Santoral del 4 de Abril



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San BENITO MASSARARI
San PLATÓN
Beato JOSÉ BENEDICTO DUSMET
Beato FRANCISCO MARTO
San CAYETANO CATANOSO
OTROS SANTOS DEL DÍA





SAN ISIDORO, Obispo, Confesor y Doctor
Ya la segur está aplicada a la raíz de los árboles,
y todo árbol que no produce buen fruto
será cortado y echado al fuego.
(Mateo, 3, 10).

San Isidoro, sucesor de San Leandro, su hermano, en la sede arzobispal de Sevilla, fue el personaje más ilustre de la Iglesia de España y el alma y nervio de lo que se hizo en su tiempo para mantener la fe y las buenas costumbres. Sintiendo próximo su fin, se hizo conducir a la iglesia por dos obispos, uno de los cuales cubriólo con un cilicio, poniéndole el otro ceniza en la cabeza. Elevando, entonces, sus ojos al cielo, pidió perdón a Dios por sus pecados; y después de haber recibido el Santo Viático, se encomendó a la oración de los asistentes, perdonó a sus deudores lo que le debían e hizo distribuir entre los pobres el dinero que le quedaba. Murió el 4 abril del año 636, después de 37 años de laborioso episcopado, y fue enterrado en la catedral de Sevilla entre su hermano San Leandro y su hermana Santa Florentina.

MEDITACIÓN LA OCIOSIDAD

I. Huye de la ociosidad como de la madre de todos los vicios; mantente siempre ocupado en los deberes de tu profesi6n u oficio. Si no sabes en qué emplear tu tiempo, nunca te faltarán la oración y la lectura de los buenos libros. ¡El tiempo es muy precioso, la vida muy corta! ¡Ah! ¡qué no harían los condenados por tener un momento de este tiempo que tú pierdes, y con el cual podrías ganar una corona inmortal! ¡Día vendrá en que desearás tener todavía algunas horas para ocuparte de tu salvación, y esas horas te serán negadas! Aprovecha el tiempo que tienes ahora.

II. ¿En qué pasas tu vida? ¿No es verdad que con frecuencia no haces nada? ¡Cuidado!, Dios te pedirá cuenta de todo el tiempo perdido. ¡Cuántas ocupaciones inútiles te impiden trabajar en tu salvación! Pero lo más lastimoso es que cometes el mal que debieras evitar; no imites la conducta de los pecadores. ¿Cuánto tiempo consagras a Dios? ¿Cuánto tiempo sacrificas al mundo y a los placeres?

III. Mide tu tiempo y distribúyelo entre los intereses de tu alma y los de tu cuerpo. ¿Es justo dar todo a uno y nada a la otra, todo al mundo y nada a Dios? Si sigues mi consejo, tus días discurrirán santa y agradablemente. Trabaja siempre por Dios y en presencia de Dios; así tu trabajo será una oración continua y te ahorrará muchas tentaciones. Haz siempre algo, a fin de que el demonio siempre te encuentre ocupado. (San Jerónimo).

La perseverancia en la vocación
La perseverancia de los justos.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis instruido a vuestro pueblo con las verdades de la salvación por ministerio del bienaventurado Isidoro, haced, os lo suplicamos, que después de haberlo tenido en la tierra por doctor y guía, lo tengamos por intercesor en el cielo. Por J. C. N. S
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril04isidoro.mp3



Martirologio Romano: En Palermo, de Sicilia, en Italia, san Benito Massarari, denominado el “Negro” por el color de su piel, fue primero eremita, y entró después en la Orden de los Hermanos Menores, mostrándose humilde en todo y siempre lleno de fe en la divina Providencia.

Nació en San Fratello, provincia de Messina. Hijo de unos esclavos etíopes vendidos a un rico terrateniente siciliano, Vicente Manasseri, para que trabajasen en una propiedad cercana a Messina; Benito nació en San Fratello, cerca de Messina, y como sus padres, en esclavitud, pero dentro de la fe cristiana ya que sus padres se habían bautizado, y se sabe que cuando niño fue pastor. Su amo le dio la libertad y con cerca de veinte años se unió a un grupo de eremitas franciscanos observantes dirigidos por fray Jerónimo Lanza, convirtiéndose en un fidelísimo seguidor de Francisco en el eremitorio de Santa Domenica. La fama de santidad de este grupo de ermitaños atrajo a muchas gentes del lugar, y entre todos destacaba la virtud de Benito por sus penitencias, caridad hacia los pobres y sus dones taumatúrgicos.

