Miguel de los Santos, Santo Trinitario
San Macario, Obispo y Confesor
Fulberto de Chartres, Santo Obispo
Santa Margarita de Canossa
Otros santos del día
SAN MACARIO, Obispo y Confesor
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
(Mateo, 5, 5).
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
(Mateo, 5, 5).
A causa de sus extraordinarias virtudes fue elevado San Macario a la dignidad de patriarca de Antioquía. Con el fin de huir de los honores, abandonó esta ciudad yendo en peregrinación a Jerusalén. Capturado por los sarracenos, logró escapar y se fue a Flandes donde murió gloriosamente cuidando enfermos de peste. Tenía siempre a mano un pañuelo, para secarse las lágrimas que le hacían derramar los pecados de su pueblo. Murió en Gante, el 10 de abril de 1012, en el monasterio de San Bávon. Se lo invoca contra la peste.
MEDITACIÓN SOBRE CUÁL DEBE SER EL MOTIVO DE NUESTRAS LÁGRIMAS
I. Llora tus miserias: el mundo es un valle de lágrimas, lleno de innúmeras calamidades, donde los placeres mismos son fuente de mucho llanto; nuestros cuerpos son la prisión de nuestras almas; nuestras enfermedades son los verdugos de nuestro cuerpo; no es nuestra vida sino una serie continua de dolores y aflicciones. Nacemos y vivimos en lágrimas, morimos en dolores, suspiros y sollozos. Con todo amamos esta vida, y huimos de la muerte que debe poner término a nuestros dolores y a nuestras lágrimas.
II. Llora tus pecados como David, que bañaba el lecho con sus lágrimas, que mojaba su pan en llanto. ¡Si lloras la pérdida de un amigo, de un pariente, de un pleito, qué lágrimas no deberá arrancarte la pérdida del paraíso, que tus pecados te arrebataron! Llora también los pecados de los demás si amas a Nuestro Señor Jesucristo, porque esos pe cados de nuevo lo crucifican.
III. Consuélate, tú, que lloras por tus miserias y tus pecados. Pasa el tiempo de tu exilio, inadvertidamente te acercas a la patria. Dios enjugará todas tus lágrimas en el cielo; ya desde esta vida calma tu llanto, si mana del dolor de tus pecados. ¿Qué gozo puede compararse, en este mundo, al gozo de llorar nuestros pecados? Si es tan deleitoso llorar por Jesús, ¿qué no será regocijarse con Él? (San Agustín).
La compunción
Orad por los obispos.
ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Macario, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril10beatoscolombianossanjuandedios.mp3
San MIGUEL DE LOS SANTOS. (1591-1625).
Martirologio Romano: En Valladolid, en España, san Miguel de los Santos, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad, que se entregó por completo a obras de caridad y a la predicación de la palabra de Dios.
Miguel Argemir y Mitjana o Mitjá, nació en Vich, Barcelona, en el seno de una familia cristiana de tejedores de lana. Su padre era notario, y cuando se quedó huérfano tuvo que ponerse a trabajar de recadero en un comercio de Vich y después en una cordonería de Barcelona. En su niñez hizo voto de celibato y estudió gramática en el estudio general de Vich. Pero su primera vocación que era el de eremita solitario en el Montseny, tuvo que abandonarla porque todavía era un chiquillo; en los conventos de Vich le rechazaron, hasta que a los 12 años consiguió entrar como trinitario calzado en Barcelona. Estudió y se formó en Barcelona y Zaragoza, donde profesó en 1607. Pero no le gustaba la Orden por ser demasiada blanda, y al mes de la profesión, la abandonó.
En 1608, cuando contaba 16 años, recibió en el convento de Oteiza en Navarra, el hábito de la Orden de descalzos de la Santísima Trinidad redención de los Cautivos, que en aquellos momentos estaba reformando san Juan Bautista de la Concepción. Desde este momento su vida cambió totalmente; en Madrid realizó su noviciado y profesó en Alcalá de Henares donde tomó el nombre de Miguel de los Santos (1609). Fue trasladado a La Solana (Ciudad Real), Sevilla donde tendrá sus primeras experiencias místicas. En 1611 estudió Filosofía en la universidad de Baeza, y en 1614 inició sus estudios de Teología en la universidad de Salamanca. Recibió la ordenación sacerdotal en la ciudad de Faro, Portugal hacia 1615. Volverá a Baeza donde ejerció los ministerios de la predicación, del confesonario y de la dirección espiritual, hasta que en 1625, fue nombrado superior del convento de Valladolid, donde admiraron su santidad.
