Santoral del 10 de Agosto



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Beato Amadeo de Silva y Meneses
San Lorenzo, Mártir
Beato ARCÁNGEL DE CALATAFIMO PIACENTINI
Beatos CLAUDIO JOSÉ JOUFFRET DE BONNEFONT, FRANCISCO FRANÇOIS y LÁZARO TIERSOT.
Beato JOSÉ TOLEDO PELLICER. (1909-1936)
Beatos JUAN MARTORELL SORIA y PEDRO MESONERO RODRÍGUEZ. M. 1936.
Beatos FRANCISCO DRZEWIECKI y EDUARDO GRYZMALA. M. 1942.
OTROS SANTOS DEL DÍA


Institución de la Orden de Nta. Señora de las Mercedes
Santos: Autor, Hugo, Blano, obispos; Basa, Paula, Antagónica, Jacobo, Abrahán, Juan, Beso, Ireneo, Aurelio, Asteria, mártires.



SAN LORENZO, Diácono Mártir 
El que ama su vida, la perderá,
mas el que aborrece su vida en este mundo,
la conservará para la vida eterna.
(Juan, 12, 25).


San Lorenzo, diácono de la Iglesia de Roma, viendo al Papa San Sixto marchar a la muerte, le dijo con tristeza: "Oh padre mío, ¿adónde vas sin tu hijo?
 -No te abandono, respondióle el pontífice, me seguirás dentro de tres días".
 En efecto, Lorenzo fue prendido; y como le pidiesen los tesoros de la Iglesia, llevó ante el tirano a los pobres a quienes se los había distribuido, diciendo: "He aquí los tesoros de la Iglesia". Fue colocado sobre una parrilla ardiente, y, poco después, dijo al perseguidor: "Dadme vuelta, estoy bastante cocido de este lado". Lo dieron vuelta, y añadió poco después: "Está bastante cocido; podéis comer". Murió en el año 258, bajo Valeriano dando gracias a Dios por la merced que le concedía de poder sufrir por Él.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SAN LORENZO

I. De tal modo abrasaba a San Lorenzo el amor de Dios, dice San Agustín, que su cuerpo no sentía las llamas que lo consumían. Cuando se ama a Dios, no se ama el cuerpo ni los placeres carnales; se desprecia la vida y se desea la muerte. Siendo así, oh Dios mío, ¡cuán débil es mi amor por Vos! ¡Qué mal he aprovechado el tiempo que me concedéis! Es perder la vida no amar a Dios. (San Agustín).

II. Su paciencia es admirable: no espera los tormentos, sale a su encuentro; sube al instrumento de su suplicio como a un carro de triunfo; urge a sus verdugos a que vuelvan su cuerpo para aumentar sus sufrimientos. Si amas tu cuerpo, si lo acaricias en esta vida, menester será experimentar en la otra o los fuegos del infierno o los del purgatorio. ¿Quién no preferiría arder una hora con San Lorenzo a soportar toda una eternidad el fuego del infierno? (San Agustín).

III. San Lorenzo eleva su mirada al cielo y agradece a Dios el honor que le hace de aceptar el sacrificio de su vida. En tus aflicciones, imita su ejemplo: dirige tus miradas al cielo para pedir a Dios la gracia de sufrir con valentía; agradécele que ejercite tu paciencia y te juzgue digno de sufrir algo por Él. ¡In grato! ¡no agradeces a Dios sino cuando te concede favores temporales! El mayor presente que Dios puede hacerte es la santidad, y la santidad no se ad quiere sino por los sufrimientos.

El amor de Dios
Orad por el Papa.

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente, que habéis dado a San Lorenzo la gracia de triunfar de las llamas que lo consumían, dignaos extinguir en nosotros el fuego de las pasiones culpables. Por J. C. N. S. Amén.


Beato Amadeo de Silva y Meneses
Sacerdote Fundador

Incluido en la historia y santoral pacense. Hermano de Santa Beatriz Silva y Meneses, fundadora de la Orden de las Concepcionistas.

Nació c. 1431 y le imponen por nombre Juan. Hijo del Alcalde de Campomayor y Uguela Ruiz Gomez de Silva y de Isabel de Meneses. Formó parte de una familia cristiana de once hijos

A los dieciocho años ingresó en el monasterio Jerónimo de la Puebla de Guadalupe. Monje ejemplar que desempeñó los cargos más humildes. Los deseos de martirio le llevaron a Granada; pero vuelve a Guadalupe.

