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San JUAN BAUTISTA DE LA SALLE
Beato HERMÁNN JOSÉ
San ENRIQUE WALPOLE y Beato ALEJANDRO RAWLINS
San PEDRO NGUYEN VAN LUU
Beata MARÍA ASUNTA PALLOTA
OTROS SANTOS DEL DÍA
SAN GUILLERMO, Abad
Examinad todo, y ateneos a lo bueno.
(1 Tesalonicenses, 5, 21).
Examinad todo, y ateneos a lo bueno.
(1 Tesalonicenses, 5, 21).
San Guillermo nació en París y fue educado en el monasterio de San Germán del Prado. La regularidad de su conducta y la inocencia de sus costumbres lo constituyeron en ejemplo vivo para toda la comunidad. Entró en la orden de los Canónigos Regulares y mereció que lo eligieran subprior. El obispo de Roskilda, en Dinamarca, sabedor de sus virtudes, lo llamó a su diócesis y le encargó la dirección de los Canónigos Regulares de Eskilso, a quienes gobernó durante treinta años en calidad de abad. Lleno de virtudes y de méritos murió el 6 de abril de 1203
MEDITACIÓN SOBRE NUESTRA VOCACIÓN
I. Debes elegir un género de vida. A fin de que no te arrepientas de la elección que hagas, ruega insistentemente a Dios que te haga conocer su santa voluntad, y mantente presto a ejecutar sus órdenes desde que te sean conocidas. Consulta en seguida a tu director espiritual, quien, con relación a ti, hace las veces del mismo Dios, y dile lo que te haya inspirado el Señor. La acertada elección del camino para seguir, depende de Dios; Él te ayudará, si de- muestras entera sumisión a su voluntad.
II. Examina después las razones que puedan inclinarte a talo cual género de vida, y las que puedan apartarte de él. Deducirás estas razones del fin para el cual estás en este mundo. No estás aquí sino para salvarte; que tu salvación sea, pues, la regla de tu elección: mira en qué estado puedes trabajar en esto más fácilmente. Haz lo que aconseja rías a un amigo que se encontrase en tu situación, y considera aquello que, en la hora de tu muerte, querrías haber hecho.
III. Cuando hayas conocido la voluntad de Dios, ejecútala prontamente; porque es burlarse de Dios consultarlo y, después, despreciar sus inspiraciones. No temas las dificultades, Dios te dará las gracias necesarias para superarlas. Contigo trabajará, pues trabajas con Él. Que tu salvación sea la regla única de tu conducta. ¿De qué le sirve al hombre amontonar todo lo que está fuera de él, y perderse él mismo? (San Gregorío).
El examen de conciencia
Orad por las congregaciones religiosas.
ORACIÓN
Señor, haced, os lo suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Guillermo, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus oraciones lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S.
http://www.aciprensa.com/podcast/santo/abril06martiresdepersia.mp3
Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bautista de la Salle, presbítero, que en Reims, de Normandía, en Francia, se dedicó con ahínco a la instrucción humana y cristiana de los niños, en especial de los pobres, instituyendo la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, por la cual soportó muchas tribulaciones, siendo merecedor de gratitud por parte del pueblo de Dios.
Natural de Reims. Señor de La Salle, perteneciente a una noble familia de abogados. Ingresó en el colegio de “Bons Enfants”, dependiente de la universidad de la Sorbona de París, luego continuó su vida escolar en la universidad donde inició los estudios en Artes. Simple tonsurado, sucedió a su tío Pedro Dozet en una canonjía en la catedral de Reims (1667). Después de haber estudiado en el seminario de Saint-Sulpice de París y en la Sorbona donde se doctoró en Artes, al fallecer sus padres volvió a Reims, y se puso al frente de su casa, eligiendo como director espiritual al beato Nicolás Roland.
Fue ordenado sacerdote en el 1678, mientras seguía ocupándose de su familia y se doctoraba en Teología. Siguió las huellas del canónigo beato Nicolás Roland, que se ocupaba de las clases sociales más pobres. En 1670 abrió, en tres parroquias de su ciudad, tres escuelas para muchachos pobres, renunció a la canonjía y vendido su patrimonio para dedicarse a la educación e instrucción de los niños pobres (en 1679 ya había fundado una escuela para los pobres), dando inicio a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (sólo en 1684 emitieron los votos temporales sus doce hermanos) que puso bajo el patronato de María: "El espíritu de Instituto consiste en un ardiente celo de instruir a los niños y educarles en el amor de Dios; conduciéndoles a conservar su inocencia; inspirándoles gran aversión y sumo horror al pecado y a todo lo que puede hacerles perder la pureza. Para vivir en este espíritu, los Hermanos se esforzarén con la plegaria, con las instrucciones, con la vigilancia y con la buena conducta, en procurar la salvación de los niños que le son encomendados; educándolos en la piedad y en el verdadero espíritu cristiano, según las reglas y las máximas del Evangelio". Las características que debía tener un maestro eran: gravedad, silencio, discreción, prudencia, sabiduría, paciencia, reserva, bondad, celo, vigilancia, piedad y generosidad.
