Nuestra Señora del Pilar
INDICE
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Santos FÉLIX, CIPRIANO y 4966 compañeros
San FÉLIX IV. Papa (526-530)
San EDWIN. (584 - 633)
San SERAFÍN DE MONTEGRANARO (1540-1604)
Beato TOMÁS BULLAKER. (1602-1642)
Beato JOSÉ GONZÁLEZ HUGUET. (1874-1936)
OTROS SANTOS DEL DÍA
NUESTRA SEÑORA APARECIDA
SAN WILFRIDO, Obispo y Confesor
n. 634 en Northumbria, Inglaterra;
† 709 en Northhamptonshire, Inglaterra
Trabaja como buen soldado de Jesucristo;
el que se ha alistado al servicio de Dios,
no se embaraza en los negocios seculares.
(2 Tim. 2, 3-4)
n. 634 en Northumbria, Inglaterra;
† 709 en Northhamptonshire, Inglaterra
Trabaja como buen soldado de Jesucristo;
el que se ha alistado al servicio de Dios,
no se embaraza en los negocios seculares.
(2 Tim. 2, 3-4)
San Wilfrido, obispo de York, se distinguió por su celo en defender en Inglaterra los usos romanos. Ofreció asilo al piadoso Dagoberto II, hijo de San Sigeberto, rey de Austrasia, destronado por el mayordomo de palacio Grimoaldo. Encargose de la educación del joven príncipe; y éste, vuelto a su reino, recibió con grandes honores al santo obispo, obligado a su vez a abandonar su patria como consecuencia de las vejaciones del rey Egfrido. De allí, San Wilfrido fue a Roma a reclamar la protección del Papa y volvió a Inglaterra, donde Egfrido lo hizo encarcelar. Recuperada la libertad, pero no pudiendo obtener la ejecución del juicio del Papa, se fue a Sussex a predicar el Evangelio. Fue puesto entonces en posesión de la diócesis de Hexham, retomó el gobierno de los monasterios que había fundado y murió visitándolos, en el año 709, a la edad de 75 años.
MEDITACIÓN SOBRE LAS CUALIDADES QUE HA MENESTER UN BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO
I. Para ser verdadero soldado de Jesucristo, hay que resistir generosamente al demonio, que es su enemigo capital, oponerse en todas partes a sus designios, declarar abiertamente la guerra a sus partidarios. ¿Eres tú enemigo del demonio? Antes bien, ¿no te alistas en su partido? ¿No obedeces a todos los malos pensamientos que te sugiere? Cuando buscas tus placeres y comodidades, cuando trabajas únicamente en vista de adquirir gloria, a ese espíritu soberbio es a quien obedeces
II. Es menester sufrir las persecuciones de los hombres sin oponerles resistencia y sin quejarte. Si quieres marchar siguiendo los pasos de Jesucristo, saldrás victorioso cediendo en esas circunstancias, soportando con resignación las burlas y los oprobios de que se te hace objeto. Si amas a Jesús, lo imitarás sufriendo como Él hasta el fin de tu vida. Si se amase la cruz, se pasaría una vida crucificada (San Crisóstomo).
III. Es menester que te venzas a ti mismo: es la victoria más gloriosa, más difícil y más agradable a Dios que puedes obtener. Hazte violencia en las cosas pequeñas tanto como en las grandes. ¿No podrías acaso privarte de los pequeños halagos, que tu molicie te hace buscar con tanto afán? Sacrifícalos a Jesús crucificado, no sea que te rehuse Él la gloria preparada para los que llevan valientemente la cruz. Renuncia a ti mismo para no ser negado por Cristo; huye de ti mismo a fin de ser recibido por Cristo; piérdete a fin de ser salvado (Salviano).
Orad por los Pastores de la Iglesia.
ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Wilfrido, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S.
San Amigo-abandonado por su esposa
NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
Martirologio Romano: Fiesta de Nuestra Señora del Pilar. Según una venerada tradición, la Santísima Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó el papa Clemente XII
Nuestra Señora del Pilar, la Virgen del Pilar, es una advocación mariana católica. La imagen original se venera en la Catedral-Basílica a la que da nombre, en la ciudad de Zaragoza, España.
Según una venerada tradición, la Santísima Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó Clemente XII. Pío VII elevó la categoría litúrgica de la fiesta. Pío XII otorgó a todas las naciones sudamericanas la posibilidad de celebrar la misma misa que se celebraba en España.
