San JOAQUÍN y Santa ANA
Beatos EDUARDO THWING y ROBERTO NUTTER
Beato ANDRÉS DE PHU YEN
Beatos MARCELO GAUCHER LABIGNE DE REIGNEFORT y PEDRO JOSÉ LEGROING DE& LA ROMAGÈRE.
Beatas MARÍA MARGARITA DE SAN AGUSTÍN BONNET y compañeras
Santa BARTOLOMEA CAPITANIO
Beato MARIANO DE SAN JOSÉ
Beatos VICENTE PINILLA y MANUEL MARTÍN SIERRA
Beato TITO BRANDSMA
Beata JOSEFA MARÍA DE MICHELI (María Pierina)
San JORGE PRECA
OTROS SANTOS DEL DÍA:
SANTA ANA, Madre de la Santísima Virgen María
Por el fruto se conoce el árbol.
(Mateo, 12, 33).
Por el fruto se conoce el árbol.
(Mateo, 12, 33).
Santa Ana, después de veinte años de infecundidad, obtuvo del Cielo, por sus lágrimas, sus ayunos y oraciones, el favor de ser madre. Educó a la Virgen María como a hija que le había concedido el Cielo para algún gran destino. Cuando la niña cumplió tres años, Ana la condujo al Templo y la ofreció al Señor. Poco tiempo después murió con la muerte de los justos, tan preciosa siempre ante los ojos de Dios.
MEDITACIÓN SOBRE TRES CONDICIONES
REQUERIDAS PARA QUE NUESTRAS ORACIONES
SEAN EFICACES
I. Sólo después de veinte años de súplicas y de mortificaciones, Santa Ana fue escuchada. No te desanimes si Dios no te concede de inmediato lo que le pides: persevera en la oración, obtendrás, siempre que pidas cosas buenas y que lo pidas con humildad y confianza. Aplazas el escuchar, oh Dios mío, a fin de enseñarnos a pedir; finges no oír, a fin de que perseveremos. (San Anselmo) .
II. Un ángel vino a anunciar a Santa Ana que su oración había sido acogida, y ella creyó sin titubear Nuestro Señor mismo ha dicho que todo lo que pidieres en su nombre, te será concedido; ¡y todavía lo dudas! Dios puede y quiere concederte las gracia que le pides; no carece de Poder ni de voluntad para esto, puesto que es omnipotente y más vivamente quiere hacernos don de sus mercedes que lo que nosotros mismos queremos tenerlas. Ruega, pues, pero hazlo con fe viva e inquebrantable; pide por los méritos de Jesucristo. ¿No es verdad, acaso, que te diriges a Dios sólo después de haber agotado todos los medios mundanos?
III. Santa Ana, agradecida por el favor que el cielo le había acordado, ofreció a Dios en el Templo, a la hija que le había dado. ¿Has agradecido tú las gracias que de Él has recibido? ¿Tal vez las has olvidado, acaso has abusado de ellas Para ofender a Dios tu bienhechor? No es digno de recibir nuevos beneficios quien no agradece los que ha recibido. (San Bernardo).
La mortificación
Orad por la perseverancia de los buenos.
ORACIÓN
Oh Dios, que os dignasteis conceder a Santa Ana la gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haced, Por vuestra misericordia, que nos ayude junto a Vos la intercesión de aquélla cuya fiesta celebramos. Por J. C. N. S. Amén.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/julio26-07joaquinyana.mp3

San JOAQUÍN y Santa ANA. s. I.

Santa Ana, nació en Belén. El culto de sus padres le está muy unido. El nombre Ana significa "gracia, amor, plegaria". La Sagrada Escritura nada nos dice de la santa. Todo lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo del “Protoevangelio de Santiago”, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta", y, según san Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de David. Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían sus rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia, otra al templo y la tercera a los más necesitados. Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el saludo.
En el templo, Joaquin oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios. Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y asi llegó su hijo Samuel, quien más tarde seria un gran profeta. Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el advenimiento de una hija singular, Maria. Esta niña, que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre de Jesucristo. Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad, donde se levantaron templos bajo su advocación. Aunque el culto de la madre de Maria se había difundido en Occidente, especialmente desde el siglo XlI, su fiesta comenzó a celebrarse en el siglo siguiente. MEMORIA OBLIGATORIA.
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Beatos EDUARDO THWING y ROBERTO NUTTER. M. 1600.