El 11 de diciembre de 1452 obtiene la obediencia del Prior, Gonzalo de Ilescas, para poder trasladarse a Asís, en donde cambia el hábito blanco por el pardo.

Residió en Roma e inició su fundación en Catelleone di Cremona en 1464. Rechazado por los frailes de las demás familias, contó con el apoyo del ministro general Francisco della Rovere (1464-1469), del que parece que fue su confesor. Elegido papa con el nombre de Sixto IV, Della Rovere no dejó de favorecerlo, concediéndole la iglesia romana de San Pedro en Montorio.

De ese modo, los amadeitas se instalaron en Milán, Lodi, Génova, Foligno, Asis, en Italia central y septentrional y en España, pero no llegaron a tener más de treinta casas.
Deseando hacer una visita a todos sus frailes, llegó al convento de Santa María de la Paz en Milán, donde murió el 10 de agosto de 1482. Su congregación permaneció siempre bajo la obediencia de los ministros generales y provinciales, hasta su supresión en 1568.

Su tumba, mandada a construir por el rey Luis XI de Francia, pronto comenzó a recibir visitas de muchos devotos, fueron cuatro siglos de culto ininterrumpido, hasta que su tumba fue destruida durante las invasiones francesas, aunque se conoce el sitio donde estaba.
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San LORENZO. M. 258.
Martirologio Romano: Fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir, que deseó ardientemente acompañar al papa Sixto II en su martirio. Según cuenta san León Magno, recibió del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, y él, burlándose, le presentó a los pobres en cuyo sustento y abrigo había gastado abundantes riquezas. Por la fe de Cristo, tres días más tarde superó el tormento del fuego, y el instrumento de su tortura se convirtió en distintivo de su triunfo, siendo enterrado su cuerpo en el cementerio de Campo Verano, que desde entonces fue llamado con su nombre.

Según la leyenda había nacido en Huesca y que sus padres fueron santos Orencio y Paciencia. Marchó a Roma y allí pronto fue primer diácono del papa san Sixto II (257). Fue el encargado de administrar los bienes de la comunidad y de atender a los pobres. Se cuenta que por humildad lavaba los pies de los cristianos y habría curado a una viuda, santa Ciríaca, del dolor de cabeza y dado la vista a un ciego mediante el bautismo. En la persecución de Valeriano, el 6 de Agosto, fue detenido con el Papa y los otros diáconos; a Lorenzo se le retuvo unos días con la esperanza de que entregara los bienes de la Iglesia, pero ya el Papa había dispuesto que los bienes fueran entregados a los pobres. Hay que decir que en esta persecución solamente fue dirigida contra los dignatarios de la Iglesia: el Papa, obispos, sacerdotes y diáconos; los fieles fueron excluidos

San Ambrosio nos cuenta que nuestro santo habló así al Papa cuando éste iba hacia el martirio: "¿Hacia qué metas te diriges, padre santo, sin tu diácono? Tú no has tenido nunca la costumbre de ofrecer el sacrificio sin tu diácono. ¿Qué te ha disgustado en mí, padre? ¿Me has encontrado indigno por ventura? Pruébame y ve si has elegido a un ministro indigno para la distribución de la sangre del Señor. ¿Le negarás quizá a aquel que has admitido a los sagrados misterios que sea tu compañero para derramar su sangre?". Sus captores esperaron que Lorenzo les entregara los tesoros de la Iglesia, pero el santo diácono rehusó, presentándose con una turba de pobres: "He aquí los tesoros de la Iglesia". Su martirio, en una parrilla harán de él una leyenda, sobre todo cuando estando en el suplicio le dijo al verdugo: "Dame la vuelta: este lado ya está bastante hecho". Sus últimas palabras fueron: "Te doy gracias, Señor mío, porque he merecido atravesar la puerta de tu Reino." Los historiadores creen que Lorenzo fue decapitado como el Papa y los otros diáconos.

Su festividad fue durante siglos la más importante del santoral después de la de san Pedro y san Pablo. Su muerte debió producir una profunda impresión en los cristianos romanos, "su muerte -dice Prudencio- fue la muerte de la idolatría, porque desde entonces ésta empezó a desaparecer". Patrón de Huesca. FIESTA.
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Beato ARCÁNGEL DE CALATAFIMO PIACENTINI. M. 1460.
Martirologio Romano: En Alcami, en Sicilia, beato Arcángel de Calatafino Piacentini, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, insigne por su austeridad de vida y su amor a la soledad.