Patrona de Zaragoza, Aragón y de la Hispanidad.
HISTORIA: Según documentos del siglo XIII, el Apóstol Santiago El Mayor, hermano de San Juan, viajó a España a predicar el evangelio , y una noche la Virgen María se le apareció en un pilar.
La tradición nos cuenta que el apóstol Santiago “el Mayor” había llegado a Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza (Caesaraugusta), en la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, con el concurso de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez. Pero antes que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.
También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera. Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir, luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado).
Muchos historiadores e investigadores defienden esta tradición y aducen que hay una serie de monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Zaragoza. La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre los españoles y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como "una antigua y piadosa creencia".
LA IMAGEN:
La imagen de la Virgen es una talla en madera dorada; mide treinta y ocho centímetros de altura y descansa sobre una columna de jaspe forrado de bronce y plata y cubierto, a su vez, por un manto hasta los pies de la imagen, a excepción de los días dos, doce y veinte de cada mes en que aparece la columna visible en toda su superficie. En la fachada posterior de la capilla se abre el humilladero, donde los fieles pueden venerar la Santa Columna a través de un óculo abierto.
La imagen representa a la Virgen coronada y ataviada con un vestido gótico abotonado. Se trata de una vestidura ceñida por un cinturón con hebilla que llega hasta los pies que permite observar el derecho más que el izquierdo. Una gran pieza de paño le cubre la cabeza y muestra un peinado ondulado. La mano derecha sostiene un pliegue de la ropa, que cubre todo su abdomen y la mayor parte de sus extremidades inferiores. El Niño Jesús se encuentra en la mano izquierda, desnudo. Su figura gira hacia la izquierda y su cabeza apunta al cinturón de la Virgen.
La Santa Columna está hecha de jaspe, tiene 1,70 metros de altura, un diámetro de 24 centímetros y un forro de bronce y plata. La tradición pilarista afirma que jamás ha variado su ubicación desde la visita de María a Santiago.
RECONOCIMIENTOS:
El 10 de octubre de 1613, el Concejo de Zaragoza acordó guardar anualmente el día 12 de aquel mes, con lo que la fiesta religiosa del 12 de octubre pasó a ser también festividad civil. Finalmente, el papa Clemente XII aceptó en el siglo XVIII el 12 de octubre como fecha para la celebración de la «festividad de la Virgen María Aparecida en Carne Mortal».
En 1642 el municipio de Zaragoza proclamó a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad, patronazgo que se extendió a todo el Reino de Aragón en las Cortes aragonesas de 1678.
El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los devotos de la Virgen del Pilar cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, pues ese mismo día, conocido hoy como el Día de la Raza, era ya el día de la Virgen del Pilar.
En 1908, la devoción a la Virgen del Pilar, afianzo su dimensión hispánica con el tributo que se le ofreció de todas las banderas de las naciones hispanoamericanas, que cuelgan actualmente en los muros del Pilar.
En 1904 el papa san Pío X, con motivo del año «jubilar mariano» aprobó la coronación canónica de la imagen de la Virgen del Pilar. En memoria de la coronación canónica, cada día 20 del mes la Virgen no lleva manto.
Por Real Orden del 8 de octubre de 1908, le fue concedido el título de Capitán General, corroborado con la solemne imposición de manto y fajín, el 9 de mayo de 1909.
Acumula otros patronazgos, como el del Cuerpo de la Guardia Civil (1913), Cuerpo de correos (1916), Cuerpo de secretarios, interventores y depositarios de administración local (1928), Sociedad mariológica (1940) y Consejo superior de misiones (1948).
También es patrona de la Hispanidad (no de España (que es la Inmaculada Concepción), aunque ese día se celebra la Fiesta Nacional)
El Papa Juan Pablo II en 1984, al hacer escala en su viaje a Santo Domingo para iniciar la conmemoración del descubrimiento de América, reconoció a la Virgen del Pilar como "patrona de la hispanidad".
El 2 de enero se conmemora la fiesta de la Venida de la Virgen, el 12 de octubre es la fiesta del Pilar y el 20 de mayo es la fiesta de la coronación canónica. Por eso, los días 2, 12 y 20 de cada mes la imagen aparece sin manto, dejando ver la guarnición semicilíndrica de plata labrada de la columna.
Tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras:
1- Se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras apariciones la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina: ¨Con ninguna nación hizo cosa semejante", cantará con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida de la Virgen.
2- La Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él se construyera la primera capilla que, de hecho, sería el primer Templo Mariano de toda la Cristiandad.
3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española. MEMORIA OBLIGATORIA.
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Santos FÉLIX, CIPRIANO y 4966 compañeros. M. 484.
Martirologio Romano Conmemoración de los santos cuatro mil novecientos sesenta y seis mártires y confesores de la fe: obispos, sacerdotes y diáconos de la Iglesia de Dios y una muchedumbre de fieles, durante la persecución vándala en África, por orden del rey arriano Hunnerico, fueron exiliados por odio a la verdad católica en un terrible desierto y celebraron, al final, el martirio después de diversas torturas. Entre ellos se encontraban Félix y Cipriano, obispos, insignes sacerdotes del Señor
Eran dos obispos africanos, jefes de una multitud de cristianos; fueron exiliados por el rey vándalo Hunnerico al desierto del Sahara para que se murieran de hambre. Víctor de Utica nos cuenta sus sufrimientos: Cuando llegó finalmente la orden de partir al desierto, los cristianos salieron de aquella mazmorra cantando salmos y desfilaron entre el coro de lamentaciones de sus correligionarios que estaban aún en libertad. Algunos de estos últimos, entre los que se contaban muchas mujeres y niños, siguieron voluntariamente al destierro a los confesores de la fe.
Los guardias, viendo que San Félix, obispo de Abbir, era ya muy anciano y estaba casi paralítico, sugirieron a Hunerico que le dejase morir en la prisión, pero el salvaje tirano respondió que si Félix estaba demasiado débil para cabalgar, le atasen a una yunta de bueyes para que éstos le llevasen a rastras al desierto. San Félix hizo el viaje atado al lomo de una mula. Muchos de los más jóvenes y vigorosos murieron en el camino. Cuando alguno caía extenuado, los guardias le levantaban a punta de lanza y, si veían que no podía continuar el viaje, le echaban a un lado del camino para que pereciese de sed y de fatiga. San Cípriano, que era también obispo, dedicó todas sus energías a asistir y alentar a los cristianos, hasta que fue aprehendido y desterrado; murió en el destierro, víctima de los malos tratos que había recibido.
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San FÉLIX IV. Papa (526-530). M. 530.
Martirologio Romano: En Roma, san Félix IV, papa, que convirtió dos templos paganos del Foro romano en la basílica dedicada a los santos Cosme y Damián, y trabajó mucho en favor de la fe católica
Originario de Sannio e hijo de un tal Castorio. Se distinguió por su amistad y saber tratar a los reyes godos que invadieron Italia, entre ellos Teodorico que influyó en su elección al pontificado, pero Félix fue aceptado por el clero romano al considerarlo un hombre de virtud y equilibrio. Gozó de la protección de Atalarico y la reina Amalasunta, y con ello pudo crear los tribunales eclesiásticos como los únicos competentes de juzgar los casos de herejía.
Construyó la iglesia de Santos Cosme y Damián, gracias a la donación que le hizo Amalasunta de dos edificios en la Vía Sacra y el templo de Rúmulo en Roma. Fue un hombre piadoso pronto a perdonar a todos los que querían regresar al seno de la Iglesia. Mantuvo estrechas relaciones de colaboración con el obispo san Cesáreo de Arles, apoyándolo en su lucha contra el semipelagianismo; los textos que le envió sivieron para condenar en el concilio de Orange del 529, esta doctrina herética.
Poco antes de su muerte, Félix, preocupado por la posibilidad de cismas con ocasión de su sucesión, designó como su sucesor al archidiácono Bonifacio, estrecho colaborador suyo. Fue sepultado en San Pedro del Vaticano. En su epitafio se recuerdan su generosidad para con los pobres, su humildad y su prudente administración económica.
Tradicionalmente se le da el número de orden IV entre los papas llamados Félix, pero se trata en realidad del III, puesto que el antipapa Félix II (año 365) no tiene derecho a figurar en el número de la sucesión (y por tanto Félix III -también santo- es en realidad II, y IV es III). Como al antipapa Félix II se lo ha retirado de las listas recientemente, se prefiere seguir nombrando a éste como Félix IV (III) y al segundo Félix III (II), para evitar confusiones al consultar listados más antiguos.
