Santoral del 4 de Junio


INDICE

Beatos ANTONIO ZAWISTOWSKI y ESTANISLAO STAROWIEYSKI
Beato FRANCISCO PIANZOLA
San FELIPE SMALDONE
Beato PACÍFICO RAMATI DE CERANO
San PETROC DE GALES
San METRÓFANES DE BIZANCIO
San FRANCISCO CARACCIOLO
OTROS SANTOS DEL DÍA
Clato, Metrófanes, Optato, Alejandro, obispos; Rútilo, Alonio, Croidano, Medano, Dagano, Sofía, Saturnina, mártires; Rut, matrona bíblica-Santa Vicenta Gerosa


SAN FRANCISCO CARACCIOLO, Confesor
Llega. la hora y ya ha venido, en que los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad,
porque tales son los adoradores que busca el Padre.
(Juan, 4, 23)


Francisco Caracciolo, fundador de la Orden de los Clérigos Regulares Menores, distinguióse desde su infancia por una ardiente piedad y una especial devoción por el Santísimo Sacramento. Pasaba noches enteras en adoración ante el santo Tabernáculo. Puso todo su empeño en aumentar en las almas esta devoción que le era tan querida, y estableció en su Orden la adoración perpetua. Advertido de su muerte próxima en una peregrinación que hizo a Loreto, fuese a una casa de su Orden, en Agnone, dijo al entrar: "Éste es el lugar de mi descanso". Tuvo, casi en seguida, una violenta fiebre y se hizo llevar el santo Viático, que recibió de rodillas con los sentimientos de la más viva piedad, y expiró el 4 de junio de 1608, a la edad de 44 años.

MEDITACIÓN SOBRE LA ORACIÓN MENTAL

I. Dios es espíritu; por esto quiere ser adorado en espíritu. No es suficiente hablarle sólo con los labios: es menester que tu corazón esté de acuerdo con tu boca. Acostúmbrate a rezarle con atención; ten siempre a Dios en tu espíritu, y te dará vergüenza hablarle con menos atención y respeto que a un hombre. No es a la boca, sino al corazón a quien Dios oye y considera. (Tertuliano).

II. Retírate aparte y cada mañana, haz un poco de oración mental. Medita alguna verdad importante: piensa en la muerte, en el infierno, en el juicio, en el paraíso, en la Pasión de Jesucristo. Si estuviera tu espíritu hondamente penetrado de estas verdades, tu voluntad se inclinaría espontáneamente a hacer todo, a sufrir todo por Jesucristo. De este modo to dos los santos platicaron con Dios. Comienza; no se precisa ni tanto espíritu, ni tantos esfuerzos como tú crees. Gusta Dios que se le hable sencillamente y con confianza.

III. De tiempo en tiempo, medita sobre aquello que ves; es una especie de oración sumamente útil y muy fácil. ¿Qué hacemos en este mundo? ¿Qué llegaré a ser? ¿Dentro de cien años dónde estaré? ¿Qué fue de los años de mi juventud? ¿Qué quisiera haber hecho para el cielo en la hora de mi muerte? ¿De qué me valdrán entonces los placeres, las riquezas, la es tima de los hombres? ¿Dónde están ahora los partidarios del mundo que aún estaban con nosotros hace poco tiempo? (San Bernardo).

El conocimiento de uno mismo
Orad por el acrecentamiento
de la devoción al Santísimo Sacramento.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis adornado con el celo de la oración y el amor de la penitencia al bienaventurado Francisco, fundador de una nueva Orden religiosa, concedednos la gracia de aprovechar sus ejemplos, a fin de que, orando sin cesar y reduciendo nuestra carne a servidumbre, merezcamos alcanzar la gloria celestial.