Su vida se vio signada con pleitos, calumnias, persecuciones, ataques de los jansenistas, de sus familiares (que le echaban en cara sus compromisos con gente humilde), de los mismos burgueses y aristócratas de la época (que le acusaban de deshonrar su estado canónico); sufrió hostilidades hasta hacerse condenar dos veces por la corporación de los maestros de escuela; toleró pacientemente las odiosas medidas de los dignatarios eclesiásticos, que lo destituyeron por incapaz, acusándolo incluso en un proceso (1712) de subordinar a los menores, y por fin sobrellevó las incomprensiones de sus mismos cohermanos mediocres, que lo abandonaron. El obispo de París lo destituyó como superior y expulsó su obra de la ciudad, aunque el siguió siendo el superior en la práctica y abrió escuelas en Chartres, Calais, Troyes, Marsella, Dijón…
Murió en la casa profesa de Saint-Yon, donde ejercía de capellán, de una enfermedad reumática y urémica, después de haber renunciado a su cargo de superior en 1717, dedicándose en el ínterin a escribir obras religiosas como "Regla común". "La Regla del Director". "Meditaciones para el tiempo de retiro". "Colección de varios trataditos". "Guía para el formador de maestros". "Guía de las Escuelas Cristinas". "Los deberes del cristiano". "El tratado de Urbanidad". "Instrucciones y oraciones para la comunión y la confesión". "Silabarios para las aulas". En el momento de su muerte pronunció una frase que le hizo célebre: "Adoro en todas las cosas la voluntad de Dios". Está enterrado en Roma. Patrono de todos los educadores cristianos. MEMORIA OBLIGATORIA.
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Martirologio Romano: En el monasterio de los Premostratenses de Steinfeld, en Alemania, san Hermano José, presbítero, que brilló por su delicado amor hacia la Virgen María y celebró con himnos y cánticos su devoción hacia el divino Corazón de Jesús.
Nació en Colonia, en el seno de una familia muy pobre. Fue llamado Hermán José por su devoción a san José. Se hizo religioso premostratense a los doce años, en Steinfeld. Estudió en el monasterio de Mariengart, en Holanda, fundado desde hacía relativamente poco tiempo por el beato Federico de Hallum. Antes de ser presbítero su ocupación predilecta fue la de sacristán (para permanecer ante Cristo lo más posible día y noche). Ordenado sacerdote premostratense, ejerció su ministerio en los monasterios de las religiosas cartujas y premostratenses de la región. Se distinguió por su modestia, candor, sumisión y sus experiencias místicas. De él se dijo: "Piensa tanto en Dios que el mundo le es indiferente; pero su corazón es como un hospital general, abierto a todos".
Sentía una especial devoción por María, y sobre su trato con ella, se narran muchos relatos milagrosos. No soportaba que lo alabaran. Al más leve indicio de un posible halago, se volvía áspero y rehuía el trato. Este desprecio de sí mismo hacía que las personas del mundo le consideraran un necio. A los creyentes, sin embargo, les parecía un ángel, con aspecto de persona humana. Murió con 91 años después de haber ocupado todos los cargos dentro de su convento. Su caridad la dedicó sobre todo a sus hermanos en religión. Ha dejado algunos escritos místicos y fue particularmente devoto de santa Úrsula. Se le atribuye el famoso himno "Summi regis cor aveto" en honor a Jesucristo. Sus reliquias reposan en la iglesia de Steinfeld.
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Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, san Enrique Walpole, de la Compañía de Jesús, y beato Alejandro Rawlins, presbíteros y mártires, que, bajo la reina Isabel I, fueron encarcelados y cruelmente maltratados por ser sacerdotes, alcanzando la corona eterna al ser después ahorcados y descuartizados.
Enrique era natural de Docking en Norfolk, estudió en Norwich, en Cambridge (en Peterhouse) y en Gray's Inn y era conocido como poeta. En 1581 asistiendo al martirio de san Edmundo Campión se convirtió al catolicismo y estudio para el sacerdocio en el colegio inglés de Roma, donde entró en la Compañía de Jesús (1584). Ordenado en 1588 en París. Siendo capellán militar fue apresado y rescatado por su hermano, viajó a Valladolid como ayudante del rector del colegio inglés recién fundado por Robert Persons; poco tiempo después fue destinado a Sevilla y destinado a su patria.