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San EDWIN. (584 - 633)
Nació en Deira, en Northumbria, Inglaterra, en un periodo histórico en que se libraban guerras por la evangelización de la Gran Bretaña. A la fecha del nacimiento de Edwin, el reino de Northumbria, que corresponde básicamente a los actuales territorios de Northumbria y Yorkshire, estaba constituido por dos reinos: Deira y Bernicia.
En su juventud, durante el reinado de Etelfrido de Bernicia, Edwin vivió muchos años en el exilio. Sin embargo, en 616, cuando Etelfrido fue derrotado en batalla, Edwin fue nombrado rey de Northumbria, gobernó durante 17 años. Edwin extendió su reino por casi toda la actual Inglaterra. Su gobierno lo ejerció prácticamente de manera itinerante, pues iba viajando de lugar en lugar para gobernar mejor.
En el 625 e casó en segundas nupcias con santa Ethelburga de Lyminge, la hija del rey cristiano de Kent. Ella mandó llamar a Inglaterra a san Paulino de York, quien bautizó a Edwin en 627, y fue de gran ayuda para extender el cristianismo por Northumbria, como capellán del rey. El historiador cristiano Beda el Venerable se refiere a Edwin de Northumbria como una persona prudente que meditaba largo rato antes de tomar una decisión importante, como lo fue su conversión, pero luego actuaba con completa seguridad. Según este cronista, durante el reinado de Edwin “una mujer podía viajar a través de la isla con un bebé en su pecho sin temor de ser insultada”. Edwin nombró a san Paulino obispo de York en 627, encomendándole la construcción de iglesias y la difusión de la fe. Estos años se caracterizaron por ser un breve periodo de paz que no se había vivido en mucho tiempo en la conflictiva Northumbria.
No obstante, para el año 633 los enemigos de Edwin se habían fortalecido, y en la batalla de Hatfield Chase fue derrotado por el rey pagano Penda de Mercia y el príncipe celta Cadwallon de Gales, quienes asolaron Northumbria, y por esta razón fue venerado como mártir. Su viuda, junto con sus hijos y con san Paulino tuvieron que huir a Kent, y la cristianización de la Gran Bretaña tuvo que esperar algunos años más.
En Inglaterra se originó muy pronto un culto popular a san Edwin de Northumbria, considerado mártir, y se le empezó a venerar como santo a partir de que sus restos mortales fueron trasladados a la abadía de Whitby. La ciudad de Edimburgo perpetúa su memoria.
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San SERAFÍN DE MONTEGRANARO. (1540-1604)
Martirologio Romano: En Ascoli, ciudad del Piceno, en Italia, san Serafín de Monte Granario (Félix) de Nicola, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que se distinguió por su humildad, pobreza y piedad
Se llamaba Félix. Nació en Montegranaro, en las Marcas, hijo de Jerónimo Rapagnano y Teodora Giovannuzzi, de humilde condición pero fervorosos cristianos. A causa de la pobreza familiar trabajó cierto tiempo en calidad de mozo en casa de un campesino para cuidar el rebaño, en la soledad de los campos supo aprender a leer, siendo analfabeto, en el gran libro de la naturaleza y elevar su alma a Dios. Con la muerte de sus padres, sufrió un tratamiento duro y cruel por parte de su hermano mayor.
A los 18 años tocó a la puerta del convento de Tolentino. Después de algunas dificultades, fue aceptado como religioso no clérigo en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, hizo el noviciado en Jesi. Peregrinó, puede decirse que por todos los conventos de las Marcas, porque, a pesar de su buena voluntad y su máxima diligencia que ponía en el cumplimiento de los oficios que le encomendaban, no lograba satisfacer ni a superiores ni a cohermanos, que no le ahorraban reproches y castigos, pero él siempre mostró gran bondad, pobreza, humildad, pureza y mortificación. En los oficios que ejercitó de portero y limosnero, en contacto con las más variadas personas, sabía encontrar palabras oportunas y una exquisita delicadeza de sentimientos para conducir las almas a Dios.
Amó la naturaleza, que le hablaba al corazón y lo elevaba a Dios. Desde 1590 Serafín permaneció en Ascoli Piceno. La ciudad se aficionó de tal manera a él, que en 1602, al difundirse la noticia de un traslado suyo, las autoridades escribieron a los superiores para evitarlo. Verdadero mensajero de paz y de bien, ejercía un influjo grandísimo entre todos los estratos sociales y su palabra lograba componer situaciones alarmantes, apagar odios inveterados, enfervorizar para las virtudes, mitigar las costumbres, logrando una eficaz reforma en el espíritu del concilio de Trento.