Roberto Nutter había nacido en Clifheroe, en el Lancashire en 1556 y se educó con un maestro católico. Fue al colegio inglés de Reims en 1579 y dos años más tarde era ordenado sacerdote en Soissons. Volvió a Inglaterra y, protegido por un alias, trabajó apostólicamente por los alrededores de Londres y en los condados de Londres y Hampshire. Arrestado en Oxford en 1584, estuvo en la Torre y fue torturado y coincidió su prisión con la ejecución de su hermano, el beato Juan Nutter. Esta detención terminó en destierro en 1585 y volvió de esta forma a Reims. Unos meses más tarde él y otros sacerdotes se embarcan de nuevo con destino a Inglaterra, pero su barco es interceptado y terminan en la cárcel de Marshalsea.
Quiso defenderse de la acusación de haber quebrantado la pena de destierro diciendo que iba realmente a Escocia, y quizás por ello no se le condenó por entonces a muerte. En 1588 fue trasladado a la prisión de Wisbech, donde pasaría los últimos doce años de su vida. Estando en ella solicitó y obtuvo licencia para profesar en la Orden de Predicadores, lo que hizo en presencia de otros sacerdotes. En marzo de 1600 intentó escapar con otros cinco, pero fue rápidamente apresado de nuevo, y condenado a muerte. El 26 de julio de 1600, en Lancaster, tuvo lugar la ejecución. Esta ejecución fue presenciada por muchos católicos, quienes, dando prueba de una gran valentía, comenzaron a apoderarse de las ropas, los cabellos y aun los dedos de los mártires antes de que los verdugos concluyesen su trágica tarea. Ambos fueron beatificados el 22 de noviembre de 1987 por el papa Juan Pablo II.
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Beato ANDRÉS DE PHU YEN. (1626-1644).

Un año más tarde empezó la persecución de los cristianos de la provincia de Quang Nam, porque gracias a la predicación del padre Rhodes había muchos cristianos. El jesuita fue conminado a abandonar el país, y apresaron a Andrés para justificar que habían cogido al alguién. Le amenazaron con quitarle la vida si no apostataba, a lo cual se negó, entonces el mandarín Ong Nghé, ordenó que le pusieran la canga al cuello y que lo llevaran a la cárcel, allí se encontró con otro catequista también llamado Andrés y que era muy anciano. El catequista anciano fue condenado a prisión de la que luego saldría por la edad, pero Andrés fue condenado a muerte. Cuando iba a ser ejecutado, el padre Rhodes solicitó que se le permitiera poner una alfombra debajo del mártir, pero Andrés se negó, porque quería que su sangre regase la tierra como lo había hecho la de Cristo. Se arrodilló y recibió la bendición del padre Rhodes y comenzó a pronunciar el nombre de Jesús. Un soldado con una lanza le atravesó varias veces el costado izquierdo, y cayó al suelo. Entonces se acercó otro con una cimitarra para cortarle la cabeza. Andrés al verlo, exclamó “Jesús” y murió.
En ningún momento perdió la serenidad y la firmeza. Su cuerpo fue llevado a Macao por el padre Rhodes. Murió en Ké Cam. Es el protomártir de la iglesia vietnamita. Fue beatificado san Juan Pablo II el 5 de marzo de 2000.
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Beatos MARCELO GAUCHER LABIGNE DE REIGNEFORT y PEDRO JOSÉ LEGROING DE& LA ROMAGÈRE. M. 1794.

