INDICE
Santa JUANA FRANCISCA FRÉMYOT DE CHANTAL
San PORCARIO y compañeros
Santos SANTIAGO DO MAI NAM, ANTONIO NGUYEN DICH y MIGUEL NGUYEN HUY MY
San JAENBERT
Beato INOCENCIO XI
Beato ANTONIO PERULLES ESTIVILL
Beato BUENAVENTURA GARCÍA PAREDES
Beatos SEBASTIÁN CALVO MARTÍNEZ y 5 compañeros
Beata VICTORIA DÍEZ Y BUSTOS DE MOLINA
Beatos MANUEL BASULTO JIMÉNEZ y 5 compañeros
Beatos MANUEL BORRÁS FERRÉ, AGAPITO MODESTO y 145 compañeros
Beatos FLORIANO STEPNIAK y JOSÉ STRASZEWSKI
Beato CARLOS LEISNER
OTROS SANTOS DEL DÍA
San Herculano de Brescia
Mientras tenéis luz, creed en la luz,
para que seáis hijos de la luz.
(Juan 12, 36)
Mientras tenéis luz, creed en la luz,
para que seáis hijos de la luz.
(Juan 12, 36)
. M. c. 550.
Martirologio Romano: En Brescia, san Herculano, obispo XVIIIº Obispo de Brescia. Parece que murió a Campione del Garda, donde, según algunos historiadores, se había retirado a la vida eremítica. Sus reliquias reposan en la iglesia de Maderno. Patrón de Salò (Brescia).
MEDITACIÓN SOBRE TRES MOTIVOS PARA AMAR LA CASTIDAD
I. Dios quiere ser amado; ahora bien, para amarlo perfectamente, no hay estado más ventajoso que el de la castidad. “La que vive con un esposo –dice San Pablo–, busca agradar a su esposo; pero una virgen no piensa sino en agradar a Dios”. Oh divino Esposo de nuestras almas, ¡cuán dulce el amaros! ¿Quién os iguala en belleza, en bondad y en riquezas? Busca un esposo semejante a Jesucristo; si encuentras uno, ámalo, adhiérete a él, si no, no te alejes de Jesús.
II. Testimonio de mucho amor por Jesucristo es sufrir mucho por Él y privarse, para agradarle, de los gozos terrenales; pues bien, eso es lo que hace un cristiano mediante la castidad: es preciso que se mortifique, que renuncie a todos los placeres de los sentidos, que se haga continua violencia. Se vio a muchos exponerse a sufrimientos, a la muerte misma, para agradar a una creatura cuya belleza los había seducido; ¡Y para agradar a Dios nada se quiere hacer! Si tanto se estima una perla falsa, ¡cuánto no habrá de estimarse una perla preciosa! (Tertuliano).
III. El sacrificio es el mayor honor que podemos tributar a Dios. Ahora bien, el hombre casto sacrifica su cuerpo como hostia viva. El amor divino es el fuego que consume esta inocente víctima; el sacrificador y la víctima son el corazón y el cuerpo del cristiano. Este holocausto dura lo que dura la vida; por esto la castidad es un martirio, aparentemente menos cruel que el que los tiranos hicieron sufrir a los primeros cristianos, pero en realidad más penoso a causa de su larga duración. La castidad conservada implica también su martirio (San Jerónimo).
La castidad.
Orad por las vírgenes.
ORACIÓN
Haced, Señor, que seamos sostenidos por la asistencia continua de vuestros bienaventurados mártires Tiburcio y Susana, ya que no cesáis de mirar favorablemente a quienes acordáis tales socorros. Por J. C. N. S.
Martirologio Romano (1956)
12 de agosto
Santa JUANA FRANCISCA FRÉMYOT DE CHANTAL. (1572-1641).
Martirologio Romano: Santa Juana Francisca Frémyot de Chantal, religiosa: de su matrimonio cristiano tuvo seis hijos, que educó en la piedad; al quedarse viuda, recorrió alegremente bajo la guía de san Francisco de Sales la vía de la perfección, dedicándose a las obras de caridad sobre todo hacia los pobres y los enfermos; fundó la Orden de la Visitación de Santa María, que dirigió con sabiduría: Su tránsito ocurrido en Moulins en la orilla del Allier cercano a Nevers en Francia fue el 13 de Diciembre
Juana Francisca Frémyot, nació en Dijón, en el seno de una familia aristocrática (su padre era presidente del parlamento de Borgoña); después de una excelente educación fue dada en esposa, con menos de 21 años (1592), al barón de Chantal, Cristóbal de Rabutin, a quién le dio seis hijos (de los cuales sobrevivieron sólo cuatro). Vivió santamente, superando los influjos hugonotes. Al morir el barón en un accidente de caza, ella con 29 años, vivió momentos de desolación, pues aunque perdonó al homicida, durante mucho tiempo fue incapaz de estar en los mismos lugares donde éste había estado. En esta viudez tanto más sentida por el feliz matrimonio que había vivido, se dedicó a la educación de sus hijos y al servicio de los pobres y de los enfermos, soportando no pocas humillaciones por parte de la criada de su suegro, que gobernaba la casa como dueña, en su nuevo lugar de residencia el castillo de Monthelon; soportó estas humillaciones con el fin de convertir a su suegro, cosa que consiguió, pues terminó muriendo cristianamente. A través de un camino de dolorosas purificaciones, (se puso en manos de un fraile despótico que le encaminó hacia los escrúpulos), su vida de oración siguió una dirección contemplativa que superó la fase del demasiado rígido ascetismo que le había impuesto al comienzo, el obispo de Annecy; llegó a grabarse con un hierro candente el nombre de Jesús en su propio pecho, a la altura del corazón.
En 1604, encontró en Dijón, durante una predicación cuaresmal, a san Francisco de Sales, con quien inició una profunda relación de sumisión espiritual, obteniendo las luces necesarias para su consagración total al Señor y para la entrega de una vida mística, cuyo valor había podido experimentar a través del contacto mantenido con los carmelitas de Dijón. En 1607, san Francisco de Sales, la liberó de todos sus escrúpulos y le reveló su proyecto de fundar una Orden femenina de clausura, que fuera accesible también para mujeres ancianas y de frágil salud: era la Confraternidad de la Visitación de María (las Salesas) en Annecy, que fue fundada en 1610, después de que Juana Francisca se ocupara de colocar a sus hijas más pequeñas. Parece que una de sus hijas se casó con un hermano de san Francisco de Sales, por lo que se estableció entre ellos un vínculo familiar. Su único hijo varón se opuso a su vocación religiosa, pero ella insistió y pasó por encima del cuerpo del hijo, que se había extendido en el umbral de la puerta de entrada de la casa para impedirle que se marchara. En 1615, la casa de Lyon fue obligada por el arzobispo, a aceptar la regla de clausura, pero con la oposición de Francisco de Sales, que pensaba para esta fundación, en un tipo de vida mixta (como la de Marta y María), en la que el acento puesto en la contemplación, no impidiera a las profesas salir a visitar a los enfermos. Era una Orden en la que "las enfermas pueden entrar para entregarse a la perfección del amor divino". Pero en 1622, por orden del obispo de Lyon, se convirtió en una Orden de estricta clausura, bajo la regla de San Agustín, y Juana aceptó.
Fue una mujer entregada al servicio de los demás y vivió una total obediencia alegremente. Se cuenta que antes de proponerla Francisco de Sales su propósito de fundar la Visitación, la probó en la obediencia de este modo: "Escuche, le dijo Francisco, es necesario que Vd. entre en Santa Clara, -Padre mío estoy dispuesta-, -No, No sois lo bastante fuerte. Os deberíais hacer hermana en el hospital de Beaune-. -Todo lo que a Vd. le parezca-. -No, es lo que quiero, os debéis hacer Carmelita-. -Estoy dispuesta a obedecer- ", dijo Juana Francisca.