Oración, humildad, penitencia, trabajo y paciencia, mucha paciencia porque los reproches siempre eran abundantes para él. Y Dios se encargó de ayudarlo supliendo sus capacidades, en la cocina, en la portería, en el huerto, en la limosna, con milagros, intuición de corazones, el don de saber consolar a todos en forma inimitable. Por su parte siempre permaneció contento de amar a Dios, conociendo y estudiando sólo dos libros: el crucifijo y la corona del rosario. Él, que no había leído nunca un libro, leía en las conciencias. Quien sólo servía para plantar coles en el jardín, explicaba el Evangelio como si el Espíritu Santo hubiese venido a comentárselo. Aunque favorecido por tantas gracias extraordinarias, fue probado durante largos años con desconsuelos interiores que cesaron en la recta final de su vida.
Tenía 64 años y ya la fama de su santidad se difundía por Ascoli, cuando él mismo pidió con insistencia el viático, pero nadie creía en su próximo fin. Después que expiró, simple también en la muerte, la voz del pueblo que lo llamaba santo, llegó hasta los oídos del Papa Pablo V, el cual autorizó que se encendiera una lámpara sobre su tumba. Fue canonizado por Clemente XIII el 16 de julio de 1767.
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Beato TOMÁS BULLAKER. (1602-1642)
Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Bullaker, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que detenido en tiempo del rey Carlos I mientras celebraba la Misa, por razón de su sacerdocio fue ahorcado en Tyburn, siendo descuartizado cuando estaba aún con vida
Nació en Chichester (Sussex). Era el único hijo de un tan piadoso como buen médico de Chichester. Sus padres eran católicos fervientes, y, siguiendo su ejemplo, Bullaker creció en los caminos de la inocencia y la piedad. A temprana edad fue enviado al Colegio Inglés en St-Omer, y desde allí se trasladó a Valladolid, en España, para completar sus estudios. Convencido de su vocación a la Orden Franciscana, previa una muy inquieta deliberación, recibió el hábito en Abrojo, y unos años después, en 1628, fue ordenado sacerdote. Habiendo salido de España para trabajar en la misión inglesa, desembarcó en Plymouth, pero fue detenido inmediatamente y puesto en prisión. Liberado luego de dos semanas del inmundo calabozo donde había sufrido las dificultades más adversas, Bullaker -por orden del Padre Tomás de San Francisco, Provincial en Inglaterra- trabajó durante casi doce años, con mucho celo y devoción, entre los católicos pobres de Londres.
Sacerdote franciscano de corazón ardiente, defensor de la fe, el 12 de octubre de 1642, después de haber recibido la absolución de un cohermano, El 11 de septiembre de 1642, fue capturado mientras celebraba el Santo Sacrificio en la casa de una benefactora piadosa. Él mismo ha dejado un relato parcial y conmovedor de su detención y juicio. Fue condenado a ser arrastrado hasta Tyburn y al canto del Te Deum subió al patíbulo, donde fue ahorcado y horriblemente despedazado en la plaza londinense de Tyburn.
Se cuenta que cuando iba a salir de la cárcel se encontró con el beato Arthur Bell, religioso de su propia orden, que le dijo: «Hermano, he profesadi antes de ti, ¿por qué tienes prioridad?» A lo que Bullaker respondió: «Es la voluntad de Dios, pero tú me seguirás». Bell recordó las palabras proféticas del piadoso Bullaker cuando su propio día del martirio estaba cerca. Bullaker fue beatificado el 22 de noviembre de 1987.
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Beato JOSÉ GONZÁLEZ HUGUET. (1874-1936)
Martirologio Romano: En la aldea Ribarroja de Turia, en la región española de Valencia, beato José González Huguet, presbítero y mártir, que en la persecución contra la fe combatió un egregio certamen en favor de Cristo
Nacio en Alaquàs, Valencia. Se doctoró en Teología en el Seminario de Valencia y fue ordenado en 1898. Fue vicario en Sueca y Paterna, regente de Puzol y cura de Cheste durante 25 años. Su labor pastoral fue inmensa, tanto en la ayuda a los pobres como en la restaurar el templo parroquial destruido por un incendio. El 19 de marzo de 1936, tras las elecciones en que se alzó con la victoria el Frente Popular, fue conminado a abandonar la parroquia y hubo de hacerlo el 6 de abril, tras ser ésta asaltada. Luego de un tiempo refugiado en la Masía de Baló, se escondió en una casa de la feligresía. Pero el 5 de julio de 1936 pudo celebrar misa rodeado de sus feligreses.