Marcelo Labigne había nacido en Limoges en 1751. Después de ser ordenado presbítero, se hizo miembro de la Compañía de Misioneros de Limoges. Al no ocupar ninguno de los cargos eclesiásticos que se consideraron en la Revolución cargos de funcionarios públicos, él no tenía obligación alguna de prestar el juramento de la “Constitución Civil del Clero”. Y sin embargo fue arrestado y llevado a la prisión de La Regle con los sacerdotes refractarios. Luego de muchos meses de encarcelamiento fue condenado, juntamente con su hermano Pedro-Gregorio, a la deportación como refractario a la ley del 14 de agosto de 1792, y debió dejar Limoges el 25 de febrero de 1794 en el primer convoy de sacerdotes limusinos. Estaba en Rochefort el 12 de abril siguiente, en que era registrado. Embarcado en “Les Deux Associés”, enfermó a comienzos de julio y fue llevado a una goleta que servía de hospital, donde murió el 25 de julio, siendo enterrado en la isla de Aix, y ocultándose su muerte a su hermano durante unos días, por entonces también gravemente enfermo.
Este hermano sería el que luego contase todos los padecimientos sufridos por los que esperaron en Rochefort, recibiendo tantos de ellos la muerte a causa de las insanas condiciones de vida. Consta que Marcelo era una sacerdote lleno de piedad y virtud, notable por la dulzura de su carácter, y que llevó con suma paciencia las penalidades de una detención tan arbitraria como la suya. Pedro José Le Groing nació en 1752 en Saint-Sauvier, Allier, Francia, en una familia aristocrática. Hizo estudios en París, donde obtuvo en 1780 la licenciatura en Teología, siendo ya para entonces sacerdote de la Sociedad de Navarra. Dos meses más tarde, el obispo de Bourges, mons. Phelypeaux, lo nombraba su vicario general. Dos años más tarde fue nombrado canónigo de la Santa Capilla, y cuando el cabildo protestó por la supresión de los cabildos, él se sumó a la protesta, que no sirvió de nada pues la Revolución mantuvo por la fuerza su decisión.
Se quedó un tiempo en Bourges pero luego se va a Saint-Sauvier, donde él, su hermano sacerdote Matías y otros sacerdotes refractarios celebraban misa en una capilla dispuesta por el padre de Pedro José. Pero el cura juramentado de Saint-Sauvier se propuso ponerles dificultades y así la municipalidad cerró el 7 de mayo de 1792 la capilla y se les abrió expediente. En el verano siguiente pidió que se les dejara de hacer objeto de vejaciones. Por fin, en marzo de 1793, es arrestado y conducido a Moulins y encerrado en la prisión de Santa Clara. Consta su nombre en la lista de condenados a la deportación en noviembre de 1793, y se sabe que ya estaba en Rochefort el 13 de abril de 1794 en el barco “Borée”, de donde pasa a “Les Deux Associés” y allí muere el 26 de julio de 1794, un día antes del 9 Termidor en que tuvo lugar la caída de Robespierre. Se le enterró en la isla de Aix. Carácter firme y persona de gran vida interior, mostró una gran serenidad y conformidad en medio de la tragedia. Su hermano estuvo a su lado en los días finales, dándole todo el ánimo que pudo y admirando su fe y resignación cristianas. Su hermano Matías sobrevivió a la detención en Rochefort y fue obispo de Saint-Brieuc entre 1819 y 1841.
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Beatas MARÍA MARGARITA DE SAN AGUSTÍN BONNET y compañeras. M. 1794.

María Clara Du Bac, nacida en Laudun, Nimes, en 1727. Siguió la llamada de Dios a la vida religiosa e ingresó siendo muy joven en el monasterio de las Ursulinas de Bolléne, donde hizo la profesión religiosa con el nombre de sor Clara de Santa Rosalía. También perseveró en la vida religiosa hasta que fue arrancada violentamente de su claustro. Isabel Teresa Consolin, nacida en Courthezon en 1736, al optar por la vida religiosa eligió el monasterio de las Ursulinas de Sisteron, y años después de profesar como sor Corazón de Jesús fue elegida superiora del convento de Bolléne. El día 25 de marzo de 1794 se negó a prestar el juramento que se le proponía, lo que le valió pasar cuatro meses en la cárcel de Orange. Delante de los jueces afirmó con plena entereza su adhesión a la Iglesia y su firme fe católica.
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Santa BARTOLOMEA CAPITANIO. (1807-1836).