En 1622, perdió precozmente a su director espiritual, y desde entonces se ocupó de la publicación de sus escritos. Tras muchas fundaciones, que comportaron numerosos viajes y fatigas, afligida por crueles pruebas de aridez espiritual y tentaciones contra la fe, murió de pulmonía (después de una larga y dolorosa agonía, en la casa de Moulins). Según san Vicente de Paúl, que sucedió a san Francisco de Sales en la dirección de su alma, sufrió penas internas muy grandes, aunque en apariencia gozase de la paz y tranquilidad de espíritu de que gozan las almas que han llegado a un alto grado de virtud. Se dice que vivió con tal violencia, que se le hinchó el estómago por no querer llorar. Una de sus preocupaciones fue apartar la mirada de su interior, no pudiendo soportarse a sí misma a la vista de su alma, llena de tales miserias que parecía la imagen del infierno. Murió en el monasterio de Moulins mientras realizaba un viaje. Su cuerpo se conserva incorrupto en este monasterio. La canonización de santa Juana Francisca tuvo lugar en 1767 por el papa Clemente XIII. MEMORIA FACULTATIVA.
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San PORCARIO y compañeros. M. c. 732.
Martirologio Romano: En la isla de Lérins, en la Provenza, santos mártires Porcario, abad, y varios monjes, que, según la tradición, murieron a manos de los sarracenos
La famosa abadía de Lérins fue fundada por san Honorato de Lerins en el 410 en una isla de la costa de Provenza, que actualmente se llama Isla de San Honorato, frente a Cannes.
En el siglo VIII, en la Provenza se desató un lucha entre musulmanes, de España o del norte de África, llamados por el patricio Mauronto que se había rebelado contra el mayordomo de Austrasia, Carlos Martel, y habían invadido la Provenza. Carlos Martel pidió ayuda a los lombardos que también saquearon la región.
La comunidad estaba formada por más de 500 monjes, novicios, «alumnos» y familiares. Hacia el año 732, el abad Porcario recibió aviso de un ángel de que la abadía estaba amenazada por una invasión de bárbaros infieles que vendrían del otro lado del mar. La crónica medieval llama a los invasores «piratas sarracenos», que se adueñarían de la abadía y matarían a todos los monjes. Porcario embarcó inmediatamente rumbo a Italia a todos los alumnos que se educaban en el monasterio y a treinta y seis de los religiosos novicios y dieciseis alumnos, además de las reliquias conservadas en el monasterio, con el fin de que un día pudieran regresar y reconstruir la abadía. Después, reunió al resto de la comunidad y la exhortó a morir valientemente por la fe de Jesucristo.
Ante la noticia del abad Porcario, todos dijeron estar dispuestos a morir, excepto dos jóvenes monjes de nombre san Colombo y Eleuterio, que se escondieron en una gruta de la costa.
Los piratas desembarcaron, atacaron la abadía, y asesinaron a todos los monjes, excepto a cuatro, a quienes se llevaron como esclavos. Desde la caverna en la que se había escondido Colombo, asistió aterrorizado a la masacre de sus hermanos, viendo como sus almas subían al Cielo; preso de remordimientos y resistiendo al intento de retenerlo de Eleuterio, se presentó a los sarracenos que lo decapitaron enseguida, fue el último de los mártires.
La narración prosigue que los cuatro jóvenes monjes hechos prisioneros, consiguieron escaparse mientras estaban en el puerto de Agav, huyendo a través de los bosques hasta el pueblo de Ara Lucis (hoy Arluc), desde el que llegaron a Lerins, encontrándose a Eleuterio, que aterrorizado no había dejado su escondite.
Los cinco sepultaron en Lerins al abad y a cerca de 500 monjes ejecutados, después de terminar, se marcharon alcanzando a los novicios que se encontraban en Italia, fueron a Roma para contarle al Papa, la muerte de los monjes y la destrucción de la abadía. Veinte años después, todo el grupo regresó a Lerins, como había previsto el abad Porcario, reconstruyeron la abadía.
El Martirologio Romano menciona a san Porcario y a sus compañeros. La diócesis de Fréjus celebra su fiesta. Desde el punto de vista histórico, el relato ofrece muchas dificultades, ya que los mártires fueron víctimas de la lucha política entre musulmanes y francos, más que por motivos religiosos; pero en aquel periodo todos los hombres de iglesia, que morían de muerte violenta, eran considerados mártires.
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San JAENBERT. M. 792.
Nació en Inglaterra. En el 760 fue nombrado abad del monasterio de San Agustín de Canterbury, sucediendo al difunto Aldhun. Cuatro años después después, en el 764, el arzobispo san Bregwino murió y fue sepultado en Christo Church, esto trajo muchas polémicas, ya que el monasterio de San Agustín tenía el privilegio de custodiar los restos de los reyes y de los arzobispos, por esto Jaenbert, como abad protestó ante Roma; entonces los monjes de Christ Church para bloquear el recurso, lo eligieron arzobispo de Canterbury.
La fecha de su consagración es el 2 de febrero del 765, ceremonia oficiada por Egbert, arzobispo de York. No hay muchas noticias sobre sus primeros años de episcopado, que duró 26 años, pero es cierto que el prestigio de la sede de Canterbury era muy importante en aquel tiempo, sobre todo a raíz de la situación política de Kent, que veía contrapuestos los intereses de los sajones occidentales y orientales y de los de Mercia.
Probablemente fue en este periodo que los arzobispos de Canterbury adquirieron el derecho de acuñar moneda, ya que Jaenbert fue el primer arzobispo del que se conservan monedas. Está documentado que en el 767, Jaenbert recibió el palio como arzobispo del papa san Pablo I y con esta dignidad pudo consagrar a los obispos Ethelbert de Yor, san Alcmondo de Hexham y Ceolwuff de Lindsey.
Entretanto en los años siguientes en Mercia (uno de los siete reinos de la Eptarquía fundados por los anglosajones en la segunda mitad del siglo V), se fue afirmando la autoridad del rey Offa, el cual después de la victoria de su ejército sobre el de Kent, comenzó una política que buscaba eliminar la dependencia de la sede episcopal de Mercia de aquella de Kent, y así poderla controlar directamente. Además parece que Jaenbert apoyó a Eadbert Praen, oponente de Offa, y éste sospechaba que nuestro arzobispo era cómplice de los sajones occidentales de Kent ya que había pedido la intervención de Carlomagno, con lo cual la relación entre los dos soberanos no era de confianza.
El rey Offa se movió contra Jaenbert, pidiendo a Roma la separación de Mercia de Canterbury y el palio de arzobispo para Higbert, obispo de Lichfield, la capital; el Papa envió dos legados pontificios: Jorge y Teofilacto en el 786 y el 787 para dirimir la cuestión. Después de escuchar a los interesados, los legados propusieron una serie de concilios provinciales, el de Canterbury se celebró en el 787 con la participación de 12 obispos y del mismo Offa y sus dignatarios; el arzobispo Jaenbert, también participante, tuvo que aceptar ceder parte de su territoro, mientras Higbert fue arzobispo y Egfrid, hijo de Offa, fue consagrado rey.
Jaenbert murió en Canterbury y su cuerpo, en 1091, fue trasladado junto al de san Agustín de Canterbury a la sala capitular de la iglesia de la abadía omónima. No hay un reconocimiento de su santidad por parte del Martirologio Romano pero sí por el “Martirologio de Usuardo” y también aparece en la relación de la Orden benedictina.