Natural de Calatafimo en Sicilia. Descendiente de la noble familia Piacentini o Piacenza. Huía del mundo y el mundo corría detrás de él. Siendo aún "muy joven", abandonó su hogar para vivir como ermitaño en la soledad de las montañas. Fue tal su vida de austeridad, oración y penitencia que -aun aislado- pronto acudieron a conocerle y a recibir su bendición o un consejo numerosas personas. Para continuar en su soledad rindiendo tributo al Creador, se trasladó a Alcamo; sin embargo, resultó inútil su deseo, ya que pronto su fama de santidad llegó a las poblaciones vecinas, por lo que volvió a recibir la visita de innumerables fieles.

Fue entonces que se enfrentó a la disyuntiva de permanecer aislado en oración o acompañar a los fieles y auxiliarles en sus necesidades espirituales y materiales, pues los vecinos del lugar le pidieron dirigir el abandonado hospital de la ciudad. Al optar por lo segundo, dedicó todas sus fuerzas a reconstruir el nosocomio, el cual al poco tiempo fue remodelado en su totalidad y empezó a brindar servicios de salud de calidad a quien a él recurría. Cuando el hospital estuvo listo de la forma más que adecuada decidió, una vez más, retirarse a una cueva a continuar su vida de ermitaño; esta vez fue el decreto del Sumo Pontífice Martín V, el cual suprimía a los ermitaños de Sicilia, lo que le hizo dejar su retiro e ingresar con los Hermanos Menores (franciscanos) de Palermo, donde cursó el noviciado.

Por su vida llena de virtudes, fue elegido ministro provincial en la Orden, labor en la que destacó. Al concluir este cargo, regresó a Alcamo para fundar el monasterio de Santa María de Jesús, anexo al hospital por él reconstruido. Sin precisarse fecha, fue ordenado sacerdote y continuó su ejemplar vida plena de oración, austeridad, penitencia y servicio al prójimo. Sus dotes de orador le llevaron a recorrer gran parte de su país, logrando la redención de pecadores y la conversión de muchas almas. Entregó su vida al Creador en el monasterio citado. Gregorio XVI confirmó su culto en 1836.
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Beatos CLAUDIO JOSÉ JOUFFRET DE BONNEFONT, FRANCISCO FRANÇOIS y LÁZARO TIERSOT. M. 1794.
Martirologio Romano: En el brazo de mar que une a Rochefort en la costa francesa, beatos Claudio José Jouffret de Bonnefont, de la Compañía de los sacerdotes de San Sulpicio, Francisco François, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchios, y Lázaro Tiersot, de la Orden Cartuja, sacerdotes y mártires, que, durante la revolución francesa fueron recluidos en una sórdida galera y sufrieron el martirio por su sacerdocio.

El 10 de agosto de 1794 perecieron en los pontones de Rochefort, por su fidelidad a Cristo y a su Iglesia, tres sacerdotes: Claudio José Jouffret de Bonnefont, perteneciente a la Sociedad de San Sulpicio, Francisco Francois, franciscano capuchino, y Lázaro Tiersot, monje cartujo. Los tres fueron beatificados el 1 de octubre de 1995 por Juan Pablo II. Éstos son sus datos personales:

Lázaro Tiersot nació en 1739 en Semuren-Auxois, Cóte-d'Or, Francia, hijo de un comerciante. Ingresó en la cartuja de Nuestra Señora de Fontenay, en la que profesó el 18 de diciembre de 1769. Recibió oportunamente la ordenación sacerdotal, y vivía la vida profunda y escondida de los monjes cartujos cuando la Revolución Francesa suprimió los monasterios y se vio obligado a dejar su cartuja. En su convento tenía el cargo de vicario. Se retiró a la ciudad de Avallon.

Habiéndose negado a prestar el juramento constitucional, fue arrestado el 19 de abril de 1793. Pero los administradores del distrito, comprobando que los sacerdotes detenidos no habían perturbado el orden público, aconsejaron enviarlos a los consejeros generales para confirmar la medida. Llevado a Auxerre, se le juzgó apto para la deportación y con otros catorce compañeros sacerdotes fue enviado en abril de 1794 a los pontones de Rochefort, siendo embarcado en el Washington. Se cree que su enfermedad se debió a que no se acostaba de noche para no quitar sitio a sus compañeros vecinos que lamentaban que apenas se podían estirar cuando se acostaban. Se le propuso ir al hospital pero él respondía que quería morir entre sus hermanos. Obligado a ir, pareció mejorar, pero él mismo anunció su muerte. Mostró gran paciencia, dulzura y espiritualidad.