Marchó a Dunkerque y allí embarcó en 1593. Las tormentas le llevaron al norte y desembarcó en Bridlington, trabajó en York pero fue apresado y llevado a Londres. Torturado, procesado y condenado por traidor a la reina, fue ahorcado y descuartizado en York, tras la ejecución del beato Alejandro Rawlins.
Alejandro era sacerdote secular nacido en Glucestershire. Estudió en Oxford, donde se graduó. Convencido de la verdad del catolicismo decidió dedicar su vida a la propagación de la fe y se marchó al seminario de Reims y fue ordenado en 1590. Acompañado del beato Edmundo Gennings y de otro sacerdote, volvió a Inglaterra; durante el viaje fueron capturados por los calvinistas en Crépry-en-Laonnois, aunque fueron soltados más tarde. Su campo de trabajo fue Yorkshire, donde pudo realizar su tarea apostólica durante cuatro años. Fue capturado en 1594 por los cazasacerdotes.
Fue encerrado en los calabozos del castillo de York; renunció al jurado popular para que el pueblo no tuviera que mezclarse en su juicio, y fue condenado por los jueces como traidor junto con el jesuita san Enrique Walpole y martirizados el mismo día. Murió en Worchester.
Mientras san Enrique Walpole ya ha sido canonizado, pues entró en la extraña selección de los 40 mártires canonizados, produciéndose varios casos como éste en que compañeros de prisión, juicio y martirio fueron separados a la hora de la glorificación celestial, sin ninguna causa que lo justifique aparentemente.
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Martirologio Romano: En Conchinchina, san Pedro Nguyen Van Luu, presbítero y mártir, que en tiempo del emperador Tu Duc fue condenado muerte y subió alegre al patíbulo.
Nació en Govap, Vietnam. Se crió en Xom-Quam, en la provincia de Binh-Dinh. Ingresó en el seminario de Penang, y antes de ser sacerdote fue catequista en la frontera de Camboya, la misión que desarrolló satisfizo a sus superiores de la misión. Ordenado sacerdote fue enviado al distrito de Mac Bac. Fue párroco de Sa-Dec, y varios años más tarde de My-Tho.
Fue un sacerdote ejemplar, entregado a la instrucción de catequistas y fieles, animando a las comunidades cristianas en medio de la persecución del rey Tu-Duc, comprando a los jefes de la cárcel para que le dejaran visitar a los cristianos, a los que les daba los sacramentos y animaba a no desfallecer en la fe. Pero al caérsele una carta del bolsillo, cuando ya era sospechoso, lo interrogó un oficial al que no negó que era cristiano y sacerdote. Conducido ante el mandarín gobernador, volvió a repetir su declaración y fue encarcelado.
Con amenazas y tormentos se le quiso obligar a pisar la cruz, pero él se mantuvo firme, por lo que el juez consideró que debía ser ejecutado. Una vez decapitado en My-Tho, los soldados huyeron del sitio, temiendo la venganza del espíritu del difunto, lo que permitió a los cristianos recoger su cuerpo y darle sepultura.
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Martirologio Romano: En el lugar de Dongerkou, en China, beata María Assunta Pallotta, virgen de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, dedicada a cargos humildes.
Nació en Force (Marcas, Italia), de una familia campesina, pobre, religiosa. Fue siempre laboriosa, sencilla, amable, muy devota. Vivió los primeros años en Castel di Croce hasta que su familia se trasladó definitivamente a Force. No pudo seguir estudios regulares pues muy pronto tuvo que dedicarse al trabajo.
La determinación de abandonar el mundo surgió en ella de una manera súbita e imperiosa, por lo cual, ayudada de personas buenas, dada la pobreza de su familia, se dirigió a la casa de probación de las religiosas Franciscanas Misioneras de María el 4 de mayo de 1898. Vivió en Roma, Grottaferrata y Florencia, distinguiéndose por la sencillez, la humildad, la prontitud para realizar los servicios más modestos y los trabajos más pesados. Dos años después eran martirizadas en China siete Misioneras.
Hacia 1903 María Assunta pidió a la fundadora ser enviada a China, para dar la vida por Cristo y por la fe, petición que le fue aceptada. Tras recibir la bendición de san Pío X, emprendió el viaje con otras hermanas y llegó a Shansi (China) en junio de 1904. Fue destinada como cocinera al orfanato de un pueblo pequeño, Donger-kou. De nuevo aquí fue la monja sencilla, dócil, generosa, sacrificada, entregada a trabajos humildes en los que prodigaba el amor que bebía en su vida con Dios.