La comunidad se trasladó a un lugar solitario llamado Masseria Platanella, y de aquí pasaron a Mancusa, donde Benito fundaría un convento; también aquí su fama de santidad y taumaturgo atrajo a muchos fieles, por lo que se fueron a la soledad del monte Pellegrino, junto a Palermo, donde vivieron en condiciones extremas en unas cuevas; después fueron a al convento de la Virgen della Daina; a la muerte de fray Jerónimo, fue elegido superior de la comunidad y dio el hábito de Terciario franciscano a san Francisco de Paula. Volvieron al monte Pellegrino en 1550, donde vivieron en comunidad.

Después de que este grupo se dispersara, porque el papa Pío IV en 1562, consideró que no debía haber filiación respecto a la regla de franciscana e invitó a los religiosos e adscribirse a las Ordenes aprobadas. Benito fue aceptado como hermano lego en el convento de Santa María de Jesús de Palermo de la Orden franciscana, y como no sabía ni leer ni escribir le fue encomendado las tareas de la cocina. Fue un cocinero singular, por su admirable piedad, por su humildad y por su poder taumatúrgico.

De aquí pasó al convento de Santa Ana Juliana, donde vivió feliz durante tres años, llevando una vida escondida y solitaria. Su singularidad se puso de manifiesto en 1578, cuando a pesar de ser sólo lego y analfabeto, se le eligió superior del convento de Santa María de Jesús de Palermo. Costó mucho convencerle de que aceptara, y luego más de un fraile se arrepintió, ya que hizo cumplir la regla franciscana al pie de la letra. Dirigió durante tres años la comunidad. Mas tarde fue maestro de novicios, y al parecer, otra vez cocinero, que era lo que él prefería. Tuvo fama de taumaturgo y de vida de santidad de manera que por donde pasaba las gentes se congregaban para verle. Murió a los 63 años. Patrón de Palermo.
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Martirologio Romano: En Constantinopla, san Platón, hegúmeno, que durante muchos años luchó con ánimo invencible contra los destructores de las sagradas imágenes y, con su sobrino Teodoro, organizó el célebre monasterio de Studión.

Parece que nació en Constantinopla y se dice que estaba emparentado con los emperadores de Bizancio. En tiempo del emperador Constantino Coprónimo estudió y se estableció como notario. Renunció a sus 20 años a los más altos cargos de gobierno y se hizo monje en el monasterio de los Símbolos, bajo la obediencia del hegúmeno (abad) Teocisto; para ello superó todas las pruebas que se le sometió para su ingreso.
Como monje se dedicó a la copia de manuscritos. Gobernó durante el decenio del 770, el monasterio del Símbolo en el monte Olimpo como hegúmeno. Asistió al concilio convocado en Constantinopla el año 786 y allí se enfrentó valerosamente a los iconoclastas. Habiendo sido nombrado él, abad del monasterio de Sakkudión, no tuvo ningún reparo en reprender al emperador Constantino por su adulterio y malos ejemplos, por lo que fue desterrado.

Al ser destituido el emperador dos años más tarde, volvió del destierro, Cuando recobró la libertad, los monjes de Sakkudión habían tenido que ir a refugiarse en el monasterio de Studios, huyendo de los sarracenos. Allá fue a reunirse con ellos san Platón, quien se puso bajo las órdenes de su sobrino Teodoro. Vivía en una celda alejada de las demás y pasaba el tiempo en la oración y el trabajo manual; pero chocó de nuevo con su sucesor, el emperador Nicéforo, por no querer votar a favor de la vuelta al patriarcado del excomulgado Josefo, el emperador Nicéforo le desterró a las islas del Bósforo. Durante cuatro años soportó con ejemplar paciencia que le trasladasen constantemente de una isla a otra. Finalmente, en 811, el emperador Miguel I le puso en libertad. Quisieron nombrarle obispo de Nicomedia pero no aceptó, ya que como monje tampoco había aceptado por humildad, el sacerdocio. Se enfrentó a la corrupción, ya sea política, moral o religiosa.