Claudio José Jouffret De Bonnefont nació en Gannat, Allier, Francia, en 1752. Con 23 años entró en el seminario diocesano de Clermont, del que pasó muy pronto a la Sociedad de San Sulpicio, en la que se ordenará sacerdote. Fue superior del filosofado en el seminario de Orleáns, hizo su tiempo de soledad en la casa sulpiciana de Issy, luego pasó a Tulle y luego a Clermont; por fin el 23 de febrero de 1790 fue nombrado superior del seminario menor de Autun. Al llegar el «obispo constitucional» en 1791, los superiores y alumnos de su seminario lo recibieron muy mal y terminan por irse, yéndose Claudio José el 10 de mayo. Seguidamente abandona Autun y se instala en Moulins.

En carta suya del 16 de septiembre de 1792 explica al ministro de Justicia por qué no se le puede exigir el juramento de fidelidad a la “Constitución Civil del Clero”. Jouffret estaba bajo sospecha, se interceptaba su correspondencia y, al descubrirse que se carteaba con un deportado, fue arrestado y llevado a la cárcel de Moulins. Para impedir que lo envíen a Rochefort, alega su mala salud y pide que se le haga un examen médico. El médico que lo examina determina que tiene una doble hernia y que no debe ser deportado, pero pese a ello sale para Rochefort en el convoy que deja Moulins el 25 de noviembre de 1793. Pasa un tiempo en Saintes, y está en abril en Rochefort. Llevado al barco “Les Deux Associés”, se preparó a la muerte con total entrega a la voluntad de Dios y gran paciencia. Persona afable y de dulce carácter, prudente y pacífico, dejó por sus virtudes una honda impresión en sus compañeros. Fue enterrado en la isla de Aix.

Francisco Francois nació en Nancy en 1749, y en su adolescencia ingresó en la Orden capuchina. Hecho el noviciado, profesó solemnemente el 24 de enero de 1769 con el nombre de fray Sebastián en el convento capuchino de Saint-Mihiel en Lorena. Como escolástico estuvo en Pont-á-Mousson, pasando luego por los conventos de Nancy y Commercy, y recibiendo oportunamente el sacerdocio. Su último destino fue Nancy.

Se presentó espontáneamente al Comité de vigilancia de Nancy, que el 9 de noviembre de 1793 lo arrestó y envió a la cárcel. El 26 de enero de 1794 era declarado sano y capaz por tanto de ir a la deportación, al haberse negado a prestar el juramento constitucional. En mayo de ese año ya estaba en Rochefort. Religioso lleno de piedad y que había cumplido con mucha escrupulosidad sus deberes conventuales, dio gran ejemplo de piedad, vida de oración y paciencia. Llevado al llamado pequeño hospital, se le halló muerto, de rodillas y con las manos juntas. Fue enterrado en la isla de Aix.
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Beato JOSÉ TOLEDO PELLICER. (1909-1936)
Martirologio Romano: En el lugar llamado El Saler, cerca de Valencia, en España, beato José Toledo Pellicer, presbítero y mártir, que configurado con Cristo, Sumo Sacerdote, imitó con su triunfo en el martirio a Aquél a quien había amado y adorado.

Nació en Llaurí, Valencia. Hijo de labradores muy católicos, hizo el bachillerato en los Escolapios de Alzira. Después ingresó en el seminario de Valencia. Ordenado en 1934, se entregó con ilusión al ministerio: orquesta, patronato, Acción Católica, círculos de estudios, catecismo y predicación, fueron sus actividades preferidas. Coadjutor de Banyeres. Como desde febrero se rumoreaba que iban a quemar la iglesia, los coadjutores se llevaban el Santísimo a sus casas y así, cuando el 22 de julio de 1936 le exigieron las llaves de la iglesia, no fue profanado el sacramento. Seguidamente los sacerdotes y algunos fieles consumieron las hostias consagradas. El beato José se marchó con otro sacerdote a Bocairente pero allí fueron arrestados y devueltos a Bañeres, ingresando en la cárcel. El día 27 fue la quema de las imágenes de la iglesia y los sacerdotes esperaron el martirio; por ello se confesaron el uno al otro. Al otro sacerdote lo pusieron en libertad, y a José lo dejaron salir el 5 de agosto pero a condición de irse a su pueblo de Llaurí.