San FRANCISCO CARACCIOLO. (1563-1608). Martirologio Romano: En Agnone, del Abruzo, san Francisco Caracciolo, presbítero, fundador de la Congregación de Clérigos Regulares Menores, que amó de modo admirable a Dios y al próximo. Se llamaba Ascanio y había nació en Villa Santa María, cerca de Chieti en el reino de Nápoles en el seno de una familia cristiana y aristocrática. Tuvo cinco hermanos de los cuales, cuatro, se hicieron religiosos. Su padre le encauzó en la carrera militar pero, a los 20 años, una grave enfermedad parecida a la lepra, le movió hacer voto de abrazar la vida religiosa si sanaba, y al producirse la curación, marchó a Nápoles para hacerse sacerdote. Renunció a su herencia para estar más libre de las ataduras del mundo. Fue ordenado sacerdote en 1587. En Nápoles, participó activamente con obras de caridad en una Congregación que llamaban de "los Blancos" que se encargaba de la asistencia religiosa a los condenados a muerte y a la consolación de prisioneros y galeotes. Por una carta que le llegó equivocadamente, conoció el proyecto fundacional de una nueva congregación de Clérigos Regulares Menores, que unía a la vida activa en la caridad aquella contemplativa de la adoración. Su programa, más allá de la asistencia a los condenados, comprendía la educación de la juventud y la institución de eremitorios para los que deseaban dedicarse a una vida contemplativa y solitaria; otra característica principal era la adoración perpetua al Santísimo Sacramento. A los tres votos habituales añadían un cuarto, el de no admitir dignidades eclesiásticas. Lo hace suyo y fue uno de los fundadores, junto con Juan Agustín Adorno y Fabricio Caracciolo. Cambió su nombre por el de su admirado san Francisco de Asís. Francisco contrajo una grave enfermedad y, apenas se había restablecido, cuando sufrió la pena de perder a su amigo Adorno, que era el superior del Instituto. Enteramente contra su voluntad, Francisco fue elegido para ocupar el puesto vacante; se creía indigno de tomar el cargo y, desde entonces, firmaba a menudo sus cartas como «Franciscus Peccator». Asimismo, insistió en conservar su turno para barrer los cuartos, tender las camas y lavar la loza en la cocina, lo mismo que los demás. Las pocas horas que concedía al sueño, las pasaba sobre una mesa o en las gradas del altar. Sus amados pobres sabían que todas las mañanas podían encontrar a su benefactor en el confesionario. Para socorrerlos, Francisco pedía limosna por las calles, con ellos compartía buena parte de su frugal comida y, algunas veces, en el invierno, se despojaba de sus ropas de abrigo para dárselas. Tres veces pasó a España para impulsar las casas de la Congregación, muy apoyadas por los reyes Felipe II y Felipe III. & Francisco se vio obligado a desempeñar el cargo de superior general durante siete años, a pesar de que sus actividades le resultaban extremadamente fatigosas, no sólo por su salud delicada, sino, sobre todo, porque al establecer y extender la orden, tuvo que hacer frente a oposiciones, desprecios y, a veces, maliciosas calumnias. Cuando al fin obtuvo el permiso del Papa Clemente VIII para renunciar, se constituyó en prior y maestro de novicios en Santa María la Mayor. El trabajo apostólico lo desarrollaba en el confesionario y desde el pulpito; sus sermones, ardientes y conmovedores, versaban tan a menudo sobre la inmensidad de la misericordia divina hacia los hombres, que llegó a llamársele el «Predicador del Amor de Dios». También se afirma que, con el signo de la cruz, devolvió la salud a innumerables enfermos. Su amor a Dios y al prójimo los alimentaba con una fidelidad honda a la oración, al sacrificio y una devoción plena a la Eucaristía y a María; así vivió hasta su muerte. Francisco en sus últimos meses de vida se vio apartado por un capítulo que atribuyó toda la responsabilidad y el carisma al difunto Adorno. Entonces se dirigió al papa Pablo V, quien reconoció públicamente su papel. Sin embargo no por ello deseó dedicarse a las actividades del gobierno. Realizó una peregrinación a Loreto, donde en una aparición del propio Adorno, le predijo su muerte, que sucedió al poco tiempo en Agnone, a poca distancia del castillo donde nació. Se le atribuye un texto de meditaciones sobre la Pasión para cada día de la semana, “Las Siete Estaciones”. Su cuerpo fue sepultado en Nápoles en la iglesia de Santa María la Mayor. Fue canonizado en 1807. Su orden de Clérigos Regulares Menores llegó a ser una institución floreciente, pero en la actualidad es casi desconocida fuera de Italia, donde se los llama «Caracciolini». Desde 1969 su culto se ha limitado a los calendarios locales. INDICE