Maravilló por la fenomenología mística que siempre le acompañó: éxtasis, levitaciones, milagros... de manera que se le llamó "el extático", porque realizaba vuelos extáticos cuando se hallaba en oración o celebrando la Misa. El acontecimiento más extraordinario que se conoce de su vida fue el cambio místico de corazón con Jesucristo. Fue un hombre de profunda oración y de gran amor a la Eucaristía. Escribió "Tratado de la tranquilidad del alma". Murió en Valladolid, había sido un hombre de luces para el gobierno de la comunidad, escritor ameno, místico y buen predicador. Murió diciendo: "Creo en Dios, espero en Dios, amo a Dios, me pesa, Señor, de haberos ofendido" después de haber padecido calumnias y meses de cárcel. Murió en Valladolid a causa de unas fiebres tifoideas. Está enterrado en el convento de Valladolid. Patrón de Vich.
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Martirologio Romano: En Gante, en Flandes, san Macario, peregrino, quien, recibido entre los monjes de San Bavón, al año siguiente falleció consumido por la peste.
Se dice que nació en Antioquía de Pisidia en el seno de una familia cristiana que tenía dificultades para tener descendencia; Macario fue fruto de las oraciones de sus padres. Fue enviado al lado de su tío, el obispo de Antioquía, para que se educara. Su tío le eligió como su sucesor y subió a la sede episcopal de Antioquía cuando todavía era muy joven. Su elección fue aceptada por el pueblo, pero a él tuvieron que insistirle, ya que Macario se sentía profundamente indigno de ocupar ese puesto.
Una vez obispo, se entregó de lleno al cuidado de su grey. Fue un verdadero padre para todos. Su vida fue mortificada y entregada a la oración y al servicio de la caridad, olvidándose siempre de sí mismo. A todas partes llegó su acción caritativa y apostólica. Tuvo una especial sensibilidad hacia los enfermos de lepra a quiénes cuidó y en algunos casos curó. Lleno de humildad y con deseos de una mayor entrega, renunció al arzobispado y a todas sus prebendas. Se dice que sufrió el martirio de la crucifixión, pero salió milagrosamente indemne. Marchó a Occidente como obispo misionero y fue acogido por los benedictinos de Saint-Bavon en Gante, donde murió de peste. Sus restos reposan en la catedral de Gante. Su vida fue forjada en el siglo XI por los monjes de la abadía de Saint-Bavon de Gante.
Según A. Butler en su “Vida de santos”: san Macario no fue nunca arzobispo de Antioquía de Siria. Para huir de los honores que ponían en peligro su humildad -dice la leyenda-, Macario distribuyó sus posesiones entre los pobres y partió en una peregrinación a Jerusalén, donde los sarracenos le tomaron prisionero y le torturaron. El santo logró finalmente escapar y atravesó Europa, haciendo milagros. Según se cuenta, pasó por Mainz, Colonia, Malinas, Cambrai y Tournai, hasta llegar a Gante. Allí le recibieron hospitalariamente los monjes de Saint-Bavon en la casa de huéspedes del convento. San Macario fue víctima de la peste; como la epidemia cesó inmediatamente después de su muerte, tal como él lo había profetizado, se cree que san Macario se ofreció a Dios por los pecados del pueblo.
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Martirologio Romano: En Chartres, en Francia, san Fulberto, obispo, cuya doctrina nutrió a muchos, y con munificencia e ingenio comenzó la iglesia catedral, promoviendo la devoción a la Virgen María, Reina de Misericordia.
Se ignora su lugar de nacimiento exacto y la fecha del mismo pero se estima que podía ser originario de Picardía; parece que nació en el seno de una familia humilde. Discípulo y amigo, en Reims, de Gerberto de Aurillac (después Silvestre II).