A los dos días de estar allí salió un bando obligando a todos los sacerdotes a presentarse y fueron enviados a trabajar al campo. A José le asignaron cortar aliagas y malezas en el monte. Debió presenciar la quema de objetos sagrados y del archivo de la parroquia. El 10 de agosto por la mañana se le hizo subir a un camión; él vio claro que era su fin y dejó sus enseres a un amigo para que se los diera a su madre. Aquel mismo día fue fusilado en El Saler de Valencia.

Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia de los años 1936-1939.
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Beatos JUAN MARTORELL SORIA y PEDRO MESONERO RODRÍGUEZ. M. 1936.
Martirologio Romano: En Valencia, también en España, beato Juan Martorell Soria, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir, que en la persecución sufrió el martirio. Con él se conmemora también al beato Pedro Mesonero Rodríguez, religioso de la misma Sociedad, que en la aldea Vedat de Torrent, en el territorio de Valencia, en un día no conocido, fue coronado por su testimonio de Cristo.

Juan Martorell Soria nació en Picassent, Valencia, en 1889. Profesó como religioso salesiano en 1914 y al acabar sus estudios fue ordenado sacerdote el año 1923. Pasó los cinco años siguientes en diversos colegios salesianos hasta que en 1928 lo enviaron al colegio de Valencia, como párroco de la iglesia aneja de San Antonio Abad. Fue un párroco excelente, entregado con gran celo al bien de sus feligreses, especialmente de los más pobres. Organizaba con mucho interés el catecismo de los niños, visitaba a los enfermos y atendía a todos sus deberes con plena dedicación.

Cuando en julio de 1936 los religiosos fueron llevados a la Cárcel Modelo, él estuvo con ellos, y una vez liberado buscó un sitio donde refugiarse, pero no lo halló y fue nuevamente detenido. Volvió a su colegio, esta vez convertido en checa, y allí lo pudieron ver ensangrentado y acurrucado en un rincón. Fue sacado la noche del 10 de agosto y eliminado, sin que se haya podido saber el paradero de su cadáver.

Pedro Mesonero Rodríguez nació en 1912 en Aldearrodrigo, Salamanca, en el seno de una familia humilde con inquietudes cristianas. Su padre, José Mesonero, era herrero de profesión. Pedro inició sus estudios sacerdotales en el Seminario Salesiano de Campello. Terminados sus estudios en Campello hizo el noviciado en Gerona, profesando en la Congregación Salesiana el 3 de agosto de 1931. Pedro empezó sus estudios de Filosofía, realizando su trienio práctico en la casa de Mataró, pasando luego a Valencia, en donde le sorprendió el Alzamiento Nacional.

Llevado con los demás a la Cárcel Modelo y liberado el 29 de julio, se fue con don Fidel Martín a buscar refugio. Estuvieron en Meliana y luego en Torrente; luego él solo se fue a Almácera. Allí acudió al comité local en busca de un salvoconducto pero comprendió que había sido un error y procuró huir. Un grupo de milicianos de Meliana lo reconoció, lo apresó y lo mató de un disparo. No se sabe con exactitud la fecha de su muerte.
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Beatos FRANCISCO DRZEWIECKI y EDUARDO GRYZMALA. M. 1942.
Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich en Alemania, beatos Francisco Drzewiecki, de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, y Eduardo Gryzmala, sacerdotes y mártires, que, de origen polaca, durante la devastación de la patria en tiempos de guerra fueron encarcelados en una prisión extranjera por sus perseguidores y alcanzaron a Cristo ejecutados en una cámara de gas.

Francisco nació en Zduny, en los límites de Lowicz. Conoció a Don Orione en Italia, donde terminó su formación y trabajó pastoralmente en el Pequeño Cottolengo de Génova. En 1939 regresó a su Polonia natal para ayudar en la parroquia y el cottolengo de Woclawek. Sin dudas fue un llamado del Señor.

Allí lo sorprende el estallido de la guerra. Cuando el ejército alemán invade Polonia, el P. Francisco -junto a monjas orionitas- acoge a la población perseguida en las instalaciones del cottolengo.