San METRÓFANES DE BIZANCIO. M. 325. Martirologio Romano: En Constantinopla, san Metrófano, obispo de Bizancio, que consagró al Señor la Nueva Roma. Obispo de Bizancio (313-325); se supone que fue el primero en ocupar esta sede; pero en realidad se sabe muy poco de él. Metrófanes era el hijo de Domecio, hermano del emperador Probo. Aquel se convirtió al cristianismo y se fue a vivir a Bizancio, donde cultivó una profunda amistad con el obispo Tito. Este le confirió las órdenes y, al morir, invistió a Domicio con la dignidad episcopal. El obispado pasó a manos de los dos hijos de éste último: Probo, quien ocupó la sede durante quince años y, luego, Metrófanes. La vida de santidad del obispo fue, al parecer, uno de los factores que indujeron a Constantino a elegir la ciudad de Bizancio como su capital; el otro factor fue la inmejorable situación de la ciudad. Metrófanes, era obispo de Bizancio en los días del emperador Constantino; probablemente fue el primer obispo en aquella ciudad, que antes se hallaba comprendida en la diócesis de Heraclea. Gozó de gran reputación de santidad entre los cristianos de oriente, quienes construyeron una iglesia en su honor, poco después de la muerte de Constantino. La avanzada edad de Metrófanes le impidieron asistir al Concilio de Nicea, pero envió a su presbítero san Alejandro de Constantinopla para representarle. Al regreso del emperador y los clérigos que habían asistido al Concilio, el obispo Metrófanes anunció a todos, como si hiciera una profecía, que el presbítero Alejandro sería un sucesor y que era su deseo que san Pablo de Constantinopla, un jovencito, lector del obispo, sucediera a Alejandro. Pocos días más tarde, murió. INDICE
San PETROC DE GALES. M. c. 594. Martirologio Romano: En Cornualles, san Petroc, abad, originario de Gales. Según la leyenda nació en Gales, Gran Bretaña, siendo el menor de los hijos (en otros santorales dice que era el hermano) del rey san Gundleo de Glywysing (la actual Glamoran). Las sagas cuentan que a la muerte de su padre, la gente de Glywysing quería que Petroc asumiera el trono, pero él rechazó la oferta, pues había decidido seguir su vocación religiosa, de modo que se marchó a estudiar a Irlanda y fue monje de la abadía de Bangor. Después de varios años Petroc regresó a Gran Bretaña, entrando a Cornualles, en la parte suroccidental de la isla, por el río Camel. Ahí conoció a un ermitaño, san Guetnoco, quien le cedió su celda para que fundara un monasterio en ese lugar, llamado Llanwethinoc. Allí fundó un monasterio llamado Petrocston (Padstow). Permaneció como abad durante 30 años. Después de ese tiempo realizó una peregrinación a Roma. Al regresar, casi al llegar a la isla, comenzó a llover, y Petroc predijo que escamparía pronto. Sin embargo, la lluvia se prolongó por más de tres días. Como penitencia por haberse atrevido a vaticinar el clima de Dios, Petroc regresó a Roma, y de ahí marchó a Tierra Santa y más allá, hasta la India, donde vivió durante siete años en una isla. Tras largo tiempo Petroc volvió de nuevo a Gran Bretaña acompañado por un lobo que había sido su compañero en India. Ahí se retiró a vivir como ermitaño en los bosques de Nanceventon. Cierto día, un venado herido buscó refugio con Petroc, quien lo protegió de su cazador, el rey san Constantino de Dumnonia. Al intercambiar palabras con él ambos encontraron buena comunicación, en tal grado de que Petroc terminó convirtiendo a Constantino al cristianismo. Con apoyo de este rey de Dumnonia, Petroc fundó un monasterio llamado Bothmena, o Abadía de Monjes, en el sitio donde se encontraba la ermita. Falleció al encontrarse en uno de sus viajes; fue enterrado en Padstov y posteriormente sus restos fueron trasladados al monasterio de Bothmena. Tuvo como discípulos a santos Croidan, Medán y Degán, que se veneran con él el mismo día. En Bretaña se le venera con el nombre de Perreux. Es uno de los patronos de Cornualles. INDICE