Llegada la Revolución, se escondió, pero, amenazada la familia que lo amparaba, se presentó voluntariamente a la autoridad. Encerrado en la cárcel y liberado al poco a condición de no ausentarse, fue posteriormente detenido de nuevo y llevado ante el Comité. Paseó por toda la población mientras lo insultaban, le rasgaban los vestidos y las carnes y lo pinchaban con navajas. Le cortaron las orejas y lo sometieron a otras torturas en la plaza mayor del pueblo. Él, mientras tanto, callaba y oraba. En la madrugada del 12 de octubre de 1936 junto a la vía del tren le dispararon dieciocho tiros y llevaron su cadáver al cementerio de Ribarroja. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.
Beato ROMÁN SITKO. (1880-1942)
Martirologio Romano: En el campo de concentración de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato Román Sitko, presbítero y mártir, que durante la ocupación militar de Polonia fue maltratado por perseguidores contrarios a la dignidad de los hombres y de la religión, hasta pasar a la visión de la eterna bienaventuranza
Román Sitko era un sacerdote polaco, de la diócesis de Tarnów, creada en 1783 con parte del territorio del arzobispado de Cracovia. Había nacido en 1880. Una vez ordenado sacerdote estuvo dedicado al ministerio pastoral en el que fue un fervoroso pastor de almas, hasta que el obispo le confió el cargo de rector del seminario, en el que supo ser un excelente formador de los jóvenes aspirantes al sacerdocio. La Santa Sede lo había honrado con el título de prelado doméstico de Su Santidad.
Al ocupar los nazis Polonia el seminario fue cerrado, pero él continuó en la clandestinidad las actividades propias del seminario, lamentando mucho la prisión de tantos hermanos sacerdotes por cuya liberación decía él que ofrecía su vida. La policía nazi lo arrestó el 22 de mayo de 1941. Fue sentenciado a prisión en el campo de concentración de Darlewitz donde se comportó como ángel de consuelo de los otros presos, animando a los que sacaban para ser ejecutados. Incapaz de seguir realizando los duros trabajos forzados que desempeñaba, el 12 de octubre de 1942 cayó al suelo exhausto; al verlo, un guardia del campo lo pisó con su bota, le partió el cuello y le produjo la muerte. Fue beatificado el 13 de junio de 1999 por el papa Juan Pablo II.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
San Maximiliano de Lorch. M. c. 284. Martirologio Romano: En la provincia del Nórico, junto al Danubio, san Maximiliano, venerado como obispo de Lorch
Natural de Nórica, fundó la iglesia de Lorch y fue martirizado en Celeia en Estiria durante la persecución de Numerario.
Según unas supuestas “Actas” escritas en el s. XIII, nació en Cilli (Steiermark) de Estiria y, a los siete años, se le confió a un sacerdote para que le educase. Algunos años después, Maximiliano repartió entre los pobres su rica herencia y emprendió una peregrinación a Roma. El Papa Sixto II le envió a evangelizar Nóricum, y el santo fijó su residencia episcopal en Lorch; no obstante las persecuciones de Valeriano y Aureliano, el santo sobrevivió veinte años y convirtió a numerosas personas.
Pero en el reinado de Numeriano, el prefecto de Nóricum lanzó una nueva persecución, y san Maximiliano fue convocado para que ofreciese sacrificios a los dioses. Al rehusarse a ello, fue decapitado fuera de las murallas de la ciudad de Cilli.
Santa Domnina. M. 303.
Martirologio Romano: En Anazarbo, de Cilicia, santa Domnina, mártir, que bajo el emperador Diocleciano y el prefecto Licias, después de haber sufrido muchos tormentos, entregó en la cárcel su espíritu a Dios
San Hedisto M. 303/8.
