elegido papa, que hizo de Juan su consejero y lo nombró en 1408 arzobispo de Ragusa (Dubrovnik, Croacia) con el título de San Sixto. Fue creado cardenal. Se mostró prudente y fiel incluso en los tiempos calamitosos del cisma en el concilio de Constanza. Igualmente favorecido con la confianza del nuevo papa Martín V, fue enviado corno legado a Bohemia y a Hungría a combatir la herejía de Juan Huss, donde hizo muchas conversiones en Hungría, aunque fracasó en Bohemia. En Buda (Hungría) murió. Sus reliquias se perdieron cuando en 1541 fue destruida la iglesia de los Eremitas de San Pablo donde estaban. Su culto fue confirmado en 1832. INDICE
Beato EUSTAQUIO KUGLER. (1867-1946).  Martirologio Romano: En Regensburg, Alemania, beato Eustaquio Kugler, religioso de la Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios. Nació en Baviera, en la aldea de Neuhaus. El primer contacto de Eustaquio con la Orden Hospitalaria tuvo lugar en Reichenbach, en 1893. Realizó el noviciado en Wórishofen durante el año 1894, con el Padre Agustín Koch. Tenía sólo 28 años, pero ya aparentaba una modesta gravedad que le hacía respetable a todos. Su profesión solemne tuvo lugar en Reichenbach en 1898.  El Capitulo Provincial de 1905, le nombra Superior de la casa de Strabing, aquí fue donde fray Eustaquio se revelaría como organizador y administrador, acreditándose como persona de verdadero talento. Después de un largo período de superior en distintas casas, en 1925, es elegido Provincial de la Orden de San Juan de Dios en Baviera. Fue reelegido Provincial en muchas ocasiones, hasta hacerlo Provincial de por vida. Se le verá partidario del progreso y la modernidad de los hospitales, pero insistirá en los valores que se viven y ejercitan, en la calidad humana y religiosa del servicio. No se era "verdadero" hermano de San Juan de Dios -enseñaba él- sólo por estar al lado del enfermo, sino por el espíritu y el modo en que se estaba. Durante su tiempo como Provincial, tuvo lugar la Guerra Mundial y la llegada del nacionalsocialismo al poder y tuvo que sufrir duros ataques de la Gestapo por defender a los Hermanos y a los enfermos. El 17 de agosto de 1943 hubo un gran bombardeo sobre Regensburg. Los alrededores del hospital fueron destruidos. En cambio, este centro de salud quedó intacto. "Podemos decir que aquí hay un santo, que nos ha salvado de la guerra y de las bombas", decía un pastor evangélico. Sufrió mucho por la devastación nazi. Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. Fue tal su impresión que durante uno de estos cayó desmayado. "Además de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran silencio en su comunidad sobre los interrogatorios y trato recibido. Ni se quejó ni insultó a los policías", dice un testigo. Hubo hermanos que abandonaron la Orden, deslumbrados por la ideología; esto golpeó profundamente a Eustaquio, pero guardando la calma, se refería a los nazis diciendo: "Esos árboles no crecerán hasta el cielo". El hermano Kugler murió en 1946 de un tumor en el estómago. La fama de santidad de fray Eustaquio Kugler no podía menos que incrementarse con su muerte. INDICE
OTROS SANTOS DEL DÍA: Santos Críspulo y Restituto. s. I.  cree que estos mártires murieron durante la persecución de Nerón, probablemente en Roma; Baronio, siguiendo a Rábano Mauro, los sitúa en Palencia. No nos han quedado documentos sobre ellos. Según la leyenda de los mártires de Peñaflor en Sevilla, fueron dos cristianos mozárabes, uno presbítero (Restituto) y el otro diácono (Críspulo), que se presentaron al cadí del pueblo de Peñaflor para debatir sobre la religión cristiana y en el asalto dialéctico no faltaron descalificaciones por ambas partes, lo que les valió la muerte por decapitación.    San Getulio. M. 126.  Tribuno militar. Esposo de santa Sinforosa. Murió mártir a bastonazos en Tívoli, durante la persecución de Adriano, junto con su hermano Amancio y dos oficiales (Cereal y Primitivo) que habían mandado para capturarles y que se convirtieron. En las Actas de de santa Sinforosa, ella dice al juez: "Mi marido Getulio y su hermano Amancio, siendo tribunos tuyos, sufrieron por el nombre de Cristo diversos tormentos, antes de consentir sacrificar a los ídolos, y, como buenos atletas, vencieron, muriendo, a tus demonios."   San Máximo de L'Aquila. (c. 228 - c.250). Nació en la antigua ciudad de Aveia (cerca de L’Aquila) en el seno de una familia cristiana. Era un diácono, famoso por su celo. Durante la persecución de Decio, compareció ante el prefecto de la ciudad y manifestó su fidelidad a Cristo. Fue torturado cruelmente, pero no consiguieron que apostatara. El prefecto para disuadirlo le ofreció la mano de su hija Cesaria, pero aquellas artimañas no sirvieron para doblegar la profunda fe de nuestro mártir. Fue arrojado por un acantilado cercano a su ciudad natal, otras versiones dicen que fue arrojado desde el punto más alto de la ciudad llamado Círculo o Torre del Templo. Quizás por esta causa la ciudad de Aveia (hoy Fossa) fue sede episcopal. Cuando destruyeron esta población, sus reliquias se llevaron a otra ciudad cercana “Civitas Sancti Maximi” y el 10 de junio del 956, el emperador Otón y el papa Juan XII fueron para venerar sus reliquias. En 1256, la sede episcopal y las reliquias fueron trasladadas a la ciudad del L’Aquila y colocadas en su catedral a él dedicada. Patrón de L'Aquila y su archidiócesis.   