Beato PACÍFICO RAMATI DE CERANO. (1424-1482). Maritologio Romano: En Sassari, también en Cerdeña, beato Pacífico Ramati, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que murió mientras predicaba en favor de la defensa de los cristianos. Nació en Cerano, cerca de Novara (Italia). Sus padres murieron cuando era muy joven y quedó al cuidado de los benedictinos en la abadía de Novara. A la edad de 21 años salió de ahí para tomar el hábito en el convento franciscano de la estricta observancia. Se licenció en Teología en la Sorbona. Después de su ordenación trabajó como predicador en toda Italia entre los años 1452 y 1471. Tuvo tanto éxito que se le consideraba «un nuevo san Bernardino» y se le llamó «orador apostólico famosísimo». Se había propuesto combatir la ignorancia religiosa tanto en el laicado como en el clero, especialmente en relación con el sacramento de la penitencia. Escribió un tratado de Teología moral titulado "Sometta di Pacifica Concienza" que fue publicado en Milán, en 1475 y que los moralistas consideran un tratado importante. Durante mucho tiempo éste fue un modelo del género, ya que simplifica las explicaciones y usa un lenguaje claro. En 1480 se le ordenó el traslado a Cerdeña como Visitador e Inspector General para los conventos de la estricta observancia, así como Nuncio Apostólico, encargado por el Papa Sixto IV de proclamar una cruzada contra Mahomed II el conquistador de Constantinopla; pero su conciencia no veía claro eso de predicar para la guerra, así que la Providencia vino en su ayuda con el fallecimiento del sultán. Para este tiempo, el santo sabía ya que no le quedaba mucho tiempo de vida y apenas había comenzado la cruzada cayó gravemente enfermo. Murió en Sassari, Cerdeña. El cadáver fue llevado a Cerano, donde se construyó una iglesia en su honor. Aprobó su culto Benedicto XIV el 7 de julio de 1745. INDICE
San FELIPE SMALDONE. (1848-1923). Martirologio Romano: En Lecce, de la Apulia, san Felipe Smaldone, presbítero, que se dedicó a atender a los sordos y ciegos indigentes, para instruirlos humana y cristianamente. Fundó la Congregación de las Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones. Nació en Nápoles. Cuando tenía doce años, la monarquía borbónica, a la cual su familia estaba fuertemente unida, fue derrocada, y la Iglesia, con la conquista de Garibaldi, sufrió momentos muy dramáticos, que terminaron en el destierro del cardenal arzobispo de Nápoles Sixto Riario Sforza. Ciertamente no se vislumbraba un futuro favorable y prometedor, especialmente para la juventud, que padecía los "dolores del parto" del nuevo curso socio-político-religioso. Ahora bien, fue en esa fase de crisis institucional y social que Felipe tomó la decisión irrevocable de optar por el sacerdocio y de ponerse para siempre al servicio de la Iglesia, que veía en dificultad y perseguida. Desde muy joven mostró un interés particular por los sordomudos, preferentemente si eran pobres. Se distinguió más por su actividad caritativa que por sus estudios. Su escaso rendimiento académico le obstáculo la recepción de las llamadas órdenes Menores. Eso provocó que se cambiara de la Arquidiócesis de Nápoles a la de Rossano Calabro, cuyo Arzobispo, Mons. Pietro Cilento, en consideración de su bondad y su óptimo espíritu eclesiástico, lo acogió generosamente, fue ordenado sacerdote en 1871.  Trabajó como catequista, visitador de enfermos en hospitales y casas particulares y volcándose en la atención a los apestados, de forma que se contagió y estuvo a punto de morir, pero se curó y atribuyó esta curación a la Virgen de Pompeya. Su confesor le desaconsejó que se fuera a las misiones y se dedicó por entero al servicio de los sordomudos. Dejó la casa paterna y se estableció con un grupo de sacerdotes y laicos, que querían instituir una Congregación de Sacerdotes Salesianos, que, de hecho, nunca se realizó. Con el tiempo adquirió una gran competencia pedagógica en el sector y gradualmente fue proyectando la realización