Pronto las dos mujeres, Vicenta más madura y Bartolomea jovencísima, pensaron en dar vida a una comunidad femenina de corte vicentino, pero los conventos de San Vicente de Paúl dependían de París, mientras que la Lombardía estaba bajo el poder político de los Austrias, y para evitar problemas de tipo político, decidieron nacer autónomos: serán las Hermanas Italianas de Caridad de Lovere, conociéndose como Instituto de María Bambina (María Niña). Bartolomea murió al poco tiempo de la fundación a los 26 años por una tuberculosis. Nos ha dejado sus “Scritti spirtuali” donde se descubre la profundidad de su alma y sus temores: "No hago otra cosa que hacer las cosas del Diablo". "Creedlo, si yo algo alguna cosa, lo hago nada más que por soberbia".
En esta continua lucha purificativa se pasó su vida, pero no perdió jamás la fe y la esperanza, y fue en la oración diaria y en la caridad donde ella se abandonó para no dejarse envolver por la angustia que le suponían lo que llamaba sus pecados. Fue canonizada el 18 de mayo de 1950 por SS Pío XII.
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Beato MARIANO DE SAN JOSÉ (Santiago Altolaguirre Altolaguirre). (1857-1936).
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Reunieron a la comunidad en la portería, y dieron a los padres por detenidos; fray Lázaro se encontraba en el pueblo, haciendo las compras. En un camión bajaron a los cuatro padres a los grupos, 13 escolares, habilitados como cárcel. Allí fueron objeto de burlas, amenazas y palizas. Así pues, el Padre Mariano tenía 79 años cuando fue apresado el 22 de julio de 1936. Fue durante los días siguientes duramente torturado. El religioso trinitario Pedro Aliaga Asensio, natural de Villanueva del Arzobispo, ha escrito un libro, titulado “Entre palmas y olivos”, donde describe las torturas que recibió el Padre Mariano. El Padre Aliaga narra que “primero le ataron con sogas las muñecas de las manos, obligándole a adoptar una actitud orante, mientras le daban puñetazos y lo golpeaban con las culatas de los fusiles, apaleándolo sin piedad.
Después, arrancando astillas de madera del suelo de la iglesia, se las introducían debajo de las uñas de los dedos de la mano derecha; se oyó gritar al Padre Mariano varias veces: “¡No, por Dios; no, por Dios!”, mientras sufría esta dolorosa tortura. A continuación, con la misma soga, lo ataron del cuello; echando la soga por encima de la verja que por aquel entonces cerraba el presbiterio, lo izaron en el aire, dejándolo caer a continuación. Así, atado, lo arrastraron por las naves de la iglesia. Después lo subieron a las cámaras del convento, donde lo volvieron a atar, de forma que quedase de rodillas sobre unos palos; lo descalzaron y le dieron una paliza en la planta de los pies con unas tablas del antiguo entarimado del presbiterio de la iglesia, que había sido retirado. El anciano fraile fue conducido después a las escuelas del pueblo, que servían de cárcel y allí fue fusilado el 26 de julio de 1936. Su cadáver fue sepultado en el cementerio municipal de Villanueva. En 1945 fue exhumado, y trasladados sus restos al camarín de la Virgen de la Fuensanta, donde reposan. Beatificado el 28 de octubre de 2007.
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Beatos VICENTE PINILLA y MANUEL MARTÍN SIERRA. M. 1936.

Con cierta frecuencia le bailaba en el corazón la idea del martirio, y entonces no lograba reprimir sus ansias de fecundar con su sangre sus trabajos apostólicos. Mártir en Motril. Le sorprendió el tiro de gracia en actitud de bendecir a sus perseguidores. Los testigos afirman que afrontó la muerte “con animo sereno y tranquilo”, con un crucifijo en la mano y repitiendo las palabras de Cristo: “Perdónales porque no saben lo que hacen”. Uno de los asesinos exclamó emocionado: “Ya no mataré más a nadie. Si es verdad que hay santos, éste es uno”.