Poco tiempo después es hecho prisionero junto a otros sacerdotes y seminaristas y conducido al campo de concentración de Dachau, donde realizaban trabajos forzosos 2500 eclesiásticos. Una carta fechada el 13 de septiembre de 1942 y firmada por un oficial del servicio de inteligencia nazi daba cuenta de la muerte del P. Francisco.

Un compañero suyo, José Kubicki, también religiosos orionita y sobreviviente al encierro en Dachau, recuerda el último encuentro que tuvo con Francisco: "El padre Drzewiecki me dijo: '¡Adiós, José! Partimos. No te pongas triste. Nosotros hoy, tú mañana...' Y con gran calma pudo agregar: 'Nos vamos, pero ofrecemos como polacos nuestra vida por Dios, por la Iglesia y por la Patria'. Y no regresó nunca más". Murió en el campo de concentración de Dachau.

Eduardo nació en Kolodziaz. Desde 1922 vivió en Wloclawek, donde recibió la influencia del padre Bogdanski, el organizador de los scouts en Polonia, y de Janina Zalewska, persona profundamente religiosa dedicada al trabajo social. En 1931 fue ordenado sacerdote, marchando a Roma, donde se doctoró en Derecho canónico por la universidad Gregoriana. Fue catequista en Konin, Polonia, vicario en Kalisz y en 1938 prefecto del instituto estatal de mecánica. Fue también defensor del vínculo y secretario segundo de la curia episcopal de sus diócesis. Al llegar la II Guerra Mundial se estableció en Aleksandrów Kujawski, nombrándole el obispo, desde su destierro, vicario general de la región septentrional de la diócesis. En 1940 fue arrestado por la Gestapo e internado en el campo de concentración de Dachau, cuyas condiciones de vida arruinaron su salud. Declarado invalido para el trabajo fue asesinado en la cámara de gas.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
Santos Mártires de Alejandría.

Martirologio Romano
: Conmemoración de los santos mártires, que en Alejandría de Egipto, durante la persecución del emperador Valeriano, fueron sometidos a múltiples y refinadas torturas por el prefecto Emiliano, consiguiendo con varias clases de muerte la corona del martirio.
San Dionisio de Alejandría ha dejado un pintoresco relato sobre todos estos mártires. M. 257.

San Besso. M. c. 286.

Según la tradición, era un soldado de la Legión Tebana, convertido al cristianismo. Al rededor del 286, el emperador Maximiano se encontraba con sus tropas en Agauno (hoy Saint-Maurice en Suiza). Los soldados cristianos de la Legión Tebana, fueron masacrados porque rechazaron sacrificar a los dioses paganos. A la masacre se salvaron sólo pocos legionarios, que vagaron por los montes llevando el mensaje de la nueva fe. Estos soldados, a menudo martirizados, fueron los primeros evangelizadores de muchos valles de los Alpes occidentales. Besso convirtió a un gran número de montañeses de Val Soana, hasta que fue capturado y arrojado desde el Monte Fautenio. Murió dejando milagrosamente su impronta sobre la roca, donde ahora surge un santuario dedicado a él. Es el patrono de Campiglia, Valprato Soana y Gogne en Turín.

San Geraint I. M. 508.

Hijo de san Erbino, era rey de Dummont (Devon); padre de Edgyn y san Cungar y abuelo de san Gildo el Sabio. Geraint era uno de los tres Llyngesoy o "patronos de la flota" de Britania, que armó sus naves para defender las costas de su reino de los piratas sajones e irlandeses. Combatiendo contra estas incursiones, que guiados por Cedric, habían penetrado en Panet, cayó en la batalla en Longport o Longborth. Él y su mujer Enid son protagonistas de muchas leyendas románticas.

En Llynwarch Hen se le atribuye una elegía sobre su muerte en la que se le define como "un héroe de la tierra de Dyfnaint", esto es de Devon. C.W. Boase dice que era rey de Damnonia (Devon y Cornualles) mientras que otros autores lo mencionan como el señor de Gereinwg, la "tierra de Geraint", que se identifica con Erging o Archenfield (Herefordshire). Probablemente su muerte en la batalla contra los piratas hizo que se pensara en él como un mártir y en el “Libro de Llan Dav” se hace mención de un "mártir Geryn" y una capilla situada en el lugar de la batalla. Se recuerda a Geraint como el héroe del romance de “Gereint et Euid”, del segundo “Mabinogion”, del cual se inspiró Tennyson en sus “Idylls of the King”.

San Blano. M. 590.