de una Institución estable e idónea para la atención, instrucción y asistencia humana y cristiana de los sordomudos. Junto con algunos colaboradores sacerdotes fundo la congregación de Salesianas de los Sagrados Corazones para la atención de estos minusválidos, obra que extendió su acción a las niñas ciegas, huérfanas y abandonadas. Se le conoció como el "apóstol de los sordomudos". Fundó la Liga de Sacerdotes adoradores y la de Damas eucarísticas y fue superior de la congregación de los Misioneros de San Francisco de Sales para las misiones populares. Su vida fue un ejemplo continuo de piedad, virtud y celo apostólico. Durante su vida, la Obra y la Congregación, a pesar de las duras pruebas a las cuales fue sometida desde afuera y desde adentro, se ensancharon y consolidaron. En Lecce fue furibundamente atacado por una Administración Municipal laicista y adversa a la Iglesia. Dentro de la Congregación tuvo que afrontar con amargura una delicada y compleja situación de secesión provocada por la primera Superiora General, que causó una larga Visita Apostólica. Fue en estas dolorosas circunstancias que brillaron las virtudes eximias de Smaldone, y quedó claro que su fundación era voluntada de Dios. Por espacio de cuarenta años aproximadamente, Don Felipe Smaldone estuvo siempre en la brecha, sin jamás echarse atrás, desvelándose para sustentar materialmente y educar moralmente a sus queridos sordomudos, hacia los que dispensaba siempre afecto y atenciones paternales, y para formar en la vida de perfección, a sus Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones.  En Lecce, además del reconocimiento general de sus méritos como director del Instituto y fundador de las Hermanas Salesianas, también brillaba por su intenso y múltiple ministerio sacerdotal. Fue asiduo y estimado confesor de sacerdotes y seminaristas, confesor y director espiritual de muchas comunidades religiosas, fundador de la Liga Eucarística de los Sacerdotes Adoradores y de las Damas Adoradoras, y fue Superior de la Congregación de los Misioneros de San Francisco de Sales para las misiones populares. Fue condecorado con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, formaba parte de los canónigos de la Catedral de Lecce, y fue distinguido con una Encomienda por parte de las Autoridades civiles. A la edad de 75 años terminó sus días en Lecce, soportando con admirable serenidad, una diabetes complicada de disturbios cardiocirculatorios y una esclerosis generalizada. Murió santamente, después de haber recibido todos los auxilios religiosos y la bendición del arzobispo Trama, rodeado por muchos sacerdotes, sus Hermanas y sus queridos sordomudos. Fue beatificado por Juan Pablo II el 12 de mayo de 1996 y canonizado por SS Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006 en la Plaza de San Pedro. INDICE
Beatos ANTONIO ZAWISTOWSKI y ESTANISLAO STAROWIEYSKI. M. 1942. Martirologio Romano: Cerca de Munich, Alemania, beatos Antonio Zawistowski sacerdote, y Estanislao Starowieyski, mártires, que, en tiempo de guerra, murieron por Cristo en el campo de concentración de Dachau entre atroces tormentos. Antonio nació en Strumiany, en el seno de una familia de terratenientes. Estudió en el seminario de Lublín y luego pasó a la Academia Eclesiástica de Petersburgo, donde se graduó. Fue ordenado sacerdote en 1906, y destinad como profesor al seminario de Lublín. Fue también coadjutor de la parroquia de la catedral, censor de libros y relator para la aplicación del "Código de Derecho Canónico", y se le honró con una canonjía en la catedral. Fue vicerrector del seminario. Dirigió la asociación de Damas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Publicó varios libros, y fue un excelente predicador y confesor.  Cuando la invasión alemana, huyó para evitar su arresto, pero en 1939, fue detenido y enviado junto con los obispos de la diócesis y otros sacerdotes al campo de concentración de Sachsenhausen, y un año más tarde lo enviaron al de Dachau. Aquí trabajó cuanto le fue posible en su ministerio sacerdotal de forma clandestina. Murió a consecuencia de un golpe que le dio el jefe del bloque. Todos admiraron su fe, caridad, responsabilidad y entrega.