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Beato INOCENCIO XI. Papa (1676-1689). (1611-1689)
Martirologio Romano: En Roma, beato Inocencio XI, papa, que dirigió sabiamente a la Iglesia, si bien fue probado por fuertes dolores y tribulaciones
Nació en Como, y se llamaba Benedicto y era hijo de Livio Odescalchi y Paula Castelli, un matrimonio de noble estirpe de comerciantes. Tuvo como preceptor al sacerdote Casanova, pasando luego al colegio jesuita de Como, donde se afilió a la Congregación Mariana. Muerto su padre, pasó en 1626 a Génova con su tío Papirio para colaborar en los negocios familiares. Muerta su madre y su tío se alistó en la milicia urbana de Como como comandante. Marchó a Roma donde conoció al cardenal De la Cueva que le animó a estudiar Derecho en la universidad de La Sapienza, y después se graduó en Nápoles; aquí decidió hacerse clérigo pero no sacerdote. Recibió la tonsura e hizo voto de celibato. Volvió a Roma donde su hermano le procuró cargos en la cancillería: primero como protonotario apostólico y luego presidente de la cámara apostólica.
Llevó una vida de gran piedad, modestia, austeridad y caridad, que el papa Urbano VIII lo nombró comisario especial de tasas de la Marca. Lo hizo con tanta prudencia y caridad que en 1644 fue nombrado gobernador de Macerata y en 1645 el papa Inocencio X lo nombró cardenal diácono del título de Santos Cosme y Damián. Tenía 34 años y el papa le envió como legado a Ferrara. Fue un gobierno prudente y benéfico, especialmente dedicado a las clases populares.
En 1650 fue nombrado obispo de Novara. No entraba ello en sus planes, ya que se consideraba indigno para ser sacerdote, pero obedeció y recibió la ordenación en 1650 y después fue consagrado obispo.
Se propuso imitar a san Carlos Borromeo en sus criterios y actitudes pastorales, pero no pudo residir mucho tiempo en su diócesis porque los papas Inocencio X y Alejandro VII lo quisieron en Roma, por ello renunció a su diócesis, ya que consideraba imprescindible su presencia en ella, tal como indicaban las indicaciones de Trento. Estuvo en Roma como cardenal de curia durante 22 años y participó en los cónclaves de Clemente IX y Clemente X. Fue elegido Papa en el 1676, a pesar de que en un principio se negó a ello.
Fue eminente por su caridad, la simplicidad evangélica y la pobreza. Suprimió el cargo de cardenal sobrino (“cardenal nepote”), y pasó su patrimonio a su familia, aunque se quedó con una parte, para no ser gravoso a la Santa Sede. Emprendió una gran campaña de moralización y luchó firmemente contra la corrupción. Prohibió la simonía y suprimió el colegio de secretarios instituidos por Calixto III, hacía dos siglos. Reformó el procedimiento de canonizaciones para hacerlo más sencillo.
Decidido a terminar con el avance turco, consiguió que el Imperio y Polonia, los detuvieran en Viena el 12 de septiembre de 1683. Instituyó como memoria de esta batalla la fiesta del Dulce Nombre de María. En los asuntos eclesiásticos aplicó las normas del concilio de Trento en cuanto a la reforma del clero y la actividad de la Iglesia. En materia doctrinal se opuso al laxismo y al molinosismo (1687) y en materia de moral favoreció el probabiliorismo así como a su impulsor el padre Tirso Gonzáles que por su influencia fue elegido prepósito general de la Compañía. Algunos biografos señalan que condenó el probabiliorismo, y que tuvo graves controversias con la Compañía de Jesús, pues no estaba de acuerdo con su independencia en la forma de llevar las misiones. La severidad de su conducta algunos llegaron a pensar que era jansenista, aunque no hay pruebas de ello.
Se enfrentó a la autocracia de Luis XIV de Francia y a su inclinación al jansenismo y a la idea de una iglesia galicana, más alejada de la autoridad papal tal como aparece en la "Pragmática Sanción" de Bourges, así como la defensa de la primacía del concilio frente al Pontífice. Todo ello llevó a profundas luchas con la Iglesia francesa y el Papa, de manera que se vio obligado a excomulgar al propio rey. En esta lucha estaba cuando murió Inocencio.
En cuanto a Inglaterra, el Papa tuvo la alegría de ver que se aliviaba la persecución contra los católicos, pero no pudo ver el regreso el país al catolicismo por el despotismo del rey católico Jacobo II. Cuando en 1689 fallecía en Roma la reina Cristina de Suecia, mandó hacerle solemnes funerales.
Inocencio enfermó y entre los dolores repetía: “Aumentadme, señor, si queréis mis dolores, pero aumentadme también la paciencia”. Su muerte fue ejemplar. La oposición de Francia hizo que no prosperara su causa de beatificación, hasta que Pío XII decidió hacerlo en 1956. Está enterrado en la basílica de San Pedro del Vaticano.
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Santos SANTIAGO DO MAI NAM, ANTONIO NGUYEN DICH y MIGUEL NGUYEN HUY MY. M. 1838.
Martirologio Romano: En la ciudad de Nam Dinh en Tonkín, hoy Vietnam, santos mártires Santiago Do Mai Nam, sacerdote, Antonio Nguyen Dich, campesino, y Miguel Nguyen Huy My, médico, decapitados por Cristo después de atroces tormentos bajo el emperador Minh Manh
Al comienzo del verano del año 1838 se presentó en el pueblo de Ké-Vinh, en el Tonkín occidental, acompañado de una fuerte escolta militar, el mandarín Trinh-Quang-Khanh, conocido como «el carnicero de los cristianos» por su odio al cristianismo y su refinada crueldad con los cristianos. Sabía que en el pueblo había una floreciente comunidad cristiana y venía a buscar los misioneros europeos y los principales cristianos que pudiera haber en ella.
Se fue primero a casa de Miguel Nguyen Huy My, prestigioso médico, al que enseguida mandó arrestar. Miguel aseguró al mandarín que no había misioneros europeos en el pueblo, pero el mandarín insistió en registrar también la casa de su suegro, Antonio Pedro Nguyen Dich, un labrador rico, igualmente cristiano, ya anciano, y resultó que en su casa se encontró al sacerdote nativo Santiago Do Mai Nam, albergado por Antonio Pedro, tal como era su costumbre alojar a los sacerdotes que visitaban el pueblo.
El mandarín condujo a los tres a Nam-Dinh y los encarceló. Luego hubieron de comparecer ante el tribunal de los mandarines, los cuales les mandaron apostatar del cristianismo, según preceptuaba la ley vigente, y en señal de ello pisotear la cruz. Los tres de forma firme y unánime se negaron. Al anciano intentaron repetidamente que al menos de forma material, es decir llevándolo por la fuerza, pisara la cruz, pero el anciano encogía las piernas para hacer ver que no quería y protestaba que el acto sacrilego no le sería imputable si se lo hacían cometer por la fuerza. Los jueces entonces ordenaron que el anciano fuera flagelado, y Miguel pidió que el castigo no se le diera a su suegro sino a él. No sirvieron las amenazas ni los tormentos. Los tres perseveraron firmes y fueron devueltos a la cárcel. Tuvieron el consuelo de que un sacerdote pudo llevarles la eucaristía. Insistieron los jueces en que apostataran, avisando que si no lo hacían se verían obligados a condenarlos a muerte, pero los tres mantuvieron su noble confesión. Entonces se dictó contra ellos la pena de muerte, y una vez confirmada, el 12 de agosto de 1838, fueron llevados al campo llamado de las Siete Yugadas y allí, mientras oraban, fueron decapitados. Fueron canonizados por el papa Juan Pablo II el 19 de junio de 1988.