San Censurio de Auxerre. M. 486.   Martirologio Romano: En Auxerre, en la Galia Lugdunense, san Censurio, obispo. Obispo de Antesiodorum (Auxerre) (448-486). Sucedió a san Germán de Auxerre, por quién tuvo una gran veneración. Fue sepultado en la iglesia de San Germán que él mismo había construido. Otros autores ponen su episcopado entre el 472 y 502. San Itamar. M. 656.   Martirologio Romano: En Rochester, en Inglaterra, san Itamar, obispo, que fue el primero de la región de Kent en ser elevado al orden episcopal, brillando por la dignidad de su vida y por su erudición. Nació en Kent, y fue el primer obispo anglosajón de Rochester consagrado por san Honorio, arzobispo de Canterbury, sucediendo a san Paulino. Beda nos dice que, «a pesar de que era un hombre de Kent», tanto en piedad y devoción como en sabiduría, se igualaba a sus predecesores, san Justo y san Paulino, que fueron ambos misioneros italianos traídos por san Agustín. En 655, San Itamar consagró a un compatriota, Firthona o Diosdado (Deodato), como arzobispo de Canterbury. Parece que su muerte tuvo lugar al año siguiente. Le cabe el honor de ser el primer obispo de nacionalidad inglesa. Debido a la fama de haber poseído el don de obrar milagros, varias iglesias fueron dedicadas en su honor y sus reliquias fueron colocadas en un santuario, en 1100. Lo poco que sabemos sobre san Itamar deriva casi completamente de Beda, de su obra «Ecclesiastical History». San Landerico de París. M. c. 657/61.   Martirologio Romano: En París, de Neustria, san Landerico, obispo, de quien se cuenta que, en tiempo de hambre, para atender a los pobres enajenó los ornamentos de la iglesia, y que edificó un hospital junto a la iglesia catedral. Refrendario de Clodoveo II. Obispo de París, desde el 650 hasta su muerte. Antes de que san Landerico gobernase la diócesis, no había en París otras facilidades para atender a los pobres que unas cuantas hospederías y «matriculae» que, para sostenerse, día con día, dependían exclusivamente de las cotidianas limosnas. Se le atribuye la fundación del primer hospital propiamente dicho que hubo en París, cerca de la catedral de Notre Dame y dedicado a San Cristóbal. Posteriormente, aquel pequeño centro de beneficencia se desarrolló hasta convertirse en la gran institución del Hótel-Dieu, que durante muchos siglos fue famosa en todo el mundo. Era un hombre muy sencillo, de profunda devoción, que se distinguió particularmente por su gran amor a los pobres. En tiempos de hambre vendió todas sus cosas y los vasos sagrados para atender a los pobres. En el año 653, el obispo Landerico eximió de su jurisdicción episcopal a la abadía de Saint Denis.   San Maurino de Colonia.  Siglo desconocido. Desgraciadamente los hagiógrafos no se han puesto de acuerdo sobre este santo y su figura se ha puesto en duda en varios aspectos. En el 966, durante la recostrucción de la iglesia de San Pantaleón de Colonia, fueron encontradas las reliquias de san Maurino con un epitafio, en la que se ensalzaba la virtud del santo, y era recordado como abad que fue asesinado en el atrio de aquella iglesia; no indicaba ni la fecha, sólo el mes de Junio. Su fiesta es celebrada a título local en la diócesis de Colonia.   San Bogomilo de Gnesen. M. 1182.   Martirologio Romano: En Dobrowo, en Polonia, muerte de san Bogomilo, obispo de Gnesen, que, después de renunciar a su sede, llevó en este lugar vida eremítica, consumado por su austeridad. Natural de Drobrowo (Polonia) y parece que descendía de la familia de Adalberto, obispo de Gnesen. Después de haber realizado los estudios en Gnesen, bajo la tutela de su tío el arzobispo Juan, y en París. Cuando regresó a Polonia, destinó parte de sus bienes para la construcción de la iglesia de Drobrowo. Aconsejado por su tío, fue ordenado sacerdote. Fue párroco en su ciudad natal, después deán del Capítulo de la catedral de Gnesen, donde al morir su tío lo sucedió como arzobispo de Gnesen (Polonia) (1167-1172). En este cargo fundó la abadía cisterciense de Koronowo, de la que fue abad. Su clero le prestaba poca atención y le despreciaba a pesar de su sabiduría y su celo. Dotado de un gran espíritu contemplativo, aspiró a seguir las huellas de Romualdo. Obtuvo el permiso del papa Alejandro III, renunció, en 1172, al arzobispado, e ingresó en los camandulenses en Uniejow. Después de ser confortado con una visión de María, murió en Dobrowo. Está enterrado en la iglesia parroquial de la Santísima Trinidad de Dobrowo. Hay serias dudas que fuera arzobispo, y se piensa que fue abad solamente. Tomás Green y Gualterio Pierson. Beatos. M. 1537. Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Tomás Green, presbítero, y Gualterio Pierson, monjes de la Cartuja de esa ciudad, los cuales, por haberse opuesto al rey Enrique VIII en sus pretensiones de supremo moderador en asuntos eclesiásticos, fueron encerrados en lóbrega cárcel, donde murieron de hambre y enfermedad. Tomás Green era miembro del Saint John’s College de Cambridge; hizo los votos monásticos y fue ordenado sacerdote en la cartuja de Londres. Gualterio era cartujo lego de la misma cartuja. Todos en la cárcel londinense de Newgate junto a cuatro compañeros, por haberse opuesto al rey Enrique VIII en sus pretensiones de supremo moderador en asuntos eclesiásticos, fueron encerrados en lóbrega cárcel, donde murieron de hambre y enfermedad. INDICE