El invierno fue rigurosísimo; en los primeros meses del año siguiente, 1905, en todo Shansi cundió una terrible epidemia de tifus, y, además de varias huérfanas, murieron cuatro religiosas, la tercera de las cuales fue sor María Assunta. Había caído enferma el 19 de marzo, aniversario de su partida de Italia. La tarde del 7 de abril recibió los últimos sacramentos y veinte minutos antes de morir, un perfume misterioso inundó las habitaciones donde ella había vivido.
En 1913, al exhumarla, su cuerpo fue hallado en perfecto estado de conservación. Los chinos la llamaron "la santa de los perfumes". Es la primera Franciscana Misionera de María que llegó a la santidad sin pasar por el martirio. Ella hubiera querido convertir a todos los habitantes de China, pero su apostolado fue fugaz: se extinguió antes de cumplir los 27 años de edad.
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San Peleusio. s. III.
Martirologio Romano: En Alejandría, de Egipto, san Pelusio, presbítero y mártir.
Según Abel Della Costa: “Comenzando por el "Martirologio Hieronymianum", este santo presbítero de Alejandría es mencionado, con las variantes gráficas de Peleusio y Pelusio, en todos los martirologios históricos representativos: Adón, Usuardo, Notkero, Beda, etc., aunque no en todos aparece como mártir. El primer Martirologio Romano adoptó el elogio que aun hoy transmite, es decir, «presbítero y mártir», pero no es posible ir más allá de esta noticia. Los bolandistas le dedican apenas unas diez líneas, y es para elucidar las variantes de presentación en los distintos martirologios. No hay rastros de sus actas”.
San Caliopio. M. 303.
Martirologio Romano: En Pompeyópolis, de Cilicia, san Caliopio, mártir.
Pertenecía a una familia senatorial de Perge en Panfilia y fue educado en el cristianismo por su madre Teoclia. Al comenzar la persecución de Diocleciano, se fue a Pompeyópolis en Cilicia donde, testigo de las orgías organizadas por el prefecto Máximo, se negó a participar profesándose cristiano. Máximo, intentando que abjurase, le prometió la mano de su única hija si sacrificaba a los dioses; Caliopio prefirió el celibato y el martirio. Fue arrestado, flagelado, torturado y encadenado en la cárcel. Distribuyó sus bienes, liberó a sus esclavos, su madre se unió con él en Pompeyópolis para morir con él: obtuvo del verdugo que su hijo muriese crucificado cabeza abajo.
Santos Mártires de Sinope. M. c. 310.
Martirologio Romano: En Sinope, del Ponto, doscientos santos soldados mártires.
Según los menologios griegos san Rufino diácono, Aquilina y 200 soldados sufrieron martirio en la ciudad de Sinope, en el mar Negro, durante el imperio de Maximiano (305-311). Cuando Rufino fue encarcelado por confesar su fe cristiana, Aquilina, que debía ser una mujer de la ciudad de Sinope, quiso seguirle en su confesión de la fe, por ello, ella también fue detenida. En la prisión gracias a su predicación y milagros se convirtieron 200 soldados y todos fueron decapitados por la espada.
El Martirologio Romano sólo celebra hoy la festividad de los 200 soldados, no sabemos la causa de la exclusión de Rufino y Aquilina.
Santos Teodoro, Ireneo, Serapión y Amonio. M. 310.
Martirologio Romano: En Pentápolis en Libia, santos mártires, Teodoro, obispo, Ireneo, diácono, Serapión y Amonio, lectores.
Teodoro era obispo de Pentápolis en Libia, su diácono Ireneo y sus lectores: Serapión y Amonio; les cortaron la lengua, pero sobrevivieron y murieron de muerte natural; a pesar de ello son considerados mártires, durante el imperio de Galieno.
Ursulina Veneri de Parma. Beata. (1375-1410).
Nació en Parma. A los seis años comenzó a tener extraordinarias revelaciones. A los nueve años, Cristo le ordenó de ir a Aviñón a ver al antipapa Clemente VII, para que renunciara a su cargo. Dio a conocer sus primeras revelaciones y fue sometida a proceso inquisitorial, acusada de brujería.
Se consagró a dar fin al cisma de Occidente pidiendo al papa Bonifacio IX que pusiera fin al cisma. Después de una peregrinación a Tierra Santa, en 1396. A su vuelta, vivió un tiempo en Venecia, admirada por todos por su virtud, pero se le negó entrar en Parma por el tirano Otón Terzi, porque temía que Ursulina contradijera su tiranía; fue desterrada a Bolonia, y murió en Parma donde fue a visitar a su madre. Parece que no fue nunca oblata benedictina como afirman algunos hagiógrafos.
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