Fue enviado luego a Chartres donde enseñó durante 20 años antes de ser nombrado obispo de esta ciudad a la edad de 50 años (en el año 1007). Fundó a instancias de san Odilón de Cluny, la escuela episcopal de Chartres, de carácter neoplatónico y neopitagórico, que destacó principalmente en filosofía, matemáticas y astronomía, además de teología; a la cual dio un prestigio que perduró durante toda la Edad Media, ya que fue poeta y estudioso que se dio en cuerpo y alma a la reforma cluniacense; compuso cantos a María; Fulberto profesó gran devoción a la Virgen, que fue siempre el centro de su espiritualidad..
Fue preceptor de Roberto, hijo del rey Hugo Capeto quien más tarde, ya como rey Roberto II de Francia, conocido como "el piadoso" le nombraría obispo de Chartres, en 1007. Fue un obispo consciente de la necesidad de independencia de la Iglesia. Fue consejero de numerosos príncipes y reyes, entre otros de Inglaterra, Hungría y Dinamarca. Reconstruyó la catedral de Chartres después de un incendio. Su carisma le permitió obtener financiación no solamente de los particulares y gremios de la ciudad, sino también de los grandes de Europa, incluidos algunos soberanos paganos como Knut, rey sajón de Dinamarca.
Fue un afamado maestro en Teología pero también enseñó gramática, retórica, dialéctica, aritmética y geometría. Fulberto fue calificado por sus contemporáneos como el "venerable Sócrates de la academia de Chartres". Un punto destacado requiere su enseñanza acerca de astronomía y del manejo del astrolabio, aprendido probablemente en Reims a través del arzobispo Gerberto quien había residido en Gerona y viajado por la España musulmana tomando contacto con la astronomía árabe. Debido tanto a su cargo y posición como a su profunda y extensa formación Fulberto mantuvo contacto constante y directo con los hombres más poderosos de su época.
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Martirologio Romano: En Verona, en el territorio de Venecia, santa Magdalena de Canossa, virgen, que espontáneamente renunció a todas las riquezas de su patrimonio para seguir a Cristo y fundó un instituto doble: el de las Hijas y el de los Hijos de la Caridad, para fomentar la instrucción cristiana de los niños.
Marquesa de Canossa. Natural de Verona Se llamaba Magdalena Gabriela. Hija de los marqueses de Canossa. Quedó huérfana de padre muy pronto, y el segundo matrimonio de su madre no fue feliz para ella, ya que la dejó en manos de una severa institutriz francesa. En su juventud estuvo gravemente enferma (1789) de una enfermedad misteriosa y una varicela. En el sufrimiento de la enfermedad y en el silencio de la convalecencia, sintió crecer dentro de ella la llamada de Dios y el deseo de entregarse a El. A los 17 años, entró en el convento de las carmelitas descalzas de Cornegliano, pero se salió dos veces, porque aquella no era su vocación, así que decidió volver a su casa.
Comprendió que la clausura no era su camino, y durante su enfermedad había reflexionado sobre el dolor de los hombres, sus necesidades y entonces sintió lo que llamó "el genio" de la caridad hacia el prójimo (fuese este enfermo, pobre, abandonado o huérfano). Su director espiritual, Luis Libera, la exhortó a ocuparse de los pobres de Verona, sin abandonar la casa paterna. A partir de 1795 se incorporó a un movimiento caritativo que se desarrollo en Verona a instancia de su obispo Juan Andrés Avogadro (un movimiento que contaría con sacerdotes y fundadores como san Carlos Steeb y Pedro Leonardi). Cuando tenía 33 años, buscando la perfección espiritual, entró en la Fraternidad Hospitalaria, dedicada a recoger dinero para asistir a los enfermos. Escribió, junto con Leonardi el reglamento.
Fundó la Compañía de la Inmaculada cuya asociación se proponía "ir vestidas según el propio estado, pero modestamente", e inscribió a sus amigas de la nobleza en otra Compañía llamada de los "tres soldi" porque esa era la cuota que debían entregar semanalmente para financiar las obras de caridad.