San Platón fue recibido en Constantinopla con muestras de gran respeto. El resto de su vida lo pasó postrado en cama. Fue a visitarle a su retiro el patriarca san Nicéforo, a cuya elección se había opuesto antes, para encomendarse a sus oraciones. San Platón murió el 4 de abril del año 814; san Teodoro pronunció su oración fúnebre.
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Martirologio Romano: En Catania, Sicilia, beato José Benito Dusmet, obispo, de la Orden de San Benito, que fomentó vivamente el culto divino, la instrucción cristiana del pueblo y el celo en el clero, y en tiempo de pestilencia prestó auxilio a los enfermos.

Melchor nació en Palermo, en el seno de una familia aristocrática siciliana, aunque su padre era belga: el marqués Dusmet. A los 15 años entró en el monasterio benedictino de San Martín de las Escaleras en Palermo, donde estudió en su infancia, aunque su padre se negó a que continuara allí, tuvo que ir al hogar familiar en Nápoles, donde frecuentó los salones de la alta sociedad, pero él no se dejó seducir e ingresó en el monasterio benedictino.

En sus primeros años como monje se dedicó al estudio y escribió, en 1836, "Meditaciones filosóficas sobre las ventajas de la soledad". Hizo su profesión monástica en 1840, y en 1841 fue ordenado sacerdote; ocupó diversos cargos en el monasterio: cantor, archivero y profesor de Filosofía. También fue procurador de litigios y cánones. Fue prior del monasterio de San Severino y Sossio en Nápoles, y a partir de 1852, del monasterio de Santa Flavia de Caltanissetta, Nápoles donde realizó una labor de promoción espiritual y apostolado. Abad del monasterio de San Nicola l’Arena, en Catania, durante dos años. Fue un hombre de oración y no permitió transgresiones en la disciplina monástica, aunque siempre corregía con amor. Su fama de santidad traspasó los muros del monasterio y mucha gente acudieron a pedirle consejo. Su caridad para con los pobres fue extraordinaria. Acudía presuroso donde hubiera una necesidad. Cuando fueron ocupados los Estados Pontificios ayudó al papa con generosidad. Y en 1862, hospedó a Garibaldi y a parte de su séquito.

En 1867 fue nombrado obispo de Catania, cargo en el que estuvo durante 27 años; en este ministerio se dedicó a la promoción de la buena prensa y al apostolado social, destacándose sobre todo, cuando se desencadenó una epidemia de viruela y el Etna dejó sentir su presencia con fuertes erupciones; estuvo siempre al lado de los enfermos, también promovió la vida parroquial y las instituciones religiosas, especialmente los salesianos, por su gran amistad con san Juan Bosco. Fue un fiel defensor del beato Pío IX, y de sus definiciones dogmática. León XIII le confió en 1887 la misión de reapertura del colegio de San Anselmo de Roma, esta abadía tuvo la función de formar a los monjes benedictinos de cualquier parte del mundo.

Cardenal con el título de Santa Pudenciana en el 1888 por sus "virtudes episcopales", aunque él habló con el papa León XIII, para que no le quitara de su diócesis, rechazando el cargo de nuncio en Madrid. Vivió la pobreza en grado sumo de manera que cuando se murió no había ni sabana para enterrarlo porque se había despojado de todo. Vivió como testigo de la caridad evangélica en tiempos verdaderamente particulares y de miseria, como en una epidemia de peste. Se le conoce como "el ángel de Catania". está enterrado en la catedral de Catania.
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Martirologio Romano: En el lugar de Aljustrel, cerca de Fátima, en Portugal, beato Francisco Marto, que, consumido por una enfermedad siendo todavía niño, brilló por la suavidad de costumbres, la perseverancia en los sufrimientos y en la fe, y también por la asiduidad en la oración.

Nació en Aljustrel (Portugal), en seno de una familia de campesinos. Era hermano de la beata Jacinta y primo hermano de Lucia. Era de natural pacífico y condescendiente. Jacinta, por el contrario, era traviesa y caprichosa. Francisco tocaba la flauta, y a Jacinta le encantaba la danza. Los tres jugaban siempre juntos, y Jacinto perdía siempre, aunque aquello no le importaba. Fueron educados en un ambiente cristiano. Cuando cuidaban sus rebaños, rezaban el rosario, y cantaban canciones a María, por la que sentían especial devoción.

En 1915, un ángel se les apareció en el Hoyo del Cabezo, y les invitó a rezar con él, la siguiente oración: “¡Dios mio! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los muchos que no creen, no adoran, no esperan y no os aman”. Decidieron guardar silencio, porque nadie les iba a creer. Repetían esta oración muchas veces, hasta que tuvieron la segunda aparición que les ofreció la Eucaristía a los tres y les enseñó otra oración sobre la Santísima Trinidad.