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Beato ANTONIO PERULLES ESTIVILL. (1892-1936).
Martirologio Romano: En Tarragona, también en España, beato Antonio Perulles Estívill, presbítero de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y mártir, que, en el furor de la persecución, acabó su martirio estando de camino
Nació en Cornudella (Tarragona). Siendo muy niño la familia se trasladó a El Molar (Tarragona). Alumno del colegio de vocaciones de San José de Tortosa, donde hizo todos los estudios sacerdotales. Apenas ordenado subdiácono, al finalizar los estudios de Teología, ingresó en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Trabajó pastoralmente ocho años como prefecto en el colegio vocacional de Burgos, donde fue ordenado en 1916. En 1923 pasó como prefecto del seminario mayor de San Jerónimo del mismo Burgos, donde permaneció seis cursos; luego volvió al colegio de San José de Burgos donde fue director durante tres años. En 1932 fue trasladado al seminario de Orihuela, donde fue administrador, y en 1933 fue nombrado rector del mismo seminario, cargo que ejercía cuando fue martirizado. En Burgos fue un ángel de paz y concordia y en Orihuela un buen formador de sacerdotes, de manera que fue voz pública que con su santidad transformó el seminario.
En 1936, fue a Molá a casa de sus padres, donde halló a su hermano sacerdote. Quiso quedarse en el pueblo para atender a los fieles, pero con su hermano y el párroco, se refugiaron en una cueva donde permanecieron poco tiempo, para después regresar al pueblo. Como sabían lo que les esperaba realizaron unos ejercicios espirituales de preparación para el martirio. Los milicianos se presentaron en su casa y pidió la absolución a su hermano. Se despidió de su madre diciendo: “Madre, ¿no queréis que yo muera por Dios?”, y su madre le contestó: “Sí, hijo mío, y por la España católica”. Y se despidió de todos hasta el Cielo. Fue martirizado en la finca De Blanch en el término de Marsá (Tarragona), carretera de Molá a Falset, a los 44 años, se dirigió a sus asesinos con la misma serenidad: "disparad cuando queráis, y que Dios os perdone". “Tenía fama de santo durante la vida; se ha acrecentado después de su muerte, aureolado con el mártirio”, dice un testigo.
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Beato BUENAVENTURA GARCÍA PAREDES. (1866-1936).
Nació en Castañedo de Valdés, Luarca (Asturias); en la niñez pastoreó las ovejas de su padre; ingresó en la escuela apostólica o seminario menor dominico de Corias (Asturias), donde cursó dos años; problemas de salud lo restituyeron al hogar paterno; una vez restablecido se dirigió a la escuela apostólica de Ocaña (Toledo); profesó en 1884; cumplido el tercer año de teología lo enviaron a la universidad de Salamanca para cursar derecho civil, que luego continuó, junto con filosofía y letras, en Valencia y Madrid; ordenado sacerdote en Ávila en 1891; profesor de derecho político y administrativo en la universidad de Santo Tomás de Manila, director del diario católico "Libertas", defendió la causa de Bernardino Nozaleda, O.P., arzobispo de Manila.
Prior de Santo Tomás de Ávila (1901), rector del colegio de Santa María de Nieva (Segovia), prior de Ocaña (1910); en este mismo año elegido prior provincial con residencia en Manila; durante siete años desarrolló una fecunda actividad al servicio de la provincia más numerosa y extensa de la Orden; cedió campos misionales en China y Vietnam a otras provincias, y la casa de Valencia a la restaurada provincia de Aragón; fundó la revista «Misiones Dominicanas», y adquirió terrenos para edificar la nueva universidad de Santo Tomás de Manila; fundó la escuela apostólica de La Mejorada, cerca de Olmedo (Valladolid), extendió la presencia de la provincia hacia los Estados Unidos (Tangipahoa, y centro de estudios de Rosaryville, Nueva Orleáns, Luisiana, inaugurado en 1911).
En 1917 se encargó de la construcción y lo hicieron superior de la casa del Rosario de Madrid (c/ Conde de Peñalver) y, durante nueve años, se entregó al apostolado y dirección de almas. En 1926 fue elegido Maestro General de la Orden, postrado en tierra suplicó a los capitulares que lo eximiesen del oficio pero, viendo la insistencia de los electores, aceptó al fin. Duró su mandato dos años y medio, visitó diversas provincias, adquirió para el «Angelicum» de Roma los locales en que está situada en la actualidad la universidad de Santo Tomás, escribió circulares y cumplió fielmente con las obligaciones de su cargo; en 1929, a raíz de algunos problemas y debilitado en su salud, presentó la dimisión.
Retirado a Ocaña, se hallaba en Madrid a mediados de julio de 1936; tuvo que buscar refugio en varios lugares donde dio muestras de gran espíritu religioso y devoción a la eucaristía; se mostraba convencido de que sólo confiando en la misericordia de Dios cabía concebir alguna esperanza en aquella situación caótica.
Fue detenido el 11 de agosto y conducido por gente armada; se había identificado como religioso y sacerdote, y se entregó con gran valor: "no tengo más delito que el de ser sacerdote y religioso; la divina providencia así lo quiere", aseguran que declaró. Lo llevaron a un lugar de tortura, denominado checa, situado en la madrileña calle García de Paredes. Al día siguiente, 12 de agosto de 1936, lo condujeron al pueblo de Fuencarral y, hacia las 10 de la mañana, lo ejecutaron por arma de fuego en el paraje denominado Valdesenderín del Encinar, entre Fuencarral y Alcobendas; conservó hasta el último momento el rosario y el breviario. Lo enterraron en le cementerio de Fuencarral.
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Beatos SEBASTIÁN CALVO MARTÍNEZ y 5 compañeros. M. 1936.
Martirologio Romano: En Barbastro en la provincia de Huesca en Aragón (España), beatos Sebastián Calvo Martínez, sacerdote y cinco compañeros, mártires, que, religiosos de la Congregación de los Misioneros del Corazón Inmaculado de María, en la misma persecución llevaron hasta el final el glorioso combate
Eran estos religiosos: P. Sebastián Calvo Martínez, Wenceslao María Claris Vilaregut, subdiácono, P. Pedro Cunill Padrós, Hno. Gregorio Chirivás Lacambra, P. José Pavón Bueno, P. Nicasio Sierra Ucar.
Sebastián Calvo nació en Gumiel de Izán (Burgos) en 1903. En 1915 ingresó en el postulantado claretiano de Barbastro. Se destacó por su gran inteligencia, seriedad y sencillez. En 1928 fue ordenado sacerdote en Cervera. Desde 1934 era predicador en Barbastro.
Una congestión pulmonar peligrosa le obligó a perder un curso y a ganar a la vez el martirio. Había dicho: “Hoy día es una honra ir a la cárcel por la religión”.
Pedro Cunill nació en Vich (Barcelona), en el seno de una familia de comerciantes de embutidos en 1903. Desde muy niño afloró en el la vocación sacerdotal y religiosa. En 1922 hizo, después de muchas contrariedades, su primera profesión como claretiano. Fue ordenado sacerdote en 1927 en Vich. En 1932 pasó a Barbastro para hacerse cargo de la administración del seminario diocesano, encomendado a los claretianos.
Fue testigo, en 1933 del asalto al seminario, del que logro salir ileso, después de consumir la Eucaristía, para que no fuera profanada. Después del martirio de los dos superiores, fue nombrado superior. Logró salvar a varios religiosos enfermos o achacosos.