Martirologio Romano: En Roma en la vía Laurentina, san Hedisto, mártir
Según la “Passio” legendaria había sido bautizado por el apóstol san Pedro y era escudero de Nerón. Mientras el emperador se encontraba en Laurento, conoció al presbítero Prisco, a la mujer de éste, Termancia, la hija Criste (Cristina) y la sierva Victoria. Con ellos, Hedisto, participaba en la liturgia que se celebraba de noche en un arenario, pero, descubierto por la traición de un siervo suyo, fue, junto a sus amigos, sepultado vivo en el arenal, mientras Victoria, que había conseguido huir, fue ejecutada en un bosque cercano.
San Opilio. c. s. V.
Martirologio Romano: En Piacenza, ciudad de la Emilia, san Opilio, diácono
Santos Amelio y Amico. M. 773.
Según la leyenda, en tiempos de Pipino nacieron dos niños extraordinariamente parecidos, uno era hijo de un conde de Alvernia y el otro hijo de un soldado bericano. Se conocieron en Lucca, mientras iban a Roma a recibir el bautismo, y allí se hicieron amigos; el Papa los bautizó: el hijo del conde recibió el nombre de Amelio y el del soldado el nombre de Amico. Como recuerdo del bautismo, cada uno recibió del Papa como regalo una copa de madera, decorada de oro y piedras preciosas. Cada uno regresó a su patria.
Después de la muerte del padre de Amico, éste tuvo que dejar su patria; partió con 10 siervos para ir al encuentro de Amelio, pero no lo encontró, porque éste se había marchado a Bericum para visitarle. Después de muchas aventuras, Amico, afligido porque no sería reconocido al tener la lepra, marchó a Roma, donde fue acogido por el antipapa Constantino, pero después de tres años, como llegara una gran carestía, se marchó a la casa de Amelio, que, no sabiendo que era su amigo, le envitó a comer y bebieron en la copa recibida por el papa: así se reconocieron.
Pasaron varios años, hasta que tomaron parte en la campaña de Carlomagno contra los lombardos en Italia septentrional; cayeron en batalla, y desde entonces fueron venerados como mártires. Sobre su vida se construyó una leyenda llena de fantasías. Son conmemorados en Morata (Pavía) donde sus cuerpos fueron sepultados.
Duomo de Pavía |
San Rotobaldo de Pavia. M. 1254.
Martirologio Romano: En Pavía, de la Lombardía, san Rotobaldo, obispo, varón ejemplar por su espíritu de penitencia, que se distinguió por su interés hacia el culto divino y las reliquias de los santos
Archidiácono de la catedral de Pavía, en el 1230, fue elegido y consagrado por el papa Gregorio IX, 53º Obispo de Pavía. Fue muy activo en la caridad. Junto con el Papa, predicó la cruzada contra Federico II, cosa que le valió la cárcel. Después trabajó para reconciliar al emperador con Inocencio IV. Sus reliquias se conservan en la catedral de Pavía.
Eufrasio del Niño Jesús Barredo Fernández. Beato. (1897-1934)
Eufrasio Barredo Fernández nació en Cancienes del Concejo de Corvera (Asturias). En 1912 ingresó en el colegio teresiano de los Carmelitas Descalzos de Villafranca de Navarra. En 1916 emitió la profesión simple, que ratificaría con la solemne en 1922. Terminados sus estudios fue ordenado sacerdote en 1922 en Santander. Destinado a Cracovia (Polonia), a fin de fortalecer la presencia carmelita en aquellas tierras, permaneció allí de 1926 a 1928. A su regreso fue destinado a Burgos, como director de las revistas “Ecos del Carmelo y Praga” y “Monte Carmelo”.
En 1929 llega a Oviedo, como professor de teología y en 1933 es elegido prior de su comunidad. El 5 de octubre de 1934 estallaba la revolución de Asturias. Ante esta adversidad el P. Eufrasio buscó refugio para sus religiosos. Él trató de huir por la alta tapia de la huerta, pero se cayó y se luxó una cadera. Al ir empeorando su lesión, el 12 de octubre solicitó que lo llevaran al Hospital. Los milicianos le arrancaron –con ese verbo crudo lo expresa Albert Camus en una obra dramática suya– de la cama del hospital y lo condujeron al Mercado Viejo en el barrio de san Lázaro (Oviedo). Colocado de pie junto a un muro, y antes de recibir los disparos, se dirigió a los pistoleros con estas palabras: “Os perdono, hijos míos”; luego por tres veces gritó: “¡Viva Cristo Rey!”.