Martirologio Romano: En Dumblan, en Escocia, san Blano, obispo. Obispo de Dunblan en Escocia y discípulo de santos Congal y Kenneth. Sobrino de san Catán. Los escoceses le deben grandes cosas y hay dudas sobre las verdaderas fechas de su vida.

Santa Plectrude. M. 725.

Nació en el seno de una noble familia franca en las cercanías de Tréveris. Su padre, Hugoberto, pariente del santo obispo san Teodardo, en el 705, fue elegido obispo de Maastricht y su madre fue, como hoy está reconocido, santa Irmina, que murió como abadesa de Oren. Presunta esposa del mayordomo de palacio Pipino de Heristal, ejerció sobre él una beneficiosa influencia y del matrimonio nacieron dos hijos, que murieroz precozmente. Su matrimonio estuvo empañado con la presencia de la concubina Alpaida, de la que nació Carlos Martel

Participó de forma determinante en la fundación, en el 697-98, del monasterio de Echternach, en la actual Luxemburgo, que fue confiado a san Willibrordo, y el de Kaiserswerth con la ayuda de san Suitberto. De estos dos centros partieron misioneros anglosajones destinados a la conversión de los frisones. En el 714, después de la muerte de Pipino, confió la regencia a Carlos Martel y se retiró a Colonia, donde fundó el convento de monjas de Santa María del Capitolio y su iglesia, que ella había fundado en Colonia y donde fue enterrada. Su culto se limitó al convento e iglesia de Santa María del Capitolio.

San Erik IV. (1216 - 1250).

Primer hijo de Valdemar Sejr y de Berengaria, nació en Dinamarca. Duque de Sonderjylland en 1218, y luego en 1232 fue elegido rey de Dinamarca, pero comenzó a reinar en 1241. Su hermano Abel se negó a reconocerlo, lo que les llevó a una guerra fratricida y la mayor parte de Sonderjylland fue devastada.

En 1249 promovió una cruzada en Estonia y para sostener la empresa estableció un impuesto sobre cada arado, provocando la rebelión de Scania, la parte meridional de la actual Suecia, que entonces pertenecía a Dinamarca. De este impuesto derivó su sobrenombre de “Plovpennings”, con el que ha pasado a la historia (de “plov”= arado y “penning”= moneda, dinero). La cruzada fue cancelada. Parecían apaciguados los ánimos, cuando Erico atacó a Abel en su territorio para obligarle a que le reconociera como soberano, como así lo hizo; al poco tiempo Abel se vengó de su hermano mandando unos asesinos que lo decapitaron y arrojaron su cadáver al mar.

Su muerte y la suerte que corrieron sus asesinos (todos murieron violentamente), hizo que el pueblo danés lo considerase un mártir y muchas confraternidades surgieron con su nombre. Su trágica muerte inspiró al gran poeta danés Ohlenschlager (1779-1850) para su drama "Erico y Abel". Sus restos reposan en la iglesia dominica. Su culto es popular.

Agustín Ota. Beato. (c.1572 - 1622)
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Martirologio Romano: En la ciudad de Iki, en Japón, beato Agustín Ota, religioso de la Compañía de Jesús y mártir, que fue decapitado por su fe en Cristo. Nacido en Ogica en la isla Goto, fue educado en un monasterio de bonzos: A los 15 años fue a la isla de Ota, donde aprendió a rezar el padrenuestro. Bautizado por los jesuitas, con los que colaboró con toda generosidad. Catequista elocuente. Al morir su mujer, sin hijos, se convirtió en brazo derecho y boca del beato Camilo Constanzo. Al arreciar la persecución en 1621 volvieron los dos a la isla Goto, donde fueron apresados por la traición de un falso convertido.

La isla no pertenecía al reino de Firando y por tanto allí la detención sería ilegal, pero el administrador de la misma se los entregó, y volvieron con ellos al reino de Firando. Tras el interrogatorio, los llevaron a la isla de Ikinixima donde quedaron encarcelados. Se dio cuenta a la capital y se esperó la respuesta. Desde la cárcel Agustín escribió al P. provincial de la Compañía de Jesús solicitando su admisión en la Orden, pero la carta no le llegó al padre hasta el día antes de la muerte del catequista. Lo admitió como novicio, y al día siguiente Agustín fue decapitado en Iki el día de San Lorenzo, su cuerpo fue arrojado al mar. Fue beatificado el 7 de julio de 1867 por el papa Pío IX.
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