 Estanislao nació en Ustrobna (Przemyél), Polonia, en el seno de una familia de la aristocracia polaca. Llegada la guerra de 1914, tuvo que incorporarse al ejército imperial, ya que su tierra pertenecía a Austria en aquellos momentos. Luchó en el frente y al terminar la guerra y recuperar Polonia su independencia se alistó en el ejército polaco y llegó a oficial de artilleria, y dos veces fue condecorado por su valor en la guerra contra los bolcheviques en 1920. En 1924 se casó con la condesa María Szeptycka de Labunie y se trasladó a vivir a Tomaszow. Tuvo 6 hijos a los que educó cristianamente. En 1931 organizó la Acción Católica y en 1935 fue nombrado presidente. El papa Pío XI le nombró su camarero secreto. Era un ferviente militante cristiano seglar. Al llegar la II Guerra Mundial, su distrito fue invadido por el ejército soviético, y al quererle hacerlo prisionero, consiguió huir. Luego llegaron los alemanes. Estaba en su finca de Nadolce, cuando en 1940 fue arrestado por la policia nazi. Fue enviado a la cárcel de Zamosc, y después a la de Lublín, y luego al campo de concentración de Sachsenhausen, y por último al de Dachau. Maltratado y enfermo, no soportó su cuerpo tantas miserias y murió al año de ser arrestado. Su arresto se debió a su militancia católica, no a su condición de militar. INDICE
Beato FRANCISCO PIANZOLA. (1881-1943). Martirologio Romano: En Mortara, de Pavia, en Italia, beato Francisco Pianzola, presbítero, fundador de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Reina de la Paz. Nació en Sartirana Lomellina (Pavía, Italia), en el seno de una familia de agricultores. Ingresó en el seminario de Vigevano y fue ordenado sacerdote en 1907 y fue destinado como rector al santuario de la Inmaculada de Vigevano, donde desarrolló una amplísima tarea apostólica. Estuvo animado por un ardiente espíritu evangélico, y supo salir al encuentro de las pobrezas espirituales de su tiempo con un valiente estilo misionero, atento a los más alejados y en particular a quienes trabajaban en el campo y en las fábricas, y a los jóvenes.  Del contacto vivo y profundo con la gente, de la que conoce el hambre, el sufrimiento de la mujer en los campos y en las fábricas, pércibe la voz de Dios que lo llama a realizar nuevas iniciativas apostólicas con el fin de que llegue a todos el Evangelio. Fundó la Congregación de Oblatos Misioneros Diocesanos de la Inmaculada y la Congregación de Religiosas Misioneras de la Inmaculada Reina de la Paz, estableciendo la casa madre en Mortara, la capital de Lomellina, para que “pequeños y pobres Jesús, siervos de almas pobres” fueran a buscar a los más alejados en las fábricas y en el campo, en la periferia, para asistirles y confortarles... colaborando al sacerdocio católico. Murió con gran fama de santidad en la casa generalicia de las religiosas de Mortara (Pavía) donde reposan sus restos. INDICE
OTROS SANTOS DEL DÍA:    Noemí. (Antiguo Testamento). Las noticias sobre su vida aparecen el libro de Rut. Es la mujer de Elimélec de Judá, madre de dos hijos: Majló y Kilión, y suegra de Orfá y Rut (bisabuela del rey David) y por una carestía tuvieron que emigrar a Moab. El libro de Rut no es un libro histórico, sino artística y con un fuerte contenido espiritual. El libro narra la historia de Rut, pero tiene unos pasaje interesantes relativos a Noemí, que al quedarse viuda como su nuera, le pide que regrese a su pueblo de Moaba, pero Rut sigue a su suegra a Israel con el entusiasmo de abrazar la fe en el nuevo Dios. Las palabras de Rut a Noemí, serán pronunciadas en los matrimonios posteriores: “Donde tu vayas iré yo, tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios”. Llegaron a Belén, y Noemí guiará a su nuera con prudencia y afecto, concertando, con artimañas legales, el matrimonio de Rut con el rico terrateniente, Booz, de cuya descendencia nacerá David. Noemí es delicada, atenta, fiel a la misericordia de Dios, e introdujo a Rut en la fe de Israel, con prudencia. A pesar de su fama su vida no fue acogida en los martirologios cristianos.   Ruth. (Antiguo Testamento). Su historia se encuentra en el libro homónimo del Antiguo Testamento. Y más que un relato histórico se considera un relato artístico. Era moabita, pagana, para los hebreos. Se casó con un judío Majlón, hijo de Noemí, y pronto se quedó viuda. Decidió volver con su nuera a la tierra de su esposo y abrazar su religión, a pesar de la oposición de Noemí. Rut la respondió: “... donde tu vayas, iré yo... tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios; donde tu mueras, yo moriré” (Rut 1, 16-17). Llegaron a Belén en tiempos de la siega de la cebada, y después de varias vicisitudes, se casó, por consejo de Noemí, con el rico terrateniente Booz, con el que tuvo a Obed, padre de Jesé y abuelo de David. Rut es una de las grandes mujeres del Antiguo Testamento, mostró una gran devoción hacia su suegra. Representa el perfecto modelo de conversión (“Destruiré toda idolatría dentro de mi”). Su nombre no consta en los martirologios de la Iglesia católica, sino en el “Sinaxario métrico ortodoxo”. San Quirino de Sisak. M. 309.  