Pacífico de Valencia Pedro Salcedo Puchades)Beato. (1874-1936).
Martirologio Romano: En la aldea de Massamagrell, en Valencia, beato Pacífico (Pedro) Salcedo Puchades, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que en la misma persecución fue conformado a la Pasión de Cristo
Nació en Castellar-Valencia. Profesó en la Orden Capuchina el 21 de junio de 1900. Durante 37 años fue limosnero para el convento de Massamagrell, en el que estaba el Seminario Seráfico de la Provincia, edificando a todos con su ejemplo de bondad y sencillez. Cuando se cerró el convento, se refugió en casa de un hermano suyo. Allí llegaron los milicianos la noche del 12 de octubre de 1936, y ante los requerimientos de los verdugos se presentó fray Pacífico diciendo: “Soy yo”. Se lo llevaron a empujones y culatazos de fusil, mientras ”él rezaba el Rosario, a lo largo del camino del azud de Monteolivete en La Punta-Valencia. En la orilla del río Turia, cerca de la presa, lo fusilaron.
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NUESTRA SEÑORA APARECIDA
Nuestra Señora Aparecida o Nuestra Señora de la Concepción Aparecida es la advocación mariana patrona de Brasil. Su santuario se localiza en Aparecida, en el Estado de São Paulo y su fiesta se conmemora el 12 de octubre
HISTORIA:
Hay dos fuentes sobre el hallazgo de la imagen, que se encuentran en el archivo de la Curia Metropolitana de Aparecida (anterior a 1743) y en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús, en Roma.
A unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo, se encuentra el pueblo de la Aparecida, que debe su nombre y origen al Santuario de la Virgen que fue levantado en 1743. En octubre de 1716 pasaba por Guaratinguetá con rumbo a Minas, el gobernador de San Pablo, Pedro de Almeida y Portugal. Los pescadores de la zona querían darle la mejor atención, por lo que tendieron sus redes al río Parahiba, pero con escasa fortuna. Viendo esto, uno de ellos llamado Juan Alves, corrió hasta el lugar denominado Itaguassú y habiendo allí lanzado sus avíos de pesca, sacó del primer lance entre las mallas de su red una imagen de la Virgen a la que falta la cabeza.
Volvió de nuevo a lanzar la red en otra dirección y esta vez logró aprisionar la cabeza de la imagen. Lleno de asombro ante tal hallazgo, dirigió su barca hacia la orilla y después de limpiarla descubrió que era una Virgen Inmaculada. Sus compañeros participaron de esta alegría y animados por este suceso volvieron a echar sus redes consiguiendo una abundante pesca.
Aún se ignora el cómo vino a parar al río esta imagen pero todo hace creer que se remonta a los primeros tiempos de la colonización del Brasil.
Durante quince años la imagen permaneció en la residencia del pescador Felipe Pedroso, donde los pescadores se reunían para rezar. La devoción fue creciendo entre el pueblo pues se decía que muchos favores fueron alcanzados por aquellas gentes que rezaban delante de la imagen. La fama de los poderes extraordinarios de Nuestra Señora llegó hasta otras regiones de Brasil. Se construyó una capilla, que pronto se quedó pequeña. Debido al aumento de fieles, en 1834 se inició la construcción de una gran iglesia, la actual Basílica de Nuestra Señora Aparecida.
IMAGEN:
La imagen sacada del río era de terracota y medía 40 cm de altura. Los monjes benedictinos que la describen en aquella época, acreditan que originalmente estaba policromada, como era costumbre en la época. El color canela que presenta en la actualidad probablemente se debe a la exposición al humo de las velas de los devotos.
En 1978, tras sufrir un atentado que la redujo a casi doscientos fragmentos, fue puesta para su reconstrucción en manos de la artista Maria Helena Chartuni, que la restauró totalmente.
RECONOCIMIENTOS y DEVOCIÓN: En 1904 la imagen fue coronada canónicamente con la aprobación de la Santa Sede.
En 1929, Nuestra Señora fue proclamada Patrona Oficial del Brasil por determinación del papa Pío XI y el día de su fiesta, el 12 de octubre ha sido declarado feriado nacional.
El papa Juan Pablo II, en su visita a Brasil en 1980, consagró la Basílica que alberga la imagen y concedió más tarde indulgencias a los devotos de Nuestra Señora Aparecida.
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Nuestra señora de Aparecida