José Pavón nació en Cartagena (Murcia) en 1909. En 1927 profesó como claretiano en Cervera. En 1934 fue ordenado sacerdote en Valencia. Sus títulos de maestro y de perito mercantil y su carácter jovial, bondadoso, su cultura lo hicieron apto para los colegios externos. Fue destinado a Játiva y tuvo que salir de alli, cuando los revolucionarios les obligaron a cerrar la casa y la iglesia. Había manifestado su deseo de marchar a China, pero en 1936 fue destinado a Calatayud. Llegó a Barbastro, para impartir un cursillo de verano a los seminaristas.
Animó a sus hermanos de prision con chistes e historietas, que esponjaban el dramatismo de aquel trance en las horas de recreo.
Nicasio Sierra nació en Cascante (Navarra) en 1890. En 1907 profesó, en Cervera, como claretiano. Fue ordenado sacerdote, en Zaragoza, en 1915. Quería ser predicador. Pero lo dejaron en Aranda como profesor durante tres años. En 1919 estaba en Calatayud. Y pudo entregarse al ministerio de la Palabra; nueve años en Calatayud, seis en Cartagena y dos en Barbastro. Era amigo de la celda y de los libros.
Al salir del convento tras el arresto de los religiosos, él fue quien llevó consigo la eucaristía en un maletín, por lo que el grupo pudo comulgar clandestinamente. Murió con gran ánimo.
Wenceslao María Claris nació en Olost de Lluçanés (Barcelona), en el seno de una familia de labradores acomodados en 1907. Ingresó en el seminario diocesano de Vich en 1922. Se destacó por su inteligencia y capacidad de estudio; sufría de tartamudez, y fue el objeto de las bromas de sus compañeros, pero él con su simpatía consiguió ganárselos. En 1927 profesó como claretiano. Comenzó los estudios de teología y se ordenó de subdiácono, pero como enfermó, él mismo solicitó quedar como hermano coadjutor. Estuvo destinado en Barcelona y Alagón. Era subdiácono cuando fue trasladado a Barbastro como profesor. Los que le trataron afirman que no dejaba traslucir las amarguras interiores por las que tuvo que pasar.
Gregorio Chirivás nació en Siétamo (Huesca), en el seno de una familia de peones camineros en 1880. En 1892, solicitó el ingreso en el postulantado claretiano de Barbastro. En 1897 profesó como Hermano coadjutor en Cervera. Ejercía el oficio de sastre y sacristán en Cervera, Alagón y Lérida, y aquí también sacristán. Pasó luego a Barbastro. Era laborioso, caritativo, ferviente, de carácter sencillo, alegre y bromista.
Estuvieron encarcelados en el salón de los escolapios. Durante los primeros días de cautiverio pudieron recibir la comunión clandestinamente, la Eucaristía, la oración y el rezo del Oficio de los mártires fue el origen de su fortaleza. Se les sometió a varios simulacros de fusilamiento, y se les tentó introduciéndoles prostitutas; ninguno de ellos claudicó. En pequeños papeles de chocolate escribieron: “morimos todos contentos por Cristo y su Iglesia por la fe de España”. Se les fusiló por grupos: estos fueron los mayores: Les ataron las manos a la espalda, y de dos en dos los amarraron codo con codo. El beato P. Secundino María Ortega, desde el escenario, les dio la absolución. Antes de disparar, los milicianos les ofrecieron por última vez la posibilidad de apostatar, pero no quisieron. Fueron beatificados en Roma por el papa Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992 en el grupo de 51 misioneros claretianos mártires de Barbastro.
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Beata VICTORIA DÍEZ Y BUSTOS DE MOLINA. (1903-1936).
Martirologio Romano: En el pueblo de Hornachuelos en Córdoba en España, beata Victoria Déez y Bustos de Molina, virgen y mártir, que, profesora en el Instituto Teresiano, cuando explotó las hostilidades contra la Iglesia, confesó su fe cristiana y sufrió el martirio, mientras exhortaba a los demás hacer otro tanto
Nació en Sevilla, en el seno de una familia modesta. Estudió dibujo y pintura en la escuela de Bellas Artes de Sevilla y Magisterio en la Normal de Sevilla. Su idea era ser misionera, sin embargo las circunstancias de su familia y conocer a san Pedro Poveda, cambiaron el rumbo de su vida.
Ingresó en la Institución Teresiana en 1926. “Cada día le doy gracias a Dios Nuestro Señor por haberme puesto en contacto con la Institución Teresiana”. Fue destinada como maestra a Cheles, Badajoz, donde comenzó su apostolado. Después fue destinada a la localidad cordobesa de Hornachuelos, en 1928. Aquí realizó una gran labor educativa: solicitó a las autoridades un nuevo local para la escuela que la encontró insuficiente y en malas condiciones. Renovó los métodos docentes y el estilo de las relaciones entre maestra y alumnas, creó la biblioteca escolar e inauguró los paseos por el campo con objetivos previstos; con frecuencia tenía las clases al aire libre. Creó un plan de alfabetización para las chicas y mujeres obreras. En 1935 fue nombrada secretaria de la Junta de Enseñanza Municipal y presidenta del Consejo Local de Hornachuelos, cargo que desempeñó con dedicación y diálogo entre todas las ideologías y tendencias. En 1933 el gobierno de la República prohibió la enseñanza de la religión en la escuela pública. Entonces se dedicó a la catequesis y a formar a catequistas. Trabajó siempre con la Asociación de las Hijas de María. Organizó la Asociación Misionera de la Santa Infancia. Fundó la Acción Católica Femenina, a la que dedicó muchas energías, pues quería que la mujer española tuviera su importancia ante la opinión pública. Con un colega suyo organizó los Círculos de Acción Católica. Era de complesión débil, y sufrió varias enfermedades, como cuando en 1932, a causa de unas dolencias de garganta, fue operada y luego le quitaron todos los dientes, pero no mejoró; también sufrió del estómago, pero nunca perdió su alegría, y su amor a María y a la Eucaristía.
Con la llegada de la República, le hicieron quitar el crucifijo y la imagen de María de la escuela, con lo que no dejó de protestar, aunque cumplió la disposición. En 1934, quemaron la parroquia de Hornachuelos y el clima comenzó a estar muy enrarecido con los católicos. En 1935, participó en una reunión en León, de teresianas con san Pedro Poveda que las animó a seguir con su trabajo, pasara lo que pasara, siempre puestas en manos de la Providencia. Cuando estalló la Guerra Civil, fue detenida, y se despidió de su madre, que vivía con ella; la fusilaron junto a 10 hombres, le habían dado la oportunidad de renegar de su fe, pero fue inútil, murió diciendo: “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva mi Madre!”, aludiendo a una pequeña imagen de María que apretaba entre sus dedos. Sus restos reposan en la sede de las teresianas de Córdoba. Fue beatificada por san Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993.
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Beatos MANUEL BASULTO JIMÉNEZ y 5 compañeros. M. 1936.
Martirologio Romano: En España, Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén (España), y de cinco compañeros sacerdotes, asesinados por odio a la fe
Nació en Adanero, Ávila (España) en 1860. Hijo de un molinero, realizó sus estudios eclesiásticos en Ávila, y fue ordenado presbítero en 1892. Se licenció en Derecho en la Universidad de Valladolid. Fue canónigo magistral de León y lectoral de Madrid. En 1909 fue elegido obispo de Lugo. Fue nombrado senador en 1916.
En 1919 Benedicto XV lo nombró obispo de Jaén, diócesis de la que tomó posesión por poderes el 14 de junio de 1920. En su escudo rezaba el lema: “Quien a Dios tiene, nada le falta”.