Magdalena, buscando una mayor perfección, se consagró a la educación de las niñas abandonadas. El contacto con los más pobres le hicieron concebir y fundar en Verona el Instituto de Hijas e Hijos de la Caridad (Canosianas) para el cuidado de los enfermos e instrucción de jóvenes. Así reunió en 1799 a numerosas muchachas abandonadas en una residencia del barrio de San Zeno, el de peor reputación e irreligioso de la ciudad. Les enseñaban moral y un oficio según la mentalidad de la época. Tuvo conflictos con su familia que no querían que viviese en un barrio tan marginal, pero después de mucho tiempo consiguió convencerlos y compraron el ex convento de Santos José y Fidencio sito en el barrio, donde se trasladó con sus compañeras. Fue una mujer entregada a la vida espiritual, tuvo experiencias místicas. Tuvo como director espiritual de su obra a san Gaspar Bertoni. Cuando Napoleón pasó por Verona la confundió con un ángel por sus obras de caridad. Tuvo contacto epistolar con muchos santos y fundadores de la época, que siguieron el mismo modelo de fundación como: Antonangelo y Marcantonio Cavanis, beato Antonio Rosmini, Leopoldina Naudet, Teodora Campostrini, beata Isabel Renzi, san Gaspar Bertoni y un largo etcétera.
Después de repetidos intentos negativos con Don Antonio Rosmini y con Don Antonio Provolo, hacia el fin de su vida, Magdalena consiguió empezar también el Instituto masculino que proyectó ya desde 1799. En Venecia, el 23 de mayo de 1831, abrió el primer oratorio de los Hijos de la Caridad para la formación cristiana de los jóvenes y de los adultos, entregándolo al sacerdote veneciano Don Francesco Luzzo, ayudado por dos laicos de Bérgamo: Giuseppe Carsana y Benedetto Belloni.
Magdalena acabó su intensa y fecunda existencia terrena a la edad de 61 años. Murió en Verona el 10 de abril de 1835. Fue beatificada por SS Pío XII en 1941 y canonizada el 2 de octubre de 1988, en la Plaza de San Pedro, por SS. Juan Pablo II.
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San Terencio y compañeros. M. 250.
Martirologio Romano: En África, santos Terencio, Africano, Máximo, Pompeyo, Alejandro, Teodoro y cuarenta compañeros, mártires que, bajo el emperador Decio murieron por su fe cristiana.
Mártir en Cartago, durante la persecución de Decio, siendo prefecto de África, Fortunaciano. Éste había publicado un decreto de persecución y condena al suplicio contra todos aquellos que no hubieran renegado del cristianismo. Hubo bastantes apostasías; Terencio era el más célebre de los del grupo, que eran unos 39 mártires, de los cuales sólo nos han llegado estos nombres: Africano, Pompeyo, Máximo, Alejandro, Teodoro. Los tuvieron en prisión en medio de serpientes y escorpiones y por fin decapitados. Aunque antes, para hacer caer la fe de Terencio, torturaron delante de él a algunos de sus compañeros.
Al final del siglo IV, durante el imperio de Teodosio el Grande, sus restos fueron trasladados a Constantinopla.
San Apolonio de Alejandría. s. IV.
Martirologio Romano: En Alejandría, de Egipto, san Apolonio, presbítero y mártir.
Apolonio era presbítero y murió mártir en Alejandría, con cinco compañeros, durante la persecución de Maximiano. Afrontaron el martirio con tanta serenidad que muchos se convirtieron. Finalmente fueron arrojados al mar, pero sus cuerpos fueron rescatados, y enterrados por los cristianos con honores.
No hay ninguna «Passio» digna de mención asociada a este mártir, y tanto la fecha como los hechos mencionados parecen bastante inciertos, excepto la existencia misma del mártir, la relación con Alejandría su carácter de presbítero y la persistencia del culto. Se le puede confundir con santos Apolonio y Filemón mártires en esta ciudad durante la persecución de Diocleciano que se celebra el 8 de marzo, así como este mismo santo asociado a Filemón, Ariano y Teótico que se celebran el 4 de marzo.
San Paladio de Auxerre. M. 658.
Martirologio Romano: En Auxerre, de Neustria, san Paladio, obispo, que fue abad del monasterio de San Germán y, recibido el episcopado, participó en muchos concilios y se dedicó a restaurar la disciplina eclesiástica.