El 13 de Mayo de 1917, mientras jugaban en la Cova de Iria, se les apareció María, en la que les comunicó que si se querían ofrecer, en acto de desagravio de los pecados de los hombre, y del fin de la guerra y la paz en el mundo. Los niños aceptaron. Pensaban que era una señora que venía del Cielo, pero no la identificaron con María. Jacinta no pudo guardar el pacto de silencio, y se lo dijo a su madre, y allí empezó el calvario para los niños. No les creyeron ninguno de sus familiares, excepto el padre de Lucía que siempre les apoyó. La Virgen volvió a aparecerse el 13 de Junio, y, les conminó a rezar el rosario y les reveló la pronta muerte de Francisco y Jacinta. Cada 13 de cada mes, la Virgen se aparecía, y se personaron los medios de comunicación, y muchos seguidores. El administrador de Vila Nova de Ourem, engañándolos no les llevó a Cova de Iria, donde el 13 de agosto, volvian las apariciones, y les amenazó con mandarles a la cárcel, y los niños prefirieron la cárcel. Jacinto desde entonces oró siempre ante el sagrario, rezaba el rosario y lo ofrecía todo por los pecadores.

El 13 de Octubre, la noticia ya se había extendido por todo Portugal, y la sociedad estuvo dividida, y éste día María había dicho que daría una señal de su existencia. Les anunció el fin de la guerra, y que no se ofendiera al Señor, que rezaran el rosario. El sol se alzó y todos se vieron reflejados en él. Todos vieron al sol dar vueltas en un día lluvioso. La palabra milagro se extendió. Parecía que el calvario de los niños había terminado.

Francisco sufrió la gripe española, y como sabía que se iba a morir, se preparó tranquilamente, ofreciendo sus dolores por los pecados de la humanidad. Despidiéndose de su hermana con esta frase: “Hasta el Cielo”. En 1919, Jacinta sufrió la misma gripe, y tuvo que ser ingresada, fue operada en vivo sin anestesía, todo lo ofrecía para la salvación de los hombres. Murió serenamente el 20 de Febrero de 1920 en Lisboa y su cuerpo permanece incorrupto. Francico murió el 4 de Abril de 1919 en Ajustrel.
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Martirologio Romano: En Regio Calabria, en Italia, san Cayetano Catanoso, presbítero, que instituyó la Congregación de las Hermanas Verónicas del Rostro Santo.

Nació en Chorio de San Lorenzo. A los 10 años ingresó en el seminario de Reggio Calabria donde fue ordenado en 1902. Fue nombrado párroco de Pentidattilo en 1904. Se trataba de una zona muy pobre donde sufrió numerosas dificultades, pero ya entonces se mostró como un auténtico pastor. Esta experiencia suya en un pueblo pequeño es la que le hizo exclamar con frecuencia: “Hay que orar por los sacerdotes que viven solos y están incomprendidos”. Fomentó la fraternidad y colaboración entre los párrocos rurales. Tenía gran devoción por la Santa Faz y en 1918 se hizo miembro de la hermandad de misioneros de la Santa Faz con sede en Turín.

En 1919 estableció en su parroquia la Pía Unión de la Santa Faz. Fundó la obra de los Clérigos Pobres a favor de los seminaristas que no tuvieran medios para costearse los estudios. De 1921 a 1930 fue párroco de Nuestra Señora de la Candelaria, de Reggio Calabria, ayudado por su hermano Pascualino, también sacerdote. Al mismo tiempo era director espiritual del seminario, confesor de religiosas y confesor de la cárcel. En 1930 se le nombró canónigo penitenciario de la catedral de Reggio. Trasladó a esta ciudad la Pía Unión de la Santa Faz y siguió dirigiéndola. En 1934 fundó la Congregación de las Hermanas Verónicas del Santo Rostro para proporcionar a los párrocos unas auxiliares femeninas que se hicieran cargo de aquello que nadie quiere. La iglesia de la casa madre de la congregación se convirtió en Santuario de la Santa Faz, desde donde difundió la devoción por toda Italia, auxiliado de una revista. Lo animó en esta fundación san Luis Orione. Murió ciego en la casa de sus hijas espirituales en Reggio Calabria.

Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo de 1987 y canonizado por SS Benedicto XVI el 23 de octubre de 2005 en Plaza de San Pedro.
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Santos Agatópodo y Teódulo. M. 303.
Martiriologio Romano: En Tesalónica, de Macedonia, santos mártires Agatópodo, diácono, y Teodulo, lector, que, a causa de su confesión de la fe cristiana, en tiempo del emperador Maximiano, y por mandato del prefecto Faustino, fueron arrojados al mar con una piedra atada al cuello.
Agatópodo era diácono y Teódulo, un joven lector de la Iglesia de Tesalónica, fueron ahogados en Tesalónica, durante la persecución de Maximiano Hercúleo, por haberse negado a consignar los libros sagrados.
Entre los manuscritos griegos de la Biblioteca Vaticana se conservan las «actas» de estos mártires. En realidad, se trata de un documento poco fidedigno, con unos cuantos detalles históricos: el gobernador Fausto trató repetidas veces de hacer abjurar a los mártires, exigió que entregasen las Sagradas Escrituras y los sometió a crueles tormentos; los cuerpos de los mártires, según dichas «actas», fueron milagrosamente recuperados del mar.

San Ambrosio de Milán. (c.339 - 397). Doctor y Padre de la Iglesia. Obispo de Milán.
Martirologio Romano: En Milán, deposición de san Ambrosio, obispo, que, en el día del Sábado Santo marchó al encuentro de Cristo vencedor de la muerte. Su memoria se celebra el 7 de Diciembre en el día de su ordenación. (Ver) 7 de diciembre.

San Isidoro de Sevilla. (c.560 - 636). Doctor de la Iglesia. Obispo de Sevilla.
Martirologio Romano: En Sevilla, en la Hispania Bética, san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, cuya memoria se celebra en España el día veintiséis de este mismo mes. (Ver) 26 de abril.

Alèth de Montbard. Beata. (c. 1070 - 1105).
Nació en Montbard; era hija de Bernardo, señor de Montbard de noble familia descendiente de los duques de Borgoña, y de Humbelina de Ricey. A los 15 años se casó con Tescelino de Fontaines, señor de Fontaine-les-Dijon y hombre de gran virtud, y madre de varios santos, el más famoso de ellos es san Bernardo de Claraval. Formaron un matrimonio de gran profundidad de vida cristiana. Fue una esposa y madre ejemplar, que murió joven en Fontaines, y que fue la única que murió seglar sin ingresar en ningún monasterio, como los demás miembros de su familia. Grande fue su caridad hacia los pobres a los que iba a buscar de casa en casa y a los que socorría generosamente; lo mismo hacía con los enfermos, sin rechazar los servicios más humildes. Su culto se celebra entre los cistercienses. Sus restos que se encontraban en la abadía de Claraval fueron dispersos durante la Revolución francesa. En la Orden cisterciense se la menciona como beata, pero su culto no ha sido todavía confirmado.

San Pedro de Poitiers. M. 1115.
Martirologio Romano: En Poitiers, en Aquitania, san Pedro, obispo, que favoreció los comienzos de la Orden de Fontevrault y, removido injustamente de la sede, falleció exiliado en Chauvigny.
Obispo de Poitiers (1087-1115). Felipe I de Francia había repudiado a su esposa Berta para casarse con Bertrada de Montfort. El beato Pedro, junto con san Ivo de Chartres y san Bernardo de Tiron, convocó a un sínodo para discutir el asunto. Cuando la asamblea se hallaba reunida, Guillermo el Trovador, conde de Poitou, irrumpió en la sala con sus soldados para intimidarles; a pesar de ello, la asamblea acusó de adulterio al rey y le excomulgó.

Fue amigo del beato Roberto de Abrissel y le ayudó en la fundación de la abadía de Fontrevault o Fontfroid.El mismo beato fue a Roma en 1106 para conseguir la aprobación de la abadía, la cual le considera como uno de sus fundadores. Pedro no cesó nunca de oponerse a los vicios de los nobles, especialmente a las atrocidades de Guillermo de Poitou. En cierta ocasión, éste le amenazó con la espada en la mano. «Descarga el golpe», le dijo tranquilamente el obispo. El conde no se atrevió a hacerlo, pero desterró al beato al castillo de Chauvigny. Ahí murió Pedro dos años más tarde.
El culto del beato Pedro no ha recibido nunca confirmación oficial; sin embargo, la diócesis de Poitiers celebra su fiesta por la santidad de su vida y el ejemplo de rectitud y buenas costumbres que dio.

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