El 2 de agosto de 1936 fue detenido en su domicilio del palacio episcopal junto con su hermana Teresa Basulto y el esposo de ésta, Mariano Martín, así como el deán de la catedral, beato Félix Pérez Portela. Encarcelado en la catedral de Jaén, el 11 de agosto fue incluido en la segunda expedición de “Trenes de la muerte” que partió de Jaén con destino a la prisión de Alcalá de Henares (Madrid). Llegó el día 12 del mismo mes a las proximidades de Madrid, la entonces cercana localidad de San Cristóbal de los Ángeles, donde se encontraba la ‘estación o apeadero de Santa Catalina’ cercana al pueblo de Vallecas, allí, un abundante número de milicias armadas procedentes de dicho pueblo les esperaban en el apeadero, haciéndose de inmediato con los diez vagones del convoy y conduciéndolos acto seguido a un lugar llamado ‘El Pozo del Tío Raimundo’. Acto seguido les hicieron bajar a todos, y en pequeños grupos los fueron fusilando en el repecho que había próximo al cerro de Santa Catalina, mientras que unos 40 lograron salvarse saltando del tren en el momento de ser éste detenido en aquel apeadero.
El obispo y 190 presos más fueron ametrallados en las inmediaciones del Pozo del Tío Raimundo, y sus cadáveres saqueados.
Dos de los supervivientes, dijeron que el obispo cayó de rodillas, exclamando: “Perdona, Señor, mis pecados y perdona también a mis asesinos”. Estos asesinatos, fueron seguidos del despojo de los cadáveres de las víctimas, efectuado por la multitud y por las milicias, que se apoderaron de cuantos objetos tuvieran algo de valor, cometiendo actos de profanación y escarnio y llevando parte del producto de la rapiña al local del Comité de Sangre de Vallecas, cuyos dirigentes fueron, con otros, los máximos responsables del crimen relatado. Se encuentra enterrado en la cripta de la iglesia del Sagrario de la Catedral de Jaén.
Encabeza un grupo formado por 3 sacerdotes diocesanos: Vicario General Don Félix Pérez Portela, Don Francisco Solís Pedrajas, Párroco y Arcipreste de Mancha Real, Don Francisco de Paula López Navarrete, Párroco y Arcipreste de Orcera,1 seminarista: Manuel Aranda Espejo y 1 laico: José María Poyatos Ruiz, joven de Acción Católica. Fueron beatificados el 13 de octubre de 2013 por SS Francisco.
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Beatos MANUEL BORRÁS FERRÉ, AGAPITO MODESTO y 145 compañeros. M. 1936.
Martirologio Romano: En Tarragona, España, beatos Manuel Borrás Ferré Obispo Auxiliar de Tarragona, Agapito Modesto religioso lasallista y 145 compañeros, asesinados por odio a la fe.
Manuel Borrás nació en la Canonja (Tarragona) en 1880. A los 23 años recibió el presbiterado y poco tiempo después fue notario de la curia eclesiástica y del tribunal metropolitano de Tarragona. Desde 1905 fue subdirector diocesano del Apostolado de la Oración y en 1910 se le nombró confesor del Seminario Pontificio, y cuatro años más tarde, al posesionarse de la diócesis de Solsona el doctor Vidal y Barraquer, nombra a Borrás secretario de cámara y gobierno y poco después vicario general.
El 2 de julio de 1934, el cardenal Francisco Vidal y Barraquer le confería la consagración episcopal a su gran colaborador, primero en la sede de Solsona y luego en la tarraconense, y la Santa Sede le asignó la diócesis titular de Bísica. Hombre muy piadoso dejaba por doquier un halo de espiritualidad. Puso en marcha en Tarragona la Adoración Nocturna y la obra de Ejercicios Parroquiales y la Acción Católica tuvieron gran apoyo en el obispo auxiliar de Tarragona.
Los días 19 y 20 de julio de 1936 los jefes y oficiales de la escasa guarnición, que se hallaban comprometidos con el alzamiento, esperaron a ver como se desarrollaban los acontecimientos en Barcelona. Tras el fracaso del general Goded en la Ciudad Condal, el teniente coronel de Infantería Ángel Martínez-Peñalver Ferrer, procuró mantener el orden y abortar cualquier intento de levantamiento, con lo cual la ciudad, dominada por el Frente Popular, recobró aparentemente la tranquilidad, que duró poco, pues días después, siguió una ola de crímenes, incendios, profanaciones de iglesias y asesinatos de sacerdotes, militares no adictos y civiles de derecha.
A las once de la noche del día 21, entraron en el palacio unos agentes del comisario de la Generalidad con orden de conducir al cardenal y al obispo al punto que ellos eligieran, con tal que no fuese en Tarragona capital. El cardenal aceptó decidiendo como destino el monasterio de Poblet. A los dos prelados se les acondicionó en la residencia del presidente del Patronato de Poblet.
El 23 por la tarde un coche paró a la puerta del Patronato. Sus ocupantes reclamaron al cardenal Vidal y Barraquer. Cumpliendo con la consigna del Gobierno catalán, salvaron al cardenal y a su acompañante, aunque aún tuvieron que luchar con los comités de Vimbodí y Montblanch, ya que no querían dejarse arrebatar esa importante presa. Monseñor Borrás, desde su despedida del cardenal sufrió una odisea. Se acordó en el Patronato de Poblet buscarle un escondrijo más seguro, habilitándole en un molino de la Casa Girona. El que hasta entonces había sido valedor del prelado, lo traicionó, informando al comité de Montblanch de la presencia en su casa del prelado. El coche de milicianos llegó a los pocos minutos, trasladando al obispo desde Poblet a Montblanch, recluyéndolo en una celda de la cárcel de este último pueblo.
Curiosamente el día 24 de julio la cárcel de Montblanch abrió una celda por la mañana para el cardenal y para Villadrich y otra por la tarde para el obispo auxiliar. Pero a la madrugada siguiente los emisarios de la Generalidad sacaron a Vidal y Barraquer, pidiendo éste que le permitiesen llevar consigo a su gran colaborador monseñor Borrás, pero no lo consintieron. Intentaron varias veces llevarse a Tarragona al obispo Borrás para deshacerse de él.
Al final, el 12 de agosto de 1936 bajo el pretexto de tener que declarar ante un tribunal de Tarragona, hicieron subir al obispo auxiliar en la caja de un camión, partiendo en dirección a Valls. Se detuvieron antes del Coll de Lilla. Le obligaron bajar a tierra y un par de descargas de fusil acabó con su vida. Recogieron entre todos un montón de leña seca, colocaron sobre él el cadáver boca abajo y le prendieron fuego. Fueron beatificados 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
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Beatos FLORIANO STEPNIAK y JOSÉ STRASZEWSKI. M. 1942
Martirologio Romano: En Dachau cerca de Munich en Alemania, beatos Floriano Stepniak, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, y José Straszewski, sacerdotes y mártires, que, en el tiempo de la invasión de Polonia durante la guerra, murieron en el campo de concentración en una cámara de gas
José (Floriano) nació en Zdzary, en el seno de una familia campesina. Aunque no poseía gran capacidad intelectual, supo siempre suplir esa carencia con la diligencia y la laboriosidad. El 14 de agosto de 1931 ingresó en el noviciado capuchino de Nowe Miasto, recibiendo el nombre religioso de Floriano. Continuó los estudios teológicos en Lublin y recibió la ordenación sacerdotal el 24 de junio de 1938. A continuación siguió con estudios de Sagrada Escritura en la Universidad Católica del mismo Lublin y allí se encontraba al estallar la Guerra el 1 septiembre 1939.