Abad de la abadía de San Germán de Auxerre y, en el 622, fue nombrado obispo de la ciudad; fundó varios monasterios, se dedicó intensamente a cuidar la disciplina eclesiástica y participó en muchos concilios.
San Beda "el Joven". M. 883.
Martirologio Romano: En Gavelo, en el territorio de Venecia, san Beda el Joven, monje, que, después de estar sirviendo durante cuarenta y cinco años al emperador Carlomagno, eligió servir el resto de su vida al Señor en el monasterio.
Nació en la región alemana actualmente denominada Schleswig. Durante 15 años fue uno de los principales funcionarios de la corte de Carlos el Calvo de Francia, donde se distinguió por el cumplimiento perfecto de las misiones que se le confiaron, además por su conducta moderada y devota. Después decidió dejar las riquezas de este mundo y pidió permiso para alejarse de la corte.
Marchó a Italia, se hizo benedictino en la abadía de Gavello (Rovigo, Venecia), dirigida por el abad Guillermo. Tenía entonces cerca de 40 años; se ejercitó en el cumplimiento de la regla y en las severas prácticas penitenciales como si fuese un joven novicio, suscitando la admiración por su virtud. Quizás por esto se pensó en elegirlo como obispo; pero él rechazó siempre con gran humildad este honor. Después de 10 años en este monasterio murió ante el llanto de todos. Sus restos reposan en la iglesia del monasterio de San Benigno de Génova.
Antonio Neyrot. Beato. (1420-1460).
Martirologio Romano: En Túnez, en el norte de África, beato Antonio Neyrot, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, capturado por los piratas y conducido a África, apostató de la fe, pero, con la ayuda de la gracia divina, el día de Jueves Santo en la Cena del Señor retomó públicamente el hábito religioso, delito que expió muriendo apedreado.
Nació en Rívoli, Italia. Ingresó en los dominicos de Florencia y en esa época de su vida no destacó precisamente por su fervor. En un viaje de Sicilia a Nápoles fue apresado por unos corsarios y llevado a Túnez. Abrazó el Islam y contrajo matrimonio, pero ni su nueva religión ni su nuevo estado civil le hicieron feliz. Sabedor por mercaderes genoveses que su maestro san Antonino Pierozzi había muerto y hacía milagros, empezó a encomendarse a su intercesión y obtuvo la gracia de convertirse.
Retomó su hábito de dominico, y se dispuso a recorrer la ciudad de Túnez, proclamando su fe cristiana. Mientras lloraba sus pecados de rodillas ante al verdugo, la multitud impaciente se abalanzó sobre él, lo mató a pedradas y luego fue descuartizado por la espada. Después pasearon su cadáver por las calles hasta que lo quemaron. Antonio no tardó en ser venerado como mártir en Italia. Unos mercaderes genoveses llevaron a Italia las pocas reliquias que pudieron recoger. El culto al beato Antonio fue aprobado en 1767.
Bonifacio Zukowski. Beato. (1913-1942).
Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania, beato Bonifacio Zukowski, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártir, que durante la guerra, quebrantado por las torturas, por razón de la fe acabó su martirio en la cárcel.
Pedro nació en Baran-Rapa (Vilna), Lituania, en el seno de una familia polaca. De adolescente ayudaba a su padre en los trabajos del campo, pero sintiendo la vocaclón religiosa ingresó en los franciscanos conventuales de Niepokalanow en 1929. Hizo su profesión religiosa con el nombre de Bonifacio el 16 de julio de 1932. Permaneció en ese mismo convento una vez profeso, destinado al trabajo de la tipografía, participando en el apostolado de la prensa que su Orden llevaba adelante llegada la guerra mundial; con peligro personal puso a salvo las máquinas de la imprenta, pero él permaneció en el convento. De acuerdo con las enseñanzas de san Maximiliano Kolbe, ponía todo su empeño en conformarse a la voluntad de Dios.
Arrestado por la Gestapo el 14 de octubre de 1941 y llevado a la cárcel de la calle Pawiak en Varsovia. A primeros de enero siguiente fue deportado al campo de concentración de Auschwitz. Murió allí de pulmonía y por el trato inhumano recibido el 10 de abril de 1942. Fue beatificado el 13 de junio de 1999.
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