En 1929 fue nombrado párroco de la Iglesia de la Divina Pastora de Motril y en ella seguía al estallar la guerra civil. Fue un sacerdote ejemplar, pendiente siempre de sus feligreses. Vivía pobremente para poder socorrer mejor a los necesitados. Era notorio su celo apostólico y capacidad de trabajo, además era un hombre humildísimo. Tuvo ocasión de huir, como lo hizo su familia, pero no lo hizo alegando que un pastor debía quedarse con sus ovejas. Junto con las religiosas Hijas de la Caridad que trabajaban en el hospital, se refugiaron en el templo parroquial, allí fue buscado y encontrado, y se le conminó a que blasfemara. Se mantuvo firme y en el atrio de la parroquia lo fusilaron junto con el agustino aragonés, Vicente Pinilla.
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Beato TITO BRANDSMA. (1881-1942).

Realizó sus estudios en los conventos de Boxmeer, Sendereen y Oss. En 1905, fue ordenado sacerdote y al año siguiente llegó a Roma para graduarse con gran brillantez en Filosofía y Sociología y doctorarse en Filosofía en 1909. De regreso a su patria, comenzó una labor que todos juzgarían de extraordinaria. Fue nombrado regente de estudios de su Provincia. Era casi imposible que fuera capaz de llevar tantas cosas y tan bien llevadas: daba clases, escribía, predicaba, ayudaba a los necesitados, no faltaba nunca a los actos de comunidad. Igual se le veía con una escoba en la mano que dirigiendo la marcha de la universidad católica de Nimega de la que fue rector. Era de carácter apacible pero firme. Destacó por su fe viva, por su inmensa confianza en el Señor y por su exquisita caridad. Siempre estuvo dispuesto a ceder ante las ordenes de sus superiores, aunque no comprendiera las razones que le daban. Alguien dijo de él: "Es puro como un niño de primera comunión".… En 1906, fundó la revista “Van Neerlands Carmel” y en 1012, dirigió “Carmerozen”.
Desempeñó el cargo de redactor jefe del periódico “De Stat Oss”. Colaboró en la traducción al holandés y la edición de las obras completas de santa Teresa de Jesús. A los 44 años, fundó la Unión de Escuelas Católicas y fue su presidente hasta su muerte. Periodista profesional, a sus 54 años, fue nombrado consejero eclesiástico de los periodistas católicos de Holanda. Fundó el Instituto de Mística. Visitó diversos países: Brasil, Irlanda, Estados Unidos, España, con el fin de estudiar los textos de santa Teresa y las relaciones con la espiritualidad española y la holandesa. Cuando en 1940, Holanda fue invadida por los nazis se levantó su voz contra ellos por su fe, su amor a la libertad, su amor a los judíos, y el respeto de los derechos humanos y para ello escribió en “De Gelderlander” diversos artículos contra el nazismo. Se negó, en calidad de presidente de la asociación de escuelas secundarias católicas y capellán de los periodistas católicos, a cerrar las escuelas confesionales a los estudiantes judíos y a publicar en la prensa la propaganda nazi.
Fue arrestado en 1942, en el convento de Nimega y conducido a la cárcel de Scheveningen, en La Haya, y desde allí escribió una defensa de la Iglesia un diario que tituló “Mi celda” y otros textos. Luego fue trasladado a la cárcel de Amersfoort, Holanda, donde trabajó como leñador y pelador de patatas durante todo el día, bajo las torturas de sus guardianes. Sufrió disentería con hemorragias, y fue enviado a la enfermería donde ayudaba a todos con heroica caridad. Se reunía con los presos y hacían tertulias religiosas, literarias. Fue trasladado de nuevo a Scheveningen, para recibir nuevo interrogatorios y luego le condujeron al campo de concentración de Dachau, en Alemania, pero antes pasó por la prisión de Kleve, Alemania, donde sufrió una agonía espiritual, atormentado por las dudas acerca de lo acertado de su conducta y de cuál era la voluntad de Dios. En el campo de Dachau, sufrió todo tipo de tormentos, por los terribles trabajos que tuvo que realizar; fue trasladado a enfermería y fue sometido al experimento de los flemones artificiales. Entre humillaciones y sufrimientos sin fin, murió asesinado con una inyección de ácido fénico.
La enfermera que lo mató había sido educada católica, pero había abandonado la fe. Preparándose para la muerte, el padre Tito le dio su rosario. Ella le dijo que había olvidado las oraciones, pero él le dijo que podría de todos modos decir las últimas palabras: “Ruega por nosotros pecadores”. Pasada la guerra, ella no sólo volvió a la Iglesia, sino que habló en el proceso de beatificación. Su cuerpo fue incinerado en el horno crematorio y sus cenizas arrojadas a la fosa común. Fue beatificado el 3 de noviembre de 1985 por san Juan Pablo II.
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Beata JOSEFA MARÍA DE MICHELI (María Pierina). (1890-1945).
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La Madre Pierina comunica al Papa que, el 31 de mayo de 1938, mientras oraba en la Capilla de Milán, tuvo una visión en la que la Virgen María le mostraba un escapulario formado por dos retazos de tela blanca: uno con la imagen del Divino Rostro y a su alrededor el texto "Illumina, Domine, vultum tuum super nos" (Ilumínanos con tu rostro o Señor), y sobre el otro lado una Hostia resplandeciente y a su alrededor el texto "Mane nobiscum Domine" (Estás con nosotros Señor). Ese escapulario, reemplazado luego por la medalla, será “un arma de defensa, un escudo de fortaleza, una prenda de amor y misericordia que Jesús quiere dar al mundo”. Promete a los que la lleven y hagan los días martes una visita al Santísimo Sacramento, “ser fortificados en la fe, prontos a defenderla y a superar todas las dificultades internas y externas” y además “una muerte serena bajo la mirada de su Divino Hijo”. Después de muchas penalidades y gozos murió en “Santo Volto” (Santo Rostro) en Centonara D´Artò, provincia de Novara, donde habían trasladado el Noviciado.
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San JORGE PRECA. (1880-1962).