No pudo trabajar mucho tiempo en Lublin. El 25 de enero de 1940, junto con todos los sacerdotes y clérigos del convento, fue arrestado por la Gestapo y encarcelado en el Castillo de la ciudad. El padre Enrique no perdió entonces el optimismo y la alegría que le eran innatos. El 18 de junio de 1940, al igual que los demás compañeros religiosos, fue trasladado al campo de concentración de Sachsenhausen, junto a Berlín. Tampoco allí perdió su buen humor, por más que la vida del campamento fuera espantosa. El 14 de diciembre de 1940 fue transferido al campo de concentración de Dachau, donde le asignaron el número de matrícula 22.7388.
El frío le afectó terriblemente hasta minar su organismo. Era hombre de constitución fuerte y robusta, por lo que necesitaba mucho alimento. A la debilidad del hambre se le unió la enfermedad. En el verano de 1942 enfermó y tuvo que ser hospitalizado en la enfermería del campo. En aquel periodo todos los inútiles para el trabajo y los enfermos eran instalados a un barracón donde las condiciones eran menos malas. Allá fue trasladado el padre Floriano. Después de algunas semanas, aunque las raciones de comida eran de hambre, mejoró y fue dado de alta. Pero no fue devuelto a su bloque. Como convaleciente lo pusieron en el bloque para los inválidos en el campo de concentración de Linz, Austria.
Cuando llegó la vez a la letra "S" (el apellido era Stepniak), el padre Florián fue llevado a la muerte. El gas lo asfixió. Su cuerpo, con toda probabilidad, fue quemado en los hornos. Las autoridades del campo, hipócritamente, comunicaron a sus padres que su hijo José había muerto de una angina de pecho.
José nació en Wloclawek. Ingresó en el seminario de su ciudad natal y fue ordenado sacerdote en 1911. Destinado sucesivamente a Rozprza, Borowno y Krzepice, pasó luego a la catedral de Wloclawek y fue prefecto de la escuela de Comercio. El obispo le encomendó que pusiera en marcha una nueva parroquia en los suburbios de la ciudad. Su gestión fue eficaz. Creó una comunidad parroquial viva y fervorosa, al mismo tiempo que contruía el templo. Fue nombrado canónigo de la colegiata de Kalisz.
Llegada la ocupación alemana, fue arrestado en 1939 y después de estar durante un tiempo en su ciudad natal, capital de la diócesis, pasó al campo de concentración de Lad y en 1941 al de Dachau. Luego de meses de hambre, trabajo y miseria estaba exhausto, fue declarado inválido y asesinado en las cámaras de gas de Lad.
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Beato CARLOS LEISNER. (1915-1945).
Martirologio Romano: En la localidad de Planegg, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Carlos Leisner, presbítero y mártir, que encarcelado, cuando todavía era diácono, por la proclamación pública de su fe y el constante servicio en favor de las almas, fue ordenado sacerdote en el campo de concentración de Dachau. Puesto en libertad, murió a causa de los sufrimientos soportados durante su cautividad
Nació en Rees en el seno de una familia fervorosa católica. Durante 9 años asistió a la escuela de estudios clásicos de Kleve e, inscrito en la Liga de la Santa Cruz, participó con otros jóvenes en acciones apostólicas de mejoramiento de las costumbres.
En 1933, cuando en Alemania subió al poder el nazismo, decidió ordenarse sacerdote. Estudió en Münster Filosofía y Teología en el Colegio Borromeo. En 1939 recibió el diaconado. Se le manifestó entonces una tuberculosis pulmonar avanzada y, por criticar el régimen nazi, fue arrestado y encarcelado en Friburgo, de ahí pasó a las de Manheim y Sachsenhausen, siendo trasladado en 1940 al campo de concentración de Dachau. Aquí fue internado en el bloque destinado a los sacerdotes y religiosos, y recibió el mal trato característico de aquel campo. Respondió a los malos tratos con paciencia y humildad.
En 1944 fue internado en el campo el obispo de Clermont-Ferrand, Gabriel Piquet, que, con las debidas licencias, lo ordenó sacerdote en secreto (ya que su enfermedad se había agravado mucho); asistieron a la ceremonia varios sacerdotes y pastores evangélicos. Como sacerdote ofreció su vida por la paz, la juventud, la santificación del mundo, por el pueblo alemán y por Europa. Liberado en 1945, volvió a su casa donde celebró su primera misa. Fue hospitalizado en Planegg conde falleció a los tres meses de su liberación. Era miembro del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, fundado por José Kentenich. Su muerte ha sido considerada martirio porque debido al abandono que sufrió, su enfermedad se agravó que provocó su fallecimiento.
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OTROS SANTOS DEL DÍA:
Martirologio Romano: En Catania, de Sicilia, san Euplo, mártir, que, según la tradición, en la persecución desencadenada por el emperador Diocleciano, cuando llevaba en sus manos los volúmenes de los Evangelios, fue encarcelado por el gobernador Calvisiano y cuando, interrogado de nuevo, respondió que se gloriaba de tener en el corazón los Evangelios, fue flagelado hasta morir.
Diácono. Mártir en Catania (Sicilia), durante la persecución de Diocleciano y Maximiano. Las Actas de su martirio son claras. Fue presentado ante el Prefecto con un Evangelio en la mano y este le preguntó: - "¿Este libro es tuyo?. - Tú lo ves - Desde luego veo que lo tienes en la mano. ¿Qué tiene escrito? Léemelo. - Es el santo Evangelio de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. - Y ¿eso que es?. - Es la Ley de mi Señor. - Tu lenguaje es claro, que se le encierre en prisión".
Y en el segundo interrogatorio: - "¿Tienes todavía aquél libro prohibido?. - Si lo tengo todavía. - Y ¿dónde lo tienes?. - Dentro de mí, en mi corazón".
Entonces el prefecto Calvisiano le dijo a los guardias: "Acostadlo allí y pégale hasta que no haya sacrificado a los dioses", y añadió "sacrifica si quieres quedar libre. - Ahora me estoy ofreciendo a mí mismo en sacrificio a Cristo Dios; más no puedo hacer. Tu empeño es vano. Soy cristiano". Euplio murió decapitado o azotado.
Santo Digna, Eutropia, Euprepia y compañeros. M. 304.
Hilaria es la presunta madre de santa Afra; junto a cuatro siervas (Eutropia, Euprepia, Digna y Eunomia), fue capturada mientras visitaba la tumba de esta santa y fueron quemadas vivas en Augsburgo. Otros autores dicen que murió al mismo tiempo que su hija. Los otros mártires, 20 en total, murieron en Roma y fueron sepultados en la vía Ostiese, entre los que nos encontramos Quiriaco o Ciriaco, Memmia, Largión o Largo, Crescenciano, Juliana.
Santos Graciliano y Felicísima. M. c. 304.
Según la leyenda, Graciliano era un cristiano de Faleria que, mientras estaba en la cárcel en espera del martirio, restituyó la vista a una muchacha ciega y la convirtió al cristianismo; los dos fueron decapitados.
Santos Aniceto y Focio. M. c. 305.
Martirologio Romano: En Nicomedia, santos Aniceto y Focio, mártires
Aniceto y Fotino eran parientes, mártires en Nicomedia durante la persecución de Diocleciano. Son conocidos por unas Actas sin ningún valor histórico.
Santos >Discolio y Simplicio de Vercell>. s. V.
Discolio fue IVº Obispo de Vercelli. No hay documentos que nos hablen de su episcopado. Pero se conserva un retrato que se le ha atribuido. Los distintos incendios e invasiones han destruído todo lo relativo a su biografía y episcopado.