Martirologio Romano: En Sabaria (hoy Szombathely), de Panonia, pasión de san Quirino, obispo de Sisak, en el Illirico, y mártir, que bajo el emperador Galerio fue arrojado a un río con una rueda de molino atada al cuello. Obispo de Sisak (Croacia), que huyó ante la persecución, pero fue descubierto y detenido; fue condenado en Sabaria por el prefecto de Panonia, Amancio, a ser arrojado desde un puente con una rueda de molino atada al cuello sino sacrificaba a los dioses, a lo que se negó. La sentencia se cumplió ante un público atónito, el santo obispo permaneció largo tiempo a flote exhortando a todos al seguimiento de Cristo, hasta que su cuerpo se sumergió, con la oración en los labios. Prudencio escribió sobre su martirio. Sus Actas están muy poco retocadas. Su historia se confunde con otro Quirino, diácono, mártir en Roma y natural de Iliria. San Optato de Milevi. M. c. 385.  Martirologio Romano: En Milevi, en Numidia, conmemoración de san Optato, obispo, en cuyos escritos trató sobre la universalidad de la Iglesia, la necesidad de la íntima unidad de los cristianos y los errores cometidos por los donatistas. Era pagano del Norte de África. Quiso seguir la carrera militar, pero se convirtió y se hizo presbítero. Como obispo de Milevi de Numidia (Argelia), luchó contra los donatistas de Parmenio, a los que dedicó varios siete escritos apologéticos: “Contra Parmenianum Donatistam”, escrito hacia 365, es el principal: "Los sacramentos son santos por sí mismos no por los hombres que los administran". "Si vosotros (los donatistas) sois los únicos en alabar a Dios, entonces todo el mundo calla, desde el Oriente hasta el Occidente. Vosotros habéis tapado la boca a todos los pueblos cristianos, impuesto el silencio a todos los pueblos!". Fue muy alabado por los santos Agustín de Hipona y Fulgencio de Ruspe. San Alonio. s. IV-V. Anacoretaa que vivió en el desierto egipcio al final del siglo IV y en la primera mitad del siglo V, cohetáneo, pero más anciano, de los abades del desierto santos Poemón y Agatón. De él se conservan algunos dichos esparcidos en “Apophtegmata Patrum”, que lo demuestran sagaz maestro en la solución de cuestiones sutiles. En una ocasión parece que admitió la licitud de la mentira para salvar de la muerte a un criminal. Es conmemorado por los sinaxarios y menologios griegos. Santos Nicolás y Trano. s V.  Martirologio Romano: En Cerdeña, santos Nicolás y Trano, eremitas. Cuenta la tradición que en 1227 la Virgen María se apareció en un sueño a dos monjes franciscanos, a quien le dio instrucciones para el hallazgo de las reliquias de santos Nicolás y Trano, anacoretas, que al finales del siglo IV o principios del siglo V, decidieron retirarse a Luogosanto en la provincia sarda de Sassari para vivir como ermitaños en una gruta donde hoy surge el santuario. Cuando murieron se perdió cualquier rastro de ellos hasta el 1227 por esta aparición milagrosa de María. Los monjes franciscanos mientras se encontraban en el campo de Luogosanto, encontraron los cuerpos de los dos santos. Tras el reconocimiento de la autenticidad de las reliquias y las contribuciones de los devotos se erigieron la iglesia. San Gualterio de Servigliano. M. 1250. Martirologio Romano: En Servigliano, del Piceno, en Italia, san Gualterio (Walter), abad del monasterio de este lugar.
Parece que era romano de nacimiento. Se decantó por la vida religiosa para alcanzar mayor perfección, pero la vida del claustro no satisfizo sus ansias de santidad, así que junto al sacerdote Armando o Armeno, se retiró para vivir como ermitaño, primero en el valle de Marana y luego en la llanura de Valentella en el territorio de Servigliano en la Marca de Ancona. Después fundó y gobernó el monasterio benedictino de Serviglino, dedicándose a la asistencia de los enfermos. Aquí murió en odor de santidad y después fue canonizado por su culto inmemoriable. Sus reliquias fueron sustraídas por los habitantes de Áscoli, pero luego, en 1326, fueron devueltas por el papa. Actualmente reposan en la Colegiata de San Marco en Servigliano. INDICE