Este fue el gran anhelo que impulsó a don Jorge a lo largo de toda su vida. En 1910 fundó la rama femenina. La Sociedad atravesó momentos de dificultad y prueba. En 1909 recibió la orden de cerrar todos los centros, y obedeció sin quejas. Ante la protestas de los párrocos el obispo revocó la orden. En los períodicos de los años 1914-1915, fueron criticados con artículos infamantes, pero don Jorge pidió a sus socios que los aceptaran con mansedumbre y serenidad. Escribió numerosos libros de dogmática, ascética y moral. Fue un gran consejero espiritual y fue también apóstol del misterio de la Encarnación. Tomó como lema para su fundación: “Verbum Dei caro factum est” (Jn 1, 14). En los momentos de prueba se encomendó a María. En 1918 se inscribió en la Tercera Orden Carmelitana, eligiendo, al profesar, el nombre de fray Franco. Además quiso que todos los miembros de su comunidad, llevaran el escapulario del Carmen. Tuvo una devoción especial por Nuestra Señora del Buen Consejo y divulgó con empeño la medalla milagrosa. Después de una vida entregada al apostolado murió con fama de santidad en su casa en Santa Venera, Malta. Es el primer santo de la isla de Malta. Fue canonizado por SS Benedicto XVI el 7 de junio de 2007.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
San Erasto. s. I.

Santos Benigno y Caro de Malcesine. s. VIII-IX. Fueron dos eremitas que vivieron entre los siglos VIII y IX en la zona de Malcesine, en la orilla veronense del lago de Garda.

De sus hechos humanos no se sabe nada, se piensa que quizás fueron dos eremitas agustinos. Sus restos reposan en la iglesia de Santo Stefano de Malcesine donde son venerados.
San Simeón de Polirone. M. 1016.

San Austindo de Auch. M. 1068.

Evangelista y Peregrino. Beatos. M. c. 1250.
Martirologio Romano: En Verona, en los confines de Venecia, beatos Evangelista y Peregrino, presbíteros. Nacieron en Verona y fueron amigos de escuela, juntos se hicieron agustinos y los dos tuvieron el don de hacer milagros y murieron con pocas horas de diferencia. Su culto fue aprobado en 1837.
Hugo de Actis. Beato. M. c. 1290.