Simplicio fue VIIIº obispo de Vercelli; ejerció su episcopado en los momentos difíciles de las invasiones bárbaras y murió hacia el 470. En su sepulcro hay la siguiente inscripción: “Simplicius episcopus octavus, mira Dei gratia praeditus, maximo sanctitatis splendore praeluxit”. (Simplicio, octavo obispo, extraordinariamente dotado de la gracia de Dios, brilló vivamente del más grande explendor de la santidad).
Este texto se considera apócrifo por los estudioso y es necesario decir que sobre san Simplicio no hay memoria en el antiguo calendario eusebiano. La autorizada “Bibliotheca Sanctorum” lo cataloca junto a san Discolio, IVº obispo de Vercelli, celebrados el mismo día en el calendario litúrgico local.
San Muderaco. s. VI.
Martirologio Romano: En Killala en Irlanda, san Muderaco, obispo
Parece que estaba conectado con la familia del rey Lóegaire Mac Néill. Discípulo de san Patricio, que lo ordenó primer obispo de Killala en el 442. Cuando murió vivía como ermitaño en la isla de Inismurray, que lleva su nombre; otra tradición afirma que Columba le conocía (575). Ambas podrían ser exactas. También puede ser el patrono del monasterio que hubo en la isla de Inismurray.
Santa Lelia. s. VI.
Martirologio Romano: De nuevo en Hibernia, en el monasterio que recibió su nombre, santa Lelia, virgen
En «Vidas de los santos irlandeses», el canónigo O. Hanlon escribe a propósito de santa Lelia: «La época y el sitio en que vivió esta doncella son inciertos, pero hay motivos para creer que vivió en un período muy remoto y, muy probablemente, llevó una vida de estricta observancia, si es que no dirigió un convento en la provincia de Munster».
Muchos lugares de Irlanda mantienen viva su memoria, especialmente en Limerick, que la tiene como su patrona. No se hace ninguna mención de ella en el “Martirologio de Tallaght”, ni en el de “Oengus”, mientras que el nombre de Liudain probablemente corresponde a la santa que aparece con el nombre de Liadan de Killyon.
Actualmente, los investigadores suelen identificar a Lelia con santa Liadhain, la cual era biznieta del príncipe Cairthenn, bautizado en Singland por san Patricio. No poseemos ningún detalle sobre su vida. En el siglo XVII, se decía que la santa era hermana de san Mainchin. Lo cierto es que el nombre del distrito de Killeely (Cill Liadaini), en Limerick, se deriva del nombre de la santa.
Cecilia de Remiremont. Beata. s. VII.
Hija de san Romárico, decidió, con su hermana Azaltrude, renunciar al mundo: su padre edificó para ellas el monasterio de Remiremont en Lotaringia, del que Cecilia fue abadesa durante 30 años. Perdió la vista de tanto llorar de felicidad y por esto se la invoca contra el mal de ojos.
Carlos Meehan. Beato. (1640-1679).
Martirologio Romano: En Ruthin en Gales septentrional, beato Carlos Meehan, sacerdote de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que, irlandés de origen, fue arrestado mientras viajaba a través de esta región hacia su patria y, condenado a muerte por entrar en los dominios del rey Carlos II, obtuvo la palma del martirio sufriendo el ahorcamiento y el descuarzamiento
Presbítero franciscano irlandés, pronto llegó a ser un excelente hermano menor y sacerdote. Fue arrestado en Denbygh y condenado a 10 meses de dura prisión. Mártir en Ruthy (Denbighshire, Gales), que en tiempos del protector Ricardo Crowell fue condenado a muerte por haber entrado en Inglaterra como sacerdote católico. Antes del martirio dijo sus últimas palabras, que son una valerosa profesión de fe:
“En este momento Dios Todopoderoso se complace en que yo sufra martirio, su Santo Nombre sea alabado, mientras me tiño [i.e.: de sangre] por mi Religión. Sin embargo, tú no tienes derecho a llevarme a la muerte en este territorio: aunque yo he confesado ser sacerdote, tú me has prendido cuando yo iba hacia mi país natal, Irlanda, conducido al mar desde esta costa; nunca he ejercido mi ministerio en Inglaterra. Pero Dios te perdona, tal como lo hago yo, y ruego por ti, y especialmente por aquellos que han sido buenos conmigo en mi angustia. Ruego a Dios que bendiga a nuestro rey, lo defienda de sus enemigos, y lo convierta a la santa Fe Católica. Amén”.
Ahorcado, su cuerpo fue cruelmente despedazado. Fue beatificado por Juan Pablo II el 22 de noviembre de 1987.
Pedro Jarrige de La Morelie de Puyredon. Beato. (1737-1794).
Martirologio Romano: En una sórdida galera a lo largo de Rochefort en Francia, beato Pedro Jarrige de La Morelie de Puyredon, sacerdote, que durante la persecución contra la Iglesia murió por Cristo, expuesto largamente a la violencia del sol
Nació en Saint-Yrieix en el seno de la ilustre familia de Puyredon. A los 16 años recibió la tonsura, fue nombrado canónigo de la catedral de Limoges, y llegó a la ordenación de presbítero el 16 de mayo de 1761. Para entonces había hecho ya brillantes estudios en la Universidad de Angers y había conseguido el grado de doctor en teología. El 4 de agosto de 1763 fue nombrado profesor de teología en el Colegio Real de Limoges y el 19 de enero de 1767 fue elegido deán del cabildo de Saint-Yrieix.
Al ser suprimidos los cabildos catedrales por la Revolución, él y sus compañeros de Limoges protestan, y como se niegan a prestar el juramento constitucional, son arrestados y encarcelados. De La Regle es llevado a La Forcé, donde estaría hasta su envío a Rochefort, partiendo de Limoges en el convoy que salió el 25 de febrero de 1794. Embarcado en “Les Deux Associés”, no soportó las duras condiciones de su detención, enfermó y murió el 12 de agosto de aquel mismo año, siendo enterrado en la isla de Aix. Todos elogiaban no solamente su cultura sino también sus virtudes.
Flavio Argüeso González. Beato. (1877-1936).
Martirologio Romano: En Valdemoro junto a Madrid siempre en España, beato Flavio (Atiliano) Argüeso González, religioso de la Orden de San Juan de Dios y mártir, que en la misma persecución fue ejecutado por odio a la fe
Atilano nació en Mazuecos de Valdeginate, Palencia. El 28 de noviembre de 1894 ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Profesó los votos simples el 14 de mayo de 1896, y realizó la profesión solemne el 21 de octubre de 1900, tomando el nombre de hermano Flavio. Destinado a distintos centros, tanto de enfermos mentales como de niños enfermos, fue enviado un tiempo a Italia, en donde estuvo entre 1914 y 1922, en los hospitales de Roma y Nettuno. Vuelto a España, continuó sirviendo a los enfermos con gran entrega y dedicación.
Al iniciarse la guerra en 1936, estaba destinado en el manicomio de Ciempozuelos. Cuando la tarde del 7 de agosto fueron arrestados y encarcelados todos los hermanos de la comunidad del sanatorio psiquiátrico San José, él se quedó en la casa porque estaba en cama. Algo repuesto ya, el día 12 de agosto lo llevaron a declarar ante las Organizaciones Socialistas de Ciempozuelos. Luego, junto con otro preso, lo montaron en una camioneta y los llevaron al kilómetro 30 de la carretera de Andalucía, término de Valdemoro, donde fueron fusilados y los cadáveres abandonados. Un médico del manicomio lo reconoció cuando lo llevaban por la plaza del pueblo gritando vivas a Cristo Rey. Fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II en el grupo de 71 mártires Hospitalarios de San Juan de Dios.
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