Camila Gentili. Beata. M. 1486.

A pesar de esto, su rencor hacia los Grassi no se aplacó, si no que creció de tal manera que prohibió a su mujer tener contactos con su madre Brandina. Cuando supo que su prohibición no había sido respetada, Battista con fingida ternura invitó a Camila para que lo acompañara a Uvaiolo, localidad donde poseía unas tierras, para pasar algunas horas en la tranquilidad del lugar. Camila aceptó sin darse cuenta que la estaba conduciendo a la muerte, ya que su marido con un puñal la mató, mientras ella le pedía a Dios su perdón y le manifestaba su amor. Battista se quedó confundido y paralizado, de tal manera que al no poder huir, fue descubierto y arrestado. Su cuerpo se encuentra en la iglesia de San Domenico de San Severino. En Italia se la venera como mártir.
Jorge Swallowell. Beato. M. 1594.

Convencido de la verdad del catolicismo, no dudó en anunciarlo a su feligresia desde el púlpito. Fue arrestado y llevado ante la cárcel de Durham, donde estuvo durante un año antes de su juicio. Compareció ante el juez acompañado por los beatos Juan Boste y Juan Ingram, que fueron senteciados a ser ahorcados y descuartizados. Jorge se aterrorizó al oir la sentencia y sin pensarlo le pidió al juez que le dejara prestar el juramento de reconocimiento de la supremacía religiosa de la reina. Pero san Juan Boste le hizo ver que cambiaba la vida eterna por la temporal y le animó a arrepentirse de aquella debilidad. Las palabras surgieron efecto, pues Jorge manifestó que era y quería morir católico. Fue condenado a muerte por haberse reconciliado con la Iglesia católica y fue ajusticiado en Darlington.
Juan Ingram. Beato. (1565-1594).

En 1591 regresó a Inglaterra; trabajó en Escocia con notable éxito, y luego huyendo de sus perseguidores se marchó a Wark en Inglaterra. Pero regresó pronto a Escocia y allí fue capturado y encarcelado en las cárceles de Berwick y York, desde la que fue enviado a la Torre de Londres; aquí fue torturado cruelmente por el bárbaro Topcliffe quería sacarle los nombres de los católicos. No delató a nadie. Para el juicio se le envió a York, Newcastle y Durham. Fue acusado y condenado como traidor por haberse ordenado fuera de Inglaterra y ejercer el ministerio sacerdotal. Para su ejecución fue llevado a Newcastle y ahorcado frente a la casa de la familia Riddells, donde se habían celebrado misas.
Guillermo Webster. Beato. (1560-1641).

Nació en Thornby (Inglaterra). Aunque usó el apellido Ward, su verdadero apellido era Webster, y nació en el seno de una familia católica. Estudió en Douai donde fue ordenado sacerdote (1608).
Volvió a Inglaterra pero el barco por una tempestad fue lanzado a las costas de Escocia, donde fue detenido sospechando que era sacerdote católico. Estuvo tres años en prisión, y después puesto en libertad. Pasó entonces a Inglaterra e inmediatamente fue detenido de manera que en su trabajó en la misión inglesa durante 30 años, veinte de los cuales transcurrieron en prisión. En cuanto dependió de él trabajó con gran dedicación en mantener la fe católica y extenderla, a pesar de todas las veces que estuvo en la cárcel. Mantuvo siempre gran paciencia y fortaleza de espíritu, con una profunda espiritualidad sacerdotal.
Por ello cuando en 1641 ante la orden general de que los sacerdotes católicos debían abandonar la isla, él no quiso abandonar a sus muchos fieles.
Fue detenido y encarcelado en Newgate, siendo procesado y condenado por traidor. Subió serenamente al patíbulo convencido de su inocencia y de la buena causa por la que moría. Fue ahorcado y descuartizado en Tyburn, Londres. Fue beatificado en 1929 por SS Pío XI.
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